Ante
mis palabras, Ha-eon lentamente se apartó de mí y me miró. Se levantó
lentamente de puntillas y lo beso ligeramente en los labios, luego se alejó.
Fue amargo debido al ungüento, el sabor astringente fue más fuerte que la
sensación de sus labios.
—Debes
saber que como Beta no puedo follar como un Omega, no de la misma manera.
Los
ojos de Ha-eon parpadearon levemente. Y pude ver los nudillos de sus manos que agarraban
mi ropa estaban blancos por el esfuerzo.
—No
importa. De todos modos, soy alérgico a las feromonas omega…
Señalé
con el dedo la mejilla de Ha-eon y lo bese.
—No
reacciono a nada más que a tus hoyuelos.
—Ni
siquiera lo toque cuando lo sacaste para comerme, y luego escapaste, así que
supongo que finalmente vas a comerme.
Entonces
Ha-eon sonrió. Instintivamente toqué el hoyuelo en su mejilla. Se que no lo
lastime, pero frunció el ceño. Era lindo, así que esta vez bese ligeramente sus
labios. Quería besarlo con más fuerza, pero me preocupaba la herida en su labio.
—Por
mi moral. No tengo relaciones de esa manera.
—Eres
divertido.
—No
era una relación en ese sentido, así que dame tu número y dirección.
—Oye,
realmente crees que estoy loco, ¿no?
—¿Qué?
Estás mintiendo.
Dicho
esto, me acerqué al teléfono celular que
no conocía de Ha-eon y miré la pantalla.
—Maldito
bastardo.
Se
registró una llamada perdida.
—Oh,
no todo son mentiras, por supuesto.
—Mayor.
—Ya
no lo haré si estás ahí para consolarme. ¿Qué dices a eso?
Luego,
abrió los brazos como pidiendo un abrazo y sonrió alegremente, lo cual me
pareció muy gracioso así que lo dejé pasar. Lo levanté y lo acosté en la cama, sentándome
en posición horizontal. Me subí encima de él, atrapándolo entre mis piernas y
lo bese varias veces. Mientras acariciaba su cabello, agarré la parte posterior
de su cabeza y se inclinó hacia atrás, así que no tuve más remedio que hacerlo.
Realmente
no era mi intención, pero Ha-eon separo los labios, así que con cuidado metí la
lengua. La lengua de Ha-eon también salió a mi encuentro, y el área alrededor
de su boca se humedeció con su saliva y la mía, junto con un sabor astringente.
Debe ser el ungüento. Con la otra mano le levanté la camiseta sobre el estómago
a Ha-eon y sentí sus costillas huesudas.
Eran
tan pronunciadas que aparté los labios y miré hacia abajo. Sabía que era
naturalmente delgado, pero ahora estaba tan delgado que sus costillas quedaban
expuestas.
—Seon-jae.
Ha-eon
rodeó mi cuello con los brazos y rápidamente puse mi mano detrás de su espalda
como abrazándolo para ayudarlo a levantarse. Luego me levante y fui al
refrigerador. Lo único que había dentro eran latas de cerveza, agua embotellada
y el pastel que había traído antes.
—Mayor,
necesitas comer.
—¿Eres
tu mi madre? Intente comer arroz.
—No,
mayor. Está bien decirlo en momentos como este.
—Entonces,
sabes que no está bien simplemente detenerte y abrir el refrigerador cuando
estás a punto de follar, ¿verdad?
—Vamos
a cenar. Si comes pastel en ayunas, no te caerá bien.
—¡Oye!
Lee Seon-jae! ¿No creo que eso sea algo que deba decir el hombre que acaba de
besarme y meter la mano debajo de mi ropa?
—Mayor,
escúchame.
—¿Qué?
Miré
a Ha-eon mientras cerraba el refri.
—Si
no tienes la fuerza física adecuada, no podrás terminar. Porque yo…
Cerré
los ojos por un momento y luego los abrí. Pudo ver la mirada de incredulidad en
su rostro, pero continuó.
—Es
asombroso. Eres terrible.
Eso
es lo que dijo en respuesta a mi honestidad.
El
único lugar cercano que se me ocurrió para llevarlo fue a un restaurante de caldo
de hueso. No tuve elección. Era el único lugar al que ir a esa hora.
—Sí,
no hay nada como el caldo de hueso para animarte, ¿verdad?
Aunque
Ha-eon lo dijo sarcásticamente, se comió con entusiasmo el caldo de hueso
cuando salió. Corté el kimchi con unas tijeras. No, intenté cortarlo. El
problema fue que cuando intenté cortarlo con las tijeras, Ha-eon me las quitó.
—Tienes
la mala suerte de lucirte con un cirujano.
Luego,
sostuvo las tijeras con el pulgar y el índice y lo cortó. Parecía como si
estuviera sosteniendo unas tijeras quirúrgicas. A pesar de criticar el caldo de
hueso, Ha-eon lo disfrutó. Mientras miraba a Ha-eon, de repente me sentí
ansioso por el futuro. No pude evitar pensar que tendría que esperar hasta que
ganara algo de peso. Sería demasiado para él si realmente estuviera chocando
contra sus huesos.
No
he investigado en detalle tener relaciones sexuales con un hombre, pero a menos
que sea un omega, es muy difícil para un macho beta tener relaciones sexuales
con un alfa. Por supuesto, necesitare lubricante y juegos previos para
relajarlo. Y lo más importante es la resistencia física. Sin la resistencia
adecuada, es difícil alcanzar el orgasmo. Es básico. Y para tener resistencia
es importante hacer ejercicio, pero lo primero es comer bien.
—Ja,
ha pasado un tiempo desde que comí algo decente.
—¿Qué
has estado comiendo hasta ahora?
—¿te
de cebada?
—Cerveza,
dices.
—¿Leche?
—Estás
seguro de que era realmente leche, ¿verdad?
—Eres
un pervertido, ¿qué estás pensando?
—Mayor,
cuéntame una historia sobre ti.
—¿Qué
historia?
—El
mayor sabe que solo he salido con mujeres, pero yo no sé nada sobre ti.
—Hmph,
eso no es algo de lo que debas hablar en un restaurante, ¿verdad?
—¿Quieres
un poco de soju?
—No,
no quiero emborracharme y decir cosas que no debería. ¿De qué tienes
curiosidad?
—Empezando,
quiero saber la historia del tipo que te golpeó cuando yo era pasante.
—...
Oh, lo recuerdas.
—Me
sorprendió ver al lindo chico con hoyuelos aparecer con golpes en la cara. Además,
me sorprendí más porque desapareciste inmediatamente después de que te curara.
Pero lo que me sorprendió mucho más fue que al día siguiente apareciste sin
previo aviso, como si nada, sin ninguna preocupación en el mundo.
—¿Estas
siendo sarcástico?
—Sí,
ese periodista imbécil me dijo que hablo de manera similar a mi mayor.
—Mmm.
Luego, Ha-eon robó mi caldo que no había
terminado de comer como si nada.
—Fue
simplemente un hombre que pasaba, pero era un pervertido. Le gustaba golpear para
excitarse.
—Eres
un pervertido.
Dije
por frustración, pero Ha-eon sonrió. Estoy furioso, pero no sé por qué Ha-eon
parece feliz.
—Así
que lo dejé después de eso porque pensé, oh, estoy realmente cansado de salir
con extraños, y luego realmente viví como un monje, muriéndome de hambre, pero
exploté por demasiado estrés, así que recientemente solo lo he estado jugando
un poco.
—¿Qué
pasa con una relación seria?
—¿No
estás investigando demasiado el pasado de otra persona?
—A
excepción de la chica que me presentaron durante mi tercer año, nunca tuve
citas. Salimos durante aproximadamente medio año y la razón por la que rompimos
fue porque yo estaba demasiado ocupado. Espera… Antes de eso, como sabes, salí
con alguien que se me confesó en la universidad.
Afortunadamente,
no éramos del mismo departamento fue lo mejor porque si rompíamos no nos
veríamos diariamente y tampoco quería cambiar de área. Salimos brevemente, pero
la razón por la que rompimos fue principalmente porque yo estaba demasiado
ocupado y no era mi prioridad.
—Sabes,
no tengo tanta curiosidad por tu pasado.
—Eso
es todo, así que cuéntame mayor porque no sé cuánto más puedo seguir enojándome
con esas personas a las que llamas tus ex que dijeron que mi mayor es poco
apetecible.
—¿Sentías
curiosidad por eso?
—Sí,
¿por qué diablos dijeron que no eres delicioso? porque cuando te probé, quería
seguir tocándote.
—¿No
crees que estás demasiado caliente en un restaurante de caldo de hueso?
—Es
por eso que me estoy conteniendo. De lo contrario, es posible que te arranque
el cuello de un mordisco.
—Soy
beta, ¿verdad?
—Aún.
Extendí
la mano y pase las puntas de mis dedos índice y medio desde la clavícula
expuesta de Ha-eon, hasta su cuello y debajo de su oreja. Pude ver el cuello de
Ha-eon curvarse por sí solo. Él también se sonrojó un poco.
—Tal
vez si dejo mi marca aquí—, pensé, —los imbéciles que pensaban que eres
insípido sabrán que se equivocaron pero no tratarán de atacarte.
—No
eres tan genial como crees.
—Sí,
porque soy pragmático y no soy un idiota que pierde lo que es suyo.
—No,
quise decir idiota y poco cool.
—De
cualquier manera, háblame de ti mayor, porque hoy quiero terminar con mis celos
de tu pasado.
—Uh…
salí con alguien en serio en la universidad, pero no duró mucho porque no era
omega. Aunque en su mayoría fueron aventuras de una noche, los alfa finalmente
me dejaron para encontrar a un omega. Y mi único compañero que fue beta duramos
unos 3 años.
—¿Cuando?
—En
el Instituto.
Por
supuesto, pensé que fue durante la universidad. Pensé en un Ha-eon en la escuela
secundaria. Debió haber sonreído como un niño mientras vestía su uniforme
escolar con sus hoyuelos. Aunque todavía parece bastante joven, me pregunto qué
tan lindo debe haber sido cuando era más joven.
—Cuando
ingrese a la facultad de medicina, rompimos porque peleábamos a menudo,
probablemente debido a mi complejo de inferioridad. Ah, juventud.
—¿Eso
es todo?
—Si
eso es todo. Incluso si nos encontramos ahora, no dudaría en absoluto.
—Ya
veo. Pero por favor no lo vuelvas a ver.
—¿Por
qué?
—No
me gusta.
—Está
bien, ¿qué más quieres preguntarme?
—Solo
pensare en esto por ahora, iré a casa a dormir. Y tú.
—¿Por
qué?
—Voy
a pedir un caldo pequeño, así que cómete todo para que aumentes de peso
adecuadamente.
—¿Me
estás matando de hambre ahora?
—No,
solo me aseguro de que comas bien para que estés en buena forma.
—¿Estás
bromeando?
—Lo
digo en serio.
Luego
llamé al camarero. Seguí contactando a Ha-eon desde ese día. Aprendí de mis
fracasos anteriores y le llamaba cada vez que tenía tiempo libre. Pero él fue muy
breve con sus respuestas. —Casa—, —descansa—, —respira—, etc. El mensaje más
largo que envió fue: '¿Tocaste mis cosas?'
