El sonido
del llanto de un bebé resonaba inusualmente en la tranquila mansión Stone. Kane,
un niño que leía en su estudio privado, levantó la vista. Movió la cabeza entrecerrando
los ojos y apretó los labios mientras exploraba la habitación. Estiro sus diez
dedos y los dobló uno a uno mientras contaba.
—Un día,
dos días, tres días, cuatro días, cinco días…
Habían
pasado exactamente 5 días desde que Gredal, una sirvienta que llevaba varios
meses caminando con el vientre muy hinchado, dio a luz a una niña.
—Al
quinto día, dijeron que podría ir a ver a la niña.
Kane
cerró el libro que estaba leyendo sin dudarlo un momento. Finalmente era el día
que iba a verla. Recordó el primer día, cuando lo rechazaron después de intentar
ser discreto. La niña era especial para Kane. A veces, lejos de la mirada de
sus padres, hablaba con la embarazada Gredal, y ella le dejaba poner la oreja sobre
su vientre.
La niña
en su vientre lo empujaba con el pie o la empujaba con la mano al oír su
delicada voz. Kane normalmente era un niño tranquilo, pero en esos momentos, levantaba
la voz sin siquiera darse cuenta.
—Sigue
moviéndose y sigue moviéndose. Cuando le hablas, cariño, ella se mueve.
Gredal se
rio a carcajadas y dijo: —Supongo que le gusta mucho el pequeño amo—. Solía decir
cosas que eran agradables escuchar. El corazón de Kane se hinchó ante la idea
de poder ver al bebé. Camino hasta la casa privada de los sirvientes, no lejos
de su estudio. Mientras se acercaba al dormitorio de los Gredal, un grupo de
sirvientes preguntó: —Pequeño amo, ¿ha venido a ver al bebe?— Kane se sintió
extrañamente avergonzado.
—...Quiero
ver a mi bebé.
El llanto
todavía se podía escuchar más allá de la puerta de madera. Kane hizo un mohín
con los labios al ver que el bebé, que tan tranquilo había estado dentro del
estómago de Gredal, estaba llorando ahora que salió al mundo. En ese momento se
abrió la puerta. A través del hueco apareció la sirvienta que sostenía al bebe
envuelto en una manta en sus brazos.
—¿La
sacaste?
—Sí,
acabo de bañarla en agua tibia. Ella es tan bonita... La saqué porque la bebe no
podía dormir...
La sirvienta
que siguió conversando con su esposo se giro y miró a Kane y preguntó
sorprendida.
—Oh,
pequeño amo, ¿qué está haciendo aquí?
—... ¿es
tu bebé?
Kane
levantó la vista y preguntó. La doncella asintió lentamente y luego hizo una
profunda reverencia.
—¿Te
gustaría verla, pequeño amo?
Luego,
hurgó en la manta que sostenía en sus brazos. La expresión de Kane, que había
estado vacilante porque no sabía qué tipo de expresión poner, se iluminó. El
bebé dentro de la manta blanca fruncía el ceño.
... Fea.
—linda
Palabras
diferentes a las que pesaba se escaparon de mi boca.
—¡Es
imposible que un bebé de menos de una semana pueda ser linda!— Respondió la sirvienta
que sostenía al bebe en brazos. A pesar de que acababa de decir que era linda.
Kane la miro frunciendo el ceño, y alzando una ceja.
En ese
momento, el niño que fruncía el ceño cambio lentamente de expresión cuando dejo
a la bebe en la cuna. ¿La bebe dejo de llorar? Kane apretó los labios y se
recargo en la cuna presionando la parte inferior de su abdomen.
—Oh, Dios
mío, la bebe...
Al ver el
comportamiento de la bebe, la sirvienta acerco un poco más la cuna. La bebe intento
levantar el brazo dentro de la cuna hacia Kane pero la dejó caer, incapaz de
soportar el peso. Mordiéndose la suave carne de su labio, Kane miró fijamente a
la bebe, luego bajo la mano y la acerco a la de la bebe. Extendió solo el dedo
índice y la bebe lo rodeó con sus lechosos dedos.
—Parece
que le gusta a la bebe. Ha estado llorando mucho pero se ha calmado ahora al sostener
su dedo con fuerza.
—... ¿cómo
se llama?
Kane le
pregunto a la sirvienta mientras miraba a la bebe. La sirvienta sacudió la
cabeza con expresión amable.
—Aún no
le he dado un nombre. Los bebes reciben un nombre cuando crecen un poco.
La sirvienta
se calló. Era común que los bebes con cuerpos débiles murieran. Por eso era
raro que se les diera un nombre y un título tan pronto como nacían. Kane
asintió, mirando a la bebe y dijo.
—Bebé,
crece rápido. Jugaré contigo cuando seas mayor.
Jazmín
subió al último piso, que era utilizado por los sirvientes, y caminó
penosamente por el largo y vacío pasillo. Incluso la sala de estar estaba
desierta, ya que aún no era hora de que terminaran de trabajar. Era mejor así.
Todavía me resultaba difícil calmar mi propia confusión así que no sabría cómo
reaccionar si alguien me hablara. Jazmín finalmente llegó a su habitación.
Cuando
abrí la puerta, vi la cama junto a la ventana. Ni siquiera pensé en cambiarme
de ropa, simplemente me fui a la cama y me acosté. Su delgada espalda subía y
bajaba lentamente con cada exhalación. Se llevó la laxa mano a los ojos. Todo
su mundo se había oscurecido. Podían escucharse las voces de los otros sirvientes
más allá de la ventana, pero ella no podía oír nada.
—Mi doncella ha sido grosera contigo, lady
Schuitzel.
—Ve a tu habitación, Gredal, preguntaré por
ti cuando lady Schuitzel se haya ido.
No podía creer
que no me creyera. Tal vez encontró las palabras de Lady Schuitzel más creíbles
que las mías porque era una noble como él. ¿Realmente
duda de mí y ahora me odia? ¿Los dulces besos que compartimos y el tiempo
pasado se convertirán en
simples recuerdos? y si así fuera, ¿viviré toda mi vida anhelando a
Kane y el pasado...? Un sollozo se atraganto en su garganta.
Esta era
su habitación y ya no tenía que esconderse más. Extrañaba a Kane, al dulce
hombre. Estaba segura de que me esforzaría más si me daba otra oportunidad. No
puedo decir que lo vaya a hacer bien, pero haría lo que pudiera. Podría
contarle lo que en realidad había pasado en su oficina.
Pero también
quería preguntarle por qué creyó en las palabras de Lady Schuitzel, a pesar de
que llevaba más tiempo conmigo. Quizás por eso me faltaba confianza o quizás la
razón sea porque solo soy una sirvienta que trabaja en su mansión. Aun así, Jazmín
no se avergonzaba. Simplemente estaba agradecida de que Kane la llevara con él
cuando se mudó aquí.
