—Incluso si fue
Hannah o Miyo, si lo hice.
Mido soltó
fríamente.
—Mido.
—No intentes
sermonear. Sé que soy bastante raro.
Me sentí mal del
estómago al recordar a Hannah, que no tenía idea y se apresuró a tomar su lugar
sin siquiera saber del tema. Eun seo se acercó a Mido, que sonreía
sombríamente, y abrazó su cabeza, atrapándola entre sus brazos.
—No eres raro.
—¿Qué te contó la
sra. Jeong? ¿Te dijo que rompieras conmigo? ¿Es por lo que me estás abrazando
tan dulcemente?
—¿Por qué piensas
eso?
—Tú eres normal y
yo soy anormal, y si la señora Jeong estuviera cuerda, no te entregaría a mi.
Si hubiera
confiado en la sra Jeong y en Mido desde el principio, no me habría ido.
—Yo también soy
anormal. ¿Sabes lo que estaba pensando cuando escuchaba todo eso?
Eun seo besó la
parte superior de su cabeza, tal como lo había hecho Mido.
—Durante los
últimos ocho años, solo pensé en esa Navidad, preguntándome por qué tuvo que
ser ese día. ¿Por qué tuvieron que echarme cuando todos los demás estaban
pasando una feliz Navidad? Sólo porque te quería, fui castigada porque Hannah
quería tenerte. Pero estaba más feliz pensando que tú eras mi castigo.
Le confesé algo
que jamás le habría dicho a Mido en el pasado. Mido tomó la mano de Eun seo
mientras ella le acariciaba el cabello y besó profundamente su muñeca. Dejando
una marca donde latía su pulso.
—¿No me tienes
miedo? Miyo dice que soy implacable y espeluznante.
—Hannah me
lastimó terriblemente y me acosté contigo para lastimarla, y era difícil para
mí decírtelo en ese momento. Sentí que si te lo decía, ya no sería tu Eun seo.
—Mi Eun seo.
Me gustó la forma
en que lo dijo, la forma en que cambió la pronunciación.
—Fui un
oportunista. ¿Crees que no sabía que estabas herida y huías?
Fue Mido quien se
aprovechó de su vulnerabilidad. Deslizando su mano bajó la cremallera de su
vestido.
—¿Es un vestido
como ese entonces?
Tuk.
El vestido se
desprendió y cayó al suelo a sus pies.
—Puedo ver
claramente tus venas.
Sus pechos
pálidos eran visibles a través de su sujetador. La lengua de Mido lamió las
visibles venas azuladas entre los pechos blancos de Eun seo.
—Bésame.
—Saca la lengua.
Ordenó Mido, y
Eun seo hizo lo que dijo y sacó la lengua. Al instante la agarró por la nuca y
la atrajo hacia él.
—Tsk... um...
Sus labios rojos
brillantes y su lengua aún más roja se tragaron los labios de Eun seo como si
fueran a comérselos. Se sentó sobre sus rodillas con las piernas abiertas y
envolvió sus manos alrededor del cuello de Mido.
—¿Dónde te gusta
más?
—¿Eh?
Mido sonrió con
picardía, chupando saliva de los labios de Eun seo.
Ji-ik-
Las medias color
carne fueron arrancadas por sus manos sin piedad. Lo mismo ocurrió con las
bragas que cubrían su regordete trasero.
—Quítame los
pantalones.
Con torpe
habilidad, Eun seo le desabrochó los pantalones a Mido. Mientras tanto, él
esperó, tocando su nalga mientras ella se bajaba de su regazo. Rápidamente,
ambos quedaron desnudos. Cuando su sostén fue el último que cayó al sofá, Mido
se acostó.
—Sube y abre las
piernas.
Aunque había
decidido aceptarlo y habían mezclado sus cuerpos innumerables veces, sus
descaradas peticiones todavía la avergonzaban. Vacilante, Eun seo se subió
encima de Mido abriendo las piernas. Justo cuando estaba a punto de deslizar la
punta de su palpitante polla dentro de ella, Mido levantó la cintura.
—¿No te he
chupado todavía aquí, y ya estás mojada?
Tanto la punta
del pene como el coño de Eun seo, que se tocaron brevemente, estaban claramente
húmedos. Pudieron sentirlo ambos.
—Eun seo está
ahí, muéstramelo.
—No...
—En la furgoneta,
lo chupé y lamí hasta dejarlo limpio, y estabas cachonda, ¿verdad?
Él sonrió
seductoramente mientras pasaba los dedos por su escote. Sus rojos labios se
curvaron en una sonrisa y su estado de ánimo cambió, un hombre extremadamente
sexy estaba debajo de ella.
—Me obligaste a
hacer eso.
—Sin embargo,
seguiste corriéndote. Tanto que empapaste mi lengua y fluyo hasta lo más
profundo de mi garganta.
