El león y la oveja Capitulo 8.- Los 41.

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Los 41

Para una persona en completo control, estar semi inconsciente en una cama con un desconocido le estaba enloqueciendo en esos pequeños lapsos de conciencia.

—¡Suéltame!

—Que ruidoso eres, no me hagas callarte.

No podía mover su cuerpo, estaba completamente débil, sólo una parte de su cuerpo tenía fuerza y era su pene, el cual estaba erecto. No iba a negar que desde que vio a Drick bailar su cuerpo se calentó, aunque creía que era más por el alcohol y sus feromonas, la última vez que se había sentido de esa forma fue una noche lejana con Sebastián, en ese momento su cuerpo se sacudió por completo, empujando el cuerpo del showdancer.

—¡Aléjate de mí bastardo! —Con la poca fuerza que tenía su cuerpo empujó al chico tirándolo de la cama, sin embargo, fue un intento en vano ya que sólo podía arrastrarse por la cama.

—¿Saldrás corriendo? —Rio con ironía.

El chico de género desconocido se levantó del suelo para jalar a David y esposarlo en la cama, primero ató sus pies a los pilares de la cama con cadenas, posteriormente sus manos con las esposas del respaldo, ahora no podía escapar de ninguna manera.

—Pequeño David, es fácil engañar a un mesero, pero no a una persona como yo. —Mientras hablaba sacaba del frigobar una bebida azul eléctrico, le dio un pequeño sorbo, antes de sentarse encima del cuerpo ajeno, delicadamente acaricio su mentón obligando a abrir sus boca, de esta forma vertió todo el líquido de la bebida, solo tenía un opción, tomar todo y perder el control de la situación por completo o resistirse, bebió todo de un solo trago.

—Buen muchacho.

Conforme pasaban los minutos recuperaba la consciencia, pero al mismo tiempo sentía como su temperatura se elevaba en cada rincón de su cuerpo, la sangre que corría por sus venas parecía hervir y de su garganta jadeos se escapaban sin control, jalo sus manos en un intento desesperado de callar esa voz erótica que él mismo desconocía, pero la forma en la que acariciaba su cuerpo y lamia su pecho lo estaba llevando al borde la locura.

Antes de darse cuenta su cuerpo estaba enteramente a la merced del desconocido, su cuerpo solo respondía a sus estímulos, los cuales eran tan intensos para su cuerpo virgen, su miembro empezó a derramar líquido preseminal de forma obscena. 

—Se nota que nunca lo has hecho David, me excita tanto quitarte ese privilegio.

Su pene erecto, húmedo y palpitante rogaba la atención de las manos o de la lengua de Drick, pronto se dio cuenta que la habitación estaba envuelta en feromonas, por ser gama sabía que no eran suyas, sino de aquel chico que estaba mordiendo todo su torso suavemente y masturbándolo, la imagen de aquel chico de tez blanca y cabello negro azabache sobre su cuerpo lo prendía mucho, incluso sin haber ocupado el inductor.

—Dri..Drick.. Suéltame.

—Aún no, tienes que aprender a respetarme.

Su cabeza bajó poco a poco desde su ombligo hasta llegar a su glande, en esos momentos la mente de David ya estaba por demás nublada de toda la lujuria que le transmitía el chico, solo deseaba ser tocado con más intensidad, ser saciado de formas que jamás imaginó hasta ese día. Como si se tratara de un dulce, Drick comenzó a lamer su miembro desde el glande hasta la base para lubricarlo antes de introducirlo a su boca en donde succiono y jugueteo con el pene, la cadera de David se comenzó a mover de forma inconsciente en busca de más placer, gustoso Drick comenzó con un vaivén introduciendo su miembro y sacándolo de su boca entre succiones ejerciendo presión con sus labios, en cuestión de segundos el cuerpo de David no resistió más en la boca ajena corriéndose sin previo aviso.

—Suéltame Drick, por favor.

—¿Acataras mis ordenes?.

—Si.