—¿Quieres
venir a vivir conmigo a mi nueva mansión?— Fue Kane quien preguntó, y era mi amo.
La idea de él susurrando palabras dulces a otra mujer, besando, abrazando, hizo
que mis entrañas se retorcieran. Los gritos de Jazmín se hicieron más fuertes e
intensos. Su respiración se volvió irregular y se acurrucó contra la pared.
Gemía y apenas era capaz de respirar.
Mi visión
se puso borrosa y ya no podía ver con claridad. Amo a Kane. Y lo odio por
presionarme. Tal vez así debería ser, pero después de todo lo que ha hecho, no
parece real. De vuelta a mi habitación, sola, una ola de arrepentimiento me
invadió.
Si Kane y
Lady Schuitzel se casan Lady Schuitzel se convertiría en mi ama entonces Lady Schuitzel
le pedirá que me eche de inmediato. Entonces,
¿podría volver a la vieja mansión? Su vida en la vieja mansión no había
sido mala, pero allí no estaba Kane. Jazmín tenía sentimientos más profundos
por Kane de los que podría haber imaginado.
Me sentí
vagamente asustada. Tenía miedo de no poder ganarme la vida dignamente, de
morir, de que Kane me abandonara, de no poder verlo más. Tenía miedo de que volviera
a mirarme con la misma mirada fría de antes y que me diga que no necesita a
alguien como yo. Tenía miedo de que nunca más me besará, nunca más me sonriera,
nunca más me abrazará.
Jazmín
estaba tan consumida por la tristeza y el dolor que no escuchó la puerta
abrirse. Alguien se sentó en la cama a su lado, la agarro del hombro y la giró.
El cuerpo de Jazmín se giró con precipitación ante el fuerte agarre.
—Aaah...
Kane reaccionó
con un suspiro. Jazmín apenas podía verlo a través de sus pestañas mojadas.
Kane le pasó el pulgar por los ojos, secó sus lágrimas y luego acarició su
mejilla. Jazmín giró la cabeza para evitar su toque, pero la agarro de nuevo.
—Bebé,
¿has estado llorando?
Preguntó
Kane, aunque era obvio y no necesitaba preguntar. Cuando Jazmín no respondió, beso
su frente y sus parpados, luego se apartó.
—Déjame
ver tu herida.
Levanto
con cuidado su barbilla. Desde la perspectiva de Kane, el corte justo debajo de
su ceja era más pequeño que una uña, pero era lo suficiente profundo. Se
preguntó como la había arañado tan profundo si llevaba guantes, pero la
frustración superó su ira.
—Jazmín,
te untare un poco de medicina.
Kane sacó
el aceite de rosas que había traído de abajo. Jazmín miró su mano que sostenía
una pequeña botella de vidrio y luego levantó la mirada.
—... ¿Qué
pasa con la señorita Schuitzel?
—Te diré
cuándo termine de curarte. Cierra los ojos.
Jazmín cerró
lentamente los ojos. Kane empapo en aceite de rosas un trozo de gasa y limpio la
herida quitando la sangre. Esparció alrededor de la herida el aceite. Luego se alejó
acariciando suavemente su mejilla. Al abrir los ojos de nuevo, Jazmín miró
fijamente a Kane.
—¿Lady
Schuitzel se ha ido?
—Si se ha
ido. ¿No te duele?
—No estoy
bien... ¿pero ella volverá?
Preguntó
Jazmín, con una mirada bastante desesperada. Quizás ni siquiera sepas que tienes esa expresión. Kane apenas
reprimió el sentimiento juguetón que estaba surgiendo de nuevo. En cambio, le
acarició las mejillas y los labios. Cuando se inclinó para besarla, Jazmín
apartó el rostro. Kane, que había estado callado, abrió los ojos con sorpresa.
No esperaba que ella se negara. Claramente, lo que había sucedido en su oficina
le había afectado.
—Tengo
algo que decirte...
—Bien.
Kane se
enderezó y se sentó. Jazmín, que lo había estado mirando, vaciló un momento
antes de hablar.
—Uh, yo,
uh, no revisé tu escritorio...
—Sí, ¿y?
—La
señorita Schuitzel me entendió mal. No soy una…
—Está
bien, lo entiendo. ¿Y?
—¿Que?
Ahora que
se acabaron las excusas, Kane volvió a preguntar. Jazmín parpadeo en shock,
después entrecerró los ojos y cerró la boca.
—¿Algo
más? Como, por ejemplo... la visita de hoy de Lady Schuitzel a la mansión, o
que yo y Jazmín estuvimos separados por horas, cosas así.
—ah...
Kane
acarició el cabello de Jazmín para tranquilizarla. Su tono amistoso era el
mismo de siempre.
—Puedes
hablar cómodamente.
Esas
palabras realmente me hicieron sentir mucho más cómoda.
—Bueno,
¿qué pasa con... el Amo?
—eh.
—No sé.
Jazmín
estaba confundida. Kane de repente se preguntó qué significaban aquellos ojos
errantes y esa expresión de perplejidad, pero no se atrevió a preguntarle. En
cambio, esperó. Para que las palabras salieran de su boca.
—La
señorita Schuitzel y mi amo se llevan bastante bien... Pero me entristece
pensar que mi amo ya no me sonríe... y tengo miedo de la señorita Schuitzel. No
me importan las cicatrices, sólo quiero... y si mi amo termina casándose con la
señorita Schuitzel, yo... Creo que Lady Schuitzel me odia. Bueno, creo que ella
me odia por el marco... yo estaba a cargo de limpiar su oficina. Mientras
limpiaba, vi ese dibujo mío el que había hecho ese artista aquella vez.
Jazmín
siguió divagando durante un largo rato. Había una pizca de melancolía en su
voz. Mientras hablaba, sus hombros temblaron brevemente cuando los dedos de
Kane se entrelazaron con los de ella, luego habló de nuevo, y cuando él se
sentó un poco más cerca, levantó la mirada, pero su boca nunca se movió.
Pura y
bonita. Kane dejó escapar una risa burlona e inconscientemente puso su mano sobre
la mejilla de Jazmín. La toco con cuidado, como si estuviera acariciando a un
niño, y luego la pellizcó con un poco de fuerza.
—¡Ah!
Los ojos
de Jazmín se abrieron con confusión y alivio, y se sobo su mejilla pellizcada.
—¿Por
qué, bebé?
Preguntó
Kane, incapaz de ocultar su risa.
—¡Me
pellizcaste!
Jazmín elevó
la voz. Kane entrecerró los ojos y se rio a carcajadas, luego se aclaró la
garganta.
—Lo hice.
Lo siento.
Él se disculpó,
sin parecer arrepentido en absoluto. Kane abrazó a Jazmín. Jazmín, aunque dudo se
sentía segura en sus brazos, se subió a su regazo y estiró las piernas. Ella
jugueteó con el dobladillo de su larga falda, avergonzada por quejarse. Cuando
nuestros ojos se encontraron, bajé la mirada pero volví a subirla porque quería
ver que estaba pensando.