Por
supuesto dije que no, simplemente recibí lo que me entrego la doctora Bae
Hyer-rin, pero la respuesta fue —sí—, solo una letra. Al menos tenía que estar
agradecido de que no fue —oo— o —o— o ninguna respuesta. Aun así, aunque estaba
ocupado, nos mantuvimos en contacto e iba a su casa tan pronto como salía del
trabajo. Cuando llegaba a su casa, el me
abrazaba por el cuello y frotaba su cara entre mi cuello, al contrario de sus
cortas respuestas a mis mensajes, pero no pude responder. Todavía está muy
delgado, podía sentir sus costillas y pensé que aún no podía hacer eso.
Así
que lo invitaba a cenar. Después de cuidarlo durante unas dos semanas, Ha-eon
ganó algo de peso. A menudo se molestaba porque solo terminábamos besándonos,
pero pensé que hoy estaría bien, así que me estaba concentrando en no dejar que
nada me perturbara en el trabajo, cuando el profesor Kim Sang-rok vino de visita.
No dije nada.
—Ey.
Me
llamó.
—¿Sigues
saliendo con ese tipo?
No
dijo su nombre, pero asentí porque sólo hay una persona que le importaría al
profesor Kim Sang-rok. El profesor Kim Sang-rok dejó casualmente el periódico
que sostenía en la mesa junto a mí.
—Dile
a ese tipo que nunca vuelva a tratar a pacientes pediátricos.
El
periódico que dejó el profesor Kim Sang-rok contenía un artículo especial. El
titular del articulo decía: —Ministro XXX, acusado de violación incestuosa e
instigación al asesinato—. Si bien los casos de violación y agresión contra
criminales alfa habían sido el centro de atención en los últimos años, en
primera plana había una historia completamente diferente.
Lo
que estaba escrito era el nombre del ministro que resultó ser el padre de Tae-yun.
No pude soportar leer el artículo, así que bajé y verifiqué el nombre del
periodista. Era el nombre del paciente de la habitación 2, el hombre que vino a
verme y me pidió que le diera una receta con el medicamento de Tae-yun. Después
de dudar leí el artículo lentamente. El artículo fue muy detallado.
El
ministro tuvo un hijo fuera del matrimonio con su amante, y cuando el hijo
Omega entro en celo, el ministro utilizó la coerción para forzar el
emparejamiento. El hijo desarrolló celo crónico y epilepsia como efecto
secundario del emparejamiento incestuoso e inevitablemente se vio obligado a
someterse a una cirugía de des emparejamiento.
Después
de la cirugía de des emparejamiento, le recetaron tranquilizantes, pero el
ministro ordenó deliberadamente a su amante y a su secretaria que destruyeran
las recetas. El hijo saltó por la ventana y murió a causa de alucinaciones,
efecto secundario del des emparejamiento sin tranquilizantes.
La
policía está investigando el incidente, pero otros medios de comunicación
distintos de los pertinentes no informan lo suficiente sobre el incidente. Donde
el artículo es algo inexacto fue al afirmar que padeció celo crónico y
epilepsia debido al incesto, pero Tae-yun no sufría exactamente de epilepsia.
Era diferente de la epilepsia, que se sabe que es una convulsión causada por
una anomalía en el sistema omega.
Además,
lo que le recetaron después de la cirugía de des emparejamiento no fue un
tranquilizante, sino un antidepresivo más cercano a un estimulante. Además las
alucinaciones no se encuentran entre los efectos secundarios de la cirugía de des
emparejamiento. Hay depresión y fatiga extrema, pero se recetan antidepresivos para
prevenirlo, y aunque algunas personas lo señalaron, yo lo sabía con bastante
detalle. Pude entender por qué el periodista permaneció tanto tiempo en la
habitación 2.
Busqué
en Google el título del artículo y llegué a una página de noticias en línea. La
reacción fue calurosa. Afortunadamente, el nombre de Tae-yun no se mencionó en
los comentarios que leí brevemente. Las personas que eran masticadas por las
manos y las palabras de la gente son los padres de Tae-yun, no Tae-yun, así que
me alivió que el nombre de Tae-yun no se mencionara allí.
Envié
un mensaje de texto con el URL de la página de noticias en línea a la doctora.
Jeong Soo-young y marcó el número de la sala VIP.
[Esta es la sala VIP.]
—¿Directora
Jeong Soo-young?
Pregunté
ante la voz femenina ligeramente baja y ella respondió con una voz sonriente.
[—Dr. Lee, ha pasado mucho
tiempo, ¿llamas porque quieres trasladar a un paciente a la sala VIP?]
—No,
hay un reportero encubierto entre los pacientes en la sala VIP y me preguntaba
si podría incluirlo en la lista negra.
[Oh, ¿habitación 2? Siempre que
se obtengan pruebas, se podrán procesar.]
—Te
envié un mensaje de texto con el URL del artículo, también está el nombre del
periodista al final.
[Está bien, lo comprobaré. Por
cierto, ¿cómo está Ha-eon?]
No
estoy seguro de por qué tanto el profesor Kim como la directora me preguntan
sobre Ha-eon, pero asentí, aunque no puedo verla.
—Esta
bien, estoy trabajando duro para que coma, y si tiene un buen puesto de trabajo,
no dude en decírmelo.
[Dr. Lee, el apoyo externo es
demasiado. Está bien, hasta luego]
Terminé
la llamada, recogí el periódico para tirarlo a la basura y luego lo bajé
lentamente. No sabía si lo había visto o no, pero no quería enviarle el URL,
así que agarré el periódico y lo metí en mi bolso. Tan pronto como llegué a su
casa, el me vio corrió hacia mí y me abrazó. Suele mostrar cariño, pero hoy no
se veía así.
Cuando
abrí la puerta, Ha-eon me miró con los ojos muy abiertos y las comisuras de la
boca bajadas, como si estuviera ansioso. Mientras se acurrucaba en mis brazos,
acaricié la nuca de Ha-eon. Nos abrazamos por un rato antes de que él hablara
desde sus brazos.
—Ha
sido acusado.
—¿Acusado?
—Esa
escoria humana.
El
periódico en su mano izquierda se tensó ante sus palabras. Debe ser el padre de
Tae-yun.
—Quieren
que vaya como testigo al juicio en una semana.
—Mayor.
—Podré
hacer un buen trabajo, ¿verdad?
Sólo
entonces Ha-eon levantó la cabeza. Las comisuras de su boca todavía estaban
bajadas y los ojos estaban ligeramente húmedos. Besé sus párpados. Ha-eon cerro
ligeramente los ojos y luego los abrio, y las lágrimas cayeron de las comisuras
de sus ojos.
—Sí,
lo harás bien.
Ante
esas palabras, Ha-eon lo soltó y secó sus lágrimas con su mano. Dejé el
periódico al lado del zapatero y le dije a Ha-eon que se preparara para salir.
Revisé el refrigerador y el fregadero y me di cuenta de que no había desayunado
ni almorzado. Pensé que simplemente no dormía cuando estaba preocupado por
algo, pero tampoco parecía comer mucho.
Cuando
salimos a cenar, como era de esperar, no volvió a comer mucho. Como era un menú
coreano, puse toda la carne guisada encima del arroz de Ha-eon, pero él volvió
a colocar la carne en mi arroz. Pensé que había ganado algo de peso, pero no
era demasiado para una semana.
Al
hospital acudieron dos policías vestidos de civil. Tae-ho guió a la policía
hacia mí con una expresión de curiosidad. Creo que este será el chisme
hospitalario de la semana.
—Es
sólo una formalidad, pero por algo venimos. ¿Es usted el médico que operó a la
víctima de Tae-yun?
—Sí,
soy quien opero a Tae-yun.
—Tu
nombre es Lee Sun-jae, ¿no?
Tae-ho
fue el primero en notar la situación y su boca se torció porque quería reír.
Aun así se mantuvo firme.
—El
médico que realiza la cirugía se llama cirujano.
—Ah,
así es.
El
que había mantenido la boca cerrada le dio un codazo al que había entendido
mal. Detrás de él, Tae-ho estaba sonrojado. Si iba a aguantar así, también
podría reírse.
—¿Usted
conoce al Dr. Kwak, el médico que trató a la víctima?
—Sí,
estamos saliendo.
—Dios
mío…
Salió
de la boca de Tae-ho, quien contuvo la risa hasta que su rostro se puso rojo.
Los dos policías miraron hacia atrás. Tae-ho me miró con la boca abierta y los
ojos entrecerrados, como si lo hubiera traicionado. Lo ignoré.
—¿Alguna
vez conoció al perpetrador o a sus asociados durante la cirugía de des
emparejamiento?
—No,
el formulario de consentimiento se procesó mediante el correo del hospital y
cuando le dieron de alta, estaba ausente por otro asunto.
—Es
eso así. Está bien. Fue realmente una visita formal. Gracias por su cooperación.
El
policía que no hablo se alejó, todavía sin hablar, y sólo el policía que habló
le tendió una tarjeta de presentación y se la entregó. Cuando la policía se
fue, Tae-ho me bloqueó el paso cuando me di vuelta para volver al trabajo.
—¡Cómo
no pudiste ni siquiera decírmelo!
—¿qué?
—¿Estás
saliendo con Ha-eon?
—¿Por
qué? Ya se rumoreaba.
—¡No
es justo! ¡Me esforcé mucho para que se detuviera ese rumor cuando dijiste que
no estaban saliendo!
—No
mientas.
—¡En
verdad! Realmente tengo conciencia.
Esta
vez, Tae-ho no fue en la sala de urgencias, pero habló de su conciencia hasta
el final. No estoy muy impresionado, pero
—¿Entonces
es un omega apretado?
—¿Tu
imaginación está limitada a ese punto? El Mayor es Beta.
—Entonces,
¿cómo están saliendo?
Tae-ho
sacudió la cabeza, todavía sin entender.
—¿Qué
importa el género cuando se trata de salir con alguien? ¿No estás ocupado? ¿No tienes
que volver a urgencias?
—¡Al
salir con alguien, el tipo, el género, la edad y la nacionalidad son
importantes! Sr. Lee...
—¿Por
qué estás tan molesto?
—¡Debiste
decírmelo! Ah... mis 100.000 wones.
—Así
es, dame esos 100.000 wones.
—¡Aaaah,
es una llamada!
Tae-ho
escucho sonar su teléfono y salió corriendo a toda prisa. Estoy seguro de que no
era lo suficientemente urgente para que se fuera, pero claramente se escapó
porque no quería pagarme.
—Voy
a estar allí.
Fue
un mensaje conciso. Durante el resto de la semana, Ha-eon habló
intermitentemente y no comió mucho. Sólo estaba investigando procedimientos de
castigo penal. Tiro todos los libros de medicina y comenzó a leer libros sobre
derecho. Intenté de todo para alimentarlo, pero fue en vano. No sé si era su
apariencia infantil o su comportamiento infantil pero disfrutaba comiendo
gomilonas. Sólo puedo estar agradecido por la elección del profesor Kim.
