Eun seo se
despertó de sus recuerdos al escucharlo
hablar afectuosamente mientras acariciaba su cabeza. El rostro de Mido estaba
frente a ella. El chico de mis recuerdos ya no existía. Frente a ella
estaba Kang Mi-do convertido en todo un hombre.
—¿En qué estás
pensando que no puedes oírme?
El cabello de Eun
seo todavía seguía húmedo por el baño. La había bañado y después secado con una
toalla.
—Sécate también
el pelo. Te resfriaras.
Ignorando su
enojo, se secó con una toalla y entró en el vestidor. En sus manos nuevamente
traía ropa de mujer, un suéter grueso, unos jeans azul oscuro y un abrigo de
cachemira color marfil.
—No tiene sentido
que me pongas esposas.
Después de
confirmar que la mayor parte del líquido se había terminado, Mido le quitó la
intravenosa a Eun seo.
—Esa no es mi
ropa.
—Es tu ropa.
No recuerdo haber
comprado ropa como esa. ¿Cómo puede afirmar que la ropa de mujer
en su casa era mía? Nunca imaginé que Mido saliera con otra mujer. Mi
corazón latía con fuerza y bajé la cabeza.
—¿Te duele algo?
Eun seo negó con
la cabeza porque no podía hablar, era como si algo estuviera atascado en su
garganta.
—Date prisa y
vístete, la sra Jeong vendrá a buscarte.
—... No quiero.
—Lee Eun seo.
Sus largos y
elegantes dedos agarraron la barbilla de Eun seo y levantaron su rostro. Mido
la miró con una sonrisa en su rostro. Le hizo suavemente cosquillas en la
barbilla con los dedos, era como si estuviera acariciando a un cachorro.
—¿Estás celosa?
Con su pulgar
rozó sus labios ásperos. Eun seo no respondió, pero Mido parecía complacido,
incluso la empezó a vestir para que ella no se molestara en hacerlo.
¿De quién será
esta ropa?
Tenía curiosidad
pero no pregunté. Era estúpido preguntar sabiendo que me haria daño. A pesar de
la calidez de la cachemira que envolvía su cuerpo, Eun seo sentía frío.
—Hmm... ¿Supongo
que es demasiado usar jeans sin bragas?
Deslizó
casualmente los dedos entre sus piernas, sobre su raja.
—¿Qué? ¿Te
pusiste cachonda? ¿Solo te toque? Eso definitivamente no es mi semen.
Dijo con una mirada
traviesa , y pasó los dedos un par de veces más, haciendo que se estremeciera
derramando jugo de amor.
—¡No!
—Solo lo estoy
diciendo porque estoy preocupado. Tengo que limpiarte, debo sacar todo lo que
vertí en ti, ¿no?
Era un
desperdicio sacarlo pero sabía que no podría hacer un buen trabajo si pensaba
en Eun seo húmeda con su semen derramándose cada vez que caminaba. En lo único
en lo que pensaría sería en arrancarle las bragas para después meterse dentro
de ella. Imaginándolo Mido sonrió significativamente.
—Usa esto.
Regresó al
vestuario trajo unas pantimedias negras y una falda de punto que le llegaba
hasta las rodillas.
—Mido, quiero que
me devuelvas mi bolso y mi maleta.
—Te dije que los
tiré.
—Ahí estaba mi
pasaporte y...
—Tu cabeza parece
haber empeorado desde la última vez que te vi. Eun seo, ¿creías que bromeaba
cuando dije que te mantendría encerrada?
Realmente podía
simplemente llevarla a mi villa en la montaña que nadie conocía y ahí
encerrarla. Sin embargo, quería descartar esa posibilidad. Quería estar junto a
Eun seo tanto como fuera posible.
—De ahora en
adelante, no irás a ninguna parte a menos que vayas conmigo. ¿Pasaporte? No
seas ridícula. ¿A dónde irás esta vez?
