La inmoralidad de la tonta princesa.- Capítulo 7

 

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Tan pronto como llego Marilyn al castillo, la emperatriz escuchó la noticia de que tuvieron una noche amorosa y se esforzó por reprimir su ira. El emperador había declarado unas semanas atrás su intención de convertirla en su esposa.

Ya era bastante malo que provocara su ira, pero ahora incluso que durmiera con ella al instante en que llego no era diferente el hecho de que en serio iba a enfrentarla.  

—¿Quieres decir que lo hizo a propósito? ¿Y Grace lo sabe?

—Parece que lo sabe.

Ante esas palabras, la emperatriz se calmó y dijo con una mirada tranquila.

—Está bien, entonces. Supongo que ella se encargará de eso.

—Sí.

—Que la ceremonia de coronación sea simple, pero que la boda de Grace sea lo más grandiosa posible.

—Haa, pensar que una idiota se convertirá en emperatriz. Es una pena que este hecho se registre en la historia del Imperio es tan vergonzoso, pero no hay nada que podamos hacer al respecto. No tengo más remedio que esperar al día que él olvide a la emperatriz idiota para que mi Grace tome su lugar.

Ella sonrió, revelando su codicia ya que el niño que Grace dé a luz será el que ascenderá al trono y así mantendremos la riqueza y el poder que deseamos tan desesperadamente hasta la muerte, pasándolo a nuestros descendientes de generación en generación.

—Se trata de un momento fugaz de vergüenza solo cerraré los ojos.

La realidad, sin embargo, era muy diferente de lo que ella había imaginado. A Grace le habían dado una pequeña habitación privada en el castillo por su boda y reflexionó sobre lo que había visto allí. Los celos de Grace se dispararon al ver él deseo que sentía por su esposa idiota a quien había amado durante años.

—.... ¿Por qué tengo que ser la única que se siente celosa?

Grace se sintió mal porque ella era la única que sufría. Además, el amor de Xavier, que amaba a una tonta, y la brillante apariencia de Marilyn, que acapara su amor sin saber nada, también la molesto.

—¿Dónde está el Emperador?

—Dicen que ha vuelto a su despacho.

—¿Eso significa que está completamente sola?

—Sí.

—Muy bien, entonces, presentaré mis respetos a la Emperatriz, ya que estaré sirviendo al Emperador en el futuro, y también puedo pedirle consejo.

Dijo las palabras, pero sus cejas y las comisuras de su boca se torcieron con picardía.

—Vamos.

Y con eso, Grace se dirigió a sus aposentos, que resultaron estar muy lejos de los suyos. Fue detenida por sus sirvientes que la custodiaban, diciendo que ella era la emperatriz. Pero, ¿quién era Grace? Era la única hija de un señor feudal y nadie se interponía en su camino.

Sus sirvientes estaban a punto de hacerse cargo de los sirvientes de la emperatriz y abrir la puerta.

—¿Qué pasa?

Charlotte apareció y le impidió entrar sin dudarlo. Grace vaciló por un momento ante el aura de Charlotte, que a simple vista no parecía ser una apuesta ordinaria. Pero no podía simplemente volver.

—¿Qué sucede…? ¿No es el deber de una concubina saludar a la emperatriz primero antes de la ceremonia de boda con Su Majestad?

—La emperatriz no ha descansado bien por el largo viaje, por lo que se ha dormido de inmediato.

—Ay, en serio, entonces regresaré por la noche a ...

—Princesa Grace.

—...¿Qué?

Charlotte exhaló con calma, mirándola a los ojos.

—La Emperatriz aún no sabe de tu existencia.

—¿Entonces...?

—Como puedes imaginar, la Emperatriz no es una persona que entienda cosas difíciles...

—En ese caso, yo, le informaré bien a su gracia.

—¡Grace!

Afuera había mucho ruido, así que Marilyn, que estaba dormida, se despertó. Se levantó de la cama y miro a través de la rendija de la puerta que estaba ligeramente abierta y vio a un gran grupo de personas reunidas afuera.

—¿No debería saberlo? En solo unos días, Su Majestad y yo nos casaremos, pero creo que ya debe saber que Su Majestad puede acostarse con cualquier mujer, no solo con la Emperatriz.

—¿De qué estás hablando?

Marilyn cuestionó de inmediato, abriendo la puerta. Grace alzó una ceja ante su entrada, pero la entrecerró al ver a la mujer despeinada en camisón. Al ver las huellas de Xavier por todo su cuerpo, y la expresión de confusión en su rostro, hizo que se le revolviera el estómago.

—Emperatriz, hay muchos ojos sobre ti, por favor arregle su ropa.

—¿Quién eres?

Marilyn se ofendió un poco cuando una mujer a la que nunca había visto comenzó a regañarla. Frunció el entrecejo y volvió la mirada hacia Charlotte.

Charlotte frunció los labios, pero Grace dijo antes que ella.

—Soy Grace Warren, saludos su gracia.

—... Soy Marilyn Lewis.

Marilyn aceptó su saludo, aunque su expresión perpleja permaneció.

—Me alegra saludarte de esta manera.

—...... ¿Por qué es un alivio?

—Emperatriz.

—Me gustaría tomar una taza de té, ¿me invitarías? Emperatriz.

Continuo bloqueando la interferencia de Charlotte, Grace entró con los brazos cruzados.

—Sí. Charlotte, prepara el té.