Como
estaba comiendo gomilonas mientras murmuraba inflando su mejilla, no me pude
resistir y a menudo la tocaba. Aun así, cuando estaba de buen humor, aceptaba,
pero cuando no, me miraba con enojo. Luego sacaba otra bolsa de gomilonas y se
la daba. Sólo quería que llegara la fecha para que testifique en la corte y que
esto terminara.
Mentiría
si dijera que no me importa, pero estaba tratando de no preocuparme lo más
posible. Terminé una vertebro plastia simple por la mañana y salí. La sala de
operaciones estaba extrañamente desordenada. Solo había un chico de primer año quien
seguía en su puesto,
—¿A
dónde se fueron todos?
—Doctor,
eso es...
En
ese momento llegó una llamada de urgencias. No quería enviar a Reggie, un
estudiante de primer año, solo, así que bajamos corriendo las escaleras a abajo.
El primer piso era un desastre. La gente seguía saliendo de las ambulancias. La
mayoría de ellos tenían heridas alrededor de la cara o parecían aturdidos. La
mayoría de ellos tenían tarjetas alrededor del cuello. Eran tarjetas de prensa
de medios de comunicación como xx periódico y xx diario.
Cuando
Tae-ho vio entrar a los pacientes, rápidamente me arrastró debajo de las escaleras.
La expresión de Tae-ho era urgente, pero era extraño verlo haciendo muecas.
—¿No
hay nadie en neurocirugía? ¿Por qué estás aquí?
—¿Entonces
quieres que deje a uno de primer año aquí solo?
Detrás
de mí, Reggie, de primer año, simplemente ponía los ojos en blanco y observaba
la ajetreada situación. Seguí a Tae-ho mientras caminaba, personal de varios
departamentos ya habían bajado. En medio de ello había una persona en una
camilla. Le habían arrancado la oreja izquierda y le desgarraron gravemente un
ojo.
La
piel alrededor de su rostro se estaba despegando, especialmente alrededor de
los pómulos. No era una quemadura. Ni siquiera era una lesión por raspadura en
cemento. El rostro tenía numerosas marcas de dientes. Además de su horrible
apariencia, su ropa estaba hecha un desastre. Probablemente originalmente era
un traje.
Además,
incluso tuvieron que cortarle el pantalón y su ropa interior. No sé la razón,
pero era visible claramente que estaba sangrando por la parte inferior de su
cuerpo. El hombre era quien se suponía que comparecería hoy ante el tribunal acusado
de violación y asesinato, el padre biológico de Tae-yun, el Ministro XX, quien
fue acusado hoy formalmente.
De
esta manera, sentí a mi corazón latir más rápido. Sólo lo había visto en el periódico
y en el monitor de la computadora. ¿Por
qué está esta persona así aquí? Al mismo tiempo, sentí que mil dólares
subían dentro de mí. ¿Qué demonios estoy
haciendo aquí?
—¿Hay
alguien más en neurocirugía?
—No,
y no sé por qué.
—Jefe
o de tercer año o alguien más.
—Los
dos de tercero están fuera y la profesora Park está en un simposio en el
extranjero.
Mayor.
Tae-ho
habló brevemente y me miró.
—Lee
Seon-jae, yo... Después de todo, eres médico.
Después
de decir eso, salió corriendo cuando lo llamó una enfermera. Me quedé allí. Un
doctor, que no sabía si era un interno de la sala de urgencias o un médico de
otro departamento, me estaba explicando como era costumbre. Examen físico,
signos vitales, resultados de pruebas en curso.
Mientras
tanto, otro sostenía el respirador sobre la boca del hombre y yo aún no podía
concentrarme en lo que decía. Cuando finalmente recobré el sentido, todo lo que
pude escuchar fueron hallazgos subjetivos: tímpano roto, daño a los músculos
faciales, compresión ocular, desgarro rectal.
—Existe
la posibilidad de hemorragia cerebral debido a un impacto externo, así que
asegure las líneas C y A durante la cirugía.
Y
antes de darme cuenta, estaba dando mi opinión como cualquier otro médico. Fue
patético. Me sentí enfermo y aunque no había feromonas omega, sentí náuseas.
Para ser honesto, he visto pacientes con caras aún más horribles que ésta. Sin
embargo, el lado derecho de la cara, que permaneció intacto, era más horrible
que el lado izquierdo, que estaba destrozado.
Aparte
de otorrinolaringología, oftalmología, traumatología, anestesiología,
analgésicos y proctología, donde tenía programada una cirugía, volví y examiné
a otros pacientes. Todavía no sabía lo que estaba pasando. Lo único que se me
pasó por la cabeza fue el comentario de que hoy comparecería como testigo.
Atrapé al estudiante de primer año que deambulaba y seguía a otros. Realmente
espero que no.
—Comprueba
si Kwak Ha-eon está entre los pacientes. Si lo está, contáctame. Si no,...
Detrás
de mí, vi al personal médico preparándose para la cirugía y un monstruo con la
forma de un paciente.
—No
lo contactes.
Cerré
los ojos con fuerza. Fui a la escuela de medicina casualmente porque mi
constitución era única y la cabeza me daba vueltas. Entonces recordé los cuatro
principios de ética médica de los que había oído hablar en la escuela de
medicina y que había olvidado arbitrariamente.
Ø Principio
de respeto a la autonomía. Garantizar la autonomía del paciente.
Ø Principio
de prohibición de las malas acciones. No se debe causar ningún daño al
paciente.
Ø Principio
de beneficencia. Debe ayudar activamente al paciente.
Ø Principios
de Justicia. Debe ser justo y equitativo, sin desigualdad ni desequilibrio.
Abrí
los ojos. Aún en la sala de urgencias, todo era sombrío y caótico. En mi mente
se estaba desarrollando el temido mors in tabula de un cirujano, la muerte en
la mesa. Había muchas formas de matar al monstruo, anestesiándolo o paralizándolo.
Sin
embargo, todavía me estaba preparando para la operación, como siempre lo había
hecho mecánicamente. Era un ser humano al que nadie le importaría si lo
estrangulaba. No, no podría llamarlo humano. Me lavé bien las manos, me puse
guantes de látex, hablé con los otros médicos sobre la cooperación en la cirugía
y les dije a las enfermeras sobre la cooperación que necesitaría.
El
humano que hay en mí, Lee Sun-jae, está enojado, llorando y preocupado por el
invisible Ha-eon, mientras mi cuerpo con la placa de neurólogo entro al
quirófano. Este quirófano era incluso donde realizó la cirugía de des
emparejamiento de Tae-yun. Elimine con precisión el sangrado acumulado en la
aracnoides.
La
cooperación con el resto del personal médico también fue excelente. Si no fuera
por el monstruo al que estaba operando, mañana tendría una conferencia del caso
al considerarlo un éxito. Pero ese no era el caso dentro de mí. Varias veces me
invadieron pensamientos terribles. Si no puedo controlar la fuerza de mis manos
de lo que estoy operando actualmente, se acabó.
Si
no sujeto el clip ahora, estaría al menos paralizado de piernas para abajo. Si
no cauterizo adecuadamente, volverá a desangrarse. ¡Si no logro medir bien la
distancia con solo mover el microscopio! ¡Incluso si simplemente saco el tubo
nasal que está actualmente conectado! Como médico, imaginé cosas que no debería
haber imaginado. Fue tan horrible.
El
monstruo bajo mis manos, y me imagine matando a ese monstruo. ¡Siempre he pensado que la vida era dominio
de Dios y la tecnología era dominio de los médicos! ¡Y aquí estaba yo, con la tecnología para quitar una vida, el dominio
de Dios!
Tan
pronto como termine la cirugía, tiré los guantes el gorro quirúrgico y corrí al
baño. El resto del personal médico debió pensar que tenía prisa porque fue una larga
cirugía, pero corrí al baño y tire la mascarilla. Me mordí el labio inferior
durante mucho tiempo, por lo que la marca de mi colmillo era claramente visible.
La sangre manaba de mi colmillo y se secaba debajo de mi barbilla.
Pensé
de nuevo en las marcas de dientes en el lado izquierdo de la cara del monstruo.
En las marcas de dientes en el pequeño y blanco cuello de Tae-yun, me sentí
afortunado ante el hecho de que aún no me habían contactado. Mientras pensaba
que no debía contarle a nadie sobre esto, lo único que me vino a la mente fue
la cara de Ha-eon.
Fui
al perfil de Ha-eon en la lista de mensajes y presioné llamar. Sonó el tono del
receptor. Cada vez que sonaba, mi corazón daba un latido más bajo. Después de
cuatro tonos, Ha-eon contestó. Pero ni él ni yo hablamos. El silencio al otro
lado de la línea continuó hasta que apenas abrí la boca.
—Mayor,
¿estás bien?
Un
suspiro superficial. Fue más pesado que un suspiro, era más como un suspiro de
alivio.
[Estoy bien]
En
el momento en que escuché esas palabras, rompí a llorar, todavía agarrándome
del fregadero. Podía oírlo sollozar y sollozar por el auricular. Me vino a la
mente la cara del monstruo. Hice lo que había estudiado y practicado
clínicamente durante tantos años.
—Hoy
odie ser médico. Caminé desde la sala de urgencias hasta el quirófano e hice
todo lo que pude para salvarle la vida. Las mismas manos que operaron a
Tae-yun, operaron al bastardo que lo arruinó.
[...Seon-jae.]
No
podía imaginarme la expresión de Ha-eon. Sólo quería verlo lo antes posible,
pero también me di cuenta de que un humano como yo no debería estar a su lado.
—Lo
siento, mayor.
Siempre
creí que hice lo mejor que pude en cada cirugía y lo hice. Incluso esta vez
sentí mucha pena por Ha-eon.
—Realmente
quiero que ese bastardo sufra, que se sienta miserable y que pase momentos
difíciles, pero como médico…
Mi
agarre sobre el fregadero se debilitó. Mis piernas también se debilitaron y los
fríos azulejos del baño tocaron mis rodillas. Un escalofrío recorrió mis rodillas.
Mi cabeza y mi corazón ya estaban latiendo con fuerza por el frío, pero mis
manos inquebrantables y las lágrimas que brotaban de mis ojos calientes me
dijeron que lo decía en serio. Sentí tanta pena por Ha-eon que estos eran mis
verdaderos sentimientos. Por ser este tipo de ser humano. Por ser este tipo de
médico.
—Espero
que viva.
Después
de eso, siguió un momento de silencio. Sabía que le había dicho cosas a Ha-eon
que no debía haber dicho. Pero él era la única persona a la que podía contarle
cómo me sentía. Él me dijo que era un buen médico. Él me dijo que podía ser
mejor médico, el compartió un pedacito de dulzura en medio del dolor. Le pedí
que llevara mi carga y tenía razón, quizás se suponía que nunca más volviéramos
a vernos.
[Seon-jae, te extraño.]
Esas
palabras fueron mi único consuelo, a pesar de que su tono de voz era la misma. Voz
quebrada como cuando me grito lleno de ira al enterarse que Tae-yun estaba
muerto y desapareció frente a mí. Cuando regresé al consultorio médico, el Jefe
se me acercó.
—Doctor,
¿se encuentra bien?
—No,
no puedo cuidar de ese paciente, así que necesito que usted lo cuide.
