Ye-jun
estaba mirando las galletas negras en la placa de acero sin decir una palabra. Hace
unos días, de repente me di cuenta de algo. Me di cuenta de que nunca le había
dado un regalo a Kang Chan-woo. Entonces ahora no sabía qué regalarle. ¿Qué debería regalarle? Lo mejor sería regalarle
algo que necesite, ¿verdad?
Entonces ahora necesito investigar que
podría necesitar. Sin embargo Kang Chan-woo, no parecía necesitar
nada en particular. Cuando le pregunte si necesitaba algo, besó mi mejilla y
dijo que no necesitaba nada solo estar conmigo. Ye-jun también besó su mejilla,
amando la suave sensación de hormigueo.
Por
supuesto, eso no significa que no le daría un regalo. Cuando me quedé sin
ideas, busqué en Internet y leí que los regalos hechos a mano destacan por su
sinceridad. Era la primera vez que le daría algo, así que decidí hacerle unas
galletas caseras, pero el resultado fue desastroso. La primera vez me equivoqué
en las proporciones de la masa y la segunda puse la temperatura demasiado alta.
Después
de algunos errores más, finalmente pude hacer algunas con un aspecto decente.
Sin embargo, entre las galletas que logré salvar, había algunas con los bordes
ligeramente quemados. Pensé si debería tirarlas también, pero eran demasiadas. Opté
por recortar con cuidado los trozos quemados, y cuando vi lo deformes que
estaban, no pude evitar dejar escapar un suspiro.
—...
Ahora tengo que prepararme para partir.
Su cita
con Kang Chan-woo era dentro de una hora, y pensé que lo mejor sería comprar las
galletas para regalárselas, pero al final no lo hice porque en primer lugar la
razón por la que elegí las galletas fue porque quería darle algo que hice yo
mismo. Sin saber qué hacer, Ye-jun comenzó a colocar las galletas en la caja
que había preparado, una por una.
Kang
Chan-woo y Song Ye-jun decidieron ir a visitar su casa de recién casados el fin
de semana después de enterarse que habían terminado de decorarla. El interior
de la casa, que era muy limpia pero estaba algo vacía, la habían redecorado con
un diseño más colorido a petición de Kang. El interior era un poco diferente al
de antes de su regresión, con algunos toques más de color. No se sentía fuera
de lugar. De hecho, se sentía más acogedora.
—¿Qué
opinas?
Kang
Chan-woo le preguntó a Ye-jun mientras miraba alrededor de la casa.
—Bien,
incluso es mejor que antes.
Ante
eso, Kang Chan-woo sonrió y tomó la mano de Ye-jun, y Ye-jun naturalmente tomó
su mano. Después de recorrer el dormitorio y la sala de estar, miraron la otra
habitación en el primer piso. A diferencia del resto de las habitaciones
amuebladas, la habitación lucía exactamente como antes. Esa habitación había
sido el estudio de Kang Chan-woo antes de la regresión.
Se
suponía que esta vez sería igual pero Kang Chan-woo, que también había
recuperado sus recuerdos del pasado, me dijo que quería que el estudio
estuviera en el segundo piso en lugar del primero. Cuando le pregunté por qué, dijo:
—Si tenemos un bebé, ¿no sería mejor tener su habitación en el primer piso que
en el segundo?
Ye-jun,
quien había sido el primero en mencionar la habitación del bebé, sintió que aumentó
ligeramente su temperatura ante lo que dijo Kang Chan-woo. Estaba más
emocionado que avergonzado. Y la habitación que originalmente usaría como su estudio
ahora estaba vacía.
—¿No
crees que hubiera sido mejor usarla como tu estudio, al menos por un tiempo?
—Creo
que sería una molestia si mi estudio estuviera en el segundo piso.
Kang
Chan-woo dijo primero, pero vi la habitación que aún no había sido decorada, me
pregunte ¿porque sería una molestia que el estudio estuviera en el segundo piso?,
así que pregunté al respecto.
—Todo
está bien.
Después
de soltar sus manos, Chan-woo agarro su cintura.
—Utilizaré
el estudio menos que antes. He decidido dejar de ser un estúpido.
Kang
Chan-woo lentamente acercó el cuerpo de Ye-jun al suyo, y Ye-jun, que no se
resistió, se apoyó en él. Sentí una agradable sensación de palpitación.
—Pero...
—No
quieres que pase más tiempo en el estudio que en el dormitorio, ¿verdad? Por
favor, no lo hagas, porque ordené a propósito que la cama fuera lo
suficientemente grande para que podamos usarla cómodamente.