Ya estaba cegado por el placer, las drogas y el alcohol que había consumido, su cuerpo había presenciado el éxtasis, pero necesitaba más, no estaba conforme y su ambición no le permitiría parar. Fue en ese momento cuando la presión en sus piernas y manos se detuvo, el chico lo liberó sin dudar, por un segundo observó la puerta, pensó en salir corriendo, pero su cuerpo estaba tan caliente en esos momentos que únicamente bajo la mirada hacia Drick.

—¿Estás listo?

Su voz resonó en sus oídos sin saber a qué se refería, sin embargo, en la mano del pelinegro estaba su semen el cual posteriormente usó como lubricante para introducir su primer dedo, arrebatando varios gemidos con el mas ligero de los movimientos que hiciera, solo entonces la idea de quedarse creyó era mala.

—¿Qué me harás?

—Cállate o te atare de nuevo.

Dicho aquello llevó un segundo dedo a su entrada presionando por breves instantes antes de penetrar su hasta ahora inmaculado cuerpo el cual se erizó hasta la punta de los dedos, era la primera vez que experimentaba tal golpe de placer y aquel desconocido parecía saber el camino de memoria para explotar cada punto erógeno en su cuerpo, muestra de aquello era la forma en que besaba su piel, movía sus dedos y mordía con sutileza cada punto débil que tenía, sin siquiera saber que existía. 

—Dri..Drick basta.

Tenso su cuerpo cuando sintió que de nuevo llegaría a el tan ansiado éxtasis, desde que vio el cuerpo de Drick y sintió sus feromonas se sintió tan caliente que le parecía injusto ser el único que se corriera dentro de aquella habitación, por lo que no dudo en tomar la iniciativa estiro una de sus manos hasta llegar al pantalón de Drick, ahí deslizo sus dedos por sus piernas, hasta ubicar su miembro el cual estaba semi-erecto, se relamió los labios como un reflejo de sus ahora recién descubiertos deseos, empezando a acariciar y ejercer presión con los dedos en toda la zona donde se le marcaba el miembro por encima de los pantalones de vestir negros.

—No sabes lo que haces.

—No es justo para ti, ser el único que disfrute.

Por una fracción de segundo, en el rostro varonil y estilizado de Drick, una sonrisa seductora se hizo presente, para un chico sin experiencia alguna como David, fue suficiente para quedar encandilado de él. Drick aprovechó ese breve momento para mover sus dedos de manera rápida tocando una y otra vez su próstata logrando que eyaculara por segunda vez.

—Tienes razón, ahora me toca cobrarte esos orgasmos. Veamos qué tan bueno eres.

Tomo del brazo a David para levantarlo con fuerza de la cama obligándolo a caer de rodillas en el suelo, Drick se sentó en la orilla de la cama observando el cuerpo desnudo de su víctima, el cual aún estaba atontado por el orgasmo y el brusco movimiento, tan pronto regreso en sí, gateo hasta el lugar de Drick acercándose a su pantalón. 

Fue casi instintivo desabrochar el pantalón de Drick y bajarle la ropa interior, el aroma de su piel era intoxicante, erótica y adictivo, era una mezcla entre Whisky, madera y algunas especias, posiblemente romero o salvia. Cuando liberó su pene de la ropa interior del chico se dio cuenta que definitivamente estaba enfrente de un Alfa, era imposible que fuera un Beta o un Gamma, sin embargo, el pensamiento fue tan fugaz debido a que Drick tomo la barbilla de David obligando a levantar su rostro, con el pulgar jalo de su labio inferior lentamente para abrir su boca y empujó su cabeza hacia su miembro erecto, introduciéndolo dentro de su boca. 

