—Ellos
son los que hacen el trabajo duro, y no solo cazan.
—Oh, no
te preocupes, creo que conocen al jefe.
—¿Lo
conocen?
—Sí, se
quedaron hace mucho tiempo.
—Ya veo.
Era algo
que Ariste no recordaba, por lo que parecía que sería algo de hace mucho
tiempo.
—Si el
jefe del pueblo se hubiera puesto difícil, ¿le habría quitado el ayuntamiento?
El dinero
que gastaríamos no era normal. Al pueblo le importaba el dinero, así que les
pidió que cocinaran y cuándo las monedas de oro comenzaron a salir de sus
bolsillos... todos se quedaron con los ojos abiertos como platos. Mila juntó el
pulgar y el índice haciendo un círculo.
—¿Monedas
de oro?
—Si,
quizás van a acampar toda la noche. Dicen que no pueden entrar al bosque
durante la caza de invierno.
Sólo
entonces comprendió la extraña emoción en el pueblo. Este invierno fue tan
desesperado que esto producía un rayo de luz. Cuando hay comida y el dinero
circula en el pueblo, su corazón se sentiría conte
—Pues,
huele delicioso... ¿Cuánto tiempo ha pasado?
El
apetito de Mila se renovó.
—Es por
eso que abrieron el almacén de alimentos.
Ante las
palabras de Ariste, Mila asintió.
—Genial
¿verdad? Ha pasado un tiempo desde que sentí el aroma de la carne.
Mila
estaba ansiosa y emocionada. El olor a comida ya se había extendido por todo el
lugar, y tanto niños como adultos, se habían entusiasmados, casi como si fuera
un festival.
—El
jefe también debe estar muy aliviado. Hoy quieren armar un festival.
El
problema del invierno era que ponía en peligro la vida de todos. Cómo era responsable
del sustento de los aldeanos, el jefe estaba particularmente atento a este
tema. Desde que comienzo el invierno, no había visto su expresión iluminarse ni
por un momento.
—Por eso
lo hizo.
La leña
apilada en el centro de la plaza del pueblo y la carne congelada, que se había
almacenado como alimento de emergencia en el almacén, se estaba sacando en un
carrito. También trajeron un montón de barriles de cerveza y comenzaron
acomodarlos uno a uno. Todos los aldeanos miraban la escena sorprendidos.
—Vamos a
bailar y jugar toda la noche, ¿de acuerdo? Oh, papá.
Mila que
estaba tan emocionada dejó de reír cuando encontró a su padre agitando la mano
en la distancia. A primera vista, su expresión era terriblemente rígida. Hasta
el punto en que pensé que estaba enfadado porque estaba hablando con ella. Mila
miró a su alrededor y susurró.
—Nos
vemos, Ariste.
—Si.
Ariste
asintió, cuando Mila giró corriendo hasta su padre, Ariste vio como el padre de
esta, la llevaba casi a rastras de la mano. Mientras seguía a su padre sin
saber el porqué, estaba ocupada agitando las manos hacia ella para despedirse.
El padre de Mila no se olvidó de mirar a Ariste mientras la empujaba hacia su
casa.
Ella
estaba un poco nerviosa por eso. ¿Hay algo que no sepa? Recordó la
mirada de Redon Hans que le había dado hace un momento estando borracho y como
la miró de una forma desagradable. No era la primera vez que aquel hombre
estaba detrás de una chica, pero hoy sus ojos eran aún más misteriosos.
La gente
de este pueblo no siempre le decía todo. A pesar de que vivió allí durante casi
siete años, sentía que todavía era una extraña para ellos. Pensó en que era
inevitable ya que así eran sus creencias. Ubicado en lo profundo de las
montañas, el pueblo estaba en un área aislada donde la nieve bloquea los
caminos en todas direcciones.
Naturalmente,
si bien existía una profunda solidaridad entre las personas que vivían en el
pueblo, solían mostrar excesiva desconfianza por los extraños. Los jóvenes de
su misma edad, a medida que crecían, superaban poco a poco aquellos límites,
pero los adultos todavía se sentían incómodos. Siempre consideraron a Ariste
como forastera y no confiaban del todo en ella.
Ariste
entendía su naturaleza y era muy consciente que en los pueblos esparcidos por
las montañas tenían un sentido especial de competencia y vigilancia porque las
zonas de caza se superponen entre sí. Era inusual que los forasteros entrarán a
una aldea así. Y ahora había un total de cuatro cazadores especiales. Entre
ellos, un hombre con una larga cicatriz en el rostro aparentemente producto de
las afiladas garras de una bestia, el hombre miraba a su alrededor afilando su
espada y llevaba un arma.
Era obvio
que incluso con su cuerpo cubierto por un grueso pelaje estaba lleno de cortes
grandes y pequeños. La persona sentada a su lado llevaba un parche en el ojo,
se podía ver un largo corte que se extendía hasta su nuca. Parecía que eran
gente que había escapado de la muerte muchísimas veces.
Los
guantes que envolvían sus manos muchas veces estaban en buenas condiciones. (Como
una pulsera de cuero para proteger las muñecas). Había también cazadores del
pueblo, aunque sus heridas por las bestias las llevaban como medallas, las
heridas de los profesionales eran algo más atroces porque parecían mucho más
grandes y profundas de lo que producían las bestias habituales.
Repentinamente
el hombre giró la cabeza hacia donde estaba Ariste, ella agachó la cabeza de
inmediato y cubriendo más profundo con su capucha. Ariste se apresuró a avanzar
por la calle hasta estar frente a su casa, pensando en cuántas rebanadas de pan
le quedaban y cuántos días podría comer la sopa con las papas que acababa de
recibir. Su casa, como la del resto de la aldea, era una cabaña hecha de
troncos. En el momento en que estaba a punto de subir las escaleras de madera,
alguien la llamó por detrás.
—Ariste.
Se giró
para ver quien la llamaba.
—Señora.
Era la
Sra. Reed, que vivía al lado. Era una de esas raras personas que siempre le
sonreía amistosamente a ella y a su padre.
—¿Qué
pasa?
Junto a
la Sra. Reed estaba Galón, el jefe del pueblo de Vito.
—Pase
lo que pase, se pondrá mucho más frío el clima. Me he preocupado de que estés
sola.
La
Sra. Reed se acercó con una linda sonrisa y le dijo sosteniendo la mano de
Ariste.
—Oh, Dios
mío, mira cómo tus bonitas manos se están poniendo de ásperas.
Ariste
tenía las manos envueltas con una tela. Incluso en un día frío, sus manos
estaban ocupadas buscando hierbas que crecían en la nieve.
—Eso es
lo que hace todo el mundo
A
menos que seas un noble, no era posible tener manos suaves. Las mujeres en Vito
también cultivaban mientras los hombres iban a cazar, o confeccionaban ropa y
artesanías con pieles y cuernos de animales capturados por sus maridos e hijos.
Las manos
de las demás personas también eran ásperas pero sus heridas sanaban, en cambio
las manos de Ariste aún no sanaban, ya que tenían que escarbar en el suelo
helado y sacar las hierbas con sus manos blancas y agrietadas. Para hacer un
ungüento humectante, tenía que obtener aceite animal y leche, los cuales eran
aún más valiosos en el invierno cuando la caza era escasa.
—Está
bien.
Ariste
tomó su mano de la Sra. Reed, este tipo de bondad y atenciones le parecían
extraños, la naturaleza de la gente de este pueblo no era muy agradable ni
amable. No era algo por lo que había pasado durante uno o dos años. Incluso
cuando acudían a ella, la única doctora de la aldea, para recibir tratamiento o
medicación, nunca le dieron las gracias.
Entonces
se sintió extraña. Parece que le estaban sonriendo más de lo necesario, y de la
nada llegaron a su casa diciendo que están preocupados por ella. Ariste vio el
rostro del alcalde detrás de la Sra Reed. El jefe de la aldea, cuyo cabello y
barba era completamente blanco, tenía siempre una expresión severa y no podía
cambiar fácilmente de expresión.
Era un
hombre que solo vivía por la paz y la prosperidad de la aldea. Fue bastante
inusual para él aceptar a Ariste, que era una forastera, se convirtió en jefe
de la aldea a una temprana edad y lo seguía siendo hasta ahora, los aldeanos lo
apoyaban plenamente, por lo que todos siguen obedientemente su opinión. Por eso
también era el benefactor de Ariste. Aun así, no era muy cómodo.
—Usted
vino también, jefe.
—Entremos
y hablemos, hace frio aquí afuera. La nieve ha cesado, pero es probable que
vuelva a caer.
La señora
Reed se río alegremente y tomó la mano de Ariste. Galón movió su cuerpo, que
parecía una gran roca y caminó hacia ellas dos. Ariste subió las escaleras sin
decir una palabra y abrió la puerta de la cabaña.
—No
tengo mucho que ofrecer.
La
olla de hierro, donde la sopa debería estar hirviendo, llevaba días vacía.
Alrededor del horno había dos trozos de pan que se habían enfriado.
—Oh,
Dios mío, ¿qué es esto?
La Sra.
Reed miró dentro y chasqueo su lengua.
—Deberías
haberme dicho esto. No somos extraños.
—Afortunadamente,
conseguí unas patatas que habían guardado. Gracias.
La Sra.
Reed miró la cesta de Ariste, y observó las papas germinadas con el ceño
fruncido. Ya están germinando. Te traeré algunas más. Probablemente serán mejor
que estas. Los ojos de Ariste muy abiertos se volvieron hacia ella. No puedo
creer que me está regalando comida este invierno. A causa de su inusual bondad,
la sospecha vino antes que la gratitud.
—Es
un desperdicio que estés en un lugar como este.
La
Sra. Reed le dijo de la nada y le acarició el cabello que sobresalía de su
capucha.
—Eres
la más bonita de la aldea y llamas la atención de todos los hombres en este
lugar.
Ante el
roce que recorrió la línea de su rostro se le puso la piel de gallina e
instintivamente sacudió su mano. La Sra. Reed la miró como si estuviera un poco
avergonzada y luego apartó su mano.
—La gente
hermosa paga por su apariencia.
Por un
momento dudó de lo que escucho. Tan pronto como intentó volver a preguntar,
Galon desvió su atención tosiendo en vano.
—Ariste.
—Si.
Ariste
giro hacia donde estaba el jefe.
—Dígame.
—Tengo
algo que decirte.
—...
¿Por qué la estaba buscando el jefe?
¿Qué hacía que su corazón latiera tan rápido? ¿Están tratando de echarme a patadas
ahora?
Sintió
una ansiedad que nunca había sentido desde que llegó a este pueblo, y levanto
la cabeza. No, ya han pasado siete años y no creo que vaya a echarme de la
noche a la mañana porque no nací aquí. Cuando ella estaba luchando por reprimir
su ansiedad, el jefe volvió a hablar.
—Todavía
no has pagado por la comida de emergencia de este invierno.
La voz
del jefe de la aldea era más severa que nunca.
—Eso
es... Si vendo el ungüento de hierbas medicinales...
—El
pueblo necesita comida. Hasta ahora, solo tú has estado observando la situación
La Sra.
Reed intervino.
—¿Cuánto
tiempo más vas a comer gratis de la aldea?
—Nunca he
comido gratis.
Ariste
negó moviendo la cabeza y hablando con firmeza. No era una persona inútil,
realmente no lo era.
—Yo
proporciono el tratamiento y preparo todos los medicamentos.
Pagaban
una cierta cantidad de dinero, pero era un precio muy bajo. Cuando alguien le
decía que estaba enfermo, ella iba a cuidarlos mientras dormían. Entonces no
había razón para escuchar esto ahora.
—Bueno,
sí, pero. Sin esa habilidad, ni siquiera podrías vivir aquí en primer lugar.
La
Sra. Reed tenía un rostro agradable y no dijo nada que no fuera verdad.
—Es
por eso.