—¿Estabas
triste, bebé?
Preguntó
Kane, Jazmín frunció los labios y aunque dudo hizo un puchero. Levanto la
mirada, y sus miradas se encontraron. Jazmín asintió lentamente. Kane deslizó la
mano que descansaba sobre su cintura, agarrando su trasero le dio unas cuantas palmaditas
para aliviar su dolor.
—¿Pensaste
que no te creí?
—....Tú
lo dijiste.
—Así es.
Estuve mal.
Sacudí la
cabeza ante las palabras de culpa.
—Dado que
ella es una dama noble, supongo que es natural...
Solté,
evitando el contacto visual. Kane inclinó la cabeza y volvió a encontrarse con
su distante mirada.
—Entonces,
¿por qué lloraste?
—...Porque
estoy triste… estoy muy triste.
—Hoy estás
siendo honesta, Jazmín.
Quería
decírselo hoy, pero como si las palabras de Kane fueran un hechizo mágico,
Jazmín mantuvo la boca cerrada. Ella no lo quiso decir de esa manera.
—¿Vamos
al dormitorio, Jazmín?
El día
fue largo. El sol se estaba poniendo, Jazmín lo miró y sacudió la cabeza ante
la dulce invitación en su oído. Kane, que había mantenido la compostura,
frunció el ceño. Sus ojos dudaron por un momento como si estuviera avergonzada.
Incapaz de controlar su expresión, se quedó quieto y apenas logro sonreír y
preguntó.
—¿Qué
ocurre? Dime.
Insistió
agarrando su muñeca. Las palabras que salieron de la boca de Jazmín fueron
difíciles de tolerar.
—La
señorita Schuitzel se enojará.
La
sonrisa de Kane desapareció, cerró los ojos con fuerza y luego los
abrió. Apartó la mirada por un momento y luego se
rio brevemente con las manos vacías. Esto no era lo que quería, pero no me
atrevía a decirlo primero, porque entonces Jazmín daría un paso atrás y podría huir.
Quería que ella misma se diera cuenta de sus sentimientos, que lo deseara, que
lo anhelara. No me importaba si era egoísta. Nací de esta manera.
—Veo.
Su voz
sonó como si lo estuvieran estrangulando.
—Entonces
supongo que tendré que dormir aquí esta noche.
El rostro
de Jazmín se puso pensativo ante eso. Ella agitó las manos hacia Kane y trató
de disuadirlo.
—Oh, no…
este no es lugar para que duerma el amo. Es para gente como yo. Deberías dormir
en un lugar más limpio y cómodo, amo.
Kane
mostró una expresión bastante severa.
—Jazmín,
¿qué clase de persona crees que eres?
—¿Qué?
—Si lo
único que importa es tu posición en la cama, entonces no importa si siempre
duermes a mi lado, ¿verdad?
—Todos
los días actúo como un perro desesperado por meterme entre tus piernas,
¿entonces mi lugar no es esta mansión, sino la perrera?
—No...
Jazmín,
que apenas había logrado decir algo, levantó la cabeza ante el gesto de Kane
que sostenía su barbilla. Presionando sus mejillas acarició sus labios con el
pulgar. Deslizó el dedo entre sus suaves labios y sintió la superficie pulida
de sus dientes. Jazmín levantó la vista ante las palabras de Kane.
—Saca la
lengua. Sólo un poco. No seas tímida.
La lengua
de Jazmín apareció entre sus labios. Kane se sentó un poco más cerca de ella.
Dejo de agarrar su barbilla y la agarro por la nuca. Lentamente la atrajo hacia
él y le mordió la lengua. Haciendo húmedos sonidos con la lengua, la mano en su
nuca se deslizó por su hombro y bajo hasta su cintura. La parte superior de sus
cuerpos se tocaron y continuaron con su dulce beso.
Jazmín
cerró los ojos con fuerza. Las comisuras de sus ojos se arrugaron y estaba
temblando. Kane naturalmente la recostó en la cama y dejó de besarla. Al darse
cuenta de que el beso había terminado, Jazmín abrió lentamente los ojos bien
cerrados. De repente, quedó atrapada en los brazos de Kane. Jazmín cerró los
ojos y los abrió, su cuerpo se puso rígido cuando Kane la abrazo con fuerza.
—Jazmín.
Kane enterró
su rostro entre el hombro izquierdo y el pecho de Jazmín. Golpe, golpe. Podía oír su corazón latir rápidamente. Jazmín
frunció los labios, sintiéndose como una gallina por dentro. Los labios que
acababan de besarla profundamente hace unos momentos se pusieron rígidos.
—Jazmín...
Kane
volvió a pronunciar su nombre. Su dulce voz era triste. El cuerpo de Jazmín se
tensó ante su tono, confundida la fuerza abandonó su cuerpo lentamente.
—Sí...
Levanté
la mano. Mirando su mano que se detuvo en el aire no supo qué hacer al ver a
Kane, quien siempre pensó era más maduro que ella, actuando como un niño.
—...Sé
honesta conmigo. No te preocupes por cosas innecesarias y solo sé honesta. No
me importa si soy un perro, soy un perro que quiere lamer la raja entre tus
piernas todo el día, así que por favor sé un poco más honesta. Ponte celosa. Por
favor dime que no me involucre con Schuitzel. Dímelo disgustada. En lugar de
simplemente mirarme con ojos tristes, dímelo gritando. Quiérete, hazme querer
que te amé. Ten solo un poco de coraje.
Ante el
tono de Kane, Jazmín bajó lentamente la mano sobre su espalda. Dio unas cuantas
palmaditas en la amplia espalda de Kane. Luego froto lentamente cada musculo
sintiendo como si estuviera tocando su piel. Era cálido, rígido pero suave.
—... Que
sea honesta.
—¿Significa
esto que puedo ser egoísta?
Kane deslizo
la mano entre la cama y su espalda, levanto a Jazmín. La acercó a sus brazos, y
la abrazo con fuerza. No pude ver el hermoso rostro de Kane. Las manos
vacilantes de Jazmín subieron por su espalda, acariciando su columna, hasta sus
hombros, llegando a su cabeza. Pasó los dedos por su sedoso cabello,
suavemente, como si estuviera tocando un arpa.
Kane
levantó lentamente la cabeza. Enterró su barbilla en el hueco entre los pechos
de Jazmín, y cuando levantó la mirada, sus miradas se encontraron. Dulces
palabras escaparon de sus carnosos labios.
—Si eso
es lo que quieres, Jazmín. Puedo abrazar tu corazón egoísta.
—Soy una
cobarde.
Tenía
miedo. Sé de qué está hablando Kane, pero tengo miedo. Miedo de que me odie,
miedo de que un día me deje por no estar a su altura, miedo de que traiga a
alguien nuevo con quien casarse.
