3.- Profundizar la relación

El sonido del llanto de un bebé resonaba inusualmente en la tranquila mansión Stone. Kane, un niño que leía en su estudio privado, levantó la vista. Movió la cabeza entrecerrando los ojos y apretó los labios mientras exploraba la habitación. Estiro sus diez dedos y los dobló uno a uno mientras contaba.

—Un día, dos días, tres días, cuatro días, cinco días…

Habían pasado exactamente 5 días desde que Gredal, una sirvienta que llevaba varios meses caminando con el vientre muy hinchado, dio a luz a una niña.

—Al quinto día, dijeron que podría ir a ver a la niña.

Kane cerró el libro que estaba leyendo sin dudarlo un momento. Finalmente era el día que iba a verla. Recordó el primer día, cuando lo rechazaron después de intentar ser discreto. La niña era especial para Kane. A veces, lejos de la mirada de sus padres, hablaba con la embarazada Gredal, y ella le dejaba poner la oreja sobre su vientre.

La niña en su vientre lo empujaba con el pie o la empujaba con la mano al oír su delicada voz. Kane normalmente era un niño tranquilo, pero en esos momentos, levantaba la voz sin siquiera darse cuenta.

—Sigue moviéndose y sigue moviéndose. Cuando le hablas, cariño, ella se mueve.

Gredal se rio a carcajadas y dijo: —Supongo que le gusta mucho el pequeño amo—. Solía ​​decir cosas que eran agradables escuchar. El corazón de Kane se hinchó ante la idea de poder ver al bebé. Camino hasta la casa privada de los sirvientes, no lejos de su estudio. Mientras se acercaba al dormitorio de los Gredal, un grupo de sirvientes preguntó: —Pequeño amo, ¿ha venido a ver al bebe?— Kane se sintió extrañamente avergonzado.

—...Quiero ver a mi bebé.

El llanto todavía se podía escuchar más allá de la puerta de madera. Kane hizo un mohín con los labios al ver que el bebé, que tan tranquilo había estado dentro del estómago de Gredal, estaba llorando ahora que salió al mundo. En ese momento se abrió la puerta. A través del hueco apareció la sirvienta que sostenía al bebe envuelto en una manta en sus brazos.

—¿La sacaste?

—Sí, acabo de bañarla en agua tibia. Ella es tan bonita... La saqué porque la bebe no podía dormir...

La sirvienta que siguió conversando con su esposo se giro y miró a Kane y preguntó sorprendida.

—Oh, pequeño amo, ¿qué está haciendo aquí?

—... ¿es tu bebé?

Kane levantó la vista y preguntó. La doncella asintió lentamente y luego hizo una profunda reverencia.

—¿Te gustaría verla, pequeño amo?

Luego, hurgó en la manta que sostenía en sus brazos. La expresión de Kane, que había estado vacilante porque no sabía qué tipo de expresión poner, se iluminó. El bebé dentro de la manta blanca fruncía el ceño.

... Fea.

—linda

Palabras diferentes a las que pesaba se escaparon de mi boca.

—¡Es imposible que un bebé de menos de una semana pueda ser linda!— Respondió la sirvienta que sostenía al bebe en brazos. A pesar de que acababa de decir que era linda. Kane la miro frunciendo el ceño, y alzando una ceja.

En ese momento, el niño que fruncía el ceño cambio lentamente de expresión cuando dejo a la bebe en la cuna. ¿La bebe dejo de llorar? Kane apretó los labios y se recargo en la cuna presionando la parte inferior de su abdomen.

—Oh, Dios mío, la bebe...

Al ver el comportamiento de la bebe, la sirvienta acerco un poco más la cuna. La bebe intento levantar el brazo dentro de la cuna hacia Kane pero la dejó caer, incapaz de soportar el peso. Mordiéndose la suave carne de su labio, Kane miró fijamente a la bebe, luego bajo la mano y la acerco a la de la bebe. Extendió solo el dedo índice y la bebe lo rodeó con sus lechosos dedos.

—Parece que le gusta a la bebe. Ha estado llorando mucho pero se ha calmado ahora al sostener su dedo con fuerza.

—... ¿cómo se llama?

Kane le pregunto a la sirvienta mientras miraba a la bebe. La sirvienta sacudió la cabeza con expresión amable.

—Aún no le he dado un nombre. Los bebes reciben un nombre cuando crecen un poco.

La sirvienta se calló. Era común que los bebes con cuerpos débiles murieran. Por eso era raro que se les diera un nombre y un título tan pronto como nacían. Kane asintió, mirando a la bebe y dijo.

—Bebé, crece rápido. Jugaré contigo cuando seas mayor.

Jazmín subió al último piso, que era utilizado por los sirvientes, y caminó penosamente por el largo y vacío pasillo. Incluso la sala de estar estaba desierta, ya que aún no era hora de que terminaran de trabajar. Era mejor así. Todavía me resultaba difícil calmar mi propia confusión así que no sabría cómo reaccionar si alguien me hablara. Jazmín finalmente llegó a su habitación.

Cuando abrí la puerta, vi la cama junto a la ventana. Ni siquiera pensé en cambiarme de ropa, simplemente me fui a la cama y me acosté. Su delgada espalda subía y bajaba lentamente con cada exhalación. Se llevó la laxa mano a los ojos. Todo su mundo se había oscurecido. Podían escucharse las voces de los otros sirvientes más allá de la ventana, pero ella no podía oír nada.

—Mi doncella ha sido grosera contigo, lady Schuitzel.

—Ve a tu habitación, Gredal, preguntaré por ti cuando lady Schuitzel se haya ido.

No podía creer que no me creyera. Tal vez encontró las palabras de Lady Schuitzel más creíbles que las mías porque era una noble como él. ¿Realmente duda de mí y ahora me odia? ¿Los dulces besos que compartimos y el tiempo pasado ​​se convertirán en simples recuerdos? y si así fuera, ¿viviré toda mi vida anhelando a Kane y el pasado...? Un sollozo se atraganto en su garganta.  

Esta era su habitación y ya no tenía que esconderse más. Extrañaba a Kane, al dulce hombre. Estaba segura de que me esforzaría más si me daba otra oportunidad. No puedo decir que lo vaya a hacer bien, pero haría lo que pudiera. Podría contarle lo que en realidad había pasado en su oficina.

Pero también quería preguntarle por qué creyó en las palabras de Lady Schuitzel, a pesar de que llevaba más tiempo conmigo. Quizás por eso me faltaba confianza o quizás la razón sea porque solo soy una sirvienta que trabaja en su mansión. Aun así, Jazmín no se avergonzaba. Simplemente estaba agradecida de que Kane la llevara con él cuando se mudó aquí.

