Capitulo 3

Ante mis palabras, Ha-eon lentamente se apartó de mí y me miró. Se levantó lentamente de puntillas y lo beso ligeramente en los labios, luego se alejó. Fue amargo debido al ungüento, el sabor astringente fue más fuerte que la sensación de sus labios.  

—Debes saber que como Beta no puedo follar como un Omega, no de la misma manera.

Los ojos de Ha-eon parpadearon levemente. Y pude ver los nudillos de sus manos que agarraban mi ropa estaban blancos por el esfuerzo.

—No importa. De todos modos, soy alérgico a las feromonas omega…

Señalé con el dedo la mejilla de Ha-eon y lo bese.  

—No reacciono a nada más que a tus hoyuelos.

—Ni siquiera lo toque cuando lo sacaste para comerme, y luego escapaste, así que supongo que finalmente vas a comerme.

Entonces Ha-eon sonrió. Instintivamente toqué el hoyuelo en su mejilla. Se que no lo lastime, pero frunció el ceño. Era lindo, así que esta vez bese ligeramente sus labios. Quería besarlo con más fuerza, pero me preocupaba la herida en su labio.

—Por mi moral. No tengo relaciones de esa manera.

—Eres divertido.

—No era una relación en ese sentido, así que dame tu número y dirección.

—Oye, realmente crees que estoy loco, ¿no?

—¿Qué? Estás mintiendo.

Dicho esto, me acerqué al teléfono celular  que no conocía de Ha-eon y miré la pantalla.

—Maldito bastardo.

Se registró una llamada perdida.

—Oh, no todo son mentiras, por supuesto.

—Mayor.

—Ya no lo haré si estás ahí para consolarme. ¿Qué dices a eso?

Luego, abrió los brazos como pidiendo un abrazo y sonrió alegremente, lo cual me pareció muy gracioso así que lo dejé pasar. Lo levanté y lo acosté en la cama, sentándome en posición horizontal. Me subí encima de él, atrapándolo entre mis piernas y lo bese varias veces. Mientras acariciaba su cabello, agarré la parte posterior de su cabeza y se inclinó hacia atrás, así que no tuve más remedio que hacerlo.

Realmente no era mi intención, pero Ha-eon separo los labios, así que con cuidado metí la lengua. La lengua de Ha-eon también salió a mi encuentro, y el área alrededor de su boca se humedeció con su saliva y la mía, junto con un sabor astringente. Debe ser el ungüento. Con la otra mano le levanté la camiseta sobre el estómago a Ha-eon y sentí sus costillas huesudas.

Eran tan pronunciadas que aparté los labios y miré hacia abajo. Sabía que era naturalmente delgado, pero ahora estaba tan delgado que sus costillas quedaban expuestas.  

—Seon-jae.

Ha-eon rodeó mi cuello con los brazos y rápidamente puse mi mano detrás de su espalda como abrazándolo para ayudarlo a levantarse. Luego me levante y fui al refrigerador. Lo único que había dentro eran latas de cerveza, agua embotellada y el pastel que había traído antes.

—Mayor, necesitas comer.

—¿Eres tu mi madre? Intente comer arroz.

—No, mayor. Está bien decirlo en momentos como este.

—Entonces, sabes que no está bien simplemente detenerte y abrir el refrigerador cuando estás a punto de follar, ¿verdad?

—Vamos a cenar. Si comes pastel en ayunas, no te caerá bien.

—¡Oye! Lee Seon-jae! ¿No creo que eso sea algo que deba decir el hombre que acaba de besarme y meter la mano debajo de mi ropa?

—Mayor, escúchame.

—¿Qué?

Miré a Ha-eon mientras cerraba el refri.

—Si no tienes la fuerza física adecuada, no podrás terminar. Porque yo…

Cerré los ojos por un momento y luego los abrí. Pudo ver la mirada de incredulidad en su rostro, pero continuó.

—Es asombroso. Eres terrible.

Eso es lo que dijo en respuesta a mi honestidad.

El único lugar cercano que se me ocurrió para llevarlo fue a un restaurante de caldo de hueso. No tuve elección. Era el único lugar al que ir a esa hora.

—Sí, no hay nada como el caldo de hueso para animarte, ¿verdad?

Aunque Ha-eon lo dijo sarcásticamente, se comió con entusiasmo el caldo de hueso cuando salió. Corté el kimchi con unas tijeras. No, intenté cortarlo. El problema fue que cuando intenté cortarlo con las tijeras, Ha-eon me las quitó.

—Tienes la mala suerte de lucirte con un cirujano.

Luego, sostuvo las tijeras con el pulgar y el índice y lo cortó. Parecía como si estuviera sosteniendo unas tijeras quirúrgicas. A pesar de criticar el caldo de hueso, Ha-eon lo disfrutó. Mientras miraba a Ha-eon, de repente me sentí ansioso por el futuro. No pude evitar pensar que tendría que esperar hasta que ganara algo de peso. Sería demasiado para él si realmente estuviera chocando contra sus huesos.

No he investigado en detalle tener relaciones sexuales con un hombre, pero a menos que sea un omega, es muy difícil para un macho beta tener relaciones sexuales con un alfa. Por supuesto, necesitare lubricante y juegos previos para relajarlo. Y lo más importante es la resistencia física. Sin la resistencia adecuada, es difícil alcanzar el orgasmo. Es básico. Y para tener resistencia es importante hacer ejercicio, pero lo primero es comer bien.

—Ja, ha pasado un tiempo desde que comí algo decente.

—¿Qué has estado comiendo hasta ahora?

—¿te de cebada?

—Cerveza, dices.

—¿Leche?

—Estás seguro de que era realmente leche, ¿verdad?

—Eres un pervertido, ¿qué estás pensando?

—Mayor, cuéntame una historia sobre ti.

—¿Qué historia?

—El mayor sabe que solo he salido con mujeres, pero yo no sé nada sobre ti.

—Hmph, eso no es algo de lo que debas hablar en un restaurante, ¿verdad?

—¿Quieres un poco de soju?

—No, no quiero emborracharme y decir cosas que no debería. ¿De qué tienes curiosidad?

—Empezando, quiero saber la historia del tipo que te golpeó cuando yo era pasante.

—... Oh, lo recuerdas.

—Me sorprendió ver al lindo chico con hoyuelos aparecer con golpes en la cara. Además, me sorprendí más porque desapareciste inmediatamente después de que te curara. Pero lo que me sorprendió mucho más fue que al día siguiente apareciste sin previo aviso, como si nada, sin ninguna preocupación en el mundo.

—¿Estas siendo sarcástico?

—Sí, ese periodista imbécil me dijo que hablo de manera similar a mi mayor.

—Mmm.

 Luego, Ha-eon robó mi caldo que no había terminado de comer como si nada.

—Fue simplemente un hombre que pasaba, pero era un pervertido. Le gustaba golpear para excitarse.  

—Eres un pervertido.

Dije por frustración, pero Ha-eon sonrió. Estoy furioso, pero no sé por qué Ha-eon parece feliz.

—Así que lo dejé después de eso porque pensé, oh, estoy realmente cansado de salir con extraños, y luego realmente viví como un monje, muriéndome de hambre, pero exploté por demasiado estrés, así que recientemente solo lo he estado jugando un poco.

—¿Qué pasa con una relación seria?

—¿No estás investigando demasiado el pasado de otra persona?

—A excepción de la chica que me presentaron durante mi tercer año, nunca tuve citas. Salimos durante aproximadamente medio año y la razón por la que rompimos fue porque yo estaba demasiado ocupado. Espera… Antes de eso, como sabes, salí con alguien que se me confesó en la universidad.

Afortunadamente, no éramos del mismo departamento fue lo mejor porque si rompíamos no nos veríamos diariamente y tampoco quería cambiar de área. Salimos brevemente, pero la razón por la que rompimos fue principalmente porque yo estaba demasiado ocupado y no era mi prioridad.

—Sabes, no tengo tanta curiosidad por tu pasado.

—Eso es todo, así que cuéntame mayor porque no sé cuánto más puedo seguir enojándome con esas personas a las que llamas tus ex que dijeron que mi mayor es poco apetecible.

—¿Sentías curiosidad por eso?

—Sí, ¿por qué diablos dijeron que no eres delicioso? porque cuando te probé, quería seguir tocándote.

—¿No crees que estás demasiado caliente en un restaurante de caldo de hueso?

—Es por eso que me estoy conteniendo. De lo contrario, es posible que te arranque el cuello de un mordisco.

—Soy beta, ¿verdad?

—Aún.

Extendí la mano y pase las puntas de mis dedos índice y medio desde la clavícula expuesta de Ha-eon, hasta su cuello y debajo de su oreja. Pude ver el cuello de Ha-eon curvarse por sí solo. Él también se sonrojó un poco.

—Tal vez si dejo mi marca aquí—, pensé, —los imbéciles que pensaban que eres insípido sabrán que se equivocaron pero no tratarán de atacarte.

—No eres tan genial como crees.

—Sí, porque soy pragmático y no soy un idiota que pierde lo que es suyo.

—No, quise decir idiota y poco cool.

—De cualquier manera, háblame de ti mayor, porque hoy quiero terminar con mis celos de tu pasado.

—Uh… salí con alguien en serio en la universidad, pero no duró mucho porque no era omega. Aunque en su mayoría fueron aventuras de una noche, los alfa finalmente me dejaron para encontrar a un omega. Y mi único compañero que fue beta duramos unos 3 años.

—¿Cuando?

—En el Instituto.

Por supuesto, pensé que fue durante la universidad. Pensé en un Ha-eon en la escuela secundaria. Debió haber sonreído como un niño mientras vestía su uniforme escolar con sus hoyuelos. Aunque todavía parece bastante joven, me pregunto qué tan lindo debe haber sido cuando era más joven.

—Cuando ingrese a la facultad de medicina, rompimos porque peleábamos a menudo, probablemente debido a mi complejo de inferioridad. Ah, juventud.

—¿Eso es todo?

—Si eso es todo. Incluso si nos encontramos ahora, no dudaría en absoluto.

—Ya veo. Pero por favor no lo vuelvas a ver.

—¿Por qué?

—No me gusta.

—Está bien, ¿qué más quieres preguntarme?

—Solo pensare en esto por ahora, iré a casa a dormir. Y tú.

—¿Por qué?

—Voy a pedir un caldo pequeño, así que cómete todo para que aumentes de peso adecuadamente.

—¿Me estás matando de hambre ahora?

—No, solo me aseguro de que comas bien para que estés en buena forma.

—¿Estás bromeando?

—Lo digo en serio.

Luego llamé al camarero. Seguí contactando a Ha-eon desde ese día. Aprendí de mis fracasos anteriores y le llamaba cada vez que tenía tiempo libre. Pero él fue muy breve con sus respuestas. —Casa—, —descansa—, —respira—, etc. El mensaje más largo que envió fue: '¿Tocaste mis cosas?'

Por supuesto dije que no, simplemente recibí lo que me entrego la doctora Bae Hyer-rin, pero la respuesta fue —sí—, solo una letra. Al menos tenía que estar agradecido de que no fue —oo— o —o— o ninguna respuesta. Aun así, aunque estaba ocupado, nos mantuvimos en contacto e iba a su casa tan pronto como salía del trabajo. Cuando llegaba a  su casa, el me abrazaba por el cuello y frotaba su cara entre mi cuello, al contrario de sus cortas respuestas a mis mensajes, pero no pude responder. Todavía está muy delgado, podía sentir sus costillas y pensé que aún no podía hacer eso.

Así que lo invitaba a cenar. Después de cuidarlo durante unas dos semanas, Ha-eon ganó algo de peso. A menudo se molestaba porque solo terminábamos besándonos, pero pensé que hoy estaría bien, así que me estaba concentrando en no dejar que nada me perturbara en el trabajo, cuando el profesor Kim Sang-rok vino de visita. No dije nada.

—Ey.

Me llamó.

—¿Sigues saliendo con ese tipo?

No dijo su nombre, pero asentí porque sólo hay una persona que le importaría al profesor Kim Sang-rok. El profesor Kim Sang-rok dejó casualmente el periódico que sostenía en la mesa junto a mí.

—Dile a ese tipo que nunca vuelva a tratar a pacientes pediátricos.

El periódico que dejó el profesor Kim Sang-rok contenía un artículo especial. El titular del articulo decía: —Ministro XXX, acusado de violación incestuosa e instigación al asesinato—. Si bien los casos de violación y agresión contra criminales alfa habían sido el centro de atención en los últimos años, en primera plana había una historia completamente diferente.

Lo que estaba escrito era el nombre del ministro que resultó ser el padre de Tae-yun. No pude soportar leer el artículo, así que bajé y verifiqué el nombre del periodista. Era el nombre del paciente de la habitación 2, el hombre que vino a verme y me pidió que le diera una receta con el medicamento de Tae-yun. Después de dudar leí el artículo lentamente. El artículo fue muy detallado.

El ministro tuvo un hijo fuera del matrimonio con su amante, y cuando el hijo Omega entro en celo, el ministro utilizó la coerción para forzar el emparejamiento. El hijo desarrolló celo crónico y epilepsia como efecto secundario del emparejamiento incestuoso e inevitablemente se vio obligado a someterse a una cirugía de des emparejamiento.

Después de la cirugía de des emparejamiento, le recetaron tranquilizantes, pero el ministro ordenó deliberadamente a su amante y a su secretaria que destruyeran las recetas. El hijo saltó por la ventana y murió a causa de alucinaciones, efecto secundario del des emparejamiento sin tranquilizantes.

La policía está investigando el incidente, pero otros medios de comunicación distintos de los pertinentes no informan lo suficiente sobre el incidente. Donde el artículo es algo inexacto fue al afirmar que padeció celo crónico y epilepsia debido al incesto, pero Tae-yun no sufría exactamente de epilepsia. Era diferente de la epilepsia, que se sabe que es una convulsión causada por una anomalía en el sistema omega.

Además, lo que le recetaron después de la cirugía de des emparejamiento no fue un tranquilizante, sino un antidepresivo más cercano a un estimulante. Además las alucinaciones no se encuentran entre los efectos secundarios de la cirugía de des emparejamiento. Hay depresión y fatiga extrema, pero se recetan antidepresivos para prevenirlo, y aunque algunas personas lo señalaron, yo lo sabía con bastante detalle. Pude entender por qué el periodista permaneció tanto tiempo en la habitación 2.

Busqué en Google el título del artículo y llegué a una página de noticias en línea. La reacción fue calurosa. Afortunadamente, el nombre de Tae-yun no se mencionó en los comentarios que leí brevemente. Las personas que eran masticadas por las manos y las palabras de la gente son los padres de Tae-yun, no Tae-yun, así que me alivió que el nombre de Tae-yun no se mencionara allí.

Envié un mensaje de texto con el URL de la página de noticias en línea a la doctora. Jeong Soo-young y marcó el número de la sala VIP.

[Esta es la sala VIP.]

—¿Directora Jeong Soo-young?

Pregunté ante la voz femenina ligeramente baja y ella respondió con una voz sonriente.

[—Dr. Lee, ha pasado mucho tiempo, ¿llamas porque quieres trasladar a un paciente a la sala VIP?]

—No, hay un reportero encubierto entre los pacientes en la sala VIP y me preguntaba si podría incluirlo en la lista negra.

[Oh, ¿habitación 2? Siempre que se obtengan pruebas, se podrán procesar.]

—Te envié un mensaje de texto con el URL del artículo, también está el nombre del periodista al final.

[Está bien, lo comprobaré. Por cierto, ¿cómo está Ha-eon?]

No estoy seguro de por qué tanto el profesor Kim como la directora me preguntan sobre Ha-eon, pero asentí, aunque no puedo verla.

—Esta bien, estoy trabajando duro para que coma, y si tiene un buen puesto de trabajo, no dude en decírmelo.

[Dr. Lee, el apoyo externo es demasiado. Está bien, hasta luego]

Terminé la llamada, recogí el periódico para tirarlo a la basura y luego lo bajé lentamente. No sabía si lo había visto o no, pero no quería enviarle el URL, así que agarré el periódico y lo metí en mi bolso. Tan pronto como llegué a su casa, el me vio corrió hacia mí y me abrazó. Suele mostrar cariño, pero hoy no se veía así.

Cuando abrí la puerta, Ha-eon me miró con los ojos muy abiertos y las comisuras de la boca bajadas, como si estuviera ansioso. Mientras se acurrucaba en mis brazos, acaricié la nuca de Ha-eon. Nos abrazamos por un rato antes de que él hablara desde sus brazos.

—Ha sido acusado.

—¿Acusado?

—Esa escoria humana.

El periódico en su mano izquierda se tensó ante sus palabras. Debe ser el padre de Tae-yun.

—Quieren que vaya como testigo al juicio en una semana.

—Mayor.

—Podré hacer un buen trabajo, ¿verdad?

Sólo entonces Ha-eon levantó la cabeza. Las comisuras de su boca todavía estaban bajadas y los ojos estaban ligeramente húmedos. Besé sus párpados. Ha-eon cerro ligeramente los ojos y luego los abrio, y las lágrimas cayeron de las comisuras de sus ojos.

—Sí, lo harás bien.

Ante esas palabras, Ha-eon lo soltó y secó sus lágrimas con su mano. Dejé el periódico al lado del zapatero y le dije a Ha-eon que se preparara para salir. Revisé el refrigerador y el fregadero y me di cuenta de que no había desayunado ni almorzado. Pensé que simplemente no dormía cuando estaba preocupado por algo, pero tampoco parecía comer mucho.

Cuando salimos a cenar, como era de esperar, no volvió a comer mucho. Como era un menú coreano, puse toda la carne guisada encima del arroz de Ha-eon, pero él volvió a colocar la carne en mi arroz. Pensé que había ganado algo de peso, pero no era demasiado para una semana.

Al hospital acudieron dos policías vestidos de civil. Tae-ho guió a la policía hacia mí con una expresión de curiosidad. Creo que este será el chisme hospitalario de la semana.

—Es sólo una formalidad, pero por algo venimos. ¿Es usted el médico que operó a la víctima de Tae-yun?

—Sí, soy quien opero a Tae-yun.

—Tu nombre es Lee Sun-jae, ¿no?

Tae-ho fue el primero en notar la situación y su boca se torció porque quería reír. Aun así se mantuvo firme.

—El médico que realiza la cirugía se llama cirujano.

—Ah, así es. 

El que había mantenido la boca cerrada le dio un codazo al que había entendido mal. Detrás de él, Tae-ho estaba sonrojado. Si iba a aguantar así, también podría reírse.

—¿Usted conoce al Dr. Kwak, el médico que trató a la víctima?

—Sí, estamos saliendo.

—Dios mío…

Salió de la boca de Tae-ho, quien contuvo la risa hasta que su rostro se puso rojo. Los dos policías miraron hacia atrás. Tae-ho me miró con la boca abierta y los ojos entrecerrados, como si lo hubiera traicionado. Lo ignoré.

