Capítulo 6

 

El mar en Busan estaba realmente frío. Cuando vivía en Corea, escuché vagamente que Busan era cálido, pero eso no parecía aplicarse a la playa. Mido le dijo a Yong sun que vigilara a Eun seo en la furgoneta debía asegurarse de que no fuera a ninguna parte, y luego se fue. Cuando la puerta del auto se abrió por un instante, Eun seo se despertó por la brisa fría que entró.

Aún faltaba una hora para el amanecer. No muy lejos, el equipo de filmación estaba ocupado preparándose para el rodaje, Mido estaba sentado en una silla con su nombre escrito, revisando el guion.

—Me gustaría salir fuera por un momento.

—No puedo dejar que te bajes. Mi hermano me matará.

Dijo Yong sun con cara de preocupación. Al final, me quede sentada en el auto y simplemente vi la filmación de la película de Mido. Hacía tanto frío que podía oír el viento soplar con fuerza. Observe que Mido solo vestía una delgada camisa con traje para la filmación, inconscientemente le dije a Yong sun.

—Se va a resfriar así.

—Oh, no, probablemente lleva muchas compresas calientes debajo del traje.

Un par de botones de su camisa los tenía desabrochados dejando su cuello descubierto particularmente expuesto al frío.

—Cuando no esté filmando al menos que use una bufanda...

—No le gusta porque le incomoda. Pero desde que lo conozco mi hermano goza de una buena salud nunca se ha resfriado. Tal vez sea porque es hijo del director de un hospital. Cuida mucho su salud.

—Ha sido así desde que era niño. Él se cuida mucho.

Eun seo que de repente recordó su infancia respondió inconscientemente. Sabía que Mido era un heredero de quinta generación y era muy querido en casa. Pero el director Kang había sido estricto con su hijo solo en su educación, quien lo crio saludablemente fue su madre que desde pequeño lo alimento con todo tipo de cosas que decían eran buenas para la salud.  Mido le dio lo mismo que él comía en secreto a Eun seo. Quizás por eso no me había enfermado ni resfriado desde que conocí a Mido.

—Si pareces preocupada frente a mi hermano en vez de mí, él se pondría muy feliz.

Yong sun dijo cuidadosamente, rascándose la nuca.

—Oye, ¿cómo puedo llamarte?

—...Soy Eun seo. Lee Eun seo.

—¿Puedo llamarte hermana Eun seo?

Preguntó con una sonrisa tímida de forma amigable, automáticamente asentí.

—Llámame como te sientas cómodo. Pero no me llames hermana.

Eun seo levemente sonrió y volvió su atención al set de filmación. Para empeorar las cosas, empezó a nevar.

—Oh, no podrán filmar la escena del amanecer.

—¿Qué pasará entonces?

—Por lo general, filmamos otras escenas que se pueden filmar aquí primero. Tendremos que pasar la noche en Busan. Así que tendré que encontrar un hotel.

Yong sun buscó un buen hotel en Busan en su teléfono móvil.

—¡Uf! Hace mucho frío. Está helando.

Hye jung subió a la furgoneta con un sombrero de piel sobre la cabeza con la punta de la nariz roja.

—¿Qué pasó?

—Dicen que la escena del amanecer no la podrán filmar hoy, así que filmarán la escena de Soo Young primero y después se irán a otra ubicación.    

—Supongo que nos quedaremos aquí hasta mañana.

—Supongo que sí. ¿Qué pasa si el sol tampoco sale mañana? Estaremos atrapados otro día en Busan, tenemos que ir a japón en tres días.

Hye jung llegó primero y se subió al coche, Mido se subió después de saludar al director y al personal con una sonrisa. Dejó la puerta de la furgoneta abierta porque pensó que Mido se subiría enseguida. Pero tan pronto como entró cerró la puerta de la furgoneta frunciendo el ceño.

—Está haciendo frío, ¿por qué dejaste la puerta abierta?

—Oh, pensé que subirías enseguida...

—Tu nariz está roja.

Tocó la nariz de Eun seo con su dedo. Mido vestía una gruesa parca sobre su traje, entró y puso una compresa caliente en su bolsillo en la mano de Eun seo.

—Tienes las manos frías. Asegúrate de cerrar la puerta primero, Yong sun.