—...
—¿Por qué
no formas un hogar en la aldea?
—¿un
hogar?
Era
difícil entender lo que decía la Sra. Reed. Ariste la miró confundida.
—Con el
jefe de la aldea.
Tuk.
La
canasta que tenía en la mano cayó al suelo. Las patatas del interior cayeron al
suelo rodando.
—¿Qué
quiere decir con eso?
Ariste
parpadeo varias veces porque pensó que había escuchado mal. De ninguna manera,
podía significar eso. Señora. Reed habló de nuevo para tranquilizarla.
—Realmente.
¿Qué quiere decir?
La Sra.
Reed se río a su lado.
—Te
conviertas en la esposa del jefe de la aldea.
—¿Esposa...?
—Sí,
serás la esposa del jefe de la aldea. Es un matrimonio donde saldrás ganando.
—¿De qué
está hablando? El jefe está más viejo que mi padre.
Hmm,
escuché la tos del jefe. Sra. Reed miró a Galon y le susurró a Ariste en voz
baja.
—Shh,
no puedes decir eso. Suenas como una niña. Ahora tienes la edad suficiente y es
difícil vigilar tu situación para siempre.
Había
algo parecido a una reprimenda en la voz de la Sra. Reed. Ariste se quedó
atónita al escucharla hablar como si la culpa de todo esto recayera en ella.
—Si
no vas a cubrir tu parte, tienes que formar una familia. Si tienes un esposo
confiable, te sentirás mucho más tranquila.
—jefe.
Sintiendo
que ya no podía hablar ni escuchar a la Sra. Reed, se giró y miró al jefe. Sin
embargo, en el momento en que se encontró con su mirada indecente, Ariste
sintió que algo estaba yendo mal.
—...No
quiero.
Ariste
retrocedió un par de pasos. Su miedo instintivo la hacía mirarlos con desprecio
como si se burlara de ellos. Los ojos de las dos personas que la miraban se
volvieron fríos
—Todavía
no has pagado la cuota de este mes.
El jefe
abrió la boca y volvió a decir.
—Por
favor espere un poco. Ahora, cuando haga el ungüento.
—No
lo necesito, dame la comida.
—Dijo
que las hierbas estaban bien y las medicinas.
—Necesitamos
comida para comer. Eso es mejor que la medicina.
—...
Ariste
miró al jefe sin poder hablar.
Eso es
mejor que las medicinas. Esas palabras que nunca pensé que saldrían de la boca
del jefe de la aldea. Era absurdo para ella, que recuerda claramente por lo que
fueron aceptados ella y su padre en esta aldea.
—El jefe
de la aldea te está proponiendo matrimonio, a ti una huérfana que no tiene un
lugar adónde ir. Deberías solo darle las gracias.
—¿Las
gracias? No diga tonterías.
La
Sra. Reed agarró la mano de Ariste con fuerza.
—Ariste.
La Sra.
Reed, en un tono más agresivo que antes, la llamó por su nombre. Sentí su
agarre más fuerte que antes.
Ariste
frunció el ceño ante su agarre. Se quitó la mano como si se estuviera
sacudiendo algo sucio debido al rechazo instintivo y caminó hacia la puerta.
—Por
favor, váyanse
De pie
frente a la puerta, respiró profundamente. El insulto y la deshonra que acabo
de recibir era inolvidable. Tratando de ocultar sus manos temblorosas, respiró
hondo.
A pesar
de sus palabras, el jefe y la Sra. Reed se miraron el uno al otro, pero no
parecía tener ninguna intención de irse.
—¡Salgan
de aquí!
Ariste
finalmente no pudo resistirse y abrió la puerta.
—Es una
buena oportunidad.
—¿Sabes
lo que pasará si no pagas la cuota a tiempo?
Sus
malditas palabras dejaron una fuerte impresión en mí.
★★★
Aquella
noche Ariste cerro muy bien las puertas y ventanas antes de acostarse porque no
podía sacarse de la cabeza lo que el jefe y la Sra. Reed le dijeron antes. El
solo sonido del retumbar de las ventanas por el viento hacía que su cuerpo se
encogiera. Quería huir rápidamente a algún lugar en ese mismo instante, pero le
era imposible.
Si dejara la aldea... ¿a dónde iría?
Cada
aldea tiene reglas muy estrictas y no es fácil asentarse dondequiera que fuera.
Incluso después de pasar 7 años aquí, todavía no podía evitar ser tratada como
una extraña. Obviamente se negarán, le darán la espalda y dirán que no pueden
hacerlo. Ariste se consoló y rápidamente cayó dormida.
Truc.
—...
En un
segundo, una sensación extraña la despertó. Una sensación desagradable de
nervios recorrió todo mi cuerpo mandando una advertencia, algo parecido a un
instinto animal.
Abrí los
ojos, pero todo el lugar estaba oscuro, y las velas que había dejado por la
ansiedad que me causaba la noche hacía mucho que estaban apagadas, y todas las
ventanas estaban cerradas y bloqueadas, por lo que no había forma de que la luz
entrara por ningún lado.
Pero
claramente había escuchado algo, podía percibir un mal olor llegando de alguna
parte. No, esto no era su imaginación sino algo real. Ariste se incorporó y
extendió la mano hacia el cuenco de velas. Luego tomando la cerilla que había
dejado a su lado y la friccionó rápidamente.
Tak, tak.
Después
de unos toques inútiles, la cerilla se incendió, y finalmente el fuego se
transfirió a la vela.
—Ahhhh...
Entre
la oscuridad surgió de repente una forma desconocida.
—Ariste.
Con un
fuerte apretón le cerró la boca. Ariste inmediatamente luchó para resistirse,
pero su fuerza era insignificante. Será mejor que mantengas la boca cerrada.
—...
Su voz le
resultaba familiar. Era Hans, el hijo del jefe de la aldea. El poder de su
agarre era muy fuerte que ella no podría haberse resistido de ninguna forma.
Cuando se dio cuenta de que no podía escapar después de luchar, Ariste bajó los
brazos en silencio.
—Es
bueno que te comportes.
El
sonido de su respiración pasando por sus oídos hizo que el cuerpo se le
encogiera.
—Mi
padre me dijo, que te voy a tener como mi madrastra.
—...
—No
te salve para esto, ¿verdad? La idea de que estés debajo de la piel de otro
hombre hace que mi sangre hierva. Por supuesto, aquí mismo ya se está
calentando.
En medio
de la oscuridad, el rostro de Ariste se puso pálido instantáneamente después de
que Hans, soplara un viento caliente. Una mezcla de alcohol, carne y drogas
desprendía un olor desagradable.
—Gugh.
Involuntariamente
Ariste sintió náuseas y se retorció lo más fuerte que pudo, pero aun así no fue
suficiente para hacerle frente a su fuerza. El derribó a Ariste contra el piso
bruscamente, ella estando todavía sujeta contra el suelo de madera lo pateo en
la espinilla con sus pies. Hans susurró y luego maldijo.
—Te
dije que me trataras bien, y luego vas y me pegas.
Chirrido
El sonido
de un estallido agudo se esparció por el aire.
Su rostro
se inclinó completamente hacia un lado, su mejilla hormigueaba por el golpe.
—Si
no quieres que te lastime la cara, quédate quieta.
Luego se
subió sobre Ariste y la miró. Sus alargados estaban nublados por la emoción.
—¡Déjame
ir!
Ariste
luchó tan fuerte como pudo y golpeó el estómago de Hans con el codo.
—¡Dios!
Hans
gritó de dolor, como si se hubiera quedado sin aire. Ariste lo empujó tan
pronto como siento que soltaba su brazo.
—¡Argh!
Pero
apenas pudo dar unos pasos antes que él la agarrara del cabello con fuerza,
ella extendió su mano tomando lo que hallara al azar y lo apuñaló en el ojo, el
maldijo y nuevamente tiró a Ariste al suelo. La joven rodó por el piso varias
veces, mientras era empujada por el hombre. Se golpeó el hombro fuertemente
contra el borde de la cama, pero no sintió ningún dolor.
El hombre
que recibió una patada en el estómago se derrumbó con un sonido sordo. Ariste
no perdió el tiempo y le golpeó la cabeza con una tetera cercana.
—Uh...
Uh.
La sangre
goteaba de la frente de Hans, quien recibió un fuerte golpe en la cabeza. Se
agarró a la pata de la mesa para levantarse a toda prisa. En ese momento, la
vieja mesa fue apartada con un chirrido. El sonido de la esquina de la mesa
golpeando la cabeza del hombre sonó tan fuerte.
—...
La mesa
golpeó la cabeza del hombre inclinándolo hacia un lado. Ariste observó la
escena escondiéndose en la oscuridad. Probablemente se levantará pronto,
empujará la mesa, y luego, luego...
Pero el
hombre no se movió. Ariste retrocedió hasta el rincón y miró al hombre caído.
El hombre seguía sin moverse en su posición boca abajo. La sangre empezó a
esparcirse por el suelo, era demasiada. Ariste estiró sus pies en silencio y
miró al molesto hombre.
Le dio
unos toques, sin embargo, Hans no dio señales de moverse. Al mirar su brazo
débilmente flácido, ahora tuvo otro tipo de pánico.
—Él está
muerto...
Retiró su
cuerpo que se había acercado a Hans y se tambaleó. La mano de Hans pareció
extenderse hacia adelante y agarrar su cuello. Sin embargo, mirando sus brazos
no había ningún movimiento en absoluto, cada vez estaba más segura. Hans está
muerto. En ese momento, sintio como toda su sangre se enfriaba.
—Yo
lo maté.
Dijo sin
darse cuenta y rápidamente cerro la boca. Era una frase aterradora la que
estaba colocando en sus labios. Matar a una persona. Definitivamente era el
cuerpo de un ser humano el que yacía frente a ella. Tan pronto como recobro sus
sentidos, solo había una cosa que inundo sus pensamientos y era que tenía que
huir. De esta casa, de esta aldea.
No habría
nadie allí que creyera en su inocencia ni estarían interesados en probarla. Nadie
estaría dispuesto a culpar al hijo del jefe de la aldea por colarse en la casa
donde vive una mujer sola en medio de la noche. Lo único que importaría sería
la muerte del hijo del jefe de la aldea.
Toda la
escena se desarrolló como si la hubiera visto ante sus ojos. Si iba a escapar
no debía perder más tiempo. No tenía nada que llevarse. Tambaleando se puso de
pie, sacó la capa que colgaba junto a la estufa y la puso sobre su cuerpo,
abrió su escondite del piso y sacó una bolsa de cuero con dinero de emergencia.
El sonido
de algunas monedas chocando entre sí sonaba lamentable, pero era todo lo que
tenía. Ariste, aturdida, saltó sobre el cuerpo del hombre que yacía boca abajo,
metiendo cualquier cosa que valiera un poco de dinero en la bolsa de cuero. De
todas maneras, todo lo que podía llevar era un montón de hierbas medicinales
que había cosechado.
Tomó
tanto como pudo, lo metió en el bolso y se levantó. El movimiento repentino
hizo que se mareara tambaleándose, pero al final puso recobrar el equilibrio. Chirrido. Cuando
abrió la puerta lateral, entró la fuerte tormenta de nieve dentro la casa. El
sonido del viento llegaba a sus oídos como si fuera el grito de un diablo.
Ella miró
hacia afuera mediante una pequeña abertura en la puerta. Solo vio oscuridad por
todos lados. No alcanzaba a ver una distancia más lejana, salir con este clima
podría significar la muerte. Pero...
—...
Ariste se
dio media vuelta viendo al hombre boca abajo, era imposible ocultar ese cuerpo.
Al amanecer, probablemente se convertiría en una asesina, y tendría que trepar
sobre las leñas apiladas para el festival. Así que debía que elegir el plan con
el que tuviera más probabilidades de sobrevivir.
