Beso Agridulce 1
Solo beso amargo
—Bienvenidos, Lou, Daehee.
Mientras seguía a Alice con una radiante sonrisa, miré alrededor de la casa prolijamente decorada y me quedé asombrado. Alice, que parecía no tener nada que ver con la limpieza, parecía estar viviendo una buena vida. Alice me dijo mientras miraba alrededor de la pequeña y bien organizada habitación.
—Te mostraré mi dormitorio.
—¿tú dormitorio?
Me sorprendió, pero ella ya estaba sosteniendo mi mano arrastrándome. Mirando hacia atrás, John se sonrojó por la vergüenza y estaba hablando con Rupert sobre algo. Al ver que Rupert no respondía con una seria expresión, Alice me llevó al dormitorio.
El dormitorio con la cama tamaño king estaba adornado con todo tipo de encajes y cortinas, haciéndolo incluso tosco en cierto sentido. Pero también es una «habitación de recién casados apenas decorada» Parecía hablar con timidez, por lo que sonreí con naturalidad.
—Es una bonita habitación.
Alice sonrió con orgullo ante mi cumplido, — ¿No es así? — y preguntó de inmediato, cambiando su expresión.
—Por cierto, ¿qué diablos está pasando?
Abrí mucho los ojos ante la pregunta que me esperaba. Alice habló apresuradamente, mostrando su curiosidad.
—Lou y tú. La atmósfera era extraña, ¿qué pasó? Le pregunté a Lou, pero me dio una respuesta poco convincente y necesito saber. Y solo tú me puedes sacar de la duda.
—Ah, claro.
Asentí como si lo supiera, frunciendo el ceño. Ella me miró y sus ojos brillaron.
—Debe haber pasado algo. ¿Qué? ¿Pelearon?
—No es gran cosa.
Respondí sin dificultad con los brazos cruzados aún con el ceño fruncido.
—Empecé a hacer dieta.
—¿Qué?
Al escuchar mi inesperada respuesta, Alice me miró con los ojos muy abiertos, y recordó lo que había sucedido tiempo atrás, entendiendo su mirada, que esperaba una explicación más detallada.
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—Realmente disfruté la comida.
Con calma, dejé mi cuchillo y tenedor con un pequeño sonido metálico, recogí la servilleta de mi regazo, me limpié con cuidado y la dejé en la mesa, Rupert me miró con el ceño fruncido.
—Ay, ya no como feo.
Sintiéndome orgulloso, Rupert me miró insatisfecho, por lo que no me gusto y dijo.
—¿Terminaste de comer?
—Por supuesto.
—Mira—, dijo Rupert, mientras sostenía ligeramente el postre a medio comer.
—Lo dejaste.
—Porque estoy lleno
—Has dejado la mitad de cada platillo
Respondí con orgullo al punto de Rupert.
—No es bueno comer demasiado.
—Te has comido todo hasta ahora, pero es raro que de repente dejes la mitad. ¿Pasó algo? ¿O te sientes mal?
Me sonrojé ante las insistentes preguntas.
—¿Qué piensas de mí? A veces te pones como loco por que no me termino la comida...
—Es verdad, es porque si no comes puedes colapsar.
Fue sólo una vez, no siempre me pasa. Incluso ahora, no me muero de hambre, comí más de la mitad, así que cuál es el problema...
—Digo esto porque solo has comido la mitad cuando siempre lo comes todo. ¿No te gusto la comida? ¿Debería cambiar de chef?
—¿De qué estás hablando?
Por fin gritó en contemplación. Entonces Rupert instó, todavía con el ceño fruncido.
—Entonces dime, ¿por qué tu repentino cambio?
Dudó por un momento ante su actitud, ya que parecía poco probable que retrocediera, y luego confesé con franqueza.
—Empecé a hacer dieta.
—¿dieta?
Asentí mientras veía a Rupert fruncir el ceño más seriamente.
—Creo que he ganado demasiado peso estos días. Si me pongo de pie y bajo la cabeza de esta manera, debería poder ver mis pies, pero ya no puedo.
—Mira—, dijo Rupert, quien se puso de pie y le mostró su objeción, ya que no estaba complacido.
—Así es todo el mundo.
—¡Quién lo dice! Yo podía hacerlo, ¿sabes cuánto peso gané desde que vivo contigo? ¡Porque me alimentas como a un cerdo!
—¿Qué, se supone que subiste de peso? Yo te veo igual, no digas tonterías y come todo lo que quieras.
Estaba tan enfadado que agarró el brazo de Rupert y lo obligó a levantarse.
—levántate.
—Vamos.
—Levántate y compruébalo. Se honesto. ¿Puedes ver tus pies o no?
—Es normal que pueda verlos, porque tengo las piernas más largas que tú.
—¡Qué tiene eso que ver con esto!
Declaré con rabia.
—De todos modos, estoy a dieta desde hoy, así que voy a reducir todas mis comidas a la mitad. ¿Lo entiendes? ¡No escucharé nada de lo que digas!
—No seas estúpido, cómelo todo...
—¡No quiero! ¡No lo comeré a menos que me la metas con un embudo!
Grité y dije: —Oh, Dios mío.
Rupert entrecerró y me miró seriamente, mientras me apresuraba a agregar, pensando que Rupert si sería capaz de hacerlo. Realmente parecía que ese era el caso. Uf, respirando aliviado de repente dije enojado.
—¿Por qué diablos estás tratando que coma todo?
—Porque no hay razón para que no comas.
—No tiene sentido que no comas por razones estúpidas como hacer dieta. No es bueno para tu salud si no comes bien.
—Tampoco es bueno subir de peso.
—¿Realmente necesitas ponerte a dieta?
Respondí a la pregunta de Rupert.
—No puedo ver mis pies.
—Tus pies son feos. ¿Por qué sigues tratando de verlos?