Sin saber qué hacer, Marilyn se sintió un poco emocionada de ser la invitada de honor y obedeció la solicitud de Grace para que Charlotte preparara el té. Pero Charlotte estaba inquieta. Si bien es posible que Grace no pueda dañar a Marilyn, lo más probable es que la lastime al mencionarle su próxima boda con Xavier.

No había forma de que ella dejara que eso sucediera.

—Grace.

Charlotte la llamó desde la puerta. Grace se volvió y miró a Charlotte con una expresión relajada.

—Por favor, abstente de molestar a la Emperatriz. Sabes lo especial que es, y espero que lo tengas en cuenta.

La frente de Grace se arrugó ligeramente ante la falta de respeto de Charlotte solo era la niñera de la Emperatriz.

—Es la forma en que tratas a los invitados lo que me asusta.

—Charlotte, Grace está asustada, detente.

Marilyn, que escuchó el murmullo de Grace, culpó a Charlotte por ella, y Charlotte no tuvo más remedio que dejarlas a solas y ordenó que se le informara al Emperador. Mientras tanto, Grace paseaba por la enorme habitación, tratando de reprimir su incomodidad.

Marilyn no sabía lo que estaba pensando y solo estaba emocionada de que una mujer bonita viniera a verla.

—¿Quieres sentarte aquí?

—Sí.

Marilyn no pudo evitar enamorarse de los gestos de Grace, cuyos movimientos eran muy elegantes.

—Eres muy bonita.

Las palabras se escaparon de la boca de Marilyn. Grace no se sintió ofendida por su inocente murmullo. De hecho, se sintió un poco superior, se sentó y estudió a Marilyn de cerca. Al contrario de lo que parece, era lo suficientemente hermosa como para ser considerada molesta, pero era innegable que era una mujer que provocaba un instinto protector.

—Su Majestad, no sabe por qué estoy aquí, ¿verdad?

—Dijiste que eras un invitado.

—Emperatriz, ¿qué puede hacer por Su Majestad?

—¿Qué?

Ante la repentina pregunta de Grace, Marilyn no pudo encontrar una respuesta adecuada.

—Tal vez pueda entretener a Su Majestad por un rato en la cama.

—....qué.

—Pero más que eso, ¿Tiene la capacidad de servir adecuadamente a la persona que se ha convertido en el líder supremo de una nación?

—Soy....

—Es por eso que voy a casarme con el Emperador.

Los ojos claros de Marilyn temblaron violentamente.

—¿Matrimonio...? Entonces la habitación trasera...

—Oh, debes saber sobre eso.

No podía evitar no saberlo. Era algo que mi madre, Diana, me contaba siempre.

Cuando tu esposo te pierda el afecto, traerá a una nueva esposa. Si no quieres que eso suceda, recuerda todo lo que vez ahora, para que solo tú puedas estar a su lado.

—Sa…, Saviel solo me quiere a mí... ...pero por qué querría otra habitación. 

Grace chasqueó la lengua ante el uso de un apodo en Xavier.

—Emperatriz, tenga cuidado con sus palabras en el futuro, pronto todos sabrán que él es el nuevo emperador del Imperio Khalid, y no creo que deba llamar de forma tan humilde a Su Majestad, ¿cómo se atreve a insultar al jefe de una nación?

—¿Es porque todavía no he tenido un bebé? yo, yo...

Grace resopló ante la pregunta de Marilyn, quien murmuraba con una cara exasperada.

—¿Niños? ¿Crees que estas en la posición de darle hijos? Pareces pensar en él como la cabeza de una familia cualquiera, pero él será el padre del futuro príncipe heredero, que tenga a una idiota como madre no tiene cabida en el castillo imperial.

—Ah...

—Seguirán trayendo a mujeres hermosas e inteligentes como yo para Su Majestad.

Frente a los ojos confundidos de Marilyn, Grace sonrió, sintiendo un escalofrío de placer.

—¿Qué pasará después? ¿Estás segura de que podrás mantener tu posición como emperatriz?

—Yo, yo...

—Vete, en lugar de que el emperador te deje y te lastime.

—No quiero...

—Le estoy dando una oportunidad a su majestad. ¿No dolería menos que ahora se fuera, que el doloroso recuerdo de ser abandonada?

Fue cuando. La puerta de Marilyn, que había estado cerrada, se abrió como si fuera a romperse, y la persona que entró fue Xavier.

—¡Grace!

—su Majestad.

Su presencia no fue una sorpresa, ya que esperaba que Charlotte lo llamara. Marilyn, sin embargo, se sobresaltó y se echó a llorar.

Luego, Xavier levantó la mano hacia Grace con una cara de enojo, y todos esperaban que él la abofeteara, pero él no se atrevió a golpearla.

—¡Ja, ja, sácala!

—Su Majestad, solo quería saludar a la Emperatriz...

—¿Quién dijo que puedes tener una audiencia con la emperatriz a voluntad? Te estás volviendo loca no sabes tú lugar.

Marilyn dejó de llorar y lo miró, atónita por su voz fría que nunca antes había escuchado. Se sentía como si estuviera mirando a un extraño y ni siquiera podía respirar correctamente.

—¡No me escuchaste sácala, Jeremy!

—¡Sí!

—Su Majestad, Su Majestad, no me malinterprete, solo estoy tratando de hacer que la Emperatriz…

Marilyn estaba tan confundida por esta situación. Grace, que había sido tan cínica e incluso burlona con ella, había sido arrastrada tan pronto como él apareció, luciendo mundana y suplicando su inocencia, y Xavier apareció de repente, enojado con ella de esa manera, e incluso había levantado la voz, que la asustó.

