Capítulo 5

 

—Eun seo.

Eun seo se despertó de sus recuerdos ​​al escucharlo hablar afectuosamente mientras acariciaba su cabeza. El rostro de Mido estaba frente a ella. El chico de mis recuerdos ya no existía. Frente a ella estaba Kang Mi-do convertido en todo un hombre.

—¿En qué estás pensando que no puedes oírme?

El cabello de Eun seo todavía seguía húmedo por el baño. La había bañado y después secado con una toalla.

—Sécate también el pelo. Te resfriaras.

Ignorando su enojo, se secó con una toalla y entró en el vestidor. En sus manos nuevamente traía ropa de mujer, un suéter grueso, unos jeans azul oscuro y un abrigo de cachemira color marfil.

—No tiene sentido que me pongas esposas.

Después de confirmar que la mayor parte del líquido se había terminado, Mido le quitó la intravenosa a Eun seo.

—Esa no es mi ropa.

—Es tu ropa.

No recuerdo haber comprado ropa como esa. ¿Cómo puede afirmar que la ropa de mujer en su casa era mía? Nunca imaginé que Mido saliera con otra mujer. Mi corazón latía con fuerza y bajé la cabeza.

—¿Te duele algo?

Eun seo negó con la cabeza porque no podía hablar, era como si algo estuviera atascado en su garganta.

—Date prisa y vístete, la sra Jeong vendrá a buscarte.

—... No quiero.

—Lee Eun seo.

Sus largos y elegantes dedos agarraron la barbilla de Eun seo y levantaron su rostro. Mido la miró con una sonrisa en su rostro. Le hizo suavemente cosquillas en la barbilla con los dedos, era como si estuviera acariciando a un cachorro.

—¿Estás celosa?

Con su pulgar rozó sus labios ásperos. Eun seo no respondió, pero Mido parecía complacido, incluso la empezó a vestir para que ella no se molestara en hacerlo.

¿De quién será esta ropa?

Tenía curiosidad pero no pregunté. Era estúpido preguntar sabiendo que me haria daño. A pesar de la calidez de la cachemira que envolvía su cuerpo, Eun seo sentía frío.

—Hmm... ¿Supongo que es demasiado usar jeans sin bragas?

Deslizó casualmente los dedos entre sus piernas, sobre su raja.

—¿Qué? ¿Te pusiste cachonda? ¿Solo te toque? Eso definitivamente no es mi semen.

Dijo con una mirada traviesa , y pasó los dedos un par de veces más, haciendo que se estremeciera derramando jugo de amor.

—¡No!

—Solo lo estoy diciendo porque estoy preocupado. Tengo que limpiarte, debo sacar todo lo que vertí en ti, ¿no?

Era un desperdicio sacarlo pero sabía que no podría hacer un buen trabajo si pensaba en Eun seo húmeda con su semen derramándose cada vez que caminaba. En lo único en lo que pensaría sería en arrancarle las bragas para después meterse dentro de ella. Imaginándolo Mido sonrió significativamente.

—Usa esto.

Regresó al vestuario trajo unas pantimedias negras y una falda de punto que le llegaba hasta las rodillas.

—Mido, quiero que me devuelvas mi bolso y mi maleta.

—Te dije que los tiré.

—Ahí estaba mi pasaporte y...

—Tu cabeza parece haber empeorado desde la última vez que te vi. Eun seo, ¿creías que bromeaba cuando dije que te mantendría encerrada? 

Realmente podía simplemente llevarla a mi villa en la montaña que nadie conocía y ahí encerrarla. Sin embargo, quería descartar esa posibilidad. Quería estar junto a Eun seo tanto como fuera posible.

—De ahora en adelante, no irás a ninguna parte a menos que vayas conmigo. ¿Pasaporte? No seas ridícula. ¿A dónde irás esta vez?

—Tengo alguien en Francia con quien me voy a casar.

—¡Ja, ja, ja!

—Así que no hagas esto.

Ante eso, Mido arrojó un  teléfono celular sobre su regazo.

—Llama y dile que venga, entonces. Dile que tu ex te tiene cautiva, así es, pídele que venga a salvarte. Cuando ese bastardo llegue, te dejaré ir.

Me quedé mirando el teléfono en mi regazo.

—Eun seo.

Se sentó frente a Eun seo en la cama y apoyó la cabeza en su regazo. El cabello de Mido, aún estaba húmedo, llamó su atención y sus dedos se movieron, quería tocarlo.

—Miré los contactos en tu teléfono y solo tienes  dos personas agendadas, tu tía y Miyo. Si vas a mentir, tendrás que hacerlo mejor, ok.

No había pensado en mi teléfono. Mi cabeza no funciona junto a Mido.

—Ponte la ropa antes de que yo te la ponga.

Aprovecharé la oportunidad y huiré de aquí. Nunca más volveré a Corea.

Quería volver a verlo desde lejos cuando regresara a Corea. Pensé que podía hacerlo si le preguntaba a Miyo donde se encontraba. Decidí no sentirme mal si tenía a alguien a su lado. Me reí por eso. No llevaba ropa interior, sólo unas medias y una falda. La sensación de las medias rozando contra su parte íntima le resultaba desconocida.