Respiró
hondo y abrió la puerta de par en par, y luego se empujó entre ellas, como con
esto logaría sobrevivir. Su casa estaba en el rincón más alejado de la ciudad.
Era una suerte que el camino a la montaña estuviera tan cerca.
La fuerte
ventisca golpeaba su rostro. Incluso con la capa bien cerrada, era difícil
evitar que el viento la azotara sin piedad. Las botas, hechas de piel de
animal, estaban enterradas en la nieve, que alcanzaba el borde del vestido por
encima de los tobillos. Ariste caminaba con los pies hundidos profundamente en
la nieve.
El camino
hacia la montaña era tan empinado que era difícil subirla con normalidad. No
fue tarea fácil escalar por un camino tan lleno de nieve. Caminó con todas sus
fuerzas. Si regresa, morirá. Ese es el único pensamiento en mi cabeza. Todos en
la aldea sabían lo aterrador que era el jefe de la aldea solo para proteger a
su hijo.
Fue el
único hijo que tuvo el jefe de la aldea ya a una edad avanzada y nadie tenía
ninguna objeción que se convertiría en el próximo jefe de la aldea en el
futuro. Si encuentra a ese hombre yaciendo muerto en su casa.
—Puaj...
Ariste
resbaló en la pendiente y logró agarrarse de la raíz de un árbol. Cuando la
pendiente alcanzó un punto llano, apenas podía respirar pero aún estaba cerca
de la aldea, si bajaba por esa colina. «¿Cuánto tiempo ha pasado desde que me
fui de casa? Me gustaría al menos ganar algo de tiempo hasta que salga el sol»
—....
Fue justo
cuando Ariste miró hacia atrás. El pueblo estaba lleno de luces en movimiento.
Los gritos feroces y gritos de alguien se entrelazaron y zumbaron en el feroz
viento. Sin querer, cometió un asesinato. Ya era demasiado tarde para volver.
Incluso si hubiera estado allí, la abrían culpado.
Sus
temblorosos pies estaban enterrados profundamente en la nieve y no se movió. «¿Sabrán dónde estoy?» Afortunadamente,
el clima le favorecía ya que había ventisca. Las huellas desde su casa a la
montaña se borrarían rápidamente. Ariste sacó sus temblorosos pies de la nieve.
Los zapatos los sentía más pesados a medida
que se mojaban por la nieve, pero no podía dejar
de caminar.
Después
de cruzar la pendiente, entró en un tramo relativamente suave. Cuando levanté
la cabeza, vi a la luna llena elevada entre las ramas enmarañadas de los
árboles. Después de sujetar la capa con más fuerza a su alrededor, apresuró sus
pasos. Quizás debería hoy caminar toda la noche.
★★★
Al sonido
de la nieve derritiéndose, Ariste abrió los pesados párpados.
«¿Podría ser que la encontraron escondida en la noche?» Miré a mí
alrededor, pero no había señales de intrusión. A medida que se acercaba el
amanecer, el cielo comenzó a tornarse púrpura. Cubrió la entrada a la cueva con
las ramas que había cortado, pero no pudo evitar que la sutil luz se filtrara
por las grietas.
Ariste
rebuscó en la hoguera que casi se estaba apagando y volvió a encenderla. El
fuego era solo un poco más brillante, pero ahora tenía miedo incluso de eso.
Tenía miedo de lo que pasaría si veían la tenue luz de este fuego y me
encontraban, pero si no encendía el fuego en este momento, me podría morir
congelada, pero afortunadamente, hacía relativamente calor dentro de la cueva.
Parecía
ser un lugar donde las bestias salvajes daban a luz y criaban a sus bebés, pero
no había ningún rastro de alguna bestia o de que se hubiera utilizado durante
algún tiempo. Una sonrisa vana apareció en los labios de Ariste mientras
observaba cómo las llamas parpadeantes se desvanecían gradualmente. No es la
primera vez que tengo este tipo de experiencia, así que fue bastante útil.
Encontrar
un lugar para esconderse incluso en las nevadas montañas y encender un fuego en
un árbol. Fue porque escapé de la muerte, de la mano de mi padre cuando era
joven. Gracias a eso, estaba acostumbrada a vagar por la montaña. Dormir en
cuevas excavadas y abandonadas por animales, masticar pan seco para aplacar el
hambre. No era su primera vez.
De
repente, recordé trasladarme de pueblo en pueblo antes de instalarme en el
pueblo de Vito. Era el mismo invierno de entonces, ahora. Todo empezó con el
asesinato que cometió mi padre. Incluso si fue un asesino, no le tenía miedo a
mi padre. El muerto había sido el culpable de lo que paso. Porque violo y mató
a la mujer que era la esposa del médico y la niñera de su hijo.
Sabiendo
esto, su padre mató al Conde con el cuchillo con el que corta las hierbas. A
partir de entonces, la incesante persecución por los miembros de la familia
continuó, y ella junto a su padre estaban ocupados huyendo como bestias
perseguidas. No era la primera vez que se escondía en una cueva y llenaba el
estómago con carne de animal cruda. Cuando quería beber agua, derretía la nieve
y la bebía. Fueron días muy duros. Entonces, se podría decir que fue la única
suerte que tuvieron padre e hija instalarse en el pueblo de Vito.
—Por
favor, déjenos vivir en la aldea.
Mi padre
rogó como un ganso horrorizado, vistiendo ropas sucias y rotas por todas partes
sus ojos eran tan fuertes como su súplica, si da un paso atrás de aquí, no
tiene a dónde ir, fue la expresión de su voluntad. Mi padre estaba agarrándome
con toda su fuerza mi mano que sostenía. La mano que sostenía le dolía como si
fuera a rompérsela, pero incluso a mi temprana edad, sentía que no estaba en
condiciones de quejarme. La pequeña Ariste se escondió detrás de la capa de su
padre y miró a los aldeanos.
—Es
peligroso tener forasteros, jefe.
Todos los
aldeanos dijeron lo mismo cuando vieron a padre e hija, que parecían mendigos.
Los forasteros son peligrosos, y esos pensamientos se reflejaron a través de
sus ojos, incluso si no lo decían en voz alta.
—Sé cómo
manejar las hierbas
Las
palabras de mi padre se convirtieron en gran ayuda para conmover el corazón del
jefe de la aldea. En ese momento, el único sanador del pueblo acababa de morir.
Las palabras de mi padre fueron una dura sugerencia no solo para el jefe de la
aldea, sino también para todos los aldeanos. Además, también fue cuando la
anciana madre del jefe estaba postrada en cama y ella se encontraba en un
estado desfavorable no como para prepararse para un funeral.
Después
de mucho tiempo, el jefe acepto y les dio a padre e hija una vieja cabaña.
Después de eso, su padre se hizo cargo de la anciana madre del jefe con todas
sus fuerzas, y la anciana, que casi no podía moverse, recuperó las energías
suficientes para sentarse y conversar. Ariste se sacó el resto de su sueño
frotándose los hinchados ojos, pero no había dormido bien. Me quedé dormida y
me desperté repetidamente.
Acurrucado
en la capa, esperé a que pasara la noche. Pero mientras observaba el amanecer,
me sentí tan desesperada.
—¿A dónde
debería ir?
Pensé que
era el último lugar donde iba a vivir. Así que vivía con el estómago semivacío.
Los cazadores de la aldea a menudo resultaban heridos, y las heridas eran en su
mayoría traumas menores, pero también había muchas heridas mortales al tratar
con grandes bestias.
Su papel
era cerrar esas heridas vendarlas bien y ayudarlos a recuperarse. Después de la
muerte de mi padre, heredé el trabajo que hacía y nunca perdí un solo día de
trabajo ni deje de curar a los aldeanos.
Y éste
fue el resultado. Su situación era la misma de cuando huía al principio. Espero
que me olviden, por favor. Si no la seguían buscado, será porque piensan que
debió haber muerto en alguna parte de la montaña debido a la ventisca. Fue
cuando enterró su rostro en el regazo.
—...
Mi cabeza
inclinada se levantó. El sonido repentino del arma fue suficiente para hacer
desaparecer por completo la tenue sombra de sueño. «Tang, tang, tang»
No tenía
a dónde huir. Su conciencia, que se había desvanecido hasta hace un momento,
estaba volviendo, se estaba acercando la otra persona frente a ella. «Desearía poder terminar con esto, estoy
cansada de huir, tengo miedo, quiero que todo termine ahora»
«¿Por qué siempre tengo que huir? ¿Qué hice
mal? Ojalá hubiera vivido todo este tiempo escondida. No más, tenía muchas
ganas de acabar con todo esto», mi aliento se quebró en el aire.
Ariste apenas podía apartar los ojos del rifle del hombre como si estuviera
poseída.
«Si me apunta con eso y aprieta el gatillo», de
repente lo que veía cambio. Ahora todo lo que estaba frente a ella era el
hombre con brillantes ojos rojos. Se arrodillo sobre una rodilla frente a ella
inclinado, mirándola, había sangre salpicada en un lado de su rostro que
parecía que se derramaba de sus ojos rojos, era hermoso.
Ese fue
el único pensamiento de Ariste cuando vio por primera vez al hombre. Su cabello
brillaba plateado con el frío viento invernal, ojos más rojos que la sangre.
Piel pálida pero dura que parece estar hecha de hielo... Ni siquiera al estar
cubierto de sangre podía ocultar su belleza. Era como un monstruo que nació en
la nieve y se comía a la gente.
El monstruo tenía una hermosa forma humana,
una mujer para un hombre, un hombre para una mujer. A los seres humanos
poseídos por el monstruo, mueren enterrados en la nieve, perdiendo sus almas. Y
mi padre agregó: Por eso, aunque mueras congelado, tienes una sonrisa en el
rostro
Cuando
ella era joven, su padre inventó y le contó todo tipo de historias de miedo
para que su hija nunca entrara sola al bosque y estuviera en peligro. El mismo
monstruo vive en lo profundo del bosque nevado, fascina, congela, mata y devora
a las personas perdidas. El monstruo, frío de pies a cabeza, abraza a los
perdidos, los congela lentamente y luego los mastica para que no queden ni sus
huesos. Este hombre se parece exactamente al monstruo de la historia.
Me pregunto si de verdad lo estoy mirando
ahora, quizás mi muerte esté cerca. Si puedo ver algo que no es humano, ¿de
verdad me comerá este monstruo? Pensé que no sería tan malo
El hombre
alzo la mano y se secó la sangre de la mejilla. Las largas manchas de sangre
hicieron que el rostro del hombre se viera aún más cruel.
«¿Sangre...?»
Pensé que
era la sangre del lobo. Pero luego recordé el fuerte viento del frente. La
sangre del lobo no puedo haber salpicado al cazador. Entonces, « ¿de quién es esa sangre...?»
Ariste
abrió de repente los ojos de par en par. La niebla en mi cabeza, que me nublaba
como si hubiera caído en un sueño, se disipó rápidamente. Este invierno, las
únicas personas que deambulaban por el bosque con armas de fuego eran los
cazadores que cazaban a las bestias invernales. Pero este es el bosque nevado.
Era el terreno de caza de invierno del duque Icanus. Si es libre de caminar por
el bosque con un rifle...
Los ojos
rojos del hombre la miraban intensamente, muy silenciosos, como si estuviera
mirando la puesta de sol en el cielo lejano, su mirada indiferente, sin emociones.
Sin embargo, Ariste, viéndolo a los ojos, se quedó sin aliento. Incluso cuando
vio a los ojos del lobo, no se sintió así.
«Esos ojos, esos ojos... no son humanos» No
sé por qué, pero pensé eso. Toda la situación no tenía sentido.
—Los que
entran en este bosque no vuelven a salir vivos.
—Todos se
convirtieron en trofeos de caza y se exhibieron en el Castillo del Duque.
Al
recordar la advertencia de los aldeanos, revivió en un instante.