—Sí. ¡Lo siento, hermano!

—Solo la dejé abierta por un segundo. Tú debes tener mucho más frío si estuviste afuera.

Dijo Eun seo, devolviéndole la compresa caliente a Mido.

—Eun seo, ¿estás preocupada por tu hermano mayor?

—Estaba muy preocupada.

Yong sun respondió rápidamente en lugar de Eun seo.

—¿En verdad?

Preguntó con una sonrisa brillante.

—Sí. A tu cuello parecía darle todo el  frío.

—Ahora que lo pienso, solías comprarme una bufanda todos los años aunque no las usará muy a menudo.

No importa cuántas veces le comprara una bufanda, Mido nunca las usó. Cuando era niño, tomó demasiadas medicinas y odiaba la sensación de fiebre en su cuerpo.

—Si nunca te las pusiste.

—Es verdad, y a pesar de que no lo hacía, tú seguiste comparándolas. Cómprame una de nuevo este año.

—No voy a hacerlo.

—¿No me la vas a comprar?

—No tengo dinero.

—Te daré mi tarjeta. Comprámela.

—¡Mido!

Eun seo se rio a carcajadas.

—Ahora estás riendo, mi querida Eun seo.

Antes de que su sonrisa pudiera desaparecer, se inclinó y besó a Eun seo en los labios.

—¡Vaya!

Hye jung, que había visto todo desde atrás, se sorprendió. Entonces sonó su teléfono móvil.

—Sí, cariño, estoy en Busan.

Hye jung salió a contestar el teléfono, note que a Mido no le gusta que atiendan llamadas personales dentro de la furgoneta.

—Tú también sal.

—Hermano, de ninguna manera…

Fue Yong sun quien noto claramente las intenciones de Mido para Eun seo dentro del coche. Las mejillas de Eun seo se sonrojaron cuando recordó de repente su primer encuentro con Yong sun.

—¡Ya les reservé una habitación, hermano!

—Sal.

Adivinando por la reacción de Mido y las palabras de Yong sun, Eun seo trató apresuradamente de bajar junto con Hye jung de la furgoneta pero Mido la atrapó y la sentó sobre sus piernas.

—¡Si hacen esto aquí, todos lo notaran, hermano!

—Entonces puedes sostener la furgoneta afuera para que no se mueva.

Mido respondió fríamente con una expresión de imposibilidad en su rostro, y sin nada más que decir, Yong sun salió de la furgoneta. Había perdido la cuenta de cuantas veces lo había corrido hoy.

—¿Estás loco?

—Si quieres pensar de esa manera, hazlo.

En realidad, estaba loco mucho antes de que lo pensaras. Mido se rio, tragándose las últimas palabras. Mi Eun seo no necesitas saberlo. Él seguiría siempre junto a ella, así que seguramente lo descubriría, por lo que no había necesidad de asustarla por ahora. En el espejo retrovisor, la mirada de Eun seo decía —De ninguna manera— chocando con la mirada de Mido que decía 'Realmente voy a hacer esto'

—Estás loco... me rindo contigo.

Sus dedos fríos se metieron debajo del suéter de Eun seo.

—¡Ja, no lo hagas!

—Si le dices a un hombre que no haga algo con una voz tan linda, sólo lo pones más cachondo.

Entre sus nalgas, el pene de Mido hacía sentir su inconfundible presencia.

—¿Por qué mueves el trasero así? ¿Quieres que lo meta tan rápido?

Mordisqueo la parte posterior de su cuello mientras masajeaba suavemente su nalga temblorosa con una mano. Con la otra pellizcaba unos de sus pezones en la cima de su pecho sin sostén, las nalgas de Eun seo frotaban con fuerza el pene dentro de sus pantalones.

¿Empecé a ponerme duro desde antes de que Yong sun saliera? ¿Su pene se puso duro incluso antes de tocarla?

Cuando raspe la punta de su pezón con las uñas, Eun seo arqueó la espalda.

—¡Oh mí!

—Shh... Nos puede ver Hye jung, aunque probablemente Yong sun esté por aquí. Si descubren que estoy teniendo sexo en la furgoneta, estaré en problemas. La gente lo podrá notar si pasan por aquí, no estamos lejos. Podrían hasta oírte gemir.