—¡Sé que son feos! ¡Tu comentario no me sirve de consuelo!— Declaré enojado.
—De todos modos, estoy a dieta y no voy a cenar nada hasta que me vea los pies, ¡así que tenlo en cuenta!
—¿Qué?
Rupert volvió a preguntar enojado.
—Bueno, mi señor. Tiene una llamada telefónica de los Estados Unidos.
Fue el mayordomo quien llego con cautela y le habló.
«Estados Unidos, debe ser Alice o John»
Abrí mucho los ojos pero Rupert seguía indiferente.
—Dígale que lo llamaré más tarde.
El mayordomo estaba desconcertado y le dijo, mientras Rupert seguía rechinando los dientes mirándome fijamente.
—Disculpe, es el esposo de la dama, y tiene algo que decirle al señor...
—¡Tomo la llamada!
Agradecido por la oportunidad, grité y salí del comedor. Desde atrás, Rupert dijo: —¡Tu detente ahí!—, pero por supuesto lo ignore.
Solté un suspiro de alivio, si me hubiera quedado habría comido toda la comida que me quedaba llorando, incapaz de ignorar a Rupert ante su expresión aterradora. Levanté el teléfono dándole internamente un sincero agradecimiento a John por darme la oportunidad de escapar.
—Hola, John, soy yo, Daehee.
—¡Daehee! ... hola ¿y Rupert?
Cuando John, que grito por reflejo y preguntó, le respondí vagamente.
—Conteste porque está comiendo. ¿Qué sucede? Quieres dejarle un recado... ¿Quizás le paso algo a Alice...?
Hice la pregunta que de repente se me pasó por la mente, John respondió rápidamente:
—No le paso nada. Todos estamos bien. Es que pronto será Acción de Gracias, así que queríamos invitarlos a que vengan a nuestra casa.
—¿Invitarnos a su casa?
Pregunté sin darme cuenta e incliné la cabeza. John continuó hablando conmigo, mientras pensaba que es demasiado ir hasta Estados Unidos solo por el Día de Acción de Gracias.
—En realidad, necesito hablar con Rupert. Necesito hablar con él cara a cara, ya que por teléfono es un poco... ¿Vendrás verdad, Daehee?
Me conmovió la pregunta desesperada de John.
—No puedo ir ahora... pero ¿cuántos días quedan? Sí, Rupert sabe la dirección, pero la tengo de todos modos.
Después de intercambiar algunas palabras más, giré la cabeza e inmediatamente me dirigí hacia Rupert.
—Rupert, John nos está invitando.
Mientras caminaba hacia el comedor, me detuve cuando vi a Rupert sentado en la silla, pensativo, con una expresión seria en su rostro y el ceño fruncido.
—¿Qué dijo Alice?
Me sorprendí y tartamudeó al responder la pregunta girando los ojos de lado.
—Oye, quiero decir, Alice y John quieren invitarnos a su casa. Ya que se acerca el Día de Acción de Gracias.
Sonreí rápidamente, pero Rupert no hizo lo mismo.
—¿Quieren que vayamos hasta Estados Unidos solo porque es el Día de Acción de Gracias?
Respondí a la fría pregunta de una manera fría.
—Parece que tiene un negocio importante. Quiere verte y hablar.
—Siéntate por ahora.
—¿Por qué?
Rupert hablo con una expresión seria mientras se levantaba y me miraba.
—Estoy en contra de que te pongas a dieta. Todavía estás muy flaco ¿de dónde vas a perder peso?
—¿Quién esta flaco?
Parecía que me había observado, mi constitución no era delgada en primer lugar, pero recientemente admito que fui ganando peso y últimamente me siento regordete.
—¡No importa lo que digas, me pondré a dieta! Ya le di mi dieta al chef. No sirve de nada que te enfades, definitivamente perderé peso.
Además de eso, junté mis dedos e hice una reverencia.
—¡Si sigues oponiéndote así, te meteré un dedo en el trasero cuando duermas!
—Te dije que no hicieras eso.
Dejando atrás a Rupert, que estaba terriblemente enojado, salí corriendo cuando estallo. La casa de Rupert es literalmente una mansión, por lo que hay un sinfín de lugares donde puedo esconderme. Hay muchos lugares donde puedo dormir, incluso si no era la habitación que compartía con Rupert. Así que me metí en la habitación más cercana y cerré la puerta.
—¿No vas a abrir la puerta? ¡Ábrela ahora! ¡O voy a abrirla! ¡Ahora mismo!
Rupert gritó y llamó a la puerta, pero yo solo dije 'Vete' y saqué la lengua. Fui al baño contiguo, y me bañe cuando termine y salí, la habitación estaba en silencio. Pensé que Rupert había ido a buscar la llave, pero sorprendentemente Rupert no volvió. Y solo descubrí por qué a la mañana siguiente.
—¿Se fue a un viaje de negocios?
El mayordomo me respondió: — Sí —, y sorprendido abrí mucho los ojos.
—Se fue anoche. Creo que iba a hablarle de eso.
Su mirada y su murmullo al final me parecieron una reprimenda por haber huido y cerrarle la puerta. Estaba avergonzado, esquivando su mirada y le pregunte arrepentido.
—... No sabía que se iría. ¿Cuánto días estará fuera?
El mayordomo le respondió a toda prisa.
—Dijo que estaría fuera tres días. También que volvería antes del Día de Acción de Gracias, para que vayan juntos a Estados Unidos.
—Ha establecido su horario. Y una cosa más...
El mayordomo, que lo miraba, añadió.
—Espero que comas a tiempo y no bajes de peso.
«¿Por qué estás tan obsesionado con mi peso?»
Pateé la culpa que sentía y alce un poco la cabeza en un ataque de ira.
—Solo comeré una ensalada esta mañana.
Declaré con la cabeza erguida.
