Capitulo 1

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—Ellos son los que hacen el trabajo duro, y no solo cazan.

—Oh, no te preocupes, creo que conocen al jefe.

—¿Lo conocen?

—Sí, se quedaron hace mucho tiempo.

—Ya veo.

Era algo que Ariste no recordaba, por lo que parecía que sería algo de hace mucho tiempo.

—Si el jefe del pueblo se hubiera puesto difícil, ¿le habría quitado el ayuntamiento?

El dinero que gastaríamos no era normal. Al pueblo le importaba el dinero, así que les pidió que cocinaran y cuándo las monedas de oro comenzaron a salir de sus bolsillos... todos se quedaron con los ojos abiertos como platos. Mila juntó el pulgar y el índice haciendo un círculo.

—¿Monedas de oro?

—Si, quizás van a acampar toda la noche. Dicen que no pueden entrar al bosque durante la caza de invierno.

Sólo entonces comprendió la extraña emoción en el pueblo. Este invierno fue tan desesperado que esto producía un rayo de luz. Cuando hay comida y el dinero circula en el pueblo, su corazón se sentiría conte

 —Pues, huele delicioso... ¿Cuánto tiempo ha pasado?

El apetito de Mila se renovó.

—Es por eso que abrieron el almacén de alimentos.

Ante las palabras de Ariste, Mila asintió.

—Genial ¿verdad? Ha pasado un tiempo desde que sentí el aroma de la carne.

Mila estaba ansiosa y emocionada. El olor a comida ya se había extendido por todo el lugar, y tanto niños como adultos, se habían entusiasmados, casi como si fuera un festival.

 —El jefe también debe estar muy aliviado. Hoy quieren armar un festival.

El problema del invierno era que ponía en peligro la vida de todos. Cómo era responsable del sustento de los aldeanos, el jefe estaba particularmente atento a este tema. Desde que comienzo el invierno, no había visto su expresión iluminarse ni por un momento.

—Por eso lo hizo.

La leña apilada en el centro de la plaza del pueblo y la carne congelada, que se había almacenado como alimento de emergencia en el almacén, se estaba sacando en un carrito. También trajeron un montón de barriles de cerveza y comenzaron acomodarlos uno a uno. Todos los aldeanos miraban la escena sorprendidos.

—Vamos a bailar y jugar toda la noche, ¿de acuerdo? Oh, papá.

Mila que estaba tan emocionada dejó de reír cuando encontró a su padre agitando la mano en la distancia. A primera vista, su expresión era terriblemente rígida. Hasta el punto en que pensé que estaba enfadado porque estaba hablando con ella. Mila miró a su alrededor y susurró.

—Nos vemos, Ariste.

—Si.

Ariste asintió, cuando Mila giró corriendo hasta su padre, Ariste vio como el padre de esta, la llevaba casi a rastras de la mano. Mientras seguía a su padre sin saber el porqué, estaba ocupada agitando las manos hacia ella para despedirse. El padre de Mila no se olvidó de mirar a Ariste mientras la empujaba hacia su casa.

Ella estaba un poco nerviosa por eso. ¿Hay algo que no sepa? Recordó la mirada de Redon Hans que le había dado hace un momento estando borracho y como la miró de una forma desagradable. No era la primera vez que aquel hombre estaba detrás de una chica, pero hoy sus ojos eran aún más misteriosos.

La gente de este pueblo no siempre le decía todo. A pesar de que vivió allí durante casi siete años, sentía que todavía era una extraña para ellos. Pensó en que era inevitable ya que así eran sus creencias. Ubicado en lo profundo de las montañas, el pueblo estaba en un área aislada donde la nieve bloquea los caminos en todas direcciones.

Naturalmente, si bien existía una profunda solidaridad entre las personas que vivían en el pueblo, solían mostrar excesiva desconfianza por los extraños. Los jóvenes de su misma edad, a medida que crecían, superaban poco a poco aquellos límites, pero los adultos todavía se sentían incómodos. Siempre consideraron a Ariste como forastera y no confiaban del todo en ella.

Ariste entendía su naturaleza y era muy consciente que en los pueblos esparcidos por las montañas tenían un sentido especial de competencia y vigilancia porque las zonas de caza se superponen entre sí. Era inusual que los forasteros entrarán a una aldea así. Y ahora había un total de cuatro cazadores especiales. Entre ellos, un hombre con una larga cicatriz en el rostro aparentemente producto de las afiladas garras de una bestia, el hombre miraba a su alrededor afilando su espada y llevaba un arma.

Era obvio que incluso con su cuerpo cubierto por un grueso pelaje estaba lleno de cortes grandes y pequeños. La persona sentada a su lado llevaba un parche en el ojo, se podía ver un largo corte que se extendía hasta su nuca. Parecía que eran gente que había escapado de la muerte muchísimas veces.

Los guantes que envolvían sus manos muchas veces estaban en buenas condiciones. (Como una pulsera de cuero para proteger las muñecas). Había también cazadores del pueblo, aunque sus heridas por las bestias las llevaban como medallas, las heridas de los profesionales eran algo más atroces porque parecían mucho más grandes y profundas de lo que producían las bestias habituales.

Repentinamente el hombre giró la cabeza hacia donde estaba Ariste, ella agachó la cabeza de inmediato y cubriendo más profundo con su capucha. Ariste se apresuró a avanzar por la calle hasta estar frente a su casa, pensando en cuántas rebanadas de pan le quedaban y cuántos días podría comer la sopa con las papas que acababa de recibir. Su casa, como la del resto de la aldea, era una cabaña hecha de troncos. En el momento en que estaba a punto de subir las escaleras de madera, alguien la llamó por detrás.

—Ariste.

Se giró para ver quien la llamaba.

—Señora.

Era la Sra. Reed, que vivía al lado. Era una de esas raras personas que siempre le sonreía amistosamente a ella y a su padre.

 —¿Qué pasa?

Junto a la Sra. Reed estaba Galón, el jefe del pueblo de Vito.

 —Pase lo que pase, se pondrá mucho más frío el clima. Me he preocupado de que estés sola.

 La Sra. Reed se acercó con una linda sonrisa y le dijo sosteniendo la mano de Ariste.

—Oh, Dios mío, mira cómo tus bonitas manos se están poniendo de ásperas.

Ariste tenía las manos envueltas con una tela. Incluso en un día frío, sus manos estaban ocupadas buscando hierbas que crecían en la nieve.

—Eso es lo que hace todo el mundo

 A menos que seas un noble, no era posible tener manos suaves. Las mujeres en Vito también cultivaban mientras los hombres iban a cazar, o confeccionaban ropa y artesanías con pieles y cuernos de animales capturados por sus maridos e hijos.

Las manos de las demás personas también eran ásperas pero sus heridas sanaban, en cambio las manos de Ariste aún no sanaban, ya que tenían que escarbar en el suelo helado y sacar las hierbas con sus manos blancas y agrietadas. Para hacer un ungüento humectante, tenía que obtener aceite animal y leche, los cuales eran aún más valiosos en el invierno cuando la caza era escasa.

—Está bien.

Ariste tomó su mano de la Sra. Reed, este tipo de bondad y atenciones le parecían extraños, la naturaleza de la gente de este pueblo no era muy agradable ni amable. No era algo por lo que había pasado durante uno o dos años. Incluso cuando acudían a ella, la única doctora de la aldea, para recibir tratamiento o medicación, nunca le dieron las gracias.

Entonces se sintió extraña. Parece que le estaban sonriendo más de lo necesario, y de la nada llegaron a su casa diciendo que están preocupados por ella. Ariste vio el rostro del alcalde detrás de la Sra Reed. El jefe de la aldea, cuyo cabello y barba era completamente blanco, tenía siempre una expresión severa y no podía cambiar fácilmente de expresión.

Era un hombre que solo vivía por la paz y la prosperidad de la aldea. Fue bastante inusual para él aceptar a Ariste, que era una forastera, se convirtió en jefe de la aldea a una temprana edad y lo seguía siendo hasta ahora, los aldeanos lo apoyaban plenamente, por lo que todos siguen obedientemente su opinión. Por eso también era el benefactor de Ariste. Aun así, no era muy cómodo.

—Usted vino también, jefe.

—Entremos y hablemos, hace frio aquí afuera. La nieve ha cesado, pero es probable que vuelva a caer.

La señora Reed se río alegremente y tomó la mano de Ariste. Galón movió su cuerpo, que parecía una gran roca y caminó hacia ellas dos. Ariste subió las escaleras sin decir una palabra y abrió la puerta de la cabaña.

 —No tengo mucho que ofrecer.

 La olla de hierro, donde la sopa debería estar hirviendo, llevaba días vacía. Alrededor del horno había dos trozos de pan que se habían enfriado.

 —Oh, Dios mío, ¿qué es esto?

La Sra. Reed miró dentro y chasqueo su lengua.

—Deberías haberme dicho esto. No somos extraños.

—Afortunadamente, conseguí unas patatas que habían guardado. Gracias.

La Sra. Reed miró la cesta de Ariste, y observó las papas germinadas con el ceño fruncido. Ya están germinando. Te traeré algunas más. Probablemente serán mejor que estas. Los ojos de Ariste muy abiertos se volvieron hacia ella. No puedo creer que me está regalando comida este invierno. A causa de su inusual bondad, la sospecha vino antes que la gratitud.

 —Es un desperdicio que estés en un lugar como este.

 La Sra. Reed le dijo de la nada y le acarició el cabello que sobresalía de su capucha.

 —Eres la más bonita de la aldea y llamas la atención de todos los hombres en este lugar.

Ante el roce que recorrió la línea de su rostro se le puso la piel de gallina e instintivamente sacudió su mano. La Sra. Reed la miró como si estuviera un poco avergonzada y luego apartó su mano.

—La gente hermosa paga por su apariencia.

Por un momento dudó de lo que escucho. Tan pronto como intentó volver a preguntar, Galon desvió su atención tosiendo en vano.

—Ariste.

 —Si.

Ariste giro hacia donde estaba el jefe.

—Dígame.

—Tengo algo que decirte.

—...

 ¿Por qué la estaba buscando el jefe? ¿Qué hacía que su corazón latiera tan rápido? ¿Están tratando de echarme a patadas ahora?

Sintió una ansiedad que nunca había sentido desde que llegó a este pueblo, y levanto la cabeza. No, ya han pasado siete años y no creo que vaya a echarme de la noche a la mañana porque no nací aquí. Cuando ella estaba luchando por reprimir su ansiedad, el jefe volvió a hablar.

 —Todavía no has pagado por la comida de emergencia de este invierno.

La voz del jefe de la aldea era más severa que nunca.

—Eso es... Si vendo el ungüento de hierbas medicinales...

 —El pueblo necesita comida. Hasta ahora, solo tú has estado observando la situación

La Sra. Reed intervino.

—¿Cuánto tiempo más vas a comer gratis de la aldea?

—Nunca he comido gratis.

Ariste negó moviendo la cabeza y hablando con firmeza. No era una persona inútil, realmente no lo era.

 —Yo proporciono el tratamiento y preparo todos los medicamentos.

Pagaban una cierta cantidad de dinero, pero era un precio muy bajo. Cuando alguien le decía que estaba enfermo, ella iba a cuidarlos mientras dormían. Entonces no había razón para escuchar esto ahora.

—Bueno, sí, pero. Sin esa habilidad, ni siquiera podrías vivir aquí en primer lugar.

 La Sra. Reed tenía un rostro agradable y no dijo nada que no fuera verdad.