—Para. Para, por favor…

En lugar de parar, Mido metió la mano debajo de su falda. Como el bulto caliente en su trasero, su cuerpo reaccionaba ante su toque. Desde antes, cada vez que la unión de las pantimedias frotaba su punto sensible, Eun seo cruzaba las piernas. No podía creer que no usar bragas me hiciera sentir tan extraño.

—Pararé si me dices qué es este líquido viscoso que tengo en los dedos.

Sobre las pantimedias frotó su clítoris y una vertiginosa ola de estimulación golpeó su cabeza. Eun seo jadeó y gritó, luego él agitó sus dedos ante sus ojos, los dedos que habían estado jugando en el interior de su falda, brillaban con sus jugos.

—¿Eh? ¿Qué es esto?

—De verdad, de verdad... suspiró, ¿vas a parar?

—Si respondes correctamente.

Su otra mano todavía acariciaba persistentemente su pezón.

—... Un líquido...

—Esa respuesta es muy aburrida. Por favor di algo más obsceno, ¿de acuerdo? Mi buena Eun seo, sabes la respuesta correcta, ¿verdad?

Sus mirada llorosa y la mirada de Mido que inclinaba la cabeza, chocaron frenéticamente a través del espejo retrovisor en el asiento del conductor.

—¡Yong sun! ¿Está Mido adentro?

Al escuchar a alguien que preguntaba, Eun seo se cubrió la boca con ambas manos. La figura de Yong sun apareció de repente desde el frente de la furgoneta. Un hombre que llevaba un collar y parecía ser miembro del personal se acercó señalando la furgoneta.

—Oh, está durmiendo.

—Por desgracia, debo informarle que el guion ha sido cambiado aquí.

Podía escuchar la conversación de afuera, así que no había forma de que no pudieran escuchar sus gemidos. Eun seo negó vigorosamente con la cabeza, pero Mido continuó. Podía ver a Yong sun mirar la furgoneta con una expresión preocupada. Sentí que nuestras miradas podrían encontrarse.

—Las ventanas están polarizadas, por lo que no podían vernos, pero era posible que pudieran oírnos.

—¿Qué cambió? Hablaré con él más tarde, cuando despierte.

—Ah, el dios en la página 125, justo aquí.

Los dos hombres que veían el guion en su mano juntaron las cabezas frente al parabrisas de la furgoneta. A Eun seo se le escapó un gemido. Mido deslizó sus dedos más adentro en el coño de Eun seo. Junto con sus dedos metió sus medias en su interior. Mido miró a Eun seo, que se tapaba la boca con ambas manos mientras lloraba, con una mirada infinitamente amorosa y afectiva.

Con la lengua lamió obscenamente las lágrimas que corrían por sus mejillas, hasta las comisuras de sus ojos. En lugar de lágrimas, su saliva fluyó por su mejilla.

—Tsk... um…

—Las medias de mujer son muy elásticas. Veamos hasta dónde se pueden estirar.

Cuando movió los dos dedos a la vez, la media se rasgó haciendo un chasquido. Ya no más. Eun seo llenó sus pulmones de aire y estiró las manos hacia el asiento delantero intentando huir de él. Ji-ik. Cuando alcanzó el asiento delantero con ambas manos, ella trató de levantarse, él aprovechó desabrochando sus pantalones y con un movimiento rápido se inclinó sobre su espalda y metió con precisión su pene por detrás entre las medias que había rasgado.

—¡Ja!

Sentí que mis pulmones iban a estallar. Mis pechos desnudos expuestos por el suéter medio levantado, fueron aplastados contra el soporte del asiento delantero.

—Ah, ¿por eso dijiste que el coche se movería? 

Medio arrodillado comenzó a embestirla.

—¡Hmph!

Agarró sus brazos y los puso detrás de su espalda, Eun seo seguía forcejeando. Los mantuvo juntos sobre su cadera, disfrutando satisfactoriamente cada estocada, las paredes internas se contraen y aprietan su pene como si se estuvieran amoldando. Después de volver a ver a Lee Eun-seo, realmente sentí como si se me hubiera zafado un tornillo. Mido se excitaba hasta con su respiración, quería hacerla suya en cualquier momento, en cualquier lugar, sin preocuparse de que pudieran verlos.