—¿Quieres venir a vivir conmigo a mi nueva mansión?— Fue Kane quien preguntó, y era mi amo. La idea de él susurrando palabras dulces a otra mujer, besando, abrazando, hizo que mis entrañas se retorcieran. Los gritos de Jazmín se hicieron más fuertes e intensos. Su respiración se volvió irregular y se acurrucó contra la pared. Gemía y apenas era capaz de respirar.

Mi visión se puso borrosa y ya no podía ver con claridad. Amo a Kane. Y lo odio por presionarme. Tal vez así debería ser, pero después de todo lo que ha hecho, no parece real. De vuelta a mi habitación, sola, una ola de arrepentimiento me invadió.

Si Kane y Lady Schuitzel se casan Lady Schuitzel se convertiría en mi ama entonces Lady Schuitzel le pedirá que me eche de inmediato. Entonces, ¿podría volver a la vieja mansión? Su vida en la vieja mansión no había sido mala, pero allí no estaba Kane. Jazmín tenía sentimientos más profundos por Kane de los que podría haber imaginado.

Me sentí vagamente asustada. Tenía miedo de no poder ganarme la vida dignamente, de morir, de que Kane me abandonara, de no poder verlo más. Tenía miedo de que volviera a mirarme con la misma mirada fría de antes y que me diga que no necesita a alguien como yo. Tenía miedo de que nunca más me besará, nunca más me sonriera, nunca más me abrazará.

Jazmín estaba tan consumida por la tristeza y el dolor que no escuchó la puerta abrirse. Alguien se sentó en la cama a su lado, la agarro del hombro y la giró. El cuerpo de Jazmín se giró con precipitación ante el fuerte agarre.

—Aaah...

Kane reaccionó con un suspiro. Jazmín apenas podía verlo a través de sus pestañas mojadas. Kane le pasó el pulgar por los ojos, secó sus lágrimas y luego acarició su mejilla. Jazmín giró la cabeza para evitar su toque, pero la agarro de nuevo.

—Bebé, ¿has estado llorando?

Preguntó Kane, aunque era obvio y no necesitaba preguntar. Cuando Jazmín no respondió, beso su frente y sus parpados, luego se apartó.

—Déjame ver tu herida.

Levanto con cuidado su barbilla. Desde la perspectiva de Kane, el corte justo debajo de su ceja era más pequeño que una uña, pero era lo suficiente profundo. Se preguntó como la había arañado tan profundo si llevaba guantes, pero la frustración superó su ira.

—Jazmín, te untare un poco de medicina.

Kane sacó el aceite de rosas que había traído de abajo. Jazmín miró su mano que sostenía una pequeña botella de vidrio y luego levantó la mirada.

—... ¿Qué pasa con la señorita Schuitzel?

—Te diré cuándo termine de curarte. Cierra los ojos.

Jazmín cerró lentamente los ojos. Kane empapo en aceite de rosas un trozo de gasa y limpio la herida quitando la sangre. Esparció alrededor de la herida el aceite. Luego se alejó acariciando suavemente su mejilla. Al abrir los ojos de nuevo, Jazmín miró fijamente a Kane.

—¿Lady Schuitzel se ha ido?

—Si se ha ido. ¿No te duele?

—No estoy bien... ¿pero ella volverá?

Preguntó Jazmín, con una mirada bastante desesperada. Quizás ni siquiera sepas que tienes esa expresión. Kane apenas reprimió el sentimiento juguetón que estaba surgiendo de nuevo. En cambio, le acarició las mejillas y los labios. Cuando se inclinó para besarla, Jazmín apartó el rostro. Kane, que había estado callado, abrió los ojos con sorpresa. No esperaba que ella se negara. Claramente, lo que había sucedido en su oficina le había afectado.

—Tengo algo que decirte...

—Bien.

Kane se enderezó y se sentó. Jazmín, que lo había estado mirando, vaciló un momento antes de hablar.

—Uh, yo, uh, no revisé tu escritorio...

—Sí, ¿y?

—La señorita Schuitzel me entendió mal. No soy una…

—Está bien, lo entiendo. ¿Y?

—¿Que?

Ahora que se acabaron las excusas, Kane volvió a preguntar. Jazmín parpadeo en shock, después entrecerró los ojos y cerró la boca.

—¿Algo más? Como, por ejemplo... la visita de hoy de Lady Schuitzel a la mansión, o que yo y Jazmín estuvimos separados por horas, cosas así.

—ah...

Kane acarició el cabello de Jazmín para tranquilizarla. Su tono amistoso era el mismo de siempre.

—Puedes hablar cómodamente.

Esas palabras realmente me hicieron sentir mucho más cómoda.

—Bueno, ¿qué pasa con... el Amo?

—eh.

—No sé.

Jazmín estaba confundida. Kane de repente se preguntó qué significaban aquellos ojos errantes y esa expresión de perplejidad, pero no se atrevió a preguntarle. En cambio, esperó. Para que las palabras salieran de su boca.

—La señorita Schuitzel y mi amo se llevan bastante bien... Pero me entristece pensar que mi amo ya no me sonríe... y tengo miedo de la señorita Schuitzel. No me importan las cicatrices, sólo quiero... y si mi amo termina casándose con la señorita Schuitzel, yo... Creo que Lady Schuitzel me odia. Bueno, creo que ella me odia por el marco... yo estaba a cargo de limpiar su oficina. Mientras limpiaba, vi ese dibujo mío el que había hecho ese artista aquella vez.

Jazmín siguió divagando durante un largo rato. Había una pizca de melancolía en su voz. Mientras hablaba, sus hombros temblaron brevemente cuando los dedos de Kane se entrelazaron con los de ella, luego habló de nuevo, y cuando él se sentó un poco más cerca, levantó la mirada, pero su boca nunca se movió.

Pura y bonita. Kane dejó escapar una risa burlona e inconscientemente puso su mano sobre la mejilla de Jazmín. La toco con cuidado, como si estuviera acariciando a un niño, y luego la pellizcó con un poco de fuerza.

—¡Ah!

Los ojos de Jazmín se abrieron con confusión y alivio, y se sobo su mejilla pellizcada.

—¿Por qué, bebé?

Preguntó Kane, incapaz de ocultar su risa.

—¡Me pellizcaste! 

Jazmín elevó la voz. Kane entrecerró los ojos y se rio a carcajadas, luego se aclaró la garganta.

—Lo hice. Lo siento.

Él se disculpó, sin parecer arrepentido en absoluto. Kane abrazó a Jazmín. Jazmín, aunque dudo se sentía segura en sus brazos, se subió a su regazo y estiró las piernas. Ella jugueteó con el dobladillo de su larga falda, avergonzada por quejarse. Cuando nuestros ojos se encontraron, bajé la mirada pero volví a subirla porque quería ver que estaba pensando.