Agarró a Eun seo
de las caderas y la arrastró lentamente hacia adelante. Más allá de su polla,
más allá de sus duros abdominales hasta la nariz de Mido. Dejando un rastro de
jugos resbaladizos por donde pasó el trasero de Eun seo.
—Quiero beber,
tengo sed. ¿Hmm?
Suplico como un
niño. Amenazándome en silencio con abrir mis piernas y acercar sus labios a los
míos. Apretó las nalgas de Eun seo con una mirada codiciosa lamiendo su rojo
labio, y ella sintió como su interior se calentó. Como si sentirse caliente no
fuera debido a su estado de ánimo, empapo el pecho de Mido con jugo de amor.
—¿Estás
derramando todo? Abre rápidamente las piernas y siéntate.
Dijo con
prepotencia mirando con tristeza el líquido derramado sobre su pecho. Sin más
felicidad en su voz, Eun seo hizo lo que dijo, abrió las piernas sobre su rostro.
Ts-up
Mido sacó la
lengua y saboreó la humedad de abajo, cuando Eun seo movió la cintura para
evitarlo agarró con ambas manos su cadera y la bajó sobre su rostro.
Ts-up... tsk...
—¡Aaang! ¡Aaang!
Eun seo gemía
fuerte mientras él frotaba la nariz entre sus pétalos y sus labios chupaban su
clítoris. Cada vez que chupaba hasta la última gota de jugo de amor, ella se
estremecía y sentía más calor allí abajo.
—Mi lasciva Eun
seo, ¿cuántas veces te vas a correr, eh?
Preguntó,
lamiendo con la lengua, comenzó desde el clítoris y avanzó hasta la parte
posterior de su ano.
—Oh no. Está
sucio allí...
Se había duchado
cuando salió de casa pero en primer lugar no era un lugar para que la lengua de
nadie lamiera. Resopló y se rio ante el comentario de Eun seo.
—Estás moviendo
la cintura, pero ¿dices que está sucio?
—Mmm... hmm...
mmm…
Tocó suavemente
las arrugas de su ano una por una con su dedo.
—Chupa el mío
también. Me gusta cuando me lames con tu boquita.
Cambiando de
posición, Eun seo se giró y se enfrentó a la parte inferior del cuerpo de Mido.
Mientras apoyaba la parte superior de su cuerpo sobre los muslos de Mido, vio
el pene erguido, mostrando su enorme presencia justo frente a sus ojos. Ella
tragó secamente, recordando cómo le hormigueaba la mandíbula cada vez que lo
chupaba. Abrí un poco los labios, sostuve la punta del pene y comencé a
chuparla como un niño.
—Haa... tu
trasero se contrae mientras chupas mi pene. Puedo ver el interior.
Mido sonrió cuando
el interior de Eun seo se hacía más visible mientras se inclinaba.
—Aquí está más
rojo que tus pezones.
Deslizó dos dedos
dentro de ella a la vez y, mientras ella tragaba, raspó el interior, derramando
el líquido que brotaba de su interior.
—Ahora estás
tomando dos dedos como si fuera un hecho.
—Mmph... eso es
suficiente.
Dijo Eun seo,
mordiendo la punta de su pene haciendo lo que decía. El calor dentro de su boca
era agradable, pero Mido sabía que donde entraban sus dedos era aún más
caliente.
—¿Paramos aquí?
Incapaz de
responder a la pregunta de Mido, frotó sus pechos contra sus abdominales como
si faltara algo. La sensación de sus pezones endurecidos raspando sus
musculosos abdominales mientras lo aplastaba se sentía muy vivido. Mido empujó
el trasero de Eun seo hacia adelante con ambas manos.
—Ponlo
lentamente.
De espaldas a él,
ella levantó el trasero y el mismo lugar que acababa de chupar se tragó
lentamente la punta de su pene y dijo
—Sostente de la mesa.
Mido vio como se
tragaba su pene el voluptuoso trasero de Eun seo, metió su polla profundamente
dentro de ella. Cuando sus muslos chocaron, se escuchó un sonido húmedo y
blando desde abajo. Cada vez que movía las caderas, la polla medio metida
volvía a clavarla de golpe. Mientras luchaba con reducir su fuerza, la
velocidad de sus embestidas disminuyó enterrándose profundamente frotando las
paredes internas.
—Mi Eun seo, eres
tan estrecha.
Levantó la parte
superior de su cuerpo sentando a Eun seo sobre sus muslos, con las manos agarró
sus voluptuosos pechos por detrás y giró sus pezones salvajemente.
—Te gusta que te
toque así, ¿no? Los frotaste sobre mi abdomen con fuerza como pidiendo que los
tocara.
—¡Hmph! ¡Aang!
¡Aang!