—Tengo miedo. ¡Charlotte, Charlotte!

Titubeó, llamando a Charlotte. Charlotte entró corriendo en la habitación a la llamada de Marilyn y la rodeó con sus brazos, tranquilizándola.

—Está bien, su gracia. Solo cálmate...

—Tengo miedo...

Marilyn sintió un escalofrío recorrer su espalda al pensar que estaba a punto de ser abandonada. Darse cuenta de que Xavier elegiría a esa mujer sobre ella fue igualmente aterrador.

—¡Mariel, Mariel...!

Marilyn miró a Xavier cuando él la llamó y lo agarró del brazo, suplicando.

—Xavier, ¿me estás abandonando, hice algo mal?

—Ja, Mariel...

—Yo, seré buena...

Xavier se sobresaltó por su acción al desvestirse, él al mismo tiempo volvió a ponerle la ropa.

—¡Marilyn!

—Lo haré mejor, Xavier, no, Su Majestad, así que no me tires. Se supone que no debías tirarme...

—Ja, Marilyn, cálmate.

Marilyn no dijo nada porque tenía mucho miedo de que la abandonara. Finalmente, después de despedir a Charlotte y a todos los sirvientes, entró y la llevó a la cama.

—No me abandones...... Por favor..

—¿Olvidaste lo que te dije cuando éramos uno?

Susurró suavemente, limpiando las lágrimas de Marilyn con sus labios.

—¿No te dije que nunca perdonaría a nadie que te tocara, y que solo necesitabas recordar lo que te hacía sentir bien?

—Saviel.

—Si hubiera tenido la intención de abandonarte, no te habría traído aquí. ¿Verdad?

Marilyn asintió como si recordara sus palabras.

—No dudes. Mi corazón es solo tuyo.

—No vas a abandonarme, ¿estás seguro?

—No te abandonaré.

—¿Vas a tener hijos conmigo?

Aunque se calmó, Marilyn todavía parecía inquieta.

—Seguro, mis hijos deben nacer de ti.

—Ah...

Marilyn acarició su vientre y le susurró suavemente, finalmente tranquilizándose lo abrazo.

—No dejes entrar al cuarto trasero. Ámame, ámame solo a mí, Saviel...

A pesar de su ansiedad, Marilyn solo deseaba el amor de Xavier; nunca la había visto tan linda y adorable.

—Está bien, te amaré a ti y solo a ti.

—Mmm.

Marilyn se derritió en sus manos cuando él las deslizó bajo su ropa y apretó sus pechos.

—De nuevo...

—¿No debería?

Marilyn negó con la cabeza y se aferró a sus palabras.

—No pares...

Los ojos de Xavier eran feroces después de dejar a Marilyn, que estaba dormida como si se hubiera desmayado.

—Su Majestad.

Entonces Jeremy se acercó a él. Luego, miró a su alrededor y entregó en secreto la información que acababa de llegar.

—.....¿Está seguro?

—Sí.

—Suspiro, tráelo.

Jeremy asintió y se alejó.

Xavier olvidó por un momento lo enfadado que estaba por el absurdo informe y sonrió abatido.

—¿Estás diciendo que me engaño a mí o a la emperatriz...? No, nos engañaste a todos.

Xavier no pudo ocultar su expresión de desconcierto, que cosa linda.

—Fingiste estar muerta a propósito, ¿no?

Encontré a Aria.

—Nuestra princesa más joven, tú también debes haber odiado este lugar.

No era que no la entendiera.

—Te entiendo, pero....

Tenía que ser claro.

***

—¿Dónde está esa perra?

—Escuché que ella está de vuelta en sus habitaciones asignadas.

Asintió ante la respuesta de Charlotte.

—su Majestad.

Cuando estaba a punto de irse, Charlotte lo llamó.

—Puede ser difícil, pero prohíbale a Grace que entre a este lugar.

—No te preocupes. No solo aquí, sino que planeo deshacerme de ella. Tiene que pagar el precio por haberse burlado de mi precioso tesoro.

Si fuera inteligente, debería haberse movido con cuidado. No, tenía que intuir que no podía pasarlo por alto, pero ni siquiera conocía su lugar y me provoco primero.

Entró en las habitaciones de Grace y se echó a reír cuando ella lo saludó felizmente, sin pestañear ni cambiar su tez.

—Tienes el descaro de tu padre.

—Su Majestad, solo me preguntaba si la emperatriz se sorprendería al saber sobre nuestro matrimonio, sin saber nada...

Él resopló ante sus palabras.

—Qué preocupación tan inútil. ¿Cuál es el punto?

—Su Majestad...

Xavier se acercó a ella y vio un hermoso vestido en el centro de su habitación.

—Este es el vestido que usaré en la boda. Lo encargué a uno de los diseñadores más famosos de Khalid, y es el único en el mundo. Estaré al lado de Su Majestad, así que tengo que lucir a su nivel para que no lo avergüence.

Grace se encogió de hombros y se colocó detrás del vestido.

—¿Qué te parece, me queda bien?

—...... es el único en el mundo.

Torció los labios.

—¿Eres digna de usar algo así?

—....¿Que?

—Tal vez este vestido le quede mejor a mi emperatriz.

—¡Pe, Su Majestad!

Asintió a sus sirvientes y ellos tomaron el vestido sin dudarlo.

—¡Lung, su majestad, si me hace esto…!

—¿Qué, correrás hacia la emperatriz?