Si algo era cierto, era la completa inexperiencia de David, nunca había tenido un encuentro sexual, mucho menos sabía sobre liberación sexual, la mayoría del tiempo se la dedicaba a trabajar hasta quedar exhausto y la otra parte del tiempo se la vivía durmiendo, por un momento maldijo su tipo de vida, jamás había deseado tanto tener experiencia sexual como ese día. Lo único que sabía era por el cuchicheo de sus compañeros en la escuela y posteriormente el trabajo, así que confió en los comentarios otorgados por las personas que él consideraba incompetentes, respiro profundo por la nariz, soltó el aire para relajarse abriendo la boca y moviendo la lengua como si estuviera lamiendo una paleta. Estaba lo más concentrado posible, sin embargo, la mano de Drick lo despertó de su trance.

—Es tu primera vez, ¿Verdad?, No puedo creer que eres un adulto y no sabes hacer un oral. Te enseñaré una sola vez, presta atención, niñato.

Lo miro apenado y más que nada molesto, estaba siendo obligado por ese tipo, él no quería ni estaba interesado en primer lugar, enfadado se echó para atrás, alejándose de inmediato de su captor.

—Ahg.. Ven David, no me mires así.

Se levantó de la cama, lo tomo del brazo nuevamente para que se levantara del suelo, esta vez fue delicado, lo miró con una coqueta sonrisa, con su mano derecha acarició su cuello, luego fue deslizándose por sus hombros, sus brazos y de regreso a su cuello, mientras realizaba esta acción, sus labios seguían el mismo camino del lado contrario de su cuerpo, parecía que quería disculparse por sus palabras, por dentro David sentía que se derretía por aquellas atenciones, la dulce sensación de sus labios por su cuerpo lo excitaba nuevamente, su mirada pasó de ser seductora a una casi de arrepentimiento, parecía saber muy bien como llegar a los demás por medio de su expresión.

—¿Me perdonas?

Al decir esas palabras Drick había terminado el recorrido de arrepentimiento con su mano y con sus labios, había terminado justamente en su mentón y muy cerca de sus labios, David, asintió un par de veces sin decir nada, era demasiado penoso para él la situación y lo débil que parecía ser ante las peticiones de Drick. 

—Así me gustan, niños buenos como tú.

Dicho aquello acaricio su rostro invitando al chico que se acostara en la cama, aún consternado y titubeante se acostó en la cama, Drick sonrió nuevamente con un toque malicioso posicionándose encima suyo, deslizó una de sus manos por su abdomen mientras se acercaba poco a poco a sus labios, los cuales beso sutilmente. La escena montada parecía un sueño erótico rosa, como si fuera otra persona totalmente diferente y no un abuso.

—He sido muy paciente y solemne contigo, me toca disfrutarte.

Tomó las largas piernas su víctima abriéndolas de par en par, para dejar a la vista su virgen entrada, sabía que meterla en seco le dolería demasiado por lo que tomó un lubricante de la mesa de noche para dilatar el agujero del chico, anteriormente había metido sus dedos por lo que no tomó mucho tiempo para que estuviera listo, los gemidos de David era demasiado obscenos, no parecía tener un filtro debido a las sustancias que le había puesto en la bebida, estos ruidos fueron más altos conforme fue introduciendo su virilidad, no fue un trabajo fácil, pero entro por completo, en esos momentos el cuerpo de David estaba tenso, apretaba su interior debido a dolor, esto le generaba dos sensaciones que lo volvían loco, mas dolor y placer, un placer indescriptible, único y adictivo. Drick le pidió que relajara su cuerpo, era casi imposible en su situación por lo que se acercó nuevamente a besar sus labios buscando aminorar el dolor y la tensión, funcionó a la perfección, por lo que pudo empezar a embestirlo con suavidad para no alarmarlo. 

Drick por su parte no podía creer lo estrecho que era, no estaba muy seguro de que el chico fuera virgen, pero después de probarlo, no le quedó ninguna duda, se sintió un poco mal por eso, sin embargo, así era el mundo oscuro de los adultos, no puedes ultrajar a uno y salirte con las manos limpias. Fueron un par de penetraciones antes de que David pudiera disfrutarlo en verdad, pronto su caderas comenzaron a moverse al ritmo de las embestidas en busca de placer, en busca de llegar de nuevo al orgasmo y si lograba hacer que Drick también lo hiciera sería una victoria completa. 

