Una
señal
A los
pocos días de la entrevista de Edmund, fue contratado en la cafetería de una
plaza. Era un lugar hermoso, la plaza tenía un lago artificial, los animales
podían caminar libremente por los jardines e interiores de la plaza exceptuando
las tiendas. La noticia entusiasmo mucho a Edmund, las cosas parecían ir
bastante bien, la cercanía entre él y Sebastián aumentaba bastante, sus
conocimiento y su inteligencia emocional era cada vez mejor, poco a poco
parecía comprender más a las personas, las costumbres y los hábitos, cualquiera
podría decir que era un humano común y corriente.
—Hoy es
tu primer día de trabajo ¿Estás nervioso?— Mencionó Sebastián mientras
preparaba un topper con el almuerzo que había cocinado desde temprano para
Edmund, no quería que se quedara sin comer, era una forma de compensar todos
los almuerzos que llegaba a prepararle.
—Un poco
Sebastián, ¿Si no lo hago bien?
—Lo harás
bien, eres inteligente, guapo y tienes una memoria increíble, lo harás
perfecto. Si todo sale mal podemos hacer unas maletas y escapar juntos a
Caledonia.
—¿Quieres
ir a Nueva Caledonia verdad?
—¿Tan
obvio soy?
—Si,
además siempre me lo dices —La barrera de la interacción física se había roto
entre ambos, por lo que ver a Edmund abrazando a Sebastián ya era bastante
común, aunque la incógnita del porqué sus feromonas eran liberadas en
determinados momentos aún no era respondida, tal vez solo era parte de un
desbalance hormonal, después de todo ser un omega dominante lo hacía especial.
—Si
sigues abrazándome no llegarás al trabajo Ed, por favor.
—Ya sé,
pero… Me gustaba esperarte en casa luego del trabajo.
—La casa
se va a sentir solita sin ti, pero ahora podrás traerme café gratis.
Ese fue
el último comentario de Sebastián al respecto, solo se rieron juntos y se
marchó Edmund con mucho entusiasmo hacia su trabajo. Era el día libre de
Sebastián, su primer día libre sin Edmund, ya era costumbre pasarlo con él, ya
sea de compras, viendo películas, series, escuchando música o solo conversando,
no quería admitir que se sentía solo, pero la realidad se sentía como un yunque
pesado sobre sus hombros.
Decidido
no pensar más sobre el asunto, encendió la televisión, puso YouTube y escucho
la playlist favorita de ambos, recordó como un día de ocio ambos armaron esa
playlist tanto en Youtube como en Spotify, la empresa les había dado cuentas
premium por lo que cada vez estaba más encantado con el trabajo, siempre fue de
esos niños que anhelaban tener canales de pago en la televisión, pero solo era
un capricho infantil que terminó evolucionando en un deseo por las plataformas
streaming aunque siempre veía lo mismo, Sex and the city, Euphoria, caricaturas
y algunos musicales.
Embriagado
por la música empezó a limpiar la cocina, la sala, el comedor, su área de
trabajo, los platos, el refrigerador, absolutamente todo de forma muy
minuciosa, después de todo su obsesión por la limpieza la había heredado de
Viridiana. Cuando terminó de limpiar la primera parte de la casa se dirigió
hacia el baño, con sus guantes de limpieza y todas las ganas del mundo por
limpiar.
Inició su
trabajo con tranquilidad hasta que se topó con una envoltura en el suelo, era
el jabón de Edmund, ambos usaban jabones diferentes por justas razones
higiénicas, lo que le sorprendió es que su jabón era neutro y no de frutos
rojos, ¿Lo que había olido la otra noche no era el jabón, sino otra cosa y el
jabón neutro?, se quedó pensando en mil diferentes razones, como un perfume o
tal vez estaba paranoico, después de todo ¿Un alfa sintético podría tener
feromonas?