—¡Su Majestad!

—¿No te das cuenta que estoy pensando en ti? Obviamente, tengo una emperatriz, pero cuando te vean con ese vestido, pensarán que tú te convertirás en la emperatriz y estarás a mi lado. 

El rostro de Grace se arrugó cada vez con más amargura.

—Ni siquiera eres algo que yo quiero.

 Sus últimas palabras fueron una daga en su corazón. Dejó a Grace, que se derrumbó debido a la debilidad de sus piernas, y se dirigió directamente a la oficina.

Y la situación fue informada a la emperatriz tal como estaba.

—¿Qué?

—Bueno, ¡le quitaron el vestido a Grace!

—Bueno, ¡qué tontería!

—Su Majestad dijo que sería más apropiado para la coronación de la Emperatriz...

Grace la siguió y se derrumbó frente a la emperatriz y lloró.

—Papá, hmmm, ¿qué puedo hacer? Nadie me está escuchando.

—Es mi propio vestido en el que trabajé duro durante mucho tiempo. ¿No lo sabes? ¡Cuánto tiempo he estado esperando este día...!

Era un vestido en el que Grace había pasado meses trabajando, esperando casarse con él.

—¿Cómo es que tú, quien se enorgullece por ser tan inteligente, no deberías estar llorando así esta mañana, cuando hay tantas cosas mejores que hacer que ese estúpido vestido?

—¡Ese vestido, ese vestido, ese vestido era mío...!

 —¡Eso no es lo importante en este momento! Si tomo tu vestido, ¿qué será lo próximo?

—....

—¿No puedes ver que estás tratando de arruinar tu boda, y será mejor que te controles, o nunca obtendrás la atención del Emperador, y mucho menos su afecto?

La tez de Grace se puso blanca cuando sus palabras la tranquilizaron.

—Si lo entiendes, entonces sécate las lágrimas y espera la ceremonia con calma. Yo me encargaré del resto.

  —...Si padre...

De mala gana, Grace regresó a sus aposentos. Los asistentes vinieron y trajeron varios vestidos frente a ella, pero no había forma de que llamaran su atención.

—¡Ay! ¡Esto apesta!

Grace maldijo y arrojó los vestidos que los sirvientes trajeron al suelo y los pisoteó.

—¡Cómo se supone que voy a destacar con esto!

Nadie podía detenerla de su alboroto, solo se encogieron de miedo de que algo les sucediera.

—Pensar que lo que hiciste con mucho esfuerzo se lo llevó una perra estúpida… ¡Desmonta, Desmonta!

El colorido vestido que le quito de las manos a Grace pareció encajar perfectamente en Marilyn.

—Uh, mis pechos están un poco apretados.

Charlotte inmediatamente tocó sus pechos ante sus palabras.

—Como era de esperar, pensé que se vería bien en Mariel.

Aunque era incómodo al moverse, a Xavier le gustaba, por lo que Marilyn sonrió y quedó satisfecha con su reflejo en el espejo.

—Si te gusta, me gusta.

—Como te dijo Charlotte, hoy es el día en que soy coronado Emperador, Mariel.

—Sí.

—Quiero que sonrías para mí, para que tu belleza haga que tiemblen sus rodillas.

—¿Me veo hermosa cuando sonrío?

Asintió ante la pregunta de Marilyn.

—Nada en el mundo es más hermoso que tu sonriendo.

—Está bien. Entonces estaré a tu lado sonriendo. Eso no es un problema.

Charlotte levantó el cabello que cubría los hombros de Marilyn, dejando al descubierto sus hombros esbeltos y su clavícula recta.

—Espera.

Xavier le guiñó un ojo a Jeremy como si hubiera estado esperando. Entonces Jeremy sacó lo que había preparado y se lo entregó.

—Guau.

—Lo hicieron especialmente para ti.

—Bonito.

—Es el diamante rojo más preciado. Sabía que te quedaría bien.

El diamante rojo brillaba contra su piel blanca. Hacía juego con su vestido, que estaba muy adornado con hilos dorados. La forma en que Marilyn sonrió mientras pasaba sus delgados dedos por el collar era el epítome de la elegancia.

—Es tan hermoso que nada se compara con él.

Marilyn se sonrojó y bajó la cabeza, sabiendo que era demasiado elogio, pero él volvió a levantarle la barbilla, obligándola a mirarlo a los ojos.

—No seas tímida. Eres la emperatriz más hermosa en la historia del Imperio Khalid.

—Ahora, ¿vendrás conmigo?

Él le tendió la mano. Curvó suavemente las comisuras de su boca, dándole una mirada amable, y ella hizo lo mismo, sonriendo suavemente. Tomados de la mano, caminaron hacia el lugar donde se coronaría al Emperador.

Marilyn tomó su mano con fuerza. En respuesta a su nerviosismo, levantó su mano y la besó. Todos los ojos estaban puestos en ellos cuando él y ella aparecieron.

Ay dios mío.

Todos se quedaron sin palabras mientras entraban a la habitación, sintiéndose como si fueran los únicos allí. Marilyn se veía impecable con su hermoso vestido, el diamante rojo brillaba contra su piel clara y su hermoso cabello recogido en una trenza. Y mientras intercambiaban dulces miradas y caminaban por el pasillo como un príncipe y una princesa de cuento de hadas, todos los espectadores no pudieron evitar tragar saliva con envidia.