—¿Alguna vez conoció al perpetrador o a sus asociados durante la cirugía de des emparejamiento?

—No, el formulario de consentimiento se procesó mediante el correo del hospital y cuando le dieron de alta, estaba ausente por otro asunto.

—Es eso así. Está bien. Fue realmente una visita formal. Gracias por su cooperación.

El policía que no hablo se alejó, todavía sin hablar, y sólo el policía que habló le tendió una tarjeta de presentación y se la entregó. Cuando la policía se fue, Tae-ho me bloqueó el paso cuando me di vuelta para volver al trabajo.

—¡Cómo no pudiste ni siquiera decírmelo!

—¿qué?

—¿Estás saliendo con Ha-eon?

—¿Por qué? Ya se rumoreaba.

—¡No es justo! ¡Me esforcé mucho para que se detuviera ese rumor cuando dijiste que no estaban saliendo!

—No mientas.

—¡En verdad! Realmente tengo conciencia.

Esta vez, Tae-ho no fue en la sala de urgencias, pero habló de su conciencia hasta el final. No estoy muy impresionado, pero

—¿Entonces es un omega apretado?

—¿Tu imaginación está limitada a ese punto? El Mayor es Beta.

—Entonces, ¿cómo están saliendo?

Tae-ho sacudió la cabeza, todavía sin entender.

—¿Qué importa el género cuando se trata de salir con alguien? ¿No estás ocupado? ¿No tienes que volver a urgencias?

—¡Al salir con alguien, el tipo, el género, la edad y la nacionalidad son importantes! Sr. Lee...

—¿Por qué estás tan molesto?

—¡Debiste decírmelo! Ah... mis 100.000 wones.

—Así es, dame esos 100.000 wones.

—¡Aaaah, es una llamada!

Tae-ho escucho sonar su teléfono y salió corriendo a toda prisa. Estoy seguro de que no era lo suficientemente urgente para que se fuera, pero claramente se escapó porque no quería pagarme.

—Voy a estar allí.

Fue un mensaje conciso. Durante el resto de la semana, Ha-eon habló intermitentemente y no comió mucho. Sólo estaba investigando procedimientos de castigo penal. Tiro todos los libros de medicina y comenzó a leer libros sobre derecho. Intenté de todo para alimentarlo, pero fue en vano. No sé si era su apariencia infantil o su comportamiento infantil pero disfrutaba comiendo gomilonas. Sólo puedo estar agradecido por la elección del profesor Kim.

Como estaba comiendo gomilonas mientras murmuraba inflando su mejilla, no me pude resistir y a menudo la tocaba. Aun así, cuando estaba de buen humor, aceptaba, pero cuando no, me miraba con enojo. Luego sacaba otra bolsa de gomilonas y se la daba. Sólo quería que llegara la fecha para que testifique en la corte y que esto terminara.

Mentiría si dijera que no me importa, pero estaba tratando de no preocuparme lo más posible. Terminé una vertebro plastia simple por la mañana y salí. La sala de operaciones estaba extrañamente desordenada. Solo había un chico de primer año quien seguía en su puesto,

—¿A dónde se fueron todos?

—Doctor, eso es...

En ese momento llegó una llamada de urgencias. No quería enviar a Reggie, un estudiante de primer año, solo, así que bajamos corriendo las escaleras a abajo. El primer piso era un desastre. La gente seguía saliendo de las ambulancias. La mayoría de ellos tenían heridas alrededor de la cara o parecían aturdidos. La mayoría de ellos tenían tarjetas alrededor del cuello. Eran tarjetas de prensa de medios de comunicación como xx periódico y xx diario.

Cuando Tae-ho vio entrar a los pacientes, rápidamente me arrastró debajo de las escaleras. La expresión de Tae-ho era urgente, pero era extraño verlo haciendo muecas.

—¿No hay nadie en neurocirugía? ¿Por qué estás aquí?

—¿Entonces quieres que deje a uno de primer año aquí solo?

Detrás de mí, Reggie, de primer año, simplemente ponía los ojos en blanco y observaba la ajetreada situación. Seguí a Tae-ho mientras caminaba, personal de varios departamentos ya habían bajado. En medio de ello había una persona en una camilla. Le habían arrancado la oreja izquierda y le desgarraron gravemente un ojo.

La piel alrededor de su rostro se estaba despegando, especialmente alrededor de los pómulos. No era una quemadura. Ni siquiera era una lesión por raspadura en cemento. El rostro tenía numerosas marcas de dientes. Además de su horrible apariencia, su ropa estaba hecha un desastre. Probablemente originalmente era un traje.

Además, incluso tuvieron que cortarle el pantalón y su ropa interior. No sé la razón, pero era visible claramente que estaba sangrando por la parte inferior de su cuerpo. El hombre era quien se suponía que comparecería hoy ante el tribunal acusado de violación y asesinato, el padre biológico de Tae-yun, el Ministro XX, quien fue acusado hoy formalmente.

De esta manera, sentí a mi corazón latir más rápido. Sólo lo había visto en el periódico y en el monitor de la computadora. ¿Por qué está esta persona así aquí? Al mismo tiempo, sentí que mil dólares subían dentro de mí. ¿Qué demonios estoy haciendo aquí?

—¿Hay alguien más en neurocirugía?

—No, y no sé por qué.

—Jefe o de tercer año o alguien más.

—Los dos de tercero están fuera y la profesora Park está en un simposio en el extranjero.

Mayor.  

Tae-ho habló brevemente y me miró.

—Lee Seon-jae, yo... Después de todo, eres médico.

Después de decir eso, salió corriendo cuando lo llamó una enfermera. Me quedé allí. Un doctor, que no sabía si era un interno de la sala de urgencias o un médico de otro departamento, me estaba explicando como era costumbre. Examen físico, signos vitales, resultados de pruebas en curso.

Mientras tanto, otro sostenía el respirador sobre la boca del hombre y yo aún no podía concentrarme en lo que decía. Cuando finalmente recobré el sentido, todo lo que pude escuchar fueron hallazgos subjetivos: tímpano roto, daño a los músculos faciales, compresión ocular, desgarro rectal.

—Existe la posibilidad de hemorragia cerebral debido a un impacto externo, así que asegure las líneas C y A durante la cirugía.

Y antes de darme cuenta, estaba dando mi opinión como cualquier otro médico. Fue patético. Me sentí enfermo y aunque no había feromonas omega, sentí náuseas. Para ser honesto, he visto pacientes con caras aún más horribles que ésta. Sin embargo, el lado derecho de la cara, que permaneció intacto, era más horrible que el lado izquierdo, que estaba destrozado.

Aparte de otorrinolaringología, oftalmología, traumatología, anestesiología, analgésicos y proctología, donde tenía programada una cirugía, volví y examiné a otros pacientes. Todavía no sabía lo que estaba pasando. Lo único que se me pasó por la cabeza fue el comentario de que hoy comparecería como testigo. Atrapé al estudiante de primer año que deambulaba y seguía a otros. Realmente espero que no.

—Comprueba si Kwak Ha-eon está entre los pacientes. Si lo está, contáctame. Si no,...

Detrás de mí, vi al personal médico preparándose para la cirugía y un monstruo con la forma de un paciente.

—No lo contactes.

Cerré los ojos con fuerza. Fui a la escuela de medicina casualmente porque mi constitución era única y la cabeza me daba vueltas. Entonces recordé los cuatro principios de ética médica de los que había oído hablar en la escuela de medicina y que había olvidado arbitrariamente.

Ø Principio de respeto a la autonomía. Garantizar la autonomía del paciente.

Ø Principio de prohibición de las malas acciones. No se debe causar ningún daño al paciente.

Ø Principio de beneficencia. Debe ayudar activamente al paciente.

Ø Principios de Justicia. Debe ser justo y equitativo, sin desigualdad ni desequilibrio.

Abrí los ojos. Aún en la sala de urgencias, todo era sombrío y caótico. En mi mente se estaba desarrollando el temido mors in tabula de un cirujano, la muerte en la mesa. Había muchas formas de matar al monstruo, anestesiándolo o paralizándolo.

Sin embargo, todavía me estaba preparando para la operación, como siempre lo había hecho mecánicamente. Era un ser humano al que nadie le importaría si lo estrangulaba. No, no podría llamarlo humano. Me lavé bien las manos, me puse guantes de látex, hablé con los otros médicos sobre la cooperación en la cirugía y les dije a las enfermeras sobre la cooperación que necesitaría.

El humano que hay en mí, Lee Sun-jae, está enojado, llorando y preocupado por el invisible Ha-eon, mientras mi cuerpo con la placa de neurólogo entro al quirófano. Este quirófano era incluso donde realizó la cirugía de des emparejamiento de Tae-yun. Elimine con precisión el sangrado acumulado en la aracnoides.

La cooperación con el resto del personal médico también fue excelente. Si no fuera por el monstruo al que estaba operando, mañana tendría una conferencia del caso al considerarlo un éxito. Pero ese no era el caso dentro de mí. Varias veces me invadieron pensamientos terribles. Si no puedo controlar la fuerza de mis manos de lo que estoy operando actualmente, se acabó.

Si no sujeto el clip ahora, estaría al menos paralizado de piernas para abajo. Si no cauterizo adecuadamente, volverá a desangrarse. ¡Si no logro medir bien la distancia con solo mover el microscopio! ¡Incluso si simplemente saco el tubo nasal que está actualmente conectado! Como médico, imaginé cosas que no debería haber imaginado. Fue tan horrible.

El monstruo bajo mis manos, y me imagine matando a ese monstruo. ¡Siempre he pensado que la vida era dominio de Dios y la tecnología era dominio de los médicos! ¡Y aquí estaba yo, con la tecnología para quitar una vida, el dominio de Dios!

Tan pronto como termine la cirugía, tiré los guantes el gorro quirúrgico y corrí al baño. El resto del personal médico debió pensar que tenía prisa porque fue una larga cirugía, pero corrí al baño y tire la mascarilla. Me mordí el labio inferior durante mucho tiempo, por lo que la marca de mi colmillo era claramente visible. La sangre manaba de mi colmillo y se secaba debajo de mi barbilla.

Pensé de nuevo en las marcas de dientes en el lado izquierdo de la cara del monstruo. En las marcas de dientes en el pequeño y blanco cuello de Tae-yun, me sentí afortunado ante el hecho de que aún no me habían contactado. Mientras pensaba que no debía contarle a nadie sobre esto, lo único que me vino a la mente fue la cara de Ha-eon.

Fui al perfil de Ha-eon en la lista de mensajes y presioné llamar. Sonó el tono del receptor. Cada vez que sonaba, mi corazón daba un latido más bajo. Después de cuatro tonos, Ha-eon contestó. Pero ni él ni yo hablamos. El silencio al otro lado de la línea continuó hasta que apenas abrí la boca.

—Mayor, ¿estás bien?

Un suspiro superficial. Fue más pesado que un suspiro, era más como un suspiro de alivio.

[Estoy bien]

En el momento en que escuché esas palabras, rompí a llorar, todavía agarrándome del fregadero. Podía oírlo sollozar y sollozar por el auricular. Me vino a la mente la cara del monstruo. Hice lo que había estudiado y practicado clínicamente durante tantos años.

—Hoy odie ser médico. Caminé desde la sala de urgencias hasta el quirófano e hice todo lo que pude para salvarle la vida. Las mismas manos que operaron a Tae-yun, operaron al bastardo que lo arruinó.  

[...Seon-jae.]

No podía imaginarme la expresión de Ha-eon. Sólo quería verlo lo antes posible, pero también me di cuenta de que un humano como yo no debería estar a su lado.

—Lo siento, mayor.

Siempre creí que hice lo mejor que pude en cada cirugía y lo hice. Incluso esta vez sentí mucha pena por Ha-eon.

—Realmente quiero que ese bastardo sufra, que se sienta miserable y que pase momentos difíciles, pero como médico…

Mi agarre sobre el fregadero se debilitó. Mis piernas también se debilitaron y los fríos azulejos del baño tocaron mis rodillas. Un escalofrío recorrió mis rodillas. Mi cabeza y mi corazón ya estaban latiendo con fuerza por el frío, pero mis manos inquebrantables y las lágrimas que brotaban de mis ojos calientes me dijeron que lo decía en serio. Sentí tanta pena por Ha-eon que estos eran mis verdaderos sentimientos. Por ser este tipo de ser humano. Por ser este tipo de médico.

—Espero que viva.

Después de eso, siguió un momento de silencio. Sabía que le había dicho cosas a Ha-eon que no debía haber dicho. Pero él era la única persona a la que podía contarle cómo me sentía. Él me dijo que era un buen médico. Él me dijo que podía ser mejor médico, el compartió un pedacito de dulzura en medio del dolor. Le pedí que llevara mi carga y tenía razón, quizás se suponía que nunca más volviéramos a vernos.

[Seon-jae, te extraño.]

Esas palabras fueron mi único consuelo, a pesar de que su tono de voz era la misma. Voz quebrada como cuando me grito lleno de ira al enterarse que Tae-yun estaba muerto y desapareció frente a mí. Cuando regresé al consultorio médico, el Jefe se me acercó.

—Doctor, ¿se encuentra bien?

—No, no puedo cuidar de ese paciente, así que necesito que usted lo cuide.

—Sí, lo haré—, dijo, —Sal del trabajo rápidamente.

Luego estaba empacando mis cosas. Cuando Tae-ho me mando un video, ni siquiera quería ver qué era y entonces sonó el teléfono. Simplemente lo cogí pero no dije nada, y él me preguntó:

[¿Terminaste la cirugía?]

—Si.  

[¿Por qué contestas el teléfono y no hablas? Me preocupaste]

—Me voy del trabajo.

[¿Viste el video?]

—¿Tengo que verlo?

[Bueno, no puedo evitar si no quieres verlo, pero trabajé duro para conseguirlo.]

—¿Qué es?

[El ataque terrorista con huevos que ocurrió hoy frente al tribunal.]

De repente, la palabra tribunal me hizo pensar en el monstruo y en el rostro de Ha-eon al mismo tiempo. Me sentí mal porque primero me vino a la mente la cara del monstruo.

—¿Al ataque terrorista con huevos te refieres, a que lanzaron huevos?

[Sí. Es un vídeo que ya está eliminando ahora, así que fui tan lejos como para averiguar cómo descargarlo de YouTube, porque pensé que debías verlo].

—No me digas que necesito verlo, mejor di algo para animar a tu cansado compañero de equipo.

El tono exagerado de Tae-ho me relajo. Mientras tomaba las llaves del auto y salía, escuché un grito por el receptor: —¡Doctor!

[Puaj.]

Tae-ho colgó el teléfono. Evidentemente, de repente apareció un paciente. Fui al estacionamiento y seleccioné la dirección del edificio de Ha-eon, que está marcada en el navegador, y apareció en mi teléfono la foto que me envio Tae-ho. Accidentalmente presioné push y apareció una ventana de mensaje.

[Salvando el día, una foto del voluntario navideño]

El mensaje de Tae-ho apareció encima de la foto. En el lado izquierdo de la foto estaba la espalda de un niño pequeño con cabello negro, y en el lado derecho, Ha-eon estaba sonriendo con una nariz roja de Rudolph que parecía hecha de esponja. Su cara no se veía muy diferente de cómo es ahora, pero aparecían sus hoyuelos, así que era lindo verlo.

Además, pude ver miel goteando de sus ojos, probablemente por el niño frente a él. Es la mirada encantadora que me das cada vez que me pides algo. Cuando intenté deslizar el dedo sobre los hoyuelos en la pantalla, la imagen se hizo demasiado grande y después pequeña, así que inmediatamente la configuré como fondo de pantalla y pantalla de bloqueo. Ver su cara sonriente en la pantalla de bloqueo me hizo sentir mejor. No podía esperar para verlo.

Mientras tomaba el ascensor, vi una persona sentada en el pasillo, abrazando sus rodillas. La persona estaba frente a la habitación 401. Mientras me acercaba, la persona levantó la cabeza. Había claras marcas de lágrimas en el rostro de Ha-eon.

—Mayor, ¿por qué estás sentado ahí cuando hace tanto frío?

—Seon-jae.

—Levántate. 

Agarré a Ha-eon del brazo y lo ayudé a levantarse, pero tropezó. Parecía que había estado sentado durante mucho tiempo. Ha-eon simplemente me tomó suavemente del brazo y no abrió la puerta.

—No estás herido, ¿verdad?

Pregunté, recordando a los pacientes que acudieron en masa a la sala de urgencias. Por lo que parece, no estaba herido. Ha-eon me miró con los ojos rojos de tanto llorar. Las comisuras de su boca se curvaron hacia abajo y su rostro estaba pálido.

—Seon-Jae.

—Sí, mayor.

—Creo que yo lo hice.

—¿De qué estás hablando?

—Pensé que quería que ese maldito... hijo de puta se fuera a la mierda, pero…

Ha-eon se mordió el labio inferior. Hoy, apenas pude contener mi ira y frustración mordiéndome el labio durante la cirugía, pero no podía dejar que Ha-eon hiciera eso. Agarré suavemente su mejilla para evitar que mordiera.

—No fue nada agradable de ver, que algo así sucediera frente a mis ojos. Pensé que sería refrescante, pero en lugar de eso estaba disgustado y sentí que había hecho algo malo. ¡No tengo nada qué lamentar por ese bastardo!

Me agarró del brazo y gritó. No estaba seguro de qué hacer. Primero, lo tomé entre mis brazos. Su cuerpo temblaba levemente. Sentí que volvía a llorar. Fingí que no sabía la contraseña porque no quería que él lo supiera, pero marqué el 3261 y entramos a su casa. Cuando intenté ponerlo en la cama, me abrazó del cuello y no me soltó. Podía sentir mi hombro mojarse.

Lo abracé por ahora y le acaricié la espalda, esperando que las lágrimas se detuvieran. Hizo un gemido y hundió más la cabeza en mi hombro mientras lloraba. Después de un rato de sollozar, se quedó quieto.

—Frente al juzgado... delante de todos esos periodistas, lo golpearon con huevos. Al principio, estaba bien. Quería tirarle uno también pero en realidad quería que le tiraran de todo hasta tomates, pero luego un huevo se rompió y... olía a COP...

De repente, recordé haber escuchado la palabra COP. Era algo que Ha-eon le había dicho antes al periodista de la habitación 2.

—De repente, los alfas en la sala, los reporteros y el personal del tribunal, pusieron los ojos en blanco. Era una orgía de bestias, coercitiva.

—Mayor.

—Esa es la única manera de describirlo. No fue un acto humano.

No podía entender a qué diablos olía el COP, lo único que me vino a la mente fue presión, pero eso no tenía nada que ver con el olor. Cuando fui a consulta por mi recuento de glóbulos blancos, creo que fue una combinación de tres medicamentos para la leucemia pero no tiene nada que ver con el olor.

—¿Qué es el COP?