—Eso lo
sé, Jazmín, después de todo el tiempo que hemos estado juntos.
Jazmín
todavía dudaba. Por mucho que hubiera querido contener las lágrimas y ser
honesta con Kane, la idea de enfrentarlo la llenaba de temor. Jazmín era una
cobarde y Kane quiere que fuera honesta con él. Pero tampoco se lo dijo nunca.
Quizás
ella no sea la única cobarde. Pero cuando cerró los ojos, el mundo entero se volvió
oscuro. No podía pensar en nada más, en lo único en lo que podía pensar era en
el hombre frente a ella. Su mundo sin Kane se volvía oscuro.
—Tócame
los ojos.
La mano
de Jazmín, que había estado jugando con el cabello de Kane, se deslizó
lentamente hacia abajo. Sus finos y delicados dedos tocaron las comisuras de
sus ojos y él sonrió, con los ojos cerrados. Menos mal que tenía los ojos
cerrados, pensó Jazmín. No podría ver mi cara.
—El puente
de mi nariz.
Kane le
señalo cada parte una por una, como si le estuviera enseñando donde estaban los
ojos, la nariz y la boca. Mientras acariciaba el puente de su nariz con los
dedos, le pidió que tocara sus labios. También acaricio sus mejillas, barbilla
y cabeza. Mientras daba una orden, abría lentamente los ojos. Sus profundos
ojos negros estaban enfocados únicamente en Jazmín.
—Jazmín.
—... Sí.
—¿Me creerías
si te dijera que te amo?
Los ojos
de Jazmín vacilaron visiblemente. Kane se rio impotente ante su mirada errante.
Pensé que había hecho un buen trabajo, pensé que se lo había hecho sentir, pero
aparentemente no fue así. El hecho de que la había puesto ansiosa y aumentado
su desconfianza me hizo pensar que había arrinconado a Jazmín.
—Es la
verdad Jazmín, y la razón por la que te traje a la mansión... La verdad es que
no quería que conocieras a nadie más. Quería ser la única persona en tu mundo. Quería
controlar todo sobre ti aquí.
Kane dejó
escapar una carcajada entrecortada después de decirlo. Le dije a Jazmín que
estaba bien ser egoísta, pero en realidad era yo el egoísta. Pero era verdad.
Levanté la mirada y miré el rostro de Jazmín. No podía decir qué expresión
tenía. ¿Se daría cuenta de mi egoísmo en
retrospectiva y me dejaría, y si no...?
—Soy así
de egoísta, así que, Jazmín, espero que tú también seas un poco más honesta.
—Si no
quieres que conozca a Lady Schuitzel…
—Bésame.
Jazmín
miró a Kane fijamente a los ojos. Aunque su voz y expresión no era diferente de
lo habitual, parecía extrañamente desesperado. Tal vez era sólo su imaginación,
pero habían estado juntos el tiempo suficiente para saber que ese no era el
caso. Jazmín apretó las mejillas de Kane. Habían crecido juntos.
Así como
Kane recordaba la infancia de Jazmín, Jazmín también recordaba la infancia de
Kane. Es un poco más grande de lo que era entonces y tenía un lado un poco más
travieso. Pero todavía sonreía maliciosamente cuando otros la tocaban, luego
endurecía su expresión y la acercaba a él, o cuando el nivel subía, le mostraba
los dientes a quien estuviera tratando sin importar quién fuera.
Creí que
era sólo porque él pensaba en mí como si fuera su amada hermana menor. De lo
contrario, solo quedaba un sentimiento y tenía miedo de afrontarlo. Creí que no
había manera de que Kane pensara en mí de esa manera. Tenía miedo de afrontar
esos sentimientos plenamente, porque incluso si lo hiciera, no podría estar al
lado de Kane.
Así que
Jazmín tuvo que evitarlo. Tuve que huir de la situación. Sólo por mis propios
miedos. Pero ya no sentí la necesidad de hacerlo. Mientras se subía encima de
mí, froto sus labios contra mi mejilla. Kane anhelaba hacerle el amor. La besó
brevemente y luego le mordió los labios. Sin apartar la mirada.
—Bésame.
Mientras
decía eso su mano que había estado descansando sobre la mejilla de Kane se
movió lentamente y la envolvió alrededor de su cuello. Lentamente, arqueó la
espalda y levantó la parte superior de su cuerpo.
La gran
mano de Kane sostuvo la cintura de Jazmín. Después de un breve silencio, su
ligera respiración calentó el aire. Con una mano en su cintura, Kane deslizó la
otra por su columna envolviendo su espalda. Bésame. Ponme celoso. No puedo
decirte directamente que no veas a otras personas, pero puedo expresarlo.
Kane miró
en silencio los ojos de Jazmín. Sus ojos temblaban sin rumbo y sin confianza.
Jazmín bajó la mirada por un momento. La mano de Kane agarro su cuello. Su mano
era caliente. Y sentí como si mi cuerpo y mi mente se estuvieran derritiendo
por el calor. Jazmín se acercó lentamente a él. Suavemente, cerró los ojos e
inclinó la cabeza.
Nuestros
labios se encontraron. Los brazos de Kane se tensaron alrededor de ella,
apretándola con fuerza, quería sentir cada centímetro de su cuerpo contra el
suyo. Como si fuera a explotar, como si estuviera bien que explotara ahora
mismo. Frunciendo los labios, Jazmín sacó la lengua primero. Kane tomó su
lengua húmeda en su boca y pasó la suya por sus labios después la deslizo en el
espacio entre ellos.
Rozó sus
dientes y luego la metió un poco más. La punta de su lengua le hizo cosquillas
en el paladar, provocando que los hombros de Jazmín temblaran, y Kane la abrazó
con más fuerza. Continúo besando a Jazmín y Kane la sentó en su regazo. Acarició
su cabello y le mordisqueó el lóbulo de la oreja agarro su culo mientras ella estaba
sentada a horcajadas sobre sus piernas.
Rígida
como un herbívoro frente a un cazador, Jazmín, sin embargo, mordió la lengua de
Kane con los labios y la soltó. Al ver sus ojos cerrados con tanta fuerza que
su frente se arrugaba, Kane levantó silenciosamente las comisuras de la boca.
Jazmín abrió lentamente los ojos al sentir que la forma de sus labios cambio.
Sus ojos se encontraron, y Kane tranquilamente colocó sus labios sobre los de
ella como si sellara un trato, y luego se alejó.
—Te amo. Te
amo, Jazmín, y nunca he tenido a nadie más en mi corazón que a ti.
Kane le
susurró su amor, pero fue implacable, acaricio sus mejillas, sus labios y el
lóbulo de su oreja. Mientras las mejillas de Jazmín se sonrojaban en un tono
rojo brillante, él acariciaba su barbilla e hizo todo lo posible para que no
apartara la mirada.
—Vamos al
dormitorio.
—Vamos a
mi habitación.