Grace solo podía mirar desde la distancia. Rápidamente se cambió a otro vestido, pero no era tan elegante como el que usaba Marilyn, y también estaba gastado. El Emperador le había ordenado que vistiera formalmente por su posición. Grace apretó con más fuerza el vestido. Por un momento quiso morderse la lengua ante esta insoportable humillación.

Pero luego resopló y murmuró.

—Lo que sea.

Ella no sufriría esta humillación. Ella lo soportaría, lo soportaría y lo recuperaría todo. Xavier se enfrentó a Logan, que aún era el emperador, y se arrodilló ante él. Logan se quitó la corona que llevaba puesta y se la puso en la cabeza, y su esposa también se quitó la corona y se la puso a Marilyn.

—Por favor, tráele a Khalid un futuro brillante.

Las palabras de Logan fueron sinceras. Xavier se quedó sin palabras ante la sinceridad de su joven sobrino. Logan dijo que ahora iba a pasar el resto de su tiempo junto al mar para recuperarse.

—Me aseguraré de que estés cómodo y no tengas nada de qué preocuparte.

—Gracias, tío.

—Lamento haber dejado que mi propio egoísmo se interpusiera en tu situación sobrino.

Los ojos de Logan se humedecieron. Marilyn tomó la mano de Logan.

—No llores, ¿te duele mucho?

Logan sonrió ante la mirada de pura preocupación en su rostro cuando tomó su mano. El aire pesado se aligeró instantáneamente por su presencia.  Marilyn estaba muy emocionada. Aunque se sintió un poco avergonzada por todas las miradas puestas en ella, se sintió muy bien al tener tanta gente celebrando a su lado, incluso más que en su boda, y no le importó la idea de ser bendecida por todos allí.

Mientras estaba sonriendo ampliamente a su lado con emoción, noto a Grace.

—Oh...

—No te preocupes, Marilyn. Te dije que te amaría a ti y solo a ti.

—Solo dame un minuto y haré que desaparezca.

Xavier no apartó los ojos de Marilyn, incluso cuando Grace se acercó mirándolos a los dos, Grace camino a paso lento pero firme hacia ellos. Inclinándose ante ambos, Grace se paró junto a Xavier, pero él no soltó la mano de Marilyn.

Estaba claro para cualquiera que pudiera ver que el emperador no tenía en cuenta a la cámara trasera, Grace apenas soportó la vergüenza y se quedó con la cabeza en alto, y el Conde, que la miraba, estaba enojado.

La ceremonia de coronación y la boda de Grace estaban destinadas a celebrarse por separado, pero Xavier simplificó y combinó las dos ceremonias. Significaba eliminar formalidades innecesarias y simplificar solo las cosas necesarias.

Los ministros que intentaron celebrar la ceremonia por separado debido al aviso del señor feudal, pero como el emperador mencionó la historia primero, todos estuvieron de acuerdo y les gustó como si lo hubieran prometido.

—Así es como se ve, ¿no es así....?

La ira de la emperatriz por el rechazo absoluto de Xavier hacia Grace iba en aumento.

—No creo que sea una buena idea que sea tan ciego conmigo, Su Majestad.

Aunque Xavier era el emperador de Khalid, el Conde también estaba orgulloso de que su poder fuera tan formidable como el del emperador de Khalid.

—Cédric.

—Tengo que sacar la última carta.

—...Sí, señor.

—¿No deberías ignorar el corazón de un lealista que no quiere arruinar la historia de Khalid, Su Majestad?

Torció los labios.

—Así que no me culpes.

Así, se llevó a cabo la ceremonia de coronación y boda del emperador, la más sencilla y simple en la historia de Khalid. Grace lo esperó en su dormitorio recién asignado, pero él no llegó. Tenía que pasar la noche sola, y después de días y días de espera, siempre durmió sola.

Eventualmente, su resentimiento se volvió hacia Marilyn. Solo debía caminar una corta distancia para llegar a sus aposentos, pero se detuvo, sabiendo que los guardias allí habían recibido instrucciones.

—Qué grosero de su parte. ¿Qué ley les permite tratar así a la lluvia del Emperador con tal falta de respeto?

—Lo lamento. Sin embargo, Su Majestad el Emperador ha ordenado que no dejemos entrar a la princesa a la residencia de la Emperatriz.

—¡Aaah!

—Me disculpo. Si se concede el permiso de Su Majestad, le despejaré el camino, pero por favor regrese a sus aposentos mi señora.

—Regresaré incluso si no lo dices. ¡Cierra la boca!

Grace se dio la vuelta con una reacción muy nerviosa, pero pronto tuvo que guardar las afiladas espinas.

—Su Majestad...

—Eres tan persistente. ¿Viniste a ver a la Emperatriz para tratar de decirle algo más con esa lengua afilada tuya?

Sus palabras fueron amargas. No era ningún secreto para nadie en el palacio que no había puesto un pie en sus propios aposentos desde su boda, y que pasaba cada momento libre en los aposentos de la emperatriz.

—Bueno, entonces, si puedes dedicarme un momento, puedes dedicarme algo de tiempo...

—¿Por qué debería darte un momento de mi tiempo?

—Porque, Su Majestad......, ahora soy la consorte de Su Majestad. A mí también me gustaría tener la oportunidad de servir a Su Majestad...

Él se rio de sus palabras.

—¿Tú y Yo?

—Su Majestad...

—Muy bien, si así es como quieres servirme, sígueme.

La expresión oscura de Grace se iluminó con sus palabras, pero continuó su camino hacia las habitaciones de Marilyn. Grace siguió a Xavier en silencio, sintiéndose cada vez más incómoda y extraña.