 —Es por eso.

—...

—¿Por qué no formas un hogar en la aldea?

—¿un hogar?

Era difícil entender lo que decía la Sra. Reed. Ariste la miró confundida.

—Con el jefe de la aldea.

Tuk.

La canasta que tenía en la mano cayó al suelo. Las patatas del interior cayeron al suelo rodando.

—¿Qué quiere decir con eso?

Ariste parpadeo varias veces porque pensó que había escuchado mal. De ninguna manera, podía significar eso. Señora. Reed habló de nuevo para tranquilizarla.

—Realmente. ¿Qué quiere decir?

La Sra. Reed se río a su lado.

 —Te conviertas en la esposa del jefe de la aldea.

—¿Esposa...?

 —Sí, serás la esposa del jefe de la aldea. Es un matrimonio donde saldrás ganando.

—¿De qué está hablando? El jefe está más viejo que mi padre.

Hmm, escuché la tos del jefe. Sra. Reed miró a Galon y le susurró a Ariste en voz baja.

 —Shh, no puedes decir eso. Suenas como una niña. Ahora tienes la edad suficiente y es difícil vigilar tu situación para siempre.

Había algo parecido a una reprimenda en la voz de la Sra. Reed. Ariste se quedó atónita al escucharla hablar como si la culpa de todo esto recayera en ella.

 —Si no vas a cubrir tu parte, tienes que formar una familia. Si tienes un esposo confiable, te sentirás mucho más tranquila.

 —jefe.

Sintiendo que ya no podía hablar ni escuchar a la Sra. Reed, se giró y miró al jefe. Sin embargo, en el momento en que se encontró con su mirada indecente, Ariste sintió que algo estaba yendo mal.

—...No quiero.

Ariste retrocedió un par de pasos. Su miedo instintivo la hacía mirarlos con desprecio como si se burlara de ellos. Los ojos de las dos personas que la miraban se volvieron fríos

 —Todavía no has pagado la cuota de este mes.

El jefe abrió la boca y volvió a decir.

—Por favor espere un poco. Ahora, cuando haga el ungüento.

 —No lo necesito, dame la comida.

 —Dijo que las hierbas estaban bien y las medicinas.

 —Necesitamos comida para comer. Eso es mejor que la medicina.

 —...

Ariste miró al jefe sin poder hablar.

Eso es mejor que las medicinas. Esas palabras que nunca pensé que saldrían de la boca del jefe de la aldea. Era absurdo para ella, que recuerda claramente por lo que fueron aceptados ella y su padre en esta aldea.

—El jefe de la aldea te está proponiendo matrimonio, a ti una huérfana que no tiene un lugar adónde ir. Deberías solo darle las gracias.

—¿Las gracias? No diga tonterías.

 La Sra. Reed agarró la mano de Ariste con fuerza.

—Ariste.

La Sra. Reed, en un tono más agresivo que antes, la llamó por su nombre. Sentí su agarre más fuerte que antes.

Ariste frunció el ceño ante su agarre. Se quitó la mano como si se estuviera sacudiendo algo sucio debido al rechazo instintivo y caminó hacia la puerta.

 —Por favor, váyanse

De pie frente a la puerta, respiró profundamente. El insulto y la deshonra que acabo de recibir era inolvidable. Tratando de ocultar sus manos temblorosas, respiró hondo.

A pesar de sus palabras, el jefe y la Sra. Reed se miraron el uno al otro, pero no parecía tener ninguna intención de irse.

—¡Salgan de aquí!

 Ariste finalmente no pudo resistirse y abrió la puerta.

—Es una buena oportunidad.

—¿Sabes lo que pasará si no pagas la cuota a tiempo?

 Sus malditas palabras dejaron una fuerte impresión en mí.

★★★

Aquella noche Ariste cerro muy bien las puertas y ventanas antes de acostarse porque no podía sacarse de la cabeza lo que el jefe y la Sra. Reed le dijeron antes. El solo sonido del retumbar de las ventanas por el viento hacía que su cuerpo se encogiera. Quería huir rápidamente a algún lugar en ese mismo instante, pero le era imposible.

Si dejara la aldea... ¿a dónde iría?

Cada aldea tiene reglas muy estrictas y no es fácil asentarse dondequiera que fuera. Incluso después de pasar 7 años aquí, todavía no podía evitar ser tratada como una extraña. Obviamente se negarán, le darán la espalda y dirán que no pueden hacerlo. Ariste se consoló y rápidamente cayó dormida.

Truc.

—...

En un segundo, una sensación extraña la despertó. Una sensación desagradable de nervios recorrió todo mi cuerpo mandando una advertencia, algo parecido a un instinto animal.

Abrí los ojos, pero todo el lugar estaba oscuro, y las velas que había dejado por la ansiedad que me causaba la noche hacía mucho que estaban apagadas, y todas las ventanas estaban cerradas y bloqueadas, por lo que no había forma de que la luz entrara por ningún lado.

Pero claramente había escuchado algo, podía percibir un mal olor llegando de alguna parte. No, esto no era su imaginación sino algo real. Ariste se incorporó y extendió la mano hacia el cuenco de velas. Luego tomando la cerilla que había dejado a su lado y la friccionó rápidamente.

Tak, tak.

Después de unos toques inútiles, la cerilla se incendió, y finalmente el fuego se transfirió a la vela.

—Ahhhh...

 Entre la oscuridad surgió de repente una forma desconocida.

—Ariste.

Con un fuerte apretón le cerró la boca. Ariste inmediatamente luchó para resistirse, pero su fuerza era insignificante. Será mejor que mantengas la boca cerrada.

—...

Su voz le resultaba familiar. Era Hans, el hijo del jefe de la aldea. El poder de su agarre era muy fuerte que ella no podría haberse resistido de ninguna forma. Cuando se dio cuenta de que no podía escapar después de luchar, Ariste bajó los brazos en silencio.

 —Es bueno que te comportes.

 El sonido de su respiración pasando por sus oídos hizo que el cuerpo se le encogiera.

 —Mi padre me dijo, que te voy a tener como mi madrastra.

—...

 —No te salve para esto, ¿verdad? La idea de que estés debajo de la piel de otro hombre hace que mi sangre hierva. Por supuesto, aquí mismo ya se está calentando.

En medio de la oscuridad, el rostro de Ariste se puso pálido instantáneamente después de que Hans, soplara un viento caliente. Una mezcla de alcohol, carne y drogas desprendía un olor desagradable.

—Gugh.

Involuntariamente Ariste sintió náuseas y se retorció lo más fuerte que pudo, pero aun así no fue suficiente para hacerle frente a su fuerza. El derribó a Ariste contra el piso bruscamente, ella estando todavía sujeta contra el suelo de madera lo pateo en la espinilla con sus pies. Hans susurró y luego maldijo.

 —Te dije que me trataras bien, y luego vas y me pegas.

Chirrido

El sonido de un estallido agudo se esparció por el aire.

Su rostro se inclinó completamente hacia un lado, su mejilla hormigueaba por el golpe.

 —Si no quieres que te lastime la cara, quédate quieta.

Luego se subió sobre Ariste y la miró. Sus alargados estaban nublados por la emoción.

—¡Déjame ir!

Ariste luchó tan fuerte como pudo y golpeó el estómago de Hans con el codo.

—¡Dios!

Hans gritó de dolor, como si se hubiera quedado sin aire. Ariste lo empujó tan pronto como siento que soltaba su brazo.

—¡Argh!

Pero apenas pudo dar unos pasos antes que él la agarrara del cabello con fuerza, ella extendió su mano tomando lo que hallara al azar y lo apuñaló en el ojo, el maldijo y nuevamente tiró a Ariste al suelo. La joven rodó por el piso varias veces, mientras era empujada por el hombre. Se golpeó el hombro fuertemente contra el borde de la cama, pero no sintió ningún dolor.

El hombre que recibió una patada en el estómago se derrumbó con un sonido sordo. Ariste no perdió el tiempo y le golpeó la cabeza con una tetera cercana.

—Uh... Uh.

La sangre goteaba de la frente de Hans, quien recibió un fuerte golpe en la cabeza. Se agarró a la pata de la mesa para levantarse a toda prisa. En ese momento, la vieja mesa fue apartada con un chirrido. El sonido de la esquina de la mesa golpeando la cabeza del hombre sonó tan fuerte.

—...

La mesa golpeó la cabeza del hombre inclinándolo hacia un lado. Ariste observó la escena escondiéndose en la oscuridad. Probablemente se levantará pronto, empujará la mesa, y luego, luego...

Pero el hombre no se movió. Ariste retrocedió hasta el rincón y miró al hombre caído. El hombre seguía sin moverse en su posición boca abajo. La sangre empezó a esparcirse por el suelo, era demasiada. Ariste estiró sus pies en silencio y miró al molesto hombre.

Le dio unos toques, sin embargo, Hans no dio señales de moverse. Al mirar su brazo débilmente flácido, ahora tuvo otro tipo de pánico.

—Él está muerto...

Retiró su cuerpo que se había acercado a Hans y se tambaleó. La mano de Hans pareció extenderse hacia adelante y agarrar su cuello. Sin embargo, mirando sus brazos no había ningún movimiento en absoluto, cada vez estaba más segura. Hans está muerto. En ese momento, sintio como toda su sangre se enfriaba.

 —Yo lo maté.

Dijo sin darse cuenta y rápidamente cerro la boca. Era una frase aterradora la que estaba colocando en sus labios. Matar a una persona. Definitivamente era el cuerpo de un ser humano el que yacía frente a ella. Tan pronto como recobro sus sentidos, solo había una cosa que inundo sus pensamientos y era que tenía que huir. De esta casa, de esta aldea.

No habría nadie allí que creyera en su inocencia ni estarían interesados en probarla. Nadie estaría dispuesto a culpar al hijo del jefe de la aldea por colarse en la casa donde vive una mujer sola en medio de la noche. Lo único que importaría sería la muerte del hijo del jefe de la aldea.

Toda la escena se desarrolló como si la hubiera visto ante sus ojos. Si iba a escapar no debía perder más tiempo. No tenía nada que llevarse. Tambaleando se puso de pie, sacó la capa que colgaba junto a la estufa y la puso sobre su cuerpo, abrió su escondite del piso y sacó una bolsa de cuero con dinero de emergencia.

El sonido de algunas monedas chocando entre sí sonaba lamentable, pero era todo lo que tenía. Ariste, aturdida, saltó sobre el cuerpo del hombre que yacía boca abajo, metiendo cualquier cosa que valiera un poco de dinero en la bolsa de cuero. De todas maneras, todo lo que podía llevar era un montón de hierbas medicinales que había cosechado.

Tomó tanto como pudo, lo metió en el bolso y se levantó. El movimiento repentino hizo que se mareara tambaleándose, pero al final puso recobrar el equilibrio. Chirrido. Cuando abrió la puerta lateral, entró la fuerte tormenta de nieve dentro la casa. El sonido del viento llegaba a sus oídos como si fuera el grito de un diablo.

Ella miró hacia afuera mediante una pequeña abertura en la puerta. Solo vio oscuridad por todos lados. No alcanzaba a ver una distancia más lejana, salir con este clima podría significar la muerte. Pero...

—...

Ariste se dio media vuelta viendo al hombre boca abajo, era imposible ocultar ese cuerpo. Al amanecer, probablemente se convertiría en una asesina, y tendría que trepar sobre las leñas apiladas para el festival. Así que debía que elegir el plan con el que tuviera más probabilidades de sobrevivir.