—Sí,
lo haré—, dijo, —Sal del trabajo rápidamente.
Luego
estaba empacando mis cosas. Cuando Tae-ho me mando un video, ni siquiera quería
ver qué era y entonces sonó el teléfono. Simplemente lo cogí pero no dije nada,
y él me preguntó:
[¿Terminaste la cirugía?]
—Si.
[¿Por qué contestas el teléfono
y no hablas? Me preocupaste]
—Me
voy del trabajo.
[¿Viste el video?]
—¿Tengo
que verlo?
[Bueno, no puedo evitar si no
quieres verlo, pero trabajé duro para conseguirlo.]
—¿Qué
es?
[El ataque terrorista con huevos
que ocurrió hoy frente al tribunal.]
De
repente, la palabra tribunal me hizo pensar en el monstruo y en el rostro de Ha-eon
al mismo tiempo. Me sentí mal porque primero me vino a la mente la cara del
monstruo.
—¿Al
ataque terrorista con huevos te refieres, a que lanzaron huevos?
[Sí.
Es un vídeo que ya está eliminando ahora, así que fui tan lejos como para
averiguar cómo descargarlo de YouTube, porque pensé que debías verlo].
—No
me digas que necesito verlo, mejor di algo para animar a tu cansado compañero
de equipo.
El
tono exagerado de Tae-ho me relajo. Mientras tomaba las llaves del auto y
salía, escuché un grito por el receptor: —¡Doctor!
[Puaj.]
Tae-ho
colgó el teléfono. Evidentemente, de repente apareció un paciente. Fui al
estacionamiento y seleccioné la dirección del edificio de Ha-eon, que está
marcada en el navegador, y apareció en mi teléfono la foto que me envio Tae-ho.
Accidentalmente presioné push y apareció una ventana de mensaje.
[Salvando
el día, una foto del voluntario navideño]
El
mensaje de Tae-ho apareció encima de la foto. En el lado izquierdo de la foto
estaba la espalda de un niño pequeño con cabello negro, y en el lado derecho,
Ha-eon estaba sonriendo con una nariz roja de Rudolph que parecía hecha de
esponja. Su cara no se veía muy diferente de cómo es ahora, pero aparecían sus
hoyuelos, así que era lindo verlo.
Además,
pude ver miel goteando de sus ojos, probablemente por el niño frente a él. Es la mirada encantadora que me das cada vez
que me pides algo. Cuando intenté deslizar el dedo sobre los hoyuelos en la
pantalla, la imagen se hizo demasiado grande y después pequeña, así que
inmediatamente la configuré como fondo de pantalla y pantalla de bloqueo. Ver su
cara sonriente en la pantalla de bloqueo me hizo sentir mejor. No podía esperar
para verlo.
Mientras
tomaba el ascensor, vi una persona sentada en el pasillo, abrazando sus
rodillas. La persona estaba frente a la habitación 401. Mientras me acercaba,
la persona levantó la cabeza. Había claras marcas de lágrimas en el rostro de
Ha-eon.
—Mayor,
¿por qué estás sentado ahí cuando hace tanto frío?
—Seon-jae.
—Levántate.
Agarré
a Ha-eon del brazo y lo ayudé a levantarse, pero tropezó. Parecía que había
estado sentado durante mucho tiempo. Ha-eon simplemente me tomó suavemente del
brazo y no abrió la puerta.
—No
estás herido, ¿verdad?
Pregunté,
recordando a los pacientes que acudieron en masa a la sala de urgencias. Por lo
que parece, no estaba herido. Ha-eon me miró con los ojos rojos de tanto
llorar. Las comisuras de su boca se curvaron hacia abajo y su rostro estaba
pálido.
—Seon-Jae.
—Sí,
mayor.
—Creo
que yo lo hice.
—¿De
qué estás hablando?
—Pensé
que quería que ese maldito... hijo de puta se fuera a la mierda, pero…
Ha-eon
se mordió el labio inferior. Hoy, apenas pude contener mi ira y frustración
mordiéndome el labio durante la cirugía, pero no podía dejar que Ha-eon hiciera
eso. Agarré suavemente su mejilla para evitar que mordiera.
—No
fue nada agradable de ver, que algo así sucediera frente a mis ojos. Pensé que
sería refrescante, pero en lugar de eso estaba disgustado y sentí que había
hecho algo malo. ¡No tengo nada qué lamentar por ese bastardo!
Me
agarró del brazo y gritó. No estaba seguro de qué hacer. Primero, lo tomé entre
mis brazos. Su cuerpo temblaba levemente. Sentí que volvía a llorar. Fingí que
no sabía la contraseña porque no quería que él lo supiera, pero marqué el 3261
y entramos a su casa. Cuando intenté ponerlo en la cama, me abrazó del cuello y
no me soltó. Podía sentir mi hombro mojarse.
Lo
abracé por ahora y le acaricié la espalda, esperando que las lágrimas se
detuvieran. Hizo un gemido y hundió más la cabeza en mi hombro mientras
lloraba. Después de un rato de sollozar, se quedó quieto.
—Frente
al juzgado... delante de todos esos periodistas, lo golpearon con huevos. Al
principio, estaba bien. Quería tirarle uno también pero en realidad quería que
le tiraran de todo hasta tomates, pero luego un huevo se rompió y... olía a
COP...
De
repente, recordé haber escuchado la palabra COP. Era algo que Ha-eon le había
dicho antes al periodista de la habitación 2.
—De
repente, los alfas en la sala, los reporteros y el personal del tribunal,
pusieron los ojos en blanco. Era una orgía de bestias, coercitiva.
—Mayor.
—Esa
es la única manera de describirlo. No fue un acto humano.
No
podía entender a qué diablos olía el COP, lo único que me vino a la mente fue
presión, pero eso no tenía nada que ver con el olor. Cuando fui a consulta por
mi recuento de glóbulos blancos, creo que fue una combinación de tres
medicamentos para la leucemia pero no tiene nada que ver con el olor.
—¿Qué
es el COP?
Los
sollozos de Ha-eon se detuvieron ante mi pregunta. El brazo alrededor de mi
cuello se aflojó lentamente. Ha-eon simplemente parpadeó decaído y desesperadamente
sostuvo mi brazo con su mano. Sus labios entreabiertos se cerraron, levantó la
cabeza y lo beso. Nos besamos ligeramente, luego nos separamos, él miró mi
labio inferior y preguntó.
—¿Qué
ocurrió?
Pude
ver sus ojos temblar. Todavía estaba sosteniendo mi brazo como si estuviera
ansioso.
—Me
mordí para poder contenerme durante la cirugía.
—¿Por
qué tú y yo estamos sufriendo tanto cuando él fue el imbécil que hizo mal?
Entonces
lo vi apretando los molares. Levanté la mano y acaricie la mejilla de Ha-eon,
limpié ligeramente su mejilla mojada. Y luego giró su rostro que no me miraba
hacia mí.
—Mayor.
—No,
yo también he hecho cosas malas. Le di un arma al reportero.
—¿Qué
es el COP?
—Seon-jae.
Ha-eon
puso su temblorosa mano encima de la mía. Pude ver las lágrimas brotar de nuevo
de sus ojos enrojecidos. No parpadeó, pero las lágrimas aún llenaban sus ojos
redondos y se derramaron. Cuando bese los ojos de Ha-eon, Ha-eon cerró los ojos
y las lágrimas que se habían estado acumulando salieron en grandes cantidades.
—No
te agradaré.
—¿Por
qué no me agradarías? Me gustas mayor.
—Son
feromonas omegas compuestas, feromonas omegas falsas.
Eso
era el COP como expresó Ha-eon. En ese momento me vino a la mente el frasco de
perfume negro que usaba el reportero en la habitación 2. Las feromonas omega en
la habitación 2 era excepcionalmente sofocantes a acre, el olor a feromonas
omega que olí en la muñeca de Ha-eon era el COP el mismo que le dio al
reportero. El olor a COP que Ha-eon olió hoy frente al tribunal.
—Me
lo proveyó una empresa farmacéutica para la que estaba asesorando. Lo usé para
engañar que el periodista en la habitación 2 era un paciente con celo crónico,
y usé algunos para uso personal. Ja. Cuando trajiste mis cosas del hospital y
descubrí que el COP había desaparecido, debí haber matado a ese periodista.
A
eso se refería Ha-eon cuando preguntó: —¿Tocaste mis cosas? A diferencia de Ha-eon, yo estaba pensando en
otra persona en ese momento. Una persona que siempre tenía una sonrisa amable y
rara vez se agitaba. Una persona que puede apegarse mucho a los niños que
Ha-eon, a quien expulsaron de pediatría.
—Mayor,
no es tu culpa.
—¡Incluso
si no lancé el COP, fui yo quien finalmente se lo dio!
—Tú
no lo entregaste.
—¿Cómo
lo sabes? Además, lo pensé innumerables veces, quería que ese bastardo cayera y
muriera, ¡pero!
La
mano de Ha-eon temblaba cuando la levantó y dejo de sostener mi brazo, y tocó
la herida de mi labio inferior.
—No
fue así, no así,…mientras te lastimas a ti también.
Besé
la boca de Ha-eon. Ligeramente varias veces. Tenía un sabor salado mezclado con
lágrimas. Finalmente supe por qué la Dra. Bae Hye-rin le dijo que lo sentía por
Ha-eon. Después de varios besos más, pude decirle la historia de la Dra. Bae que
me pidió que le contara con mi frente presionando contra la suya.
Pasamos
la noche abrazados. Ha-eon todavía estaba molesto y llorando, pero podía sentir
su calidez, así que lo acerqué más a mí. Quizás demasiado cerca, de modo que
parecemos erizos que se empujan uno a otro. Cuando nos despertamos por la mañana,
ninguno de los dos podíamos soltarnos, Ha-eon me señaló sus cosas del hospital.
Me
pidió que buscara un frasco de perfume negro y luego llamó al periodista de la habitación
2, a quien todavía etiquetó como un —imbécil—. Él no respondió. También llamó a
la Dra. Bae Hye-lin, quien fue guardada como —la novia VIP Bae Hye-lin—. La
llamada de Ha-eon fue recibida con un tono de conexión, seguido de un mensaje
de que la llamada no estaba disponible. No había ningún frasco de perfume negro
ni nada similar entre las cosas de Ha-eon que traje del hospital.
Ha-eon
y yo todavía no sabíamos la verdadera razón de lo que sucedió ayer, y lo único
que sabíamos era lo que apareció en las noticias más el vídeo que me envió
Tae-ho. Lo había filmado en tiempo real un tipo que dirigía un canal de
noticias en You tube. Como dijo Ha-eon, fue un acto animal. Gente corriendo a
ciegas y el monstruo en el fondo en medio de todas las personas cubierto de
huevo.
Pero
lo que me llamó la atención no fue los dolorosos gritos del monstruo ni la
horrible violencia. Fue Ha-eon, captado entre las personas en la esquina del
cuadro, fue el primero en notar lo que pasaría e intentó detener a los
animales. Su expresión de sorpresa se convirtió gradualmente en un ceño
fruncido y después empezó a llorar mientras intentaba tomar el control de la
situación.