—¿Eh? ¿No ya despertó Mido?

Se escuchó un gemido de Eun seo fuera, y el miembro del personal levantó la vista del guion y miró la furgoneta.

—Mi hermano Mido, ayer se quedó despierto toda la noche así que no creo que se haya despertado. ¿Puedes cortar esta parte de aquí?

—Sí. Buen trabajo, Yong sun.

Yong sun rápidamente terminó la conversación, mirando la furgoneta.

—Mido, es demasiado profundo. Es demasiado...

Cada vez que me penetra siento como si me estuviera apuñalando, su pene llegaba más profundo de lo normal. Cada vez que golpeaba en lo más profundo de mi interior, dejaba escapar un gemido sin aliento.

¡Disco! Excitado por las palabras de Eun seo, Mido metió salvajemente el pene entre sus nalgas haciendo más profundas sus estocadas. Sus nalgas expuestas, envueltas en medias, fueron aplastadas bajo el peso de su pelvis.

—Eun seo, ¿quieres que termine dentro de ti?

—¡Mido, no!

Gritó Eun seo, tan sorprendida que olvidó que Yong sun seguía afuera.

No llevaba siquiera bragas. Si se venía dentro de ella, fluirá su semen de entre sus piernas. Mido debió pensar lo mismo, así que movió su cintura con más rapidez.

—Las medias son negras, por lo que será más visible con fluye el semen blanco. ¿Verdad?

¿Qué quieres que responda? Mientras se hacía la pregunta, Mido pronto contuvo el clímax que se acercaba. Te estoy castigando. Por huir de mí, por no confiar en mí, te domesticaré completamente, para que no puedas vivir sin mí. Dominare tu cuerpo para que se ajuste al mío, de modo que anheles mi tacto ante la más mínima provocación.

—Entonces, ¿cómo calmaras mi deseo?

Soltando los brazos de Eun seo con una sonrisa claramente deseándolo, tocó sus labios con las yemas de los dedos mientras ella emitía un gemido. Dándose cuenta de lo que eso significaba en esta situación, asintió.

—Prueba dilo con palabras.

—Te haré... una mamada.  

—Mi amable Eun seo.

Sonrió peligrosamente con el rostro terriblemente perturbado.

Este no era Kang Mido del pasado que escuchaba todo lo que decía Eun-seo. ¿Debería considerar su extraña actitud como parte del paso del tiempo? ¿Dónde está mi Mido, que se quejaba pero renunciaba cuando le decía que no quería?

—Tú me hiciste así, así que tú tienes la culpa.

—Por favor, no lo hagas afuera… no lo hagas dentro… hmm…

Con una cara que decía que era obvio lo que estaba pensando en su cabecita, salió de Eun seo justo antes de llegar al clímax. Se sentó en su asiento reclinándose, con las piernas abiertas, como si nada.

—Ja…

Se veía fatigado y decadente mientras exhala con dificultad y distraídamente se echa hacia atrás su flequillo ligeramente sudoroso. Parecía que simplemente estaba ahí sentado luciendo un poco cansado. Si no fuera por el pene rojo oscuro que sobresalía sobre su pantalón. Eun seo tragó saliva viéndolo, de pie obscenamente, untado con sus jugo de amor. Sintió la boca seca.

—Es tiempo de que Hye jung regrese ya habrá terminado su llamada.

Él instó con indiferencia por el comportamiento de Eun seo. Eun seo se arrodilló frente a él. Mido abrió más las piernas para que ella pudiera acercarse.

—Tsk…

Deslizó lentamente la punta dentro de su boca, los gemidos reprimidos de Mido hicieron que llorara y su interior se calentó.

—Eres tan jodidamente torpe, Eun seo.

Aun así, se emocionaba cada vez más con lo que hacía Eun seo. 

Jugo chup... tsk tsk... chup… chup

Él agarró su cabeza y empujó su pene, que tenía la mitad en la boca, por completo hasta su garganta.

—¡Uf! ¡Uy

Él llenó su boca con su pene, la torturó tanto que no podía respirar, su mente sádica no menguaba. Él entró y salió de su boca unas cuantas veces más, y se vino, sintiendo un fuerte y desagradable sabor en la boca.