Los sollozos de Ha-eon se detuvieron ante mi pregunta. El brazo alrededor de mi cuello se aflojó lentamente. Ha-eon simplemente parpadeó decaído y desesperadamente sostuvo mi brazo con su mano. Sus labios entreabiertos se cerraron, levantó la cabeza y lo beso. Nos besamos ligeramente, luego nos separamos, él miró mi labio inferior y preguntó.

—¿Qué ocurrió?

Pude ver sus ojos temblar. Todavía estaba sosteniendo mi brazo como si estuviera ansioso.

—Me mordí para poder contenerme durante la cirugía.

—¿Por qué tú y yo estamos sufriendo tanto cuando él fue el imbécil que hizo mal?

Entonces lo vi apretando los molares. Levanté la mano y acaricie la mejilla de Ha-eon, limpié ligeramente su mejilla mojada. Y luego giró su rostro que no me miraba hacia mí.

—Mayor.

—No, yo también he hecho cosas malas. Le di un arma al reportero.

—¿Qué es el COP?

—Seon-jae.

Ha-eon puso su temblorosa mano encima de la mía. Pude ver las lágrimas brotar de nuevo de sus ojos enrojecidos. No parpadeó, pero las lágrimas aún llenaban sus ojos redondos y se derramaron. Cuando bese los ojos de Ha-eon, Ha-eon cerró los ojos y las lágrimas que se habían estado acumulando salieron en grandes cantidades.  

—No te agradaré.

—¿Por qué no me agradarías? Me gustas mayor.

—Son feromonas omegas compuestas, feromonas omegas falsas.

Eso era el COP como expresó Ha-eon. En ese momento me vino a la mente el frasco de perfume negro que usaba el reportero en la habitación 2. Las feromonas omega en la habitación 2 era excepcionalmente sofocantes a acre, el olor a feromonas omega que olí en la muñeca de Ha-eon era el COP el mismo que le dio al reportero. El olor a COP que Ha-eon olió hoy frente al tribunal.

—Me lo proveyó una empresa farmacéutica para la que estaba asesorando. Lo usé para engañar que el periodista en la habitación 2 era un paciente con celo crónico, y usé algunos para uso personal. Ja. Cuando trajiste mis cosas del hospital y descubrí que el COP había desaparecido, debí haber matado a ese periodista.

A eso se refería Ha-eon cuando preguntó: —¿Tocaste mis cosas?  A diferencia de Ha-eon, yo estaba pensando en otra persona en ese momento. Una persona que siempre tenía una sonrisa amable y rara vez se agitaba. Una persona que puede apegarse mucho a los niños que Ha-eon, a quien expulsaron de pediatría.

—Mayor, no es tu culpa.

—¡Incluso si no lancé el COP, fui yo quien finalmente se lo dio!

—Tú no lo entregaste.

—¿Cómo lo sabes? Además, lo pensé innumerables veces, quería que ese bastardo cayera y muriera, ¡pero!

La mano de Ha-eon temblaba cuando la levantó y dejo de sostener mi brazo, y tocó la herida de mi labio inferior.

—No fue así, no así,…mientras te lastimas a ti también.

Besé la boca de Ha-eon. Ligeramente varias veces. Tenía un sabor salado mezclado con lágrimas. Finalmente supe por qué la Dra. Bae Hye-rin le dijo que lo sentía por Ha-eon. Después de varios besos más, pude decirle la historia de la Dra. Bae que me pidió que le contara con mi frente presionando contra la suya.  

Pasamos la noche abrazados. Ha-eon todavía estaba molesto y llorando, pero podía sentir su calidez, así que lo acerqué más a mí. Quizás demasiado cerca, de modo que parecemos erizos que se empujan uno a otro. Cuando nos despertamos por la mañana, ninguno de los dos podíamos soltarnos, Ha-eon me señaló sus cosas del hospital.

Me pidió que buscara un frasco de perfume negro y luego llamó al periodista de la habitación 2, a quien todavía etiquetó como un —imbécil—. Él no respondió. También llamó a la Dra. Bae Hye-lin, quien fue guardada como —la novia VIP Bae Hye-lin—. La llamada de Ha-eon fue recibida con un tono de conexión, seguido de un mensaje de que la llamada no estaba disponible. No había ningún frasco de perfume negro ni nada similar entre las cosas de Ha-eon que traje del hospital.

Ha-eon y yo todavía no sabíamos la verdadera razón de lo que sucedió ayer, y lo único que sabíamos era lo que apareció en las noticias más el vídeo que me envió Tae-ho. Lo había filmado en tiempo real un tipo que dirigía un canal de noticias en You tube. Como dijo Ha-eon, fue un acto animal. Gente corriendo a ciegas y el monstruo en el fondo en medio de todas las personas cubierto de huevo.

Pero lo que me llamó la atención no fue los dolorosos gritos del monstruo ni la horrible violencia. Fue Ha-eon, captado entre las personas en la esquina del cuadro, fue el primero en notar lo que pasaría e intentó detener a los animales. Su expresión de sorpresa se convirtió gradualmente en un ceño fruncido y después empezó a llorar mientras intentaba tomar el control de la situación.

Fue sólo después de que apareciera la policía y el personal de seguridad que no estaban afectados con el COP que Ha-eon se sentó en el suelo y miró al cielo con desesperación. Después de que llegaron las ambulancias, se puso de pie y revisó activamente a las personas heridas. Incluso daba instrucciones para que las trataran y se le vio corriendo brindando primeros auxilios.

En la escena Ha-eon, que seguía llorando, entablillaba el brazo roto de un paciente. No es de extrañar que Ha-eon no fuera a la sala de urgencias. Porque tenía que estar ahí como médico. Ha-eon le contó todo a la policía. Incluso su propio razonamiento. Pero no mencionó a la Dra. Bae Hye Lin. Cuando le preguntaron por qué lo hizo, Ha-eon respondió: —Porque soy médico.

—Porque quiero creer que Bae Hye-rin no está involucrada.

Es un hombre autoindulgente. Contrariamente al testimonio de Ha-eon, la policía sorprendentemente no mostró interés en el hospital. Dijeron que el incidente estaba relacionado con una serie de crímenes preexistentes contra los Alfa. No mencionaron el COP. Supongo que habían considerado las repercusiones de mencionar el COP.

Curiosamente, cuando fui a la comisaría me encontré con los dos agentes que habían ido antes al hospital. El que hablo conmigo en el hospital entró para grabar el testimonio de Ha-eon, mientras el otro esperó conmigo hasta que Ha-eon terminó. Ninguno de los dos dijo nada. Pero lo curioso es que cuando Ha-eon salió de la sala de interrogatorios, el silencioso dijo casualmente.

—El seolleongtang frente aquí es delicioso.

(Seolleongtang es una sopa elaborada con hueso de pierna de buey típica de la cocina coreana.)

Tenía un dialecto asombroso. Su acento era tan marcado que al principio no pude entenderlo. De todos modos, me incliné en silencio y arrastré a Ha-eon al restaurante seolleongtang que me recomendó. De repente, recordé lo que había sucedido antes y deliberadamente sostuve las tijeras frente a Ha-eon como si estuviera haciendo una cirugía. Ha-eon, que parecía estar perdido en sus pensamientos, me miró y se rio.

—¿Eres cirujano?

Ha-eon le quito las tijeras. Realmente no tenía la intención de cortar el rábano así, pero

—Mayor.

—¿Por qué?

—Pediré un especial. Porque necesitas ganar mucho peso.

—No podre comerlo todo.

—Cómelo. No tienes nada de qué preocuparte ahora. Te engordaré un poco, y ahora... mírame.

Lo decía en serio. Ha-eon seguía sin poder separarse del caso de Tae-yun. Ha-eon se perdió en sus pensamientos ante eso y sin decir una palabra, cortó el rábano en trozos pequeños. Pedí específicamente dos trozos de carne y miré a Ha-eon, pero el simplemente siguió cortando el rábano en trozos cada vez más pequeños sin responder.

Justo cuando se dio cuenta de que no tenía que hacer los trozos tan pequeños, llego la carne. Terminé de poner la carne en el plato de Ha-eon, que apenas me miro. A mitad de camino, me miró asustado y pensé que estaba a punto de tomar el más pequeño, así que le di el último de los trozos más grandes. Cuando regresé a la casa de Ha-eon, vi que todavía seguía vacía. Primero, miré las cosas que traje del hospital. Luego recogí la bolsa de pago por uso.

—Mayor ¿Vas a tirar esto a la basura?

Señalé las cosas del hospital y Ha-eon no respondió por un tiempo, y luego maldijo como no lo había hecho antes en el restaurante.

—Chico malo, bastardo egoísta.

—Está bien, entonces lo tiraré.

Puse todo en la bolsa de pago por uso. La caja era un desperdicio de cartón, pero le despegue los lados y la aplané. Estaba pensando en separar el contenido para reciclarlo, pero terminé metiéndolo todo en la bolsa de tarifa por volumen. Até bien la bolsa y rápidamente salí y la tiré. Tenía miedo de que me pidiera que se la devolviera nuevamente. Cuando regresé, miré el equipaje de Ha-eon.

—Mayor, tengo un regalo para ti.

—¿Qué, con las manos vacías?

—Te doy mi casa.

—¿Qué?

Él frunció el ceño como si no entendiera, así que rápidamente me lavé las manos y caminé hacia él. Suavice las arrugas entre sus cejas. Su lindo rostro era lindo con el ceño fruncido, pero era aún más lindo cuando no fruncía el ceño.

—Por favor, ven a vivir conmigo.

—Espera, sé que tú y yo tenemos una historia muy cansada, enredada y fea, pero ¿cuánto tiempo llevamos juntos?

Calculé apresuradamente, sabiendo por todo mi aprendizaje que no debería cometer ningún error en algo como esto.

—Veinticinco días.

—¿Ha pasado menos de un mes y ahora dices que quieres vivir juntos?

—De todos modos, no tengo ropa ni cosas aquí, salgo del trabajo y vengo aquí como ahora, así que es lo mismo.

—Sí, bueno, si es lo mismo, ¿por qué no seguir igual?

—Te daré mi vida diaria, mayor.

Ante eso, Ha-eon me miró como si no entendiera. Fue lindo cómo hizo un mohín con los labios como si todavía no entendiera.

—Lo dije en serio cuando te pedí que me cuidaras. Y ahora, organiza todas tus cosas y ven a mi lado. Te daré mi vida diaria.

—...¿de verdad?

—Sí. Si quieres, la transferiré a tu nombre.

—Lee Seon-jae, ¿estás loco? ¿Qué transferirás a mi nombre?

—Te quiero en mi vida diaria.

Apuñalé los hoyuelos de Ha-eon con el dedo índice. Ha-eon apartó mi mano de un manotazo sin rodeos. Parecía que estaba tratando de abrir sus ojos redondos, pero eso sólo lo hacía parecer un niño haciendo pucheros.

—¿Cómo me involucré con este loco?

—Sí, tengo que estar loco para salir con mi mayor.

Intente besarlo pero lo que dije hizo que Ha-eon me apartara molesto. Aun así, no me impidió hacer las maletas.

—¿Estás seguro de que vives solo?

No estaba seguro si era una pregunta o simplemente una afirmación mientras miraba mi apartamento. Estaba cerca del hospital y lo compré porque estaba en oferta. El agente inmobiliario me preguntó una vez: —¿Vives solo?— porque son tres habitaciones con dos baños, aunque es muy grande para vivir solo, uso una de las habitaciones como trastero,

—Ahora voy a vivir con mi mayor.

—Esta habitación solo contiene ropa, esta es la sala y este es el dormitorio.

Ha-eon recorrió cada habitación una por una. En el dormitorio principal, miró la cama tamaño king, luego se dio vuelta y me miró. Estaba desempacando sus pocas pertenencias y moviendo mi ropa.

—Tienes un futón para invitados, ¿verdad?

—Sí, pero ¿realmente quieres dormir separados?

—Entonces, ¿vas a dormir conmigo?

Ha-eon volvió a abrazarme por la cintura, froto su rostro contra mi pecho. Luego miró hacia arriba. Tenía los ojos brillantes, pero ahora podía sentir claramente sus brazos alrededor de mi cintura. No eran muy carnosos.  

—Solo vamos a dormir, no haremos nada hasta que engordes mayor.

—Oh, vamos, sabes lo reconfortante que puede ser el sexo en momentos como este.

Era verdaderamente una extraña persona. En la comisaria durante el día, se culpó mucho. Tal vez tenga buena resiliencia, o tal vez realmente tenga dos caras.

—¿Cómo puedes sobrevivir con un cuerpo como este?

Deslicé mi mano debajo de su camisa y toqué su estómago. Él se estremeció y cerró los ojos. Luego los abrió lentamente y me miró. La sonrisa traviesa había desaparecido de su boca y era casi seductora. Su cuerpo se sentía muy caliente contra mi mano. Agarré su cintura ligeramente, pero todavía no podía agarrarla, así que cerré los ojos. No podía hacer eso con su cuerpo así.

—¿Qué deberíamos cenar?

—¡Comida casera! ¡Quiero comer comida casera! He estado comiendo fuera demasiado.

Ha-eon fue al sillón reclinable de la sala de estar y se sentó.

—He vaciado el refrigerador, así que iré a comprar algo de comida.

—¿En verdad? Estoy demasiado cansado para salir.

—Entonces quédate y mira la casa, ya vuelvo.

Lo dijo como si estuviera bromeando, pero en primer lugar no tenía intención de ir con él. Él asintió y permaneció relajado en el sillón reclinable. Cogí una bolsa ecológica y compré zanahorias, patatas, cebollas, cebolletas, ajo y curry en polvo. También compré algunas guarniciones ligeras y mucha sopa con carne. Pensé que necesitaba animarlo.

Cuando regresé de hacer compras, él estaba dormido en el sillón reclinable. Parecía obvio que si lo hubiera dejado solo en ese departamento, simplemente dormiría y moriría de hambre. Acaricié ligeramente la mejilla de Ha-eon con el dorso de mi dedo índice. Estaba más delgado que cuando lo vi por primera vez. Aunque todavía tenía un rostro infantil, quería ver ese rostro que vi por primera vez, cuando sonreía, sus mejillas y pómulos redondos con sus hoyuelos prominentes.  

Estos días, cuando lo veo sonreír, era más como si estuviera fingiendo, fingía estar bien, en lugar de sonreír porque estaba realmente feliz. De hecho, me sentía más tranquilo cuando estaba irritado. Lo dejé solo por miedo a despertarlo y preparé el curry sin cocinar el arroz.

[El vapor comienza a escapar. Chiii]

Ha-eon se despertó con el sonido del arroz cociéndose. Luego se levantó tambaleante, se acercó y se aferró detrás de mí mientras yo revolvía el curry. Su peso estaba sobre mi espalda, ya fuera su cara o su frente.

—Espera un minuto, te daré de comer pronto.

—Sólo compra comida.

—También compré algunas guarniciones. Siéntate.

Me alegre de no haber tirado las sillas. Extendí la mesa de comedor extensible de la cocina. Podía sentirlo frotando su cara contra mi espalda o algo así. Luego, Ha-eon se acercó a la mesa y se sentó en silencio. Me di cuenta de que tenía demasiado sueño para abrir los ojos correctamente y pensé que podía tocar sus mejillas, pero era una pena que mis manos no estuvieran libres.

Saqué la sopa de papa y tan pronto como el arroz estuvo listo, lo recogí y lo cubrí con curry. Dividí el curry restante en porciones en recipientes resistentes al calor. Extendí las guarniciones que había comprado.

—Es sólo sopa y curry.

—Adelante, come.

—¿Tú lo hiciste?

—Sólo la sopa y el curry.

—Comeré bien.

Ha-eon empezó a comer, de forma lenta pero segura. Si fuera solo yo, ya habría terminado de comer. Habría terminado y habría sobrado, pero Ha-eon comía despacio, así que tuve que seguir su ritmo, así que comía una cucharada y miraba el rostro de Ha-eon. Comía una cucharada y miraba las orejas de Ha-eon, y comía una cucharada y miraba la boca de Ha-eon, así que comía y miraba la cara de Ha-eon, pensé que no sabía si lo estaba comiendo a él.

—Delicioso.

Sin embargo, valió la pena porque Ha-eon dijo eso mientras sonreía con sus hoyuelos después de comer. Apenas logré apartarme ante su invitación para bañarnos juntos, así que lo dejé bañarse solo. Era obvio que si se bañaban juntos, quedaría indefenso ante el plan de Ha-eon. Pero el salió completamente vestido, no en pijama, sino en pantalones deportivos.

Cuando vi su cara sonrojada y su cuello blanco después de salir de la ducha, me di cuenta de que era una artimaña. Lo agarré del brazo mientras él se revolvía el cabello y regresaba al sillón reclinable. Le arrebaté la toalla de la mano.

—Necesitas secarlo adecuadamente.

—Se secará con el aire de todos modos.

—Mayor.

Terminé secándole el cabello con una toalla y arrastrándolo de regreso al tocador incorporado. Saqué el secador y sequé el cabello de Ha-eon. Su cabello mojado se escapaba entre mis dedos. Ha-eon parecía estar de buen humor mientras cerraba los ojos y apoyaba su cabeza sobre mí.

—Estuviste resfriado antes.

—No, eso me paso porque me esforcé demasiado. 

Me di cuenta de que su cabello era naturalmente castaño mientras se deslizaba entre sus dedos y continuaba castaño por dentro. Pero mis ojos siguieron su cuero cabelludo hasta su cuello blanco. Cuando apagué la secadora, Ha-eon se inclinó hacia mí.

—Ja, ¿me das de comer, me secas el cabello y ahora me comerás como el siguiente paso?

—No, mayor todavía estás por debajo del estándar.

—¡Oye, no soy lo suficientemente bueno!

Ha-eon, que acababa de reírse, lo miró con expresión seria. Sin embargo, con su cara blanca recién lavada y su cabello desparramado por el secado, no era una amenaza en absoluto. Ha-eon salió de la habitación refunfuñando y empacó el resto de sus cosas. Después de eso, Ha-eon se acostó en el sillón reclinable y descansó perezosamente.

Me pregunté si se habría quedado dormido allí, y así fue, así que lo llevé con cuidado a la cama. Inmediatamente pedí online el mismo sillón reclinable y la misma mesa pequeña. Pensé que sería mejor para nosotros sentarnos juntos y hablar en lugar de sentarnos solos en la sala de estar.

No era la primera vez que compartíamos la cama, pero era extraño tenerlo en mi casa en lugar del hospital. Lo abrace con cuidado para que no se despertara. Podía sentir su alta temperatura. Ha-eon se dio la vuelta y se acurrucó en mis brazos. Besé ligeramente su frente y me quedé dormido. No se trataba de una excitación dramática, sino de la cautelosa tranquilidad de una vida cotidiana.