Por
momentos olvidaba que Edmund no era una persona normal, sino un alfa sintético,
eso no lo hacía más o menos alfa, después todo había pasado todas las pruebas,
se notaba en su físico, su forma de andar e incluso de hablar. Cuando sus manos
empezaron a temblar se dio cuenta que le estaba dando muchas vueltas al asunto,
acomodó todo en su lugar y se retiró al dormitorio con la puerta abierta para
escuchar la música desde su cuarto.
Había
días que se le olvidaba por completo que no era un adulto normal, era un omega
dominante. En la naturaleza era poco común que un hombre fuera omega,
usualmente eran alfas, betas e incluso gamas, pero un omega varón era
complicado, ahora su condición de dominante era aún más difícil, ni siquiera el
20% de la población masculina era de su mismo tipo.
¿Exactamente
que lo diferenciaba de otros omegas?, no sabía con exactitud si era el olor
dulce de sus feromonas, una mezcla entre lirios y melocotón, la mayoría de
omegas comunes sus feromonas eran como ligeras brisas dulces, frutales o
similares, sin embargo Sebastián tenía un olor único floral con notas frutales,
lo que lo distinguía de otros, solo las razas más puras de omegas dominantes
tenían olores florales, no solo eso, controlaba sus feromonas a la perfección,
aunque debido a que no había florecido, no había presentado su celo y muchos
menos liberaba feromonas, podría ser el motivo de que no las pudiera controlar
en esos días, claro que si las liberaba no solo podía seducir e inducir a los
alfas a su celo, sino que también podía liberar feromonas agresivas ante otros,
aunque nunca lo había intentado.
Sin
embargo, no todo lo que distingue a un omega dominante son las feromonas, sino
el físico. Su apariencia no era como la de un omega común, era delicada pero
varonil, su cuerpo era delgado y torneado sin necesidad de ir al gimnasio, era
naturalmente atrayente a hombres y mujeres, pero desde niño sabia que era
homosexual, era demasiado lindo para salir con una mujer normal a menos de que
fuera alfa, por lo que Viridiana siempre lo cuido, era su instinto de mujer
alfa y de hermana mayor.
Tal vez
era narcisismo, pero él mismo se sentía atractivo, creció escuchando como todos
se lo decían, naturalmente terminaría aceptándolo y se preguntaba a veces si la
razón por la que no tenía pareja era porque la gente le intimidaba su posición
dominante o por su timidez, aun así se sentía aliviado de no tener que lidiar
con las personas, se ponía demasiado tímido en presencia de desconocidos.
Divagando entre sus pensamientos se encamino al armario de madera con un espejo
de cuerpo completo, se levantó la camisa de color menta que vestia para
observar su cuerpo, su piel morena clara, sus lunares en el abdomen y aquel
característico lunar en el pecho izquierdo, le daba un cierto toque erotico a su
cuerpo, su mano empezó a dibujar un camino por su pecho hasta el abdomen, la
yema de sus dedos frios tocaban su cuerpo tibio mientras cerraba los ojos, en
ese momento su mente le hizo una mala jugada, el primer pensamiento que dio luz
fue la noche que se despertó y se quedo mirando por un tiempo a Edmund.
—¿Cómo se
sentirán las manos de Edmund? —Su mente pronto empezó a maquinar miles de
recuerdos sobre él, su sonrisa, la primera vez que lo vio, el primer día con la
pijama de David, la vez que toco su mano y cada uno de los abrazos que se
habían dado, pronto todas las partes que había tocado en su cuerpo empezaron a
arder, su respiración se agito y antes de hacer algo más de inmediato se
detuvo, se alejó del espejo, tirándose en la cama.
Volteo a
ver el reloj de pared que tenía en la habitación apenas habían pasado 3 horas
de su partida y tenía toda clase de pensamientos sobre Edmund, suspiro
resignado y mejor decidido dejar de pensar. Intentó relajarse cuando sintió el
aroma de sus feromonas en la habitación, se levantó de inmediato en shock, como
un omega dominante sabía controlarlas a la perfección, usualmente solo emanaba
feromonas cuando estaba eufórico o en estado poco conveniente como alcoholizado
o enfermo. Abrió las ventanas de la habitación para que estas se disiparan con
el fresco aire de la mañana, después de algunos meses de no ir con el doctor,
optó por agendar una cita cuanto antes para saber si su teoría era cierta.