Las paredes
internas se contrajeron y apretaron dolorosamente su pene. Gruñó con voz turbia
y apagada. Eun seo volvió a inclinarse sosteniéndose de la mesa frente a ella
mientras Mido se introducía bruscamente dentro de ella. ¡Disco! ¡Disco!
Cada vez que
levantaba su cintura, Eun seo movía las caderas evitando que lo saque.
Agarrando sus pechos mientras se balanceaban, retorcía sus pezones. Las paredes
internas se tensaron hasta que no pudieron tensarse más.
—Je... ¿te gusta
que te abrace bruscamente?
—¡Sí, lo odio!
—Me aprietas cada
vez que los tuerzo.
Como experimento,
volvió a retorcerle los pezones y Eun seo volvió a tensar las paredes internas.
—¡Hmph!
—¿No te dije que
sería demasiado profundo en esta posición?
Retrocedió hasta
la punta y luego se hundió con fuerza y profundidad
otra vez. Tragándose un grito ahogado de sorpresa, Eun seo se agarró del borde
de la mesa hasta que sus tendones brotaron. Mido no se detuvo, profundizó lo más
que pudo follando bruscamente a Eun seo.
—¡¡¡Ah ah ah
ah!!!
Ambos llegaron
juntos al clímax. Eun seo gritó con fuerza cuando la polla de Mido se expandió
dentro de ella con toda sus fuerzas para estallar. Todo estaba completamente
oscuro frente a mis ojos como si me hubiera desvanecido. No podía ver nada,
sólo podía sentir el enorme pene dentro de ella.
Pronto derramó un
chorro caliente y palpitante dentro de ella, y entonces volvió a ver poco a
poco el brillante interior de la habitación. Mido levantó a Eun seo, que seguía
apoyada sobre la mesa respirando con dificultad, y la abrazó. Él todavía seguía
en su interior. Eun seo intentó alejarlo de su trasero donde el líquido
caliente fluía entre sus piernas.
—Si te sigues
moviendo así, se levantara de nuevo.
Ante esas
palabras, los movimientos de Eun seo se
detuvieron como si fuera mentira. Los dos se desplomaron en el sofá, jadeando
para recuperar el aliento hasta que pudieron respirar de manera uniforme.
Luego, como por costumbre masajeo suavemente sus pechos. Era como si se
estuviera disculpando por haber molestado bruscamente sus pezones hace un
momento.
—Tus pechos se
harán más grandes cuando tengas un bebé, ¿verdad?
—¡Kang Mido!
—Será
sorprendente. Tienes que dar a luz a mi bebé.
Acaban de
confirmar sus sentimientos, pero aunque su progreso fue rápido, era demasiado
rápido. A este paso, me puse nerviosa al pensar que después de unos días
querría ir a registrar nuestra licencia de matrimonio.
—¿En qué estás
pensando?
Eun seo cerro la
boca con fuerza y sacudió la
cabeza, sintiendo que si lo decía en voz alta, en realidad irían de la mano a
la oficina de gobierno local tan pronto como saliera el sol.
—Hmph... ¿En
serio?
Eun seo se
sorprendió por su diálogo interno, como si hubiera leído sus pensamientos. El
pene de Mido se deslizó fuera de su interior y ella exhaló un suspiro de
alivio.
—Si quieres te
puedes dormir.
Mido recostó a
Eun seo en el sofá y se subió encima de ella. Era la una de la tarde cuando me
desperté. Puede ver el sol fuera de la ventana, todavía seguía en medio del
cielo.
—¿Qué?
—Eun seo, te dije
que si te movías, se levantaría de nuevo.
Dijo Mido
mientras empujaba hacia adentro el pene que estaba a medio camino de salir de
Eun seo. Se metió allí de nuevo, de tamaño completo, haciendo sentir su
presencia.
—P-Estoy cansada,
Mido.
—Puedes dormir
mientras sigo.
Ya era muy tarde
por la noche cuando regresaron a casa de Mido. Después de dormitar cansinamente
en sus brazos en las primeras horas de la mañana o de la noche, se despertó
cuando sus manos le quitaban la ropa.
—Vamos, levanta
las manos. Te pondré el pijama.
Le habló a Eun
seo como si fuera una niña. El cuerpo de Eun seo, que había estado moviéndose y
retorciéndose por Mido, se puso rígido.
—¿Por qué?
Eun seo que
agarró el fino trozo de seda en sus manos, abrió de repente los ojos con
sorpresa y preguntó.
—...¿De quién es
esta ropa?
—Realmente no
quiero volver a verte usando un pijama ni nada por el estilo, de lo contrario
me pondré cachondo todo el tiempo y te haré usar algo así.
—No, no es por
eso. Si no ¿de quién es esto?
Eun seo apretó el
fino borde de encaje y se mordió el labio.