Después de eso, él simplemente entro en mi vida. Por la mañana, lo acariciaba mientras dormía, le preparaba la comida y salía de la habitación en silencio para no despertarlo. En el hospital, de vez en cuando lo visitaba para asegurarme de que estuviera comiendo. Después del trabajo, teníamos conversaciones normales mientras comíamos en casa o salíamos a cenar juntos. Cuando llegaba a casa, abrazaba ligeramente a Ha-eon.

Todavía era tan ligero que lo tocaba a menudo, como si supiera que no podía manejarlo adecuadamente. Nuestra relación se trataba de besos. Él sonreía con picardía y me rodea el cuello con sus brazos, frotando ligeramente mis costillas y mi estómago. Todavía estaba tan delgado que no podía entender cómo diablos intentaba manejarme con un cuerpo como este. No recibí ninguna maldición, pero sí algunas cuando le dio un golpe en la mejilla.

—¿Qué vamos a cenar esta noche?

Ha-eon dijo refunfuñando, así que miré dentro de su armario. El único traje que tenía era negro era para las entrevistas y las condolencias. No vestía de forma clásica, pero llevaba una camisa blanca de manga corta y pantalones de algodón de color marrón claro. Tenía un chaleco separado en el auto.

—¿No tienes nada más ligero que ponerte?

—Por desgracia, soy un experto en quitarme la ropa, así que no presto mucha atención a lo que me pongo.

—¿Mayor?

—Estoy bromeando. ¿Por qué tengo que disfrazarme?

—Vamos a ir a cortar carne.

—¿Bife?

Ha-eon pronto sacó una camisa de manga corta azul claro de una caja de ropa que había dejado a un lado. Los pantalones eran grises con ligeras rayas que me parecían de un uniforme escolar.

—¿Pero para qué tenemos que vestirnos bien?

—Por alguna razón, siento que deberíamos hacerlo.

—Bueno, si tú usas traje, yo al menos también puedo usar traje.

Sin ninguna preocupación en el mundo, Ha-eon se cambió frente de mí. Había trabajado duro para alimentarlo y ponerlo en buena forma para hoy. Ha-eon sonrió y bajó conmigo en el ascensor del apartamento. Aun así, me alegré de que la sensación de vacío que tuve cuando lo vi por primera vez después de que se fue había desaparecido. Toqué ligeramente su mejilla. Quizás porque estaba básicamente húmeda, la piel se pegó ligeramente a mi mano y luego se despegó.

—Oye, no quiero comer bistec, ¿entonces puedes comerme?

—Mayor, como te dije, comer bien, ejercitarse bien y dormir bien son los principios de una buena salud. 

—Lo sé, en mi caso, no duermo bien porque me estás protegiendo como un portero.

Al mismo tiempo, la forma en que empujaba sus labios hacia adelante era bastante linda. Mientras conducía hacia el hotel, Ha-eon miró hacia afuera sospechando.

—¿Ganaste la lotería?

—No.

Me detuve en la entrada del hotel y, naturalmente, dejé las llaves de mi auto al valet. Ha-eon me miró con recelo, así que abrí su puerta. 

—¿Necesito una escolta? O tú…

Ha-eon miró al empleado y luego a mí. Salió del auto y preguntó mientras caminaba.

—¿Tienes un vale o tarjeta de crédito? ¿Qué hotel es este?

—Para comer carne.

—Lo siento, pero todavía sigo desempleado, así que no puedo costearlo.

—No iba a pedirte que pagaras.

Luego llegamos al restaurante del hotel. Cuando me preguntaron el nombre de la reserva, dije — Lee Seon-jae— y nos guiaron a nuestra mesa. Los asientos eran junto a la ventana con una buena vista de la noche. Además, había un jarrón de cristal con una rosa en el centro, y aunque esto fue intencionado, creo que intentaba crear una atmósfera demasiado seria y romántica.

Ha-eon se sentó frente a mí, lucia nervioso, y le dije al mesero que preparara la mesa como la había reservado. Ha-eon se inclinó hacia mí cuando el mesero se fue.

—¿Por qué vinimos a este lugar después de darme toda esa comida saludable que dijiste que era buena para mi cuerpo?

—Estoy seguro de que será deliciosa la comida.

—Lo siento, pero no me gusta este tipo de atmósfera.

Realmente podía ver en su cara que quería irse. Se sentía muy incómodo porque observaba por todos lados. Mientras tanto, el mesero trajo vino y nos sirvió una copa a cada uno. Cada vez que venía un mesero, Ha-eon hablaba con gran cautela.

—Me gusta un ambiente más ligero. En primer lugar, no suelo gastar dinero en cosas así.

—Aun así, será una buena experiencia.

—Por desgracia, puede que tengas razón, pero gracias.

Cuando trajeron la ensalada como aperitivo, Ha-eon expresó su gratitud al personal. El rostro sonriente pronto desapareció. Ha-eon simplemente revolvió la ensalada, como si no tuviera mucho apetito.

—Ni siquiera sé por qué me trajiste aquí.

—Tú y yo sólo nos hemos visto en el hospital o en la casa.   

—También hemos ido a restaurantes, ¿verdad?

—Eso es porque no comes mucho.

Ha-eon realmente no discutió eso. Después de que sirvieron el plato principal, y como tenía carne, empezó a comer. Cuando el mesero volvió a desaparecer, preguntó.  

—Debe ser muy caro.

—Puedo permitírmelo.

—Tu salario en el hospital debe ser bastante bueno. Ja, era agradable cuando me pagaban extra en la sala VIP.

—¿La sala VIP tiene un bono adicional?

—Solo ibas a estar por tres meses.

—Realmente no me importa mi salario.

—Por eso gastas tanto dinero de esta manera.

Ha-eon cortó la carne en trozos grandes. Cortó casi un tercio y se lo metió en la boca.

—A partir de ahora tendré que disfrutar comiendo cosas amargas.  

El vino ayudó a aliviar la tensión y habló mucho. Principalmente sobre la clínica de obesidad en la que está a punto de empezar a trabajar.

—Originalmente tengo una constitución delgada, pero había un límite de peso máximo como parte de las condiciones de contratación. Es un lugar de discriminación, pero pagan bien.

Había terminado de comer y estaba bebiendo vino. Parecía lleno y relajado.

—Mayor.

—Si es una clínica de obesidad, ¿no es un departamento de medicina preventiva en lugar del mío?

—Dame a tu mayor hoy.

Ha-eon dejó lentamente el vino que estaba bebiendo e inclinó ligeramente la cabeza. Me preguntó con el ceño ligeramente fruncido.

—¿De qué estás hablando tan de repente?

—Dicen que si te piden un favor con el estómago lleno, es más probable que digas que sí.

—Uh, supongo que eso es cierto, pero ¿en serio estás diciendo eso?

—¿Debería preparar algo diferente?

—No, no hay necesidad, pero ¿no estabas realmente de ese humor hace un momento?

—¿Me entregarás al mayor?

—No, no estoy diciendo eso, estoy diciendo que cuando una persona dice algo así, hay un estado de ánimo.

—¿En qué tipo de ánimo debería hacerlo?

—Al menos sería más apropiado hacerlo en casa mientras nos besamos.

—Bueno, vámonos entonces.

—¿Qué?

—Para besarnos. 

—Por desgracia, es una pena que quede tanto vino.

—¿No es más una cuestión de estado de ánimo?

—Es práctico.

Me levanté y le tendí la mano, y él la apartó.

—Ni siquiera estoy borracho.

Después de decir eso, Ha-eon se levantó y me siguió. Pedí que usaran la llave del hotel en el mostrador para pagar la tarifa. Parecía pensar que era sólo una tarjeta-llave, pero la única vez que se dio cuenta de que era la llave de un cuarto de hotel fue cuando subimos al ascensor y presioné el botón de subir en lugar del de bajar. Pensando que había presionado el botón equivocado, presioné el botón que bajaba al estacionamiento.

—Vamos a subir.

—¿El estacionamiento está en el techo?

—No, tenemos una habitación.  

—Espera, ¿por qué conseguiste una habitación?  

Las puertas del ascensor se abrieron y entramos, solo nosotros dos. Sólo hablaba cuando no había nadie alrededor.

—Porque va a ser mi primera vez contigo.

Me di cuenta de que estaba siendo demasiado insistente. La habitación era muy espaciosa, con una cama que parecía demasiado grande y la misma vista nocturna que habían visto en el restaurante.

—No sé si valoras el estado de ánimo o no.

—Trato de que me importe, pero tiendo a fallar.

—Creo que sí.

Ha-eon, sin embargo, saltó a la cama como si fuera divertido.

—¡Vaya, el edredón es tan suave!

Luego se levantó, abrió todos los cajones y saco una bata del armario. Al igual que antes, se quitó la ropa y se puso la bata, como si no estuviera incomodo en absoluto.

—Bonita bata.

—¿Quieres que te compre una?

—Si lo haces, cómprame el hotel. No una bata.

—Voy a tratar de…

—Es una broma. Lee Seon-jae, es bueno tener mucho dinero, pero gasta con moderación.

—Sí.

Entonces Ha-eon volvió a dar vueltas en la cama. Pero no estaba tan delgado como cuando se desnudó antes; había ganado algo de peso. Al menos subió de peso. Pensé que era más músculo que carne, el botiquín de primeros auxilios que le había pedido al personal que trajera del auto estaba en la habitación del hotel. Cuando agarre el botiquín, Ha-eon sacó la cabeza de la cama y me miró.

—No estoy herido.

—No, abajo.

Ante esas palabras, Ha-eon ajustó su postura, se sentó con las piernas cruzadas y me miró. El botiquín de primeros auxilios contenía varios suministros, especialmente gel hidrosoluble, guantes de látex y condones para Alfa. Todavía tenía tres tipos de gel, pero sólo dos tipos de condones.

—Si me hubieras dicho, me habría preparado con antelación.

—Tendré que hacerlo alguna vez. Por favor, acuéstate en la cama.

—¿No es esa una manera muy médica de hablar?

—No te preocupes. Aprendí de un colega del departamento de urología.

—¿qué?

—No llegué a practicar, pero si en teoría…

—Espera un minuto, Seon-jae.

Ha-eon se levantó de la cama, me rodeó el cuello con sus brazos y me besó ligeramente la barbilla.

—Solo estamos tratando de tener sexo, no es terapia.

—Pero…

—Así que tienes que seguir la corriente, nunca lo has hecho con un hombre, pero sí con una mujer.

—Normalmente sigo adelante a partir de ahí.

—... ¿No hablamos de eso antes?

—Entonces, mayor, ¿podrías recostarte?

—¿No? Los juegos previos son importantes, Mokseok.

Ha-eon me agarró del cuello y me obligó a bajar la cara. Cuando bajé la cabeza, nuestros labios se tocaron. Intenté ponerme los guantes de látex pero los dejé caer y envolví los brazos alrededor de su cintura. Lo abracé con fuerza como si intentara eliminar el espacio entre nosotros. Ha-eon lo beso profundamente unas cuantas veces y luego le lamió ligeramente el labio inferior con la lengua. Luego apartó un poco la cabeza y me miró.

Labios juguetones y carnosos, ojos verdes y hoyuelos junto a los labios respingones. Cuando besé ambos hoyuelos haciendo un sonido, Ha-eon se estremeció.

—Realmente te gustan los hoyuelos.

—Sí, creo que puedo hacerlo sólo con los hoyuelos.

—¿qué?

—De eso es de lo que está hablando el mayor.

Luego volvió a besarlo y recorrió el interior de la boca de Ha-eon. Todavía sabía fuertemente al vino que había tomado antes. Había estado hablando mucho, así que debió haber bebido bastante. Pasé mi lengua bajo el paladar y se estremeció levemente. Pasé por el interior de sus molares, luego deslicé mi lengua debajo de la de él la chupé y tiré ligeramente de nuevo. Sentí su mano rodear mi cuello y luego subir para tocar mi oreja.

Ha-eon me empujó con un poco de fuerza. A través de mi visión desenfocada, pude ver los profundos ojos verdes de Ha-eon. Besé ligeramente sus párpados. Deslicé mis brazos alrededor de su cintura y desaté su bata. No estaba atado con un nudo fuerte, sólo con la cinta de lado, por lo que se soltó con un simple tirón.

Mientras le ponía la bata sobre el hombro, Ha-eon colocó su brazo sobre el mío y sonrió levemente.

—Oye, hace frío.

Entonces beso mi hombro y él me abrazó como si fuera un perro grande, alborotándome el pelo. Lo dejé. De todos modos, mi cabello será un desastre más tarde. Lo acosté lentamente en la cama y le quité la bata. Ha-eon obedientemente no lucho mientras se la quitaba. Pero su sonrisa permaneció, como si estuviera viendo algo interesante.

—¿Quieres atacarme?

—Mayor, no puedo evitarlo ahora.

Me puse los guantes de látex que había dejado antes en ambas manos y alcancé la banda de los calzoncillos de Ha-eon. Lentamente los bajé y él levantó un poco la cintura para hacerlo más fácil. Una vez que lo quité, pude ver su pene, que antes había masajeado con mi mano. Era similar a lo que había imaginado cuando lo toqué. Fue un poco vergonzoso porque coincidía con mi imaginación.

—Oye, no lo mires demasiado.

—Ah, claro. Ese no es mi propósito. 

—Oye, ¿no estás siendo demasiado honesto?

Añadió una risita después. Él todavía estaba sonriendo y estuve tentado de besar sus hoyuelos nuevamente, esta vez con mi lengua. Pero luego me di cuenta de que mi pene se quejaría por la larga espera, así que me di por vencido. Agarre las pantorrillas de Ha-eon y lentamente doble sus piernas. Ambas piernas estaban dobladas, pero todavía no podía ver dónde necesitaba. 

Cogí una almohada de la cabecera de la cama y lo besé nuevamente mientras lo acostaba. Puse la almohada debajo de su cintura y ahora puedo verlo claramente. Afortunadamente no había signos de heridas ni hernias.

—Estás mirando demasiado fijamente otra vez.

—Ah, porque este si es el objetivo. 

Además, era mucho más lindo de lo que esperaba... um... exactamente, fue inesperadamente demasiado lindo. Simplemente pensé que era un agujero entre las nalgas. Lo toqué ligeramente con la punta del dedo no se estiró ni un solo pliegue. En cambio, Ha-eon dijo: —Oye— y trató de retroceder. Por reflejo, agarré su muslo evitando que se escapara. Elegí el gel soluble en agua que me había recomendado mi amigo, a pesar de que tenía una textura muy pegajosa.  

Luego coloqué lentamente la boca de la botella en el agujero, y cuando el extremo cónico derramo el gel exactamente donde debía, el intentó retroceder nuevamente, esta vez termine sosteniendo un lado de su pelvis.  

—Lee Seon-jae, ¿qué estás tratando de hacer?

—Es el método más rápido que he aprendido.

—¿qué?

Con eso, agarro con fuerza la pelvis de Ha-eon y apretó la botella al mismo tiempo.

—Hic, joder, te voy a matar.

Ha-eon maldijo estremeciéndose, pero el gel que salía de la botella entró. Aún no he visto que se derramara nada. Pero si pude ver que el trasero de Ha-eon seguía tenso.

—Idiota loco, ¿y si metes tus dedos dentro?

—Lo siento, aun no tengo la habilidad suficiente para dilatarlo con los dedos.

—¡Prefiero ser yo quien se prepare, amigo!

Me fulminó con la mirada mientras lo agarraba del brazo y lo obligaba a sentarse, pero como no pudo sentarse completamente en la cama por la almohada en el trasero, terminó de rodillas, pero con la parte superior del cuerpo erguido con el trasero levantado.

Parado fuera de la cama, lo observaba y pude notar que su polla estaba medio erecta, así que sentí que definitivamente lo estaba sintiendo. Su rostro se estaba sonrojado mientras lo miraba fijamente y pude notar la tensión en sus muslos. Ha-eon de rodillas tenía una expresión deslumbrante, sus ojos de repente se abrían y luego se estrechaban.

—Loco bastardo...

—Mayor, deberías relajarte lentamente...

—Esto me hace sentir mal.

 —¿Quieres que yo lo dilate entonces?

—Vete a la mierda.

Ha-eon me miró fijamente, pero pude ver que le temblaban las piernas. Su cuello y orejas ya estaban rojos, y su cara se estaba poniendo más roja, y pude ver gel derritiéndose corriendo por su trasero y muslos. Mientras me sentaba en la cama y colocaba mi mano en la parte interna de su muslo, me dijo.

—Voy a matarte.

Pero con la cara tan roja, no era realmente amenazante, era simplemente demasiado sexi ante mis ojos con el gel corriendo por sus muslos. Mientras movía lentamente mi mano hacia abajo, él me miró con la cara roja, pero en realidad no me mató. Pero yo simplemente sentí que iba a morir por no poder atacar a Ha-eon mientras él me miraba así, desnudo.

Mi polla ya había empezado a quejarse, pero mi mente racional permaneció. Puse mi mano derecha en el agujero de Ha-eon. Cuando mi dedo índice lo tocó, su trasero se tensó de nuevo, pero lo toqué un poco más y se relajó. Podía sentir el gel fluir lentamente. Estaba mucho más blando que antes de poner el gel. Gracias al gel froté el área en pequeños círculos.

—Lee Seon-jae, imbécil.

Ha-eon agarró mi brazo frente a él y bajó la cabeza mientras hablaba. No sé si fue una exclamación o si lo decía en serio, pero mientras agarraba su mano la punta de su dedo índice entraba, un gemido 'Ah' salió de la boca de Ha-eon como un suspiro. Metí mi dedo índice un poco más lejos, unas dos articulaciones. El interior era blando, pero la presión era fuerte.

Lentamente saqué el dedo, dejando solo la punta, e inserté dos dedos más. A pesar de que estaba tratando de mantener los ojos y la boca cerrados, un 'hmmm' se escapó por su nariz, así que retiré mi mano del frente, puse mi brazo alrededor de su cintura y lo toqué nuevamente, acercándolo.

Ha-eon inclino la cabeza, su barbilla descansaba ligeramente sobre mi hombro, así que podía escuchar su respiración muy claramente en mi oído. Moví el dedo índice lentamente y luego extendí el de en medio. Comencé a deslizarlos suavemente dentro. Ha-eon se estremeció, pero no soltó más palabrotas.

Sin embargo, como antes, dejo escapar gemidos húmedos un poco más a menudo. Cuando llegó a su dedo anular, lentamente lo sacó como para calmarlo, pero dejó solo la punta.

—Mayor, ¿puedes quitarme la ropa, por favor?

—Bastardo, ¿solo quieres que te desnude?

—Sí.

—Mayor, ¿No me la quitaras?

Se encogío de hombros y dijo: —Sí—, y lentamente se apartó un poco y trató de desabotonar su camisa. Pero le temblaban las manos y no podía desabrocharme la camisa. Cuando estaba a la mitad de desabrocharme la camisa, rápidamente jale de los extremos.

