Capítulo 7

 

El tren se detuvo en la estación de Seúl. Camine por la terminal en la misma dirección que el bullicio de gente que bajo, vi una escalera mecánica que conducía a la estación de metro.

Miyo me dio un teléfono celular, dinero en efectivo y una tarjeta, diciendo que la guardara por cualquier emergencia. Me alejé de las escaleras mecánicas y caminé a la parada de taxis y tomé un taxi.

—Ichon-dong.

Las comisuras de mis ojos me ardían. No había llorado tanto en mi vida desde el día que dejé a Mido. No desde el viaje de doce horas en avión rumbo a Francia. Salí de la habitación del hotel sin despedirme de Mido. Probablemente estará muy enojado.

Eun seo se bajó cerca de su casa y caminó por la calle, que había cambiado mucho. Ahora que lo pienso, dejé el abrigo que me regaló Mido en Busan. Camine hacia Ichon-dong pasando por los complejos de apartamentos, se podía ver el área residencial. Sin dudar, toqué el timbre de pie frente a la casa donde nací y crecí.

—¿Quién es?

La voz de la Sra. de servicio no había cambiado.

—Soy Eun seo.

La puerta pronto se abrió gracias a la Sra. que reconoció a Eun seo de inmediato.

—¡Sra., venga! ¡Eun seo está aquí!

Cuando entré en la casa, pude ver como gritaba de alegría dirigiéndose hacia el dormitorio principal. Pronto se abrió la puerta del dormitorio y salió la Sra. Yoon.

—¿Por qué no avisaste con anticipación que ibas a venir?

Habló con calma, con el mismo tono frío que cuando se fue. La Sra. de servicio, que estaba feliz de verla, se giró hacia Eun seo con una expresión avergonzada.

—¿Puedo traerte algo de beber, señorita Eun seo?

—Estoy bien con agua.

Pedí agua porque tenía mucha sed.

—¿Qué pasa con tu ropa?

La Sra. Yoon, que se sentó en la cabecera del sofá criticó la ropa de Eun seo, y puso los ojos en blanco.

—¿Cómo has estado?

La Sra. Yoon miró a Eun seo con ojo crítico. Había perdido peso desde la última vez que la había visto, y era extraño que hubiera llegado sin usar un abrigo, pero no tuvo el valor para preguntar. Pronto, la Sra. de servicio  colocó  un vaso de agua frente a cada una.

—¿Cómo estuvo Francia?

—Bueno, era un país extranjero que no me resultaba familiar, así que no puedo decir que me haya gustado. Especialmente cuando fui allí después de escuchar esa historia.

—Te enviamos porque tu tía dijo que se aseguraría de que no te faltará nada.

—Sí. Y lo hizo, sin falta.

—Ja… Entonces  ¿Cuál es tu problema?

Eun seo era como un soldado respondiendo cada una de las preguntas de la Sra. Yoon, cuya cabeza estaba a punto de explotar, fue como una emboscada.

—Nada. Volví a corea porque dijiste que debía devolverte el favor por criarme. ¿Cuándo he desobedecido a mi madre?

—¿Estás siendo sarcástica?

La madre de Mido tenía aproximadamente la misma edad que la Sra. Yoon, pero había envejecido de manera hermosa y elegante. Ahora que nos volvimos a encontrar, la Sra. Yoon había perdido peso en la barbilla, lo que la hacía lucir más delgada, y no podía ocultar las arrugas de su frente, que siempre estaba fruncida. Parecía al menos una década mayor que la Sra. Jeong, Eun seo estaba convencida.

—No. No lo creo.

Eun seo bebió el agua de un trago, sin dejar rastro.

—Tu padre llegará pronto a casa, así que vamos a cenar.

Como ya no quería tratar con Eun seo, la Sra. Yoon se levantó de su asiento. El hospital del director Lee está pasando por un momento muy difícil en este momento. Era tan difícil que tuvo que llamar urgentemente a Eun seo para que volviera de Francia. Debido a eso, el director Lee y la Sra. Yoon peleaban todos los días, y Hannah, que aún era inmadura, pasaba todas las noches en el club y no había regresado a casa en muchos días.

—No tengo donde alojarme, madre. He estado viviendo en Francia durante ocho años, ¿A dónde más puedo quedarme aquí en corea?

—Bueno, no trajiste tu equipaje contigo...

—Si estuvieras realmente preocupada por mí, me habrías preguntado dónde me alojaba. Dime con quien se supone debo reunirme. Dijiste que debía conocer a alguien para devolverte el favor.

