5. Dantalion Lou Baal

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Dantalion Lou Baal.

A la temprana edad de 18 años, tuvo que hacerse cargo del Título de Gran Duque de Baal, porque el Gran Duque y su esposa habían muerto en un accidente. No había tal cosa como la alegría en su repetitiva vida como metrónomo. Era indiferente a todo, siempre inexpresivo, excepto cuando tenía que hacer una expresión por trabajo.

Sus padres, que se habían casado por compromiso, no podían hablarle sobre el amor o el cálido afecto. Lo mismo ocurría con su prometida, quien había sido elegida por sus padres. Dado que el compromiso fue impuesto por voluntad de sus padres, no la suya, no había forma de que ella tuviera dulces sentimientos por él. Por eso no supo ser amado, y naturalmente no supo amar.

Sin embargo, que fuera indiferente a todo no significaba que no se sintiera frustrado. Su aburrida vida era monótona y siempre le producía una opresión en el pecho como si no pudiera respirar. Obviamente, a pesar de que tenía la libertad en sus manos, no sabía cómo disfrutarla, por lo que solo miraba al mundo exterior inexpresivo como si fuera un esclavo encarcelado en una jaula.

Con el paso de los días, Dantalion se sintió asfixiado como una persona sumergida en aguas profundas. Pero no sabía cómo deshacerse de esta sensación. Se sentía como un vegetal que simplemente continuaba por el camino establecido, cosecha, venta, preparación y cocción.

Tan pronto como tuvo el funeral de sus padres, se convirtió en el nuevo propietario del Gran Ducado de Baal y arregló los desordenados asuntos familiares, se casó con su prometida, a quien sus padres habían escogido... e incluso en su primera noche, se sintió frustrado.

«Erección obligatoria, penetración obligatoria, envestidas obligatorias y eyaculación obligatoria»

Todo era obligatorio. No fue difícil porque aprendí algo sobre sexo. Todo lo que tenía que hacer era tocar el agujero de la mujer que se convirtió en mi esposa, y cuando el área alrededor comenzara a humedecerse, tenía que meter allí mi erección. Quizás ella sintió lo mismo.

Se vio obligada a abrirle las piernas a Dantalion, a aceptar sus gestos, aceptar que le metiera el pene su nuevo marido quien se vio obligado a quitarle su virginidad. Y poco después llegó la noticia de la relación.

Definitivamente era algo por lo que debía estar contento... pero no sentí las abrumadoras emociones que había visto o escuchado debía sentir. Como siempre era indiferente.

Tendría un hijo para suceder el título de Gran Duque. Ya sea una niña o un niño, había planeado pasarle el titulo sin importarle el género, por lo que ya no tendría la necesidad de tener sexo obligatorio con su esposa. Solo con eso pensé que tenía un problema menos.

«Cuando mis padres se enteraron de la noticia de que iba a nacer, ¿abran pensando lo mismo que yo ahora?» En ese momento sentí un poco de náuseas, pero no duraron mucho.

Para celebrar, preparé un obsequio obligatorio para mi esposa a través del mayordomo. Eso fue todo. No hizo nada bueno, pero tampoco hizo nada malo. Lo que quiera comer, lo que quiera tener, a dónde quiera ir. Porque ella me permitió hacer lo que yo quisiera.

Sin embargo, no íbamos juntos a las fiestas. Era más cómodo para los dos, a menos que fuera un banquete donde los dos estuviéramos obligados a asistir juntos. No era un dulce marido, pero al menos era el mejor marido en un matrimonio político. No era una dulce esposa, pero tampoco tenía que serlo.

Cuidó al bebe en su vientre sin mucho esfuerzo, era buena manejando a los empleados para que no pudieran hacer ningún rumor y continuó bien sus actividades sociales en su posición como anfitriona de la Gran Casa de Baal, donde la gente se sentía incómoda.

A lo largo de su matrimonio, Dantalion nunca se había preocupado por Ansalim, por lo que se puede decir era la esposa perfecta, incluso si estaban casados ​​por compromiso. Por lo tanto, cuando Dantalion se enteró de que ella había dado su último aliento durante el parto, su funeral fue nada menos como el de un miembro de la familia imperial.

