El duque necesita tener un heredero.
—Puedes
abrazar a otra mujer.
—¿Por
qué me codicias, soy tu hija?
El
Duque Rupert, quien perdió a su amado hijo en un accidente, cae en una profunda
tristeza y pierde las ganas de vivir. Un día, llega una carta para el afligido
duque, revelando que su odiado primo planea heredar sus bienes y títulos, con
la esperanza de que muera. Reacio a permitir que eso sucediera, el Duque decide
tener un hijo.
Entonces,
una mujer llama su atención.
La mujer que despierta su deseo no es otra
que su hija, Adela.
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