Su
mandíbula tembló y sus dientes crujieron. Sus manos y pies enterrados en la
nieve se enfriaron más rápido.
—El
Duque.
La boca
del hombre se crispó, como si hubiera escuchado la voz que salió de su boca.
—No soy
el duque.
Él estaba
sonriendo.
—¿Quieres
que te deje conocer al duque?
—...
Sorprendentemente,
el hombre no parecía estar de mal humor. Parecía emocionado como una fiera
mirando una presa por primera vez en su vida. Ni él ni Ariste podían quitarse
los ojos de encima. Sin embargo, la forma en que se miraban era muy diferente.
«Ayúdame», eso es lo que quería decir, pero en el momento en que abrí la boca,
jadeé.
—...
Le
introdujo la punta del rifle en sus labios rojos. Una sonrisa se dibujó en los
labios del hombre cuando la miro. Los ojos de Ariste se abrieron aún más.
—Oye ...
je ...
Empujó el
arma más al fondo. Ariste miró al hombre con el arma en la boca. El arma
también se sacudió levemente debido a su cuerpo tembloroso. Podía sentir el
cañón del arma empujado lo suficiente profundo como para casi tocar su
garganta. Podía sentir el calor en el arma que acababa de disparar.
Soplo el
viento ante sus ojos esparciendo el cabello plateado del hombre, con su cabello
suavemente esparcido, pude ver sus ojos rojos con mayor claridad. El temblor de
mi cuerpo fue más intenso e hizo que la pistola chocara contra mis dientes,
moviendo también la mano del hombre. Pude ver el dedo en el gatillo vibrando
levemente. Por el movimiento involuntario, el hombre miró sus manos temblorosas
durante un momento y se giró a mirar a Ariste de nuevo.
«¿Eso lo molesto?» Ariste
pensó que apretaría el gatillo en cualquier momento. Pero su dedo solo estaba
en el gatillo. No estaba en la posición de sentirme aliviada solo porque aún no
a tirando de él. Se suponía que debía dispararme en cualquier momento, pero
parecía estar disfrutándolo. Después de que jugara con la bestia que lleva
atada durante un tiempo, para que no pueda huir a ningún lado, disparara el
arma tan pronto como se descuide. Vio que el dedo en el gatillo mantenía el
gatillo un poco más apretado.
El sonido
del metal en su boca al chocar con sus dientes bruscamente le lastimo los
oídos. Al menos estaba aliviada al hecho de que no iba a morir a manos de sus
perseguidores. Quizás se hubiera suicidado y ellos solo la hubieran arrastrado
como equipaje. O bien, si era difícil llevar su cuerpo, solo tendrían que
cortarle la cabeza. De todos modos, todo lo que tenían que hacer era demostrar
que la habían matado.
De todos
modos, eso fue lo que pensó que pasaría después de su muerte, pero era instinto
humano el querer morir lo mejor posible. Y Ariste se sentía más fiel a su
instinto en este momento. Para no coincidir con esta situación, sintió que el
arma en su boca estaba caliente. Era la misma calidez que deseaba
desesperadamente cuando deambulaba por el bosque. Sentí una extraña sensación de
alivio con solo morderlo.
Como si
el hielo dentro de su cuerpo se hubiera derretido, derramo una lágrima por el
rabillo del ojo. No estuvo mal que fuera a él lo último que viera antes de
morir. El rostro del hombre era bastante atractivo. Al menos era mejor que la
espantosa multitud que la perseguía. Mis labios formaron una suave sonrisa. Mis
ojos estaban a punto de cerrarse ante el calor del arma. El paisaje a mí
alrededor se volvió borroso en un instante.
También
el hermoso rostro del hombre se volvió borroso. «Clank clank». Escuché el sonido del arma siendo cargada. Se sintió
aliviada por que pronto moriría, si tuvo la habilidad de matar al gran lobo
rápidamente, fácilmente podrá acabar con su vida. En este momento, tuve la
suerte de conocer al hábil cazador.
—...
Sin
embargo, él no apretó el gatillo. El hombre apuntando el arma aun dentro de su
boca, inclinó la cabeza hacia un lado. Su mirada era tenaz como si estuviera
examinando mi rostro en sus manos. Incluso aun cuando mi mente esta medio
nublada, podía sentirlo claramente.
«¿Por qué me mira así, por qué, por qué iba
a...»
Saco el
arma de su boca, el cañón del armar apuntaba al suelo. «¿Por qué?» Sus ojos estaban preguntando, como si no pudiera
creerlo, sus ojos verdes se dirigieron hacia el rifle que sostenía. Una sonrisa
se deslizó por los labios del hombre.
—Porque
quiero poner algo más en esta boca.
Ante sus
palabras, mis ojos se abrieron de par en par por un momento y luego los
cerraron de nuevo. El hombre abrazó el cuerpo de la mujer mientras ella caía de
lado. Alzo la vista y vio cómo la nieve se hacía cada vez más espesa. La
tormenta de nieve estaba a punto de golpear.
***
Inmediatamente,
la intensa nieve nublo su vista. En el bosque, donde todo estaba cubierto de
plata y blanco, el hombre conducía el caballo por la nieve como si esta
situación le fuera familiar. Poco después apareció la cabaña que utilizaba el
cazador. Se bajó del caballo y cargo a la mujer. La mujer estaba en sus brazos
desmayada e impotente.
Con solo
mirarla, era como si hubiera traído un cadáver con él. No tenía color en su
rostro, estaba pálida como si hubiera caminado por el bosque durante mucho
tiempo, no podía sentir el más mínimo calor de su cuerpo empapado por la nieve.
Cogió a la mujer y pateó la puerta con el pie. Con un golpe, la puerta de
troncos se abrió, revelando el interior a través de ella.
Una
chimenea encendida con llamas escarlatas, una silla cercana y una cama cubierta
con pieles de animales. El interior era sencillo. Las marcas de sus botas eran
claramente visibles donde pisara. Tan pronto como entro al cálido interior, los
copos de nieve que habían caído sobre su ropa comenzaron a derretirse
rápidamente.
Desde la
parte superior de la chimenea hasta la pared cerca del techo, todo estaba
cubierto de cabezas de bestias muertas. Los trofeos de caza incrustados en las
paredes brillaban como si estuvieran a punto de cobrar vida y atacar.
La cabeza
del ciervo, que creció hermosamente con cuernos grandes y anchos, era tan
vívida como si fuera a mover sus cuernos y precipitarse hacia adelante en
cualquier momento, la cabeza del oso rojo estaba clavada en la pared mientras
apuntaba a su presa. Las muelas feroces apenas visibles brillaban horriblemente
bajo el fuego de la chimenea.
El hombre
dejó lentamente a la mujer en la cama frente a la chimenea. Y alzo su mano por
detrás del cuello quitándose rápidamente la camiseta empapada en nieve. Las
luces escarlatas vagaron sobre sus hombros y pecho sólidos. Se giró lentamente
hacia la mujer.
—...
El rostro
de la mujer estaba aún más pálido, vio que la nieve se derretía y goteaba de su
cuerpo iluminado por la chimenea. Mirando cómo había sangre manchando la capa
empapada de rojo, le quitó la ropa sin demora.
«Deslizar»
Le quitó
la capa, revelando así su abrigo y la falda para soportar el frío clima que
había estado usando por dentro. También le quito la bolsa envuelta en diagonal
y el la tiro al suelo. «Tuk», no sé
qué contenía, pero sonaba bastante pesado. Solo se escuchaba el ruido de la
ropa mojada siendo quitada dentro de la silenciosa cabaña.
El cuerpo
de la mujer, con solo puesta la ropa interior tejida con vellón, era más
delgada de lo que parecía. Extendió la mano y agarró el delgado trozo de tela,
y tiró de ella como estaba. La ropa la rasgó con facilidad, quitando el trozo
de tela teñida de sangre adherida a la pierna, revelando el área afectada.
Justo debajo, en la pantorrilla, donde la bala había rosado y desgarrando la
piel. La herida en sí no era profunda, pero debido a la constante caminata, la
herida seguía abierta y continuaba sangrando. Envolvió la herida con la ropa
rasgada y la apretó.
Después
de vendar la relativamente leve herida, esta vez le llamó la atención el
tobillo lastimado. Los dientes afilados de la trampa, perforaron la carne
dejando profundas heridas. La trampa que mordió el delgado tobillo estaba
preparada para atrapar un oso. La trampa hecha de hierro reforzado era lo
suficientemente poderosa como para romper hasta los huesos.
Afortunadamente,
la herida que tiene no es lo suficiente profunda como para mostrar su hueso. Si
no hubiera sido por el trozo de madera que se quedó atorado junto a al tobillo
ya se habría cercenado.
«Entonces, ¿debo decir que tuve suerte?»
Una
pequeña sonrisa apareció en los labios del hombre. Ella ¿Pensara que hubiera
sido mejor si hubiera muerto enterrada en el bosque nevado tal como estaba, o
ser atrapada por él? Era imposible predecir cuál sería lo más afortunado que le
pudo pasar a la mujer.
Vi un
trozo de metal oxidado atascado en el tobillo. El extremo afilado estaba profundamente
incrustado, así que pensé que tenía que cortar la carne y sacarlo. Sacó la daga
que llevaba en la cintura. Luego, froté en el piso varias veces para afilar la
punta ya afilada del cuchillo.
—UH Huh
Girándose
para mirarla ante su débil gemido, ella lo estaba mirando con los ojos
entreabiertos. Sus ojos estaban desenfocados, pero parecía haber descubierto lo
que sostenía en la mano. Un miedo instintivo se apoderó de inmediato de su
hermoso rostro.
Rashiel
no pudo evitar reírse. Incluso con el rostro contraído por el dolor,
instintivamente le teme al cuchillo. Fue muy similar e insignificante.
—Ah...
Se
levantó sosteniendo el cuchillo. Al ver al hombre acercándose, ella gimió con
ojos aterrorizados. Exhalando fuertes respiraciones y luchando, su cuerpo era
como el de un ciervo al borde de la muerte con heridas fatales.
Si
extendiera mi mano, podría romper tu delgado cuello. Ni siquiera necesitaría el
cuchillo.
—Ah...
uh.
De
repente, a ella se le llenaron los ojos de lágrimas. Su mirada estaba sobre el
cuchillo en la mano del hombre.
—¿Duele?
Se
arrodillo sobre una rodilla frente a la mujer y le susurró.
—...
Ella se
encontró con los ojos rojos del hombre no dijo nada.
—Aguanta
Agarró el
tobillo de la mujer. Aah, ella grito de dolor, pero no tuvo piedad en su toque.
La punta afilada del cuchillo comenzó a clavarse en el área afectada. Ariste ni
siquiera pudo gritar ante la sensación de la herida siendo desgarrada. Después
de un rato, lo que estaba en la mano del hombre era un trozo de metal del tamaño
de una uña. Lo tiró en algún lugar. Ella escuchó claramente el sonido del metal
rebotando en el piso de la cabaña.
—...
Aristo
respiró hondo. El dolor fue intenso, pero fue por un breve momento. Fue solo en
ese momento en el que respiraba superficialmente, reflexiono sobre el dolor que
había pasado. Cuando el hombre volvió a levantar la pierna, el rostro de Ariste
se volvió como un papel arrugado.
Las
heridas rasgadas en si piel no era nada en realidad. Miró con atención el
tobillo de la mujer, que estaba torcido en una dirección bastante extraña. Era
como si se hubiera torcido el tobillo mientras era presionado por la fuerte
fuerza de la trampa. Le agarró el tobillo con ambas manos. Ella abrió los ojos
ante la sensación.
La mujer
negó con la cabeza y se resistió. Estaba vencida por el dolor, pero era difícil
saber de dónde venía su fuerza. Como si estuviera molesto, tomó las manos de la
mujer con solo una mano y la acercó a él. En pocas palabras, ante el gruñido de
la mujer, la abrazó fácilmente, enfrentándola en sus brazos.