Harto de estar consigo mismo y su peor enemigo, su mente, se metió en la ducha y
se fue en dirección a la única persona que le podría ayudar en esos momentos,
Viridiana.
El camino
hasta la casa de Viridiana no era muy largo, estaba a 15 minutos de su casa en
auto. Estar con su hermana era tan relajante para Sebastián, se podía olvidar
de todo por un rato y jugar con su sobrina Lili, la cual lo recibió con muchos
abrazos y emoción tan pronto llegó, después de todo era su tío favorito.
—¿Sebas,
qué haces aquí?, tiempo sin verte.
—Lo sé,
he estado ocupado estos días, el trabajo no me da un respiro. —No solo era el
trabajo, sino que su mundo había dado un vuelco y ahora la mayor parte de su
vida se trataba de enseñar a Edmund, estar con él o estar con su jefe.
—Salte de
trabajar y regresa aquí conmigo, me haces falta en la tienda. Ya abrimos otra y
hay que capacitar al personal.
—Nunca
paras Viri, eso admiro de ti, puedes venderme hasta una piedra.
—Lejos de
eso, de verdad te extraño.
—Por eso
estoy aquí, hay algo que quiero contarte, sabes que no puedo ocultarte cosas.
Luego de
un café, un pan dulce y dos dibujos coloreados después, terminó de contarle
todo a su hermana mayor, mientras jugaba con Lili. Parecía entender y al mismo
tiempo no, pese a que su familia no era convencional, su hermana era
conservadora en muchos aspectos, por lo que un alfa sintético en casa de
Sebastián, no le parecía correcto. Siempre creyó que las cosas en que se había
metido por culpa de David solo le traerían problemas.
—Sabes
como soy.. Me pregunto porque haces lo que haces Sebastián. Si quieres una
pareja, te puedo ayudar. Si hay otros motivos vemos como hacerlo, pero meterte
en esa clase de cosas me parece que está mal.
—No es
por tener pareja, por el dinero o por cualquier cosa, yo solo intento ayudar a
David.
—Mira, yo
aprecio mucho a David, es tu mejor amigo y apuesto a que tiene buenas
intenciones, ¿Estas consciente que solo te están usando por ser un omega
dominante?, Eres un sujeto de estudio, si te pasa algo o te hacen algo, ¿Quién
responderá por ti?, ¿Cuál es la finalidad de esto?, ¿Cómo se que ese alfa no es
un computadora y un viejo verde está detrás de eso?
—Yo.. No
pensé en eso…
—Claramente
no, pero debes poner límites. Necesitas saber exactamente qué está pasando, ¿A
dónde parará el proyecto?, por lo que escucho es evidente que están intentando
que ese alfa aprenda todo lo de este mundo para que millones de ellos ronden
por aquí, en busca de crear alfas reales, me suena una idea ridícula y te
están usando, solo espero que no te encariñes con él.
—No me
regañes, es solo al principio fue divertido, jamás creí que llegaría a este
punto.
—Nunca lo
esperas y siempre sucede algo… Solo ten en mente que no sabes exactamente qué
pasará después.
Se limito
a asentir, Viri como siempre tenía razón, aun no sabía las intenciones de
Edmund, más que las suyas, las de T&T. Sabía que el propósito de llevarlo
con él es que aprendiera del mundo, pero luego de todo esto, ¿Qué pasaría?, ¿Se
iría?
—No sé
por qué me siento triste.
—¿Te
estás enamorando?, sé que es difícil ver a una persona a diario por tanto
tiempo sin empezar a sentir algo.
—No me
disgusta, es realmente lindo.