—Pero mi señor.
Deteniendo al mayordomo que intentaba hablar avergonzado, enfaticé:
«¡Ya verás, perderé peso y tendré mejor figura verás que valió la pena!»
Al verme apretando los puños y jurando, el mayordomo no dijo nada pero estaba desconcertado.
Pero Rupert me conocía demasiado bien. A partir de esa noche, el chef comenzó a llenar la mesa con comida que nunca antes había visto. Ahora, era como ver a Rupert rechinando los dientes frente a él, diciendo: —Veamos si puedes seguir a dieta con estos platillos.
Antes de darme cuenta, estaba llorando mientras me terminaba toda la comida sobre la mesa. Y cuando me subí al avión privado con Rupert, que regresó exactamente tres días después, volé a Estados Unidos con la cara gordita enfadado.
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—¿Eso es todo?
Asentí con la cabeza a Alice, quien estaba sorprendida.
—¿Por qué es tan impaciente y quiere coordinar la vida de las personas? Ahora, mi dieta, mi peso.
«Oohh» solloce dándole unas palmadas a mi abdomen, dijo Alice con una mirada perpleja en su rostro.
—Lou tiene tendencia a hacer eso, pero... es raro, él no obliga a los demás hasta ese punto.
Al verla inclinar la cabeza, me quejé, "¿Cómo lo sabes?", Dijo Alice desconcertada.
—¿Hay alguna razón por la que tengas que perder peso de esa manera? Te ves bien en este momento.
—Pero si sigo comiendo así, realmente perderé el control y me pondré gordo. Tengo que cuidarme.
Agregué casualmente.
—Además, yo...
—¿Qué?
Alice abrió mucho los ojos y vaciló antes de preguntar.
—Dicen que las personas obesas mueren antes que las delgadas. No puedo morir y dejar a Rupert. Si muero él se conseguirá otro hombre o mujer y soy el único que saldrá perdiendo.
Alice parpadeó sorprendida al verme gruñir con mi boca haciendo un puchero. Seguí confiado.
Rupert tiene una gran variedad de hombres y mujeres haciendo fila, así que si no quiero arrepentirme tendré que vivir una larga y saludable vida, Bueno, quién sabe puede conocer a alguien nuevo y vivir una buena vida.
Alice me miró sin palabras, mientras me cruzaba de brazos e inflaba mis mejillas con una cara llena de dolor.
—¡ALICE, DAEHEE!
Volviendo a la llamada, dijo Alice con una sonrisa, como si nada hubiera pasado.
—La cena parece estar lista.
—¿John preparo la cena?
Pregunté con una mirada desconcertada en mi rostro, pero después de todo, Alice en la cocina no sería una buena idea... Alice respondió asintiendo.
—No soy muy buena cocinando. John es un verdadero genio culinario. Ha estado aprendiendo a cocinar en un restaurante bastante grande.
—¿De verdad?
Nunca pensé que John tuviera ese talento, parpadeé y dije.
—Es increíble. No sabía que John fuera tan bueno cocinando...
—Es una de las razones por las que me enamore de él.
La respuesta de Alice me hizo reír casualmente.
—Bueno, un hombre que sabe cocinar es muy sexy.
Me reí al lado de Alice quien estuvo de acuerdo, —¿Verdad?
—¿Qué están haciendo? Los he estado llamando por un tiempo.
Me volví hacia la voz irritada y Rupert abrió la puerta y se paró en el pasillo. De repente me sentí avergonzado y me aclaré la garganta.
—Estábamos a punto de irnos. ...¿No es lindo el dormitorio? Como era de esperar, es de recién casados.
Lo dijo deliberadamente, pero Rupert miró y dijo: — Ya veo —, se alejó. Alice y yo nos miramos con dudas, pero nos vimos obligados a negar con la cabeza y encogernos de hombros.
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—¿John hizo todo esto?
Pregunté con los ojos muy abiertos. Comenzando con un pollo frito completo, ensalada de papa, pastel de manzana y varios tipos de pan. El bistec principal aún no había sido servido. John, que trajo la sopa primero, nos dijo a Rupert y a mí después de dejarnos un plato a cada uno.
—Es sopa de tomate. Escuché que a Daehee le gusta la sopa caliente.
Ante eso, volví a mirar casualmente a Rupert. Rupert se limitó a llevarse la copa de vino a la boca sin decir una palabra. Miré a John de nuevo y sonreí.
—Sí, no me gusta la sopa fría. Gracias.
Cuando la probé, no solo el intenso olor a tomate sino también el sabor del caldo eran excelentes. Después de beber la sopa nuevamente con admiración, no ahorré palabras de elogio.
—¡Es realmente deliciosa, la mejor que he probado!
—¿En serio? No creo que sea para tanto.
John se rascó la cabeza y se sonrojó vergonzosamente.
—Por cierto, es pollo, no pavo.
«Es algo bueno para mí, ya que me gusta mucho el pollo frito, pero ¿no es el pavo la mejor parte del Día de Acción de Gracias?»
Cuando dije eso, John se rio.
—Lo cambié porque a Daehee le gusta el pollo frito. Es un poco similar de todos modos.
—¿De verdad?
Cuando volví a mirar a Rupert, decidí comer mi comida favorita al final y terminé la sopa primero. La ensalada de patatas que siguió fue tan buena que ni siquiera pude imaginarme que la tarta de manzana sabía mucho mejor, así que me costó mucho contener las manos.
Pero, después de todo, el bistec fue lo mejor. El filete de lomo francés de alta gama fue lo más exquisito que me hizo llorar y deje escapar un suspiro de felicidad.
—Solo debí haber comido la mitad
Cuando tomé el último pedazo con pesar, dijo Rupert.
—No te fuerces a comer.
Mientras murmuraba poniendo la carne en mi boca, me giré para mirarlo desconcertado. «¿Quién era el que estaba ansioso por qué comiera?»