—Puaj… 

Antes de que pudiera disfrutar el resplandor de su eyaculación, frunció el ceño viendo a Eun seo con su semen aun en la boca, que era incapaz de tragar o escupir.

—Trágalo, ¿de acuerdo?

El semen que fluía por la comisura de su boca lo detuvo con su dedo y lo regresó a su boca. Trago. El resplandor por eyacular lo volvió a invadir observando cómo se movía su garganta.

—Estás toda empapada con mi semen, tanto arriba como abajo.

—Detente, ahora por favor…

Como si nada hubiera pasado me subí los pantalones cogí una botella de agua y sacie mi sed.

—¡Puaj!

—Necesito mantener tu boca limpia.

Besando a Eun seo, vertí un poco de agua dentro de su boca y ella la bebió como una niña. Después de entregarle la botella en su mano, la sentó y se arrodilló abriendo las piernas de Eun seo con fuerza quedando en posiciones opuestas. Arrodillado frente a ella metió la cabeza entre sus piernas, chupo su parte abierta con las medias desgarradas a su alrededor cubierto de fluidos corporales.

tsk tsk... chup… chup

—Debo limpiar también aquí, dejándolo limpio como si no hubiera pasado nada.

—Umm... Mmm... Haa...

—No te emociones, Eun seo, solo te estoy limpiando.

Lamió limpiando la parte inferior de Eun seo con la lengua. Cuando se lo tragó todo, su corazón se derritió como nieve.

—¿Por qué te has vuelto tan… malo?

—Para empezar, siempre fui malo. Solo actuaba como un perro obediente contigo.   

No sabía que era tan malvado como decía Miyo. No le interesaban las demás personas, ni tampoco le importaba. Eun seo es mía. Saltándose la posesividad, ella era la única que le importaba. 

—Si quieres que vuelva a comportarme como tu perro obediente, júrame que te quedarás a mi lado y nunca más me abandonarás, ¿de acuerdo?

Dijo levantando la cabeza de entre sus piernas con una mirada suplicante en sus ojos. Casi extendí la mano para acariciar su rostro con esos ojos lastimeros. Apretando los puños, Eun seo cerró las piernas y se bajó la falda. Su corazón latía rápido. Me dolió tanto que desvié la mirada hacia la ventana. Pude ver a Hye jung corriendo a lo lejos, con su teléfono móvil en la mano y una sonrisa en su rostro.

¿Se divirtió hablando con su amante?

Hye jung, que había salido emocionada para hablar por teléfono, abrió con fuerza la puerta de la furgoneta.

—¡Perdón por llegar tarde!

—¿Crees que tengo que esperarte?

Mido estaba molesto como si en realidad nada hubiera pasado.

—Hermano, lo siento mucho.

Yong sun fingiendo que no sabía nada se subió en el asiento del conductor al ver que Hye jung se había subido. Olía levemente a cigarrillo, debió haber fumado fuera del auto. No pude ver el rostro de Yong sun por el espejo retrovisor.

—¿Por qué hace tanto calor aquí? Yong sun, baja la calefacción.

Eun seo se sonrojó innecesariamente.

—Hermano, el asistente de dirección me dijo que una escena en el guión ha sido cambiada.

—¿De verdad?

Entregando el guion marcado, Yong sun le contó a Mido explicando exactamente lo que dijo el asistente de dirección. Mientras los dos miraban el guion, Hye jung tarareaba buscando algo.

—¿Eh? ¿No viste una botella de agua por aquí? Dejé una nueva.

El cuerpo de Eun seo se puso rígido.

—Tenía sed y la bebí, lo siento.

—Oh, puedo comprar otra. Ho-ho-ho.

Hye jung parece haber disfrutado mucho la llamada telefónica con su amante, solo agitó la mano riéndose. Todavía podía saborear el sabor amargo a pescado con agua en mi boca. Mido, que estaba hablando con Yong sun, se rió en voz baja apretando la botella de agua.

—Tan linda.

—¿Qué?

Yong sun levantó la cabeza al oír el murmullo de Mido y la volvió a bajar con torpeza. Mido acariciaba dulcemente el cabello de Eun seo con la mano, con la mirada fija en el guion. El hotel donde había reservado Yong sun estaba cerca de Haeun dae. En el camino, Eun seo se había quedado dormida apoyada en Mido, no noto cuando la llevó a la habitación en el hotel. 