—Ay.

Ha-eon se desplomó hacia adelante y hundió su rostro en mi pecho. Me miró y me fulminó con la mirada mientras agarraba su camisa abierta.

—Realmente voy a matarte.

—Ahora simplemente recuéstate y relájate.

—No te hagas el médico, Lee Seon jae.

—¿Soy doctor?

Lentamente recosté a Ha-eon mientras sostenía su espalda con la otra mano. Es una pena, pero tuve que dejar de jugar con los dedos. Después de acostarlo lentamente, me levanté y me quité la camisa. Me bajé los pantalones y la ropa interior de una vez. Mi pene, que había estado aprisionado, pensando que había encontrado una salida, se liberó. Ha-eon acostado allí, recuperando el aliento me miró. Su mirada descendía más y más, luego se posó en mi polla.

—Estás loco.

—¿Es un hábito tuyo el decir malas palabras?

—Joder, ese no es un órgano biológico normal, es un arma.

—Sí, lo llamo club de carne.

—Es un murciélago de carne.

—¿No murciélago también puede significar garrote?

Me quité los guantes de látex y saqué un condón alfa.

—Mayor, ¿te gustaría hacerlo?

Le pregunté a Ha-eon mientras me miraba abrirlo, pero no respondió. Era bastante cansado ponerme un condón en la polla porque era agotador colocar la muesca dentro del latex. Ajusté la posición tirando del condón hasta que quedó se sentía un poco apretado. La elasticidad era buena, pero me sentí incómodo al tirar de ella con la mano.

Cuando pasé mi mano por los muslos húmedos de Ha-eon sin los guantes de látex, se sintió diferente a antes. La sensación de su piel contra mi mano era erótica, pero mientras tanto, su ano no era tan indulgente como antes. Sentí su agujero demasiado cerrado para dilatarlo con el gel nuevamente. Fue entonces cuando vi la polla de Ha-eon, que estaba casi erecta.

—Oye, estás sonriendo de una manera espeluznante. 

—¿Yo?

Apreté el pene de Ha-eon con la mano y Ha-eon le devolvió el favor.

—Me vas a matar, lo sabías.

Dijo Ha-eon, pero giró la cabeza hacia un lado y no me miró. Sostuve su pelvis con la otra mano. Alineé la punta de mi pene a la parte inferior mientras movía lentamente la mano sobre su polla. Pude ver a Ha-eon agarrando la sábana con fuerza. Sentía un cosquilleo en la parte baja de mi espalda, a pesar de que aún no había hecho nada, pude ver la muesca hincharse con el esfuerzo.

—¿Te gusto, mayor?

—Ja, ja.

—Así parece.

Lentamente empuje mi polla. La presión se sentía más fuerte que cuando metí los dedos.

—Eres un tipo malo al que voy a matar. 

Mientras Ha-eon hablaba casi por reflejo, moví la mano más rápido sobre su polla. Entonces se me ocurrió una buena idea. Me unte un poco del gel de los muslos de Ha-eon en la mano y apreté su polla nuevamente. Mientras movía la mano hacia arriba y hacia abajo, Ha-eon intentó torcer su cintura.

Puse más presión en la mano para evitar que se torciera, y tampoco dejé que se alejara de mi polla, así que la deslicé lentamente debajo de la muesca. Fui un poco cauteloso, porque si cometía un error, podría sufrir una laceración.

—Ja.

Ha-eon movía la cabeza de un lado a otro. Si empujaba durante su clímax, definitivamente lo laceraría.

—Mayor, lo siento, pero por favor vente.

—Chico malo, mierda.

Escuché el suspiro de Ha-eon convertirse en un gemido. Ha-eon giró su cabeza profundamente hacia un lado como si no quisiera mostrarme su rostro, pero pude ver su ceja y ojo fruncido y la forma en que se mordía el labio inferior. Froté con la mano su pene un poco más fuerte. Dejó escapar un gemido que sonó como una mezcla de —ja—, —ang— y —eh—, y sacudió su espalda.

Un poco de líquido blanco salpicó en mi mano. El agujero de Ha-eon que sostenía mi pene también se contrajo, pero era soportable porque estaba debajo de la muesca. Apenas lograba mantener los ojos cerrados, para contenerme. Porque cuando los abría, podía ver los ojos de Ha-eon ligeramente abiertos, por lo cual era muy difícil de soportar, porque siempre tenía los ojos tan claros, con su cara redonda y sus ojos redondos.

Saqué el pañuelo que había dejado a mi lado y me limpié la mano, luego sostuve la pelvis de Ha-eon con ambas manos y lentamente, empujé mi pene hasta la muesca.

—Hmph.

Pude ver a Ha-eon dejar escapar un largo suspiro. Pero me sentí aliviado al ver que no hizo una mueca de dolor. Cuando lentamente metí todo, Ha-eon señaló su ombligo.  

—Lo siento cerca de mi ombligo.

—Estás exagerando.

Al mismo tiempo, apreté suavemente su pezón. Ha-eon dejó escapar un 'ahh' ante el acto repentino, y el suave pezón se endureció. Fue un poco decepcionante, porque cuando lo sostuve, estaba lánguido y masticable. Lentamente, moví la mano acariciando el costado de la cintura de Ha-eon. Ha-eon volvió a dejar escapar un gemido de ensueño. Sus ojos, que se habían abierto por completo, estaban casi a punto de cerrarse.

—¿Está bien si me muevo?

—¿Qué pasa si digo que no?

—Tendré que esperar.

—Haang.

Luego, deliberadamente moví ligeramente mi pene. Lentamente comencé a moverme mientras el gemía. No sabía si se había dado cuenta, pero seguía intentando retroceder, así que no tuve más remedio que seguir sujetándolo de su pelvis.

—Ja, ja, ja... Ah, joder Seon-jae... Haah.

—Mayor.

—Jajaja...

—Ahora no volveré a hacerlo con nadie.

—Haa... Ah, en un momento como este... ja... que digas eso...

—Nadie.

—Haang.

Aumenté lentamente la velocidad de las embestidas. La cabeza de Ha-eon empezó a inclinarse de nuevo. Tenía los ojos cerrados y, de nuevo, su polla volvió a endurecerse. Levanté su pierna izquierda y la puse sobre mi hombro. Con su pierna colgando sobre mi hombro, la parte inferior de su cuerpo estaba completamente abierta. Aun así, la presión seguía siendo increíble. Además, cuanto más frecuentes se volvían sus gemidos, más lo apretaba.

—Mayor.

—Haaa...

—Por aquí, ¿verdad?

Ante esas palabras, Ha-eon de repente se tapó la boca con ambas manos sosteniendo la sábana y presionó hacia abajo. Pero cuando volví a mover la cintura, se le escaparon gemidos sin parar. Gemidos similares a —eup—, —heu— y —sigh— salieron aleatoriamente entre sus dedos. Sabía dónde estaba la próstata.

Evité deliberadamente golpear su próstata pero deslice mi polla muy cerca. Presioné hacia un lado su pierna derecha, sobre la cama. Giro la cabeza hacia la derecha por sí solo. Ahora, si giraba la cabeza hacia la derecha, su rostro quedaría enterrado en la cama, y ​​si giraba hacia la izquierda, podía ver su expresión completa.

Al principio, Ha-eon eligió el lado derecho, pero sus gemidos que salían más allá de sus dedos que cubrían su boca no fueron completamente amortiguados por las sábanas.

—Ja.

Al final se quedará sin aliento. Giró la cabeza hacia la izquierda y me miró a los ojos. Metí mi pene hasta su estómago y su cabeza se inclinó hacia atrás. Morderme el labio inferior fue inútil, sus labios eran tentadores, cerré los ojos automáticamente y fruncí el ceño. Con una expresión tan lujuriosa, sólo gemidos 'ah' salían de la boca de Ha-eon en diferentes tonos.

Además, su agarre se hizo más fuerte, como si me mostrara que era el punto exacto lo que había tocado, que era su punto débil. Si no lo hubiera esperado y no lo hubiera sacado, me habría venido también.

—Mayor.

—Haa... bastardo...

—Mayor.

—Ja, ja, ja... ja...

Él volvió a maldecir, así que lo volví a embestir para indicarle que dejara de decir malas palabras. Volví a recostar a Ha-eon, que había estado mirando hacia la derecha, sobre su espalda bajando su pierna de mi hombro. Ahora, ambas piernas estaban extendidas y abiertas frente a mí, suavemente doble ambas piernas. Un líquido de color más claro ahora corría por su pene y, mientras lo masturbaba, se mezclaba con el gel derretido.

—Una vez más, ¿está bien?

—Loco... Ah...

Él no dijo que no, así que pensé que estaba bien. Separé sus piernas, pero era difícil bajar el ángulo, así que doblé un poco más las rodillas y apunté mi pene hacia el estómago de Ha-eon. Me moví con la sensación de llegar más profundo embistiendo rápidamente. 

—Sí.

Ahora su respiración se ha vuelto cada vez más difícil. Hacía mucho tiempo que no escuchaba una queja de mi polla. Era difícil mirar su rostro, que ya estaba relajado, con el cabello pegado a las mejillas por el sudor y empapado allí abajo. Por supuesto, lo más difícil de soportar era el agujero que empujaba su pene como si tratara de ahuyentarlo y luego lo apretaba como si le estuviera diciendo que no se fuera.

—Ja... sí...

Los gemidos de Ha-eon y el chocar de la carne llenaron la habitación. Intenté concentrarme en otra cosa, distraerme de la sensación de mi polla tanto como fuera posible, pero era difícil al escuchar por encima del eco de sus gemidos. Mientras embestía repetidamente el punto débil de Ha-eon, vi a Ha-eon encorvarse y estremecerse una vez más.

Esta vez, nada pareció salir del pene de Ha-eon. O tal vez salió un poco, pero estaba mezclado con lo que salió antes, por lo que no pudo notarlo. Mientras se estremecía, utilicé el pañuelo que tenía a mi lado para limpiar las manchas de su semen. Pero como no lo quité, me miró con recelo.

—Ser aburrido también es una enfermedad.

—Mayor.

—Yo ya no…

—Ponte boca abajo.

—¿Qué?

Ha-eon se preocupó por su tono ligeramente bajo y luego lo miró fijamente ante sus palabras. No obtuve su permiso, pero tampoco me regaño, así que decidí continuar.

—Que te jodan.

Sintió mi mano agarrar su cintura y la maldición salió de inmediato.

—¿Vas a hacerlo de nuevo?

—Si te acuestas, lo haré otra vez.

—No seas gracioso, ¿quién eres ahora?

—Mayor.

—Hola, boca abajo. Te das cuenta de que eso es lo primero que un hombre no quiere escuchar, ¿verdad?

—Que te jodan.

Ha-eon se movió, intentando empujarme en el estómago con el pie. Pero estaba demasiado débil para hacer mucho. Agarre con fuerza su cintura, agarré su tobillo que luchaba con la otra mano y hablé en voz baja. Fue una súplica, pero mi voz sonó más baja de lo que esperaba y debió sonar como una amenaza para cualquiera que me escuchara.

—Kwak Ha-eon, acuéstate.

Ha-eon se estremeció ante mis palabras. Use su tobillo y cintura para darle la vuelta. La fricción en su pene fue increíble. Casi pierdo la mente al girarlo. El también gimió —haaah— cuando lo voltee, pero fue amortiguado cuando su rostro quedó enterrado en la sábana. Pude ver su recta columna y la parte posterior de su cabeza. Extendí mi mano derecha y agarré toda la parte posterior de su cabeza para levantarlo.

—Ja, bastardo.

—Parece que estás pasando por un momento difícil, mayor.

—Es difícil, es difícil, ¿qué diablos estás tratando de hacer?

—Mayor, es algo bueno. Ahora, agárrate a mí.

Deslicé la almohada extra debajo del pecho de Ha-eon, poniéndola para que sostuviera el pecho y el cuello de Ha-eon. Ha-eon tenía la cabeza inclinada de modo que la punta de la barbilla sobresalía del borde de la almohada. Cuando quite la mano, su cabeza volvió a bajar. Me incliné, esta vez quería besarle la nuca, pero mi polla estaba demasiado dentro de él para moverse. En su lugar, bese su espalda entre los huesos de sus alas, y a media cintura. Pude sentirlo estremecerse.

—¿Se trata de la T6?

—Maldita sea…. Uf…

Cuando dije en broma el número de vértebras, las maldiciones volvieron sin ninguna respuesta. Moví la cadera, preguntándome si quería decir que dejara de coquetear y me pusiera a trabajar, y él gimió en respuesta, probablemente quería decir que sí. Descendí lentamente, besando cada vértebra ahuecada entre los huesos de las alas, hasta que me di cuenta de los límites de mi flexibilidad y me rendí. En lugar de eso, pasé mi dedo índice desde su nuca hasta sus nalgas empapadas y mojadas.

—¡Puaj!

Él gimió y mordió el extremo de la almohada. Con suaves movimientos de mi cintura, volví a agarrar su barbilla con mi mano derecha y lo levanté. Ha-eon mordía con fuerza la almohada al principio, luego se rindió y la escupió mientras levantaba lentamente la cabeza.

—Perderás peso si comes eso.

—Ja ja...

Me alegré de que no dijera malas palabras. Entonces surgió mi curiosidad. En lugar de mi mano derecha, sostuve la barbilla de Ha-eon con mi mano izquierda y metí los dedos índice y medio en la boca de Ha-eon. Al principio, los mordió con fuerza, y cuando gimió 'ah' a propósito, simplemente me dejó jugar con su lengua con los dedos.

Pero, era inevitable que los gemidos siguieran saliendo de la boca de Ha-eon. Fue divertido jugar un poco con su lengua, especialmente la forma en que esquivó mis dedos y después se enroscó alrededor de estos cuando los moví. Pero pensé que debería jugar ese juego más tarde. Las quejas de mi pene han empeorado. Se sentía como si estuviera a punto de explotar.

—Mayor, lo haré dentro.

—Ja ja...

Ha-eon no dijo nada. Estaba gimiendo al mismo tiempo que lo embestía y me di cuenta de que su polla estaba tocando el otro extremo de la almohada que había estado mordiendo antes. Detuve las embestidas y solté su lengua, con la que había estado jugando. Mis dedos terminaron llenos de saliva, pero fue divertido.

Agarré su cintura con ambas manos y lo obligué a moverse, lo que estimuló tanto mi polla como la suya, que se frotaba contra la almohada.

—Ja... Lee Seon... perro…

El problema era que Ha-eon estaba maldiciendo otra vez, pero cuando dijo mi nombre con voz húmeda, mi pene y mi espalda se estremecieron. Agarré la cintura de Ha-eon y la sacudí más rápido, la sensación de su agujero aferrándose a mi polla, apretándola y apretándola, se volvió más intensa.

—Ja.

—Ah ah... ¡Aaang!

Dejé escapar un breve jadeo, pero fue después de que mi polla ya había liberado una gran cantidad de líquido dentro del condón. Además, mi jadeo ya había sido ahogado por los apasionados gemidos de Ha-eon, y los pequeños temblores de mi pene casi fueron ahogados por los intensos espasmos de su agujero.

Lentamente, saqué mi pene del cuerpo de Ha-eon. La muesca disminuyó, lo cual era mejor que cuando lo metí. Ha-eon cayó de rodillas y contuvo el aliento. Me quité el condón, até el extremo y miré el trasero de Ha-eon. Sentí una punzada en el estómago nuevamente cuando vi al agujero estremecerse, tal vez porque todavía tenía algunos sentimientos persistentes, pero me contuve porque Ha-eon miró hacia atrás, me miraba furiosamente.

Pero pronto Ha-eon intento levantarse de la cama como si estuviera luchando, pero perdió las fuerzas y volvió a caer en la cama. Luego, cerró los ojos y lentamente puse las manos en sus caderas y escuché su voz húmeda.

—Maldita sea, Lee Sunjae, si no quieres que te corte la polla, detente.

Ha-eon habló tan rápido que me detuve.

Como era una habitación de lujo, la bañera también era espaciosa. Después de llenar la bañera con suficiente agua tibia, cargue a Ha-eon, que estaba agotado en la cama, y ​​lo llevé a la bañera. Sumergió a Ha-eon en el agua tibia, similar a antes, pero con una expresión un poco más relajada.

Se relajó así sin hacer nada, así que me sostuve de sus hombros y entré sentándome detrás de él, y él se apoyó contra mí pecho nuevamente sin ninguna resistencia. 

—Mayor.

—¿que?

—Tengo curiosidad por algo.

—¿Qué es?

—De verdad... ¿maldices tanto cuando lo haces?

Las orejas de Ha-eon, que tenían su cabello mojado pegado, enrojecieron ante mi pregunta. Sentí que su espalda se enderezaba ligeramente después de haber estado relajada hasta hace un momento. Luego, avergonzado, golpeó el agua con la mano.

—Es un hábito.

—No adquiriste ese hábito juagando con otro, ¿verdad?

Recordé su rostro con el labio herido que había visto ya dos veces antes.

—¡No tengo ningún pasatiempo SM!

—Entonces, ¿por qué dices tantas malas palabras?

—Eso es... Es una razón un poco infantil...

Se pasó su mano mojada por la cara como si se limpiara suavemente. Lo he visto muchas veces con el cabello desordenado o arreglado, pero con el flequillo mojado hacia abajo, parecía más joven. Él no respondió, así que le di un golpe en la mejilla desde atrás. —Ah—, y me echó agua por encima del hombro. No fue un golpe directo, pero estuvo cerca.

—Estaba tratando de parecer duro, pero se convirtió en un hábito.

—¿Para parecer fuerte?

—En primer lugar, es inevitable parecer débil debido a mi postura.

Estoy de acuerdo con eso. Aunque es una simple postura, es bastante fácil saber quién manda. Me pregunte si en el pasado habría prohibido que lo montaran. Porque el que está debajo siendo aplastado es el débil.

—Es un hábito, por lo que no puedo cambiar fácilmente.

—Me preguntaba si el mayor realmente podría matarme. 

—Oh, tienes razón, si lo hubieras hecho una vez más, te habría cortado la arteria subclavia de verdad.

Pensé mientras cepillaba suavemente el cabello mojado de Ha-eon. Lo hicimos cuatro veces más, después del baño. Después de ese día, Ha-eon se negó por completo a hacerlo entre semana. Me daba una palmada en el dorso de la mano si siquiera metía la mano dentro de su ropa, pero acepto dejar que lo besara y lo acariciara  si prometía contenerme.

No creo que lo odiara, pero definitivamente le paso factura a su cuerpo. Lo alimento y cuido bien, pero él era así. Al menos intentaba aguantar hasta el fin de semana besando sus hoyuelos de vez en cuando. Después de que Ha-eon consiguió un trabajo, a medida que nuestros horarios en la mañana se volvieron similares, la vida diaria con Ha-eon se volvió cada vez más normal.