Mientras parpadeaba, Rupert me sirvió vino y se dio la vuelta.
—Entonces, ¿de qué quieres hablar, Alice? ¿No nos invitaste hasta aquí simplemente para cenar?
Ante eso, Alice y John intercambiaron miradas, y John dijo.
—En realidad, quiero abrir un restaurante en Nueva York.
—¿En Nueva York?
— Sí —, dijo Alice, quien rápidamente asintió con la cabeza hacia Rupert, quien inmediatamente frunció el ceño.
—John está trabajando duro. Ha sido reconocido por sus habilidades y ya es hora de que abras su propio restaurante, hermano.
—¿Quieres que lo patrocine?
Rupert interceptó las palabras de Alice y la vio sonrojarse y estrechar la mano de John en respuesta, dijo molesto.
—Como debes saber, Alice, no invierto a menos que esté seguro. Es lo mismo para la familia.
—¿Quieres decir que no confías en John?
Rupert negó con la cabeza ligeramente ante la protesta de Alice.
—No es una cuestión de que confié o no. John nunca me demostró su valía. Si quieres conseguir una inversión, tienes que demostrar que vale la pena.
—Lo acabas de comer. ¿No te gustó la comida de John?
—Fueron platillos comunes que puedes comer en cualquier parte.
Rupert terminó la evaluación implacablemente. John, al igual que yo, lo miramos parpadeando avergonzados. Rupert dijo.
—No puedo invertir con este nivel de habilidad. Si necesita dinero, puede trabajar para mí para ganarlo, o esperar hasta que la herencia de nuestro padre la heredes oficialmente. Porque no tengo intención de correr ningún riesgo.
Pensé que sería un poco extraño abrir un negocio inmediatamente después de entrenar durante aproximadamente un año, así que solo escuché su conversación en silencio. En primer lugar, no es un tema en el que me interese interferir.
Al ver que Rupert se negaba severamente, Alice parpadeó avergonzada y luego me miró. Alice le preguntó, señalándome agarrando una pierna del pollo frito que estaba a punto de llevarse a la boca, pensando que se veía deliciosa.
—¿Qué pasa con Daehee? ¡Lou está invirtiendo mucho en Daehee! ¿O Daehee gana el dinero trabajando para Lou?
«Por qué lo hiciste...»
Mirándome mientras dejaba la pierna de pollo presa del pánico, dijo Rupert.
—Daahee no tiene que trabajar. Te equivocaste en usarlo como ejemplo Alice, Daehee y John no tiene la misma situación.
—John está casado conmigo, por lo que es familia Lou. ¿No es Daehee lo mismo? ¡En que son diferentes!
—John, no se acuesta conmigo.
Bebía vino pero por su comentario lo escupí, las caras de Alice y John se pusieron rojas. Rupert chasqueo ligeramente su lengua y me limpió la boca con una servilleta y dijo:
—Ha pasado un tiempo desde que has comido feo.
—¡No digas cosas raras!
Grité con la cara en llamas. «¿Hombre no tienes vergüenza? ¿Por qué eres tan desvergonzado?» Rupert dijo, ignorándome aleteando con la cara al rojo vivo.
—Eso es todo lo que tengo que decir. La cena no estuvo mal, pero aún le falta mucho. Si tienes la ambición de abrir tu propio restaurante en Nueva York, debería entrenar durante al menos 10 años. Hablaré contigo de nuevo cuando hayas aprendido formalmente y me presentes tú comida con confianza.
Rupert se limpió ligeramente la comisura de los labios con una servilleta y se puso de pie.
—La comida estuvo buena. Vendremos de nuevo cuando tenga más tiempo libre.
—... ¿ya te vas?
Confundida, Alice se puso de pie. Rupert dijo mientras yo también me ponía de pie.
—Estoy cansado porque vine directamente de un viaje de negocios. Quiero dejar de hablar de negocios.
—Es... es mi culpa. Quédense a dormir, ¿quieres?
Alice lo agarro, pero Rupert negó con la cabeza.
—La próxima vez. El avión nos está esperando.
—Ya veo...
El rostro de Alice lleno de decepción me hizo sentir bastante apenado. Pero Alice rápido cambió su expresión y sonrió como si nada hubiera pasado.
—Entonces regresa con cuidado, Daehee, fue bueno verte.
—Hasta la próxima. Cuídate mucho.
Cuando agregué a Alice, que estaba embarazada, dijo gracias y sonrió. Rupert también se despidió brevemente, y cuando salió de la casa, el auto lo estaba esperando. Mirando a Rupert, dijo con indiferencia.
—Te dije que llegaras a tiempo.
—¿Siempre llegas a tiempo?
Cuando pregunté involuntariamente con un sentimiento extraño, él me miró.
—Por lo general, vámonos.
Me deslice y me metí en el auto primero y Rupert se subió detrás de él. Tan pronto como el auto arrancó, miré hacia atrás con pesar al ver a Alice y John alejarse rápidamente.
—¿Habrá un bebé el próximo año? ¿Qué tan lindo será?
Rupert dijo con amargura.
—Debe ser feo, porque se parece a John.
—¡Estoy seguro de que será hermoso por que la mitad es de Alice!
Todo el mundo es feo menos yo, resoplé y me gire. Rupert, que solo había mirado por la ventana durante un rato con la barbilla apoyada, dijo después de un tiempo.
—...lo que dijiste antes.
—¿Qué?
Rupert me miró con el ceño fruncido
—Que un hombre que sabe cocinar es sexy. ¿Lo decías en serio?
Parpadeé desconcertado, «¿Escuchaste lo que conversaba con Alice en el dormitorio?»
—Es verdad. Un hombre que sabe cocinar es sexy.
Rupert me dijo sin pensar, todavía con el ceño fruncido.