—Tengo alguien en
Francia con quien me voy a casar.
—¡Ja, ja, ja!
—Así que no hagas
esto.
Ante eso, Mido
arrojó un teléfono celular sobre su
regazo.
—Llama y dile que
venga, entonces. Dile que tu ex te tiene cautiva, así es, pídele que venga a
salvarte. Cuando ese bastardo llegue, te dejaré ir.
Me quedé mirando
el teléfono en mi regazo.
—Eun seo.
Se sentó frente a
Eun seo en la cama y apoyó la cabeza en su regazo. El cabello de Mido, aún
estaba húmedo, llamó su atención y sus dedos se movieron, quería tocarlo.
—Miré los
contactos en tu teléfono y solo tienes
dos personas agendadas, tu tía y Miyo. Si vas a mentir, tendrás que
hacerlo mejor, ok.
No había pensado
en mi teléfono. Mi cabeza no funciona junto a Mido.
—Ponte la ropa
antes de que yo te la ponga.
Aprovecharé la
oportunidad y huiré de aquí. Nunca más volveré a Corea.
Quería volver a
verlo desde lejos cuando regresara a Corea. Pensé que podía hacerlo si le
preguntaba a Miyo donde se encontraba. Decidí no sentirme mal si tenía a
alguien a su lado. Me reí por eso. No llevaba ropa interior, sólo unas medias y
una falda. La sensación de las medias rozando contra su parte íntima le
resultaba desconocida.
Terminé de
vestirme y me di la vuelta, noté que la mirada de Mido se quedó fija en mi
falda. Crucé las piernas sin ningún motivo, sentí como si pudiera ver a través
de mi falda mi parte más íntima.
—Eres linda, Eun
seo.
La seductora que
sacude su culo mientras meto mi polla desapareció, me sentí satisfecho al verla
tímida y avergonzada por mi mirada.
—Eres una
celebridad.
—¿Te enteraste
siquiera de que soy un actor?
En lugar de
soltarla, la agarró por la cintura y esta vez la abrazó.
—Si te
fotografían...
—Quédate quieta.
Si dices una palabra más, meteré la mano debajo de tu falda.
—¡Kang Mido!
—¿Crees que
puedes decir mi nombre tan fuerte aquí?
Eun seo volvió a
mirar a su alrededor y notó que no había nadie. Comparado con ella, Mido, era
una figura pública, pero no se preocupaba por su entorno y tomó a Eun seo en
sus brazos mientras tomaba el ascensor hasta el tercer piso del sótano.
—Oh hola.
Envolvió su brazo
alrededor de los hombros de Eun seo cuando se bajaron del ascensor, y ella se
apartó bruscamente, dando un paso atrás. Caminamos y vio a Yong sun, el manager
de Mido que conocí hace un rato, esperaba frente a una furgoneta e inclinó la cabeza.
—Ah... ne...
Eun seo inclinó
la cabeza avergonzada, Yong sun rápidamente abrió la puerta trasera de la
furgoneta. En el interior, Hye jung, su estilista que estaba organizando su
ropa, dejó escapar un pequeño chillido de sorpresa.
—Hermano, ¿quién
es?
—Mi amante.
Mido respondió
brevemente, subiendo primero a Eun seo. Quería preguntar más con una expresión curiosa, pero Hye jung
cerró suavemente la boca viendo la expresión rígida de Eun seo y la inexpresiva
de Mido. Usando el espejo retrovisor, le hizo la pregunta a Yong sun que está
en el asiento del conductor, pero Yong sun también evitó la mirada de Hye jung.
—¿Irá con
nosotros a Busan?
—No te preocupes
por eso.
—Sí.
—No voy a ir a
Busan.
Eun seo dijo con
un suspiro. ¿Por qué demonios iría con él al trabajo?
—Eun seo, tú
también cállate.