Respiró hondo y abrió la puerta de par en par, y luego se empujó entre ellas, como con esto logaría sobrevivir. Su casa estaba en el rincón más alejado de la ciudad. Era una suerte que el camino a la montaña estuviera tan cerca.

La fuerte ventisca golpeaba su rostro. Incluso con la capa bien cerrada, era difícil evitar que el viento la azotara sin piedad. Las botas, hechas de piel de animal, estaban enterradas en la nieve, que alcanzaba el borde del vestido por encima de los tobillos. Ariste caminaba con los pies hundidos profundamente en la nieve.

El camino hacia la montaña era tan empinado que era difícil subirla con normalidad. No fue tarea fácil escalar por un camino tan lleno de nieve. Caminó con todas sus fuerzas. Si regresa, morirá. Ese es el único pensamiento en mi cabeza. Todos en la aldea sabían lo aterrador que era el jefe de la aldea solo para proteger a su hijo.

Fue el único hijo que tuvo el jefe de la aldea ya a una edad avanzada y nadie tenía ninguna objeción que se convertiría en el próximo jefe de la aldea en el futuro. Si encuentra a ese hombre yaciendo muerto en su casa.

—Puaj...

Ariste resbaló en la pendiente y logró agarrarse de la raíz de un árbol. Cuando la pendiente alcanzó un punto llano, apenas podía respirar pero aún estaba cerca de la aldea, si bajaba por esa colina. «¿Cuánto tiempo ha pasado desde que me fui de casa? Me gustaría al menos ganar algo de tiempo hasta que salga el sol»

—....

Fue justo cuando Ariste miró hacia atrás. El pueblo estaba lleno de luces en movimiento. Los gritos feroces y gritos de alguien se entrelazaron y zumbaron en el feroz viento. Sin querer, cometió un asesinato. Ya era demasiado tarde para volver. Incluso si hubiera estado allí, la abrían culpado.

Sus temblorosos pies estaban enterrados profundamente en la nieve y no se movió. «¿Sabrán dónde estoy?» Afortunadamente, el clima le favorecía ya que había ventisca. Las huellas desde su casa a la montaña se borrarían rápidamente. Ariste sacó sus temblorosos pies de la nieve. Los zapatos los sentía más pesados ​​a medida que se mojaban por la nieve, pero no podía dejar de caminar.

Después de cruzar la pendiente, entró en un tramo relativamente suave. Cuando levanté la cabeza, vi a la luna llena elevada entre las ramas enmarañadas de los árboles. Después de sujetar la capa con más fuerza a su alrededor, apresuró sus pasos. Quizás debería hoy caminar toda la noche.

★★★

Al sonido de la nieve derritiéndose, Ariste abrió los pesados ​​párpados. «¿Podría ser que la encontraron escondida en la noche?» Miré a mí alrededor, pero no había señales de intrusión. A medida que se acercaba el amanecer, el cielo comenzó a tornarse púrpura. Cubrió la entrada a la cueva con las ramas que había cortado, pero no pudo evitar que la sutil luz se filtrara por las grietas.

Ariste rebuscó en la hoguera que casi se estaba apagando y volvió a encenderla. El fuego era solo un poco más brillante, pero ahora tenía miedo incluso de eso. Tenía miedo de lo que pasaría si veían la tenue luz de este fuego y me encontraban, pero si no encendía el fuego en este momento, me podría morir congelada, pero afortunadamente, hacía relativamente calor dentro de la cueva.

Parecía ser un lugar donde las bestias salvajes daban a luz y criaban a sus bebés, pero no había ningún rastro de alguna bestia o de que se hubiera utilizado durante algún tiempo. Una sonrisa vana apareció en los labios de Ariste mientras observaba cómo las llamas parpadeantes se desvanecían gradualmente. No es la primera vez que tengo este tipo de experiencia, así que fue bastante útil.

Encontrar un lugar para esconderse incluso en las nevadas montañas y encender un fuego en un árbol. Fue porque escapé de la muerte, de la mano de mi padre cuando era joven. Gracias a eso, estaba acostumbrada a vagar por la montaña. Dormir en cuevas excavadas y abandonadas por animales, masticar pan seco para aplacar el hambre. No era su primera vez.

De repente, recordé trasladarme de pueblo en pueblo antes de instalarme en el pueblo de Vito. Era el mismo invierno de entonces, ahora. Todo empezó con el asesinato que cometió mi padre. Incluso si fue un asesino, no le tenía miedo a mi padre. El muerto había sido el culpable de lo que paso. Porque violo y mató a la mujer que era la esposa del médico y la niñera de su hijo.

Sabiendo esto, su padre mató al Conde con el cuchillo con el que corta las hierbas. A partir de entonces, la incesante persecución por los miembros de la familia continuó, y ella junto a su padre estaban ocupados huyendo como bestias perseguidas. No era la primera vez que se escondía en una cueva y llenaba el estómago con carne de animal cruda. Cuando quería beber agua, derretía la nieve y la bebía. Fueron días muy duros. Entonces, se podría decir que fue la única suerte que tuvieron padre e hija instalarse en el pueblo de Vito.

—Por favor, déjenos vivir en la aldea.

Mi padre rogó como un ganso horrorizado, vistiendo ropas sucias y rotas por todas partes sus ojos eran tan fuertes como su súplica, si da un paso atrás de aquí, no tiene a dónde ir, fue la expresión de su voluntad. Mi padre estaba agarrándome con toda su fuerza mi mano que sostenía. La mano que sostenía le dolía como si fuera a rompérsela, pero incluso a mi temprana edad, sentía que no estaba en condiciones de quejarme. La pequeña Ariste se escondió detrás de la capa de su padre y miró a los aldeanos.

—Es peligroso tener forasteros, jefe.

Todos los aldeanos dijeron lo mismo cuando vieron a padre e hija, que parecían mendigos. Los forasteros son peligrosos, y esos pensamientos se reflejaron a través de sus ojos, incluso si no lo decían en voz alta.

—Sé cómo manejar las hierbas

Las palabras de mi padre se convirtieron en gran ayuda para conmover el corazón del jefe de la aldea. En ese momento, el único sanador del pueblo acababa de morir. Las palabras de mi padre fueron una dura sugerencia no solo para el jefe de la aldea, sino también para todos los aldeanos. Además, también fue cuando la anciana madre del jefe estaba postrada en cama y ella se encontraba en un estado desfavorable no como para prepararse para un funeral.

Después de mucho tiempo, el jefe acepto y les dio a padre e hija una vieja cabaña. Después de eso, su padre se hizo cargo de la anciana madre del jefe con todas sus fuerzas, y la anciana, que casi no podía moverse, recuperó las energías suficientes para sentarse y conversar. Ariste se sacó el resto de su sueño frotándose los hinchados ojos, pero no había dormido bien. Me quedé dormida y me desperté repetidamente.

Acurrucado en la capa, esperé a que pasara la noche. Pero mientras observaba el amanecer, me sentí tan desesperada.

—¿A dónde debería ir?

Pensé que era el último lugar donde iba a vivir. Así que vivía con el estómago semivacío. Los cazadores de la aldea a menudo resultaban heridos, y las heridas eran en su mayoría traumas menores, pero también había muchas heridas mortales al tratar con grandes bestias.

Su papel era cerrar esas heridas vendarlas bien y ayudarlos a recuperarse. Después de la muerte de mi padre, heredé el trabajo que hacía y nunca perdí un solo día de trabajo ni deje de curar a los aldeanos.

Y éste fue el resultado. Su situación era la misma de cuando huía al principio. Espero que me olviden, por favor. Si no la seguían buscado, será porque piensan que debió haber muerto en alguna parte de la montaña debido a la ventisca. Fue cuando enterró su rostro en el regazo.

—...

Mi cabeza inclinada se levantó. El sonido repentino del arma fue suficiente para hacer desaparecer por completo la tenue sombra de sueño. «Tang, tang, tang»

No tenía a dónde huir. Su conciencia, que se había desvanecido hasta hace un momento, estaba volviendo, se estaba acercando la otra persona frente a ella. «Desearía poder terminar con esto, estoy cansada de huir, tengo miedo, quiero que todo termine ahora»

«¿Por qué siempre tengo que huir? ¿Qué hice mal? Ojalá hubiera vivido todo este tiempo escondida. No más, tenía muchas ganas de acabar con todo esto», mi aliento se quebró en el aire. Ariste apenas podía apartar los ojos del rifle del hombre como si estuviera poseída.

«Si me apunta con eso y aprieta el gatillo», de repente lo que veía cambio. Ahora todo lo que estaba frente a ella era el hombre con brillantes ojos rojos. Se arrodillo sobre una rodilla frente a ella inclinado, mirándola, había sangre salpicada en un lado de su rostro que parecía que se derramaba de sus ojos rojos, era hermoso.

Ese fue el único pensamiento de Ariste cuando vio por primera vez al hombre. Su cabello brillaba plateado con el frío viento invernal, ojos más rojos que la sangre. Piel pálida pero dura que parece estar hecha de hielo... Ni siquiera al estar cubierto de sangre podía ocultar su belleza. Era como un monstruo que nació en la nieve y se comía a la gente.

El monstruo tenía una hermosa forma humana, una mujer para un hombre, un hombre para una mujer. A los seres humanos poseídos por el monstruo, mueren enterrados en la nieve, perdiendo sus almas. Y mi padre agregó: Por eso, aunque mueras congelado, tienes una sonrisa en el rostro

Cuando ella era joven, su padre inventó y le contó todo tipo de historias de miedo para que su hija nunca entrara sola al bosque y estuviera en peligro. El mismo monstruo vive en lo profundo del bosque nevado, fascina, congela, mata y devora a las personas perdidas. El monstruo, frío de pies a cabeza, abraza a los perdidos, los congela lentamente y luego los mastica para que no queden ni sus huesos. Este hombre se parece exactamente al monstruo de la historia.

Me pregunto si de verdad lo estoy mirando ahora, quizás mi muerte esté cerca. Si puedo ver algo que no es humano, ¿de verdad me comerá este monstruo? Pensé que no sería tan malo

El hombre alzo la mano y se secó la sangre de la mejilla. Las largas manchas de sangre hicieron que el rostro del hombre se viera aún más cruel.

«¿Sangre...?»

Pensé que era la sangre del lobo. Pero luego recordé el fuerte viento del frente. La sangre del lobo no puedo haber salpicado al cazador. Entonces, « ¿de quién es esa sangre...?»

Ariste abrió de repente los ojos de par en par. La niebla en mi cabeza, que me nublaba como si hubiera caído en un sueño, se disipó rápidamente. Este invierno, las únicas personas que deambulaban por el bosque con armas de fuego eran los cazadores que cazaban a las bestias invernales. Pero este es el bosque nevado. Era el terreno de caza de invierno del duque Icanus. Si es libre de caminar por el bosque con un rifle...

Los ojos rojos del hombre la miraban intensamente, muy silenciosos, como si estuviera mirando la puesta de sol en el cielo lejano, su mirada indiferente, sin emociones. Sin embargo, Ariste, viéndolo a los ojos, se quedó sin aliento. Incluso cuando vio a los ojos del lobo, no se sintió así.

«Esos ojos, esos ojos... no son humanos» No sé por qué, pero pensé eso. Toda la situación no tenía sentido.

—Los que entran en este bosque no vuelven a salir vivos.

—Todos se convirtieron en trofeos de caza y se exhibieron en el Castillo del Duque.