Se giró y
miró su rostro, ella tenía una expresión de confusión. Estaba preguntándose si
la estaba tratando de matar o salvar.
—Si te
duele, muérdeme
Sostuvo
el cuerpo de Ariste con fuerza la retuvo y volvió a agarrarle el tobillo.
—Argh ..,
Lo mordí
en el hombro cuando lo sentí. Su cuerpo es musculoso y fuerte. Aun así no sería
insensible a sus dientes.
—No... No
puedo...
El rostro
de la mujer estaba contorsionado como si hubiera anticipado el dolor que se
avecinaba. Fue una expresión muy bonita. De repente.
—¡Argh!
Un agudo
grito llenó la cabaña, Ariste gimió mientras recargaba la cara en el hombro del
hombre. Sus miembros temblorosos mostraban la profundidad del dolor que acababa
de experimentar. Agarró y rasgó la piel desnuda del hombre como loca con las
manos. Trazando líneas rojas en el lugar por donde araña, pero él no se movió.
Las manos
sobre su piel desnuda se fueron quitando lentamente, el hombre la miró y se
puso de pie como si hubiera terminado su trabajo. Cogió una botella quitándole
el corcho tirándolo al suelo. No era una muy buena forma, pero en realidad no
había otra forma de limpiar y desinfectar la herida.
—
Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh...
Mientras
tanto los leves gemidos se habían vuelto más doloroso. Se arrodilló sobre una
rodilla junto a la mujer como si hubiera tomado una decisión. Inclinó la
botella y vertió lentamente el contenido de esta. Cuando el frio líquido tocó
la herida, la mujer frunció el ceño con amargura. Rashiel sujeto el cuerpo
retorciéndose con fuerza y lo presiono
—Eh
Ariste
estaba completamente apoyada en los brazos del hombre, sentía como si mi
tobillo estuviera en llamas. Cuando el sonido de los dientes crujiendo y
repiqueteando se extendió, el hombre volvió a acostarla sobre la piel. Ariste
se retorció como una serpiente quemada en la cama. Estaba temblando tan fuerte
que la cama se estremeció. El hombre lo miró con indiferencia.
—Mmm...
El cuerpo
de la mujer, que suspiraba en voz baja, se desplomó de repente. Perdido el
conocimiento a causa del insoportable dolor. En estos casos, lo mejor era
desmayarse. Se sentó junto a la mujer que había perdido el conocimiento y la
miró en silencio. El cuerpo, que había estado ardiendo por su calor hace un
momento, ahora se estaba enfriando. Aunque está cerca de la chimenea, su cuerpo
estaba frío.
Rashiel
miró a la mujer con indiferencia, al mismo tiempo de su interior, surgió su
sadismo. La chimenea emite suficiente calor como para hacerlo sudar, pero no
parece alcanzar a la mujer. Necesitaba otra calidez, como una calidez más
íntima. Lentamente tomó la botella de ron a su lado y se la llevó a la boca. Su
garganta tembló mientras bebía trago tras trago.
Arrojó la
botella con rudeza y se sacó los pantalones. Como ya se había quitado la
camisa, lo único que le quedaba era el pantalón de cuero de ciervo. Se sacó los
pantalones de cuero, que estaban mojados por la nieve, y los tiró al azar al
suelo, dejando solo su cuerpo desnudo mostrando sus músculos lisos y duros. Se
acercó lentamente a la mujer.
—...
La miró
desde arriba, sin color en el rostro blanco como el mármol. Sus labios también
estaban azules, parecía un muerto. Quizás si la deja como está, es probable que
suceda.
Se
inclinó y comenzó a quitar el resto de la ropa que cubría el cuerpo de la
mujer. Como la ropa ya estaba rota, se separó fácilmente del cuerpo de la mujer
con solo tirar de ella.
—UH Huh
La mujer
gimió de dolor. El dolor en la pantorrilla y tobillo parecía sentirlo con
fuerza incluso cuando estaba inconsciente. «¿Se
veía así el ciervo que traje, que había sido atrapado y seguía vivo en la
trampa?»
En ese
momento, los ojos de la bestia húmedos lo miraron con resentimiento, y él lo
miró a los ojos clavándole el cuchillo en el cuello a la bestia.
—...
Su mirada
estaba en el Trofeo de Caza sobre la chimenea, Allí estaba empotrada la cabeza
del ciervo con los cuernos dignos extendidos. Si muere la mujer, tendrá esa
misma expresión. No es demasiado tarde para saberlo. Ahora tenía curiosidad por
saber cuándo esos ojos me miraran fijamente, así que estoy emocionado.
Sus
rodillas tocaron la piel que cubría la cama. Lo único que cubría el cuerpo de
ella era su cabello dorado que se había oscurecido por la humedad. Después de
quitar algunos mechones de cabello que cubrían el rostro, observó
cuidadosamente el rostro y por un momento permaneció inmóvil, como si observara
a su presa dormida frente a él. Mientras tanto, el cuerpo de ella se enfriaba
cada vez más.
—...
Las manos
y los pies que se habían escapado de las mantas de piel estaban pálidos,
Levantó la manta y los cubrió con esta, ella inmediatamente se abrazó a él.
Abrazó el cuerpo helado de la mujer. Un gemido sollozante hizo eco desde lo más
profundo de la garganta de ella. Parecía una bestia joven cavando en los brazos
de su madre perdida.
Incluso
tan pronto como se alejó para mejorar su postura por un instante, se cansó y se
acercó más. Una sonrisa se extendió por su rostro mientras miraba los brazos
envueltos alrededor de su pecho y hombros. Bajó la mirada y miró el cuerpo
desnudo de la mujer. Cada vez que exhalaba a través de su cabello que estaba
extendido sobre mi pecho, una perla rosada se revelaba a primera vista.
—Todavía
aquí esta rosa.
Sonrió y
le tocó el pezón con las yemas de los dedos apretándolo suavemente. Entonces,
como si reaccionara de inmediato se puso duro como dándole la bienvenida.
—...
Sus ojos
se oscurecieron por un momento, el pezón rosado fue succionado por su boca como
estaba.
—Sí... eh
Lo mordió
y chupó a su antojo. Cuando el seno de color rosa pálido salió de su boca,
cambio a un rosa más oscuro. A él le gustó percibió un leve olor a hierba entre
los senos de la mujer, Enterró su rostro entre sus senos ante el aroma que rozó
ligeramente la punta de su nariz. Y respiro hondo. El olor y el sonido de su
corazón latiendo rápidamente calmaron sus nervios mientras permanecía allí.
El hombre
enterró la cara entre los senos durante un rato y luego alzo la cabeza. Su
mirada se posó en su rostro pálido. Ella todavía estaba temblando. Se inclinó
lentamente hacia la mujer temblorosa. Cuando los senos de ella tocaron el pecho
de él, la mujer volvió a temblar. Puso la mano detrás, en la espalda de la
mujer y la acercó más a él. Excepto por las partes donde tocaba su boca, todo su
cuerpo era como hielo.
Parecía
estar abrazando todo la nieve que le cayó. La mujer solo estaba sostenida por
él impotente, como un cadáver que hubiera estado enterrado en la nieve durante
mucho tiempo. Con su gran mano frotó el antebrazo de la mujer y le acarició la
espalda. El calor que emanaba de su cuerpo estaba derritiendo lentamente a la
mujer.
Su cuerpo
rígido comenzó a derretirse lentamente bajo sus manos. Las yemas de los dedos y
los labios morados también recuperaron algo de color. Rashiel intentó chupar
los labios de la mujer esta vez. Aliento caliente brotaba de sus labios. Cuando
le chupo el labio inferior con fuerza, el color se volvió más oscuro. Era un
color que indicaba claramente que latía la vida. Sus manos comenzaron a moverse
un poco más rápido.
La mano
que había estado acariciando su cintura bajó cada vez más y agarró su culo
regordete. Este lugar todavía estaba caliente. Traté de apretar con mis manos
la carne gordita y suave. La sensación al apretar con mi mano estaba más allá
de mi imaginación. Con su otra mano, que había estado acariciando el montículo
varias veces, finalmente alcanzó su objetivo e introdujo profundo sus dedos
entre las piernas.
Los
largos dedos se clavaron en la tierna carne. La textura húmeda y suave envuelve
las yemas de los dedos como está. Los dedos que se introducen más y más
profundamente en el interior comenzaron a moverse con valentía. A diferencia de
su cuerpo frío y seco, el interior de su cuerpo estaba húmedo y caliente
alrededor de los dedos.
—Ummm ...
uh ...
—Je ...
El
aliento que exhalo fue ligeramente diferente al anterior. Definitivamente podía
sentirlo.
—Debes de
abrir los ojos.
Mordió el
lóbulo de la oreja de la mujer. Había notado la tensión que lo había rodeado
durante un tiempo. Movió los dedos más adentro.
—Puaj...
La mujer
inclinó la espalda como un arco y soltó un gemido.
—Porque
tenías frío.
Dedos
largos acariciaron su cintura.
—Se
sentía como si estuviera sosteniendo un cadáver.
Su mano
se deslizó hacia abajo y acarició su delicada carne.
—Pero no
parece así por dentro...
Dicho
esto, volvió a mover el dedo. Esta vez, tocó el interior más profundo y removió
la pared interior. Con la punta del pulgar, encontré su clítoris sensible y
comenzó a frotarlo. Cuanto más rápido era el toque, más rápido parecía decaer
el aliento de la mujer en sus brazos.
—Es como
una bestia
Estalló
en una agradable risa gruñona. Ariste jadeó y se aferró a él aún más. Era el
anhelo instintivo a la única calidez a la que podía aferrarse, y en su cabeza
estaba gritando que era algo peligroso, pero no podía permitirse el lujo de
escucharla. Algo que pueda darme calor. Solo en eso pensaba.
—¿Qué
quieres?
Le
preguntó a Ariste, su frente contra la suya. Sus ojos estaban desenfocados...
Ariste
parpadeó ante la pregunta del hombre, sólo veía una existencia nublosa ante su
visión borrosa, sentía frío. Sobre todo, fue intenso recordar todo lo que ha
pasado. Camine por la nieve durante demasiado tiempo. Le dispararon, me
persiguieron hombres que eran cazadores de humanos, superó la crisis de ver
morir a un lobo frente a ella y cruzo el umbral de la muerte.
—Hace
frío... Hace frío... Whoa.
Ya odiaba
el frío la única persona que podía darme calor era este hombre, al que ni
siquiera podía ver su rostro, era su única salvación, y Ariste estaba dispuesta
a aferrarse a esos brazos que eran su salvación.
—¿Cuál es
tu nombre?
Sus
labios sonrieron mientras miraba a la mujer que se acercaba a él.
—Ah, je
je ...
En lugar
de responder, salió un gemido doloroso y tenue. Para él, el sonido fue como el último
aullido de una bestia atrapada en una trampa. Sí, un poco más. Ante el doloroso
gemido, se rio sin darse cuenta.
—¿Eh?
Nombre.
Presionó
suavemente de nuevo y flotando la carne húmeda.
—Sí...
Ari... Ste.
—¿Ariste?
Entendió
claramente el nombre mezclado con el gemido y sonrió. Su toque se volvió un
poco más rápido. El número de dedos que tocaban el coño de la mujer aumentó, y
agitó su interior.
—Sí, sí
Incluso
cuando su mente está medio volando, su cuerpo respondió de manera constante. Me
gustó la sensación de mis dedos que los apretaba como si los mordiera. Derramo
su jugo resbaladizo, empapándole los dedos estirando mucho su agujero. Su
cuerpo tembloroso se aferró a él y no se despegó. Ahora la mujer frotaba mi
cuerpo con sus dedos inmóviles.
Cada vez
que su profundo y dulce aliento le hacía cosquillas en la cara, cerraba y abría
los ojos repetidamente. Ariste no fue la única que sintió el calor en el fondo.