No sabía si esa sería la forma para devolverles el favor. Cuando llamó a Eun seo dijo que quería que se comportara como una mujer discreta y de buen comportamiento.

—Después de ocho años de no intercambiar saludos, es un poco duro de tu parte pedirme que actúe como tú obediente hija, madre.

Dijo Eun seo, sin reprimir más las palabras en su corazón.

—¡Por supuesto que tienes que devolverme el favor después de haberte criado durante 20 años!

Sólo cuando se concluya este acuerdo matrimonial se recaudarán fondos para salvar el hospital, que está en peligro. El oponente era un exitoso hombre de negocios japonés en el extranjero. Aunque el hombre era un poco mayor, ahora el hospital tenía una gran demanda colectiva por negligencia médica y estaban a punto de tener que desembolsar una fuerte suma de dinero. Si no se liquida esa cantidad, el hospital caería en manos de otra persona.

—Sí. 

—¿Por qué me criaste en lugar de enviarme a un orfanato?

Confirmó una vez más que solo soy una extraña para esta familia. Eun seo asintió en silencio, estuvo de acuerdo con el comentario de la Sra. Yoon. Sentí que mi corazón estaba congestionado. Después de ocho años, la niña callada y tímida había cambiado mucho.

—¿Qué diablos has estado haciendo en Francia para responderle así a un adulto?

—Estaba lejos de ser una vida tranquila y respetuosa.

—¿Te das cuenta de lo vergonzoso que hablas ahora mismo?

—Hannah tenía razón, yo estaba durmiendo con Mido en ese entonces.

—¡¡¡Tú, tú!!!

—Por cierto, escuché que Hannah no pudo acostarse con Mido. Entonces, mientras salía con Mido, salía con otros hombres y por eso tuvo que renunciar a su exitosa carrera debido a un video sexual.

¡Bam!

Golpeo la mejilla izquierda de Eun seo. No sé por qué me siento tan tranquila y aliviada a pesar de que me abofeteo. Eun seo sonrió ampliamente.

—¡Eres tan vulgar! ¡Eres como tu madre, que me menosprecia como si fuera una noble dama a pesar de que estaba embarazada de un niño cuyo padre no conocía!

—Es natural que me parezca a mi mamá porque soy su hija, pero tía, mi mamá no me dio a luz porque fuera infiel, entonces, ¿por qué culpas a mi mamá por lo que tú sí hiciste?

Sin un solo temblor en su voz, Eun seo dijo con calma los defectos de la Sra. Yoon. Entonces la Sra. Yoon volvió a levantar la mano.

—No me golpearas dos veces. Baja la mano. Te deje golpearme una vez como agradecimiento por haberme criado. 

Odiaba mucho a Eun seo. Cuanto más crecía esa niña, más la odiaba por su parecido con su madre muerta, la miraba con los mismos ojos que ella, parecía que la juzgaba y sacaba a relucir sus errores.

Si se hubiera parecido a otra persona, tal vez podría haber abrazado a esa niña. Sin embargo, los ojos de Eun seo se parecían mucho a los de ella, eran los mismos ojos que la habían mirado sin culparla por estar embarazada después de haber sido infiel con su marido.

—¡Si no me miraras con esos ojos, si no hubieras crecido pareciéndote a ella!

—Esas son todas tus excusas.

Sin darse cuenta, Eun seo había dejado de llamar madre a la sra Yoon.

—Eso es lo que te dices al tratar de convertir el maltrato que me has dado en defensa propia.

—¿Cuándo abusé de ti?

—¿Solo pegarme es abuso? Me hiciste sentir como una sombra, como si no tuviera que vivir en esta casa. Nunca me sonreíste, incluso si estudiaba mejor que Hannah, o tocaba mejor un instrumento musical, o me vestía más bonita. Nunca me trataste como a una persona cuando claramente vivía en esta casa. Al contrario, Hannah fue la única que me trató como si fuera una persona. En todo caso, solo fue para atormentarme constantemente.

—¡Hice lo mejor que pude por ti!

—Supongo que eso es lo que tú quieres creer. Pretendías ser una madrastra cariñosa frente a los demás, como si me apoyaras con toda tu devoción. Por eso era buena estudiante, porque te dedicaste a mí, quien no era tu hija biológica, fingiste dejar a Hannah, tu verdadera hija en segundo plano. Debido a eso, no le prestaste atención a Hannah por eso no era buena estudiante y no estaba interesada en estudiar eso lo contabas a la gente por sus malas calificaciones. Entonces, constantemente me decían que tenía que ser amable con mi madrastra.