—¿Quién tiene el mejor cocinero?
Incliné la cabeza y respondí.
—Por supuesto, no está mal... ...pero es mejor cuando los haces tú mismo.
Después de eso, Rupert mantuvo la boca cerrada y no dijo nada.
════ ∘◦❁◦∘ ════
Había pasado un día completo cuando regresamos Rupert y yo a casa. Después de quedarme más de un año, ahora pensaba que era mi hogar, tan pronto cuando vi la mansión, respiré aliviado. Al mismo tiempo, recordé la discusión infantil que tuve con Rupert. Rupert frunció el ceño y vi que pensaba en algo profundamente. Rupert debe haber pensado en lo mismo. Dudé y dije.
—Oye, Rupert...
—Ve a la cama primero. Tengo trabajo que hacer.
Lo miré con los ojos muy abiertos. Acabamos de regresar desde los Estados Unidos. «¿Qué más tiene que hacer?»
—¿Es urgente? Debes estar cansado, pero descansa primero...
—Buenas noches.
Rupert dijo en un murmullo y luego huyó. Me quedé de pie en el espacioso salón con los ojos muy abiertos, mirando fijamente su espalda.
════ ∘◦❁◦∘ ════
Pensé que daría vueltas y vueltas durante bastante tiempo, pero inesperadamente caí en un sueño profundo. Cuando me desperté de un sueño agitado por mis ronquidos, ya había dormido más de diez horas.
«Suspirando»
Mientras bostezaba y me estiraba, de repente me di cuenta de que el lugar a mi lado estaba frío.
—¿Qué?
Me sorprendí cuando giré la cabeza casualmente. No importa cuántas veces lo mire, es una clara señal de que dormí solo. Incluso mirando esto y aquello, no pude encontrar ningún rastro de que haya dormido a mi lado. Me sorprendió saber que Rupert no durmió en nuestra habitación.
«¿Se cayó al suelo?»
—¿Qué estás haciendo?
Me arrodille en la cama, mire hacia abajo levante la cadera y miré hacia el piso, giré la cabeza y me caí de la cama, sorprendido por la voz abrupta que salió de la nada.
Grite «Bang pong», Rupert chasqueo la lengua, caminó a grandes zancadas, me agarró del brazo y me levantó.
—Ahora duermes feo.
—¡Es por tú culpa!
Estaba enojado por la injusticia.
—No dormiste en toda la noche, ¿verdad?,¡Qué estuviste haciendo, cuánto dinero quieres ganar! De qué sirve que lo ganes si te puedes desmoronar...
—El desayuno.
Lo dejé de regañar ante el repentino comentario.
—¿El desayuno?
«¿Qué diablos está pasando?
¿Sigo soñando? ¿Cómo pasó esto?»
A Rupert no le basto con tirar de un carrito, incluso extendió un mantel.
—¿Qué estás haciendo? Siéntate.
Me senté en la silla perplejo como me dijo. Rupert, que extendió el mantel sobre la mesa sin dejar ninguna arruga, empezó a poner la comida encima. Solo lo veía en silencio, de repente se me llenaron los ojos de lágrimas.
—...¿Por qué de repente estás llorando?
Rupert, que estaba dejando un plato, se detuvo y preguntó. Respondí con lágrimas en los ojos.
—Dicen que si haces algo que usualmente no haces, te puedes morir. Qué se supone estás haciendo...
Rupert se enojó conmigo mientras sollozaba y dijo:
—Quiero llegar a mi funeral en limusina y que las flores sean crisantemos blancos...
—¡Quien dijo que morirías! ¿Quieres matarme? Pero esto sigue siendo raro.
—Cállate y come.
Al verlo maldecir, parecía estar bien. Aun sollozando, abrí la tapa del aperitivo primero. Pero cuando vi lo que había en el plato, fruncí el ceño sin darme cuenta.
—¿Por qué esa mirada?
Por la pregunta contundente, incliné la cabeza y respondí.
—Creo que está quemado.
—No está quemado, así que cómelo.
—Pero esta negro.
—Cómelo.
Bajo la presión de Rupert, se vio obligado a tomar un gran hongo relleno de queso y varias verduras y llevárselo a la boca. Por alguna razón, Rupert preguntó con una expresión nerviosa.
—¿Qué opinas?
Mastique el champiñón en mi boca por un rato y luego lo tragué. Mirando a Rupert que parecía como si esperara su evaluación, sonreí radiante.
—¡Esta delicioso!
—Por supuesto que lo está.
Contrariamente a mi expresión de alivio, todavía dije con una gran sonrisa en mi rostro.
—De verdad. Es diferente de lo que parece, esta delicioso.
—¿Qué quieres decir con que no es lo que parece?
Rupert preguntó en voz baja y gruñona. Puse otro hongo en mi boca y murmuré en respuesta.
—Es verdad. Porque te enojas...
Mientras hablaba, me di cuenta tarde del hecho inesperado.
—... no me digas, ¿Tú cocinaste?
—Come un poco de sopa.
Rupert no respondió e inmediatamente abrió la tapa de la sopa. El delicioso color rojo rápidamente me hizo agua la boca. Esta es mi sopa de tomate favorita.
«La comí ayer»
Recordando la sopa que comí en la casa de John, tragué un sorbo y sorbí en voz alta, y otra vez levanté mi pulgar esta vez.
—¡Esta realmente deliciosa!
—Por supuesto.
Una vez más, Rupert dijo con aire de suficiencia. Pregunté con renovada admiración.
—¿Hiciste esto toda la noche? ¿De verdad?
—Entonces, ¿quién crees que lo hizo?
Parpadeé e incliné la cabeza.
—Pero no sabía que podías cocinar.
—Yo tampoco sabía que te amaba tanto.