—Shh, ya tienes
los labios hinchados. Si los muerdes así, se partirán.
Sus ojos
mostraban preocupación, sus labios regordetes e hinchados hicieron un puchero.
—¿Por qué evitas
responder?
—¿Estás celosa,
Eun seo?
¿Qué diría si le
dijera que estoy celosa? Mido se
levantó de la cama cuando vio que Eun seo todavía agarraba con fuerza el
extremo del camisón.
—¿Puedes
levantarte? ¿Quieres que te cargue?
—¿Dónde?
Tomó la mano de
Eun seo y la llevó al vestidor. El vestidor era tan grande como el dormitorio y la mayor parte de la ropa, era
ropa de mujer. La ropa de hombre ocupaba solo un lado, pero el resto estaba
provisto de todo, desde vestidos,zapatos, bolsos y hasta joyas.
—Sólo hay una
cosa que no tengo en el vestidor, ¿a que no adivinas qué es?
Abrazo a Eun seo
por detrás y caminó lentamente por el vestidor, medio sosteniéndola.
—Ropa interior.
No podía creerlo,
pero toda la ropa que miraba era de la talla de Eun seo.
—¿Por qué?
—¿Por qué parece
que no me crees?
Ropa de invierno
cuidadosamente arreglada. Todo era nuevo, hasta seguían teniendo las etiquetas
que demostraban que nadie la había usado nunca.
—Cada año, cada
temporada, te compro ropa.
Dijo Mido
casualmente, como si no fuera gran cosa.
—Y cuando termina
la temporada, la tiro toda. Muy enojado porque no volviste.
—¿Por qué harías
eso?
—¿De verdad
preguntas porque no lo sabes?
La razón por la
que Kang Mido dejó libre a Eun seo hasta ahora fue porque no había salido con
otro hombre. Desde que Eun seo se fue, contrató a varias personas en París para
que la vigilaran. Al principio, planeó ir inmediatamente a París y traerla de
regreso.
—Se necesita
demasiado tiempo para convertirse en médico. Me di cuenta de que no podía
traerte de regreso mientras dependiera económicamente del director Kang.
La forma más
fácil para ganar dinero y la única para asegurarse de que nunca lo olvidará era
hacerse famoso. Así me aseguraba de que ella supiera sobre mí incluso estando
en otro país. Mientras ella no pudiera olvidarlo, no había forma de que saliera
con otro hombre.
—Ahora estás en
mi casa y ya no tengo que tirar tu ropa.
Con esas
palabras, un sentimiento de alivio que Mido aún no había expresado invadió a
Eun seo desde lo más profundo. Incluso en esos días, cuando me desesperaba
pensando que era la única que sufría, no estaba sola. Aquí estaba él
desesperado igual que ella, también se había quedado despierto toda la noche
igual que ella.
—No puedo usar
toda esta ropa.
—Puedes guardarla
y usarla el año que viene.
—¿Por qué no hay
ropa interior?
Por alguna razón,
Eun seo sintió que iba a llorar, así que se quejó por qué no había ropa
interior. Re busqué en varios cajones, pero realmente no había ropa interior de
mujer.
—Necesito poder
quitarte la ropa fácilmente en cualquier momento. Soy impaciente. No puedo
esperar hasta quitarte la ropa interior.
Dijo seriamente,
sin rastro de broma.
—¿Realmente
estás…?
—¿Entonces no te
gusta?
Preguntó,
abrazando fuertemente a Eun seo por detrás.
—¿Que se supone
usaré en verano?
—Te compraré ropa
interior en verano. Sólo no te dejaré ponerla en invierno.
Me reí porque
hablaba en serio. Se me llenaron los ojos de lágrimas.
—Si mis pechos se
caen, será tu culpa.
—No me importa si
tus pechos se caen están parejos.
Él se rió en voz
baja. No pudo dejar de reír por un rato, como si realmente estuviera pensando
en sus pechos parejos. Se abrazó a sí mismo y se rió tan fuerte que Eun seo se
echó a reír.
—Sigue sonriendo,
Eun seo.
—eh.
—Me gusta cuando
lloras, pero también me gusta cuando ríes.
—A mi me gusta
cuando me abrazas así por detrás.
Dijo Eun seo,
agarrando con fuerza el antebrazo de Mido alrededor de su cintura.
—Sí. Entonces te
daré un abrazo.
—Sí. Por favor,
sigue abrazándome así. Tienes que seguir siempre de pie así detrás de mí.
—Me haré cargo de
atraparte en lugar de las esposas.
No existirían
esposas de su tamaño en ninguna parte del mundo. De hecho, como declaró, pensó
vagamente que nunca podría escapar de las esposas de Mido por el resto de su
vida. Eun seo sonrió alegremente mientras miraba la ropa llena de sus
sentimientos que eligió en el centro comercial
una por una pensando en ella.
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