Fue
sólo después de que apareciera la policía y el personal de seguridad que no estaban
afectados con el COP que Ha-eon se sentó en el suelo y miró al cielo con desesperación.
Después de que llegaron las ambulancias, se puso de pie y revisó activamente a las
personas heridas. Incluso daba instrucciones para que las trataran y se le vio
corriendo brindando primeros auxilios.
En
la escena Ha-eon, que seguía llorando, entablillaba el brazo roto de un paciente.
No es de extrañar que Ha-eon no fuera a la sala de urgencias. Porque tenía que
estar ahí como médico. Ha-eon le contó todo a la policía. Incluso su propio
razonamiento. Pero no mencionó a la Dra. Bae Hye Lin. Cuando le preguntaron por
qué lo hizo, Ha-eon respondió: —Porque soy médico.
—Porque
quiero creer que Bae Hye-rin no está involucrada.
Es
un hombre autoindulgente. Contrariamente al testimonio de Ha-eon, la policía
sorprendentemente no mostró interés en el hospital. Dijeron que el incidente
estaba relacionado con una serie de crímenes preexistentes contra los Alfa. No
mencionaron el COP. Supongo que habían considerado las repercusiones de
mencionar el COP.
Curiosamente,
cuando fui a la comisaría me encontré con los dos agentes que habían ido antes al
hospital. El que hablo conmigo en el hospital entró para grabar el testimonio
de Ha-eon, mientras el otro esperó conmigo hasta que Ha-eon terminó. Ninguno de
los dos dijo nada. Pero lo curioso es que cuando Ha-eon salió de la sala de
interrogatorios, el silencioso dijo casualmente.
—El
seolleongtang frente aquí es delicioso.
(Seolleongtang es
una sopa elaborada con hueso de pierna de buey típica de la cocina coreana.)
Tenía
un dialecto asombroso. Su acento era tan marcado que al principio no pude
entenderlo. De todos modos, me incliné en silencio y arrastré a Ha-eon al
restaurante seolleongtang que me recomendó. De repente, recordé lo que había
sucedido antes y deliberadamente sostuve las tijeras frente a Ha-eon como si
estuviera haciendo una cirugía. Ha-eon, que parecía estar perdido en sus
pensamientos, me miró y se rio.
—¿Eres
cirujano?
Ha-eon
le quito las tijeras. Realmente no tenía la intención de cortar el rábano así,
pero
—Mayor.
—¿Por
qué?
—Pediré
un especial. Porque necesitas ganar mucho peso.
—No
podre comerlo todo.
—Cómelo.
No tienes nada de qué preocuparte ahora. Te engordaré un poco, y ahora... mírame.
Lo
decía en serio. Ha-eon seguía sin poder separarse del caso de Tae-yun. Ha-eon
se perdió en sus pensamientos ante eso y sin decir una palabra, cortó el rábano
en trozos pequeños. Pedí específicamente dos trozos de carne y miré a Ha-eon,
pero el simplemente siguió cortando el rábano en trozos cada vez más pequeños
sin responder.
Justo
cuando se dio cuenta de que no tenía que hacer los trozos tan pequeños, llego
la carne. Terminé de poner la carne en el plato de Ha-eon, que apenas me miro. A
mitad de camino, me miró asustado y pensé que estaba a punto de tomar el más
pequeño, así que le di el último de los trozos más grandes. Cuando regresé a la
casa de Ha-eon, vi que todavía seguía vacía. Primero, miré las cosas que traje del
hospital. Luego recogí la bolsa de pago por uso.
—Mayor
¿Vas a tirar esto a la basura?
Señalé
las cosas del hospital y Ha-eon no respondió por un tiempo, y luego maldijo
como no lo había hecho antes en el restaurante.
—Chico
malo, bastardo egoísta.
—Está
bien, entonces lo tiraré.
Puse
todo en la bolsa de pago por uso. La caja era un desperdicio de cartón, pero le
despegue los lados y la aplané. Estaba pensando en separar el contenido para
reciclarlo, pero terminé metiéndolo todo en la bolsa de tarifa por volumen. Até
bien la bolsa y rápidamente salí y la tiré. Tenía miedo de que me pidiera que
se la devolviera nuevamente. Cuando regresé, miré el equipaje de Ha-eon.
—Mayor,
tengo un regalo para ti.
—¿Qué,
con las manos vacías?
—Te
doy mi casa.
—¿Qué?
Él
frunció el ceño como si no entendiera, así que rápidamente me lavé las manos y
caminé hacia él. Suavice las arrugas entre sus cejas. Su lindo rostro era lindo
con el ceño fruncido, pero era aún más lindo cuando no fruncía el ceño.
—Por
favor, ven a vivir conmigo.
—Espera,
sé que tú y yo tenemos una historia muy cansada, enredada y fea, pero ¿cuánto
tiempo llevamos juntos?
Calculé
apresuradamente, sabiendo por todo mi aprendizaje que no debería cometer ningún
error en algo como esto.
—Veinticinco
días.
—¿Ha
pasado menos de un mes y ahora dices que quieres vivir juntos?
—De
todos modos, no tengo ropa ni cosas aquí, salgo del trabajo y vengo aquí como
ahora, así que es lo mismo.
—Sí,
bueno, si es lo mismo, ¿por qué no seguir igual?
—Te
daré mi vida diaria, mayor.
Ante
eso, Ha-eon me miró como si no entendiera. Fue lindo cómo hizo un mohín con los
labios como si todavía no entendiera.
—Lo
dije en serio cuando te pedí que me cuidaras. Y ahora, organiza todas tus cosas
y ven a mi lado. Te daré mi vida diaria.
—...¿de
verdad?
—Sí.
Si quieres, la transferiré a tu nombre.
—Lee
Seon-jae, ¿estás loco? ¿Qué transferirás a mi nombre?
—Te
quiero en mi vida diaria.
Apuñalé
los hoyuelos de Ha-eon con el dedo índice. Ha-eon apartó mi mano de un manotazo
sin rodeos. Parecía que estaba tratando de abrir sus ojos redondos, pero eso sólo
lo hacía parecer un niño haciendo pucheros.
—¿Cómo
me involucré con este loco?
—Sí,
tengo que estar loco para salir con mi mayor.
Intente
besarlo pero lo que dije hizo que Ha-eon me apartara molesto. Aun así, no me
impidió hacer las maletas.
—¿Estás
seguro de que vives solo?
No
estaba seguro si era una pregunta o simplemente una afirmación mientras miraba
mi apartamento. Estaba cerca del hospital y lo compré porque estaba en oferta.
El agente inmobiliario me preguntó una vez: —¿Vives solo?— porque son tres
habitaciones con dos baños, aunque es muy grande para vivir solo, uso una de
las habitaciones como trastero,
—Ahora
voy a vivir con mi mayor.
—Esta
habitación solo contiene ropa, esta es la sala y este es el dormitorio.
Ha-eon
recorrió cada habitación una por una. En el dormitorio principal, miró la cama
tamaño king, luego se dio vuelta y me miró. Estaba desempacando sus pocas
pertenencias y moviendo mi ropa.
—Tienes
un futón para invitados, ¿verdad?
—Sí,
pero ¿realmente quieres dormir separados?
—Entonces,
¿vas a dormir conmigo?
Ha-eon
volvió a abrazarme por la cintura, froto su rostro contra mi pecho. Luego miró
hacia arriba. Tenía los ojos brillantes, pero ahora podía sentir claramente sus
brazos alrededor de mi cintura. No eran muy carnosos.
—Solo
vamos a dormir, no haremos nada hasta que engordes mayor.
—Oh,
vamos, sabes lo reconfortante que puede ser el sexo en momentos como este.
Era
verdaderamente una extraña persona. En la comisaria durante el día, se culpó mucho.
Tal vez tenga buena resiliencia, o tal vez realmente tenga dos caras.
—¿Cómo
puedes sobrevivir con un cuerpo como este?
Deslicé
mi mano debajo de su camisa y toqué su estómago. Él se estremeció y cerró los
ojos. Luego los abrió lentamente y me miró. La sonrisa traviesa había
desaparecido de su boca y era casi seductora. Su cuerpo se sentía muy caliente
contra mi mano. Agarré su cintura ligeramente, pero todavía no podía agarrarla,
así que cerré los ojos. No podía hacer eso con su cuerpo así.
—¿Qué
deberíamos cenar?
—¡Comida
casera! ¡Quiero comer comida casera! He estado comiendo fuera demasiado.
Ha-eon
fue al sillón reclinable de la sala de estar y se sentó.
—He
vaciado el refrigerador, así que iré a comprar algo de comida.
—¿En
verdad? Estoy demasiado cansado para salir.
—Entonces
quédate y mira la casa, ya vuelvo.
Lo
dijo como si estuviera bromeando, pero en primer lugar no tenía intención de ir
con él. Él asintió y permaneció relajado en el sillón reclinable. Cogí una
bolsa ecológica y compré zanahorias, patatas, cebollas, cebolletas, ajo y curry
en polvo. También compré algunas guarniciones ligeras y mucha sopa con carne.
Pensé que necesitaba animarlo.
Cuando
regresé de hacer compras, él estaba dormido en el sillón reclinable. Parecía
obvio que si lo hubiera dejado solo en ese departamento, simplemente dormiría y
moriría de hambre. Acaricié ligeramente la mejilla de Ha-eon con el dorso de mi
dedo índice. Estaba más delgado que cuando lo vi por primera vez. Aunque
todavía tenía un rostro infantil, quería ver ese rostro que vi por primera vez,
cuando sonreía, sus mejillas y pómulos redondos con sus hoyuelos prominentes.
Estos
días, cuando lo veo sonreír, era más como si estuviera fingiendo, fingía estar
bien, en lugar de sonreír porque estaba realmente feliz. De hecho, me sentía
más tranquilo cuando estaba irritado. Lo dejé solo por miedo a despertarlo y
preparé el curry sin cocinar el arroz.
[El vapor comienza a escapar.
Chiii]
Ha-eon
se despertó con el sonido del arroz cociéndose. Luego se levantó tambaleante, se
acercó y se aferró detrás de mí mientras yo revolvía el curry. Su peso estaba
sobre mi espalda, ya fuera su cara o su frente.
—Espera
un minuto, te daré de comer pronto.
—Sólo
compra comida.
—También
compré algunas guarniciones. Siéntate.
Me
alegre de no haber tirado las sillas. Extendí la mesa de comedor extensible de
la cocina. Podía sentirlo frotando su cara contra mi espalda o algo así. Luego,
Ha-eon se acercó a la mesa y se sentó en silencio. Me di cuenta de que tenía
demasiado sueño para abrir los ojos correctamente y pensé que podía tocar sus
mejillas, pero era una pena que mis manos no estuvieran libres.
Saqué
la sopa de papa y tan pronto como el arroz estuvo listo, lo recogí y lo cubrí
con curry. Dividí el curry restante en porciones en recipientes resistentes al
calor. Extendí las guarniciones que había comprado.
—Es
sólo sopa y curry.
—Adelante,
come.
—¿Tú
lo hiciste?
—Sólo
la sopa y el curry.
—Comeré
bien.