Jazmín se
mordió ligeramente el labio. Al contrario de la desesperación en su voz, su
mano luchó por tocar su piel.
—No puedo
soportar hacerlo aquí.
Kane
enterró su frente en el hombro de Jazmín. No quería que nadie escuchara su
dulce voz filtrarse a través de la puerta, especialmente porque era un piso
compartido. Era jodidamente posesivo. Jazmín miró a Kane a los ojos y agarro
suavemente su barbilla. Sentada en su regazo, ella controló su mirada. Kane
parpadeó haciendo un gruñido y la miró con los ojos muy abiertos. Jazmín trazó
sus ojos, el puente de su nariz y ambas mejillas con los labios antes de
susurrarle al oído.
—Me
gustaría ir al dormitorio, amo.
—Oh, esto
es…
Jazmín se
quedó sin palabras. Se hizo el silencio en el baño iluminado por luces
escarlatas. Después de dejarla sentada sobre la cama por un rato, Kane preparó
el baño él mismo. Después de comprobar que el agua estuviera tibia, llevo a
Jazmín adentro. Una vez allí, desabotonó uno a uno cada botón de su ropa
dejando su cuerpo desnudo, y Kane la roció con agua, la perfumó y la sentó en la
bañera con el cuerpo húmedo.
Se sentía
como si la estuviera mimando. Pasó las manos por el agua que llenaba la gran
bañera. Una pequeña onda se elevó, y cuando Kane se sentó a su lado, se puso
rígida mientras tocaba su cuerpo desnudo.
—¿Te da
vergüenza?
Preguntó
Kane, inclinando la cabeza y Jazmín asintió. Kane le sonrió suavemente a Jazmín
y luego cambio de postura. Se recostó contra la pared de la bañera, inclino la
cabeza hacia atrás y cerró los ojos. La fatiga apareció tarde. El agua tibia y
la encantadora Jazmín a mi lado hizo que mi cuerpo se relajara y me sintiera
cansado. Abrí lentamente los ojos y
encontré a Jazmín mirándome con una sonrisa en mi rostro.
—¿Por qué
me miras así?
Jazmín se
mordió el labio inferior y sacudió la cabeza mientras bajaba la mirada. Kane
agarró su barbilla, impidiendo que bajara la mirada.
—Jazmín.
—¿Qué?
—Aquí
arriba.
La mirada
de Jazmín, que había estado dirigida directamente a mí, señaló entre mis piernas.
Aunque estaba desnuda... Jazmín vaciló.
—Apúrate.
No podía
rechazar la orden de mi amo. Jazmín se movió dentro del agua ondulante y se
sentó sobre su regazo. Mientras me sentaba torpemente, sin saber qué hacer con
mis piernas, Kane le dio una dolorosa palmada en el trasero.
—Abre las
piernas.
Con las
piernas separadas y el cuerpo de Kane entre ellas, sentada sobre su regazo
desnuda Jazmín ni siquiera podía mirarlo correctamente. Pero Kane tampoco la
estaba mirando a la cara, y cuando las ondas en el agua detrás de ella se
calmaron, lo sorprendió mirando sus pechos y frunció levemente el ceño.
—Está de
pie.
Kane
levantó la mano y agarro el pezón de Jazmín. La ya rígida erección se sintió
aún más excitada bajo sus dedos. Jazmín respiró hondo. Mientras curvaba sus
hombros hacia adelante, el valle entre sus pechos se hizo más profundo. Kane
movió la comisura de su boca, luego levantó la cabeza para mirarla a los ojos.
—¿Hiciste
eso a propósito?
—¿Que?
—¿Los
estás mostrando a propósito?
Jazmín se
agarró ambos pechos con las manos mientras intentaba hablar porque era difícil
responder. Tuvo cuidado al tocar debajo de los montículos abultados, jugando
con sus pezones, apretándolos y golpeándolos con el pulgar.
—Hmph…
Un
pequeño gemido ahogado escapó de la boca de Jazmín. La mano sumergida en el
agua se cerró en un puño y luego se abrió de par en par. Puso su mano
nuevamente apretada sobre el hombro de Kane.
—¿eh?
Jazmín
negó con la cabeza, como si quisiera una respuesta. Miré mis pechos, todavía
siendo abusados por Kane. Luego, de repente, se detuvo.
—Señor, amo...
—¿eh?
El hombre
que sonreía con los ojos en media luna no parecía ser el mismo hombre que había
estado suplicando afecto en su habitación hace un momento. Volvió a ser el
mismo Kane. A Jazmín no le importó. Ambos eran el Kane que amaba, pero el de
abajo era diferente.
—Amo,
eso… ahí abajo…
—Aaah,
Kane
enterró el rostro entre los pechos de Jazmín. Él la miró y sólo se le veían las
comisuras de los ojos. Jazmín se limitó a mirarlo y con los ojos aún más
abiertos de lo habitual.
—Está de
pie, ¿verdad?
El
asintió.
—Tócame,
bebé.
Jazmín
deslizó su mano debajo en el bulto que crecía firmemente. Suavemente, rozó con
sus dedos el pene de Kane, que permanecía rígidamente firme dentro del agua que
se balanceaba suavemente. Un suave suspiro escapó de la boca de Kane mientras
acariciaba la cosa que incluso tenía las venas hinchadas.
Jazmín lo
miró a los ojos y agarró el pilar con ambas manos. Luego, lo masajeó suavemente
de arriba a abajo. Shack. Shack. El
sonido del agua chapoteando contra la carne se hizo cada vez más fuerte.
—¡ja, ja
…!
Enterró
el rostro en el cuello de Jazmín, y Kane mordió la suave piel con los dientes. No
terminó de un bocado, sino que dejó marcas dondequiera que sus dientes mordían.
Lamio suavemente su piel con la lengua, mordisqueando mientras se alejaba. Kane
cedió a los deseos de Jazmín y se ocupó de sus asuntos. Trazó las líneas del
cuerpo de Jazmín con su mano y luego la hundió entre sus piernas abiertas.
—¡Sí...!
Jazmín se
mordió con fuerza el labio inferior. Los largos dedos de Kane frotaron su
protuberante clítoris y cavaron más y más profundamente.
—Tú
también estás tan mojada, Jazmín.
—Ja...
Uh... Manos, aprietan.
Jazmín
también movió su mano siguiendo la mano de Kane que la acariciaba debajo. El
aliento de Kane se escapó de sus dientes mientras frotaba el glande que
sostenía debajo.
—Jazmín...—,
gritó, sacando la lengua, y ella tomó su lengua en su boca y la chupó. Jazmín
se excitaba más ante el sonido de su boca y sus orejas se enrojecieron, pero
solo abrazó el cuello de Kane con más fuerza. Su aliento caliente escapaba de
sus labios. Los dedos, que sólo recorrían la zona sin penetrar en la abertura,
tocaban accidentalmente su clítoris.