Aunque fue por un corto periodo de tiempo, alrededor de un año, fue una cortesía para la mujer que estuvo hombro con hombro como mi compañera en la vida. Algunas damas nobles cercanas a ella cuando era joven expresaron sus condolencias en el funeral, pero nadie derramó lágrimas ya que ella también vivió una vida no muy diferente a la suya.

«¿Así sería su funeral en un futuro lejano? Me sentí amargado»

Nunca había creído en la existencia de Dios en toda su vida, pero oró ese día con la esperanza de que Dios existiera.

«Que su próxima vida sea más próspera y feliz que esta» Cuando vio por primera vez al niño que dejó atrás, Dantalion no tuvo un cambio significativo en sus emociones.

La primera impresión que tuve de mi hija cuando la conocí fue: arrugada y fea.

—... La llamaré Delaney.

Todo lo que tenía que hacer era darle un nombre. Después de eso, dejé todo en manos de su niñera y casi me olvido de su existencia. Nació a través de un matrimonio político de todos modos. Le daba apoyo financiero pero no tenía suficiente afecto como para hacerle caso.

Al menos hasta que la niña vino primero a mí, —¡papá - papá!

Con un cuerpo pequeño con extremidades flacas, ni siquiera llegaba a mis muslos. Tal vez todavía no podía hablar correctamente, sus pies estaban arrugados.

Y con su pequeña mano agarro mis pantalones sin dudarlo.

—¡papá!

Puede que no haya visto a Delaney en años, pero me llamo papá tan pronto como me vio. «Nunca antes me había visto, entonces ¿cómo pudo reconocerme de inmediato?»

—Oye, es papá.

Delaney me tendió los brazos como pidiéndome que la cargue con una gran sonrisa. Dantalion sostuvo a su hija en sus brazos como si estuviera poseído.

Cálido calor, el suave olor de la piel de la niña, lindos ojos puros. Sabía qué era su sangre, pero se sintió extraño enfrentarla ahora que creció un poco. Su cabello negro, ojos rojos. Se parecía tanto a él que cualquiera podría decir que era su hija.

—¡Papá, papal!

—Sí, soy tu padre.

Delaney, que lo reconoció de inmediato, le sonrió sin darse cuenta. Entonces ella, que estaba en sus brazos, también se rio.

—¡Lo grabaré! Es mi favorito.

—¿Lo grabaré. Es mi favorito?

Dantalion miró de soslayo a la niñera ante las desconocidas palabras, pero la niñera negó con la cabeza como si no supiera. Entre ellos, Delaney solo toco la cara de Dantalion como si le gustara.

Sintiendo el toque, pensó Dantalion.

«¿Alguna vez he permitido que alguien toque mi cara?»

En resumen, ni una sola vez. Pero, tal vez sea porque es mi hija quien heredó mi sangre. Extrañamente, no quería quitar su mano. Así que voluntariamente permití que me tocara.

Ella se parece mucho a mí, me siento extraño.

—Mi papá es muy guapo.

Delaney continuó visitando a Dantalion después de ese día. No había podido venir porque aún no podía caminar sola, pero desde el momento en que pudo hablar y caminar sola, lo persiguió.

—Papá, papá, ¿cómo estás? Papá es el hombre más guapo del mundo.

Decía palabras desconocidas sin dudarlo y me decía que era guapo todo el tiempo.

—¡Papá, es el más guapo de todo el país!

—Princesa, ¿dónde aprendiste eso?

Cuando le pregunté, ella no respondió. Solo le decía palabras halagadoras todos los días que eran vergonzosas de escuchar.

—Soy una persona muy afortunada. Nací como la hija de mi padre.

Además, «¿por qué te hace tan feliz tener un padre tan contundente como yo?» Había muchas cosas que no podía entender de ella.

«¿Son los niños normalmente tan ciegos a sus padres?»

También dudaba al respecto, Dantalion negó fácilmente al recordar cuando era un niño. Era obvio que Delaney era única.

—¡Éste! Line lo dibujo. ¡Papá y Line!

—Papá, golpea el cielo bang bang. Tengo miedo de dormir sola... ¿Me puedo dormir contigo?