¿Dónde podrías encontrar otra madrastra tan angelical y maravillosa como ella? Los adultos siempre le decían a Eun seo que por eso le iría bien cuando fuera mayor.

—¡Qué clase de manera de hablarle es esa a tu madre!

La voz del director Lee, su estricto padre, seguía siendo la misma. Eun seo miró hacia atrás. Era cierto que el hospital estaba en una situación difícil. Él estaba de pie con una expresión cansada, sosteniendo un maletín, lucía como un anciano con el cabello gris, su voz se había vuelto igual que su edad.

—Cariño, mira lo que está diciendo. ¿Está diciendo que soy tan mala madrastra que he escuchado a la gente decir cosas como esa?

La crie sin siquiera ponerle la mano encima porque tenía miedo de que me criticaran por ser una mala madrastra si cometía el error de golpearla. Enterrando su rostro entre sus manos, la Sra. Yoon comenzó a llorar. Incluso mirando esa escena, Eun seo no se conmovió en absoluto.

—¡Discúlpate ahora mismo!

—¿Disculparme por qué? ¿Por qué me parezco a mi mamá?

—¡Lee Eun-seo!

—Si me golpean de nuevo, no podrán ver que estoy tratando de devolverte el favor, ¿verdad? Si me preguntan qué le pasó a mi cara, no puedo decir que mi padre me golpeó a esta edad.

El director Lee abrió mucho los ojos. Siempre fue una niña pasiva. A medida que crecía dejé de pensar que no era mi hija, pero se parecía tanto a Yoo-jung y la crié sin poder ver su rostro. Su mujer nunca lo culpó por su infidelidad.

—... Sube primero a tu habitación. Tía, por favor limpia la habitación de Eun seo.

—Sí, Director. Estudiante Eun seo, ven aquí.

La Sra. del servicio, que había estado ansiosa por la situación, tomó la mano de Eun seo con fuerza y ​​la arrastró. En esta familia, la única persona que la tomaba de la mano era la anciana que en realidad era una extraña.

—Oh, estudiante Eun seo.

—La estudiante entiende.

Eun seo respondió fríamente al director Lee, quien se acercó a ella de manera amenazadora. Aunque ya no era una estudiante, la Sra. todavía la llama así.

—Debido a que Hannah se ha metido en muchos problemas, la personalidad de la Sra. se ha vuelto muy sensible.

Debutó en la industria del entretenimiento cuando estaba en el último año de la escuela secundaria y se hizo famosa por mostrar un encanto maduro y usar bien su imagen. Me enteré que salió con Mido durante cuatro años, desde los 19 hasta los 23.

—¿Adónde fue Hannah?

—Después de ese escándalo, ha estado completamente perdida. La Sra. también se dio por vencida con el tiempo. El hombre que vino es un coreano que vive en Japón y viaja entre Corea y Japón haciendo negocios, al principio la Sra. se opuso ferozmente a este trato, diciendo que era demasiado mayor para Hannah.

Ella no conocía ni el rostro ni la edad de ese hombre. Ella era solo un año mayor que Hannah, a pesar de sus problemas seguía siendo su hija biológica, por eso ella era la vendida para devolverles el favor de criarla.

Ya no me duele. Había decidido ya no esperar nada de esta familia de tres. Eun seo le dijo a la Sra. quien dijo limpiaría de inmediato, que ella lo haría y que se fuera a descansar. No quedaba nada de las cosas de Eun seo en esa habitación. La habían utilizado como almacén y una leve capa de polvo yacía sobre las cosas viejas.

Con el trapo que le había dado la Sra., arregló toscamente el lugar donde dormiría y prendió la calefacción del suelo.

—He prendido la calefacción en la habitación, así que se calentará en poco tiempo.

Con eso, y un descanse, salió de la habitación, dejándola sola.

—Las cortinas siguen siendo las mismas.

Cuando me recosté sobre la manta y miré hacia arriba, vi las viejas cortinas florales verdes. La habitación había cambiado, pero supongo que no se molestaron en quitar las cortinas.

—¿Era esta habitación así de pequeña?

Eun seo murmuró mientras enrollaba la manta. Me pregunté por qué no hacía más calor, a pesar de que había encendido la calefacción en la habitación, y luego recordó que en su habitación siempre había corrientes de aire en invierno.



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