Terminé de vestirme y me di la vuelta, noté que la mirada de Mido se quedó fija en mi falda. Crucé las piernas sin ningún motivo, sentí como si pudiera ver a través de mi falda mi parte más íntima. 

—Eres linda, Eun seo.

La seductora que sacude su culo mientras meto mi polla desapareció, me sentí satisfecho al verla tímida y avergonzada por mi mirada.

—Eres una celebridad.

—¿Te enteraste siquiera de que soy un actor?

En lugar de soltarla, la agarró por la cintura y esta vez la abrazó.

—Si te fotografían...

—Quédate quieta. Si dices una palabra más, meteré la mano debajo de tu falda. 

—¡Kang Mido!

—¿Crees que puedes decir mi nombre tan fuerte aquí?

Eun seo volvió a mirar a su alrededor y notó que no había nadie. Comparado con ella, Mido, era una figura pública, pero no se preocupaba por su entorno y tomó a Eun seo en sus brazos mientras tomaba el ascensor hasta el tercer piso del sótano.

—Oh hola.

Envolvió su brazo alrededor de los hombros de Eun seo cuando se bajaron del ascensor, y ella se apartó bruscamente, dando un paso atrás. Caminamos y vio a Yong sun, el manager de Mido que conocí hace un rato, esperaba frente a una furgoneta e inclinó la cabeza.

—Ah... ne...

Eun seo inclinó la cabeza avergonzada, Yong sun rápidamente abrió la puerta trasera de la furgoneta. En el interior, Hye jung, su estilista que estaba organizando su ropa, dejó escapar un pequeño chillido de sorpresa.

—Hermano, ¿quién es?

—Mi amante.

Mido respondió brevemente, subiendo primero a Eun seo. Quería preguntar más  con una expresión curiosa, pero Hye jung cerró suavemente la boca viendo la expresión rígida de Eun seo y la inexpresiva de Mido. Usando el espejo retrovisor, le hizo la pregunta a Yong sun que está en el asiento del conductor, pero Yong sun también evitó la mirada de Hye jung.

—¿Irá con nosotros a Busan?

—No te preocupes por eso.

—Sí.

—No voy a ir a Busan.

Eun seo dijo con un suspiro. ¿Por qué demonios iría con él al trabajo?

—Eun seo, tú también cállate.

Mido le advirtió inexpresivamente mientras le abrochaba el cinturón de seguridad a Eun seo. Al abrochar el cinturón agarró furtivamente las piernas expuestas de Eun seo y ella se puso rígida. Sus ojos brillaban con la intención de que si decía una palabra más, usaría a las dos personas en el auto como biombo y la sometería.

—Simplemente haz lo que te digo.

—Entonces, ¿dónde terminará esto?

—¿Qué tan lejos quieres llegar?

—Quiero llegar hasta el final contigo.

—Puedo hacerlo. Puedes ir conmigo. Te llevaré allí, Eun seo.

¿Por qué todavía me dice cosas tan dulces?

Estaba muy asustada cuando mi madre, la única persona que me había amado, murió. Mi padre me tomó de la mano y me dejó en la casa de Mido. Una casa que no conocía, objetos que no conocía, gente que no conocía. Incluso entonces, mi padre me miraba como si fuera una extraña, lo que hacía que fuera más tímida frente a extraños. Quería llorar porque quería ver a mi mamá, pero me contuve y solo miraba al suelo cuando Mido me habló.

—Llámame 'hermano mayor'.

Una amiga que iba al mismo jardín de infancia que yo presumía de tener un —hermano mayor—. Cuando le pregunté qué era un 'hermano mayor', dijo que era alguien que te protegía. Las palabras —Llámame hermano mayor— sonaron como un mantra: —Te protegeré de ahora en adelante—.

—¿Sabes lo aliviado que me sentí al escuchar esas palabras?

Eun seo giró la cabeza y miró hacia la ventana sin responder. Puso un cojín en la cintura de Eun seo y una vez más volvió a medir la temperatura de su frente con el dorso de la mano.

—Ya no tienes fiebre.

Daba igual, era una leve fiebre. No estaba enferma. Simplemente tenía fiebre porque le dolían los músculos por tener demasiado sexo. Eun seo cerró los ojos porque no podía dejar de sentir su mirada fija a un lado de su rostro. Escuché un pequeño suspiro, pero aún sentía su mirada sobre mí, así que no abrí los ojos.

La zona de descanso al amanecer estaba tranquila. Cuando el auto pareció detenerse ella abrió los ojos, Mido dejó a Hye jung en su asiento y salió del auto con Yong sun.

—¿Eres realmente la amante de Mido?

—No.

Estaba demasiado asustada para preguntar frente a Mido, pero cuando él se bajó, Hye jung comenzó a hablar.

—Oye, esta es la primera vez que conozco a una mujer que dice mi hermano que es su amante.