No podía aceptar su "te amo" porque me miraba con una feroz mirada. Más aún si los ojos con los que me mira están bastante rojos, probablemente porque se quedó despierto toda la noche en la cocina. Bueno, nunca lo había visto en la cocina, y mucho menos preparando la comida.
Debe haber sido la primera vez para todo, por supuesto tuvo que haberse quedado despierto toda la noche para preparar estos platillos. Me sorprendió su expresión aterradora y me apresuré a terminar el resto de la sopa con el rostro pálido.
—¿Sabías que tienes que hervir durante al menos 5 a 7 horas los tomates para obtener el caldo?
—¿De verdad?
Aparté el plato vacío y parpadeé. Rupert levantó la barbilla con orgullo y dijo:
—Sí, eso significa que tomó al menos de cinco a siete horas hacer la sopa.
—... puedes hacer otra cosa mientras hierve el caldo.
—¡Eso es lo que hice! ¿Quién crees que soy tonto?
Al verlo apretar los dientes con ira, me encogí y rápidamente dije:
—Siguiente, siguiente.
Rupert no dejo de mirarme y dejo el siguiente plato. Cuando abrió la tapa, nuevamente, había algo hecho de carne que no se veía comestible.
—Bueno, el relleno es... tocino, verduras y queso, ¿verdad?
No fue demasiado difícil observar el interior del lomo en rodajas finas. Fue porque todas las cuerdas torpemente atadas estaban flojas y un lado quedo expuesto brillantemente.
—Lo sé mejor que tú, incluso si no lo analizas.
En respuesta a la respuesta contundente, dije:
—Claro que sí.
Corté por la mitad, abrí la boca y metí el trozo. Estaba delicioso, aunque era imposible juzgar el sabor por su apariencia cruda.
—Esta delicioso.
Respondí con una sonrisa feliz mientras limpiaba rápidamente el jugo de mis labios con una servilleta.
—¡Esta delicioso!
Grite después de tragar la carne, Rupert dijo: "Eh, por supuesto" con orgullo. Corte otro trozo y me lo llevé a la boca, y dije emocionado.
—Así no es como realmente se ve, ¿cómo puede ser tan delicioso?
—¿Cómo se ve?
—¡Esto es genial!
Comí otro pedazo de carne y le dije muy en serio al disgustado y protestante Rupert.
—Tengo que admitirlo, Rupert, la comida que haces se ve fea.
—Porque, no lo es. A ti te falla la vista.
El sarcástico comentario de Rupert me puso furioso esta vez.
—¡No quiero escuchar de quien sirvió luciendo así a la comida!
—Te dije que soñaba con ser pintor.
—Es bueno que te hayas rendido.
—¿qué?
Me atreví a hacer un dibujo con un sentido estético que va en contra de la apariencia fea de la comida que sirvió, y comí con emoción. Gracias a él, volví a comer demasiado. Cuando comí el helado de yogur, que me sirvió como postre, me arrepentí, pero fue después de que se amontonaron muchos platos vacíos en el carrito que estaba a mi lado.
—¿Estás satisfecho?
Rupert, quien le ordenó a una sirvienta que se llevaran los platos, preguntó con confianza al quedarse solos con los brazos cruzados.
"Sí", respondí, acariciando mi barriga.
—Realmente disfruté la comida. Gracias, Rupert, realmente me amas.
—También me di cuenta de esto muy profundamente enamorado de ti.
De nuevo dijo Rupert, mirándome con los ojos inyectados en sangre.
«Su confesión... parece más una amenaza... Sonreí, pensando en el fondo»
—¿Por qué pensaste en cocinar de repente? Además te quedaste despierto toda la noche.
Rupert frunció el ceño y dijo.
—Dijiste, que un hombre que es bueno cocinando es sexy.
—...¿oh?
Parpadeé sorprendido por la inesperada respuesta. Ahora que lo pienso, tuve esa conversación con Alice.
—...Esperar ¿Entonces quieres decir que cocinaste porque querías verte sexy?
—Quién, siempre soy sexy.
Estaba muy enojado, pero vi que mis orejas estaban rojas. Rodé los ojos y asentí con la cabeza.
—Lo sé. Siempre eres sexy, así que no tienes que cocinar.
—...¿qué?
Esta vez le respondí a Rupert, quien tenía una expresión de desconcierto en su rostro, y le dije nuevamente.
—Siempre eres sexy, incluso si no cocinas.
—¡Deberías habérmelo dicho!
Rupert, que estaba furioso, se apretó la frente como si estuviera mareado y se sentó en la cama casi como desplomándose.
—¡Rupert! ¿Estás bien?
Rápidamente me acerqué a él y le pregunté, sin saber qué hacer. Rupert, que no había hablado durante un rato, con la mano en la frente suspiró levemente y dijo.
—Tráeme un poco de agua fría.
—¡Sí!
Contestó rápidamente y trajo a toda prisa agua fría incluso le puso hielos. Rupert la tomo, pero cuando el hielo se atascó en su boca, lo masticó.
«Espero que no piense que soy yo»
Interiormente, lo observaba ansiosamente, Rupert dejó la taza vacía sobre la mesita y se tumbó en la cama.
—Me voy a dormir, así que no me molestes.
Si se duerme enojado, no podrá digerirlo más tarde.
Lo miré cuidadosamente y dije.
—Sabes, Rupert, realmente disfruté la comida. Además, bueno, en realidad siempre eres sexy, pero ahora eres aún más sexy porque sabes cocinar.
Cerró los ojos con fuerza y negó con la cabeza, "Oh, deslumbrante". Rupert me miró, me dio la espalda y se acostó. Parece que está realmente molesto.
—Sí, alguien me dijo que me quedara despierto toda la noche y cocinara.
Hice un puchero mentalmente, pero por ahora, estaba agradecido por mi sinceridad, así que decidí calmar a Rupert un poco más.