Kane
abrió mucho la boca y deboro los labios de Jazmín. Él también estaba fuera de
sí. Jazmín ni siquiera parecía saber cuánta fuerza estaba poniendo en sus
manos. Sentí que me iba a correr, así que me concentre un poco más en el beso.
Jazmín movía sus caderas cada vez que Kane tocaba su coño, presionando sus pechos
en el cuerpo de Kane.
Era lindo
que ni siquiera se diera cuenta de lo traviesa que estaba siendo, pero también
estaba cegada por la excitación. Kane deslizó su dedo medio debajo. Las
apretadas paredes interiores sujetaron su dedo.
—¡Hmph…!
Jazmín
contuvo el aliento, a pesar de que todavía se estaban besando. Kane hundió más
profundamente la lengua en su boca. Resistiendo la tentación de lamer hasta el
fondo de su garganta. Él lamió el interior de su boca, tan afectuosamente como
siempre lo había hecho. Lamí cada centímetro de su boca, lengua, dientes,
paladar, por todos lados, mientras movía los dedos.
Deslizo los
dedos dentro y fuera de su abertura, frotando las paredes llenas de baches y
tocó el clítoris con el pulgar.
—Ja, uh,
sí... Ah, por favor...
Jazmín levantó
la cabeza bruscamente dejo de agarrar su pene y envolvió los brazos alrededor
del cuello de Kane. Kane volvió a enterrar su rostro en la curva de su cuello
como acababa de hacer. Su cálido y húmedo aliento tocó su piel.
—Qué
quieres que haga, bebé, dime.
—Ahhh…
Cómo, ah, dedo…
No pudo
formar una oración correctamente. Kane deslizó otro dedo. Luego movió la muñeca
con fuerza contra las paredes interiores. —¡ah!— Jazmín dejó escapar un gemido
parecido a un grito, y él la abrazó más fuerte.
—Si me
tocas así, ja, se siente raro, uf, raro...
—Entonces,
¿cómo te gusta?
Preguntó
Kane, besando la oreja de Jazmín. Se metió el lóbulo de su oreja en la boca y
la masticó. Una voz apremiante llenó sus oídos.
—Oh, yo, el
amo… ¡Ah…!
—Llámame
por mi nombre. Deja de lado mi título.
—Amo, ah,
amo, por favor no siga presionando, se siente raro...
Jazmín
apenas logró pronunciar las palabras, Kane se burló de ella y la reprimenda
volvió. Kane no pudo evitar decir: —Hmph. Se rio como un niño.
—No más.
Kane se
levantó, sosteniendo en sus brazos a Jazmín, que seguía sentada sobre su
regazo. Las ondas en el agua que empapaban sus cuerpos se hicieron más grandes.
—¿oh...?—
Los grandes ojos de Jazmín se abrieron aún más por la vergüenza. Kane puso sus
manos debajo de sus muslos y se alejó. Jazmín se retorció.
—¡Tengo
miedo, amo!
—No es amo,
si no Kane.
—… ¡Kane!
Mis pies, no es...
Jazmín se
estiró de puntillas, pero no pudo tocar el suelo. Kane dijo con voz bastante
severa mientras caminaba hacia la cama.
—Te vas a
caer. Agárrate fuerte, es peligroso si te caes.
Jazmín
rodeó el cuello de Kane con sus brazos, abrazándolo con fuerza hasta que sus
brazos se pusieron pálidos. Kane se acercó a la cama y la acostó. El agua que
había empapado su cuerpo se dispersó enfriando su cuerpo. Cuando Jazmín tembló
por el frio, Kane la envolvió con una manta y se subió encima de ella. Me
enfrenté a su expresión hosca.
—¿Qué
pasa, bebé?
Preguntó
Kane, golpeando la nariz de Jazmín con la suya. Apretó sus labios y susurré
suavemente, lo que provocó que Jazmín tartamudeara y apenas abriera la boca.
—Bueno,
si te caías en el camino...
—eh.
Respondió
Kane quitando la manta de su cuerpo y la abrazó. Desde el escote hacia abajo, beso
con los labios y luego se alejó. Moviendo lentamente su mano, la deslizó entre
sus piernas y lentamente las separó. Revelando su húmedo y mojado interior.
Como tampoco pude lograr que mi erección disminuyera, así que lentamente me froté
contra su muslo, esperando a que dijera algo.
—...
Estaba tratando de pedirte que asumieras la responsabilidad.
—¿Pero te
decepcionó que no desapareciera?
Jazmín
negó con la cabeza.
—La
seguridad es importante. El amo podría lastimarse y mañana tengo que volver a
trabajar. Y si me lastimo la espalda, no voy a poder…
Mientras
murmuraba, Kane presionó su pene en la abertura de Jazmín y empujó con fuerza.
—Puaj…!
Jazmín
inclinó la cabeza hacia atrás mientras su pene se hundía dentro de ella. Suspiro... Kane dejó escapar un suspiro
y apretó sus pechos, luego agarró su cintura con ambas manos.
—No
tienes que hacer nada, nada.
—Ah...
duele...
—No es
necesario, Jazmín...
Sujeto
con fuerza la cintura de Jazmín y empujo con movimientos rapidos. ¡shick, shick! El sonido de la carne
chocando contra la carne era fuerte. Jazmín echó la cabeza hacia atrás y gimió,
incapaz de recuperar el aliento mientras la polla de Kane la llenaba.
—Bebé.
Kane
también estaba frunciendo el ceño. El fondo estaba demasiado apretado. Pensó
que sería más fácil si entraba y salía una vez más. Él se agachó para besarla.
Las manos de Jazmín buscaron a tientas sobre el cuerpo de Kane, tocando su
cintura y agarrando su pecho. Jazmín se mordió el labio inferior mientras su
cuerpo temblaba salvajemente.
Como no
tenía de donde sostenerse. Todo lo que podía hacer era colocar con cuidado sus
manos temblorosas a los lados del cuerpo de Kane.
—Me
gustaría poder abrazarte un poco más.
Kane agarro
sus brazos y los puso sobre sus hombros, luego se sumergió más profundo,
presionando su clítoris. Un grito gutural surgió de la boca de Jazmín y, con un
gruñido de dolor, Kane comenzó a embestirla.
¡Disco, disco, disco! El trasero empalado se movió rápidamente y Jazmín
buscó a tientas, deslizando sus manos por la espalda de Kane y lo abrazo. Kane
besó la mejilla de Jazmín y mordisqueó el lóbulo de su oreja con los dientes.
Mientras lo hacía, Jazmín lo apretaba debajo, giro su cuerpo para acurrucarse
más cerca de él.
—¡Ah, eh…!
Jo, Duro, ¡ah, vámonos…!
A pesar
de las súplicas de Jazmín, la mente de Kane era un desastre. Quería meterse más
adentro, liberarse en lo más profundo de su interior, donde nadie la había
tocado antes, dar todo lo que tenía. Kane agarró ambos antebrazos de Jazmín con
sus manos y los mantuvo juntos. Lo apretaba con tanta fuerza que sintió como si
fuera a explotar y la atrajo hacia su cuerpo.