—¿Estabas triste, bebé?

Preguntó Kane, Jazmín frunció los labios y aunque dudo hizo un puchero. Levanto la mirada, y sus miradas se encontraron. Jazmín asintió lentamente. Kane deslizó la mano que descansaba sobre su cintura, agarrando su trasero le dio unas cuantas palmaditas para aliviar su dolor.

—¿Pensaste que no te creí?

—....Tú lo dijiste.

—Así es. Estuve mal.

Sacudí la cabeza ante las palabras de culpa.

—Dado que ella es una dama noble, supongo que es natural...

Solté, evitando el contacto visual. Kane inclinó la cabeza y volvió a encontrarse con su distante mirada.

—Entonces, ¿por qué lloraste?

—...Porque estoy triste… estoy muy triste.

—Hoy estás siendo honesta, Jazmín.

Quería decírselo hoy, pero como si las palabras de Kane fueran un hechizo mágico, Jazmín mantuvo la boca cerrada. Ella no lo quiso decir de esa manera.

—¿Vamos al dormitorio, Jazmín?

El día fue largo. El sol se estaba poniendo, Jazmín lo miró y sacudió la cabeza ante la dulce invitación en su oído. Kane, que había mantenido la compostura, frunció el ceño. Sus ojos dudaron por un momento como si estuviera avergonzada. Incapaz de controlar su expresión, se quedó quieto y apenas logro sonreír y preguntó.

—¿Qué ocurre? Dime.

Insistió agarrando su muñeca. Las palabras que salieron de la boca de Jazmín fueron difíciles de tolerar.

—La señorita Schuitzel se enojará. 

La sonrisa de Kane desapareció, cerró los ojos con fuerza y ​​luego los abrió. Apartó la mirada por un momento y luego se rio brevemente con las manos vacías. Esto no era lo que quería, pero no me atrevía a decirlo primero, porque entonces Jazmín daría un paso atrás y podría huir. Quería que ella misma se diera cuenta de sus sentimientos, que lo deseara, que lo anhelara. No me importaba si era egoísta. Nací de esta manera.

—Veo.

Su voz sonó como si lo estuvieran estrangulando.

—Entonces supongo que tendré que dormir aquí esta noche.

El rostro de Jazmín se puso pensativo ante eso. Ella agitó las manos hacia Kane y trató de disuadirlo.

—Oh, no… este no es lugar para que duerma el amo. Es para gente como yo. Deberías dormir en un lugar más limpio y cómodo, amo.

Kane mostró una expresión bastante severa.

—Jazmín, ¿qué clase de persona crees que eres?

—¿Qué?

—Si lo único que importa es tu posición en la cama, entonces no importa si siempre duermes a mi lado, ¿verdad?

—Todos los días actúo como un perro desesperado por meterme entre tus piernas, ¿entonces mi lugar no es esta mansión, sino la perrera?

—No...

Jazmín, que apenas había logrado decir algo, levantó la cabeza ante el gesto de Kane que sostenía su barbilla. Presionando sus mejillas acarició sus labios con el pulgar. Deslizó el dedo entre sus suaves labios y sintió la superficie pulida de sus dientes. Jazmín levantó la vista ante las palabras de Kane.

—Saca la lengua. Sólo un poco. No seas tímida.

La lengua de Jazmín apareció entre sus labios. Kane se sentó un poco más cerca de ella. Dejo de agarrar su barbilla y la agarro por la nuca. Lentamente la atrajo hacia él y le mordió la lengua. Haciendo húmedos sonidos con la lengua, la mano en su nuca se deslizó por su hombro y bajo hasta su cintura. La parte superior de sus cuerpos se tocaron y continuaron con su dulce beso.

Jazmín cerró los ojos con fuerza. Las comisuras de sus ojos se arrugaron y estaba temblando. Kane naturalmente la recostó en la cama y dejó de besarla. Al darse cuenta de que el beso había terminado, Jazmín abrió lentamente los ojos bien cerrados. De repente, quedó atrapada en los brazos de Kane. Jazmín cerró los ojos y los abrió, su cuerpo se puso rígido cuando Kane la abrazo con fuerza.

—Jazmín.

Kane enterró su rostro entre el hombro izquierdo y el pecho de Jazmín. Golpe, golpe. Podía oír su corazón latir rápidamente. Jazmín frunció los labios, sintiéndose como una gallina por dentro. Los labios que acababan de besarla profundamente hace unos momentos se pusieron rígidos.

—Jazmín...

Kane volvió a pronunciar su nombre. Su dulce voz era triste. El cuerpo de Jazmín se tensó ante su tono, confundida la fuerza abandonó su cuerpo lentamente.

—Sí...

Levanté la mano. Mirando su mano que se detuvo en el aire no supo qué hacer al ver a Kane, quien siempre pensó era más maduro que ella, actuando como un niño.

—...Sé honesta conmigo. No te preocupes por cosas innecesarias y solo sé honesta. No me importa si soy un perro, soy un perro que quiere lamer la raja entre tus piernas todo el día, así que por favor sé un poco más honesta. Ponte celosa. Por favor dime que no me involucre con Schuitzel. Dímelo disgustada. En lugar de simplemente mirarme con ojos tristes, dímelo gritando. Quiérete, hazme querer que te amé. Ten solo un poco de coraje.

Ante el tono de Kane, Jazmín bajó lentamente la mano sobre su espalda. Dio unas cuantas palmaditas en la amplia espalda de Kane. Luego froto lentamente cada musculo sintiendo como si estuviera tocando su piel. Era cálido, rígido pero suave.

—... Que sea honesta.

—¿Significa esto que puedo ser egoísta?

Kane deslizo la mano entre la cama y su espalda, levanto a Jazmín. La acercó a sus brazos, y la abrazo con fuerza. No pude ver el hermoso rostro de Kane. Las manos vacilantes de Jazmín subieron por su espalda, acariciando su columna, hasta sus hombros, llegando a su cabeza. Pasó los dedos por su sedoso cabello, suavemente, como si estuviera tocando un arpa.

Kane levantó lentamente la cabeza. Enterró su barbilla en el hueco entre los pechos de Jazmín, y cuando levantó la mirada, sus miradas se encontraron. Dulces palabras escaparon de sus carnosos labios.

—Si eso es lo que quieres, Jazmín. Puedo abrazar tu corazón egoísta.

—Soy una cobarde.

Tenía miedo. Sé de qué está hablando Kane, pero tengo miedo. Miedo de que me odie, miedo de que un día me deje por no estar a su altura, miedo de que traiga a alguien nuevo con quien casarse.