Frotó el coño de la mujer con su pene abultado hasta que se puso rígido. Fue en
ese instante en que quise meterme en su entrada por donde se derramaba su jugo.
—...
Miró
intensamente el rostro de la mujer. Aunque reaccionó con sensibilidad a su
toque, aun no sabía cuándo volvería a abrir los ojos cerrados. Sus mejillas
enrojecidas, respiración irregular, frente y cuello ligeramente sudorosos...
En
particular, el temblor de sus finos párpados bien cerrados llamó su atención.
Si es posible, quería ver esos ojos muy abiertos. En lugar de seguir flotando
con sus dedos en la vagina de la mujer, introdujo su pene.
—UH Huh.
La mujer
frunció el ceño y gimió ante la cosa dura desconocida para ella. El sonido se
hizo más fuerte mientras metía y sacaba lentamente la cosa dura caliente que
estaba dentro de ella. La cintura del hombre, que se movía lentamente, aceleró
rápidamente las embestidas. El sonido del pene moviéndose a través del estrecho
agujero cortó el aire silencioso.
Tan
pronto como el dulce gemido llegó a su límite, el hombre se apartó, masturbo su
pene, su sonrisa se hizo más profunda al ver el semen saliendo a chorros empapando
el vientre de la mujer. Incluso después de venirse, el hombre volvió a estar
erecto rápidamente y volvió a ponerse entre las piernas de la mujer.
Luego
agarró el trasero de Ariste y la apretó contra él. El hombre, enterró el rostro
en su cabello dorado y respiró profundamente. Se oyó el sonido de las chispas
aleteando desde la chimenea.
★★★
No sabía
cuánto dormí. Porque me quedé dormida al desmayarme. Pero en medio de mis
cortos recuerdos, recordé el rostro de alguien. Ante mi visión borrosa, el
rostro de alguien que no sabía si era humano o no. Ariste movió su cuerpo para
poder levantarse.
—.....
Pero ni
siquiera podía moverme. Solo entonces se dio cuenta de que había alguien
abrazándola. Ariste alzo lentamente la mirada y dejó escapar un grito
silencioso. En este extraño lugar, soy abrazada desnuda por el hombre al que
nunca antes había visto. El hecho fue tan impactante que olvidé por un momento
el dolor en mi pantorrilla y tobillo
Gracias
al tratamiento que recibió mientras dormía su cuerpo estaba más relajado. Su
cuerpo estaba cubierto de sudor como si hubiera tenido fiebre todo el tiempo
que durmió. Su cuerpo fuertemente abrazado estaba tan pegado al hombre que no
había espacio como para que pasara ni una sola aguja. El sudor incluso se
condensó en las zonas donde hacían contacto.
Mientras
descifraba sus confusos recuerdos, recordé el rostro del hombre con más
claridad. Recordando, dónde lo había conocido y qué había hecho.
«¿Qué
diablos paso?»
—...
En el
momento en que recordé lo que había hecho con este hombre, mi rostro se
enrojeció rápidamente hasta mis oídos. Era como si hubiera estado realmente
loca, en ese instante. Solo quería escapar de alguna manera del dolor de mi
pantorrilla y la sensación de mi tobillo que parecía haberse fracturado. Me
quedé dormida al desmayarme, pero cuando me desperté, definitivamente podía
sentir algo tocando mi vientre.
Era la
cosa extraña que le provocó una misteriosa sensación, aunque ahora estaba
marchito, su tamaño era considerable. Cuando se hinchó y penetro abajo, era
mucho más grande que esto. Sin embargo, no llegó hasta al final. El líquido
blanco se secó y quedó pegajoso entre sus piernas. El semen y sus propios
fluidos corporales se mezclaron y se pegaron entre ellos. Al ver las marcas en
su cuerpo desnudo, su rostro se puso cada vez más rojo.
Para
olvidar el recuerdo, negó con la cabeza y rápidamente miró a su alrededor. Todo
estaba en silencio, excepto por el sonido del fuego crepitante y ardiente en la
chimenea. De vez en cuando, el viento fuerte soplaba contra la ventana, pero
aparte de eso, no se oía nada más. Ariste puso los ojos en blanco con
diligencia. Dentro de la cabaña de troncos, había todo tipo de botines de caza.
La marta,
el tejón y el mapache eran muy comunes. Se veían peluches y pieles esparcidos
aquí y allá. «Poder» Inadvertidamente, giro la cabeza hacia el techo de la
derecha y Ariste se encogió de sorpresa. Fue porque se encontró con los
brillantes ojos amarillos del águila con sus largas alas extendidas. El águila estaba
disecada en una postura que parecía como si fuera a volar en cualquier momento.
Justo
cuando buscaba a su presa, el águila miraba hacia abajo con ojos feroces. Incluso
el cuero que yacía en el suelo pertenecía a un oso. Al final del grueso pelaje,
quedaron las patas que debían haber pertenecido al oso, sin las garras. Alzo
aún más la cabeza, y vio la cara del oso que permaneció intacta, y las joyas
que habían puesto en lugar de sus ojos estaban delicadamente elaboradas. Como
el águila, parecía como si estuviera a punto de mirarla con los ojos muy
abiertos.
El hombre
que la sujetaba debe ser el dueño de esta extraña cabaña en la montaña. Tenía
un dolor de cabeza espantoso. Ariste empezó a encajar las piezas de su memoria
una a una. Ella estaba deambulando por el bosque nevado, apareció un lobo. Y...
este hombre apareció.
—No soy
el duque.
Solo esas
palabras se quedaron claramente en su memoria. Este es el terreno de caza de
invierno del duque de Icanus. Si alguien invade el terreno de caza del duque,
el único precio es la muerte. Entonces, «¿cómo
está este hombre aquí? ¿Cómo se puede atrever a disparar en el terreno de caza
del Duque?»
Las
preguntas siguieron una tras otra.
«No era que viniera y cazara en secreto, y al
ver que incluso tenía una cabaña de cazador como esta, parecía que no solo se
quedaría aquí por un día o dos»
Además,
este olor. Inmediatamente reconoció el olor a hierbas que flotaban en el aire.
A primera vista, se sentía como el aroma de flores, pero eran hierbas
medicinales secas que tenían un efecto tranquilizante para los nervios. Se
fumaba en un incensario o se inhalaba directamente. A menudo se hacía incluso
cuando estaba en la aldea.
La muerte
llegaba inesperadamente a menudo en la aldea de los cazadores, y las familias
en duelo que vieron a la persona siendo asesinada por una bestia de una manera
terrible sufrieron alucinaciones y pesadillas durante un tiempo. Así que cada
vez que pasaba, preparaba las hierbas medicinales y se las daba a fumar.
Aun no
existe un tratamiento para aquellos que han sufrido una gran conmoción
psicológica, pero el único inconveniente era el hecho de que tenía fuertes ingredientes
narcóticos adictivos. Es por eso que no lo hice a menudo o mucho, pero aquellos
que olieron el aroma al menos una vez buscaron la hierba medicinal como si
estuvieran poseídos. Era esta droga por la cual la gente borracha llegaba a su
casa y le gritaban que se la diera.
La
combinación de hierbas e ingredientes medicinales utilizados con frecuencia por
el cazador era ligeramente diferente, pero el efecto sería el mismo. En este
compuesto medicinal se agregó otra hierba que neutraliza el mal olor. Por eso huele
como el aroma de una flor. Ariste miró alrededor de la cabaña una vez más. Las
cabezas de las animadas bestias estaban empotradas por todas partes, como si
todavía estuvieran vivas.
Para
atrapar a todas estas bestias, generalmente tienes que tener habilidad. Además,
todos parecían haber sido cazados en el terreno de caza del duque. Por lo
general, las mayores ganancias de los cazadores eran la venta de pieles caras. Las
pieles de martas, zorros y otros animales eran indispensables para adornar la
ropa de invierno de la nobleza.
Se dice
que con el simple hecho de agregar cuellos de pelaje lujosos a las prendas de
seda o agregar adornos de piel a las mangas y el dobladillo aumentaría el precio
de la ropa varias veces. Así que los cazadores que querían conseguir pieles
para la ropa iban a cazar en invierno, cuando era más difícil encontrar una
presa. Esto se debe a que la piel y el cuero de las presas en invierno eran los
más gruesos y suaves.
Esta
persona también parecía ser uno de esos cazadores. Al observar los peluches y
las pieles en todo el lugar, sus habilidades deben ser extraordinarias. Pero
había algo extraño en eso simplemente.
—¿Quedan
tantas sobras como las que tiene después de venderlas?
A juzgar
por el botín que había cazado, quedaban intactos a pesar de que las pieles de
martas y zorros que podía vender a un precio elevado se desbordaban. Además,
los peluches y las aves rapaces, que cualquier aristócrata codiciaría, también
parecían muy habituales en esta cabaña. Ariste volvió a girar la cabeza y miró
hacia el lado donde estaba acostado el hombre.
Era un
hombre que parecía estar hecho de cristal de hielo. La piel blanca como la
nieve es una característica de las regiones del norte donde el sol no brilla,
pero este hombre era demasiado. Además, las pestañas de los ojos cerrados eran
gruesas y largas, proyectando una elegante sombra debajo. Incluso el tinte rojo
en los labios ligeramente abiertos.
Era el
tipo de apariencia que te hacía perder la cabeza en el instante en el que lo
miras y no podía creer si solo lo hubiera escuchado, que estaba cazando
animales salvajes con esa cara, mirándolo en este momento, lo hizo aún más increíble.
Sin embargo, todavía estaba vivo en mi memoria verlo apuntándome con su arma.
Literalmente, era como si hubiera nacido de la nieve.
Casualmente
le voló la cabeza al lobo, del tamaño de una casa, e incluso le metió su arma
directamente a su boca.
—Quiero
poner algo más que un arma en esta boca.
Incluso
en mis borrosos recuerdos, recordé claramente sus palabras.
—Algo
más...
—Bien....
El hombre
empezó a moverse e intento girarse, cuando se movió mientras sus cuerpos
estaban muy unidos, su piel que me tocaba reacciono de manera muy sensible.
Ariste, que vio temblar los párpados como si estuvieran a punto de abrirse,
cerró rápidamente los ojos. Sin embargo, incluso al cerrar los ojos, podía
sentir su mirada mirándome. Incapaz de hacer contacto visual, cierro los ojos
con más fuerza. Podía sentir el aliento ligero del hombre cerca de mi rostro.
—¡...!
Podía
sentir su mano deslizándose suavemente por mi espalda. Ariste sabía desde
anoche que era un toque con muchas intenciones impuras. Esa mano que constantemente
me presiona como si revisara algo mientras me aprieta la cintura. La mano no se
detuvo allí. Su brazo, sosteniéndola firmemente, parecía descender gradualmente
y agarro el trasero con fuerza.
Pero la
mano grande no terminó agarrándole solo el trasero, sino que comenzó a
masajearlo suavemente, grite por dentro. La mano del hombre estaba cubierta de
callos por el arma que sostenía, y cada vez que la carne dura aplastaba su
carne blanda, los recuerdos de la noche anterior me venían a la mente.
La mano
que había estado acariciando atrevidamente su trasero bajó aún más y se hundió
entre su entrepierna. Sus dedos han invadido el hueco donde el semen que
derramo anoche y el dolor permanecen intactos. Fue un momento en que el agua
llenó el manantial seco. Los dedos introducidos en su hendidura con la piel
húmeda inmediatamente comenzaron a jugar con su carne interior como si fuera
suya.
—Ulular
Finalmente
me quedé sin aliento.
—Eh.
—Ahhh.
Al final,
soltó un gemido, incapaz de soportarlo, abrió los labios y salió. Como si le
gustara mucho el sonido, el hombre soltó una carcajada. El hombre ya sabía que
se había despertado. Aun sabiendo esto, siguió haciéndolo.