—No me
mires así, solo me preocupo por ti…Tráelo, creo que debe conocer a un verdadero
alfa, convivir con un omega tan blando como tu podría confundirlo.
—Lo
pensaré.
Luego del
almuerzo Sebastián se fue de la casa de Viridiana, pronto iba a salir del
trabajo Edmund, por lo que debía ir a casa a terminar de limpiar, conforme
avanzaba el uber por las calles en dirección a su casa observó a cada una de
las personas pasar, habían muchas parejas, niños y abuelos por la calle, por
breves segundo sintió como si algo dentro de su corazón se tensara, las
palabras duras de Viri le quemaban el corazón.
Cuando
llego a casa de nuevo entro a la habitación, se vio al espejo y preguntándose
si lo que sentía era correcto, aún más importante, si lo que hacía era
correcto. Se acostó en la cama boca abajo, se arrastró hasta el otro extremo de
la cama observando por el borde el futón de Edmund, cerró los ojos unos
instantes, inhalo profundamente sintiendo de nuevo ese aroma a frutos rojos,
provenía del futón como si fuera perfume, por un segundo se sintió fuera de sí
mismo, su cuerpo en automático se levantó y se acostó en el futón cubriéndose
con la sabana de Edmund en cuestión de segundos se quedó profundamente dormido.
—Sebas,
¿Estas bien? —La luz del pasillo iluminó su rostro dormido, una silueta alta se
acercó tocando su rostro con la yema de los dedos, abrió los ojos lentamente,
su mirada nublada le impidió ver quien era, pero la única persona que podría
estar ahí era Edmund, de inmediato se abalanzó sobre él abrazándolo.
—Ed, te
extrañé mucho, tuve un día muy difícil.
Se limitó
a sonreír y sujetar la cintura del menor, la forma tan efusiva de recibirlo y
el hecho de que la habitación estaba llena de feromonas le hizo entender que el
proyecto tenía éxito, además confirmó que tenía los hábitos normales de un
omega.
—Hace
mucho que no me recibías de esa forma Sebas
Tan
pronto escuchó ese tono de voz y la manera en que lo abrazó supo que no era
Edmund, rápidamente lo empujo con fuerza cayendo en la cama de la fuerza que
había ejercido y David prendió la luz.
—¿Qué
haces aquí?
—La
verdadera pregunta es ¿Qué estás haciendo tú aquí?, me están ahogando en tus
feromonas niño.
—¿Yo?..
Sebastián
respiró profundamente sintiendo casi al instante sus feromonas en toda la
habitación, mientras terminaba de despertar David abrió las ventanas.
—¿Estás
en tu celo o qué?
—No, para
nada… ¿Qué haces aquí?
—Traje a
tu alfita del trabajo, fue un por una pizza y me pidió que te buscara, créeme
que si ese chico fuera un alfa real, con la cantidad de feromonas que hay aquí
lo hubieras vuelto loco.
—Tenemos
que hablar.
—Ya lo
creo – Se sentó a un lado del chico, lo abrazo con cuidado acariciando sus cabellos,
presentía que algo malo pasaba, las pocas veces que lo había visto dormido
hecho ovillo en la cama de alguien fue en la Viridiana y en la suya cuando algo
muy malo pasaba, pero jamás había emanado feromonas en esos lugares.
—Creo que
no quiero continuar con esto.
—¿Por
qué?, ¿Te hizo algo, Ed?
—No… Es
solo que Viri tiene razón, ¿Cuál es la finalidad de todo esto?, ¿Por qué yo?
— No lo
pienses demasiado, la finalidad la sabes… Debes enseñarle a Edmund el mundo y a
ser un humano normal, ¿Por qué tu?... Porque yo te elegí, yo insistí en que tu
eras el indicado por tu posición, eres un omega hermoso, eres dominante, sabes
controlarte, eres bueno, amable y muy lindo.