—Eso lo sé, Jazmín, después de todo el tiempo que hemos estado juntos.

Jazmín todavía dudaba. Por mucho que hubiera querido contener las lágrimas y ser honesta con Kane, la idea de enfrentarlo la llenaba de temor. Jazmín era una cobarde y Kane quiere que fuera honesta con él. Pero tampoco se lo dijo nunca.

Quizás ella no sea la única cobarde. Pero cuando cerró los ojos, el mundo entero se volvió oscuro. No podía pensar en nada más, en lo único en lo que podía pensar era en el hombre frente a ella. Su mundo sin Kane se volvía oscuro.

—Tócame los ojos.

La mano de Jazmín, que había estado jugando con el cabello de Kane, se deslizó lentamente hacia abajo. Sus finos y delicados dedos tocaron las comisuras de sus ojos y él sonrió, con los ojos cerrados. Menos mal que tenía los ojos cerrados, pensó Jazmín. No podría ver mi cara.

—El puente de mi nariz.

Kane le señalo cada parte una por una, como si le estuviera enseñando donde estaban los ojos, la nariz y la boca. Mientras acariciaba el puente de su nariz con los dedos, le pidió que tocara sus labios. También acaricio sus mejillas, barbilla y cabeza. Mientras daba una orden, abría lentamente los ojos. Sus profundos ojos negros estaban enfocados únicamente en Jazmín.

—Jazmín.

—... Sí.

—¿Me creerías si te dijera que te amo?

Los ojos de Jazmín vacilaron visiblemente. Kane se rio impotente ante su mirada errante. Pensé que había hecho un buen trabajo, pensé que se lo había hecho sentir, pero aparentemente no fue así. El hecho de que la había puesto ansiosa y aumentado su desconfianza me hizo pensar que había arrinconado a Jazmín.

—Es la verdad Jazmín, y la razón por la que te traje a la mansión... La verdad es que no quería que conocieras a nadie más. Quería ser la única persona en tu mundo. Quería controlar todo sobre ti aquí.

Kane dejó escapar una carcajada entrecortada después de decirlo. Le dije a Jazmín que estaba bien ser egoísta, pero en realidad era yo el egoísta. Pero era verdad. Levanté la mirada y miré el rostro de Jazmín. No podía decir qué expresión tenía. ¿Se daría cuenta de mi egoísmo en retrospectiva y me dejaría, y si no...?

—Soy así de egoísta, así que, Jazmín, espero que tú también seas un poco más honesta.

—Si no quieres que conozca a Lady Schuitzel…

—Bésame.

Jazmín miró a Kane fijamente a los ojos. Aunque su voz y expresión no era diferente de lo habitual, parecía extrañamente desesperado. Tal vez era sólo su imaginación, pero habían estado juntos el tiempo suficiente para saber que ese no era el caso. Jazmín apretó las mejillas de Kane. Habían crecido juntos.

Así como Kane recordaba la infancia de Jazmín, Jazmín también recordaba la infancia de Kane. Es un poco más grande de lo que era entonces y tenía un lado un poco más travieso. Pero todavía sonreía maliciosamente cuando otros la tocaban, luego endurecía su expresión y la acercaba a él, o cuando el nivel subía, le mostraba los dientes a quien estuviera tratando sin importar quién fuera.

Creí que era sólo porque él pensaba en mí como si fuera su amada hermana menor. De lo contrario, solo quedaba un sentimiento y tenía miedo de afrontarlo. Creí que no había manera de que Kane pensara en mí de esa manera. Tenía miedo de afrontar esos sentimientos plenamente, porque incluso si lo hiciera, no podría estar al lado de Kane.

Así que Jazmín tuvo que evitarlo. Tuve que huir de la situación. Sólo por mis propios miedos. Pero ya no sentí la necesidad de hacerlo. Mientras se subía encima de mí, froto sus labios contra mi mejilla. Kane anhelaba hacerle el amor. La besó brevemente y luego le mordió los labios. Sin apartar la mirada.  

—Bésame.

Mientras decía eso su mano que había estado descansando sobre la mejilla de Kane se movió lentamente y la envolvió alrededor de su cuello. Lentamente, arqueó la espalda y levantó la parte superior de su cuerpo.

La gran mano de Kane sostuvo la cintura de Jazmín. Después de un breve silencio, su ligera respiración calentó el aire. Con una mano en su cintura, Kane deslizó la otra por su columna envolviendo su espalda. Bésame. Ponme celoso. No puedo decirte directamente que no veas a otras personas, pero puedo expresarlo.

Kane miró en silencio los ojos de Jazmín. Sus ojos temblaban sin rumbo y sin confianza. Jazmín bajó la mirada por un momento. La mano de Kane agarro su cuello. Su mano era caliente. Y sentí como si mi cuerpo y mi mente se estuvieran derritiendo por el calor. Jazmín se acercó lentamente a él. Suavemente, cerró los ojos e inclinó la cabeza.

Nuestros labios se encontraron. Los brazos de Kane se tensaron alrededor de ella, apretándola con fuerza, quería sentir cada centímetro de su cuerpo contra el suyo. Como si fuera a explotar, como si estuviera bien que explotara ahora mismo. Frunciendo los labios, Jazmín sacó la lengua primero. Kane tomó su lengua húmeda en su boca y pasó la suya por sus labios después la deslizo en el espacio entre ellos.

Rozó sus dientes y luego la metió un poco más. La punta de su lengua le hizo cosquillas en el paladar, provocando que los hombros de Jazmín temblaran, y Kane la abrazó con más fuerza. Continúo besando a Jazmín y Kane la sentó en su regazo. Acarició su cabello y le mordisqueó el lóbulo de la oreja agarro su culo mientras ella estaba sentada a horcajadas sobre sus piernas.

Rígida como un herbívoro frente a un cazador, Jazmín, sin embargo, mordió la lengua de Kane con los labios y la soltó. Al ver sus ojos cerrados con tanta fuerza que su frente se arrugaba, Kane levantó silenciosamente las comisuras de la boca. Jazmín abrió lentamente los ojos al sentir que la forma de sus labios cambio. Sus ojos se encontraron, y Kane tranquilamente colocó sus labios sobre los de ella como si sellara un trato, y luego se alejó.

—Te amo. Te amo, Jazmín, y nunca he tenido a nadie más en mi corazón que a ti.

Kane le susurró su amor, pero fue implacable, acaricio sus mejillas, sus labios y el lóbulo de su oreja. Mientras las mejillas de Jazmín se sonrojaban en un tono rojo brillante, él acariciaba su barbilla e hizo todo lo posible para que no apartara la mirada.

—Vamos al dormitorio.

—Vamos a mi habitación.