Me despierta por la mañana y me hace preparar café y, después del trabajo, me hace conducir para llevarlo a comer algo delicioso o, a veces, vemos un programa. Por la noche tomábamos una cerveza en casa, una para mí y otra para él, pero de alguna manera él se tomaba tres o cuatro, pero cuando se emborracha un poco, suele sonreír mostrando sus hoyuelos y abrazarme, y yo no lo detenía nos quedábamos dormidos juntos.

Cuando él no salía los fines de semana, íbamos de compras juntos y yo cocinaba. Después de organizarnos así, todavía me siento susceptible a sus caprichos, pero normalmente mandaba un mensaje, pero hoy recibí una llamada telefónica, así que respondí.

[Seon-jae, hoy tengo una cena de empresa, así que iré a casa después de cenar]

Era la primera vez desde que vivimos juntos que no cenábamos juntos. El otro día había comprado algunas costillas que él quería comer cuando hacíamos las compras, pero apenas llegaron ayer, así que planeaba hacerlas esta noche.  

[Entonces, ¿por qué no sales a cenar tú también?]

[Mayor, por favor soy médico.]

[Esta bien, estaré allí pronto. No te preocupes si llego tarde, duerme primero.]

Entonces Ha-eon colgó el teléfono. Pero mis nervios se concentraron en la voz de una mujer que se escuchó en el fondo. Me preocuparía si fuera la voz de un hombre en vez de una mujer. Como dijo es gay, y me pregunto si era más peligroso escuchar la voz de un hombre. Ha-eon hablaba a veces de la clínica de obesidad donde trabajaba.  

La mayor parte del tiempo escucho cosas inimaginables que hacen las personas que ingresan a la clínica para conseguir algo de comer, pero me sentiría vacío esperándolo en casa, así que busqué a alguien con quien cenar en el teléfono. Tae-ho fue el primero en responder. Los demás aceptaron venir cuando tuvieran tiempo.

Sin embargo, llegué tarde a la cena que había organizado debido a una cirugía de neuralgia del trigémino programada para la tarde. Fui a supervisar, pero me retrasé primero porque la esterilización de la cirugía anterior terminó tarde, luego porque Reggie estaba perforando un agujero detrás de su oreja, lo cual gruñí, y luego porque se movía demasiado lento cuando debería haberlo hecho rápido y con cuidado.

Levante la arteria bajo el microscopio para alejarlo un poco, y luego llegué tarde por tercera vez. Tae-ho frunció el ceño cuando llegue tarde a la cita.

—Vienes del departamento de neurocirugía 3D de nuestro hospital.

—Lo siento.

Los únicos que se reunieron fueron algunos de mis compañeros de clase del mismo hospital. Incluyendo a Tae-ho, había colegas de obstetricia y ginecología, oftalmología y pediatría. Al principio hablamos de trabajo. El oftalmólogo nos dijo que tuviéramos cuidado con nuestros ojos y nos insistió para que acudiéramos al médico si creíamos que veíamos algo al parpadear.

Dijo que su padre, médico también, descuidó sus síntomas y él se sintió extraño al verlo usar una bata quirúrgica el día de su cirugía debido a un desprendimiento de vítreo. Dijo que está bien ahora. Pero su hijo era oftalmólogo y por eso estaba enojado porque era una enfermedad ocular.

Tae-ho, irritado, contó la historia de cómo uno de los internos anunció estúpidamente un código azul y luego la sala de urgencias dio un vuelco y se puso muy ocupada. Mientras tanto, el pediatra sin querer dijo que su departamento estaba bien. El obstetra y el ginecólogo se quedaron callados y luego hablaron en voz alta.

—Estamos agradecidos por otra infección hospitalaria.

Ningún accidente podría haber sido tan poderoso como ese. Bien podría haber dejado la cirugía para la noche. Cuando llegó la auditoría, todo tipo de personas ajenas al hospital estaban revisando los documentos. Mi espalda se puso rígida por la irritación al imaginar la situación de tener que revisar todo ese papeleo, a pesar de que estaba computarizado, pero aun así era mucho papeleo.

—Eres tan patético, eres el más patético.

Como los tres ya habíamos terminado toda la carne y apagado el fuego, pedimos fideos zaechi, arroz gonggil y estofado de miso para llenarnos. Yo también asentí, estando de acuerdo con eso.

—La siguiente cosa lamentable es Kwak.

—¿El Mayor Kwak Ha-eon? ¿Cómo le va después de salir de la sala VIP?

—Sí, ¿cómo está?

Tae-ho habló primero, luego dirigió su atención hacia mí, que estaba comiendo arroz en silencio mientras el obstetra preguntaba. Entonces el pediatra, el oftalmólogo y el obstetra se miraron y los tres tuvieron una reacción similar.

—De ninguna manera.

—De ninguna manera.

—Tae-ho, eso fue solo un rumor.

La reacción de todos fue: —Eso no puede ser posible—.Tae-ho me miró mientras apoyaba su barbilla. Solo lo dije con calma.

—Salgo con el mayor Ha-eon.

—¿Por qué?

—El mayor, ¿necesita dinero?

—¿Lo amenazaste?

El Oftalmólogo, pediatría y ginecólogo, preguntaron en ese orden.

—¿Amnesia?

—No, probablemente sea una emergencia.

—¿Le mordiste el cuello?

Seguía siendo el mismo orden. ¿Es realmente tan sorprendente que Ha-eon y yo estemos saliendo? Pero las siguientes palabras aclararon mis dudas.

—¿Cómo puede un mayor de último año tan agradable salir con un chico aparentemente normal como tú?

—No sé.

Parecían estar de acuerdo los demás compañeros ante las palabras del pediatra. Estaba a punto de empezar con los fideos, pero se me había ido un poco el apetito. Pero todavía tenía hambre, así que me comí los fideos.

—Estuviste de guardia cuando cumpliste 100 días y ese día tu novia destrozó tu teléfono en la sala de urgencias, eres ese tipo de persona.

Creo que el oftalmólogo quedó bastante sorprendido en ese momento. Estuve bastante ocupado durante mi segundo año de residencia. Estaba de guardia y olvidé que cumplía los 100 días. En ese momento ni siquiera tenía tiempo para prestarle atención a mi celular porque estaba atendiendo a un paciente en urgencias.

Pero mi novia en ese momento entró en la sala de urgencias y gritó: —¿Por qué no puedo comunicarme contigo?— fue cuando saqué el teléfono y mire las llamadas perdidas, ella lo agarró y lo tiró al suelo y se fue. No había hecho una copia de seguridad de mis contactos, así que no pude comunicarme con ella por lo que rompimos.

—Yo fui quien los presento y me sentí muy avergonzado. Cada vez que veo a mi amiga, me siento tan mal que me vuelvo loco.

Además, conocí a mi exnovia porque me la presentaron, y la persona que organizó la cita fue el obstetra. Bebí un trago de mi sopa de fideos evitando el contacto visual.

—Lee Seon jae, incluso rompiste porque tuviste que operar el mismo día en que tenías previsto irte de viaje y luego lo cancelaste.

Tae-ho sacó a relucir otra historia sin sentido. Eso fue en el tercer año de residencia. Por primera vez en mi vida estaba a punto de operar un hemangioblastoma y no podía faltar. Pensé que podríamos  hacer otro viaje, pero mi amante de aquel entonces pensaba diferente.

—Yo arreglé esa cita. ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué tuve que perder a mis pocos amigos de la escuela secundaria cuando publique una foto tuya en Facebook?

Fue la queja del oftalmólogo. Pero salí con ella durante seis meses. Rompimos después de 6 meses por no irnos de viaje.

—Al menos la cita a ciegas que organicé terminó en solo una cita. Nos reunimos y fuimos a la casa de Seonjiguk.

Tae Ho tuvo la última palabra. Era hermana de un conocido de Tae-ho. En ese momento, estaba demasiado cansado después de una cirugía para ir muy lejos. Pero ella dijo que estaba bien, así que fui a verla. Entré al restaurante frente a mí casa. Pensando que lo único que tenía que hacer era llenar mi estómago, y la rompí en el acto.

—¿Por qué hablaste siquiera de ‘policitemia causada por un tumor’ mientras comían carne?

En ese momento, después de una larga cirugía, solo decía lo que se me ocurría. Realmente no hubo ninguna intención. Además, primero me había preguntado: —¿Cómo es tu vida como médico?

Pero tenía una ventaja. En neurocirugía, donde un error puede crear un riesgo enorme, no repito mis errores.

—Así que ahora me mantengo en contacto, no rompo mis promesas y le doy comida deliciosa.

—Por alguna razón, quiero decirle a Kwak que huya. Dijiste que no le agradabas. Estuvo mal por mi parte creer lo que dijo Lee Seon-jae.

—Debería haberlo seguido y detenido, diciendo que era un tipo malo.

—Podría prepararte ese almuerzo también.

Dijo Tae-ho, y el pediatra estuvo de acuerdo. ¿Realmente Ha-eon se hizo cargo de todos mis compañeros, excluyéndome a mí? ¿Por qué todos reaccionan con simpatía por Ha-eon?

—Ah, me duele el corazón al pensar en el sufrimiento del mayor Ha-eon.

—Yo también estoy muy amargado. Era un buen estudiante de último año que hacía mucho trabajo voluntario.

—Aquí una botella de soju.

Ante los suspiros del ginecólogo y el pediatra, Tae-ho rápidamente pidió una bebida.

—Por eso te dije que me lo dijeras tan pronto como empezaran a salir.

Tae-ho dijo mientras abría el soju. En ese momento mi bolsillo vibró. Cuando saqué mi teléfono del bolsillo, los cuatro me miraron como si vieran algo que no podían creer. El oftalmólogo incluso me señaló. Era Ha-eon. Fue un poco siniestro que me llamara mientras hablábamos de él. Cuando intenté levantarme, Tae-ho me agarró del brazo y me obligó a sentarme.

—Lee Seon-jae, ahora estás contestando tu teléfono.

—Déjame contestar el teléfono.

—Responde aquí.

Ni siquiera el obstetra y el ginecólogo parecían tener intención de dejarme ir. Presioné la pantalla.

—Mayor.

[Seon-jae.]

Su tono de voz era ligeramente diferente. Sonaba como él, pero con un ligero toque irónico. Los cuatro se inclinaron pesadamente hacia mí, intentando escuchar la llamada. El volumen ya está al máximo para que puedan escuchar todo.

[Ya termino la cena.]

—Mayor, ¿estás borracho?

[¡Sí!]

Respondió con voz aguda, lo que me puso aún más ansioso. Nunca antes había ido a beber con un grupo de personas. Me preocupé más cuando el oftalmólogo le murmuró al pediatra: —Era tan lindo cuando bebía. ¿No era lindo bebiendo solo conmigo? No pude hablar con el oftalmólogo porque estaba hablando por teléfono.

[Voy a tomar el autobús a casa ahora]

—Llega con cuidado.

—¡Cercanamente! ¡No le des tu corazón a Lee Seon-jae!

Tae-ho de repente gritó en el teléfono. Rápidamente lo quite, pero fue inútil. La expresión de Tae-ho era tan triunfante que quise darle una paliza.

[Le entregué mi cuerpo y mi alma.]

El problema fue que escucharon la respuesta de Ha-eon a través del teléfono. El rostro sonriente de Tae-ho se endureció. El pediatra dejó caer la cuchara que sostenía.

[¡Dr Kwak, pasemos a la segunda ronda!]

Se escuchó nuevamente la voz de una mujer en el receptor, seguida de otras voces que se reían.

[Seon-jae, voy a la segunda ronda. Duerme primero. Adiós.]

Entonces Ha-eon colgó el teléfono. Pensé mientras miraba el teléfono. Sabía que era una situación inevitable, pero me picaba la frente mientras me preguntaba por qué tuvo que llamarme y colgar así.

—Seon-jae, deja de fruncir las cejas. Vas a matar a alguien ahora mismo.

Volví a fruncir el ceño ante lo que dijo el obstetra. Está muy arrugado. Pensé que había dejado este hábito. Era algo que había escuchado antes cuando no tenía palabras.

—Eh, claro. Entonces, ¿es Beta u Omega el mayor?

Preguntó de repente el pediatra, y Tae-ho rápidamente trató de corregirlo con: —Oye, eso no es todo.

—beta.

Cuando respondió, el pediatra sonrió y brindó por Tae-ho.

—Cien mil wones.

El pediatra sonrió y extendió la mano. Valió la pena ver la expresión de Tae-ho volverse amarga. Pero todavía me molestaban las palabras a las que no había prestado atención porque estaba hablando por teléfono, así que le pregunté al oftalmólogo.

—¿Crees que es lindo cuando bebe?

—Sí, es realmente lindo. Por lo general, es lindo cuando sonríe, pero su sonrisa es aún más brillante.

—A Seon-jae nunca le ha comprado comida ni alcohol.

—¿En realidad? ¿Por qué?

Preguntó el pediatra, como si no entendiera la declaración de Tae-ho.

—Nos cuidó durante casi un semestre entero.

El obstetra y el ginecólogo dijeron como para enojarme. Es cierto, el Dr Kwak Ha-en realmente se hizo cargo de todos mis compañeros de clase excepto de mí.

—Me pago un taxi cuando era pasante, pobrecito.

El oftalmólogo empezó a contar otra hermosa historia. De hecho, estaba claro que Ha-eon trato bien a todos menos a mí. Además de eso, me molestó la risa aguda que había escuchado antes en el teléfono. ¿Estás sonriendo alegremente? Le envié un mensaje a Ha-eon para preguntarle dónde estaba. Tae-ho llenó mi vaso, pero no tenía intención de beber. Porque tenía que conducir.

—Estoy feliz de que Seon-jae finalmente tenga una relación romántica, pero ¿por qué tiene que ser con un médico, y además uno muy cercano?

—¡El segundo tipo más agradable después del fundador!

—Oh, rabia gradiente.

Tae-ho hizo una mala imitación de su hermano y de repente se enojó, así que pensé que estaba borracho porque agitó su mano frente a mi cara. No intente morderle la mano por que no estaba borracho. El oftalmólogo hizo un gran trabajo con Tae-ho. Estaba mirando mi teléfono y me levanté tan pronto como Ha-eon envió un mensaje de texto.

Cerca del hospital XX

—Tae-ho, paga la cuenta y envíame más tarde un mensaje de texto. Me voy.

El ginecólogo me miró con curiosidad y luego se volvió hacia el oftalmólogo.

—Al menos estás saliendo correctamente esta vez.

Busqué el bar cerca de la clínica de obesidad donde trabajaba Ha-eon y lo encontré, pero no era un bar cerrado. Me preocupaba un poco que pudiera deberse a que algunos de los médicos estaban jugando sucio. Si la proporción de mujeres es alta, no juegan tan sucio, pero hay algunas que hacen cosas raras en grupos secundarios o separados.

Sin embargo, me sorprendí un poco cuando vi que Ha-eon era el único hombre entre las personas sentadas en la mesa redonda. No sé si debía sentirme afortunado de que no haya ningún hombre. Ha-eon estaba sonriendo alegremente, tal como dijo el oftalmólogo. Los hoyuelos se marcaban hermosamente. Cuando me vio, sus ojos se abrieron aún más y su rostro se iluminó. No pude evitar devolverle la sonrisa. Además, no tenía ninguna excusa para que un hombre adulto no bebiera alcohol.

—¡Seon-jae!

Ha-eon corrió hacia mí, sonriendo tan alegre que no pude ver sus ojos, estando cerca se arrojó a mis brazos. Mi estado de ánimo, que antes había estado algo enojado, se calmó. De hecho, me sentí a gusto, como si nunca hubiera estado enojado. Sentí el reflujo estomacal como si hubiera tomado un antiácido.

—Ah, este es Seon-jae Lee, mi novio, quien según ustedes no podía serlo y no me creyeron.

Ha-eon se dio la vuelta y me presentó a las mujeres de la mesa. Algunas se tapaban la boca y me miraban sorprendidas. Algunas sonrieron y dijeron torpemente: —Encantada de conocerte.

—Mayor, estás muy borracho.

Las orejas y el cuello de Ha-eon estaban de color rojo brillante. Me gustaba su cuello blanco, pero así también se veía fresco y bien. Cuando recordé lo que le hice en casa, mi cara se puso ligeramente roja. 

—Lo siento, pero nos iremos primero.

—Vamos, Seon-jae. Quiero tomar otro trago.

Ha-eon me agarró del brazo e hizo un puchero. Sacudí la cabeza con firmeza. Pase lo que pase, no puedo dejar que siga siendo tan lindo delante de otros. Me disculpé del resto del grupo y me llevé a Ha-eon conmigo. Cuando puse a Ha-eon en el asiento del pasajero, Ha-eon todavía estaba haciendo pucheros.

—Quiero tomar otro trago.

—Vamos a casa.

—Entonces beberé en casa.

—Bueno.

Mientras le abrochaba el cinturón de seguridad y le entregaba una botella de agua, Ha-eon golpeó ligeramente con el pie y se rio. Pude ver sus hoyuelos apareciendo, así que acaricié su mejilla ligeramente con el pulgar. Pude ver los ojos de Ha-eon cerrarse lentamente. Lo bese ligeramente en los labios. Sabían fuertemente a alcohol.  Quería seguir besándolo, pero me preocupaba que me hicieran una prueba de alcoholemia. Me dirigí apresuradamente a casa. Ayudé a Ha-eon, que estaba tambaleándose, y entramos en casa. Tan pronto como Ha-eon llegó a casa, se acostó en uno de los ahora dos sillones reclinables. Dejo su cama sin hacer y siempre lucirá así.

—Mayor, báñate y métete en la cama.

—Es molesto.

—Mayor.

—molesto.

Mientras tanto, me quité la ropa y Ha-eon se quedó callado. Como estaba tan callado, le di un golpe en la mejilla y Ha-eon dijo: —Hola—, como si recordara algo gracioso, estiró la boca y sonrió lo más que pudo, sentí curiosidad y vi que Ha-eon levantó los dedos índices de ambas manos y se tocó ambas mejillas.

Esta fue la pose que mostro frente a los niños durante el trabajo voluntario en el pasado. Era tan lindo que quise tomarle una foto, pero no podía apartar la mirada para tomar mi teléfono. Sus dedos índices se movieron como si estuviera empujando sus mejillas dentro de su boca, luego giraron hacia arriba y hacia afuera en un círculo.

Así que una vez más puso sus dedos índices en sus mejillas y los giro con un movimiento circular. Luego sonrió con un brillo en los ojos y ejecutó su movimiento especial.

—¡Gira mis hoyuelos!

Mis manos se congelaron en medio de desabrocharle los pantalones a Ha-eon. Todo este tiempo había estado pensando en pinchar sus hoyuelos. Ha-eon ya había pinchado sus hoyuelos con los dedos antes. Ahora iba a usar sus propios dedos para torcer sus hoyuelos y apretar mi corazón. De otra manera no había manera de que pudiera ser tan lindo y afectuoso. Pregunté, tratando de ser razonable.