Se dice que los niños que son criados por su niñera suelen sentirse más apegados a la niñera que a sus padres... pero Line no, ella está más apegada a él.

No es que fuera amable con todo el mundo. La única persona con quien Delaney era amable era con él. Entonces Dantalion se sintió aún más extraño.

Al escuchar su voz como alondra llamándome papá, mi pecho sentía cosquillas. Desde eso ahora podía reconocerla con solo escuchar sus pasos corriendo. Que anda por la mansión buscándome. Mejillas suaves, labios encantadores y lindos dedos.

—¡Papá! ¡Estás de vuelta!

—¡Papá! ¿Cuándo vas a cenar? Jeje, Line comerá cuando papá coma!

—Papá, ¿estás cansado? ¡Line te trajo un té! ¡Bébelo! ¡Te aliviara del cansancio!

Me sorprendía ver a Delaney persiguiéndome, y me pregunté cuánto tiempo iba a hacerlo, así que solo la deje, pero antes de darme cuenta, comencé a preocuparme cuando no la veía.

Cuando recuperé mis sentidos tardíamente, ya estaba empapado con la pequeña niña del tamaño de un guisante.

—No ha venido mi princesa en estos días.

—Ah... es... en realidad es porque se resfrió...

—¿Se resfrió? ¿Por qué no me lo dijiste de inmediato?

—Lo siento, lo siento, Su Gracia. La princesa me pidió que no le dijera nada. Dijo que no quería que su alteza se preocupara cuando ya estaba muy ocupado.

En el momento en que lo escuchó, la mente de Dantalion se puso en blanco.

«¿Una niña que solo tiene cinco o seis años se preocupa por mí...? ¿O significa que le importo?»

Pensé que lo que estaba haciendo era muy lindo, así que a pesar de que solo me hablaba, simplemente me dejó en paz... Se disgustó, como si no tuviera nada más qué pensar fue directamente a la habitación de Delaney. Era la primera vez que la buscaba.

—... Escuché que te resfriaste.

—Oh, no tenías que venir... lo siento. No quise molestarte.

—¿Quién se molestó? Eso es ridículo.

—Pero... tos, suelo molestarte...

—Si vas a decir esas tonterías, será mejor que te calles.

—Jeje... Mi papá es el más guapo del mundo. Por eso no quiero que me odies...

—¿Quién te odia?

—Solo... no quiero que te molestes.

Dicho esto, Dantalion se sintió disgustado por la pequeña mano que temblaba agarrando la manta. Deseaba que no estuviera nerviosa.

—Eso no sucederá.

Dijo Dantalion, acariciando la mejilla de Delaney con su gran mano.

—No hay nada que puedas hacer para molestarme.

—Jeje, entonces me alegro...

Con esa pálida sonrisa, Dantalion sintió una sensación desconocida como si su mundo sin color estuviera brillando intensamente. No podía dejar de caminar por la ansiedad, y se dio cuenta de que estaba paseando por la habitación de Delaney.

Es la primera vez que se preocupa por alguien. Delaney se acercó sigilosamente y llamó a la puerta de su corazón, y en un abrir y cerrar de ojos se expandió a la mitad, tal vez incluso más.

No podía negarlo más. Delaney era una parte bastante importante de su corazón. Cuando Dantalion se despertó, fijó su visión borrosa y parpadeó sin comprender. Luego sonrió feliz con la calidez que sentía entre sus brazos.

—...bebé.

Derramó una lluvia de besos sobre la pálida mujer que había estado atormentando toda la noche, y enterró su rostro en su cuello.

—Te amo.

—Uf... ¿Qué pasa? ¿Ya te despertaste?

Después de despertarse, Delaney bostezó una vez y miró a Dantalion. Murmuro como si le hubiera molestado el ataque de besos mientras dormía, pero no lo apartó. Parece que le gusto la palabra —te amo— que le susurró al oído con un tono lánguido.

—Yo también te amo más que a nadie en el mundo.

Dijo Delaney, frotando su rostro contra su sólido pecho.

—Excepto la primera noche. Odié a mi papá ese día.

—...Lo siento.