—Creía que tenía muchas amantes.

—¡Dios mío, no hay nadie que tenga una vida privada tan limpia como mi hermano!

Dijo Hye jung, poniéndose del lado de Mido. De hecho, entre las muchas estrellas que había conocido hasta ahora, nunca había conocido a ninguna cuya vida privada fuera tan limpia como la de Mido. Sólo una vez hubo alguien que dejó una mancha en su carrera como actor, pero no importaba porque ahora ella era la perra nacional.

—¿Eres realmente la primera relación que tiene, bueno excepto de hace 4 años?

Entonces, ¿la ropa de mujer que había en su casa pertenecía a la mujer con la que salió hace 4 años?

—Wow, ¿de verdad no lo entiendes? Esa maldita perra realmente arruinó la imagen de mi hermano.

—No, lo siento.

—¿Oh Dios? Realmente existe alguien que no conoce a Lee Hannah, se escuchó mucho sobre ella en ese entonces. Hubo mucho alboroto en Corea por eso.

Habían pasado como tres años cuando volvió a ver el rostro de Mido en Francia. Mi tía dijo que había una película taquillera interesante, así que fui al cine y casi me desmayo. Después de eso, todo lo que hice fue escribir el nombre de Kang Mido en Internet. Se me llenaron los ojos de lágrimas mientras miraba todas sus fotos así que no me molesté en volver a escribir su nombre desde entonces.

Cuando le conté a Miyo que había visto a Mido en el cine, ella me explicó que al final dejó la escuela de medicina y se convirtió en actor. Eun seo cerró los puños con fuerza y temblaba, ella nunca supo nada sobre Hannah por parte de Miyo.

—Bien, entiendo.

Dijo Mido, abriendo la puerta justo cuando Hye jung  estaba a punto de hablar, con un vaso de chocolate caliente en la mano.

—Muévete.

—¡Sí!

Hye jung  se calló de inmediato y se trasladó al asiento trasero.

—¿Tienes fiebre otra vez?

Mido le preguntó a Eun seo, que miraba al frente sin parpadear.

—¿Saliste con Hannah?

—Sí.

Eun seo asintió. Asombroso. Entiendo. En ese momento verdaderamente estaba celosa de Hannah. Yo no tengo nada, pero Hannah lo tiene todo. Incluso si Mido saliera con otra mujer, no quería que saliera con Hannah. Eun seo se rió de sí misma al darse cuenta de que su egoísmo no era diferente al de hace ocho años.

—¿Eso es todo?

—Solo fue una duda.

De nuevo. Nuevamente me sentí disgustada conmigo misma. Sentí náuseas.

—Pregúntame más. Por qué salí con ella, por qué rompí con ella. Responderé todo.

—No quiero saber.

¿Por qué debería seguir preguntando y echando sal a la herida solo hacía sentirse disgustada consigo misma? Sonrió frustrada mientras intentaba cementarlo, arrastrarlo hasta el fondo.

—Pregúntame.

—¿Por qué debería?

—Te digo que me preguntes, Eun seo.

—¿Cómo fue dormir con mi hermana? ¿Fue mejor que yo?

Ah, esto es lo peor. Eun seo pudo ver a Mido ponerse rígido aterradoramente ante sus palabras. Mido dejó el chocolate en el portavasos del auto y dijo.

—Hye jung, fuera. 

Como si hubiera estado esperando esas palabras, Hye jung salió corriendo al frío helado sin abrigo.

—Dilo de nuevo.

Eun seo cerró la boca con fuerza. Mido giró los hombros de Eun seo para que ella lo mirara  frunciendo el ceño.

—¿Sabes cómo es Hannah? Esta tan ansiosa por complacerme. Es una chica tan presumida y dominante pero haría cualquier cosa que yo le pida.

—Para.

—¿Sabes lo que es secarle la sangre a alguien?

—¡Cómo puedo saber eso!

—¿Por qué no lo harías? ¡Eso es lo que tu me hiciste!

Por primera vez, Mido le gritó lleno de ira. Su rostro, contorsionado y herido, no era el Kang Mido que ella conocía.

—¡Te lo devolví de la misma manera! ¡De la misma manera que Lee Hannah secó tu sangre y te hizo huir de mí!

—Eso es... ¿qué quieres decir?

—¿Qué quiero decir, Eun seo? ¿Eh? ¿Qué, que quiero decir, Eun seo?

Mido susurró sonriendo maliciosamente, como si no hubiera gritado. Aunque estaba sonriendo, su voz todavía estaba llena de ira. Era como si estuviera tratando de contener lo que guardaba con fuerza en su pecho.

—Hermano, tenemos que irnos ahora para que podamos llegar antes del amanecer.

Tenía un rodaje en el que necesitaba filmar al amanecer. Su conversación fue interrumpida por Yong sun, quien abrió la puerta temblorosamente. Mido no dijo nada, simplemente agarró una manta y la cubrió con ella.

—Vamos.

No fue hasta que Hye jung, que todavía estaba temblando afuera, se subió que la furgoneta arrancó nuevamente.



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