—¿Edmund
está aquí y hace lo que hace porque soy un maldito omega?, ¿Solo soy un
omega más? ¿La finalidad es que este omega sin nombre se enlace con él?
—No, está
aquí porque yo lo traje, hace lo que hace porque está diseñado para sentir
emociones humanas, para entender a las personas y porque él así lo quiso.
—No lo
creo, Edmund es como un niño, no sabe qué es lo que quiere.
—Tal vez
sí sea como un niño, pero sabía que si lo dejaba con alguna otra persona lo
podrían utilizar como un juguete sexual, podrían echarlo a perder. Tú lo has
dicho, es tan inocente como un niño, por eso lo traje aquí, porque confió en ti
y sé que tu preocupación es genuina, no es porque seas Sebastián “el omega
dominante”, es porque eres mi mejor amigo Sebastián una persona que no le haría
daño ni ningún mal a Edmund.
—¿Cómo
sabes que no le haré nada?
—Porque
leo las evaluaciones de ambos, porque veo las fotos de Edmund… No quiero que
pienses que en el laboratorio hay un señor feo con bata blanca que le ordena a
Edmund, para nada, él es tecnología pura, autónoma y sofisticada, capaz de sentir
emociones diez veces más que tú y que yo, en dado caso, estoy preocupado por lo
que él podría hacerte a ti.
—Él es
inofensivo, no me haría daño… Pero entonces ¿Y Nicho ecológico?.
—Nicho
ecológico es una serie de etapas, son procesos y Ed es la fase beta. Si logra
ser emocional y socialmente un humano promedio, pasará a la siguiente etapa que
es donde inicia la cuestión de feromonas, el ciclo de calor, el rut y esas
cosas, mientras está aquí contigo está enfocado en lo primero, aparentar ser
humano. Para mí, no eres y jamás has sido Sebastián “el omega dominante”, eres
Sebastián mi amigo tímido al que le construí un amigo y que él muy maldito no
me agradece.
—¿Un
amigo?
—Cuando
entré al proyecto pensé en ti, no quería que estuvieras solo si me iba. En cada
uno de los procesos pensé en ti, en mi madre omega, en mis demás amigos que no
conozco que son omegas y que no pueden florecer ni tener el celo, ¿Tu sabes que
le pasa a los omegas que no entran en celo?
—Se
enferman y mueren…
—Exacto,
carajo no quiero que mueras Sebastián, Te amo demasiado como para verte sufrir.
—Perdón.
—Nunca
hagas esto de nuevo, no se que te haya dicho Viri, se que no lo hace con mala
intención y que no sabe exactamente que pasa, te cuida y te ama tanto como yo,
pero de una forma convencional, lo máximo que yo puedo hacer por ti es esto… No
pienses jamás que lo hago es con intención de dañarte.
A esa
altura de la conversación parecía que David se rompería, la habitación ya
estaba limpia, el malentendido aclarado y más que nada, hacía mucho que no
escuchaba a David tan alterado, sin dudarlo lo abrazo dejándole un cariñoso
beso en la mejilla. —Te amo— Susurro en el oído de David unas palabras de
aliento esperando que elevaran su espíritu lo más posible para que luego
pudieran salir de la habitación a comer pizza con Edmund.
Cualquiera
que los viera diría que eran una pareja, pero ambos habían sobrepasado aquella
barrera hacía muchísimo tiempo atrás, se amaban demasiado, pero comprendían que
no podían estar juntos de ninguna forma, eran tan distintos, caminaban a ritmos
diferentes y sentían cosas de formas tan distintas que estar en armonía
era imposible, ser mejores amigos era el camino más sencillo y ambos estaban
tan cómodos.
Salieron
de la habitación al mismo tiempo que Edmund entró a la casa, tan pronto
Sebastián lo vio entrar con un embriagante aroma a café no pudo evitar
acercarse para abrazarlo, tal vez ya no con la misma efusividad que
anteriormente, pero si con el mismo sentimiento extrañarlo.
—Te
extrañe mucho Sebastián.
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