Puso su cabecita entre sus brazos y él acarició suavemente su cabello desordenado sobre la cama. Delaney cerró los ojos cómodamente, dejándose voluntariamente a su toque.

—Duerme un poco más.

—Bueno... no. Me quedaré así por un rato... y me despertaré cuando papá se levante.

Para Dantalion, su pasado cuando el mundo no tenía color y era estrecho y aburrido, era ahora un pasado lejano. Porque ahora todo su mundo había sido pintado por Delaney.

Dantalion, quien seguía acariciando cariñosamente la espalda de Delaney, tranquilo como si acabara de recordar lo que quería preguntar dijo.

—Bebé, ¿Sabes?

Era sospechoso que hiciera una pregunta de repente. Y Delaney, que había estado luchando para no quedarse dormida con lo que pregunto después volvió a sus sentidos en un instante.

—¿Por qué compraste un pene falso?

—¿Qué? ¿Un pene falso?

«¿Cómo sabes sobre eso?» Avergonzada, sonrió y se apresuró a evadir.

—Vaya, ¿cuándo compré tal cosa...?

«¿Eh? No, espera un minuto. Había desaparecido»

—¿Lo tiraste? ¿Pero lo puse en el cajón de mi cómoda?

Dantalion, que no tenía nada que ocultar, respondió con una sonrisa.

—Sí, papá lo tiró.

Entonces Delaney abrió mucho los ojos y miró a Dantalion.

—¿Lo tiraste? Eso era mío. ¿Por qué hiciste eso?

—Mi hija compró una cosa tan vergonzosa y, por supuesto, la tire. Además, no es muy agradable que otra cosa que no sea mi pene entre en el coño de mi bebé.

—No, no ¡Quién dice esa estupidez! ¡Eso es una locura! ¿No es peor un padre que viene en la oscuridad de la noche y hace cosas grotescas?

—¿Qué, que? ¿En la oscuridad, grotesco... Papá?

—¡Entonces qué diablos es esto!

—Todo esto es porque amo mucho a mi princesa...

—¡Ah! ¡No seas ridículo! ¡Sabes cuánto oro tuve que gastar por el pene falso, y sin preguntarme simplemente lo tiraste como un bastardo astuto!

—Acaso tú

El rostro de Dantalion se oscureció notablemente ante la palabra bastardo, que salió después.

—¡Con razón era raro cuando desapareció! ¡¡Oh, qué desperdicio!!

—¿Es un desperdicio? Tienes el pene de papá ¿quieres desperdiciar tu tiempo con eso?

—¿Qué no lo sabes lo compré con mi propio dinero? ¡¡Lo compré con mi dinero de bolsillo!!

—Mi, mi dinero... ¿Qué?

Dantalion puso los ojos en blanco confundido ante las palabras que decía rápidamente.

Luego, decidiendo que sería difícil obtener la respuesta que quería, rápidamente besó a Delaney.

—¡Emm...!

Delaney trato de continuar la conversación, pero su boca fue obstruida con los labios de su padre, solo sonrió como si estuviera frustrada con los labios de su padre. Gracias a esto, a Dantalion le resultó muy fácil sacar la lengua. Su suave y caliente lengua se retorció como una serpiente en las encías de Delaney.

«Tiraste mi pene falso. ¿Y ahora me besas antes de resolver el problema?»

Delaney pensó eso y lo miró fijamente. Entonces Dantalion entre cerro los ojos y sonrió.

—Te amo..

Sus ojos rojos que encontré parecían decir exactamente eso. Con un cosquilleo, Delaney dejó escapar un gemido, luego lo besó suavemente y dijo:

—Ese es...

—¿Qué?

—Eso es, el... pene falso. Es solo que... Seguía teniendo sueños traviesos con mi padre... Por eso lo compré. Pensé que estaba frustrada.

Mientras murmuraba con la cara ligeramente roja, enterró su rostro en los brazos de Dantalion con vergüenza.

—... Te lo estoy diciendo porque no quiero que lo malinterpretes.

Estaba complacido con la respuesta de Delaney y sonrió. Dantalion abrazó a Delaney con más fuerza.

Era una mañana agradable como si fuera un sueño.

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