Cuando desperté, me encontraba en el dormitorio. Tambaleándome me levante de la cama y abrí las cortinas revelando un cielo color ceniza y un mar terriblemente negro que daba un aspecto lúgubre. Tenía un fuerte dolor de cabeza y tampoco tenía fuerzas en la parte inferior de mi cuerpo. Estaba parada frente a la ventana sobre el suelo cubierto con una suave alfombra, y pronto me tumbé sobre la alfombra mientras miraba sorprendida el duro y desnudo paisaje que no me cansaba de mirar.

—No eres tú.

Nunca vine a Busan cuando vivía en Corea. Una vez fui a la isla de Jeju en un viaje escolar en la secundaria. Al escuchar un murmullo, levanté la parte superior de mi cuerpo y vi a Yong sun parado allí, desconcertado, con una bolsa de compras de un restaurante japonés en la mano.

—Así que así es Busan.

Era un paisaje del que nunca me cansaría. De hecho, me gustaba más cuando no salía el sol. Si hubiera hecho buen tiempo con mi mente tan complicada, es posible que me hubiera molestado sin motivo alguno. El clima sombrío es bueno para una persona deprimida. Si Miyo hubiera escuchado eso, la habría regañado, diciendo que eso la deprimiría aún más. Eun seo presionó sus sienes con los dedos.

—¿Eh?

¿Llevaría mucho tiempo ahí con los ojos cerrados?

Alguien abrió la puerta del cuarto y entró, escuché una voz llena de pánico.

—Mi hermano me matara.

—¿Yong sun?

—¡Puaj!

Yong sun se sorprendió y arrojó la bolsa de la compra.

—No esperaba encontrarte tirada sobre la alfombra frente a la ventana. Que alivio. Pensé que te habías ido.

¿Habría sido mejor que me hubiera ido? Me quedé sin palabras mirando el paisaje, ni siquiera pensé en irme mientras Mido no estaba. ¿Realmente me volví una estúpida desde que llegué a Corea? Eun seo se golpeó la cabeza con el puño. Despierta, Eun seo. Tengo la edad para poder decir cualquier cosa con claridad. Ya no soy una niña, si no me protejo, volveré a sentirme sola, volveré al fondo.

—Mi hermano dijo que no has comido nada así que pidió que te trajera esto. El sushi aquí es delicioso.

—¿Dónde está Mido?

—El director lo llamó de repente, así que se fue.

Puse el sushi que Yong sun había traído sobre la mesa. El nigiri estaba un poco desordenado, pero estaba delicioso. Una vez que me metí uno en la boca, me comí dos o tres seguidos.

—Supongo que te gusta el sushi.

—Por favor, come conmigo.

Ella dijo con la boca llena pero Yong sun negó con la cabeza.

—Comí antes.

Me gusta el pescado no importa si está crudo o cocido. Cuando era niña, vi en la televisión un pargo rojo atrapado y exclamé: —¡Mmm! ¡Se ve delicioso! Mido se sorprendió y preguntó por qué veía delicioso un pescado vivo si aún no lo habían cocinado ni hecho sashimi.

—Mido no come pescado.

—¿Oh, en serio? Parece que no le gusta mucho, ¿pero si lo come?

No le gustaba el pescado porque decía que era asqueroso, incluso cuando le ofrecí un bocado de sushi él mantuvo la boca cerrada, pero si ha comido pescado durante los últimos ocho años. Eun seo se rió ante ese cambio.

—Supongo que te gusta mucho mi hermano. 

Eun seo se detuvo cuando recogía un sushi con sus palillos.

—¿Me veo así?

—Sí. Simplemente pensé que era una celebridad sin vida personal, incluso cuando era un novato nunca salió con nadie.

Probablemente fue porque temía que el director Kang lo matara a golpes. Eun seo conocía el carácter del director Kang. Cuando le dijo que dejaría la escuela de medicina para convertirse en celebridad, tuvo suerte de que no le rompiera la pierna. El director Kang era muy estricto con Mido. Que debió haber sentido cuando su hijo, quien creía seguiría sus pasos porque es inteligente y bueno estudiando, dijo que abandonaría la escuela de medicina.