—Su Majestad, a mi habitación...

—¿Cuándo dije que te abrazaría?

—¿Qué...?

Marilyn, que saltaba la cuerda con sus sirvientas, corrió hacia él con alegría cuando se dio cuenta de que había regresado.

—¡Saviel!

Pero vaciló cuando se dio cuenta de que él y Grace habían entrado juntos. Marilyn miró a Xavier con incredulidad y Grace la miró incómoda.

—Marilyn, ven aquí.

Sin dudarlo, Marilyn se acercó a él.

—Esa moza sigue queriendo acostarse conmigo, ¿no?

—¡Su Majestad!

—Mi cuerpo solo te pertenece.

—....

Marilyn dirigió su mirada hacia Grace.

—Es mío, Saviel.

—¡Ja, Emperatriz, Su Majestad puede tener tantas concubinas como quiera, y puede tomar a cualquier mujer aunque no sea la Emperatriz...!

—Eso no funciona para mi Saviel.

Dijo Marilyn, abrazando fuertemente a Xavier.

—¡No te dejaré que la tomes!

—Su Majestad, ¿cuánto tiempo tengo que ser insultada así? ¡Cuánto tiempo hará la vista gorda ante el hecho de que nosotros, la Casa Warren, somos la familia más poderosa del Imperio Khalid!

Él resopló ante sus palabras, su actitud majestuosa había desaparecido.

—Al final, el poder de tu familia es tu único recurso, que así sea, pero ¿Por qué dijeron que eras inteligente?

—¡Su Majestad!

—Si fueras inteligente, no estarías aquí.

Besó a Marilyn suavemente en la mejilla y le susurró.

—Muéstrale cuánto me amas.

No había impureza entre ellos. Todavía era cruel negarlo, pero era necesario que se diera cuenta de la realidad. La perfección tenía que ser cruel y dura a veces. Marilyn miró a Grace. Hubo un vertiginoso intercambio de miradas, pero Marilyn pronto se aferró a él y lo besó.

—Aaah...!

—Mmm.

Xavier aceptó gustosamente el beso de Marilyn, tanto si Grace se reía de ellos como si no, la levantó en brazos y la sentó en la mesa.

—Con una emperatriz que me ama con tanto fervor, ¿cómo podría llamarme la atención una segunda esposa?

Cuando su mirada se volvió hacia Grace, Marilyn agarro su rostro y lo volvió hacia ella.

—Mírame.

Los celos de Marilyn fueron más sorprendentes de lo que pensaba. Pero eso fue un estímulo bastante bueno. Ella lo besó agresivamente, incluso envolvió sus piernas alrededor de su cintura y lo acerco más.

—Ja, Mariel...

—Eres todo mío, ¿no? Soy la única que te gusta, soy la única a quien amas, Xavier....... Solo te tengo a ti.

Respondió a la voz llorosa de Marilyn con una mirada amable, beso a Marilyn en la frente y el puente de la nariz.

—Sí, soy tuyo.

Desató el corsé de Marilyn y dejó que su vestido fluyera hacia abajo. Solo entonces Grace volvió la cabeza cuando el cuerpo desnudo de Marilyn quedó expuesto. Quería irme de este lugar de inmediato, pero de alguna manera mi cuerpo no se movió. Xavier, sin darse cuenta de los sentimientos de Grace, se mantuvo frío con la mujer que seguía parada como una estatua.

—¿Estás pensando en vernos hasta el final? Bueno, no nos importa.

Grace tenía que darle la espalda a la atmósfera cada vez más pegajosa, viendo como besaba su cuello y el hombro de Marilyn sin dudarlo, debía salir corriendo de ese lugar, pero no pudo. Los dos no ocultaron su lujuria el uno por el otro frente a ella.

Debería haberlos evidenciado, diciéndoles lo insultante que era para ella y lo ofensivo que era su comportamiento para la dignidad de la realeza, pero mis labios ni siquiera se movieron. Me quedé allí como una idiota, incapaz incluso de hacer contacto visual. Mientras tanto, sentí una punzada de celos por Marilyn.

Qué diablos le había hecho al Emperador para que perdiera así la cabeza, estaba tan enojada que no podía moverme. Grace, que ni siquiera podía mirarlos, giró su cabeza hacia ellos y respondió descaradamente.

—Por favor, enséñame, emperatriz. Quiero saber cómo complace la emperatriz a Su Majestad. Si aprendo, ¿Quién sabe podría quitarle su lugar?

Parecida a su padre el Conde, su desvergüenza atravesaba el cielo. Ante eso, Marilyn se sintió avergonzada. Levantó su vestido vaporoso y negó con la cabeza.

—No quiero, no quiero.

—Ay, te avergüenzas, cuando me besas sin vacilar, y me atraes hacia ti con ambas piernas así.

—Ay, pero...

—Está bien, de todos modos nadie más puede ocupar tu lugar. Esto está completamente domado por ti, Mariel.

Su pene, ya hinchado a punto de explotar, amenazaba con reventarle el pantalón. Frotándolo entre las piernas de Marilyn, Xavier dejó escapar un suspiro caliente en su linda oreja. Estremeciéndose y abrazando a Marilyn un poco más fuerte mientras ella se aferraba a él, lanzó una mirada fría a Grace, quien los observaba.

La mirada dulce y amorosa en sus ojos estaba reservada solo para Marilyn, y su pene que se mantenía erguido dentro de su pantalón era la evidente diferencia de la temperatura en sus ojos. Estaba pensando en ir tan lejos como pudiera.