Mido le advirtió
inexpresivamente mientras le abrochaba el cinturón de seguridad a Eun seo. Al
abrochar el cinturón agarró furtivamente las piernas expuestas de Eun seo y
ella se puso rígida. Sus ojos brillaban con la intención de que si decía una
palabra más, usaría a las dos personas en el auto como biombo y la sometería.
—Simplemente haz
lo que te digo.
—Entonces, ¿dónde
terminará esto?
—¿Qué tan lejos
quieres llegar?
—Quiero llegar
hasta el final contigo.
—Puedo hacerlo.
Puedes ir conmigo. Te llevaré allí, Eun seo.
¿Por qué todavía
me dice cosas tan dulces?
Estaba muy
asustada cuando mi madre, la única persona que me había amado, murió. Mi padre
me tomó de la mano y me dejó en la casa de Mido. Una casa que no conocía,
objetos que no conocía, gente que no conocía. Incluso entonces, mi padre me
miraba como si fuera una extraña, lo que hacía que fuera más tímida frente a
extraños. Quería llorar porque quería ver a mi mamá, pero me contuve y solo
miraba al suelo cuando Mido me habló.
—Llámame 'hermano
mayor'.
Una amiga que iba
al mismo jardín de infancia que yo presumía de tener un —hermano mayor—. Cuando
le pregunté qué era un 'hermano mayor', dijo que era alguien que te protegía.
Las palabras —Llámame hermano mayor— sonaron como un mantra: —Te protegeré de
ahora en adelante—.
—¿Sabes lo
aliviado que me sentí al escuchar esas palabras?
Eun seo giró la
cabeza y miró hacia la ventana sin responder. Puso un cojín en la cintura de
Eun seo y una vez más volvió a medir la temperatura de su frente con el dorso
de la mano.
—Ya no tienes
fiebre.
Daba igual, era
una leve fiebre. No estaba enferma. Simplemente tenía fiebre porque le dolían
los músculos por tener demasiado sexo. Eun seo cerró los ojos porque no podía
dejar de sentir su mirada fija a un lado de su rostro. Escuché un pequeño
suspiro, pero aún sentía su mirada sobre mí, así que no abrí los ojos.
La zona de
descanso al amanecer estaba tranquila. Cuando el auto pareció detenerse ella
abrió los ojos, Mido dejó a Hye jung en su asiento y salió del auto con Yong
sun.
—¿Eres realmente
la amante de Mido?
—No.
Estaba demasiado
asustada para preguntar frente a Mido, pero cuando él se bajó, Hye jung comenzó
a hablar.
—Oye, esta es la
primera vez que conozco a una mujer que dice mi hermano que es su amante.
—Creía que tenía
muchas amantes.
—¡Dios mío, no
hay nadie que tenga una vida privada tan limpia como mi hermano!
Dijo Hye jung,
poniéndose del lado de Mido. De hecho, entre las muchas estrellas que había
conocido hasta ahora, nunca había conocido a ninguna cuya vida privada fuera
tan limpia como la de Mido. Sólo una vez hubo alguien que dejó una mancha en su
carrera como actor, pero no importaba porque ahora ella era la perra nacional.
—¿Eres realmente
la primera relación que tiene, bueno excepto de hace 4 años?
Entonces, ¿la
ropa de mujer que había en su casa pertenecía a la mujer con la que salió hace
4 años?
—Wow, ¿de verdad
no lo entiendes? Esa maldita perra realmente arruinó la imagen de mi hermano.
—No, lo siento.
—¿Oh Dios?
Realmente existe alguien que no conoce a Lee Hannah, se escuchó mucho sobre
ella en ese entonces. Hubo mucho alboroto en Corea por eso.
Habían pasado
como tres años cuando volvió a ver el rostro de Mido en Francia. Mi tía dijo
que había una película taquillera interesante, así que fui al cine y casi me
desmayo. Después de eso, todo lo que hice fue escribir el nombre de Kang Mido en
Internet. Se me llenaron los ojos de lágrimas mientras miraba todas sus fotos
así que no me molesté en volver a escribir su nombre desde entonces.