Ha-eon
empezó a comer, de forma lenta pero segura. Si fuera solo yo, ya habría
terminado de comer. Habría terminado y habría sobrado, pero Ha-eon comía
despacio, así que tuve que seguir su ritmo, así que comía una cucharada y
miraba el rostro de Ha-eon. Comía una cucharada y miraba las orejas de Ha-eon,
y comía una cucharada y miraba la boca de Ha-eon, así que comía y miraba la
cara de Ha-eon, pensé que no sabía si lo estaba comiendo a él.
—Delicioso.
Sin
embargo, valió la pena porque Ha-eon dijo eso mientras sonreía con sus hoyuelos
después de comer. Apenas logré apartarme ante su invitación para bañarnos
juntos, así que lo dejé bañarse solo. Era obvio que si se bañaban juntos,
quedaría indefenso ante el plan de Ha-eon. Pero el salió completamente vestido,
no en pijama, sino en pantalones deportivos.
Cuando
vi su cara sonrojada y su cuello blanco después de salir de la ducha, me di
cuenta de que era una artimaña. Lo agarré del brazo mientras él se revolvía el
cabello y regresaba al sillón reclinable. Le arrebaté la toalla de la mano.
—Necesitas
secarlo adecuadamente.
—Se
secará con el aire de todos modos.
—Mayor.
Terminé
secándole el cabello con una toalla y arrastrándolo de regreso al tocador
incorporado. Saqué el secador y sequé el cabello de Ha-eon. Su cabello mojado
se escapaba entre mis dedos. Ha-eon parecía estar de buen humor mientras
cerraba los ojos y apoyaba su cabeza sobre mí.
—Estuviste
resfriado antes.
—No,
eso me paso porque me esforcé demasiado.
Me
di cuenta de que su cabello era naturalmente castaño mientras se deslizaba
entre sus dedos y continuaba castaño por dentro. Pero mis ojos siguieron su
cuero cabelludo hasta su cuello blanco. Cuando apagué la secadora, Ha-eon se
inclinó hacia mí.
—Ja,
¿me das de comer, me secas el cabello y ahora me comerás como el siguiente
paso?
—No,
mayor todavía estás por debajo del estándar.
—¡Oye,
no soy lo suficientemente bueno!
Ha-eon,
que acababa de reírse, lo miró con expresión seria. Sin embargo, con su cara blanca
recién lavada y su cabello desparramado por el secado, no era una amenaza en
absoluto. Ha-eon salió de la habitación refunfuñando y empacó el resto de sus
cosas. Después de eso, Ha-eon se acostó en el sillón reclinable y descansó
perezosamente.
Me
pregunté si se habría quedado dormido allí, y así fue, así que lo llevé con
cuidado a la cama. Inmediatamente pedí online el mismo sillón reclinable y la
misma mesa pequeña. Pensé que sería mejor para nosotros sentarnos juntos y
hablar en lugar de sentarnos solos en la sala de estar.
No
era la primera vez que compartíamos la cama, pero era extraño tenerlo en mi
casa en lugar del hospital. Lo abrace con cuidado para que no se despertara.
Podía sentir su alta temperatura. Ha-eon se dio la vuelta y se acurrucó en mis
brazos. Besé ligeramente su frente y me quedé dormido. No se trataba de una
excitación dramática, sino de la cautelosa tranquilidad de una vida cotidiana.
Después
de eso, él simplemente entro en mi vida. Por la mañana, lo acariciaba mientras
dormía, le preparaba la comida y salía de la habitación en silencio para no
despertarlo. En el hospital, de vez en cuando lo visitaba para asegurarme de
que estuviera comiendo. Después del trabajo, teníamos conversaciones normales
mientras comíamos en casa o salíamos a cenar juntos. Cuando llegaba a casa,
abrazaba ligeramente a Ha-eon.
Todavía
era tan ligero que lo tocaba a menudo, como si supiera que no podía manejarlo
adecuadamente. Nuestra relación se trataba de besos. Él sonreía con picardía y
me rodea el cuello con sus brazos, frotando ligeramente mis costillas y mi
estómago. Todavía estaba tan delgado que no podía entender cómo diablos
intentaba manejarme con un cuerpo como este. No recibí ninguna maldición, pero
sí algunas cuando le dio un golpe en la mejilla.
—¿Qué
vamos a cenar esta noche?
Ha-eon
dijo refunfuñando, así que miré dentro de su armario. El único traje que tenía era
negro era para las entrevistas y las condolencias. No vestía de forma clásica,
pero llevaba una camisa blanca de manga corta y pantalones de algodón de color
marrón claro. Tenía un chaleco separado en el auto.
—¿No
tienes nada más ligero que ponerte?
—Por
desgracia, soy un experto en quitarme la ropa, así que no presto mucha atención
a lo que me pongo.
—¿Mayor?
—Estoy
bromeando. ¿Por qué tengo que disfrazarme?
—Vamos
a ir a cortar carne.
—¿Bife?
Ha-eon
pronto sacó una camisa de manga corta azul claro de una caja de ropa que había
dejado a un lado. Los pantalones eran grises con ligeras rayas que me parecían
de un uniforme escolar.
—¿Pero
para qué tenemos que vestirnos bien?
—Por
alguna razón, siento que deberíamos hacerlo.
—Bueno,
si tú usas traje, yo al menos también puedo usar traje.
Sin
ninguna preocupación en el mundo, Ha-eon se cambió frente de mí. Había
trabajado duro para alimentarlo y ponerlo en buena forma para hoy. Ha-eon
sonrió y bajó conmigo en el ascensor del apartamento. Aun así, me alegré de que
la sensación de vacío que tuve cuando lo vi por primera vez después de que se
fue había desaparecido. Toqué ligeramente su mejilla. Quizás porque estaba
básicamente húmeda, la piel se pegó ligeramente a mi mano y luego se despegó.
—Oye,
no quiero comer bistec, ¿entonces puedes comerme?
—Mayor,
como te dije, comer bien, ejercitarse bien y dormir bien son los principios de
una buena salud.
—Lo
sé, en mi caso, no duermo bien porque me estás protegiendo como un portero.
Al
mismo tiempo, la forma en que empujaba sus labios hacia adelante era bastante
linda. Mientras conducía hacia el hotel, Ha-eon miró hacia afuera sospechando.
—¿Ganaste
la lotería?
—No.
Me
detuve en la entrada del hotel y, naturalmente, dejé las llaves de mi auto al valet.
Ha-eon me miró con recelo, así que abrí su puerta.
—¿Necesito
una escolta? O tú…
Ha-eon
miró al empleado y luego a mí. Salió del auto y preguntó mientras caminaba.
—¿Tienes
un vale o tarjeta de crédito? ¿Qué hotel es este?
—Para
comer carne.
—Lo
siento, pero todavía sigo desempleado, así que no puedo costearlo.
—No
iba a pedirte que pagaras.
Luego
llegamos al restaurante del hotel. Cuando me preguntaron el nombre de la
reserva, dije — Lee Seon-jae— y nos guiaron a nuestra mesa. Los asientos eran
junto a la ventana con una buena vista de la noche. Además, había un jarrón de
cristal con una rosa en el centro, y aunque esto fue intencionado, creo que
intentaba crear una atmósfera demasiado seria y romántica.
Ha-eon
se sentó frente a mí, lucia nervioso, y le dije al mesero que preparara la mesa
como la había reservado. Ha-eon se inclinó hacia mí cuando el mesero se fue.
—¿Por
qué vinimos a este lugar después de darme toda esa comida saludable que dijiste
que era buena para mi cuerpo?
—Estoy
seguro de que será deliciosa la comida.
—Lo
siento, pero no me gusta este tipo de atmósfera.
Realmente
podía ver en su cara que quería irse. Se sentía muy incómodo porque observaba
por todos lados. Mientras tanto, el mesero trajo vino y nos sirvió una copa a
cada uno. Cada vez que venía un mesero, Ha-eon hablaba con gran cautela.
—Me
gusta un ambiente más ligero. En primer lugar, no suelo gastar dinero en cosas
así.
—Aun
así, será una buena experiencia.
—Por
desgracia, puede que tengas razón, pero gracias.
Cuando
trajeron la ensalada como aperitivo, Ha-eon expresó su gratitud al personal. El
rostro sonriente pronto desapareció. Ha-eon simplemente revolvió la ensalada,
como si no tuviera mucho apetito.
—Ni
siquiera sé por qué me trajiste aquí.
—Tú
y yo sólo nos hemos visto en el hospital o en la casa.
—También
hemos ido a restaurantes, ¿verdad?
—Eso
es porque no comes mucho.
Ha-eon
realmente no discutió eso. Después de que sirvieron el plato principal, y como
tenía carne, empezó a comer. Cuando el mesero volvió a desaparecer, preguntó.
—Debe
ser muy caro.
—Puedo
permitírmelo.
—Tu
salario en el hospital debe ser bastante bueno. Ja, era agradable cuando me
pagaban extra en la sala VIP.
—¿La
sala VIP tiene un bono adicional?
—Solo
ibas a estar por tres meses.
—Realmente
no me importa mi salario.
—Por
eso gastas tanto dinero de esta manera.
Ha-eon
cortó la carne en trozos grandes. Cortó casi un tercio y se lo metió en la
boca.
—A
partir de ahora tendré que disfrutar comiendo cosas amargas.
El
vino ayudó a aliviar la tensión y habló mucho. Principalmente sobre la clínica
de obesidad en la que está a punto de empezar a trabajar.
—Originalmente
tengo una constitución delgada, pero había un límite de peso máximo como parte
de las condiciones de contratación. Es un lugar de discriminación, pero pagan
bien.
Había
terminado de comer y estaba bebiendo vino. Parecía lleno y relajado.
—Mayor.
—Si
es una clínica de obesidad, ¿no es un departamento de medicina preventiva en
lugar del mío?
—Dame
a tu mayor hoy.
Ha-eon
dejó lentamente el vino que estaba bebiendo e inclinó ligeramente la cabeza. Me
preguntó con el ceño ligeramente fruncido.
—¿De
qué estás hablando tan de repente?
—Dicen
que si te piden un favor con el estómago lleno, es más probable que digas que
sí.
—Uh,
supongo que eso es cierto, pero ¿en serio estás diciendo eso?
—¿Debería
preparar algo diferente?
—No,
no hay necesidad, pero ¿no estabas realmente de ese humor hace un momento?
—¿Me
entregarás al mayor?
—No,
no estoy diciendo eso, estoy diciendo que cuando una persona dice algo así, hay
un estado de ánimo.
—¿En
qué tipo de ánimo debería hacerlo?
—Al
menos sería más apropiado hacerlo en casa mientras nos besamos.
—Bueno,
vámonos entonces.
—¿Qué?
—Para
besarnos.
—Por
desgracia, es una pena que quede tanto vino.
—¿No
es más una cuestión de estado de ánimo?
—Es
práctico.
Me
levanté y le tendí la mano, y él la apartó.
—Ni
siquiera estoy borracho.
Después
de decir eso, Ha-eon se levantó y me siguió. Pedí que usaran la llave del hotel
en el mostrador para pagar la tarifa. Parecía pensar que era sólo una
tarjeta-llave, pero la única vez que se dio cuenta de que era la llave de un
cuarto de hotel fue cuando subimos al ascensor y presioné el botón de subir en
lugar del de bajar. Pensando que había presionado el botón equivocado, presioné
el botón que bajaba al estacionamiento.