—Hey!
Detente.
Un leve
quejido de resistencia emanó de sus labios todavía congelados. No importa cuánto
trató de resistirse, su cuerpo era incapaz de mover un solo dedo. Volví a mis
sentidos y todo mi cuerpo estaba rígido como un tronco. Era tan fuerte que pude
escuchar alto cada palabra.
—Supongo
que vale la pena vivir.
La
lánguida voz le resultaba desconocidamente familiar. Ariste se puso rígida al
oír la voz suave sobre ella. Alzo la cara, los brillantes ojos rojos la miraban
fijamente.
Su
cabello se agitó ligeramente con la exhalación del hombre. Sentí su mirada
penetrante, pero no tuve el valor de alzar la mirada. Nunca podría hacer eso.
—Todavía
tengo la energía para observar aquí y allá.
—OMS...
Habló con
la boca apenas abierta. En lugar de responder, el hombre la observaba en
silencio. Tenía una expresión llena de satisfacción, como si esto le fuera muy
agradable. Entonces sentí que me estaba poniendo más nerviosa.
—No soy
el duque
El
recuerdo de sus palabras, resonaron en mis oídos una vez más. Pero si no eres
el Duque, ¿cómo diablos puedes estar en este bosque? Ariste lo miró confundida
y el, le dijo como si pudiera leer sus pensamientos.
—¿Si
sabes quién soy?
La mujer
en sus brazos es claramente cautelosa. Incluso mientras la abrazaba, esta
silenciosamente rígida, mirando la situación. Incluso podía sentir su piel
temblando contra él.¿Eso cambia las cosas?
Había una
sonrisa en los ojos del hombre como si fuera una lástima.
—Lo
siento, lo siento, ¡ah!
Ariste lo
empujó apresuradamente y gritó un poco mientras trataba de levantarse. Fruncí
el ceño ante el repentino e inimaginable dolor que se apoderó de mí. El dolor
de su tobillo se extendió por todo el cuerpo. La bala fue tan poderosa, aunque
tan solo la rozo, le volvió a surgió un dolor ardiente en la pantorrilla.
—Si te
mueves, la herida se abrirá.
El hombre
presionó suavemente el cuerpo de Ariste.
—Puede
que tenga que cortarlo.
Esa no
fue una amenaza, Las heridas temporalmente vendadas pueden abrirse en cualquier
momento. Si la herida apenas cerrada se abría, se produciría una hemorragia y,
si la herida se extendía, se necrotizaba el área afectada, se tendría que
cortar la pierna.
La mano
extendida de Ariste fue agarrada por la mano del hombre de inmediato. Mientras
levantaba la cabeza, me encontré con los ojos rojos brillantes poco ortodoxos.
Los mismos ojos que me endurecen todo el cuerpo con solo mirarlos.
—Mmm,
Duque.
Ariste se
encogió de hombros y abrió los labios para hablar. El hombre la miró como si se
preguntara qué quería decir.
—¿Duque?
Una leve
sonrisa se extendió por sus labios.
—¿Parezco
un Duque?
Los ojos
rojos cambiaron a un tono ligeramente más oscuro.
—¿No es
así?
No había
manera de que no pudiera serlo, pero los ojos de ella, lo miraban con profunda
duda. El hombre estaba observando de cerca los cambios de expresión de la
mujer. Era divertido ver todas sus emociones mezcladas en sus expresivos ojos
azules.
—¿Qué no?
—Este...
El bosque es del duque Icanus.
—¿Sin
embargo?
—Escuché
que solo él... puede cazar aquí.
Los
labios de Ariste estaban temblando.
—Soy un
cazador contratado por el Duque.
—Esas son
todas las bestias que he atrapado.
Las
cabezas de las bestias con cuernos y dientes feroces parecían que cobrarían
vida en cualquier momento.
—...
Ariste,
mirando los trofeos de caza, se sentó una vez más. Al hacerlo, me sorprendió el
contacto repentino con la piel desnuda del hombre y la mordió por sorpresa. El
hombre tiró de inmediato del cuerpo de Ariste y la abrazó con fuerza en sus
brazos. Lo satisfizo ver los suaves y elásticos pechos siendo aplastados por
sus fuertes músculos. Las perlas rosadas se pusieron duras, como estimuladas por
su mirada, y el roce de ellas frotaban contra su piel.
—Solo
escojo las cosas más hermosas y las pongo en la pared.
—No me
aferro a nada.
Luego,
apretó sus brazos alrededor de la cintura de la mujer. Ariste tembló entre sus
brazos. No pude sentir ningún calor. Siempre que sus susurros penetraban en sus
oídos, su sangre parecía congelarse.
—También
atrapé este yo mismo... lo despellejé.
Ariste se
dio cuenta de que ella estaba acostada sobre la piel de un animal. El pelaje
blanco cubierto de pequeñas manchas era algo raro que nunca había visto en el
pueblo de Vito. Una bestia que nunca había visto antes.
—¿Es un
leopardo de las nieves?
El
leopardo de las nieves, que vive en lo profundo de las montañas, una vez
capturado, el precio de su piel es inimaginablemente alto. Esta es la razón por
la que muchos cazadores codiciaban el bosque de leopardo de las nieves, y hubo
historias horribles de cómo entraron al bosque sin miedo y perdieron la vida.
Había
nobles y ricos que decían que pagarían todo lo que quisieran si podían
conseguir la piel de leopardo de las nieves, pero no era fácil obtenerlas. En
primer lugar, la población era demasiado pequeña y los lugares donde vivían
eran muy limitados. Además, era imposible adentrarse en el bosque de caza del
Duque conocido como su hábitat sin perder el cuello.
—¿Por
qué, eres codicioso?
—No me
refiero...
Mientras
agregaba vacilante, sus labios bajaban por el escote lamiéndole la clavícula.
Un cosquilleo y la sensación de calor la llenaron al mismo tiempo, y Ariste
tragó el aliento.
—¿Lo
quieres?
—Te lo
puedo dar si lo quieres.
—No
necesito esto... solo...
Ariste lo
miró con incredulidad.
—Decían
que el Duque cazaba solo, que cualquiera que entrara en su bosque durante ese
tiempo...todos...
—Debes
haber escuchado los rumores de que los mataba.
Ariste no
pudo decir nada y se mordió los labios.
—¿De
verdad creíste en los rumores de que el duque cazaba solo porque estaba loco?
—¿Rumores?
Ariste
preguntó confusa, con los ojos bien abiertos.
—Sí,
todos son rumores.
—El duque
Icanus es ahora un anciano. Ha perdido los dientes y las uñas de sus pies están
gastadas, pero aún quiere que la gente le tenga miedo y lo admire.
—...
—Es
necesario que mantenga el poder para reinar sobre los demás—. Si no lo hiciera,
no seguiría teniendo. —Tiene que tener miedo de él, para poder dormir. Sus
últimas palabras tuvieron un extraño eco. Y fue bastante convincente. Tenía tal
poder que lo hizo crecer de una manera tan extraña.
—Pero por
qué estás...
—Porque
los rumores necesitan sustancia.
Lo dijo
de inmediato.
—¿Crees
que un verdadero duque viviría en la cabaña de un cazador?
Al oír
sus palabras, Ariste volvió a mirar alrededor de la cabaña. Aunque es limpio y
acogedor, no era muy diferente de una cabaña común de cazador. El raro duque
vive en un lugar así y caza animales salvajes. No lo podía creer, pero...
Las dudas
de los jóvenes ojos azules no han desaparecido por completo. Este hombre es tan
hermoso. Aparte de la simple belleza externa, era elegante en todo lo que
decía. Era una persona importante que nunca había visto en pueblo de Vitto.
—¿Por qué
los nobles cazarían en este frío invierno? Además, un hombre tan viejo.
—...
He oído
hablar de eso. Para los nobles, la caza es estrictamente una actividad de
entretenimiento. El arca era diferente a los cazadores que tenían que ganarse
la vida. Incluso dijeron que hay personas que simplemente tiran la presa que
capturaron en el bosque.
—Si
tienen una presa que quieren, piden cazadores profesionales.
Ariste lo
escuchó y recordó a los cazadores especiales que habían llegado a la aldea,
dijeron que no hay nada que no puedan atrapar si les piden alguna presa rara. A
veces cazaban furtivamente, e incluso si el objetivo de la caza eran humanos,
estaban dispuestos a aceptar la oferta.
—Como yo.
Lo miró
profundamente a los ojos y agregó.
—Ah...
El jefe
habrá apostado una gran suma para vengar la muerte de su hijo. No la habrían
cazado si no fuera mucho dinero. Ganarían lo suficiente para tomarse un
descanso por un tiempo de la caza, y cuanto más pensaba en ello, más ansiosa se
ponía, los brazos que ahora la sostenían no será un lugar seguro.
—Oye
yo...
Mi boca
se congeló y las palabras salieron vagamente.
—Rashiel.
—...
Queriendo
escucharla, lo instó con la mirada. No podía permitirse el lujo de negarse.
—Rashi...
l.
Los ojos
de Rashiel brillaron de alegría cuando su nombre finalmente salió de sus
labios. Incluso eso fue un miedo más para Ariste.
—Sí.
Sacó la
lengua y se lamió suavemente sus labios rojos y gruesos, que se habían vuelto
ásperos por el frío viento, estaban hinchados y rojos porque se los mordía y
chupaba todo el tiempo.
—¿Me vas
a matar...?
Ariste
finalmente le pregunto, tenía miedo, pero quería saber. Quería asegurarme no
importaba quién era. Lo único que le importa es su propia vida. Caminé por la
interminable nieve, encontrándome con un lobo y, finalmente, me metieron un
arma en la boca, quise decírselo. Mi deseo de vivir tan débil, comenzó a arder
de nuevo mientras estaba en la cálida cabaña.
«Quiero vivir. Quiero vivir. No quiero morir
todavía. ¿Por qué no puedo salvar mi propia vida cuando ha salvado la vida de
muchas personas?»
—El duque
me ordeno que protegiera este bosque, y que le volara la cabeza a quien
entrara.
El hombre
permaneció en silencio durante mucho tiempo cuando le hablo con una sonrisa.
Ante sus palabras, Ariste comenzó a temblar como un fresno.
—Pero
dependiendo de lo que hagas, puedes verlo
—Qué...?
La mirada
del hombre estaba en los labios de Ariste. El mismo lugar donde puso el cañón
del arma. Los dedos del hombre recorrieron lentamente sus labios. Ariste
advirtió vagamente lo que quería el hombre. Ya lo había sentido antes de
quedarme dormida.
—Convénceme.
Susurró,
mirándose el uno al otro. Era una voz llena de energía secreta y maligna, como
si estuviera recitando un hechizo de magia negra, los brazos alrededor de su
cintura estaban apretados. Una mano se deslizó hacia abajo y se hundió
exactamente en el lugar que había agitado antes.
—Uh,
sí...
—Gracias
por salvarme la vida. No te molestaré más. Por favor, finge que no me has visto.
Por favor...
—La
tormenta de nieve no se ha terminado todavía. ¿No puedes oírla?
Por un
momento, la voz del hombre bajó repentinamente. Como dijo, el sonido del viento
que parecía romper las paredes y las contraventanas de la cabaña en cualquier
momento no era común. Si salía ahora, sería arrastrada por la tormenta de nieve
y desaparecería sin dejar rastro. Aun así, Ariste quería irse. Este hombre era
más aterrador que la feroz tormenta de nieve fuera de la puerta. Era un miedo
instintivo, como si fuera desgarrarla para luego comérsela en un instante.
—Déjame
ir, por favor.
Mis
palabras seguían cortándose. Los ojos del hombre se profundizaron. En lugar de
responder, comenzó a mover su dedo que inserto en mi interior.
—Oh ...