—¿También haces eso delante de otras personas?

—¡No, nueva técnica! ¡Esta vez!

Luego volvió a girar el dedo índice, esta vez apuntando hacia abajo, luego hacia el exterior de la cara y luego nuevamente hacia arriba, hacia el interior. Ha-eon volvió a sonreír y dijo.

—¡Gira los hoyuelos en la dirección opuesta!

Arrastraba las palabras por el alcohol, pero en el momento en que aparecieron los hoyuelos, perdí la razón. Con los pantalones desabrochados, levanto a Ha-eon. Ha-eon de repente se aferró a él sorprendido. Probablemente arrugo mi camisa, pero no me importo. Rápidamente fui al dormitorio principal.

Esto era algo que no se podía resolver en el sillón reclinable de la sala. Lo acosté en la cama y rápidamente le quité los pantalones y el resto de la ropa. Continuó besándolo ligeramente en la frente y alrededor de los ojos. Me rodeó con sus brazos, por el repentino frio que sintió al desvestirlo, y se inclinó con las piernas cruzadas, Ha-eon se enojara por hacerlo en un día laborable, pero ahora no era el momento de considerar eso. Aun así continuó besando a Ha-eon más allá de sus labios y baje por su cuello comprobando cómo se sentía.

—Seon-jae, hace frío.

—Mayor, usa tus vacaciones anuales mañana y…

Esta vez, presioné el dedo índice en la mejilla de Ha-eon. Y tal como lo hizo Ha-eon, gire mi dedo en su mejilla. Era tan lindo en mis manos, pero estaba claro que estaba tratando de matarme. ¿De qué otra manera podría demostrar una técnica nueva tan linda con sus propias manos?

—No muestres tus hoyuelos delante de otras personas.

—¿Por qué?

—Es tan lindo.

—¿Por qué?

—Oh, soy tu novio, así que solo hazlo conmigo.

—¡Sí!

Aun si acepto, no obtuve permiso para hacer esto. Tomé el gel que estaba debajo de la cama. Luego lo apreté sobre mis dedos. Odiaba que la gente lo tocara con las manos desnudas, pero aproveché su borrachera para preguntar.

—Mayor, ¿puedo hacerlo hoy?

—¿Entonces no lo harás?

Ha-eon rodeó mi cuello con sus brazos. Hace apenas un momento, estaba hablando mal, pero de repente respondió con calma. Además, rodeó mi cuello con sus brazos con los mismos brazos que usaba para seducirme cada vez. En lugar de sonreír como antes, me miró directamente a los ojos. Sonreí tranquilamente y aparecieron sus hoyuelos.

Aunque no podía tocarlo con mi mano porque estaba llena de gel, usé la otra para tirar del cuello a Ha-eon. Su cuello enrojecido estaba aún más rojizo por el alcohol. Lo bese y con valentía metí la lengua. Ha-eon obedientemente abrió la boca y aceptó mi lengua. Todavía sabía a alcohol. Y mi boca estaba algo pegajosa por lo que comí.  

Rocé el costado de la lengua de Ha-eon que se movía lentamente y la empujé contra el paladar. Deslicé mi lengua en el espacio de debajo y toqué ligeramente la parte inferior de su lengua. Su aliento tocó mi mejilla y luego desapareció. Sus brazos se aflojaron alrededor de mi cuello mientras lo recostaba suavemente en la cama, rozando el interior de sus dientes inferiores con la lengua.

Lo solté y velozmente me quité la ropa. Apreté más gel en mi mano, probablemente manché mi ropa, pero como es soluble en agua, no debería ser un problema en lavarla. Al quitarme la camisa, la tiré al suelo y luego empujé los dedos cubiertos con gel entre las nalgas de Ha-eon.

—Seon-jae.

—Mayor.

—No me gustan las manos desnudas.

—¿Por qué?

—Porque es muy vívido.

Me sorprendió la facilidad con la que respondió. Durante el sexo, no respondía muy bien a las preguntas. Cuando respondía, normalmente era maldiciendo o simplemente diciéndome que no lo hiciera. Lo besé en los labios nuevamente y le hice abrir la boca para provocar su lengua. Cada vez que movía los dedos, sus piernas se cerraban, así que agarré su rodilla con la otra mano y las separé.

Levanté una de sus piernas y me metí entre ellas para que no las juntara. El ano de Ha-eon que dilataba con los dedos todavía estaba estrecho. Intenté aflojar el área alrededor con gel, pero todavía no podía meter dos dedos. Forzar con el gel era algo que no había hecho desde la primera vez, porque lo odiaba mucho. El gel que corría por su muslo era demasiado irritante.

Pasé mi mano por su costado y toqué su pene. Estaba medio erguido, pero jugando con él con la mano se endureció. Mi polla estaba rozando la parte interna de su muslo. Pensé que podría hacerlo así, simplemente frotaría mi pene entre sus muslos. Porque Ha-eon ya estaba excitado y parece emocionado. Ha-eon sospechaba que yo podría ser aburrido, pero era todo lo contrario. Esta escena es tan erótica que apenas puedo contenerme.

—¿Quieres que te haga una mamada?

Deslice mi dedo dentro de Ha-eon al mismo tiempo que su sugerencia. Los párpados de Ha-eon temblaron. Sólo hasta ahora supe cuál era la sensación vívida de la que hablaba Ha-eon. La sensación de las paredes internas de Ha-eon apretando mi dedo fue fuerte. Podía sentir la sensación ligeramente aceitosa de las paredes internas aferrándose fuertemente y los músculos contrayéndose. Además, las palabras de Ha-eon fueron tan poderosas que, naturalmente, tragué saliva. Pero negué con la cabeza.

—Y luego te parto los labios

—Si me lastimas, puedes ponerme un ungüento, ¿vale?

Luego extendió la mano y agarro mi pene. La mano de Ha-eon de repente perdió fuerza y —gruño— como si sintiera dolor. Sin embargo, debido a que Ha-eon también sostenía mi pene tampoco podía moverme. Al principio, Ha-eon movió la mano ligeramente sobre la muesca, pero pronto la rodeó con su mano y lo apretó, haciéndome difícil moverme.

Cuando sentí que la sangre corría hacia mi pene pensé que era peligroso, sentí como su cuerpo se alejaba de mí como si estuviera tratando de escapar. Así que ágilmente agarré su cintura y lo jale. Mis dedos perforaron profundamente en su cuerpo.

—Ahhaa…

Ha-eon gimió y me miró. Me preocupo que recuperara la sobriedad. Pensé que podría estar enojado por toda la situación, pero simplemente soltó mi pene como si estuviera un poco malhumorado. Luego se acostó. Volví a agarrar su pene con mi mano. Ha-eon sostuvo ambos lados de la almohada con las manos y enterró su cabeza. A juzgar por la forma en que se mordía ligeramente el labio inferior, no parecía estar de mal humor.

Moví ambas manos al mismo tiempo. La dirección era opuesta. Cuando mi mano derecha subía, mi mano izquierda profundizaba y cuando mi mano derecha bajaba, mi mano izquierda retrocedía ligeramente. Tan pronto como la punta del pene de Ha-eon comenzó a derramar pre semen, el sonido blando se hizo más fuerte en su mano izquierda. Extendí mis dedos a dos. Ha-eon levantó la cabeza de la almohada y me miró.

—Seon-jae.

—Sí, mayor.

—¿Solo quieres hacerlo?

Esta vez, Ha-eon me hizo una oferta que no pude rechazar. Claramente fueron mis oídos los que escucharon, pero mi sangre corrió hacia abajo. Parecía que podía llegar al clímax con sus palabras. Ante su comentario, apresuradamente puse un dedo más.  Lo sentía cada vez más apretado, así que miré hacia abajo pero pude ver que era sólo una pequeña contracción. Por suerte, no estaba herido.

—Mayor, yo...

Apretaba muy fuerte sus dedos, pero ¿qué pasa si simplemente lo hace? Puede que le duela un poco en el momento en que lo meta.  A pesar de pensar que debía negarme, mi deseo era fuerte. Con su mano, ya estaba agarrando los muslos de Ha-eon y separándolos.

—Está bien

—¿Estás seguro de que estarás bien?

Después de decir eso, vi a Ha-eon tragar saliva. Su úvula se movió lentamente arriba y abajo por su garganta, y luego me miró, con los ojos rojos en los bordes, ya sea por la embriaguez o la excitación. Lentamente saqué mis dedos. Agarré sus muslos con ambas manos y abrí sus piernas. Mi polla ya estaba lista.

Estaba preocupado por la muesca, pero lentamente lo empujé allí. Vi cómo Ha-eon agarraba la almohada con ambas manos mientras entraba en él. Podía sentirlo tratando de relajarse. Esto se debe a que ejerció menos fuerza en las caderas y las piernas.

—Seon-jae.

Ha-eon me llamó cuando llegué a la muesca. Me incliné y lo besé en la frente, el puente de la nariz y la boca. Y sentí que la parte inferior de su cuerpo estaba particularmente suelta hoy, así que me volví más codicioso.

—¿Puedo morderte el cuello?

Desde que Ha-eon se enojó y me provocó a preguntar, todavía no he podido morderlo. Ha-eon me miró con los ojos entreabiertos, luego levantó un poco la parte superior de su cuerpo y acercó sus labios a los míos. Fue un beso muy ligero, pero el significado era claro.

—Hazlo.

Esa palabra salió como un suspiro de entre sus labios. Acerqué mi boca a su nuca enrojecida. Al principio, sólo lo mordí ligeramente con los labios. Por supuesto, no salió ninguna feromona omega. Pero el olor de su sudor ya era bastante letal, y cuando pasé mi lengua ligeramente por su cuello, se estremeció. Al parecer, su cuello también era una zona erógena.

Mientras empujaba mi pene hasta el fondo, lentamente lo mordí con los dientes. Suavemente, pero con seguridad, mordí su cuello, sintiendo los músculos debajo de la fina piel. Al mismo tiempo, su pene fue succionado por el agujero de Ha-eon, golpeando ligeramente sus nalgas. También sentí como penetraba ligeramente mis dientes en su piel, por lo que apresuradamente quite mi boca.

Podía ver claramente la marca de la mordedura, aunque no sangraba, y sentí una mezcla de culpa y placer. No sólo debajo, sino también lo marque con mis dientes en su cuello. No puedo evitarlo, soy un cabrón Alfa.

—¿Te duele?

Acaricié las marcas en su cuello con la mano y su mano se acercó a la mía. Había lágrimas en las comisuras de los ojos de Ha-eon e inmediatamente sentí arrepentimiento. No podía creer que lastimé a Ha-eon sólo por curiosidad e impulso, solo por eso.

—Seon-jae.

—Lo siento, mayor. ¿Te dolió mucho?

Besé los parpados de Ha-eon. Ha-eon volvió su mirada hacia mí y me miró directamente a los ojos. En sus ojos verdes, me vi mirando a Ha-eon, consumido por la emoción. Su pene enterrado dentro de él disfrutaba del interior sin ninguna perturbación. Quería moverme, pero no podía moverme porque estaba atrapado en sus ojos.

—Soy el único al que puedes morder.

—Sí.

—¿Está bien?

—Sí.

—Puedes morderme porque soy beta.

—No.

—¿No?

—Es porque eres Kwak Ha-eon.

Con esas palabras, desaparecí de los ojos de Ha-eon. Esto se debió a que Ha-eon sonreía rasgando sus ojos. Dejo de agarrar mi mano y en su lugar agarró mi brazo. Yo deje de agarrar su cuello y lo agarré por la cintura. Lenta pero profundamente, me moví dentro de él. Aunque parecía que quería salir algo de su boca, se mordía el labio inferior como evitando decir malas palabras. Por eso a menudo lleve mi mano a su boca para abrir sus labios.

Bese el cuello y la clavícula de Ha-eon para calmarlo. Quería marcarlo, pero podía ver las marcas de mis dientes que aún no habían desaparecido, y no quería lastimarlo más. Cada vez que su pene tocaba el área estimulante de Ha-eon, Ha-eon se estremecía. Se le escapó un suspiro húmedo y dejé escapar un suspiro superficial en respuesta a su suspiro húmedo.

Me moví más lentamente para no abrumarlo y porque deseaba tanto este momento, pero, por desgracia, había llegado al clímax. En el momento en que retrocedí para terminar, Ha-eon, que estaba acostado, se levantó y me rodeó el cuello con sus brazos.

—Hazlo.

Ante esa palabra, mis ojos se abrieron de golpe y sentí como si estuviera viendo estrellas blancas. Mi amigo oftalmólogo me había dicho que fuera al médico si veía destellos cuando parpadeaba los ojos, pero estaba seguro de que me metería en problemas si iba al médico por esto. Además, podía ver la cara roja de Ha-eon detrás del destello. 

Sus hoyuelos aparecieron levemente, pero sus labios definitivamente estaban sonriendo. Aunque era un fenómeno muy serio, no quería contarle a nadie sobre este placer tan poco común.

—Hola, Seon-jae.

Definitivamente pensé que anoche hubo un acuerdo. Él sonrió, coqueteó conmigo y, lo que es más importante, comunicó claramente sus intenciones. Mi único delito fue bañar a Ha-eon porque lo encontró molesto, ponerle el pijama, taparlo con una manta y dormir con él apretado en mis brazos por miedo, por si seguía borracho. No pensé que fuera una situación digna para que me agarrara del cuello a las 4 am.

—No pretendas que estas dormido.

Entonces cerré los ojos con fuerza. Incluso hice un sonido deliberado de 'hmmm', pero no pude evitar sentirme arrepentido por la voz quebrada de Ha-eon:

—Tráeme un poco de agua.

Inmediatamente me levanté, fui a la cocina y serví agua en un vaso y se la traje. Ha-eon recostado miró fijamente el vaso de agua. Lentamente me arrodillé, esperando que arrodillarme en ese punto lo hiciera sentir un poco mejor.

—Tráeme una pajita.

—Sí.

Después de enjuagar con agua una pajita que me habían regalado recientemente cerré con cuidado la llave y metí la pajita en el vaso de agua.  Luego regresé al dormitorio principal y extendí la taza a la altura a la que yacía Ha-eon. Tomó un sorbo de agua del extremo de la pajita y giró la cabeza. Dejé la taza en la mesa junto a él y caminé lentamente hacia su lado, pero él me miró, dobló la rodilla y me dio una patada que me detuvo en seco. Ha-eon levantó la vista de su estado.

—Mayor, ¿necesitas algo más?

—¿Por qué me duele la espalda?

Desvié la mirada. Silenciosamente volví al lado de Ha-eon. Como le dolía la espalda extendí la mano, pensando que sería bueno darle un masaje, pero Ha-eon golpeó el dorso de mi mano con fuerza.

—¿También me duele el trasero?

—Lo siento.

—¡Te dije que no lo hicieras entre semana!

El flemático Ha-eon volvió a agarrarme la mejilla, me acaba de pillar. No me defendí. Tenía suficiente sentido común para saber que quedarme quieto era la salida más rápida.

—Y... ¿te viniste dentro?

Me quedé en silencio. No asentí ni negué con la cabeza. Ha-eon me miró fijamente y luego me soltó con un gruñido.

—Oye, bastardo.

—Fue un incidente involuntario que ocurrió porque eras demasiado lindo anoche.

—Lee Seon-jae, ¿confié en ti bastardo alfa, y acepte vivir juntos, pero luego engañas a un hombre borracho, lo hiciste y te corriste dentro?  

Puse excusas sin ningún motivo. No me había insultado últimamente, pero las palabras de Ha-eon volvieron a ser duras.

—Hice lo mejor que pude te bañe con agua tibia cerca de la temperatura ideal...

—¡Piensa en el tamaño de tu pene! ¿Es lo suficientemente grande para lavarlo?

—Gracias por el cumplido.

—Realmente debería cortarte la polla.

Pude verlo apretar los dientes y gruñir. Levanté la mano y toqué suavemente la barbilla de Ha-eon.

—Si aprietas las muelas, te sentirás mal...

—¿Cómo puedes decir eso en un momento como este?

—Lo siento.

—Ja, realmente escúchame con atención. Si algo como esto vuelve a suceder, te cortaré la polla 5 cm.

—Entonces podremos hacerlo más de cien veces. 

Calcule con base en evidencia médica que es posible si media 5 cm menos.

—Eso mata.

Dijo Ha-eon. Aun así, su broma seguía siendo divertida, así que me tapé los ojos con la mano, pero pude ver al payaso levantarse. Sonreía lindamente. Al final, no pude contenerme y exhale un suspiro 'Ahahaha' y me reí, así que me quedé cerca de él. Me quedé junto a él sin ningún motivo, pero luego me echo de la cama y me dijo: '¡Te felicito por que lo hiciste bien!'

Al final, ese día, Ha-eon mintió y dijo que tenía resaca y se tomó un día de sus vacaciones anuales, y yo me quedé en casa y le preparé la comida desde las 4 a.m.

Lo dejé en el trabajo y tomé una pequeña siesta para recuperar fuerzas. Después, me pregunté si fue sólo porque era una cena de empresa por lo que bebió mucho o si había una razón por la que Ha-eon bebió mucho. Lo que Ha-eon le dijo a la gente tan pronto como llegué fue: él es mi novio, quien todos ustedes no creyeron que existía. ¿Así se veía?, ¿parecía que Ha-eon era soltero?  

—Doctor, ¿estás preocupado?

Preguntó el Jefe al pasar. Aunque estaba ocupado estudiando para un examen de especialidad, respondí a su pregunta con otra.

—¿Cómo la gente puede saber que tienes novia?, le pregunté y él respondió claramente.

—Por lo general con un anillo.

De esa manera busqué anillos. Lo que he aprendido hasta ahora es que siempre debía optar por algo sencillo pero elegante. Si elegía algo con adornos, a los ojos de los demás no se veía nada bonito, y la única forma en que podía darle la vuelta era decir algo como es —vintage— o —vanguardista— o —es una representación de ¿un cerebro?

Tae-ho vino al departamento de neurocirugía después del turno de la mañana. Debe haber bebido mucho anoche.

—¿Cuánto fue?

—Está bien. Liquide con la apuesta de los 100.000 wones.

—De ninguna manera. Necesito aceptar los dos rígidos billetes de 50.000 wones que me debes.

—¿Qué estás haciendo?

Tae-ho miró mi teléfono de manera inapropiada. Miró las imágenes de anillos en mi teléfono y luego me miró confundido.

—¿Acabas de buscar 'anillos' en google? Tengo muchas ganas de decirle que huya.

Entonces Tae-ho tomó mi teléfono celular e ingresó la marca.

—Pero realmente quieres comprar un anillo, ¿verdad?

—Si.

—¿Sabe él? ¿Todo esto?

Junté el pulgar y el índice y dibujé un círculo del tamaño de un dedo. Tae-ho me miró con recelo. 