Jazmín se mordió ligeramente el labio. Al contrario de la desesperación en su voz, su mano luchó por tocar su piel.

—No puedo soportar hacerlo aquí.

Kane enterró su frente en el hombro de Jazmín. No quería que nadie escuchara su dulce voz filtrarse a través de la puerta, especialmente porque era un piso compartido. Era jodidamente posesivo. Jazmín miró a Kane a los ojos y agarro suavemente su barbilla. Sentada en su regazo, ella controló su mirada. Kane parpadeó haciendo un gruñido y la miró con los ojos muy abiertos. Jazmín trazó sus ojos, el puente de su nariz y ambas mejillas con los labios antes de susurrarle al oído.

—Me gustaría ir al dormitorio, amo.

—Oh, esto es…

Jazmín se quedó sin palabras. Se hizo el silencio en el baño iluminado por luces escarlatas. Después de dejarla sentada sobre la cama por un rato, Kane preparó el baño él mismo. Después de comprobar que el agua estuviera tibia, llevo a Jazmín adentro. Una vez allí, desabotonó uno a uno cada botón de su ropa dejando su cuerpo desnudo, y Kane la roció con agua, la perfumó y la sentó en la bañera con el cuerpo húmedo.

Se sentía como si la estuviera mimando. Pasó las manos por el agua que llenaba la gran bañera. Una pequeña onda se elevó, y cuando Kane se sentó a su lado, se puso rígida mientras tocaba su cuerpo desnudo.

—¿Te da vergüenza?

Preguntó Kane, inclinando la cabeza y Jazmín asintió. Kane le sonrió suavemente a Jazmín y luego cambio de postura. Se recostó contra la pared de la bañera, inclino la cabeza hacia atrás y cerró los ojos. La fatiga apareció tarde. El agua tibia y la encantadora Jazmín a mi lado hizo que mi cuerpo se relajara y me sintiera cansado.  Abrí lentamente los ojos y encontré a Jazmín mirándome con una sonrisa en mi rostro.

—¿Por qué me miras así?

Jazmín se mordió el labio inferior y sacudió la cabeza mientras bajaba la mirada. Kane agarró su barbilla, impidiendo que bajara la mirada.

—Jazmín.

—¿Qué?

—Aquí arriba.

La mirada de Jazmín, que había estado dirigida directamente a mí, señaló entre mis piernas. Aunque estaba desnuda... Jazmín vaciló.

—Apúrate.

No podía rechazar la orden de mi amo. Jazmín se movió dentro del agua ondulante y se sentó sobre su regazo. Mientras me sentaba torpemente, sin saber qué hacer con mis piernas, Kane le dio una dolorosa palmada en el trasero.  

—Abre las piernas.

Con las piernas separadas y el cuerpo de Kane entre ellas, sentada sobre su regazo desnuda Jazmín ni siquiera podía mirarlo correctamente. Pero Kane tampoco la estaba mirando a la cara, y cuando las ondas en el agua detrás de ella se calmaron, lo sorprendió mirando sus pechos y frunció levemente el ceño.

—Está de pie.

Kane levantó la mano y agarro el pezón de Jazmín. La ya rígida erección se sintió aún más excitada bajo sus dedos. Jazmín respiró hondo. Mientras curvaba sus hombros hacia adelante, el valle entre sus pechos se hizo más profundo. Kane movió la comisura de su boca, luego levantó la cabeza para mirarla a los ojos.

—¿Hiciste eso a propósito?

—¿Que?

—¿Los estás mostrando a propósito?

Jazmín se agarró ambos pechos con las manos mientras intentaba hablar porque era difícil responder. Tuvo cuidado al tocar debajo de los montículos abultados, jugando con sus pezones, apretándolos y golpeándolos con el pulgar.

—Hmph…

Un pequeño gemido ahogado escapó de la boca de Jazmín. La mano sumergida en el agua se cerró en un puño y luego se abrió de par en par. Puso su mano nuevamente apretada sobre el hombro de Kane.

—¿eh?

Jazmín negó con la cabeza, como si quisiera una respuesta. Miré mis pechos, todavía siendo abusados por Kane. Luego, de repente, se detuvo.

—Señor, amo...

—¿eh?

El hombre que sonreía con los ojos en media luna no parecía ser el mismo hombre que había estado suplicando afecto en su habitación hace un momento. Volvió a ser el mismo Kane. A Jazmín no le importó. Ambos eran el Kane que amaba, pero el de abajo era diferente.

—Amo, eso… ahí abajo…

—Aaah,

Kane enterró el rostro entre los pechos de Jazmín. Él la miró y sólo se le veían las comisuras de los ojos. Jazmín se limitó a mirarlo y con los ojos aún más abiertos de lo habitual.

—Está de pie, ¿verdad?

El asintió.

—Tócame, bebé.

Jazmín deslizó su mano debajo en el bulto que crecía firmemente. Suavemente, rozó con sus dedos el pene de Kane, que permanecía rígidamente firme dentro del agua que se balanceaba suavemente. Un suave suspiro escapó de la boca de Kane mientras acariciaba la cosa que incluso tenía las venas hinchadas.

Jazmín lo miró a los ojos y agarró el pilar con ambas manos. Luego, lo masajeó suavemente de arriba a abajo. Shack. Shack. El sonido del agua chapoteando contra la carne se hizo cada vez más fuerte.

—¡ja, ja …!

Enterró el rostro en el cuello de Jazmín, y Kane mordió la suave piel con los dientes. No terminó de un bocado, sino que dejó marcas dondequiera que sus dientes mordían. Lamio suavemente su piel con la lengua, mordisqueando mientras se alejaba. Kane cedió a los deseos de Jazmín y se ocupó de sus asuntos. Trazó las líneas del cuerpo de Jazmín con su mano y luego la hundió entre sus piernas abiertas.

—¡Sí...!

Jazmín se mordió con fuerza el labio inferior. Los largos dedos de Kane frotaron su protuberante clítoris y cavaron más y más profundamente.

—Tú también estás tan mojada, Jazmín.

—Ja... Uh... Manos, aprietan.

Jazmín también movió su mano siguiendo la mano de Kane que la acariciaba debajo. El aliento de Kane se escapó de sus dientes mientras frotaba el glande que sostenía debajo.

—Jazmín...—, gritó, sacando la lengua, y ella tomó su lengua en su boca y la chupó. Jazmín se excitaba más ante el sonido de su boca y sus orejas se enrojecieron, pero solo abrazó el cuello de Kane con más fuerza. Su aliento caliente escapaba de sus labios. Los dedos, que sólo recorrían la zona sin penetrar en la abertura, tocaban accidentalmente su clítoris.