—Piénsalo, Rupert, pero me alegro de que solo hayas hecho los platos principales, si hubieras hecho también el postre estarías más cansado. Aunque hubiera sido delicioso que lo hicieras... pero los postres son más complicados.
Rupert, que había estado en silencio durante un rato, dijo sin dejar de darle la espalda.
—...Lo hice.
—¿Qué?
Mientras parpadeaba, desconcertado por su respuesta, Rupert dijo molesto.
—Hice un muffin con mermelada.
—Entonces ¿por qué no lo serviste? ¿Eh? ¿Por qué? ¿Por qué?
Sacudí su hombro preguntando, Rupert no pudo evitar decirlo.
—El chef me rogó que no lo sirviera.
—...¿por qué?
—No sé, no le gusto mi dibujo. No pudo reconocerte.
Rupert, que se había enfadado, quito mi mano de su hombro y se acostó.
Recordé la confesión de Rupert de cuando me dijo que no tenía talento para dibujar... Tenía curiosidad acerca de sus habilidades para dibujar, pero soporté mi curiosidad y lo consolé primero.
—Es por eso que tienes un sentido estético diferente. Picasso no había sido reconocido al principio.
—Hice un cuadro de Rafael.
Eso es un poco... demasiado... Estaba avergonzado y de repente ladeé la cabeza.
—¿Pero por qué Rafael?
—... porque me recuerda a ti.
—¿Eh? ¿A mí?
—Sí.
Rupert me miró y respondió.
—Cuando miro las pinturas de Rafael, pienso en ti. Es una imagen cómoda y cálida.
—¿De verdad...?
Murmure aturdido, pensé en las pinturas de Rafael. Uno, dos, tres... Después de pasar por cada una de las pocas imágenes en mi memoria, de repente estallé en cólera y grité.
—¡Quieres decir que estoy gordo!
—¿Cómo llegaste a esa idea?
Rupert se incorporó y dije enojado:
—¡Ya sabes, tienen extremidades cortas, barriga y un montón de ángeles gordos! ¡Te estás burlando de mí por ser gordo! Siempre como mucho, ¡ahora estoy gordo! ¡Espera, si no pierdo peso, no soy humano!
—¿Por qué solo piensas en tu peso y no en los ángeles?
Rupert gritó enfadado, luego me agarró del brazo y me atrajo hacia sus brazos.
—¡Qué estás haciendo, och och!
Rupert, quien agarró suavemente su puño que se balanceaba salvajemente, dijo con orgullo.
—De todos modos, no eres rival para mí. Tienes los brazos cortos y las manos pequeñas.
—Eh, si tus manos son demasiado grandes.
—¿Solo mis manos son grandes?
La voz de Rupert se hunde bajo. Ups. Me di cuenta de que había cometido un error y me disculpé apresuradamente.
—No, todo lo tienes grande. Tus piernas son largas, tus manos son grandes, eres alto y grande, y tu cabeza es... pequeña.
Dude en agregar, pero sonreí apresuradamente.
—¿No te vas a enojar? Vamos, ponte a dormir. Estás cansado.
—¿No me darás unas palabras de agradecimiento?
Me las arreglé para responder suavemente a la pregunta entrecerrando los ojos.
—Muchas gracias, Rupert.
Para mí, que decía cada palabra con claridad, Rupert resopló levemente, y luego se acostó. Caí sobre Rupert abruptamente, y cuando levanté la cabeza y lo miré, Rupert sonrió levemente.
—Si quieres ponerte a dieta, hay una manera segura.
—¿Cuál es?
Intrigado le pregunto en un susurró.
—¿Alguna vez has oído que montar a caballo es genial para hacer dieta?
—¿Montar a caballo?
—Sí.
—¿Realmente funciona?
Rupert asintió levemente mientras parpadeaba con los ojos muy abiertos
—Por supuesto.
—Pero yo no tengo un caballo.
Rupert me respondió con cara de decepción.
—No te preocupes, te lo daré. Siéntete libre de montar.
—¿De verdad?
—¿Puedo siquiera decir algo?
—¡Un símbolo de los ricos, exclusivo de la burguesía!
—¡Ah!— Rupert dijo con confianza, viéndome con mis manos juntas y mis ojos brillando.
—Pierde peso haciendo ejercicio. No pienses en morirte de hambre.
Con esas palabras, Rupert llevó su mano a mi cintura, que todavía estaba en pijama, y me bajó los calzoncillos y los pantalones del pijama al mismo tiempo.
—¡Qué estás haciendo, aún es temprano!
—Dijiste que ibas a montar.
—Si, no puedo usar el pijama si monto a caballo, ¿debo ponerme ropa para montar?
De repente pensé en ello, así que grité con retraso.
—¿Pero por qué te quitas la ropa interior?
—Siéntate, no hables.
—¡Dijiste que te ibas a dormir!
—Trabaje muy duro en la cocina toda la noche. ¿Quieres que me vaya a dormir? De ninguna manera.
Rupert se rio de mí, eh, luego agarró mi trasero con sus grandes manos y los floto, metiendo un dedo hasta el fondo.
—Espera, espera...
Pero ese era mi límite, ya que rápidamente me quedé sin aliento, Rupert me dijo.
—Hagamos esto de postre.
—No es nada dulce...
No termino la oración y tan solo dio un gemido porque al mismo tiempo Rupert lo había apuñalado. Pero como siempre, la primera vez fracasó. Ruperto estaba molesto.
—¿Por qué eres tan estrecho?
—Entonces, no deberíamos hacerlo a menudo, porque es doloroso para los dos.
Le respondí a Rupert, quien se quejó, pero si Rupert se hubiera rendido, no me habría quitado la ropa en primer lugar.
—Siéntate.
—...¿qué?
Rupert dijo con altivez mientras abría mucho los ojos ante el comentario inesperado.
—Siéntate, encima de mí.