Al recordar la advertencia de los aldeanos, revivió en un instante.

Su mandíbula tembló y sus dientes crujieron. Sus manos y pies enterrados en la nieve se enfriaron más rápido.

—El Duque.

La boca del hombre se crispó, como si hubiera escuchado la voz que salió de su boca.

—No soy el duque.

Él estaba sonriendo.

—¿Quieres que te deje conocer al duque?

—...

Sorprendentemente, el hombre no parecía estar de mal humor. Parecía emocionado como una fiera mirando una presa por primera vez en su vida. Ni él ni Ariste podían quitarse los ojos de encima. Sin embargo, la forma en que se miraban era muy diferente. «Ayúdame», eso es lo que quería decir, pero en el momento en que abrí la boca, jadeé.

—...

Le introdujo la punta del rifle en sus labios rojos. Una sonrisa se dibujó en los labios del hombre cuando la miro. Los ojos de Ariste se abrieron aún más.

—Oye ... je ...

Empujó el arma más al fondo. Ariste miró al hombre con el arma en la boca. El arma también se sacudió levemente debido a su cuerpo tembloroso. Podía sentir el cañón del arma empujado lo suficiente profundo como para casi tocar su garganta. Podía sentir el calor en el arma que acababa de disparar.

Soplo el viento ante sus ojos esparciendo el cabello plateado del hombre, con su cabello suavemente esparcido, pude ver sus ojos rojos con mayor claridad. El temblor de mi cuerpo fue más intenso e hizo que la pistola chocara contra mis dientes, moviendo también la mano del hombre. Pude ver el dedo en el gatillo vibrando levemente. Por el movimiento involuntario, el hombre miró sus manos temblorosas durante un momento y se giró a mirar a Ariste de nuevo.

«¿Eso lo molesto?» Ariste pensó que apretaría el gatillo en cualquier momento. Pero su dedo solo estaba en el gatillo. No estaba en la posición de sentirme aliviada solo porque aún no a tirando de él. Se suponía que debía dispararme en cualquier momento, pero parecía estar disfrutándolo. Después de que jugara con la bestia que lleva atada durante un tiempo, para que no pueda huir a ningún lado, disparara el arma tan pronto como se descuide. Vio que el dedo en el gatillo mantenía el gatillo un poco más apretado.

El sonido del metal en su boca al chocar con sus dientes bruscamente le lastimo los oídos. Al menos estaba aliviada al hecho de que no iba a morir a manos de sus perseguidores. Quizás se hubiera suicidado y ellos solo la hubieran arrastrado como equipaje. O bien, si era difícil llevar su cuerpo, solo tendrían que cortarle la cabeza. De todos modos, todo lo que tenían que hacer era demostrar que la habían matado.

De todos modos, eso fue lo que pensó que pasaría después de su muerte, pero era instinto humano el querer morir lo mejor posible. Y Ariste se sentía más fiel a su instinto en este momento. Para no coincidir con esta situación, sintió que el arma en su boca estaba caliente. Era la misma calidez que deseaba desesperadamente cuando deambulaba por el bosque. Sentí una extraña sensación de alivio con solo morderlo.

Como si el hielo dentro de su cuerpo se hubiera derretido, derramo una lágrima por el rabillo del ojo. No estuvo mal que fuera a él lo último que viera antes de morir. El rostro del hombre era bastante atractivo. Al menos era mejor que la espantosa multitud que la perseguía. Mis labios formaron una suave sonrisa. Mis ojos estaban a punto de cerrarse ante el calor del arma. El paisaje a mí alrededor se volvió borroso en un instante.

También el hermoso rostro del hombre se volvió borroso. «Clank clank». Escuché el sonido del arma siendo cargada. Se sintió aliviada por que pronto moriría, si tuvo la habilidad de matar al gran lobo rápidamente, fácilmente podrá acabar con su vida. En este momento, tuve la suerte de conocer al hábil cazador.

—...

Sin embargo, él no apretó el gatillo. El hombre apuntando el arma aun dentro de su boca, inclinó la cabeza hacia un lado. Su mirada era tenaz como si estuviera examinando mi rostro en sus manos. Incluso aun cuando mi mente esta medio nublada, podía sentirlo claramente.

«¿Por qué me mira así, por qué, por qué iba a...»

Saco el arma de su boca, el cañón del armar apuntaba al suelo. «¿Por qué?» Sus ojos estaban preguntando, como si no pudiera creerlo, sus ojos verdes se dirigieron hacia el rifle que sostenía. Una sonrisa se deslizó por los labios del hombre.

—Porque quiero poner algo más en esta boca.

Ante sus palabras, mis ojos se abrieron de par en par por un momento y luego los cerraron de nuevo. El hombre abrazó el cuerpo de la mujer mientras ella caía de lado. Alzo la vista y vio cómo la nieve se hacía cada vez más espesa. La tormenta de nieve estaba a punto de golpear.

***

Inmediatamente, la intensa nieve nublo su vista. En el bosque, donde todo estaba cubierto de plata y blanco, el hombre conducía el caballo por la nieve como si esta situación le fuera familiar. Poco después apareció la cabaña que utilizaba el cazador. Se bajó del caballo y cargo a la mujer. La mujer estaba en sus brazos desmayada e impotente.

Con solo mirarla, era como si hubiera traído un cadáver con él. No tenía color en su rostro, estaba pálida como si hubiera caminado por el bosque durante mucho tiempo, no podía sentir el más mínimo calor de su cuerpo empapado por la nieve. Cogió a la mujer y pateó la puerta con el pie. Con un golpe, la puerta de troncos se abrió, revelando el interior a través de ella.

Una chimenea encendida con llamas escarlatas, una silla cercana y una cama cubierta con pieles de animales. El interior era sencillo. Las marcas de sus botas eran claramente visibles donde pisara. Tan pronto como entro al cálido interior, los copos de nieve que habían caído sobre su ropa comenzaron a derretirse rápidamente.

Desde la parte superior de la chimenea hasta la pared cerca del techo, todo estaba cubierto de cabezas de bestias muertas. Los trofeos de caza incrustados en las paredes brillaban como si estuvieran a punto de cobrar vida y atacar.

La cabeza del ciervo, que creció hermosamente con cuernos grandes y anchos, era tan vívida como si fuera a mover sus cuernos y precipitarse hacia adelante en cualquier momento, la cabeza del oso rojo estaba clavada en la pared mientras apuntaba a su presa. Las muelas feroces apenas visibles brillaban horriblemente bajo el fuego de la chimenea.

El hombre dejó lentamente a la mujer en la cama frente a la chimenea. Y alzo su mano por detrás del cuello quitándose rápidamente la camiseta empapada en nieve. Las luces escarlatas vagaron sobre sus hombros y pecho sólidos. Se giró lentamente hacia la mujer.

—...

El rostro de la mujer estaba aún más pálido, vio que la nieve se derretía y goteaba de su cuerpo iluminado por la chimenea. Mirando cómo había sangre manchando la capa empapada de rojo, le quitó la ropa sin demora.

«Deslizar»

Le quitó la capa, revelando así su abrigo y la falda para soportar el frío clima que había estado usando por dentro. También le quito la bolsa envuelta en diagonal y el la tiro al suelo. «Tuk», no sé qué contenía, pero sonaba bastante pesado. Solo se escuchaba el ruido de la ropa mojada siendo quitada dentro de la silenciosa cabaña.

El cuerpo de la mujer, con solo puesta la ropa interior tejida con vellón, era más delgada de lo que parecía. Extendió la mano y agarró el delgado trozo de tela, y tiró de ella como estaba. La ropa la rasgó con facilidad, quitando el trozo de tela teñida de sangre adherida a la pierna, revelando el área afectada. Justo debajo, en la pantorrilla, donde la bala había rosado y desgarrando la piel. La herida en sí no era profunda, pero debido a la constante caminata, la herida seguía abierta y continuaba sangrando. Envolvió la herida con la ropa rasgada y la apretó.

Después de vendar la relativamente leve herida, esta vez le llamó la atención el tobillo lastimado. Los dientes afilados de la trampa, perforaron la carne dejando profundas heridas. La trampa que mordió el delgado tobillo estaba preparada para atrapar un oso. La trampa hecha de hierro reforzado era lo suficientemente poderosa como para romper hasta los huesos.

Afortunadamente, la herida que tiene no es lo suficiente profunda como para mostrar su hueso. Si no hubiera sido por el trozo de madera que se quedó atorado junto a al tobillo ya se habría cercenado.

«Entonces, ¿debo decir que tuve suerte?»

Una pequeña sonrisa apareció en los labios del hombre. Ella ¿Pensara que hubiera sido mejor si hubiera muerto enterrada en el bosque nevado tal como estaba, o ser atrapada por él? Era imposible predecir cuál sería lo más afortunado que le pudo pasar a la mujer.

Vi un trozo de metal oxidado atascado en el tobillo. El extremo afilado estaba profundamente incrustado, así que pensé que tenía que cortar la carne y sacarlo. Sacó la daga que llevaba en la cintura. Luego, froté en el piso varias veces para afilar la punta ya afilada del cuchillo.

—UH Huh

Girándose para mirarla ante su débil gemido, ella lo estaba mirando con los ojos entreabiertos. Sus ojos estaban desenfocados, pero parecía haber descubierto lo que sostenía en la mano. Un miedo instintivo se apoderó de inmediato de su hermoso rostro.

Rashiel no pudo evitar reírse. Incluso con el rostro contraído por el dolor, instintivamente le teme al cuchillo. Fue muy similar e insignificante.

—Ah...

Se levantó sosteniendo el cuchillo. Al ver al hombre acercándose, ella gimió con ojos aterrorizados. Exhalando fuertes respiraciones y luchando, su cuerpo era como el de un ciervo al borde de la muerte con heridas fatales.

Si extendiera mi mano, podría romper tu delgado cuello. Ni siquiera necesitaría el cuchillo.

—Ah... uh.

De repente, a ella se le llenaron los ojos de lágrimas. Su mirada estaba sobre el cuchillo en la mano del hombre.

—¿Duele?

Se arrodillo sobre una rodilla frente a la mujer y le susurró.

—...

Ella se encontró con los ojos rojos del hombre no dijo nada.

—Aguanta

Agarró el tobillo de la mujer. Aah, ella grito de dolor, pero no tuvo piedad en su toque. La punta afilada del cuchillo comenzó a clavarse en el área afectada. Ariste ni siquiera pudo gritar ante la sensación de la herida siendo desgarrada. Después de un rato, lo que estaba en la mano del hombre era un trozo de metal del tamaño de una uña. Lo tiró en algún lugar. Ella escuchó claramente el sonido del metal rebotando en el piso de la cabaña.

—...

Aristo respiró hondo. El dolor fue intenso, pero fue por un breve momento. Fue solo en ese momento en el que respiraba superficialmente, reflexiono sobre el dolor que había pasado. Cuando el hombre volvió a levantar la pierna, el rostro de Ariste se volvió como un papel arrugado.

Las heridas rasgadas en si piel no era nada en realidad. Miró con atención el tobillo de la mujer, que estaba torcido en una dirección bastante extraña. Era como si se hubiera torcido el tobillo mientras era presionado por la fuerte fuerza de la trampa. Le agarró el tobillo con ambas manos. Ella abrió los ojos ante la sensación.

La mujer negó con la cabeza y se resistió. Estaba vencida por el dolor, pero era difícil saber de dónde venía su fuerza. Como si estuviera molesto, tomó las manos de la mujer con solo una mano y la acercó a él. En pocas palabras, ante el gruñido de la mujer, la abrazó fácilmente, enfrentándola en sus brazos.