El sonido
de la carne chocando contra la carne fue crudo y Jazmín sacudió la cabeza
violentamente. ¡Duele, duele...! Sin
embargo, la voz que salió ya estaba acalorada. El sonido fue amortiguado por el
dolor, y le rogó a Kane que la abrazara un poco más, que lo enterrara
profundamente dentro de ella.
¿Qué
hombre no se enamoraría de tan dulce voz? Kane se enterró un poco más profundo
entre sus labios que lo apretaban con mucha fuerza.
—Hola...!
¡ah! ¡ah! Ah, bien. ¡Kane, amo, ut, señor, por favor...!
El
líquido que salía de debajo de Jazmín lubrificó y facilitó el paso. La
sensación de su gran pene rozando su interior fue un gran estímulo. El cuerpo de
Jazmín se estremecía con cada empuje, cada roce de los labios de Kane. Incliné
la cabeza hacia atrás y arqueé la espalda hacia adelante. La parte superior de
su cuerpo se levantó, pero no había ningún lugar donde apoyarse. La mano que
sostenía Kane extendió los dedos, respiró hondo y se dejó caer sobre la cama.
—Ah...
Ah, ah, no...
Ella giró
la parte superior de su cuerpo, tratando de zafarse de su agarre. Kane se
agachó y enterró el rostro en el hueco de su cuello. Mordió su tierna carne y
la embistió una vez más.
—Suspiro…
Luego
eyaculó libremente en lo más profundo de ella. La expresión de Jazmín se arrugó
y su parte inferior se tensó. Al mismo tiempo, Jazmín sacó la lengua mientras
el semen caía.
—Eh...
Kane se
levantó, miró su lengua que asomaba entre sus labios rojos y volvió a bajar la
parte superior de su cuerpo. Saboreó el sabor de la lengua de Jazmín, todavía
húmeda por el resplandor del placer. Para satisfacción de mi corazón.
—Mmmm...
Uhhh, ehh...
Jazmín pudo
sentir la polla de Kane hincharse nuevamente dentro de su coño. No, no. Ya no puedo hacer esto, pensó
mentalmente, pero le encantaba sentir los labios de Kane chupando su lengua así
que envolvió sus brazos alrededor de su cuello.
Cuando
Jazmín abrió sus pesados párpados,
ya estaba amaneciendo. Ella parpadeó y lentamente se levantó, sin sentir ni un
poco de malestar a pesar de la pesadez en su cuerpo. Miró hacia abajo y se dio
cuenta de que estaba desnuda. Agarro la manta y se cubrió. Cuando pasó la mano
a su lado, sintió el lugar frio. Aparté la mirada y luego me gire nuevamente.
Sólo entonces Jazmín miro hacia la mesa junto a la chimenea. Kane estaba sentado
con las piernas cruzadas, con los ojos fijos leyendo un libro, a un lado del
fuego.
—¿Estás
despierta?
Preguntó con
un tono amigable, Jazmín agacho la cabeza y asintió. Kane dejó suavemente su
libro y se levantó. Su sombra se acercó sin hacer ruido. Kane agarró la
barbilla de Jazmín y lentamente levantó su cabeza. Luego se acercó y la beso. Sosteniendo
su barbilla, abrió sus labios y deslizó la lengua dentro.
Nuestra
saliva está ligeramente enredada. Jazmín sintió la punta de la lengua de Kane
haciéndole cosquillas en el paladar y su aliento envolvió cuidadosamente su boca.
Subiendo lentamente a la cama, Kane se subió encima de ella. Jazmín estaba
nuevamente acostada sobre la cama demasiado asustada para moverse, y parpadeó
con sus grandes ojos mirando a Kane, que estaba encima de ella apoyado en sus
brazos.
—A Jazmín
le gustan los besos.
—¿En
serio? ¿Te gusta que te bese?
Pregunté,
inclinando la cabeza y con una sonrisa en mi rostro. Jazmín frunció los labios
y dudo.
—¿Eh?
Dime.
Kane
acarició la mejilla de Jazmín y la animó a responder. Cuando Jazmín se mordió
el labio inferior, él pasó el dorso de su dedo por los labios y, cuando ella
frunció el ceño, presionó ligeramente el dedo entre sus cejas.
—Acordamos
ser honestos, Jazmín.
La voz de
Kane era tranquila. Pero la mente de Jazmín no. Surgió como una gran ola en una
playa tormentosa.
—Que sea
honesta, amo, no sabe de lo que está hablando.
Jazmín
respiró hondo, luego abrió los brazos, agarró a Kane por el cuello y lo atrajo
hacia ella. Kane, tomado por sorpresa, se quedó congelado en los brazos de
Jazmín, incapaz de hacer nada. Jazmín acunó la cabeza de Kane entre sus brazos.
Ella murmuró contra su cabello, sin siquiera darse cuenta de que estaba
desnuda.
—Me gusta
hacerlo con mi… amo. Me gusta besar a mi amo. También me gusta cuando mi amo me
besa... y me abraza. Oh, por supuesto, hay momentos en los que me duele ahí
abajo, y si lo empuja muy profundo, pica, pero puede ignorarlo. Aun así,
incluso si solo está jugando conmigo, todavía me gusta hacerlo con el amo…
Kane
permaneció rígido mientras escuchaba la historia de Jazmín. Él ni siquiera
parpadeó, simplemente permaneció en sus brazos. Ah. Mi corazón se derrite. Kane siempre se había derretido en
presencia de Jazmín, pero ahora se había derretido en una masa sin forma. Kane
cerró lentamente los ojos. Enterró su nariz en la piel perfumada de Jazmín.
Inhaló el aroma de su cuerpo mientras exhalaba.
—Te amo,
Jazmín. Yo realmente…
Kane
murmuró para sí mismo, pero Jazmín lo escucho y respondió: —Yo también—. Las
comisuras de su boca se curvaron hacia arriba en respuesta. Después de un
momento de silencio, fue Jazmín quien habló primero.
—Bueno,
¿qué estabas haciendo de todos modos? Todavía es temprano…
—Estaba
investigando las leyes del país para ver si podíamos casarnos oficialmente.
Jazmín
levantó la vista en lugar de responder. Cuando sus miradas se encontraron, Kane
beso su frente. Después de un momento de duda, acercó sus labios a los suyos y
susurró.
—Vas a
ser mi esposa y vas a ser mi mujer.
Por
primera vez, Kane decidió no ocultar más sus sentimientos que había albergado
por mucho tiempo. Así como Jazmín había confesado sus miedos, Kane también
fortaleció su determinación en su corazón de que podía sacrificar cualquier
cosa por Jazmín.