—¿Me estás tomando el pelo?

—Soy neurocirujano. Puedo moverme en incrementos de 0,1 mm.

—¡Estás mirando un microscopio! ¿Realmente vas a hacer eso?

—¿Por qué?

Cuando elegí la imagen de un anillo, Tae-ho parecía estupefacto. Me pregunto si habría tenido la misma reacción si se lo hubiera mostrado a Ha-eon.

—¿Encogerás tus nudillos?

La decoración era un poco marcada, pero lo elegí porque creí que tenía personalidad. Después de todo, uno no debería ser terco con cosas inútiles. A partir de ahora seguiré eligiendo el diseño básico más sencillo. Elegí un anillo de platino con finas líneas que suben y bajan. Tae-ho asintió con indiferencia.

—Aun así, Lee Seon-jae has crecido mucho. Escoger un anillo para celebrar su cumpleaños.

Miraba el teléfono buscando una tienda cercana, ¿porque no realizan envíos en línea?, solo entregan en la tienda. De repente tuve una duda cuando lo escuché. Ahora que lo pienso, no sabía cuándo era el cumpleaños de Ha-eon.

—¿Cumpleaños? ¿Cuándo es su cumpleaños?

—¿Por qué me preguntas eso... no lo sabes? Son 100.000 wones por decirte.

Tae-ho siempre decía tonterías de inmediato, así que abrí Facebook, que no uso. Dado que el apellido de Ha-eon era único, fu fácil encontrarlo. Cuando estaba en la facultad de medicina, un profesor me hizo inscribirme en una tarea en equipo, ocultando el propósito de que era para que hiciera más amigos.  

Quizás fue durante el curso que Ha-eon subió una foto de sí mismo sonriendo y haciendo una señal de V en el laboratorio, pero ha estado inactivo desde que publico la foto en su perfil. Pero la información incluía la escuela y su cumpleaños. Era mañana.

—Oye, puede que Seon-jae no sea bueno para las citas, pero tienes una bonita cabellera.

—Me gusta mi cabello.

Luego, presioné la foto publicada por Ha-eon y guardé la imagen. También me gustaba Ha-eon con la nariz roja, así que no podía decidir entre las dos, así que simplemente cambié el fondo de pantalla. Dejé en la pantalla de bloqueo a Ha-eon con la nariz roja, atrapé a una de las pasantes, le mostré una foto de un anillo y le pregunté si le gustaba.

Ella dijo que sí, así que busque la ubicación de una tienda cercana. Tae-ho miró la pantalla y preguntó, confundido.

—Pero no es plata, titanio u oro blanco, es platino… ¿Notaste que el precio de este, es el de estos 3 juntos? Uh... ¿realmente le vas a dar esto como regalo de cumpleaños?

—Sí.

Tae-ho permaneció en silencio, me miró con lástima, suspiró y me dio unas palmaditas en el hombro.

—Ahora estás tratando de presionar, amigo mío.

Me pregunté a qué se refería, pero se acercaba una cirugía, así que lo ignoré y fui a prepararme para ello. Tae-ho sacudió la cabeza y salió de la oficina. De camino a casa, pasé por la tienda, le mostré las fotografías y escogí un anillo. Dibujé nuevamente un círculo en el aire para preguntar el tamaño y la expresión del empleado se volvió un poco rígida.

Luego me trajo un montón de anillos para medir. Cuando le pregunté más tarde, me dijo que se llamaba calibre anular. Encontré el tamaño apropiado tocándolo con la mano. Me pregunto cuando pedí uno.

—¿Para quién?

—Mi novio.

—¿Es un anillo de pareja?

La pregunta planteó un problema en el que no había pensado. En una relación anterior me habían regalado un reloj, pero me lo quité y lo perdí en alguna de las cirugías de emergencia que realice. Esa no fue la causa directa, sino la acumulación de acontecimientos lo que llevaron a la ruptura. Sólo podía pensar en ponerle un anillo en el dedo a Ha-eon. Lo imagine sería como si le estuviera poniendo un grillete.

—Es difícil para mí usar un anillo debido a mi trabajo.

—¿Qué tal esto entonces: con una simple cadena puede usar el anillo como collar?

El vendedor fue ingenioso, así que compré dos de mi talla. Mientras jugueteaba con el calibre anular para encontrar mi talla, el vendedor parecía confundido y dijo: —Puedes probártelos tú mismo—.

Pero cuando me puse el que escogí, era del mismo tamaño, así que el dependiente se quedó perplejo y me preguntó.

—¿Es usted joyero?

—No, soy cirujano.

Le entregué todas las cirugías de emergencia a Reggie. Tenía sentido que Reggie realizara las cirugías de todos modos debido a su experiencia clínica, y ya lo había ayudado con muchas de ellas. Yo compartía la carga, pero un día me declaré en huelga ante una cirugía de emergencia, por lo que Reggie se volvió loco. Ja, desearía haber reaccionado de esa manera cuando llegó el monstruo. El de primer año lloró y dijo: —Ojalá hubiera hecho esto cuando llegó el Monstruo.

—Hoy es el día que más me esforcé. 

Pero salí del trabajo con los ojos bien cerrados, no había ninguna cirugía ni nada realmente complicado o urgente que requiriera mi participación. Llegué a casa antes que Ha-eon, porque Tae-ho me aconsejó que no hiciera nada raro porque el regalo era demasiado de todos modos, así que solo compré un pastel.

Ha-eon entró cuando estaba colocando las velas en el pastel, y cuando estaba a punto de desplomarse en el sillón reclinable sin cambiarse de ropa, sus ojos se iluminaron cuando lo vio. Debido a su horario él llegaba más tarde y se iba antes que yo, yo preparo el desayuno antes de que se vaya y él siempre desayunaba. Hoy me fui a trabajar después de hacer sopa de algas, la puse en un termo y le deje un mensaje diciendo que se lo llevara. Ha-eon no dejo ningún mensaje en particular más que un —sí—.

¿Por qué hice esto? Pero no me importó al ver los profundos hoyuelos. Valió la pena comprar un pastel de crema batida decente en la panadería que el Jefe llamó la panadería de su vida. Nos sentamos uno frente al otro, pusimos las velas y las encendimos. El rostro de Ha-eon estaba iluminado por la suave luz de las velas y me costó mucho resistir el impulso de extender la mano y tocar sus mejillas. En la boca de Ha-eon se formó una amplia sonrisa.

—¡Cántame feliz cumpleaños!

Entonces, aunque fue incómodo, canté mientras aplaudía.

—Feliz cumpleaños, mi querido mayor Ha-eon.

—Tienes muy buena voz, pero tu canto es terrible.

Él se rio y luego apagó las velas. Mientras me levantaba para encender la luz, vislumbré su costado en la tenue luz que entraba por la ventana. De repente, recordé un viejo recuerdo. En aquel entonces, era muy difícil para mis ojos adaptados a la oscuridad saber lo que estaba mirando. Eso no significa que esté bien ahora y no sé por qué hoy es jueves.

—¿No vas a encender las luces?

Dejé la caja del anillo frente a Ha-eon, me levanté y encendí las luces de la sala de estar y la cocina. Cuando me di vuelta, vi que sus ojos estaban puestos en la caja. Ha-eon sonrió y tomó el estuche. Luego mantuvo su mirada en mí hasta que volví a sentarme.

—Es demasiado pequeño para ser un alfiler de corbata, así que debe ser un brazalete.

 Sonrió y abrió el estuche, y las comisuras de su boca se relajaron lentamente. Cuando los hoyuelos desaparecieron, fue difícil leer su expresión. Tenía la boca ligeramente abierta, sus ojos nunca abandonaron el anillo y sus manos permanecieron quietas. Parpadeó lentamente y luego dejó el anillo.

Después de que Tae-ho maldijera, pensé en varios escenarios. El primero fue el más positivo, donde Ha-eon en broma le pide que le ponga el anillo en el dedo. El segundo es donde él lo acepta casualmente mientras se queja diciendo como pudo comprar algo como esto.

El tercero es que no sabe el precio y dice gracias, el cuarto es que sí conoce el precio  pero dice que puede permitírselo con su salario de especialista. El quinto era pedir un reembolso porque era una carga. De hecho, en respuesta a los escenarios negativos, estaba pensando en responder diciendo: —Te he dado un regalo para un año—. Sin embargo, no pensé que simplemente se quedaría congelado y no diría nada.

—¿No te gusta?

Ante eso, Ha-eon finalmente apartó su mirada del anillo y me miró. Él solo me miró con sus ojos redondos parpadeando y no dijo nada, así que impacientemente le mostré el anillo que llevaba en el cuello.

—Elegí uno con un diseño simple y pensé que sería difícil que lo usara por las cirugías.

—Lee Seon-jae.

—Sí, mayor.

Entonces los ojos de Ha-eon se humedecieron, hizo un puchero y comenzaron a caer lágrimas de sus ojos. Entre en pánico, rápidamente saqué un pañuelo y se lo tendí. Se secó las lágrimas, pero siguió sin hablar y mi mente se quedó en blanco en cuanto a qué hacer. No entiendo por qué llora. No sé qué es, pero sé que realmente no debería hacer esto, pero justo antes de que dijera: —Me equivoqué—, Ha-eon habló.

—¿Por qué eres tan amable conmigo?

—Mayor.

—Porque te jodo y...

Fue un shock para mí darme cuenta de que él era consciente de que simplemente me trataba con dureza. Pensé que usaba una máscara para todos los demás y solo me mostraba su verdadera naturaleza a mí.

—Amenace…

El segundo shock fue darme cuenta de que me amenazo. Fue una vez hace tiempo cundo él se golpeó en la cara mientras me amenazaba y lloro fisiológicamente por el dolor. Sus lágrimas eran similares a las de ahora, pero su expresión era muy diferente. Ahora miraba al suelo, mientras que antes me miraba con un claro deseo de algo.

—Unilateralmente te dije que no nos volviéramos a ver…

En ese momento, cuando me dijo que no nos volviéramos a ver, pensé que se refería a que necesitaba un tiempo a solas. No lo fue. Exactamente dijo lo mismo cuando nos volvimos a ver y dijo: —Vete de aquí—. Esta vez me quedé sin palabras por la sorpresa.

—Estoy viviendo en tu casa...

Eso es porque le pedí que viviéramos juntos. No podía dejarlo solo, así que tomé la decisión. No pensé que a Ha-eon le importaría.

—Te hago hacer todas las tareas del hogar...

No esperaba que el mayor hiciera nada. Sabía que no era de los que cocinan en casa cuando vi el frigorífico vacío en su antiguo apartamento. Y de hecho, ni siquiera se molesta cuando llega a casa. Era difícil moverlo los fines de semana porque lo molestaba y además, en general soy bastante bueno con las manos, así que puedo cocinar y limpiar bastante rápido, pero no necesariamente comida gourmet.

—Además, soy beta...

No sé por qué a Ha-eon le importa tanto ser beta. Incluso si él fuera un Omega, si Ha-eon fuera tan lindo e hiciera que no pudiera quitarle los ojos de encima, habría sido obvio que habría estado a su lado mientras tomaba sus inhibidores. De todos modos, aunque me gusta Ha-eon, siento que no estoy en mi sano juicio.

—¿Por qué diablos estás siendo tan amable conmigo?

—Lo sé, verdad.

Y esa locura se reveló en esta situación. Sus hombros temblaron ante mis palabras y luego se detuvieron. Se secó las lágrimas de los ojos y me miró con cara seria. Sabía que la situación era mucho mejor que antes cuando Ha-eon miraba al suelo y lloraba. Y me di cuenta de que no debería haber sido tan honesto. De todos modos, no soy bueno embelleciendo las palabras, así que decidí ser lo más directo posible.

—Al principio, tenía una buena razón, porque no importa lo que dijeras, yo dije algo imprudentemente, y cuando me amenazaste, tu reputación era tan buena que no pensé que la gente me creería incluso si me amenazabas. Cuando despareciste pensaba en ti todo el tiempo excepto cuando estaba operando, y me preguntaba si eso me estaba llevando al delirio. Cuando ocurrió el incidente, te traje a mi lado porque pensé que te culparías si te dejaba solo, y yo hago las tareas del hogar porque... Realmente no esperaba nada de ti excepto lo que hicimos anoche.

—¿Es esto una clase de broma?

—Lo digo en serio.

Dejó escapar un breve suspiro como si estuviera estupefacto, luego juntó los pañuelos con los que acababa de secarse las lágrimas y me los arrojó. Me golpearon en el pecho y cayeron al suelo. Ciertamente parecía que se estaba arrepintiendo de todo lo que me acababa de decir.

—En algún momento no hubo motivo. Solo si eres Kwak Ha-eon, eso es todo.

—Si no me pones el anillo, realmente te matare.

Los ojos y la nariz de Ha-eon se pusieron rojas y extendió su mano izquierda con una sonrisa. Era obvio que se trataba de su propia broma. Saqué el anillo del estuche, sostuve su mano izquierda y deslicé el anillo en su dedo anular. Como era de esperar, encajo perfectamente.

—¿De verdad duermes mientras yo duermo?

 —Cada vez—, dije, —pensé que serían unos pocos milímetros.

Ha-eon sonrió y miró el anillo. Cuando lo vi sonreír de nuevo, apareciendo sus hoyuelos, fue el momento justo. Aparté el pastel, me levanté y me incliné hacia Ha-eon. Con una mano sobre la mesa, extendí la otra y agarre su mejilla. Ha-eon cerró lentamente los ojos y se inclinó para besarme. Lo hemos hecho muchas veces, pero esta sería la primera vez que lo haríamos después de decirnos todo. Por supuesto, era la primera vez además de cuando decía mi nombre en la cama.

Su boca se sentía particularmente caliente, al igual que su cara, la temperatura de su cuerpo era naturalmente alta. Mi lengua se movió pasivamente y luego agresivamente. Su mano subió a mi hombro y me empujó ligeramente. Me aparté y lo besé ligeramente en los labios. Me miró con los ojos húmedos por haber llorado antes.

—Es tu cumpleaños, ¿hay algo más que quieras?

—Sí.

Me incliné hacia adelante, esperando que los brazos de Ha-eon rodearan mi cuello. Pero en lugar de eso, mantuvo su mano sobre mi esternón. La comisura de su boca se levantó juguetonamente y me susurró al oído.

—Voy a esperar hasta mañana.

Me estaba pidiendo que esperara hasta mañana. Me alejé lentamente de él. Cuando vio mi expresión decepcionada, se rio alegremente como si fuera divertido. Luego extendió su mano, miró el anillo y volvió a sonreír. Decidí conformarme con verlo sonreír.

—Voy a calentar un poco de sopa de algas.

Puse la mesa para la cena.

En su trivial vida cotidiana, cada uno de ellos tenía su propio hobby. Tae-ho salió a trabajar como fotógrafo semi profesional, pero se rompió la muñeca por lo que no podía usar la cámara por un tiempo. Intentó venderme su vieja cámara y me dijo: —Esta es la cámara con la que solía tomar fotografías.

Sentí que estaba tratando de estafarme, pero dijo que si compraba la cámara, me daría algunas fotos de Ha-eon que tomo durante su trabajo de voluntario, así que la compré. Tal vez sea porque no tomó muchas fotografías de él pensé que no se veía tan lindo como en la foto con la nariz de esponja roja. Tal vez sea porque no hay ningún niño frente a él que Ha-eon no parece tan dulce.

Ha-eon empezó a escribir una columna sobre salud. Maldijo a los medios, llamándolos basura, y cuando su primera columna se llenó de marcas de edición rojas, se deprimió y dijo que había perdido su lengua materna. Me regaño mucho por tomar una foto de su expresión. Pasó el tiempo, medio año, luego un año. Cuando salimos de viaje para celebrar nuestro primer aniversario, Ha-eon tuvo una duda extraña y me preguntó.

—Por cierto, ¿cuándo dejaras de llamarme mayor?

—¿Qué?

—Soy mayor que tú, así que puedes llamarme hermano mayor.

—No me gusta.

—Oye, has sido muy arrogante últimamente.

Sentí que Ha-eon quería decirme algo, así que le tomé una serie de fotografías con mi cámara. Me sentí quejoso, así que intenté deliberadamente ahogar su voz con el sonido del flash, así que tomé una serie de fotografías de su nariz poniéndose roja brillante y sus mejillas inflándose, lo cual fue divertido, lindo y adorable. Era una pena simplemente mirar a través de la lente, así que bajé la cámara.

—Estaba tan ocupado tomándote fotografías que no te escuché.

—¡Eres tan arrogante que no me escuchas!

—No te escuché.

Luego me acosté a su lado. Estábamos esperando ver la aurora boreal. Me volví hacia él en el tablero del suelo. Lo besé ligeramente y envolví mis brazos alrededor de su cintura, acercándolo. Me alegré de que el guía local estuviera ausente.

—¿Cuándo me vas a llamar hermano mayor?

—¿De verdad quieres oírme llamarte hermano mayor?

—Por alguna razón, cuando me llamas mayor, se siente como si simplemente me estuvieras llamando por mi nombre, no como si realmente pensaras en mí como tu mayor.

Por supuesto, como el lucia tan joven, para empezar no me sentía como si fuera mi mayor desde el principio, pero lo atraje suavemente hacia mis brazos. Parecía como si mi pecho se moviera hacia arriba y hacia abajo junto con la respiración de Ha-eon, así que cuando una generosa cantidad de aire caliente salió expulsada hacia él, Ha-eon se retorció ligeramente. El grueso acolchado crujió con fuerza.

—No hagas nada más.

—¿Qué quieres decir solo estoy acostado aquí contigo?

—No te hagas el gracioso.

—Lo digo en serio.

—Estábamos hablando de títulos.

—Sí, mayor.

—Entonces, ¿cuánto dejaras de llamarme mayor?

Con esas palabras, agarró la barbilla de Ha-eon y la levantó para besarlo. A pesar del frío, su temperatura corporal seguía siendo alta. Al principio, lo bese ligeramente para evitar que hablara, pero luego mordisqueé lentamente sus labios y metí la lengua en el espacio ligeramente abierto entre sus labios.

Lo sentí levantar lentamente sus brazos y envolverlos alrededor de mi cuello. Después de besarnos lenta y pausadamente, nos miramos a los ojos y sonreímos. Veía ha Ha-eon riéndose junto con él. Pensé que sus hoyuelos eran lindos, así que lo besé en la mejilla.

—En realidad, eso te gusta.

—¿Qué?

—Llamarme mayor, para luego llamarme por mi nombre.

Ante esas palabras, Ha-eon golpeó deliberadamente mi barbilla con su cabeza, pero no lo negué ya que pronto hundí el rostro en su cuello. Apoyé el rostro contra su suave cabello castaño y disfruté de la paz. El cielo nocturno todavía estaba negro, las estrellas brillaban, la aurora boreal no estaba a la vista, pero había un mañana. Y estaría siempre Ha-eon a su lado. 



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