—Parecía tener cierta convicción. Por eso me gusta.

—Veo.

—¿Y tu hermana?

—...A mí me gustaba.

—No sueles hacer eso con alguien que te gustaba.

 Ante las duras palabras de Yong sun. Eun seo silenciosamente se metió el sushi en la boca.

—Aún te gusta.

—¿Puedes por favor sacarme de aquí?

No tenía ni un centavo en este momento. Necesitaba que me volvieran a emitir un pasaporte, y si de alguna manera pudiera hablar por teléfono con Miyo, todo eso se solucionará. 

Ding dong ding dong ding dong

En ese momento, el timbre de la puerta empezó a sonar como loco. Como si eso no fuera suficiente, escuche golpes desde afuera, alguien pateaba la puerta.

—Yong sun, sé que estás ahí, ¡abre la puerta! ¡Date prisa!

—¡Cliente! ¡No puedes hacer eso! 

Se podía escuchar débilmente la voz reprensiva de un miembro del personal del hotel. Yong sun, que reconoció la voz de Miyo, murmuró: —¿Qué debo hacer?— Luego, cuando ella volvió a gritar se escuchó la voz de la Sra. Jeong, la madre de Mido, rápidamente abrió la puerta.

—¡Deberías haber abierto desde hace mucho!

—Sí disculpa, ¿cómo supieron que estábamos aquí?

—¿Hye jung es un adorno? Le pregunté a Hye jung porque sé que tú y Mido le dirían que no dijera nada.

Hye jung era la hermana menor del amigo de Miyo. Ella era leal a Miyo y le contó a pesar de que le habían pedido que no lo hiciera.

—Hola señora.

Miyo entró primero, empujando a Yong sun, seguida por la Sra. Jeong, que vestía un traje de dos piezas gris plateado finamente confeccionado. Cuando Yong sun inclinó la cabeza a modo de saludo la Sra. Jeong le dio una palmada en el hombro y le dijo:

—Me gustaría hablar con Eun seo, por favor danos espacio Yong sun.

—Oh... Sí. Señora.

—No se lo digas a Mido y, si realmente necesitas hacerlo, espera media hora.

Yong sun quedó devastado cuando le pidió que no se lo dijera a Mido pero su rostro se iluminó cuando escuchó que esperara media hora. Al menos no moriría a manos de Mido. Pensando en irse de inmediato, Yong sun dudó y miró a Eun seo con una expresión ansiosa. La mirada en sus ojos era como si estuviera mirando a una pobre mujer enfrentándose a la familia del hombre quienes le habían pedido que rompiera con él. 

—¿Por qué no dejas de escribir tu novela y sales de aquí?

Miyo, que había pateado el trasero a Yong sun, gritó. Yong sun salió de la habitación repitiendo una y otra vez, media hora en su mente.

—Hola señora.

—Ha pasado un tiempo, Eun seo.

La Sra. Jeong se acercó primero a Eun seo y le dio un cálido abrazo. Eun seo le devolvió el abrazo, su pequeño y cálido abrazo se sintió igual que cuando era joven.

—Mi mamá estaba muy molesta porque te fuiste sin decir nada.

—Dios mío, ¿cómo te pareces a tu madre ahora que has perdido la grasa de bebé?

Así como el director Lee y el director Kang eran amigos, su difunta madre, Kim Yu-jeong, y la señora Jeong Su hee también eran amigas. Por lo que estuvo dispuesta a acoger a Eun seo en su casa y cuidarla como si fuera su propia hija por un tiempo. Eun seo era otra hija para la Sra. Jeong.

Era difícil no sorprenderse. Eun seo fue concebida al mismo tiempo que los gemelos, incluso nació al mismo tiempo que su hija mayor, Miyo, en la misma sala de maternidad.

—¿Realmente se parecen tanto?

Sólo podía ver a su madre en la fotografía que ahora llevaba en su cartera.

—Sí. Nos parecemos mucho.

Los ojos de Eun seo estaban llenos de recuerdos de cuando su madre estaba viva. La Sra. Jeong tomó la mano de Eun seo y se sentó junto a ella en la cama.

—Escuché que lo sabías todo.