Kane abrió mucho la boca y deboro los labios de Jazmín. Él también estaba fuera de sí. Jazmín ni siquiera parecía saber cuánta fuerza estaba poniendo en sus manos. Sentí que me iba a correr, así que me concentre un poco más en el beso. Jazmín movía sus caderas cada vez que Kane tocaba su coño, presionando sus pechos en el cuerpo de Kane.

Era lindo que ni siquiera se diera cuenta de lo traviesa que estaba siendo, pero también estaba cegada por la excitación. Kane deslizó su dedo medio debajo. Las apretadas paredes interiores sujetaron su dedo.

—¡Hmph…!

Jazmín contuvo el aliento, a pesar de que todavía se estaban besando. Kane hundió más profundamente la lengua en su boca. Resistiendo la tentación de lamer hasta el fondo de su garganta. Él lamió el interior de su boca, tan afectuosamente como siempre lo había hecho. Lamí cada centímetro de su boca, lengua, dientes, paladar, por todos lados, mientras movía los dedos.

Deslizo los dedos dentro y fuera de su abertura, frotando las paredes llenas de baches y tocó el clítoris con el pulgar.

—Ja, uh, sí... Ah, por favor...

Jazmín levantó la cabeza bruscamente dejo de agarrar su pene y envolvió los brazos alrededor del cuello de Kane. Kane volvió a enterrar su rostro en la curva de su cuello como acababa de hacer. Su cálido y húmedo aliento tocó su piel.

—Qué quieres que haga, bebé, dime.

—Ahhh… Cómo, ah, dedo…

No pudo formar una oración correctamente. Kane deslizó otro dedo. Luego movió la muñeca con fuerza contra las paredes interiores. —¡ah!— Jazmín dejó escapar un gemido parecido a un grito, y él la abrazó más fuerte.

—Si me tocas así, ja, se siente raro, uf, raro...

—Entonces, ¿cómo te gusta?

Preguntó Kane, besando la oreja de Jazmín. Se metió el lóbulo de su oreja en la boca y la masticó. Una voz apremiante llenó sus oídos.

—Oh, yo, el amo… ¡Ah…!

—Llámame por mi nombre. Deja de lado mi título.

—Amo, ah, amo, por favor no siga presionando, se siente raro...

Jazmín apenas logró pronunciar las palabras, Kane se burló de ella y la reprimenda volvió. Kane no pudo evitar decir: —Hmph. Se rio como un niño.

—No más.

Kane se levantó, sosteniendo en sus brazos a Jazmín, que seguía sentada sobre su regazo. Las ondas en el agua que empapaban sus cuerpos se hicieron más grandes.

—¿oh...?— Los grandes ojos de Jazmín se abrieron aún más por la vergüenza. Kane puso sus manos debajo de sus muslos y se alejó. Jazmín se retorció.

—¡Tengo miedo, amo!

—No es amo, si no Kane.

—… ¡Kane! Mis pies, no es...

Jazmín se estiró de puntillas, pero no pudo tocar el suelo. Kane dijo con voz bastante severa mientras caminaba hacia la cama.

—Te vas a caer. Agárrate fuerte, es peligroso si te caes.

Jazmín rodeó el cuello de Kane con sus brazos, abrazándolo con fuerza hasta que sus brazos se pusieron pálidos. Kane se acercó a la cama y la acostó. El agua que había empapado su cuerpo se dispersó enfriando su cuerpo. Cuando Jazmín tembló por el frio, Kane la envolvió con una manta y se subió encima de ella. Me enfrenté a su expresión hosca.

—¿Qué pasa, bebé?

Preguntó Kane, golpeando la nariz de Jazmín con la suya. Apretó sus labios y susurré suavemente, lo que provocó que Jazmín tartamudeara y apenas abriera la boca.

—Bueno, si te caías en el camino...

—eh.

Respondió Kane quitando la manta de su cuerpo y la abrazó. Desde el escote hacia abajo, beso con los labios y luego se alejó. Moviendo lentamente su mano, la deslizó entre sus piernas y lentamente las separó. Revelando su húmedo y mojado interior. Como tampoco pude lograr que mi erección disminuyera, así que lentamente me froté contra su muslo, esperando a que dijera algo.

—... Estaba tratando de pedirte que asumieras la responsabilidad.

—¿Pero te decepcionó que no desapareciera? 

Jazmín negó con la cabeza.

—La seguridad es importante. El amo podría lastimarse y mañana tengo que volver a trabajar. Y si me lastimo la espalda, no voy a poder…

Mientras murmuraba, Kane presionó su pene en la abertura de Jazmín y empujó con fuerza.

—Puaj…!

Jazmín inclinó la cabeza hacia atrás mientras su pene se hundía dentro de ella. Suspiro... Kane dejó escapar un suspiro y apretó sus pechos, luego agarró su cintura con ambas manos.

—No tienes que hacer nada, nada.

—Ah... duele...

—No es necesario, Jazmín...

Sujeto con fuerza la cintura de Jazmín y empujo con movimientos rapidos. ¡shick, shick! El sonido de la carne chocando contra la carne era fuerte. Jazmín echó la cabeza hacia atrás y gimió, incapaz de recuperar el aliento mientras la polla de Kane la llenaba.

—Bebé.

Kane también estaba frunciendo el ceño. El fondo estaba demasiado apretado. Pensó que sería más fácil si entraba y salía una vez más. Él se agachó para besarla. Las manos de Jazmín buscaron a tientas sobre el cuerpo de Kane, tocando su cintura y agarrando su pecho. Jazmín se mordió el labio inferior mientras su cuerpo temblaba salvajemente.

Como no tenía de donde sostenerse. Todo lo que podía hacer era colocar con cuidado sus manos temblorosas a los lados del cuerpo de Kane.

—Me gustaría poder abrazarte un poco más.

Kane agarro sus brazos y los puso sobre sus hombros, luego se sumergió más profundo, presionando su clítoris. Un grito gutural surgió de la boca de Jazmín y, con un gruñido de dolor, Kane comenzó a embestirla. ¡Disco, disco, disco! El trasero empalado se movió rápidamente y Jazmín buscó a tientas, deslizando sus manos por la espalda de Kane y lo abrazo. Kane besó la mejilla de Jazmín y mordisqueó el lóbulo de su oreja con los dientes. Mientras lo hacía, Jazmín lo apretaba debajo, giro su cuerpo para acurrucarse más cerca de él.

—¡Ah, eh…! Jo, Duro, ¡ah, vámonos…!

A pesar de las súplicas de Jazmín, la mente de Kane era un desastre. Quería meterse más adentro, liberarse en lo más profundo de su interior, donde nadie la había tocado antes, dar todo lo que tenía. Kane agarró ambos antebrazos de Jazmín con sus manos y los mantuvo juntos. Lo apretaba con tanta fuerza que sintió como si fuera a explotar y la atrajo hacia su cuerpo.