Cuando le conté a
Miyo que había visto a Mido en el cine, ella me explicó que al final dejó la
escuela de medicina y se convirtió en actor. Eun seo cerró los puños con fuerza
y temblaba, ella nunca supo nada sobre Hannah por parte de Miyo.
—Bien, entiendo.
Dijo Mido,
abriendo la puerta justo cuando Hye jung
estaba a punto de hablar, con un vaso de chocolate caliente en la mano.
—Muévete.
—¡Sí!
Hye jung se calló de inmediato y se trasladó al
asiento trasero.
—¿Tienes fiebre
otra vez?
Mido le preguntó
a Eun seo, que miraba al frente sin parpadear.
—¿Saliste con
Hannah?
—Sí.
Eun seo asintió. Asombroso.
Entiendo. En ese momento verdaderamente estaba celosa de Hannah. Yo no
tengo nada, pero Hannah lo tiene todo. Incluso si Mido saliera con otra mujer,
no quería que saliera con Hannah. Eun seo se rió de sí misma al darse cuenta de
que su egoísmo no era diferente al de hace ocho años.
—¿Eso es todo?
—Solo fue una
duda.
De nuevo.
Nuevamente me sentí disgustada conmigo misma. Sentí náuseas.
—Pregúntame más.
Por qué salí con ella, por qué rompí con ella. Responderé todo.
—No quiero saber.
¿Por qué debería
seguir preguntando y echando sal a la herida solo hacía sentirse disgustada
consigo misma? Sonrió frustrada mientras intentaba cementarlo, arrastrarlo hasta el
fondo.
—Pregúntame.
—¿Por qué
debería?
—Te digo que me
preguntes, Eun seo.
—¿Cómo fue dormir
con mi hermana? ¿Fue mejor que yo?
Ah, esto es lo
peor. Eun
seo pudo ver a Mido ponerse rígido aterradoramente ante sus palabras. Mido dejó
el chocolate en el portavasos del auto y dijo.
—Hye jung,
fuera.
Como si hubiera
estado esperando esas palabras, Hye jung salió corriendo al frío helado sin
abrigo.
—Dilo de nuevo.
Eun seo cerró la
boca con fuerza. Mido giró los hombros de Eun seo para que ella lo mirara frunciendo el ceño.
—¿Sabes cómo es
Hannah? Esta tan ansiosa por complacerme. Es una chica tan presumida y
dominante pero haría cualquier cosa que yo le pida.
—Para.
—¿Sabes lo que es
secarle la sangre a alguien?
—¡Cómo puedo
saber eso!
—¿Por qué no lo
harías? ¡Eso es lo que tu me hiciste!
Por primera vez,
Mido le gritó lleno de ira. Su rostro, contorsionado y herido, no era el Kang
Mido que ella conocía.
—¡Te lo devolví
de la misma manera! ¡De la misma manera que Lee Hannah secó tu sangre y te hizo
huir de mí!
—Eso es... ¿qué
quieres decir?
—¿Qué quiero
decir, Eun seo? ¿Eh? ¿Qué, que quiero decir, Eun seo?
Mido susurró
sonriendo maliciosamente, como si no hubiera gritado. Aunque estaba sonriendo,
su voz todavía estaba llena de ira. Era como si estuviera tratando de contener
lo que guardaba con fuerza en su pecho.
—Hermano, tenemos
que irnos ahora para que podamos llegar antes del amanecer.
Tenía un rodaje en el que necesitaba filmar al amanecer. Su
conversación fue interrumpida por Yong sun, quien abrió la puerta
temblorosamente. Mido no dijo nada, simplemente agarró una manta y la cubrió
con ella.
—Vamos.
No fue hasta que
Hye jung, que todavía estaba temblando afuera, se subió que la furgoneta
arrancó nuevamente.
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