Se giró y miró su rostro, ella tenía una expresión de confusión. Estaba preguntándose si la estaba tratando de matar o salvar.

—Si te duele, muérdeme

Sostuvo el cuerpo de Ariste con fuerza la retuvo y ​​volvió a agarrarle el tobillo.

—Argh ..,

Lo mordí en el hombro cuando lo sentí. Su cuerpo es musculoso y fuerte. Aun así no sería insensible a sus dientes.

—No... No puedo...

El rostro de la mujer estaba contorsionado como si hubiera anticipado el dolor que se avecinaba. Fue una expresión muy bonita. De repente.

—¡Argh!

Un agudo grito llenó la cabaña, Ariste gimió mientras recargaba la cara en el hombro del hombre. Sus miembros temblorosos mostraban la profundidad del dolor que acababa de experimentar. Agarró y rasgó la piel desnuda del hombre como loca con las manos. Trazando líneas rojas en el lugar por donde araña, pero él no se movió.

Las manos sobre su piel desnuda se fueron quitando lentamente, el hombre la miró y se puso de pie como si hubiera terminado su trabajo. Cogió una botella quitándole el corcho tirándolo al suelo. No era una muy buena forma, pero en realidad no había otra forma de limpiar y desinfectar la herida.

— Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh...

Mientras tanto los leves gemidos se habían vuelto más doloroso. Se arrodilló sobre una rodilla junto a la mujer como si hubiera tomado una decisión. Inclinó la botella y vertió lentamente el contenido de esta. Cuando el frio líquido tocó la herida, la mujer frunció el ceño con amargura. Rashiel sujeto el cuerpo retorciéndose con fuerza y lo presiono

—Eh

Ariste estaba completamente apoyada en los brazos del hombre, sentía como si mi tobillo estuviera en llamas. Cuando el sonido de los dientes crujiendo y repiqueteando se extendió, el hombre volvió a acostarla sobre la piel. Ariste se retorció como una serpiente quemada en la cama. Estaba temblando tan fuerte que la cama se estremeció. El hombre lo miró con indiferencia.

—Mmm...

El cuerpo de la mujer, que suspiraba en voz baja, se desplomó de repente. Perdido el conocimiento a causa del insoportable dolor. En estos casos, lo mejor era desmayarse. Se sentó junto a la mujer que había perdido el conocimiento y la miró en silencio. El cuerpo, que había estado ardiendo por su calor hace un momento, ahora se estaba enfriando. Aunque está cerca de la chimenea, su cuerpo estaba frío.

Rashiel miró a la mujer con indiferencia, al mismo tiempo de su interior, surgió su sadismo. La chimenea emite suficiente calor como para hacerlo sudar, pero no parece alcanzar a la mujer. Necesitaba otra calidez, como una calidez más íntima. Lentamente tomó la botella de ron a su lado y se la llevó a la boca. Su garganta tembló mientras bebía trago tras trago.

Arrojó la botella con rudeza y se sacó los pantalones. Como ya se había quitado la camisa, lo único que le quedaba era el pantalón de cuero de ciervo. Se sacó los pantalones de cuero, que estaban mojados por la nieve, y los tiró al azar al suelo, dejando solo su cuerpo desnudo mostrando sus músculos lisos y duros. Se acercó lentamente a la mujer.

—...

La miró desde arriba, sin color en el rostro blanco como el mármol. Sus labios también estaban azules, parecía un muerto. Quizás si la deja como está, es probable que suceda.

Se inclinó y comenzó a quitar el resto de la ropa que cubría el cuerpo de la mujer. Como la ropa ya estaba rota, se separó fácilmente del cuerpo de la mujer con solo tirar de ella.

—UH Huh

La mujer gimió de dolor. El dolor en la pantorrilla y tobillo parecía sentirlo con fuerza incluso cuando estaba inconsciente. «¿Se veía así el ciervo que traje, que había sido atrapado y seguía vivo en la trampa?»

En ese momento, los ojos de la bestia húmedos lo miraron con resentimiento, y él lo miró a los ojos clavándole el cuchillo en el cuello a la bestia.

—...

Su mirada estaba en el Trofeo de Caza sobre la chimenea, Allí estaba empotrada la cabeza del ciervo con los cuernos dignos extendidos. Si muere la mujer, tendrá esa misma expresión. No es demasiado tarde para saberlo. Ahora tenía curiosidad por saber cuándo esos ojos me miraran fijamente, así que estoy emocionado.

Sus rodillas tocaron la piel que cubría la cama. Lo único que cubría el cuerpo de ella era su cabello dorado que se había oscurecido por la humedad. Después de quitar algunos mechones de cabello que cubrían el rostro, observó cuidadosamente el rostro y por un momento permaneció inmóvil, como si observara a su presa dormida frente a él. Mientras tanto, el cuerpo de ella se enfriaba cada vez más.

—...

Las manos y los pies que se habían escapado de las mantas de piel estaban pálidos, Levantó la manta y los cubrió con esta, ella inmediatamente se abrazó a él. Abrazó el cuerpo helado de la mujer. Un gemido sollozante hizo eco desde lo más profundo de la garganta de ella. Parecía una bestia joven cavando en los brazos de su madre perdida.

Incluso tan pronto como se alejó para mejorar su postura por un instante, se cansó y se acercó más. Una sonrisa se extendió por su rostro mientras miraba los brazos envueltos alrededor de su pecho y hombros. Bajó la mirada y miró el cuerpo desnudo de la mujer. Cada vez que exhalaba a través de su cabello que estaba extendido sobre mi pecho, una perla rosada se revelaba a primera vista.

—Todavía aquí esta rosa.

Sonrió y le tocó el pezón con las yemas de los dedos apretándolo suavemente. Entonces, como si reaccionara de inmediato se puso duro como dándole la bienvenida.

—...

Sus ojos se oscurecieron por un momento, el pezón rosado fue succionado por su boca como estaba.

—Sí... eh

Lo mordió y chupó a su antojo. Cuando el seno de color rosa pálido salió de su boca, cambio a un rosa más oscuro. A él le gustó percibió un leve olor a hierba entre los senos de la mujer, Enterró su rostro entre sus senos ante el aroma que rozó ligeramente la punta de su nariz. Y respiro hondo. El olor y el sonido de su corazón latiendo rápidamente calmaron sus nervios mientras permanecía allí.

El hombre enterró la cara entre los senos durante un rato y luego alzo la cabeza. Su mirada se posó en su rostro pálido. Ella todavía estaba temblando. Se inclinó lentamente hacia la mujer temblorosa. Cuando los senos de ella tocaron el pecho de él, la mujer volvió a temblar. Puso la mano detrás, en la espalda de la mujer y la acercó más a él. Excepto por las partes donde tocaba su boca, todo su cuerpo era como hielo.

Parecía estar abrazando todo la nieve que le cayó. La mujer solo estaba sostenida por él impotente, como un cadáver que hubiera estado enterrado en la nieve durante mucho tiempo. Con su gran mano frotó el antebrazo de la mujer y le acarició la espalda. El calor que emanaba de su cuerpo estaba derritiendo lentamente a la mujer.

Su cuerpo rígido comenzó a derretirse lentamente bajo sus manos. Las yemas de los dedos y los labios morados también recuperaron algo de color. Rashiel intentó chupar los labios de la mujer esta vez. Aliento caliente brotaba de sus labios. Cuando le chupo el labio inferior con fuerza, el color se volvió más oscuro. Era un color que indicaba claramente que latía la vida. Sus manos comenzaron a moverse un poco más rápido.

La mano que había estado acariciando su cintura bajó cada vez más y agarró su culo regordete. Este lugar todavía estaba caliente. Traté de apretar con mis manos la carne gordita y suave. La sensación al apretar con mi mano estaba más allá de mi imaginación. Con su otra mano, que había estado acariciando el montículo varias veces, finalmente alcanzó su objetivo e introdujo profundo sus dedos entre las piernas.

Los largos dedos se clavaron en la tierna carne. La textura húmeda y suave envuelve las yemas de los dedos como está. Los dedos que se introducen más y más profundamente en el interior comenzaron a moverse con valentía. A diferencia de su cuerpo frío y seco, el interior de su cuerpo estaba húmedo y caliente alrededor de los dedos.

—Ummm ... uh ...

—Je ...

El aliento que exhalo fue ligeramente diferente al anterior. Definitivamente podía sentirlo.

—Debes de abrir los ojos.

Mordió el lóbulo de la oreja de la mujer. Había notado la tensión que lo había rodeado durante un tiempo. Movió los dedos más adentro.

—Puaj...

La mujer inclinó la espalda como un arco y soltó un gemido.

—Porque tenías frío.

Dedos largos acariciaron su cintura.

—Se sentía como si estuviera sosteniendo un cadáver.

Su mano se deslizó hacia abajo y acarició su delicada carne.

—Pero no parece así por dentro...

Dicho esto, volvió a mover el dedo. Esta vez, tocó el interior más profundo y removió la pared interior. Con la punta del pulgar, encontré su clítoris sensible y comenzó a frotarlo. Cuanto más rápido era el toque, más rápido parecía decaer el aliento de la mujer en sus brazos.

—Es como una bestia

Estalló en una agradable risa gruñona. Ariste jadeó y se aferró a él aún más. Era el anhelo instintivo a la única calidez a la que podía aferrarse, y en su cabeza estaba gritando que era algo peligroso, pero no podía permitirse el lujo de escucharla. Algo que pueda darme calor. Solo en eso pensaba.

—¿Qué quieres?

Le preguntó a Ariste, su frente contra la suya. Sus ojos estaban desenfocados...

Ariste parpadeó ante la pregunta del hombre, sólo veía una existencia nublosa ante su visión borrosa, sentía frío. Sobre todo, fue intenso recordar todo lo que ha pasado. Camine por la nieve durante demasiado tiempo. Le dispararon, me persiguieron hombres que eran cazadores de humanos, superó la crisis de ver morir a un lobo frente a ella y cruzo el umbral de la muerte.

—Hace frío... Hace frío... Whoa.

Ya odiaba el frío la única persona que podía darme calor era este hombre, al que ni siquiera podía ver su rostro, era su única salvación, y Ariste estaba dispuesta a aferrarse a esos brazos que eran su salvación.

—¿Cuál es tu nombre?

Sus labios sonrieron mientras miraba a la mujer que se acercaba a él.

—Ah, je je ...

En lugar de responder, salió un gemido doloroso y tenue. Para él, el sonido fue como el último aullido de una bestia atrapada en una trampa. Sí, un poco más. Ante el doloroso gemido, se rio sin darse cuenta.

—¿Eh? Nombre.

Presionó suavemente de nuevo y flotando la carne húmeda.

—Sí... Ari... Ste.

—¿Ariste?

Entendió claramente el nombre mezclado con el gemido y sonrió. Su toque se volvió un poco más rápido. El número de dedos que tocaban el coño de la mujer aumentó, y agitó su interior.

—Sí, sí

Incluso cuando su mente está medio volando, su cuerpo respondió de manera constante. Me gustó la sensación de mis dedos que los apretaba como si los mordiera. Derramo su jugo resbaladizo, empapándole los dedos estirando mucho su agujero. Su cuerpo tembloroso se aferró a él y no se despegó. Ahora la mujer frotaba mi cuerpo con sus dedos inmóviles.