David no podía creer lo extremadamente ardiente de la imagen de Drick embistiéndolo, sus fuertes brazos lo rodeaban, su abdomen se tensaba cada que tocaba en lo más profundo de su interior y sus jadeos eran tan graves y excitantes que lo incitaban a pedir más. Estaba hundido por completo en el placer, la lujuria y el deseo, completamente desconectado de su realidad y de todo propósito que lo guió esa noche a ese recinto, por primera vez perdió el control real de las cosas y le fascino, no obstante su cuerpo empezó a tensarse de nuevo, una sensación ya conocida comenzó a calentar más ser, avisándole que pronto se correría, de tantas veces que Drick tocó aquel punto débil en su cuerpo, no resistió más corriéndose sobre su abdomen, esa imagen de David en pleno orgasmo, prendió en sobre manera a Drick, acompañándolo un par de embestidas más al orgasmo, viniéndose en el abdomen del chico.

Drick quiso acercarse a besar nuevamente a su acompañante, pero este yacía exhausto en la cama, posiblemente después del orgasmo su cuerpo se rindió y perdió el conocimiento, además del claro abuso de sustancias.

—Cedrick, Soy Cedrick, malcriado.

Mencionó antes de retirarse de la habitación hacia la entrada del vestíbulo donde uno de los guardaespaldas que llevaron a David lo esperaba.

—¿Qué carajos hiciste ahí?

—Que te importa. Manda a una mucama a limpiar TODO.

—¿Te acostaste con él?

—Tal vez.

—Puta madre Cedrick, no podemos ir por la ciudad limpiando tus mierdas.

—Te pago para que lo hagas. No muerdas la mano que te da de comer.

—…Tsk..

—Vamos Alec, me amas.

—Por desgracia, ¿Pero quién fue tu victima de hoy?, sufrí mucho por tus cambios de planes, el omega loco al que dejaste mal parado intento pegarme.

—Su nombre no importa, lo que importa es que es nuestro boleto de entrada.

Del bolsillo del pantalón de David previamente había sacado una de sus tarjetas de presentación de T&T, esta la guardó en su pantalón. Tomó al guarda espalda de uno de sus brazos y lo jalo para que ambos se fueran de ahí.

A la mañana siguiente David se levantó con un dolor de cabeza punzante, un dolor de caderas que parecía matarlo, pero estaba limpio, con un pijama nuevo y la habitación vacía. Respiro profundo rezándole a todos los dioses que no estuviera Drick, su mente solo recordaba pequeños fragmentos de lo sucedido esa noche, cada que pasaban por su cabeza quería golpearse para no recordar como lo ultrajaron y aún más, como fallo su propósito, se sintió un imbécil. Humillado, ultrajado y adolorido salió de la habitación del recinto, luego de una ducha y un cambio de ropa, ahí se topó con una escena muy fuerte para tan temprano en la mañana sin su café, en el corredor una nube de feromonas estaba formada y un omega aparentemente dominante se acercó casi a rastas a él. 

—Sácame…

—¿Qué te pasó?, Carajo, ¿Qué te hicieron?

Como pudo ayudó a levantarse al omega, vestía únicamente un camisón de seda rojo, no podía cargarlo por su condición, pero le ayudaba a caminar hasta la salida, donde ya estaba su auto esperándolo, el omega intranquilo se subió junto con él.

—¿Qué te pasó? Respóndeme por favor.

Al ver el estado catatónico del chico le pidió a su chofer que por favor lo llevara a la farmacia más cercano por una botella de electrolitos orales y unas galletas. Tan pronto la obtuvieron el omega tomo la bebida y suspiro un poco más aliviado.

—¿Eres gamma verdad?

David asintió acercándole un suéter al chico, recién recordaba que estaba en camisón.

—Si, ¿Tiene algo de malo?

—No, me siento más seguro... El corredor estaba infestado de feromonas, cualquier omega hubiera sucumbido ahí, pero tú eres gamma, no te afectan.