—...Sr.
Kang Chan-woo.
Ye-jun
fruncía levemente el ceño. Parecía que estaba tratando de parecer enojado, pero
Kang Chan-woo, podía ver el ligero rubor subiendo a sus mejillas, por lo que
era simplemente adorable.
—Jaja,
lo siento, lo siento, y realmente no me importa tener el estudio en el segundo
piso, simplemente es mejor si está en el segundo piso para que podamos utilizar
la terraza también. Ah, hablando de eso, ¿No te gustaría tomar una taza de té
en la terraza? Hay un juego de té en la cocina.
—Si
y...
Ye-jun dudo
un poco. Me había preparado, pero no estaba seguro de si realmente debería dárselas.
Sin embargo, era un regalo que ya había envuelto. Entonces pensé que este era
el mejor momento.
—Traje
galletas, comámoslas juntos.
Pensé que era un buen momento, pero
sirvió las galletas en un hermoso plato junto con una taza de té blanca con un
elegante patrón azul y dorado. Cuando Kang Chan-woo preparó el servicio de té,
seleccionó cuidadosamente la vajilla más bonita y colocó las galletas con
cuidado en un plato, pero no importaba. En casa, después de ver un fracaso tras
otro, pensé que había elegido las galletas que se veían bastante bien, pero
cuando las sirvió junto a la delicada taza con té, me sentí muy avergonzado por
el resultado.
—Ye-jun.
—Sí.
—¿Hiciste
esto tú mismo?
Obviamente,
no parecían compradas.
—Sí. Las
hice.
Recientemente,
sentí que mis músculos faciales que se habían relajado frente a Kang Chan-woo
se pusieron tan rígidos como antes. Kang Chan-woo no podía quitar la mirada de
las galletas que hizo Ye-jun. Estaba sorprendido, y con razón. Ye-jun bajó la
cabeza y se dio cuenta por primera vez de que no era bueno cocinando. La
expresión de querer esconderme en una ratonera la entendí profundamente.
—¿Las
hiciste para mí?
La voz
de Kang Chan-woo parecía temblar. No, sonaba un poco emocionado.
—¿Estás
emocionado?
¿Por qué? ¿No tenía motivo para
emocionarse?
Con eso
en mente, cuando levanté la cara pude ver los ojos de Kang Chan-woo
centelleando. Su mirada chispeante, como si fueran un par de estrellas, seguía
fija en las galletas en su plato.
¿Será que está feliz? Con
ese pensamiento en mente, Ye-jun decidió ser un poco más valiente.
—Tú me
has dado varios regalos, pero nunca te he dado uno, así que intente hornearte unas
galletas, pero se ven... me dan un poco de vergüenza.
—No,
son lindas.
—¿Qué?
No estaba
muy seguro de eso porque estaba tratando de darles una forma redonda pero terminaron
pareciéndose a algo que había dibujado un niño con crayones. Sin embargo, a
pesar de su apariencia que ni a mí que
las prepare me gustaba, Kang Chan-woo dijo que eran lindas.
—Son
tan lindas. Es casi un desperdicio comerlas.
El
rostro de Kang Chan-woo era serio. Mirándolo, Ye-jun pensó. Eres aún más lindo cuando dices eso. Como
corresponde a un alfa dominante, Kang Chan-woo tenía un mejor físico que él
pero a veces se veía muy lindo, y Ye-jun
pensó que eso era natural. ¿Cómo no
podría verlo lindo cuando es el hombre que me gusta quien me mira así, con una
mirada brillante y una amplia sonrisa? Era irresistiblemente adorable.
—Las
hice para Kang Chan-woo, así que disfrútalas— Dijo con una sonrisa en su
rostro.
Ye-jun,
quien sonrió con naturalidad, no sabía que Kang Chan-woo también estaba
pensando lo mismo. Simplemente disfrutó este momento.
—Te haré
tantas galletas como quieras.
Kang
Chan-woo abrió mucho los ojos ante la amplia sonrisa de Ye-jun, y él le
devolvió la sonrisa. Solía pensar
que la única manera para poder sobrevivir era romper
nuestro compromiso, también quería evitar que él muriera, pero esa no era la
única manera. Quizás siempre hubo otra manera. En el pasado, estábamos cegados
por el amor, el egoísmo y los prejuicios que nos impedían ver el camino. Pero
ahora conocemos el camino y podemos seguirlo mientras vivimos juntos felizmente.
Nos amaremos. Seremos felices juntos para siempre.
Comentarios
Publicar un comentario