Cada vez que su profundo y dulce aliento le hacía cosquillas en la cara, cerraba y abría los ojos repetidamente. Ariste no fue la única que sintió el calor en el fondo. Frotó el coño de la mujer con su pene abultado hasta que se puso rígido. Fue en ese instante en que quise meterme en su entrada por donde se derramaba su jugo.

—...

Miró intensamente el rostro de la mujer. Aunque reaccionó con sensibilidad a su toque, aun no sabía cuándo volvería a abrir los ojos cerrados. Sus mejillas enrojecidas, respiración irregular, frente y cuello ligeramente sudorosos...

En particular, el temblor de sus finos párpados bien cerrados llamó su atención. Si es posible, quería ver esos ojos muy abiertos. En lugar de seguir flotando con sus dedos en la vagina de la mujer, introdujo su pene.

—UH Huh.

La mujer frunció el ceño y gimió ante la cosa dura desconocida para ella. El sonido se hizo más fuerte mientras metía y sacaba lentamente la cosa dura caliente que estaba dentro de ella. La cintura del hombre, que se movía lentamente, aceleró rápidamente las embestidas. El sonido del pene moviéndose a través del estrecho agujero cortó el aire silencioso.

Tan pronto como el dulce gemido llegó a su límite, el hombre se apartó, masturbo su pene, su sonrisa se hizo más profunda al ver el semen saliendo a chorros empapando el vientre de la mujer. Incluso después de venirse, el hombre volvió a estar erecto rápidamente y volvió a ponerse entre las piernas de la mujer.

Luego agarró el trasero de Ariste y la apretó contra él. El hombre, enterró el rostro en su cabello dorado y respiró profundamente. Se oyó el sonido de las chispas aleteando desde la chimenea.

★★★

No sabía cuánto dormí. Porque me quedé dormida al desmayarme. Pero en medio de mis cortos recuerdos, recordé el rostro de alguien. Ante mi visión borrosa, el rostro de alguien que no sabía si era humano o no. Ariste movió su cuerpo para poder levantarse.

—.....

Pero ni siquiera podía moverme. Solo entonces se dio cuenta de que había alguien abrazándola. Ariste alzo lentamente la mirada y dejó escapar un grito silencioso. En este extraño lugar, soy abrazada desnuda por el hombre al que nunca antes había visto. El hecho fue tan impactante que olvidé por un momento el dolor en mi pantorrilla y tobillo

Gracias al tratamiento que recibió mientras dormía su cuerpo estaba más relajado. Su cuerpo estaba cubierto de sudor como si hubiera tenido fiebre todo el tiempo que durmió. Su cuerpo fuertemente abrazado estaba tan pegado al hombre que no había espacio como para que pasara ni una sola aguja. El sudor incluso se condensó en las zonas donde hacían contacto.

Mientras descifraba sus confusos recuerdos, recordé el rostro del hombre con más claridad. Recordando, dónde lo había conocido y qué había hecho.

«¿Qué diablos paso?»

—...

En el momento en que recordé lo que había hecho con este hombre, mi rostro se enrojeció rápidamente hasta mis oídos. Era como si hubiera estado realmente loca, en ese instante. Solo quería escapar de alguna manera del dolor de mi pantorrilla y la sensación de mi tobillo que parecía haberse fracturado. Me quedé dormida al desmayarme, pero cuando me desperté, definitivamente podía sentir algo tocando mi vientre.

Era la cosa extraña que le provocó una misteriosa sensación, aunque ahora estaba marchito, su tamaño era considerable. Cuando se hinchó y penetro abajo, era mucho más grande que esto. Sin embargo, no llegó hasta al final. El líquido blanco se secó y quedó pegajoso entre sus piernas. El semen y sus propios fluidos corporales se mezclaron y se pegaron entre ellos. Al ver las marcas en su cuerpo desnudo, su rostro se puso cada vez más rojo.

Para olvidar el recuerdo, negó con la cabeza y rápidamente miró a su alrededor. Todo estaba en silencio, excepto por el sonido del fuego crepitante y ardiente en la chimenea. De vez en cuando, el viento fuerte soplaba contra la ventana, pero aparte de eso, no se oía nada más. Ariste puso los ojos en blanco con diligencia. Dentro de la cabaña de troncos, había todo tipo de botines de caza.

La marta, el tejón y el mapache eran muy comunes. Se veían peluches y pieles esparcidos aquí y allá. «Poder» Inadvertidamente, giro la cabeza hacia el techo de la derecha y Ariste se encogió de sorpresa. Fue porque se encontró con los brillantes ojos amarillos del águila con sus largas alas extendidas. El águila estaba disecada en una postura que parecía como si fuera a volar en cualquier momento.

Justo cuando buscaba a su presa, el águila miraba hacia abajo con ojos feroces. Incluso el cuero que yacía en el suelo pertenecía a un oso. Al final del grueso pelaje, quedaron las patas que debían haber pertenecido al oso, sin las garras. Alzo aún más la cabeza, y vio la cara del oso que permaneció intacta, y las joyas que habían puesto en lugar de sus ojos estaban delicadamente elaboradas. Como el águila, parecía como si estuviera a punto de mirarla con los ojos muy abiertos.

El hombre que la sujetaba debe ser el dueño de esta extraña cabaña en la montaña. Tenía un dolor de cabeza espantoso. Ariste empezó a encajar las piezas de su memoria una a una. Ella estaba deambulando por el bosque nevado, apareció un lobo. Y... este hombre apareció.

—No soy el duque.

Solo esas palabras se quedaron claramente en su memoria. Este es el terreno de caza de invierno del duque de Icanus. Si alguien invade el terreno de caza del duque, el único precio es la muerte. Entonces, «¿cómo está este hombre aquí? ¿Cómo se puede atrever a disparar en el terreno de caza del Duque?»

Las preguntas siguieron una tras otra.

«No era que viniera y cazara en secreto, y al ver que incluso tenía una cabaña de cazador como esta, parecía que no solo se quedaría aquí por un día o dos»

Además, este olor. Inmediatamente reconoció el olor a hierbas que flotaban en el aire. A primera vista, se sentía como el aroma de flores, pero eran hierbas medicinales secas que tenían un efecto tranquilizante para los nervios. Se fumaba en un incensario o se inhalaba directamente. A menudo se hacía incluso cuando estaba en la aldea.

La muerte llegaba inesperadamente a menudo en la aldea de los cazadores, y las familias en duelo que vieron a la persona siendo asesinada por una bestia de una manera terrible sufrieron alucinaciones y pesadillas durante un tiempo. Así que cada vez que pasaba, preparaba las hierbas medicinales y se las daba a fumar.

Aun no existe un tratamiento para aquellos que han sufrido una gran conmoción psicológica, pero el único inconveniente era el hecho de que tenía fuertes ingredientes narcóticos adictivos. Es por eso que no lo hice a menudo o mucho, pero aquellos que olieron el aroma al menos una vez buscaron la hierba medicinal como si estuvieran poseídos. Era esta droga por la cual la gente borracha llegaba a su casa y le gritaban que se la diera.

La combinación de hierbas e ingredientes medicinales utilizados con frecuencia por el cazador era ligeramente diferente, pero el efecto sería el mismo. En este compuesto medicinal se agregó otra hierba que neutraliza el mal olor. Por eso huele como el aroma de una flor. Ariste miró alrededor de la cabaña una vez más. Las cabezas de las animadas bestias estaban empotradas por todas partes, como si todavía estuvieran vivas.

Para atrapar a todas estas bestias, generalmente tienes que tener habilidad. Además, todos parecían haber sido cazados en el terreno de caza del duque. Por lo general, las mayores ganancias de los cazadores eran la venta de pieles caras. Las pieles de martas, zorros y otros animales eran indispensables para adornar la ropa de invierno de la nobleza.

Se dice que con el simple hecho de agregar cuellos de pelaje lujosos a las prendas de seda o agregar adornos de piel a las mangas y el dobladillo aumentaría el precio de la ropa varias veces. Así que los cazadores que querían conseguir pieles para la ropa iban a cazar en invierno, cuando era más difícil encontrar una presa. Esto se debe a que la piel y el cuero de las presas en invierno eran los más gruesos y suaves.

Esta persona también parecía ser uno de esos cazadores. Al observar los peluches y las pieles en todo el lugar, sus habilidades deben ser extraordinarias. Pero había algo extraño en eso simplemente.

—¿Quedan tantas sobras como las que tiene después de venderlas?

A juzgar por el botín que había cazado, quedaban intactos a pesar de que las pieles de martas y zorros que podía vender a un precio elevado se desbordaban. Además, los peluches y las aves rapaces, que cualquier aristócrata codiciaría, también parecían muy habituales en esta cabaña. Ariste volvió a girar la cabeza y miró hacia el lado donde estaba acostado el hombre.

Era un hombre que parecía estar hecho de cristal de hielo. La piel blanca como la nieve es una característica de las regiones del norte donde el sol no brilla, pero este hombre era demasiado. Además, las pestañas de los ojos cerrados eran gruesas y largas, proyectando una elegante sombra debajo. Incluso el tinte rojo en los labios ligeramente abiertos.

Era el tipo de apariencia que te hacía perder la cabeza en el instante en el que lo miras y no podía creer si solo lo hubiera escuchado, que estaba cazando animales salvajes con esa cara, mirándolo en este momento, lo hizo aún más increíble. Sin embargo, todavía estaba vivo en mi memoria verlo apuntándome con su arma. Literalmente, era como si hubiera nacido de la nieve.

Casualmente le voló la cabeza al lobo, del tamaño de una casa, e incluso le metió su arma directamente a su boca.

—Quiero poner algo más que un arma en esta boca.

Incluso en mis borrosos recuerdos, recordé claramente sus palabras.

—Algo más...

—Bien....

El hombre empezó a moverse e intento girarse, cuando se movió mientras sus cuerpos estaban muy unidos, su piel que me tocaba reacciono de manera muy sensible. Ariste, que vio temblar los párpados como si estuvieran a punto de abrirse, cerró rápidamente los ojos. Sin embargo, incluso al cerrar los ojos, podía sentir su mirada mirándome. Incapaz de hacer contacto visual, cierro los ojos con más fuerza. Podía sentir el aliento ligero del hombre cerca de mi rostro.

—¡...!

Podía sentir su mano deslizándose suavemente por mi espalda. Ariste sabía desde anoche que era un toque con muchas intenciones impuras. Esa mano que constantemente me presiona como si revisara algo mientras me aprieta la cintura. La mano no se detuvo allí. Su brazo, sosteniéndola firmemente, parecía descender gradualmente y agarro el trasero con fuerza.

Pero la mano grande no terminó agarrándole solo el trasero, sino que comenzó a masajearlo suavemente, grite por dentro. La mano del hombre estaba cubierta de callos por el arma que sostenía, y cada vez que la carne dura aplastaba su carne blanda, los recuerdos de la noche anterior me venían a la mente.

La mano que había estado acariciando atrevidamente su trasero bajó aún más y se hundió entre su entrepierna. Sus dedos han invadido el hueco donde el semen que derramo anoche y el dolor permanecen intactos. Fue un momento en que el agua llenó el manantial seco. Los dedos introducidos en su hendidura con la piel húmeda inmediatamente comenzaron a jugar con su carne interior como si fuera suya.

—Ulular

Finalmente me quedé sin aliento.

—Eh.

—Ahhh.