—Vamos
a subir.
—¿El
estacionamiento está en el techo?
—No,
tenemos una habitación.
—Espera,
¿por qué conseguiste una habitación?
Las
puertas del ascensor se abrieron y entramos, solo nosotros dos. Sólo hablaba
cuando no había nadie alrededor.
—Porque
va a ser mi primera vez contigo.
Me
di cuenta de que estaba siendo demasiado insistente. La habitación era muy
espaciosa, con una cama que parecía demasiado grande y la misma vista nocturna
que habían visto en el restaurante.
—No
sé si valoras el estado de ánimo o no.
—Trato
de que me importe, pero tiendo a fallar.
—Creo
que sí.
Ha-eon,
sin embargo, saltó a la cama como si fuera divertido.
—¡Vaya,
el edredón es tan suave!
Luego
se levantó, abrió todos los cajones y saco una bata del armario. Al igual que
antes, se quitó la ropa y se puso la bata, como si no estuviera incomodo en
absoluto.
—Bonita
bata.
—¿Quieres
que te compre una?
—Si
lo haces, cómprame el hotel. No una bata.
—Voy
a tratar de…
—Es
una broma. Lee Seon-jae, es bueno tener mucho dinero, pero gasta con
moderación.
—Sí.
Entonces
Ha-eon volvió a dar vueltas en la cama. Pero no estaba tan delgado como cuando
se desnudó antes; había ganado algo de peso. Al menos subió de peso. Pensé que
era más músculo que carne, el botiquín de primeros auxilios que le había pedido
al personal que trajera del auto estaba en la habitación del hotel. Cuando
agarre el botiquín, Ha-eon sacó la cabeza de la cama y me miró.
—No
estoy herido.
—No,
abajo.
Ante
esas palabras, Ha-eon ajustó su postura, se sentó con las piernas cruzadas y me
miró. El botiquín de primeros auxilios contenía varios suministros,
especialmente gel hidrosoluble, guantes de látex y condones para Alfa. Todavía
tenía tres tipos de gel, pero sólo dos tipos de condones.
—Si
me hubieras dicho, me habría preparado con antelación.
—Tendré
que hacerlo alguna vez. Por favor, acuéstate en la cama.
—¿No
es esa una manera muy médica de hablar?
—No
te preocupes. Aprendí de un colega del departamento de urología.
—¿qué?
—No
llegué a practicar, pero si en teoría…
—Espera
un minuto, Seon-jae.
Ha-eon
se levantó de la cama, me rodeó el cuello con sus brazos y me besó ligeramente
la barbilla.
—Solo
estamos tratando de tener sexo, no es terapia.
—Pero…
—Así
que tienes que seguir la corriente, nunca lo has hecho con un hombre, pero sí
con una mujer.
—Normalmente
sigo adelante a partir de ahí.
—...
¿No hablamos de eso antes?
—Entonces,
mayor, ¿podrías recostarte?
—¿No?
Los juegos previos son importantes, Mokseok.
Ha-eon
me agarró del cuello y me obligó a bajar la cara. Cuando bajé la cabeza,
nuestros labios se tocaron. Intenté ponerme los guantes de látex pero los dejé
caer y envolví los brazos alrededor de su cintura. Lo abracé con fuerza como si
intentara eliminar el espacio entre nosotros. Ha-eon lo beso profundamente unas
cuantas veces y luego le lamió ligeramente el labio inferior con la lengua.
Luego apartó un poco la cabeza y me miró.
Labios
juguetones y carnosos, ojos verdes y hoyuelos junto a los labios respingones.
Cuando besé ambos hoyuelos haciendo un sonido, Ha-eon se estremeció.
—Realmente
te gustan los hoyuelos.
—Sí,
creo que puedo hacerlo sólo con los hoyuelos.
—¿qué?
—De
eso es de lo que está hablando el mayor.
Luego
volvió a besarlo y recorrió el interior de la boca de Ha-eon. Todavía sabía
fuertemente al vino que había tomado antes. Había estado hablando mucho, así
que debió haber bebido bastante. Pasé mi lengua bajo el paladar y se estremeció
levemente. Pasé por el interior de sus molares, luego deslicé mi lengua debajo
de la de él la chupé y tiré ligeramente de nuevo. Sentí su mano rodear mi
cuello y luego subir para tocar mi oreja.
Ha-eon
me empujó con un poco de fuerza. A través de mi visión desenfocada, pude ver
los profundos ojos verdes de Ha-eon. Besé ligeramente sus párpados. Deslicé mis
brazos alrededor de su cintura y desaté su bata. No estaba atado con un nudo
fuerte, sólo con la cinta de lado, por lo que se soltó con un simple tirón.
Mientras
le ponía la bata sobre el hombro, Ha-eon colocó su brazo sobre el mío y sonrió
levemente.
—Oye,
hace frío.
Entonces
beso mi hombro y él me abrazó como si fuera un perro grande, alborotándome el
pelo. Lo dejé. De todos modos, mi cabello será un desastre más tarde. Lo acosté
lentamente en la cama y le quité la bata. Ha-eon obedientemente no lucho
mientras se la quitaba. Pero su sonrisa permaneció, como si estuviera viendo
algo interesante.
—¿Quieres
atacarme?
—Mayor,
no puedo evitarlo ahora.
Me
puse los guantes de látex que había dejado antes en ambas manos y alcancé la
banda de los calzoncillos de Ha-eon. Lentamente los bajé y él levantó un poco
la cintura para hacerlo más fácil. Una vez que lo quité, pude ver su pene, que
antes había masajeado con mi mano. Era similar a lo que había imaginado cuando
lo toqué. Fue un poco vergonzoso porque coincidía con mi imaginación.
—Oye,
no lo mires demasiado.
—Ah,
claro. Ese no es mi propósito.
—Oye,
¿no estás siendo demasiado honesto?
Añadió
una risita después. Él todavía estaba sonriendo y estuve tentado de besar sus
hoyuelos nuevamente, esta vez con mi lengua. Pero luego me di cuenta de que mi
pene se quejaría por la larga espera, así que me di por vencido. Agarre las pantorrillas
de Ha-eon y lentamente doble sus piernas. Ambas piernas estaban dobladas, pero
todavía no podía ver dónde necesitaba.
Cogí
una almohada de la cabecera de la cama y lo besé nuevamente mientras lo
acostaba. Puse la almohada debajo de su cintura y ahora puedo verlo claramente.
Afortunadamente no había signos de heridas ni hernias.
—Estás
mirando demasiado fijamente otra vez.
—Ah,
porque este si es el objetivo.
Además,
era mucho más lindo de lo que esperaba... um... exactamente, fue inesperadamente
demasiado lindo. Simplemente pensé que era un agujero entre las nalgas. Lo toqué
ligeramente con la punta del dedo no se estiró ni un solo pliegue. En cambio,
Ha-eon dijo: —Oye— y trató de retroceder. Por reflejo, agarré su muslo evitando
que se escapara. Elegí el gel soluble en agua que me había recomendado mi
amigo, a pesar de que tenía una textura muy pegajosa.
Luego
coloqué lentamente la boca de la botella en el agujero, y cuando el extremo
cónico derramo el gel exactamente donde debía, el intentó retroceder
nuevamente, esta vez termine sosteniendo un lado de su pelvis.
—Lee
Seon-jae, ¿qué estás tratando de hacer?
—Es
el método más rápido que he aprendido.
—¿qué?
Con
eso, agarro con fuerza la pelvis de Ha-eon y apretó la botella al mismo tiempo.
—Hic,
joder, te voy a matar.
Ha-eon
maldijo estremeciéndose, pero el gel que salía de la botella entró. Aún no he
visto que se derramara nada. Pero si pude ver que el trasero de Ha-eon seguía
tenso.
—Idiota
loco, ¿y si metes tus dedos dentro?
—Lo
siento, aun no tengo la habilidad suficiente para dilatarlo con los dedos.
—¡Prefiero
ser yo quien se prepare, amigo!
Me
fulminó con la mirada mientras lo agarraba del brazo y lo obligaba a sentarse,
pero como no pudo sentarse completamente en la cama por la almohada en el
trasero, terminó de rodillas, pero con la parte superior del cuerpo erguido con
el trasero levantado.
Parado
fuera de la cama, lo observaba y pude notar que su polla estaba medio erecta, así
que sentí que definitivamente lo estaba sintiendo. Su rostro se estaba
sonrojado mientras lo miraba fijamente y pude notar la tensión en sus muslos. Ha-eon
de rodillas tenía una expresión deslumbrante, sus ojos de repente se abrían y
luego se estrechaban.
—Loco
bastardo...
—Mayor,
deberías relajarte lentamente...
—Esto
me hace sentir mal.
—¿Quieres que yo lo dilate entonces?
—Vete
a la mierda.
Ha-eon
me miró fijamente, pero pude ver que le temblaban las piernas. Su cuello y
orejas ya estaban rojos, y su cara se estaba poniendo más roja, y pude ver gel
derritiéndose corriendo por su trasero y muslos. Mientras me sentaba en la cama
y colocaba mi mano en la parte interna de su muslo, me dijo.
—Voy
a matarte.
Pero
con la cara tan roja, no era realmente amenazante, era simplemente demasiado
sexi ante mis ojos con el gel corriendo por sus muslos. Mientras movía
lentamente mi mano hacia abajo, él me miró con la cara roja, pero en realidad
no me mató. Pero yo simplemente sentí que iba a morir por no poder atacar a
Ha-eon mientras él me miraba así, desnudo.
Mi
polla ya había empezado a quejarse, pero mi mente racional permaneció. Puse mi
mano derecha en el agujero de Ha-eon. Cuando mi dedo índice lo tocó, su trasero
se tensó de nuevo, pero lo toqué un poco más y se relajó. Podía sentir el gel
fluir lentamente. Estaba mucho más blando que antes de poner el gel. Gracias al
gel froté el área en pequeños círculos.
—Lee
Seon-jae, imbécil.
Ha-eon
agarró mi brazo frente a él y bajó la cabeza mientras hablaba. No sé si fue una
exclamación o si lo decía en serio, pero mientras agarraba su mano la punta de
su dedo índice entraba, un gemido 'Ah' salió de la boca de Ha-eon como un
suspiro. Metí mi dedo índice un poco más lejos, unas dos articulaciones. El
interior era blando, pero la presión era fuerte.
Lentamente
saqué el dedo, dejando solo la punta, e inserté dos dedos más. A pesar de que
estaba tratando de mantener los ojos y la boca cerrados, un 'hmmm' se escapó
por su nariz, así que retiré mi mano del frente, puse mi brazo alrededor de su cintura
y lo toqué nuevamente, acercándolo.
Ha-eon
inclino la cabeza, su barbilla descansaba ligeramente sobre mi hombro, así que
podía escuchar su respiración muy claramente en mi oído. Moví el dedo índice
lentamente y luego extendí el de en medio. Comencé a deslizarlos suavemente dentro.
Ha-eon se estremeció, pero no soltó más palabrotas.
Sin
embargo, como antes, dejo escapar gemidos húmedos un poco más a menudo. Cuando
llegó a su dedo anular, lentamente lo sacó como para calmarlo, pero dejó solo
la punta.