El sonido de la carne chocando contra la carne fue crudo y Jazmín sacudió la cabeza violentamente. ¡Duele, duele...! Sin embargo, la voz que salió ya estaba acalorada. El sonido fue amortiguado por el dolor, y le rogó a Kane que la abrazara un poco más, que lo enterrara profundamente dentro de ella.

¿Qué hombre no se enamoraría de tan dulce voz? Kane se enterró un poco más profundo entre sus labios que lo apretaban con mucha fuerza.

—Hola...! ¡ah! ¡ah! Ah, bien. ¡Kane, amo, ut, señor, por favor...!

El líquido que salía de debajo de Jazmín lubrificó y facilitó el paso. La sensación de su gran pene rozando su interior fue un gran estímulo. El cuerpo de Jazmín se estremecía con cada empuje, cada roce de los labios de Kane. Incliné la cabeza hacia atrás y arqueé la espalda hacia adelante. La parte superior de su cuerpo se levantó, pero no había ningún lugar donde apoyarse. La mano que sostenía Kane extendió los dedos, respiró hondo y se dejó caer sobre la cama.

—Ah... Ah, ah, no...

Ella giró la parte superior de su cuerpo, tratando de zafarse de su agarre. Kane se agachó y enterró el rostro en el hueco de su cuello. Mordió su tierna carne y la embistió una vez más.

—Suspiro…

Luego eyaculó libremente en lo más profundo de ella. La expresión de Jazmín se arrugó y su parte inferior se tensó. Al mismo tiempo, Jazmín sacó la lengua mientras el semen caía.

—Eh...

Kane se levantó, miró su lengua que asomaba entre sus labios rojos y volvió a bajar la parte superior de su cuerpo. Saboreó el sabor de la lengua de Jazmín, todavía húmeda por el resplandor del placer. Para satisfacción de mi corazón.

—Mmmm... Uhhh, ehh...

Jazmín pudo sentir la polla de Kane hincharse nuevamente dentro de su coño. No, no. Ya no puedo hacer esto, pensó mentalmente, pero le encantaba sentir los labios de Kane chupando su lengua así que envolvió sus brazos alrededor de su cuello.

Cuando Jazmín abrió sus pesados ​​párpados, ya estaba amaneciendo. Ella parpadeó y lentamente se levantó, sin sentir ni un poco de malestar a pesar de la pesadez en su cuerpo. Miró hacia abajo y se dio cuenta de que estaba desnuda. Agarro la manta y se cubrió. Cuando pasó la mano a su lado, sintió el lugar frio. Aparté la mirada y luego me gire nuevamente. Sólo entonces Jazmín miro hacia la mesa junto a la chimenea. Kane estaba sentado con las piernas cruzadas, con los ojos fijos leyendo un libro, a un lado del fuego.

—¿Estás despierta?

Preguntó con un tono amigable, Jazmín agacho la cabeza y asintió. Kane dejó suavemente su libro y se levantó. Su sombra se acercó sin hacer ruido. Kane agarró la barbilla de Jazmín y lentamente levantó su cabeza. Luego se acercó y la beso. Sosteniendo su barbilla, abrió sus labios y deslizó la lengua dentro.

Nuestra saliva está ligeramente enredada. Jazmín sintió la punta de la lengua de Kane haciéndole cosquillas en el paladar y su aliento envolvió cuidadosamente su boca. Subiendo lentamente a la cama, Kane se subió encima de ella. Jazmín estaba nuevamente acostada sobre la cama demasiado asustada para moverse, y parpadeó con sus grandes ojos mirando a Kane, que estaba encima de ella apoyado en sus brazos.

—A Jazmín le gustan los besos.

—¿En serio? ¿Te gusta que te bese?

Pregunté, inclinando la cabeza y con una sonrisa en mi rostro. Jazmín frunció los labios y dudo.

—¿Eh? Dime.

Kane acarició la mejilla de Jazmín y la animó a responder. Cuando Jazmín se mordió el labio inferior, él pasó el dorso de su dedo por los labios y, cuando ella frunció el ceño, presionó ligeramente el dedo entre sus cejas.

—Acordamos ser honestos, Jazmín.

La voz de Kane era tranquila. Pero la mente de Jazmín no. Surgió como una gran ola en una playa tormentosa.

—Que sea honesta, amo, no sabe de lo que está hablando.

Jazmín respiró hondo, luego abrió los brazos, agarró a Kane por el cuello y lo atrajo hacia ella. Kane, tomado por sorpresa, se quedó congelado en los brazos de Jazmín, incapaz de hacer nada. Jazmín acunó la cabeza de Kane entre sus brazos. Ella murmuró contra su cabello, sin siquiera darse cuenta de que estaba desnuda.

—Me gusta hacerlo con mi… amo. Me gusta besar a mi amo. También me gusta cuando mi amo me besa... y me abraza. Oh, por supuesto, hay momentos en los que me duele ahí abajo, y si lo empuja muy profundo, pica, pero puede ignorarlo. Aun así, incluso si solo está jugando conmigo, todavía me gusta hacerlo con el amo…

Kane permaneció rígido mientras escuchaba la historia de Jazmín. Él ni siquiera parpadeó, simplemente permaneció en sus brazos. Ah. Mi corazón se derrite. Kane siempre se había derretido en presencia de Jazmín, pero ahora se había derretido en una masa sin forma. Kane cerró lentamente los ojos. Enterró su nariz en la piel perfumada de Jazmín. Inhaló el aroma de su cuerpo mientras exhalaba.

—Te amo, Jazmín. Yo realmente…

Kane murmuró para sí mismo, pero Jazmín lo escucho y respondió: —Yo también—. Las comisuras de su boca se curvaron hacia arriba en respuesta. Después de un momento de silencio, fue Jazmín quien habló primero.

—Bueno, ¿qué estabas haciendo de todos modos? Todavía es temprano…

—Estaba investigando las leyes del país para ver si podíamos casarnos oficialmente.

Jazmín levantó la vista en lugar de responder. Cuando sus miradas se encontraron, Kane beso su frente. Después de un momento de duda, acercó sus labios a los suyos y susurró.

—Vas a ser mi esposa y vas a ser mi mujer.

Por primera vez, Kane decidió no ocultar más sus sentimientos que había albergado por mucho tiempo. Así como Jazmín había confesado sus miedos, Kane también fortaleció su determinación en su corazón de que podía sacrificar cualquier cosa por Jazmín.