La reacción de Grace solo hizo que Xavier pareciera divertido, y acostó a Marilyn.

—Kyaaak

Marilyn gritó sorprendida cuando la tiro sobre su espalda con un movimiento rápido. Xavier masajeo los enormes pechos de Marilyn con ambas manos y los estrujo para que Grace la escuchara gemir.

—....

Marilyn gimió y se retorció. Aunque solo acaricié sus pechos, lo sintió tremendamente. Frotando su polla entre sus piernas que parecía querer perforar sus nalgas, Marilyn jadeó para poder respirar cuando sintió que estaba a punto de derretirse.

—Jajaja...

—Maldita sea, realmente está empapando tu trasero.

Él sonrió mientras miraba su trasero húmedo por sus jugos. Grace también sintió que se mojaba un poco entre sus piernas y, aunque estaba frustrada, la mirada erótica que a veces él le lanzaba hizo que quisiera abrirle las piernas en ese mismo momento.

—Dios, el mantel se va a mojar, solo acaricié tus pechos, pero estás mucho más mojada que de costumbre, ¿por qué?

—Ja ja....

Marilyn también era consciente de Grace.

—Eres un amor, Mariel.

Marilyn se mordió el labio ante su acción al levantarla y sentarla.

—Estás a punto de mojar tus muslos, así que vamos a limpiarlo un poco.

—Hah...

Sus muslos firmes estaban entre sus piernas, rozando y frotando su punto sensible con cada movimiento. No estaba limpiando el agua del capullo que fluía, la estaba estimulando más, pero la razón de Marilyn no era lo suficientemente fuerte como para preocuparse por eso.

—¡Hmph!

Marilyn se retorció, frotándose contra su muslo una y otra vez. Grace frunció el ceño ante el comportamiento vulgar de Marilyn, pero él la miró como si fuera adorable, mordiéndose el labio mientras Xavier le acariciaba el cabello y las mejillas. Un emperador al que le gustan actos tan vulgares pensó, tal vez estaba incluso más loco por ella de lo que Grace había pensado.

Mientras pensaba en eso, noto que la estaba mirando de nuevo. Grace, que lo enfrentó, no tenía más remedio que darse la vuelta y marcharse. Él sonrió, como si supiera lo que ella estaba pensando, y sacó su pene para mostrárselo a Marilyn, quien pronto llegó al clímax por su cuenta.

—Hah, creo que voy a estallar, por favor cálmalo, Marilyn. Tienes que ser tú.

Marilyn no dudó en llevarse su enorme pene a la boca y empezó a chuparlo. No importaba cómo fuera Grace, aún era virgen y nunca había visto el pene de un hombre, por lo que su apariencia seguramente sería impactante.

Además, que lo chupara en su boca como una vulgar. Su reacción, mientras agarraba su cabello haciendo una expresión de éxtasis fue más impactante.

Al final, ya no pude mantener mi postura debido a la relación promiscua de las dos personas que se desnudaban cada vez más.

Estalló en un ataque de risa y murmuró cuando Grace finalmente se fue.

—Tan parecida a su padre, tan persistente en cosas inútiles.

—Bien...

Sin saber que Grace había salido de la habitación, Marilyn con el pene en la boca chupó y lamio frenéticamente. Estaba cada vez más entusiasmada porque era consciente de Grace. De alguna manera, a Xavier no le disgustaban sus celos.

Suspiro, eso se siente bien Mariel, ¡un poco más fuerte, un poco más fuerte...!

Marilyn cumplió con entusiasmo con su pedido, apretando los labios y succionando las mejillas. El agarre de Xavier, que sostenía el cabello de Marilyn, fue más fuerte. Su cadera también comenzó a moverse.

—¡Es genial!

Gritó cuando finalmente llegó al clímax en su boca. Su pequeña boca estaba llena de semen blanco. Incapaz de tragarlo todo goteo líquido blanco por las comisuras de su boca. Sacando su pene de su boca, la limpió con la mano. Mientras trataba de limpiarlo, Marilyn apartó su mano y se llevó su dedo a la boca.

—Ay, no tienes que hacer esto, Mariel...

—Es todo mío, es todo mío, hasta la última parte...

Los ojos de Xavier se entrecerraron ante la mirada posesiva que ella le estaba dando.

—Sí, soy tuyo, Mariel. Así que no te preocupes. Porque nadie más puede tenerme.

Empujó a Marilyn en la mesa e inmediatamente metió su pene profundamente en su empapado capullo. 

—¡Hmph!

A Marilyn no le importaba si Grace estaba allí o no. Cavó y alcanzó el interior de su vientre.

—¡Ah, Saviel...!

—Ja, tú eres la única, solo tú. Así que no dudes de mi corazón. Yo…, yo…, yo fui tuyo desde el principio, Mariel....

—¡Haat...!

Incapaz de ocultar su indignación, Grace volvió a sus aposentos y lloró.

—¡Qué fue toda esa vulgaridad....!

Al día siguiente, la princesa fue a ver a sus padres llorando.

—Después de todo solo pretendías ser inteligente, pero de verdad eres una tonta. ¿Qué estás haciendo?

—¡Padre...!

—Es suficiente. Deja de llorar ven y siéntate.

Grace hizo lo que le dijo y se sentó frente a ellos. La emperatriz se dio cuenta de que a este ritmo, Grace se marchitaría y moriría, sin importar que se convirtiera en emperatriz. Se preguntó si debió haberla dado en matrimonio a Logan, el emperador anterior.