El
interior, ya empapado, se tensaba como si le chupara los dedos. El dolor en la
pantorrilla por el que pasaba la bala fue reviviendo gradualmente. Lo mismo
ocurrió con su tobillo, que le habían vuelto a colocar. El estruendo de las
ventanas se podía escuchar por la furiosa tormenta de nieve.
Mientras
escuchaba en silencio, el sonido de la ráfaga de viento atravesaba mis oídos.
Por otro lado, el hombre que la sostenía estaba demasiado caliente. El calor se
elevaba en su cuerpo que tocaba. Entre sus lisos muslos, una pierna con músculos
fuertes se hundió y abrió la brecha. Podía sentir el fluido amoroso desbordante
goteando sobre sus muslos.
—Haz lo
que me gusta si quieres mantener unido este bonito cuello.
Si no lo
acepta, la matara, el hombre la amenazó elegantemente. Ella no tuvo elección.
De repente, su fuerza desapareció de la mano que sostenía. El hombre no
desaprovechó el momento, se acostó e introdujo su pene, que estaba muy hinchado
entre las piernas.
—Sí, eh
...
Estaba
borroso como si hubiera disuelto agua fangosa en su mente. El dolor en mi
tobillo y la pantorrilla se dispersó gradualmente y parecía extenderse por toda
la parte inferior del cuerpo. La sensación de su cosa tiesa, flotando sin cesar
era difícil de soportar. Metió profundamente en su interior a través de su centro
secretamente cerrado, se detuvo justo allí, mirando el rostro de Ariste.
La cosa
que emanaba calor se frotó entre las piernas sin piedad. Cada vez que su pecho,
que ha sido apretado y aplastado, tocaba el pecho del hombre y era rozado, la
extraña sensación se multiplicaba.
—Espera
un minuto.
Parecía
que se iba a romper. Su voz se quebró y quedó sumergido en su respiración
jadeante. Las lágrimas brotaron de las comisuras de sus ojos ante la
insoportable sensación. De repente, el cuerpo del hombre cayó. Fue entonces
cuando Ariste se dio cuenta de que ella había doblado las piernas alrededor de
él abrazándolo con fuerza.
Le lamió
la cara, que estaba roja hasta la punta de la oreja, como si fuera un caramelo
delicioso y luego rodó con ella en sus brazos. Fue atrapada en una trampa y
sostuvo su pierna herida en una mano. La pierna atrapada en su brazo era
particularmente delgada y blanca, se balanceaban impotente. Tenía la pierna
envuelta alrededor de su cintura, y el bulto era mucho más grande que antes, y
estaba bajo la humedad.
Mis ojos
estaban nublados por el calor. De repente quiso tocar el cabello color platino
del hombre. Cuando extendí la mano, el toque suave me hizo cosquillas en las
yemas de los dedos. Lo que la había estado flotando y acosando debajo durante
todo ese tiempo ahora ha llegado a su entrada en la sombra con la cabeza
erguida.
—Espera
un minuto...
Como
último recurso, extendió la mano y lo empujó tan fuerte como pudo. Su fuerza
fue infinitamente débil para el hombre. Sostuvo mi mano sobre mi pecho y besó
cada dedo. Luego mordió las yemas de los dedos con fuerza.
—Quiero
masticarte toda
—No no...
Agarró su
cabello revoloteando y la beso. La voz llena de miedo desapareció en un
instante entre sus labios apretados entre sí.
—∑!
Inmediatamente
se enterró dentro de ella. Su cuerpo que aceptó a un hombre por primera vez en
mi vida grite de inmediato. Se echó hacia atrás y empujó al hombre como loca.
Ariste gritó sin aliento de dolor como si todo su cuerpo estuviera siendo
destrozado. Grito como cuando mata a una bestia recién capturada. Fue
exactamente lo mismo.
—¡Ah!
Al
escuchar el grito de la mujer, el hombre metió su pene mucho más adentro con
una leve sonrisa en el rostro. «Profundo, profundo»
El ruido
que resonaba con demasiada intensidad era el de un hombre y una mujer
apareándose. Habiendo solo metido la mitad del pene, lo introdujo de una vez
hasta el fondo y rasgo su interior sin piedad.
—Ahhhhhaha
Chillo
con fuerza ante el estímulo demasiado fuerte. Le puso la mano en el brazo como
pidiéndole que se detuviera y lo miró suplicando. Pero el hombre respondió con
un gesto aún más despiadado.
«Splatt
!, splatt !, splatt !»
El
interior de la cabaña se llenó con el sonido del chocar de la carne.
—Para...
Sus
manos, moviéndose en el aire, se envolvieron alrededor del cuello del hombre.
Sintió que tenía que aferrarse a cualquier cosa. Ella se aferró
desesperadamente a él, olvidándose incluso del dolor en sus piernas.
—por
favor...
Ariste ni
siquiera sabía lo que quería. Todo lo que pudo hacer fue rogar por la muerte.
El hombre que la miró tiene una leve sonrisa, se inclinó y devoro los labios
rojos, con sus lenguas entrelazadas obscenamente, el sonido que hacían los
labios cuando chupaban y succionaba era demasiado fuerte.
De
repente, cuando abrí los ojos, sus ojos rojos la miraban como una serpiente.
Sus ojos estaban teñidos de crueldad como si estuviera observando una bestia
justo antes de que dejara de respirar, Ella se aterrorizo y soltó sus brazos.
El la
agarro de la cintura con ambas manos ya que se estaba resbalando, y la acercó
más. Con un vínculo más profundo, ella lo miró con ojos llorosos, apretando su
cintura con más fuerza. Su cosa era de un tamaño lo suficientemente grande, y
se introducía cada vez más profundo en su interior, hasta que llego al fondo.
—¡Guau!
—Sí ...
Hm.
La pierna
lesionada seguía doliéndome y sentí como si mis piernas estuvieran en llamas de
nuevo, sin dudarlo me penetro hasta el fondo, con las piernas abiertas a ambos
lados. Era una posición bastante vergonzosa, hasta el punto en que creo que es
una suerte que no pueda ver su cara.
El pelaje
blanco punteado apareció ante mi vista, ya que miraba hacia el techo. Ella lo
agarró con fuerza. Cada vez que lo abofeteaban por detrás, su mano agarraba el
pelaje cada vez más fuerte. Agarró y arrancó el pelaje arrugado.
—¡Shhhhhhhhhh!
Cada vez
que la apuñalaban profundamente, chillaba y dejaba caer su cuerpo. Sí, no había
forma de que le mostrara misericordia. Con su cintura temblorosa presionada
firmemente hacia abajo, no detuvo el acto de golpearla una y otra vez. Ariste
se limitó a sollozar con la cara enterrada en el pelaje.
La acción
continuó varias veces más después de eso, su intento de contarlos fue inútil.
Mientras su cuerpo era arrastrado por el calor, su cuerpo helado se calentó y
apenas podía sentir el dolor en sus piernas. Incluso después de tomarla con
fuerza, Rashiel enterró la cara en su pecho y no la soltó.
Constantemente
le acariciaba el pecho con las manos y repetidamente acariciaba los pezones
firmemente levantados con las yemas de los dedos. Parecían que estaban hechas
de masa con la que jugaban los niños. Como no le quedaba energía para
apartarlo, Ariste solo cerró los ojos.
—¿Qué
perfume usas?
—¿Perfume?
¿Qué quieres decir con perfume?
Ante las
incomprensibles palabras, Ariste alzo los párpados con dificultad.
—Este
olor me vuelve loco.
—Yo no
uso eso.
El
perfume era un lujo de la nobleza. Era más precioso que las joyas. La cantidad
de flores que se necesitaban para una sola gota de perfume estaba más allá de
su imaginación. Era un lujo entre los lujos que solo podían disfrutar aquellos
en una posición muy alta y rica entre la nobleza. No hay forma de que pueda
hacer algo así yo misma. El hombre estaba haciendo una pregunta extraña.
—...extraño.
¿Qué
tiene de extraño? El hombre enterró repetidamente su rostro en los pechos de
Ariste y respiró profundamente. Me sentí como un ciervo que le dio su cuello a
un león.
—Entonces,
¿qué es este olor?
—...
¿incienso?
—Puedo
dormir cuando huelo este aroma.
—¿Qué?
No sabía
de qué estaba hablando.
—Pude
dormir sin cazar por primera vez en mucho tiempo. Incluso uso pastillas para
dormir.
Ariste no
sabía qué decir a cada vez más palabras desconocidas. ¿Qué pasa si me corta el
cuello dependiendo de mi respuesta? Ahora mi vida depende enteramente de este
hombre.
—¿Dime
que quieres?
Ariste
estaba muy nerviosa por sus palabras. Parecía gustarle profundamente el cuerpo
que poseía, Fue la plenitud del macho que terminó el apareamiento que le gustó.
Ella pensó que debería estarlo en este momento.
—Quiero
vivir.
Con una
voz pequeña pero clara, respondió.
—No
quiero morir. No me trates... cómo te ordenó el duque.
—¿Eso es
todo?
Él sonrió
con picardía. ¿No puedes venir y cambiar de opinión ahora? Temerosa, miró a los
ojos de Rashiel. Afortunadamente, tenía una expresión juvenil en su rostro.
—...Sí.
Ariste
esperó atentamente su respuesta. Pero después de mucho tiempo, no tuvo respuesta.
En cambio, tiró de su cuello y la besó profundamente de nuevo. Vio la cosa que
estaba creciendo de nuevo tocando su vientre, y se jacto de su fuerza
amenazante, y cuando le mordió por sorpresa, la agarro tumbándola debajo de él
nuevamente.
—Ariste ...
Ariste.
Respiraba
superficialmente, su rostro enterrado entre su pecho. Parecía extraño que un
hombre con un cuerpo lo suficientemente grande como para cubrirla por completo
se arrojara hacia mi pecho lo mordiera y succionara. «Dijo que olió algo aquí» Nunca
me he casado ni he tenido hijos, así que no es como si estuviera dándole leche.
«De ninguna manera»
Vio su
bolsa hecha de piezas de cuero que estaba puesta un poco lejos de ella. Siempre
tenía la bolsa atada con una correa corta cerca de su pecho. Quizás si oliera a
algo, sería al olor de las hierbas medicinales, la fragancia de estas nunca
sería comparable a las de un perfume.
El olor a
hierbas medicinales que había cortado para sobrevivir estaba arraigado entre
sus pechos y las yemas de los dedos, «¿Cómo
puede ser esto un aroma? Eso es absurdo» Ella sonrió gentilmente. El
sonido nasal del hombre que persistentemente se entierra en sus pechos diciendo
que era perfume todavía era bueno de escuchar. Su respiración ocasional era
bastante regular, parecía estar profundamente dormido. Sentí como si todo mi
cuerpo se estuviera rompiendo.
Ni
siquiera podía contar cuántas veces lo habían hecho. Eran literalmente como
bestias primerizas. De repente, me di cuenta de que todo el lugar estaba en
silencio. Era una señal de que la tormenta de nieve se había calmado. Ariste
extendió la mano y la movió de un lado a otro varias veces frente al rostro del
hombre. Parecía estar profundamente dormido.
Ariste se
levantó de la cama y se puso cuidadosamente ropa. Todo el tiempo que me puse la
ropa pobremente arrugada y pasé mis brazos, gemí y temblé. Después de apretar
la correa del bolso, recogió su capa y abrió con cuidado la puerta de la
cabaña.
«Chirrido» El siguiente pie fue
el lesionado. Fue cuando con mucha fuerza en su mano sujeto la puerta por si el
dolor empeoraba.
—Auge.
Sentí un
fuerte dolor en la parte de atrás de mi cabeza. Alguien me agarró el cuerpo
mientras se derrumbaba y la abrazó.
—¿Adónde
vas?
Antes de perder el conocimiento, lo último que vi fue frío, tenía los ojos rojos fríos.
Comentarios
Publicar un comentario