El joven
Kane estaba sentado en su estudio, donde prácticamente quedó atrapado. Su
padre, el gran duque de Stone, no estaba contento con él por hablar en
presencia de un noble que visitó la mansión. Dicen que se aprovecha de su
dinero y su título para tratar descuidadamente a su esposa y tomar una nueva
amante, un noble que tenía una fuerte preferencia por las mujeres. Esas palabras
habían presionado un botón.
—Tsk,
estoy siendo tímido...
Kane
cruzó las piernas y apoyó la barbilla en el brazo, sobre su escritorio. Mientras
leía a medias un libro que hojeaba las páginas, escuché un leve golpe en la
puerta y respondí brevemente.
—Adelante.
Para ser
un niño, su voz era bastante majestuosa. Era hijo de una prestigiosa familia
noble. Al contrario de lo que pensó nadie entro por la puerta de inmediato.
Definitivamente escucho que golpeaban la puerta. Kane habló de nuevo.
—Puedes
entrar.
A pesar
de decirlo, todavía no había movimiento al otro lado de la puerta. ¿Ha venido un fantasma de visita? Kane,
que nació sin miedo, dejo el libro que estaba leyendo y se levantó de su silla.
Cruzo apresuradamente la sala de estudio y abrió la puerta. No me moleste en alzar
la mirada. Inclinando el rostro se encontró con una chica con un vestido azul
claro. En la bandeja que sostenía llevaba una taza de té negro y varios tipos
de galletas.
—¿Quién ordenó
esto, Jazmín?
La joven
Jazmín se mordió el labio al oír la voz de Kane. No importa cuántas veces le ordenara
que aunque la obligaran no hiciera esto o aquello, ella siempre lo hacía. Ella
había oído que si tienes la costumbre de no hacer nada, te volverás perezosa
cuando creciera, y los sirvientes que la regañaban constantemente no eran muy
buenos.
—No te
regañaré. Jazmín, ¿quién te dijo que me trajeras esto?
Jazmín
tenía un lado frágil. No adulaba como los demás hijos de los sirvientes en la
mansión, no se enfurruñaba, no se portaba mal y no dejaba que su falta de
educación se notara en ocasiones. Si no hubiera conocido a Jazmín antes de que
naciera, era tan callada que no habría sabido que existía.
—Solo
dámelo. Yo lo llevaré.
—... Yo.
—Te lo daré.
Mientras
hablaba, Kane le arrebató la bandeja de las manos a Jazmín y caminó hacia una
mesa en la terraza. Dejando la bandeja, le hizo una seña a Jazmín, que todavía
estaba parada en la puerta. Jazmín se acercó con pasos cortos. Kane se sentó
primero en la silla y Jazmín se paró frente a él.
—Jazmín
eres realmente tonta.
Kane
sonrió suavemente y agarró los costados de Jazmín con ambas manos,
levantándola. La senté en mi regazo y tomé una galleta del tazón, la corté en dos
y puse un pedazo en la mano de Jazmín. Detrás de Jazmín, que estaba comiendo su
galleta, Kane suspiró suavemente. Luego recargo la frente en su hombro.
Cuando
los nobles llegaban a la mansión, era una molestia saludarlos, y todo lo
relacionado con ellos era una molestia. Estaba cansado de los saludos, de la
hospitalidad, de tratarlos y observar las opiniones de los demás para descubrir
qué beneficios podía obtener de cada familia. Me preguntaba si algún día cuando
tuviera un territorio, sería lo mismo.
¿Me vería obligado a ponerme una máscara y
sonreír, y estaría codiciando la riqueza y el honor de los demás? Estaba
cansado, aburrido. Mi cuerpo se sentía más lánguido y más pesado de
lo habitual. No podía esperar a que llegara la noche para dormir. Entonces todo
estaría bien. En ese momento, Jazmín se agitó en sus brazos.
Kane
aflojo el agarre de su brazo alrededor de su cintura. Se preguntó si era porque
tenía problemas para respirar; ella todavía era una niña frágil. Pero por mucho
que relajara su agarre, Jazmín todavía se retorcía. ¿Se sentirá incómoda? entonces Kane bajo la mirada y miró a Jazmín.
La galleta que le entregué a Jazmín estaba cortada por la mitad.
—¿Qué
ocurre?
Jazmín
puso la galleta que tenía en la mano en la boca de Kane. Jazmín parecía haber
notado que estaba decaído y exhausto. Parecía que la pequeña niña está tratando
de consolarlo un poco, se echó a reír y volvió a recargar su frente en el
hombro de Jazmín.
—Eres la
única en esta mansión que sabe cómo me siento.
Dijo algo
que no parecía un lamento. Cerrando los ojos, Jazmín dejó la galleta que tenía
en la mano sobre el tazón.
—Pequeño amo…
Jazmín
susurró, como si estuviera compartiendo un secreto.
—Si.
—...Sabes
las galletas.
—Sí, dime.
—El té y
eso… lo traje conmigo. Por qué el pequeño amo parecía estar de mal humor…
Entonces,
no debo regañar a los demás. Kane arqueo la ceja ante el comentario de Jazmín y
después frunció el ceño. Apretó los dientes, agarro la barbilla de la niña y
preguntó.
—Bebé, no
hiciste esto porque querías comer galletas, ¿verdad?
—¿Qué?
Jazmín se
giró, nuestras miradas se encontraron. Al ver la mirada avergonzada de Jazmín,
Kane fingió no darse cuenta, ocultando su expresión traviesa la miro con una
mirada fría. Sacudiendo la cabeza, temerosa de mirarlo a los ojos Jazmín
murmuró para sí misma: —No es verdad... yo... El corazón de Kane se derritió
ante su vacilación y la preocupación compasiva que sentía por mí.
Mis
sentimientos retorcidos se dirigieron directamente hacia Jazmín. Al final, una
sonrisa apareció en los labios de Kane. Kane se echó a reír, apoyando su frente
en la espalda de Jazmín, sacudiendo todo su cuerpo. Jazmín lo escuchó reír.
—No,
pequeño amo, realmente no lo traje porque quisiera comerlas, lo juro.
Ella
continuó divagando como si estuviera buscando una excusa. Después de reír por
un rato, finalmente dejó escapar un suspiro y abrazó a Jazmín con fuerza.
Jazmín cerró la boca mientras trataba de explicar que no trajo las galletas
porque quería comerlas.
—Jazmín…
—...Sí.
—Gracias.
Me siento mejor.
¿Siempre había visto así a la niña? No, la
había visto así desde hacía mucho tiempo, tal vez desde siempre. Jazmín siempre
fue leal a Kane. Y siempre lo seguía con la mirada, y si sus miradas se
encontraban, rápidamente lo evitaba.
A menudo
me preguntaba si merecía ese tipo de confianza, pero claro, si ella estaba
dando todo lo que podía, supongo que no debería preocuparme demasiado. Kane se
dio cuenta vagamente de que esto eventualmente evolucionaría de una confianza
ciega a un sentimiento que pasaría al siguiente nivel.
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