El joven Kane estaba sentado en su estudio, donde prácticamente quedó atrapado. Su padre, el gran duque de Stone, no estaba contento con él por hablar en presencia de un noble que visitó la mansión. Dicen que se aprovecha de su dinero y su título para tratar descuidadamente a su esposa y tomar una nueva amante, un noble que tenía una fuerte preferencia por las mujeres. Esas palabras habían presionado un botón.

—Tsk, estoy siendo tímido...

Kane cruzó las piernas y apoyó la barbilla en el brazo, sobre su escritorio. Mientras leía a medias un libro que hojeaba las páginas, escuché un leve golpe en la puerta y respondí brevemente.

—Adelante.

Para ser un niño, su voz era bastante majestuosa. Era hijo de una prestigiosa familia noble. Al contrario de lo que pensó nadie entro por la puerta de inmediato. Definitivamente escucho que golpeaban la puerta. Kane habló de nuevo.

—Puedes entrar.

A pesar de decirlo, todavía no había movimiento al otro lado de la puerta. ¿Ha venido un fantasma de visita? Kane, que nació sin miedo, dejo el libro que estaba leyendo y se levantó de su silla. Cruzo apresuradamente la sala de estudio y abrió la puerta. No me moleste en alzar la mirada. Inclinando el rostro se encontró con una chica con un vestido azul claro. En la bandeja que sostenía llevaba una taza de té negro y varios tipos de galletas.

—¿Quién ordenó esto, Jazmín?

La joven Jazmín se mordió el labio al oír la voz de Kane. No importa cuántas veces le ordenara que aunque la obligaran no hiciera esto o aquello, ella siempre lo hacía. Ella había oído que si tienes la costumbre de no hacer nada, te volverás perezosa cuando creciera, y los sirvientes que la regañaban constantemente no eran muy buenos.

—No te regañaré. Jazmín, ¿quién te dijo que me trajeras esto?

Jazmín tenía un lado frágil. No adulaba como los demás hijos de los sirvientes en la mansión, no se enfurruñaba, no se portaba mal y no dejaba que su falta de educación se notara en ocasiones. Si no hubiera conocido a Jazmín antes de que naciera, era tan callada que no habría sabido que existía.

—Solo dámelo. Yo lo llevaré.

—... Yo.

—Te lo daré.

Mientras hablaba, Kane le arrebató la bandeja de las manos a Jazmín y caminó hacia una mesa en la terraza. Dejando la bandeja, le hizo una seña a Jazmín, que todavía estaba parada en la puerta. Jazmín se acercó con pasos cortos. Kane se sentó primero en la silla y Jazmín se paró frente a él.

—Jazmín eres realmente tonta.

Kane sonrió suavemente y agarró los costados de Jazmín con ambas manos, levantándola. La senté en mi regazo y tomé una galleta del tazón, la corté en dos y puse un pedazo en la mano de Jazmín. Detrás de Jazmín, que estaba comiendo su galleta, Kane suspiró suavemente. Luego recargo la frente en su hombro.

Cuando los nobles llegaban a la mansión, era una molestia saludarlos, y todo lo relacionado con ellos era una molestia. Estaba cansado de los saludos, de la hospitalidad, de tratarlos y observar las opiniones de los demás para descubrir qué beneficios podía obtener de cada familia. Me preguntaba si algún día cuando tuviera un territorio, sería lo mismo.

¿Me vería obligado a ponerme una máscara y sonreír, y estaría codiciando la riqueza y el honor de los demás? Estaba cansado, aburrido. Mi cuerpo se sentía más lánguido y más pesado de lo habitual. No podía esperar a que llegara la noche para dormir. Entonces todo estaría bien. En ese momento, Jazmín se agitó en sus brazos.

Kane aflojo el agarre de su brazo alrededor de su cintura. Se preguntó si era porque tenía problemas para respirar; ella todavía era una niña frágil. Pero por mucho que relajara su agarre, Jazmín todavía se retorcía. ¿Se sentirá incómoda? entonces Kane bajo la mirada y miró a Jazmín. La galleta que le entregué a Jazmín estaba cortada por la mitad.

—¿Qué ocurre?

Jazmín puso la galleta que tenía en la mano en la boca de Kane. Jazmín parecía haber notado que estaba decaído y exhausto. Parecía que la pequeña niña está tratando de consolarlo un poco, se echó a reír y volvió a recargar su frente en el hombro de Jazmín.

—Eres la única en esta mansión que sabe cómo me siento.

Dijo algo que no parecía un lamento. Cerrando los ojos, Jazmín dejó la galleta que tenía en la mano sobre el tazón.

—Pequeño amo…

Jazmín susurró, como si estuviera compartiendo un secreto.

—Si.

—...Sabes las galletas.

—Sí, dime.

—El té y eso… lo traje conmigo. Por qué el pequeño amo parecía estar de mal humor…

Entonces, no debo regañar a los demás. Kane arqueo la ceja ante el comentario de Jazmín y después frunció el ceño. Apretó los dientes, agarro la barbilla de la niña y preguntó.

—Bebé, no hiciste esto porque querías comer galletas, ¿verdad?

—¿Qué?

Jazmín se giró, nuestras miradas se encontraron. Al ver la mirada avergonzada de Jazmín, Kane fingió no darse cuenta, ocultando su expresión traviesa la miro con una mirada fría. Sacudiendo la cabeza, temerosa de mirarlo a los ojos Jazmín murmuró para sí misma: —No es verdad... yo... El corazón de Kane se derritió ante su vacilación y la preocupación compasiva que sentía por mí.

Mis sentimientos retorcidos se dirigieron directamente hacia Jazmín. Al final, una sonrisa apareció en los labios de Kane. Kane se echó a reír, apoyando su frente en la espalda de Jazmín, sacudiendo todo su cuerpo. Jazmín lo escuchó reír.

—No, pequeño amo, realmente no lo traje porque quisiera comerlas, lo juro.

Ella continuó divagando como si estuviera buscando una excusa. Después de reír por un rato, finalmente dejó escapar un suspiro y abrazó a Jazmín con fuerza. Jazmín cerró la boca mientras trataba de explicar que no trajo las galletas porque quería comerlas.

—Jazmín…

—...Sí.

—Gracias. Me siento mejor.

¿Siempre había visto así a la niña? No, la había visto así desde hacía mucho tiempo, tal vez desde siempre. Jazmín siempre fue leal a Kane. Y siempre lo seguía con la mirada, y si sus miradas se encontraban, rápidamente lo evitaba.

A menudo me preguntaba si merecía ese tipo de confianza, pero claro, si ella estaba dando todo lo que podía, supongo que no debería preocuparme demasiado. Kane se dio cuenta vagamente de que esto eventualmente evolucionaría de una confianza ciega a un sentimiento que pasaría al siguiente nivel.




Comentarios