Al final, soltó un gemido, incapaz de soportarlo, abrió los labios y salió. Como si le gustara mucho el sonido, el hombre soltó una carcajada. El hombre ya sabía que se había despertado. Aun sabiendo esto, siguió haciéndolo.

—Hey! Detente.

Un leve quejido de resistencia emanó de sus labios todavía congelados. No importa cuánto trató de resistirse, su cuerpo era incapaz de mover un solo dedo. Volví a mis sentidos y todo mi cuerpo estaba rígido como un tronco. Era tan fuerte que pude escuchar alto cada palabra.

—Supongo que vale la pena vivir.

La lánguida voz le resultaba desconocidamente familiar. Ariste se puso rígida al oír la voz suave sobre ella. Alzo la cara, los brillantes ojos rojos la miraban fijamente.

Su cabello se agitó ligeramente con la exhalación del hombre. Sentí su mirada penetrante, pero no tuve el valor de alzar la mirada. Nunca podría hacer eso.

—Todavía tengo la energía para observar aquí y allá.

—OMS...

Habló con la boca apenas abierta. En lugar de responder, el hombre la observaba en silencio. Tenía una expresión llena de satisfacción, como si esto le fuera muy agradable. Entonces sentí que me estaba poniendo más nerviosa.

—No soy el duque

El recuerdo de sus palabras, resonaron en mis oídos una vez más. Pero si no eres el Duque, ¿cómo diablos puedes estar en este bosque? Ariste lo miró confundida y el, le dijo como si pudiera leer sus pensamientos.

—¿Si sabes quién soy?

La mujer en sus brazos es claramente cautelosa. Incluso mientras la abrazaba, esta silenciosamente rígida, mirando la situación. Incluso podía sentir su piel temblando contra él.¿Eso cambia las cosas?

Había una sonrisa en los ojos del hombre como si fuera una lástima.

—Lo siento, lo siento, ¡ah!

Ariste lo empujó apresuradamente y gritó un poco mientras trataba de levantarse. Fruncí el ceño ante el repentino e inimaginable dolor que se apoderó de mí. El dolor de su tobillo se extendió por todo el cuerpo. La bala fue tan poderosa, aunque tan solo la rozo, le volvió a surgió un dolor ardiente en la pantorrilla.

—Si te mueves, la herida se abrirá.

El hombre presionó suavemente el cuerpo de Ariste.

—Puede que tenga que cortarlo.

Esa no fue una amenaza, Las heridas temporalmente vendadas pueden abrirse en cualquier momento. Si la herida apenas cerrada se abría, se produciría una hemorragia y, si la herida se extendía, se necrotizaba el área afectada, se tendría que cortar la pierna.

La mano extendida de Ariste fue agarrada por la mano del hombre de inmediato. Mientras levantaba la cabeza, me encontré con los ojos rojos brillantes poco ortodoxos. Los mismos ojos que me endurecen todo el cuerpo con solo mirarlos.

—Mmm, Duque.

Ariste se encogió de hombros y abrió los labios para hablar. El hombre la miró como si se preguntara qué quería decir.

—¿Duque?

Una leve sonrisa se extendió por sus labios.

—¿Parezco un Duque?

Los ojos rojos cambiaron a un tono ligeramente más oscuro.

—¿No es así?

No había manera de que no pudiera serlo, pero los ojos de ella, lo miraban con profunda duda. El hombre estaba observando de cerca los cambios de expresión de la mujer. Era divertido ver todas sus emociones mezcladas en sus expresivos ojos azules.

—¿Qué no?

—Este... El bosque es del duque Icanus.

—¿Sin embargo?

—Escuché que solo él... puede cazar aquí.

Los labios de Ariste estaban temblando.

—Soy un cazador contratado por el Duque.

—Esas son todas las bestias que he atrapado.

Las cabezas de las bestias con cuernos y dientes feroces parecían que cobrarían vida en cualquier momento.

—...

Ariste, mirando los trofeos de caza, se sentó una vez más. Al hacerlo, me sorprendió el contacto repentino con la piel desnuda del hombre y la mordió por sorpresa. El hombre tiró de inmediato del cuerpo de Ariste y la abrazó con fuerza en sus brazos. Lo satisfizo ver los suaves y elásticos pechos siendo aplastados por sus fuertes músculos. Las perlas rosadas se pusieron duras, como estimuladas por su mirada, y el roce de ellas frotaban contra su piel.

—Solo escojo las cosas más hermosas y las pongo en la pared.

—No me aferro a nada.

Luego, apretó sus brazos alrededor de la cintura de la mujer. Ariste tembló entre sus brazos. No pude sentir ningún calor. Siempre que sus susurros penetraban en sus oídos, su sangre parecía congelarse.

—También atrapé este yo mismo... lo despellejé.

Ariste se dio cuenta de que ella estaba acostada sobre la piel de un animal. El pelaje blanco cubierto de pequeñas manchas era algo raro que nunca había visto en el pueblo de Vito. Una bestia que nunca había visto antes.

—¿Es un leopardo de las nieves?

El leopardo de las nieves, que vive en lo profundo de las montañas, una vez capturado, el precio de su piel es inimaginablemente alto. Esta es la razón por la que muchos cazadores codiciaban el bosque de leopardo de las nieves, y hubo historias horribles de cómo entraron al bosque sin miedo y perdieron la vida.

Había nobles y ricos que decían que pagarían todo lo que quisieran si podían conseguir la piel de leopardo de las nieves, pero no era fácil obtenerlas. En primer lugar, la población era demasiado pequeña y los lugares donde vivían eran muy limitados. Además, era imposible adentrarse en el bosque de caza del Duque conocido como su hábitat sin perder el cuello.

—¿Por qué, eres codicioso?

—No me refiero...

Mientras agregaba vacilante, sus labios bajaban por el escote lamiéndole la clavícula. Un cosquilleo y la sensación de calor la llenaron al mismo tiempo, y Ariste tragó el aliento.

—¿Lo quieres?

—Te lo puedo dar si lo quieres.

—No necesito esto... solo...

Ariste lo miró con incredulidad.

—Decían que el Duque cazaba solo, que cualquiera que entrara en su bosque durante ese tiempo...todos...

—Debes haber escuchado los rumores de que los mataba.

Ariste no pudo decir nada y se mordió los labios.

—¿De verdad creíste en los rumores de que el duque cazaba solo porque estaba loco?

—¿Rumores?

Ariste preguntó confusa, con los ojos bien abiertos.

—Sí, todos son rumores.

—El duque Icanus es ahora un anciano. Ha perdido los dientes y las uñas de sus pies están gastadas, pero aún quiere que la gente le tenga miedo y lo admire.

—...

—Es necesario que mantenga el poder para reinar sobre los demás—. Si no lo hiciera, no seguiría teniendo. —Tiene que tener miedo de él, para poder dormir. Sus últimas palabras tuvieron un extraño eco. Y fue bastante convincente. Tenía tal poder que lo hizo crecer de una manera tan extraña.

—Pero por qué estás...

—Porque los rumores necesitan sustancia.

Lo dijo de inmediato.

—¿Crees que un verdadero duque viviría en la cabaña de un cazador?

Al oír sus palabras, Ariste volvió a mirar alrededor de la cabaña. Aunque es limpio y acogedor, no era muy diferente de una cabaña común de cazador. El raro duque vive en un lugar así y caza animales salvajes. No lo podía creer, pero...

Las dudas de los jóvenes ojos azules no han desaparecido por completo. Este hombre es tan hermoso. Aparte de la simple belleza externa, era elegante en todo lo que decía. Era una persona importante que nunca había visto en pueblo de Vitto.

—¿Por qué los nobles cazarían en este frío invierno? Además, un hombre tan viejo.

—...

He oído hablar de eso. Para los nobles, la caza es estrictamente una actividad de entretenimiento. El arca era diferente a los cazadores que tenían que ganarse la vida. Incluso dijeron que hay personas que simplemente tiran la presa que capturaron en el bosque.

—Si tienen una presa que quieren, piden cazadores profesionales.

Ariste lo escuchó y recordó a los cazadores especiales que habían llegado a la aldea, dijeron que no hay nada que no puedan atrapar si les piden alguna presa rara. A veces cazaban furtivamente, e incluso si el objetivo de la caza eran humanos, estaban dispuestos a aceptar la oferta.

—Como yo.

Lo miró profundamente a los ojos y agregó.

—Ah...

El jefe habrá apostado una gran suma para vengar la muerte de su hijo. No la habrían cazado si no fuera mucho dinero. Ganarían lo suficiente para tomarse un descanso por un tiempo de la caza, y cuanto más pensaba en ello, más ansiosa se ponía, los brazos que ahora la sostenían no será un lugar seguro.

—Oye yo...

Mi boca se congeló y las palabras salieron vagamente.

—Rashiel.

—...

Queriendo escucharla, lo instó con la mirada. No podía permitirse el lujo de negarse.

—Rashi... l.

Los ojos de Rashiel brillaron de alegría cuando su nombre finalmente salió de sus labios. Incluso eso fue un miedo más para Ariste.

—Sí.

Sacó la lengua y se lamió suavemente sus labios rojos y gruesos, que se habían vuelto ásperos por el frío viento, estaban hinchados y rojos porque se los mordía y chupaba todo el tiempo.

—¿Me vas a matar...?

Ariste finalmente le pregunto, tenía miedo, pero quería saber. Quería asegurarme no importaba quién era. Lo único que le importa es su propia vida. Caminé por la interminable nieve, encontrándome con un lobo y, finalmente, me metieron un arma en la boca, quise decírselo. Mi deseo de vivir tan débil, comenzó a arder de nuevo mientras estaba en la cálida cabaña.

«Quiero vivir. Quiero vivir. No quiero morir todavía. ¿Por qué no puedo salvar mi propia vida cuando ha salvado la vida de muchas personas?»

—El duque me ordeno que protegiera este bosque, y que le volara la cabeza a quien entrara.

El hombre permaneció en silencio durante mucho tiempo cuando le hablo con una sonrisa. Ante sus palabras, Ariste comenzó a temblar como un fresno.

—Pero dependiendo de lo que hagas, puedes verlo

—Qué...?

La mirada del hombre estaba en los labios de Ariste. El mismo lugar donde puso el cañón del arma. Los dedos del hombre recorrieron lentamente sus labios. Ariste advirtió vagamente lo que quería el hombre. Ya lo había sentido antes de quedarme dormida.

—Convénceme.

Susurró, mirándose el uno al otro. Era una voz llena de energía secreta y maligna, como si estuviera recitando un hechizo de magia negra, los brazos alrededor de su cintura estaban apretados. Una mano se deslizó hacia abajo y se hundió exactamente en el lugar que había agitado antes.

—Uh, sí...

—Gracias por salvarme la vida. No te molestaré más. Por favor, finge que no me has visto. Por favor...

—La tormenta de nieve no se ha terminado todavía. ¿No puedes oírla?

Por un momento, la voz del hombre bajó repentinamente. Como dijo, el sonido del viento que parecía romper las paredes y las contraventanas de la cabaña en cualquier momento no era común. Si salía ahora, sería arrastrada por la tormenta de nieve y desaparecería sin dejar rastro. Aun así, Ariste quería irse. Este hombre era más aterrador que la feroz tormenta de nieve fuera de la puerta. Era un miedo instintivo, como si fuera desgarrarla para luego comérsela en un instante.

—Déjame ir, por favor.

Mis palabras seguían cortándose. Los ojos del hombre se profundizaron. En lugar de responder, comenzó a mover su dedo que inserto en mi interior.

—Oh ...