Sin embargo que se convirtiera en su nueva esposa no tenía sentido porque él ya había sido declarado discapacitado, y al final, era natural que el trono imperial fuera sucedido por Xavier, por lo que su hija Grace no tenía más remedio que sufrir cuando entrara al castillo.

Siempre había sido una chica lista, la más inteligente de la familia, así que pensó que podía manejar la miseria, pero estaba equivocada. No podía creer lo estúpida que era.

—Parece que el emperador está menospreciando a la familia Warren.

—¿Padre?

—Iba a dejarte tomar el nombre de Lewis, por respeto a la profunda historia del imperio de Khalid, no quería obligarlo a que tomara el nombre de Warren. Lo sabes, ¿no?

Grace asintió, tratando de calmar su mente.

—Incluso el emperador conoce mi ambición, incluso si se caso contigo formalmente, probablemente se negara a servirte por la noche.

—Hoy, haré una última solicitud al emperador para que te trate de acuerdo con tu posición como consorte.

Los profundos ojos esmeraldas de Grace temblaron ante sus palabras de que era la última vez.

—Si no visita tus aposentos en los próximos días, este padre no tiene la intención de dudar más en tomar una decisión.

—Padre...

—Si el Emperador va a tu encuentro, entonces por todos los medios hazlo tuyo.

—Padre, no creo que sea....

—¿A dónde fue tu audaz sueño de convertirte en emperatriz?

Grace lo miró con los ojos llenos de lágrimas. Pero lo vio claramente en Xavier: estaba loco, loco por una sola mujer.

—No seas débil ahora. Debes ser la emperatriz, y ser la vencedora para tener el imperio Khalid en tus manos. ¿Entiendes? Eres una niña demasiado buena para ser una concubina, tienes que ser la emperatriz. ¿Crees que tiene sentido que una estúpida este sentada en la silla de la emperatriz?

—Recupera el sentido. El emperador ahora está obsesionado con esa mujer y no puede ver nada en este momento porque está siendo usado por esa moza. Un hombre es un animal impulsado por el comportamiento de una mujer. Nunca intentes ganarle por su personalidad y solo obedécelo. Trata de hacer todo lo que él quiera. Incluso si es vergonzoso, sopórtalo. ¿No es esta la posición que querías, y saltaste a ella sin esperarlo?

—....No. No pensó que sería fácil tener esa posición y ella lo sabe.

Pero Grace no pudo evitar que las lágrimas fluyeran. Entonces, con un breve suspiro, la emperatriz tomó la mano de Grace y la apretó suavemente.

—Es todo por tu propio bien, Grace, créeme todo lo hacemos por ti, ¿entiendes?

—Sí, lo sé. Solo me dejé llevar, lo siento.

Resuelta, Grace se secó las lágrimas y levantó la cabeza.

—Voy a ser la emperatriz, eso es todo lo que siempre quise, voy a ser la emperatriz.

Me enamoré a primera vista de Xavier cuando lo vi desde la distancia fue la  primera vez que entre al castillo junto con mi padre. A partir de entonces soñé con convertirme en su esposa. Me preparé paso a paso solo para ser su esposa, pero él le pidió a una princesa que es una idiota que se casara con él, y no a ella.

Hasta el día de hoy, todavía recuerdo el impacto de esa noticia. No podía creer que eligiera a una princesa que es una idiota en lugar de a una chica normal de buena familia. Sin embargo, sus sentimientos hacia la princesa estúpida eran sinceros. No podía creer su decisión de dejarlo todo y elegir a una princesa idiota.

—No podemos permitir que una persona tan superficial pase a la historia de Khalid como la emperatriz.

—Sí, bien pensado, Grace, así debe ser.

—Así que esta noche, por favor, ven a mi habitación, padre.

—¿qué?

La expresión del conde se volvió sutil ante sus inesperadas palabras. Luego miró a su alrededor y llevó su boca a su oído, susurrando suavemente.

—Oh, sí. Eso sería una buena manera, querida.

Satisfecho con el comportamiento de Grace, que volvía a ser firme, volvió a presionar a Xavier. Los Warren no eran una familia que pudiera ser ignorada solo porque fuera él el emperador.

Su familia no podía ser ignorada aunque fuera él emperador.

La emperatriz, junto con las casas circundantes, apretarían con más fuerza la garganta de Xavier, con la intención de domarlo. Quería hacerle darse cuenta de que la posición de Emperador no era tan fácil como pensaba.

Tales movimientos del Conde hicieron reír a Xavier.

—Me pregunto si cuanto mayor se hace, más inútilmente codicioso se vuelve.

Jeremy se aclaró la garganta ante su murmullo.

—¿Por qué?

—No soy el único que puede escucharlo, Su Majestad.

—Hmm, ¿desde cuándo pensaste en eso?

A pesar de su reacción, Jeremy guiñó un ojo a los guardias y los obligó a retirarse.

—¿Aún no?

Jeremy, quien inmediatamente entendió su pregunta, abrió la boca sin dificultad.

—Me costó mucho persuadirlo, pero creo que no habrá problema.

—Está bien, comencemos entonces.

Con eso, Jeremy hizo una reverencia. Mientras se alejaba, Xavier levantó la mirada hacia el cielo despejado.

—La falta de nubes es como los ojos cristalinos de mi Mariel.

Incluso sin Marilyn a su lado, la sentía.

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