—No, no lo sentí.

—Gracias por salvarme, no sé qué hubiera hecho sin ti.

—Pero qué pasó exactamente.

—Bueno, soy asistente regular del evento, pero esta vez estuve con un Gamma de alto rango, durante la mañana salí al corredor para recibir el servicio a la habitación, empecé a ver borroso, el olor de las feromonas de los demás me hicieron sentir raro, lo único que recuerdo es que empecé a gatear buscando ayuda y te encontré.

—Ya veo… ¿Qué edad tienes?

—18 años, ¿Por qué?

—Soy David, científico de T&T, ¿Te puedo preguntar algo más personal?

—Es bajo completo anonimato ¿Cierto?

—Si, es solo por mi trabajo.

—Si, pregúntame

—¿Has florecido?,¿Has tenido celos o te has acostado con algún alfa?

—No, nunca, a nada de eso.

—No te puedo decir nada con certeza aun, pero creo no deberías someterte a tantas feromonas omegas, eres muy joven y no has estado con alfas. Debes buscar uno pronto.

—Claro, avísame si algún día vuelves a ver uno.

—Perdón… 

—No te preocupes..

—¿Te llevo a casa?

—Por favor..

El camino a su casa fue silencioso, no sabía muy bien que decirle, pero de alguna manera empatizo con ese omega, era pequeño, delgado, de cabello rubio cenizo y con una encantadora sonrisa coqueta.

—Te dejo mi número, si tienes algún problema por consecuencia de este día llámame, podemos ayudarte en T&T.

—¿Ayudas a desconocidos en hoteles y además arreglas problemas de feromonas? 

—Algo así, estoy trabajando muy duro para salvar a omegas como tú. 

—Mi héroe… Soy Max..

—De nada Max, espero encontrarnos de nuevo, ten mi tarjeta.

Checo su bolsillo sacando una tarjeta de presentación con su número y se marchó tan pronto Max entró a su domicilio. Al hacer su conteo diario se dio cuenta que faltaba una tarjeta, nunca perdía ni una, pero al estar profundamente ebrio y drogado anoche, fingió que nada sucedía.

—Llévame a casa, hoy no trabajaré. 

Durante el trayecto pensó en todo lo sucedido con Max, entonces recordó a Drick, de inmediato se sonrojo, su cuerpo se tensó y se acordó de la razón por la que esa noche fue a ese lugar, de inmediato saco su laptop de la mochila mientras se dirigía a casa, necesitaba buscar por cielo, mar y tierra a Drick, algún rastro, alguna noticia, algo, pero sin su nombre no podía hacer nada, más que especular, en ese momento su celular timbro, su madre molestaba como cada semana.

—¿Qué pasó madre?

—David, ¿Cuándo vienes?, hace mucho que no te veo.

—Nos vimos hace 10 días, he estado ocupado con el proyecto.

—Ya me dijo tu padre que le diste a tu amigo el alfa sintético, ¿No te da vergüenza que alguien más haga tu trabajo? 

—Mama, el punto es que Sebastián lo llene de feromonas y conviva con él, no por nada le construí un novio perfecto.

—Claro, como tu no puedes y no quieres, solo quieres hacerte la víctima del amor no correspondido, ¿Cuándo tomarás tus responsabilidades como hombre?

—¿Solo para eso me llamaste? 

—No, la siguiente semana es la cena de compromiso de tu primo Juan, debemos ir en familia, ya te mandé el traje que usarás y nada de faltar, suficiente vergüenza me haces pasar por ser un solterón.

—… Gracias mamá, me encanta que me llames para gritarme al teléfono que soy un solterón.

—Te amo hijo, ven pronto, te cocinare tu pastel favorito y tu papá quiere hablar contigo del futuro de T&T, te amo.

Tras que su madre cortara la llamada cerró la laptop y se bajó del auto.

—Tomate el día libre, hoy solo quiero dormir.

Cerró la puerta con sus cosas en la otra mano y se fue a su cama.

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