La madre de Eun seo, Kim Yu jeong, era una mujer muy débil. No podía superar siquiera un leve resfriado, hasta el punto de que era hospitalizada durante 2 o 3 meses al año. Al principio, conoció al director Lee como médico y paciente,  él se enamoró de ella y pronto se casaron.

Con cada año que pasaba de su matrimonio, el cuerpo de Kim Yu jeong se debilitaba más y, para empeorar las cosas, le resultaba muy difícil tener hijos. Hoy en día, con el avance de la tecnología, habría intentado cualquier cosa, pero en aquel entonces era prácticamente una sentencia de infertilidad.

—No sé qué habrá pensado tu madre al dejarte atrás.

La Sra. Jeong tomó el rostro de Eun seo como cuando era joven y continuó acariciando la mano de su hija. Yu jeong estaba bajo mucha presión porque temía que con el paso del tiempo, su cuerpo se debilitara y ya no pudiera tener hijos. Desde el principio, a sus suegros no les agradó Yu jeong, y les pidieron que se divorciaran, y al final, lo que eligieron fue la donación de esperma.

Afortunadamente o desafortunadamente, Yu jeong logró quedar embarazada. Durante su embarazo, el director Lee se emborrachó y se acostó con una enfermera que trabajaba en su hospital y, milagrosamente, ella también quedó embarazada. El director Lee lloró ante la Sra. Jeong y confesó que su embarazo era un milagro, por lo que no podía abandonar a su hijo, que podría ser el primero y el último. Esa era Lee Hannah.

—Pensé que tú también necesitabas una madre y el director Lee no podía criarte solo. Le dije que esperara tres años después de la muerte de Yu jeong  y las trajera. Para entonces, tendrías diez años, así que podrías entenderlo. Además, dijo, que te trataría como si fueras su propia hija y te cuidaría bien.

Me criaron para no sentir envidia delante de los demás. De hecho, incluso la señora Jeong se dejó engañar. Nunca soñó que Eun seo era tratada como una desconocida en esa casa. Prometió que estaría dispuesta a escuchar a Yu jeong  si la culpara, quien probablemente estaba en el cielo viendo como su hija había pasado por momentos difíciles. 

—¡Cómo pudieron enviarte a Francia sin decir una palabra y luego tener la audacia de pedirnos que Mido y Hannah se casen!

La Sra. Jeong, se sintió nuevamente  enojada, estalló en ira golpeándose la rodilla con el puño.

—Escuché que Mido y Hannah salieron.

—Sí. Toda Corea estaba alborotada, así que no hay forma de que no lo sepas.

Ante la mención de Hannah, Miyo dejó escapar un largo suspiro.

—Eun seo, eso es...

—Espera un minuto, Miyo.

La Sra. Jeong extendió la mano para impedir que Miyo dijera algo y miró a Eun seo a los ojos durante un largo momento.

—Antes de decirte esto, necesito preguntarte algo, Eun seo.

—Sí, tía. Por favor dime.

—¿Te gusta nuestro Mido?

Pensé que la Sra. Jeong, quien la había amado desde que era niña, le daría la bienvenida, nunca pensé que la recibiría como compañera de Mido. En ese momento, también pensé que si supieran que ella no era la hija biológica del director Lee, no habría manera de que la familia de Mido le diera la bienvenida.

Aunque quería huir de sí misma por usar a Mido, tenía mucho más miedo de que eso fuera descubierto y los cuatro miembros de la familia Kang que la habían tratado con tanta calidez cambiarían de opinión.

—...

—Te pregunto, dejando aparte a mí y al padre de Mido, pero si mi opinión te importa, no quiero que salgas con Mido.

—¡Mamá!

Los ojos de la Sra. Jeong todavía la miraban cálidamente. Pero sus palabras le dolieron tanto como Eun seo había pensado hace ocho años. Era exactamente como lo había imaginado. Sabía que le diría algo como eso. Me preguntó qué esperaba. Eun seo se obligó a sonreírle a la Sra. Jeong.

—Lo haré. Lo haré, señora.

Aun así, al menos la mirada de la señora Jeong seguía siendo tan amable como antes, si eso le servía de consuelo. Eun seo se tapó la boca con ambas manos. Inmediatamente, los sollozos brotaron de sus labios apretados.


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