Mientras contraía mi rostro, Rupert dijo: "Vamos" y metió su largo dedo dentro de mí y presiono el punto débil dentro de mí con fuerza. Grité y levanté mis caderas, luego rápidamente miré a Rupert con lágrimas en los ojos. Pero la respuesta ya está establecida. Tuve que moverme lentamente y bajar la cadera.
«Él es el quien quiere meterlo, pero se queja de que es demasiado estrecho y quiere que yo lo meta»
Rupert rápidamente agarró mi mano y me dio una advertencia mientras yo gemía y buscaba a tientas el pene de Rupert.
—Si tiras de él a propósito, no saldrás de la cama.
«¿Cómo supiste?»
Por su agarre no tuve más remedio que decir: — Si —, en voz baja, luego sonrió y tomó su miembro. Su pene caliente y grueso siempre me deja sin aliento.
—Ya sabes... lo que tienes que hacer. Siéntate.
Si se rebelaba una vez más, no lo soltaría. Estaba llorando y agarrando su pene, lo obligo a bajar su cintura poco a poco.
«Uno, dos, uno, dos»
Bajé desesperadamente la cintura, recordando la técnica de respiración que vi una vez en la televisión para matar el tiempo.
«Espera, haré esto cuando lo saque, así que debería hacerlo al revés de cuando lo meta...»
Pensaba en ello cuando de repente, Rupert, que no podía esperar más, me agarró de la cintura y me sentó. Fue Rupert, no yo, quien frunció el ceño y gimió. Ni siquiera pude gritar y simplemente abrí la boca y me endurecí.
—... Joder, voy a explotar.
Rupert maldijo.
—¡Entonces no lo metas...!
«¿Por qué estás tan ansioso de meterlo cuando siempre te quejas que es demasiado estrecho?»
Rápidamente rogué con lágrimas en los ojos.
—Sabes, no tengo que ponerme a dieta.
—Muévete por ahora. Hablaremos cuando hayas terminado.
—¡Yo no monto a caballo...!
Llore, pero Rupert no lo escuchó. Y durante casi tres horas después de eso, tuve que "montar a caballo". Por supuesto, tuvimos un descanso en el medio...
—¡Odio montar a caballo desde ahora!
Terminé llorando.
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Ups, ups, he estado sufriendo durante dos días enteros por las secuelas de la feroz cabalgata.
Mientras estuve acostado en la cama con dolor, Rupert cocino para mí, «¡pero yo no como comida fea!»
Negarme a comer enojado era la única rebelión que podía hacer. Por supuesto, Rupert dijo:
—¿Por qué esta fea? Realmente sabes apreciar el arte. ...aunque al final me obligaba a comer, dándome de comer.
El problema era que la comida era tan deliciosa a diferencia de como lucia. Ni siquiera es un palo y una zanahoria, y de repente pensé: "Aww", tirándome de los cabellos.
—¡Odio los caballos! ¡Odio montar a caballo!
Rupert frunció el ceño mientras me miraba.
—Come un poco de postre.
De repente incliné la cabeza mientras olía el pastel que sirvió.
—¿Qué es esto?
Rupert respondió seriamente a la pregunta, girando el misterioso dibujo en un círculo en el plato.
—Es un ángel.
—...¿dónde?
—Esta es la cabeza, el cuerpo y las alas.
No importa cuánto lo mire, esto no era eso. ¿Quién en el mundo vería esto como un ángel?
Lo miré con el rostro sombrío, «ya que solo podía verse el supuesto ángel como una linda cucaracha en el mejor de los casos»
—...¿este soy yo?
Rupert respondió, con las orejas enrojecidas ante la pregunta, «mientras rogaba esperando que dijera que no»
—Ambos son idénticos, ¿verdad?
—No...
Me sentí palidecer, no tuve más remedio que cortar un pedazo de pastel y ponerlo en mi boca. Como siempre, estaba delicioso, a diferencia de cómo se veía.
—Es raro. ¿Cómo puede saber delicioso, cuando se ve así?
Rupert pronto se encendió y me dijo, inclinando la cabeza.
—¿Qué te pasa? ¿Cuántas veces te he dicho que realmente no sabes apreciar las cosas?
Ignorando la protesta de Rupert, me comí todo el pastel y esta vez Rupert trajo té negro y bocadillos. Como era de esperar, eran galletas caseras. Era increíble ver a Rupert quejarse y aun así era él quien cocinaba.
—... realmente debes amarme.
Rupert frunció el ceño mientras murmuraba comiendo una galleta.
—¿Cuántas veces te lo he dicho?
—Lo sé.
Suspiré un poco. Bueno, no puedo hacer nada si esta es su manera de demostrarlo.
«Zanahoria y palo... Ahhhh»
Una vez más, grité por dentro, contuve el aliento y miré a Rupert. Rupert, que estaba bebiendo té, sonrió cuando sus ojos se encontraron. Era una sonrisa inusual, pero probablemente ni siquiera sabía que estaba sonriendo.
«¿Qué puedo hacer?, pensé de nuevo. Nunca sabrá cómo amar dulcemente, y será un poco doloroso si tengo que escuchar su confesión como si fuera una maldición por el resto de mi vida... ...pero si es demasiado dulce, tendrá un sabor amargo»
Pensando así, puse la última galleta en mi boca. Le sonrió a Rupert, que dejó la taza de té y el cuenco en la mesita auxiliar. Rupert también me sonrío. Lo miré y pensé. Con una sonrisa en la cara, «si me pides que vuelva a montar, te apuñalaré en el culo»
Rupert me preguntó todavía sonriendo, sin notar, que practicaba puñaladas rápidas con mis cinco dedos debajo de la sabana.
—¿Volvemos a cabalgar la próxima semana?
Solo un beso amargo Fin
Muchísimas Gracias por leernos.
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