El interior, ya empapado, se tensaba como si le chupara los dedos. El dolor en la pantorrilla por el que pasaba la bala fue reviviendo gradualmente. Lo mismo ocurrió con su tobillo, que le habían vuelto a colocar. El estruendo de las ventanas se podía escuchar por la furiosa tormenta de nieve. 

Mientras escuchaba en silencio, el sonido de la ráfaga de viento atravesaba mis oídos. Por otro lado, el hombre que la sostenía estaba demasiado caliente. El calor se elevaba en su cuerpo que tocaba. Entre sus lisos muslos, una pierna con músculos fuertes se hundió y abrió la brecha. Podía sentir el fluido amoroso desbordante goteando sobre sus muslos.

—Haz lo que me gusta si quieres mantener unido este bonito cuello.

Si no lo acepta, la matara, el hombre la amenazó elegantemente. Ella no tuvo elección. De repente, su fuerza desapareció de la mano que sostenía. El hombre no desaprovechó el momento, se acostó e introdujo su pene, que estaba muy hinchado entre las piernas.

—Sí, eh ...

Estaba borroso como si hubiera disuelto agua fangosa en su mente. El dolor en mi tobillo y la pantorrilla se dispersó gradualmente y parecía extenderse por toda la parte inferior del cuerpo. La sensación de su cosa tiesa, flotando sin cesar era difícil de soportar. Metió profundamente en su interior a través de su centro secretamente cerrado, se detuvo justo allí, mirando el rostro de Ariste.

La cosa que emanaba calor se frotó entre las piernas sin piedad. Cada vez que su pecho, que ha sido apretado y aplastado, tocaba el pecho del hombre y era rozado, la extraña sensación se multiplicaba.

—Espera un minuto.

Parecía que se iba a romper. Su voz se quebró y quedó sumergido en su respiración jadeante. Las lágrimas brotaron de las comisuras de sus ojos ante la insoportable sensación. De repente, el cuerpo del hombre cayó. Fue entonces cuando Ariste se dio cuenta de que ella había doblado las piernas alrededor de él abrazándolo con fuerza.

Le lamió la cara, que estaba roja hasta la punta de la oreja, como si fuera un caramelo delicioso y luego rodó con ella en sus brazos. Fue atrapada en una trampa y sostuvo su pierna herida en una mano. La pierna atrapada en su brazo era particularmente delgada y blanca, se balanceaban impotente. Tenía la pierna envuelta alrededor de su cintura, y el bulto era mucho más grande que antes, y estaba bajo la humedad.

Mis ojos estaban nublados por el calor. De repente quiso tocar el cabello color platino del hombre. Cuando extendí la mano, el toque suave me hizo cosquillas en las yemas de los dedos. Lo que la había estado flotando y acosando debajo durante todo ese tiempo ahora ha llegado a su entrada en la sombra con la cabeza erguida.

—Espera un minuto...

Como último recurso, extendió la mano y lo empujó tan fuerte como pudo. Su fuerza fue infinitamente débil para el hombre. Sostuvo mi mano sobre mi pecho y besó cada dedo. Luego mordió las yemas de los dedos con fuerza.

—Quiero masticarte toda

—No no...

Agarró su cabello revoloteando y la beso. La voz llena de miedo desapareció en un instante entre sus labios apretados entre sí.

—∑!

Inmediatamente se enterró dentro de ella. Su cuerpo que aceptó a un hombre por primera vez en mi vida grite de inmediato. Se echó hacia atrás y empujó al hombre como loca. Ariste gritó sin aliento de dolor como si todo su cuerpo estuviera siendo destrozado. Grito como cuando mata a una bestia recién capturada. Fue exactamente lo mismo.

—¡Ah!

Al escuchar el grito de la mujer, el hombre metió su pene mucho más adentro con una leve sonrisa en el rostro. «Profundo, profundo»

El ruido que resonaba con demasiada intensidad era el de un hombre y una mujer apareándose. Habiendo solo metido la mitad del pene, lo introdujo de una vez hasta el fondo y rasgo su interior sin piedad.

—Ahhhhhaha

Chillo con fuerza ante el estímulo demasiado fuerte. Le puso la mano en el brazo como pidiéndole que se detuviera y lo miró suplicando. Pero el hombre respondió con un gesto aún más despiadado.

«Splatt !, splatt !, splatt !»

El interior de la cabaña se llenó con el sonido del chocar de la carne.

—Para...

Sus manos, moviéndose en el aire, se envolvieron alrededor del cuello del hombre. Sintió que tenía que aferrarse a cualquier cosa. Ella se aferró desesperadamente a él, olvidándose incluso del dolor en sus piernas.

—por favor...

Ariste ni siquiera sabía lo que quería. Todo lo que pudo hacer fue rogar por la muerte. El hombre que la miró tiene una leve sonrisa, se inclinó y devoro los labios rojos, con sus lenguas entrelazadas obscenamente, el sonido que hacían los labios cuando chupaban y succionaba era demasiado fuerte.

De repente, cuando abrí los ojos, sus ojos rojos la miraban como una serpiente. Sus ojos estaban teñidos de crueldad como si estuviera observando una bestia justo antes de que dejara de respirar, Ella se aterrorizo y soltó sus brazos.

El la agarro de la cintura con ambas manos ya que se estaba resbalando, y la acercó más. Con un vínculo más profundo, ella lo miró con ojos llorosos, apretando su cintura con más fuerza. Su cosa era de un tamaño lo suficientemente grande, y se introducía cada vez más profundo en su interior, hasta que llego al fondo.

—¡Guau!

—Sí ... Hm.

La pierna lesionada seguía doliéndome y sentí como si mis piernas estuvieran en llamas de nuevo, sin dudarlo me penetro hasta el fondo, con las piernas abiertas a ambos lados. Era una posición bastante vergonzosa, hasta el punto en que creo que es una suerte que no pueda ver su cara.

El pelaje blanco punteado apareció ante mi vista, ya que miraba hacia el techo. Ella lo agarró con fuerza. Cada vez que lo abofeteaban por detrás, su mano agarraba el pelaje cada vez más fuerte. Agarró y arrancó el pelaje arrugado.

—¡Shhhhhhhhhh!

Cada vez que la apuñalaban profundamente, chillaba y dejaba caer su cuerpo. Sí, no había forma de que le mostrara misericordia. Con su cintura temblorosa presionada firmemente hacia abajo, no detuvo el acto de golpearla una y otra vez. Ariste se limitó a sollozar con la cara enterrada en el pelaje.

La acción continuó varias veces más después de eso, su intento de contarlos fue inútil. Mientras su cuerpo era arrastrado por el calor, su cuerpo helado se calentó y apenas podía sentir el dolor en sus piernas. Incluso después de tomarla con fuerza, Rashiel enterró la cara en su pecho y no la soltó.

Constantemente le acariciaba el pecho con las manos y repetidamente acariciaba los pezones firmemente levantados con las yemas de los dedos. Parecían que estaban hechas de masa con la que jugaban los niños. Como no le quedaba energía para apartarlo, Ariste solo cerró los ojos.

—¿Qué perfume usas?

—¿Perfume? ¿Qué quieres decir con perfume?

Ante las incomprensibles palabras, Ariste alzo los párpados con dificultad.

—Este olor me vuelve loco.

—Yo no uso eso.

El perfume era un lujo de la nobleza. Era más precioso que las joyas. La cantidad de flores que se necesitaban para una sola gota de perfume estaba más allá de su imaginación. Era un lujo entre los lujos que solo podían disfrutar aquellos en una posición muy alta y rica entre la nobleza. No hay forma de que pueda hacer algo así yo misma. El hombre estaba haciendo una pregunta extraña.

—...extraño.

¿Qué tiene de extraño? El hombre enterró repetidamente su rostro en los pechos de Ariste y respiró profundamente. Me sentí como un ciervo que le dio su cuello a un león.

—Entonces, ¿qué es este olor?

—... ¿incienso?

—Puedo dormir cuando huelo este aroma.

—¿Qué?

No sabía de qué estaba hablando.

—Pude dormir sin cazar por primera vez en mucho tiempo. Incluso uso pastillas para dormir.

Ariste no sabía qué decir a cada vez más palabras desconocidas. ¿Qué pasa si me corta el cuello dependiendo de mi respuesta? Ahora mi vida depende enteramente de este hombre.

—¿Dime que quieres?

Ariste estaba muy nerviosa por sus palabras. Parecía gustarle profundamente el cuerpo que poseía, Fue la plenitud del macho que terminó el apareamiento que le gustó. Ella pensó que debería estarlo en este momento.

—Quiero vivir.

Con una voz pequeña pero clara, respondió.

—No quiero morir. No me trates... cómo te ordenó el duque.

—¿Eso es todo?

Él sonrió con picardía. ¿No puedes venir y cambiar de opinión ahora? Temerosa, miró a los ojos de Rashiel. Afortunadamente, tenía una expresión juvenil en su rostro.

—...Sí.

Ariste esperó atentamente su respuesta. Pero después de mucho tiempo, no tuvo respuesta. En cambio, tiró de su cuello y la besó profundamente de nuevo. Vio la cosa que estaba creciendo de nuevo tocando su vientre, y se jacto de su fuerza amenazante, y cuando le mordió por sorpresa, la agarro tumbándola debajo de él nuevamente.

—Ariste ... Ariste.

Respiraba superficialmente, su rostro enterrado entre su pecho. Parecía extraño que un hombre con un cuerpo lo suficientemente grande como para cubrirla por completo se arrojara hacia mi pecho lo mordiera y succionara. «Dijo que olió algo aquí» Nunca me he casado ni he tenido hijos, así que no es como si estuviera dándole leche. «De ninguna manera»

Vio su bolsa hecha de piezas de cuero que estaba puesta un poco lejos de ella. Siempre tenía la bolsa atada con una correa corta cerca de su pecho. Quizás si oliera a algo, sería al olor de las hierbas medicinales, la fragancia de estas nunca sería comparable a las de un perfume.

El olor a hierbas medicinales que había cortado para sobrevivir estaba arraigado entre sus pechos y las yemas de los dedos, «¿Cómo puede ser esto un aroma? Eso es absurdo» Ella sonrió gentilmente. El sonido nasal del hombre que persistentemente se entierra en sus pechos diciendo que era perfume todavía era bueno de escuchar. Su respiración ocasional era bastante regular, parecía estar profundamente dormido. Sentí como si todo mi cuerpo se estuviera rompiendo.

Ni siquiera podía contar cuántas veces lo habían hecho. Eran literalmente como bestias primerizas. De repente, me di cuenta de que todo el lugar estaba en silencio. Era una señal de que la tormenta de nieve se había calmado. Ariste extendió la mano y la movió de un lado a otro varias veces frente al rostro del hombre. Parecía estar profundamente dormido.

Ariste se levantó de la cama y se puso cuidadosamente ropa. Todo el tiempo que me puse la ropa pobremente arrugada y pasé mis brazos, gemí y temblé. Después de apretar la correa del bolso, recogió su capa y abrió con cuidado la puerta de la cabaña.

«Chirrido» El siguiente pie fue el lesionado. Fue cuando con mucha fuerza en su mano sujeto la puerta por si el dolor empeoraba.

—Auge.

Sentí un fuerte dolor en la parte de atrás de mi cabeza. Alguien me agarró el cuerpo mientras se derrumbaba y la abrazó.

—¿Adónde vas?

Antes de perder el conocimiento, lo último que vi fue frío, tenía los ojos rojos fríos.

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