—Mayor,
¿puedes quitarme la ropa, por favor?
—Bastardo,
¿solo quieres que te desnude?
—Sí.
—Mayor,
¿No me la quitaras?
Se
encogío de hombros y dijo: —Sí—, y lentamente se apartó un poco y trató de
desabotonar su camisa. Pero le temblaban las manos y no podía desabrocharme la
camisa. Cuando estaba a la mitad de desabrocharme la camisa, rápidamente jale
de los extremos.
—Ay.
Ha-eon
se desplomó hacia adelante y hundió su rostro en mi pecho. Me miró y me fulminó
con la mirada mientras agarraba su camisa abierta.
—Realmente
voy a matarte.
—Ahora
simplemente recuéstate y relájate.
—No
te hagas el médico, Lee Seon jae.
—¿Soy
doctor?
Lentamente
recosté a Ha-eon mientras sostenía su espalda con la otra mano. Es una pena,
pero tuve que dejar de jugar con los dedos. Después de acostarlo lentamente, me
levanté y me quité la camisa. Me bajé los pantalones y la ropa interior de una
vez. Mi pene, que había estado aprisionado, pensando que había encontrado una
salida, se liberó. Ha-eon acostado allí, recuperando el aliento me miró. Su
mirada descendía más y más, luego se posó en mi polla.
—Estás
loco.
—¿Es
un hábito tuyo el decir malas palabras?
—Joder,
ese no es un órgano biológico normal, es un arma.
—Sí,
lo llamo club de carne.
—Es
un murciélago de carne.
—¿No
murciélago también puede significar garrote?
Me
quité los guantes de látex y saqué un condón alfa.
—Mayor,
¿te gustaría hacerlo?
Le
pregunté a Ha-eon mientras me miraba abrirlo, pero no respondió. Era bastante
cansado ponerme un condón en la polla porque era agotador colocar la muesca
dentro del latex. Ajusté la posición tirando del condón hasta que quedó se
sentía un poco apretado. La elasticidad era buena, pero me sentí incómodo al
tirar de ella con la mano.
Cuando
pasé mi mano por los muslos húmedos de Ha-eon sin los guantes de látex, se sintió
diferente a antes. La sensación de su piel contra mi mano era erótica, pero
mientras tanto, su ano no era tan indulgente como antes. Sentí su agujero
demasiado cerrado para dilatarlo con el gel nuevamente. Fue entonces cuando vi
la polla de Ha-eon, que estaba casi erecta.
—Oye,
estás sonriendo de una manera espeluznante.
—¿Yo?
Apreté
el pene de Ha-eon con la mano y Ha-eon le devolvió el favor.
—Me
vas a matar, lo sabías.
Dijo
Ha-eon, pero giró la cabeza hacia un lado y no me miró. Sostuve su pelvis con
la otra mano. Alineé la punta de mi pene a la parte inferior mientras movía
lentamente la mano sobre su polla. Pude ver a Ha-eon agarrando la sábana con
fuerza. Sentía un cosquilleo en la parte baja de mi espalda, a pesar de que aún
no había hecho nada, pude ver la muesca hincharse con el esfuerzo.
—¿Te
gusto, mayor?
—Ja,
ja.
—Así
parece.
Lentamente
empuje mi polla. La presión se sentía más fuerte que cuando metí los dedos.
—Eres
un tipo malo al que voy a matar.
Mientras
Ha-eon hablaba casi por reflejo, moví la mano más rápido sobre su polla. Entonces
se me ocurrió una buena idea. Me unte un poco del gel de los muslos de Ha-eon
en la mano y apreté su polla nuevamente. Mientras movía la mano hacia arriba y
hacia abajo, Ha-eon intentó torcer su cintura.
Puse
más presión en la mano para evitar que se torciera, y tampoco dejé que se
alejara de mi polla, así que la deslicé lentamente debajo de la muesca. Fui un
poco cauteloso, porque si cometía un error, podría sufrir una laceración.
—Ja.
Ha-eon
movía la cabeza de un lado a otro. Si empujaba durante su clímax,
definitivamente lo laceraría.
—Mayor,
lo siento, pero por favor vente.
—Chico
malo, mierda.
Escuché
el suspiro de Ha-eon convertirse en un gemido. Ha-eon giró su cabeza
profundamente hacia un lado como si no quisiera mostrarme su rostro, pero pude
ver su ceja y ojo fruncido y la forma en que se mordía el labio inferior. Froté
con la mano su pene un poco más fuerte. Dejó escapar un gemido que sonó como
una mezcla de —ja—, —ang— y —eh—, y sacudió su espalda.
Un
poco de líquido blanco salpicó en mi mano. El agujero de Ha-eon que sostenía mi
pene también se contrajo, pero era soportable porque estaba debajo de la
muesca. Apenas lograba mantener los ojos cerrados, para contenerme. Porque
cuando los abría, podía ver los ojos de Ha-eon ligeramente abiertos, por lo
cual era muy difícil de soportar, porque siempre tenía los ojos tan claros, con
su cara redonda y sus ojos redondos.
Saqué
el pañuelo que había dejado a mi lado y me limpié la mano, luego sostuve la
pelvis de Ha-eon con ambas manos y lentamente, empujé mi pene hasta la muesca.
—Hmph.
Pude
ver a Ha-eon dejar escapar un largo suspiro. Pero me sentí aliviado al ver que
no hizo una mueca de dolor. Cuando lentamente metí todo, Ha-eon señaló su
ombligo.
—Lo
siento cerca de mi ombligo.
—Estás
exagerando.
Al
mismo tiempo, apreté suavemente su pezón. Ha-eon dejó escapar un 'ahh' ante el acto
repentino, y el suave pezón se endureció. Fue un poco decepcionante, porque
cuando lo sostuve, estaba lánguido y masticable. Lentamente, moví la mano acariciando
el costado de la cintura de Ha-eon. Ha-eon volvió a dejar escapar un gemido de ensueño.
Sus ojos, que se habían abierto por completo, estaban casi a punto de cerrarse.
—¿Está
bien si me muevo?
—¿Qué
pasa si digo que no?
—Tendré
que esperar.
—Haang.
Luego,
deliberadamente moví ligeramente mi pene. Lentamente comencé a moverme mientras
el gemía. No sabía si se había dado cuenta, pero seguía intentando retroceder,
así que no tuve más remedio que seguir sujetándolo de su pelvis.
—Ja,
ja, ja... Ah, joder Seon-jae... Haah.
—Mayor.
—Jajaja...
—Ahora
no volveré a hacerlo con nadie.
—Haa...
Ah, en un momento como este... ja... que digas eso...
—Nadie.
—Haang.
Aumenté
lentamente la velocidad de las embestidas. La cabeza de Ha-eon empezó a
inclinarse de nuevo. Tenía los ojos cerrados y, de nuevo, su polla volvió a
endurecerse. Levanté su pierna izquierda y la puse sobre mi hombro. Con su pierna
colgando sobre mi hombro, la parte inferior de su cuerpo estaba completamente
abierta. Aun así, la presión seguía siendo increíble. Además, cuanto más
frecuentes se volvían sus gemidos, más lo apretaba.
—Mayor.
—Haaa...
—Por
aquí, ¿verdad?
Ante
esas palabras, Ha-eon de repente se tapó la boca con ambas manos sosteniendo la
sábana y presionó hacia abajo. Pero cuando volví a mover la cintura, se le escaparon
gemidos sin parar. Gemidos similares a —eup—, —heu— y —sigh— salieron
aleatoriamente entre sus dedos. Sabía dónde estaba la próstata.
Evité
deliberadamente golpear su próstata pero deslice mi polla muy cerca. Presioné
hacia un lado su pierna derecha, sobre la cama. Giro la cabeza hacia la derecha
por sí solo. Ahora, si giraba la cabeza hacia la derecha, su rostro quedaría
enterrado en la cama, y si giraba hacia la
izquierda, podía
ver su expresión
completa.
Al
principio, Ha-eon eligió el lado derecho, pero sus gemidos que salían más allá
de sus dedos que cubrían su boca no fueron completamente amortiguados por las
sábanas.
—Ja.
Al
final se quedará sin aliento. Giró la cabeza hacia la izquierda y me miró a los
ojos. Metí mi pene hasta su estómago y su cabeza se inclinó hacia atrás. Morderme
el labio inferior fue inútil, sus labios eran tentadores, cerré los ojos
automáticamente y fruncí el ceño. Con una expresión tan lujuriosa, sólo gemidos
'ah' salían de la boca de Ha-eon en diferentes tonos.
Además,
su agarre se hizo más fuerte, como si me mostrara que era el punto exacto lo que
había tocado, que era su punto débil. Si no lo hubiera esperado y no lo hubiera
sacado, me habría venido también.
—Mayor.
—Haa...
bastardo...
—Mayor.
—Ja,
ja, ja... ja...
Él
volvió a maldecir, así que lo volví a embestir para indicarle que dejara de
decir malas palabras. Volví a recostar a Ha-eon, que había estado mirando hacia
la derecha, sobre su espalda bajando su pierna de mi hombro. Ahora, ambas piernas
estaban extendidas y abiertas frente a mí, suavemente doble ambas piernas. Un líquido
de color más claro ahora corría por su pene y, mientras lo masturbaba, se mezclaba
con el gel derretido.
—Una
vez más, ¿está bien?
—Loco...
Ah...
Él
no dijo que no, así que pensé que estaba bien. Separé sus piernas, pero era
difícil bajar el ángulo, así que doblé un poco más las rodillas y apunté mi
pene hacia el estómago de Ha-eon. Me moví con la sensación de llegar más
profundo embistiendo rápidamente.
—Sí.
Ahora
su respiración se ha vuelto cada vez más difícil. Hacía mucho tiempo que no
escuchaba una queja de mi polla. Era difícil mirar su rostro, que ya estaba
relajado, con el cabello pegado a las mejillas por el sudor y empapado allí
abajo. Por supuesto, lo más difícil de soportar era el agujero que empujaba su
pene como si tratara de ahuyentarlo y luego lo apretaba como si le estuviera
diciendo que no se fuera.
—Ja...
sí...
Los
gemidos de Ha-eon y el chocar de la carne llenaron la habitación. Intenté
concentrarme en otra cosa, distraerme de la sensación de mi polla tanto como
fuera posible, pero era difícil al escuchar por encima del eco de sus gemidos. Mientras
embestía repetidamente el punto débil de Ha-eon, vi a Ha-eon encorvarse y
estremecerse una vez más.
Esta
vez, nada pareció salir del pene de Ha-eon. O tal vez salió un poco, pero
estaba mezclado con lo que salió antes, por lo que no pudo notarlo. Mientras se
estremecía, utilicé el pañuelo que tenía a mi lado para limpiar las manchas de
su semen. Pero como no lo quité, me miró con recelo.
—Ser
aburrido también es una enfermedad.
—Mayor.
—Yo
ya no…
—Ponte
boca abajo.
—¿Qué?
Ha-eon
se preocupó por su tono ligeramente bajo y luego lo miró fijamente ante sus
palabras. No obtuve su permiso, pero tampoco me regaño, así que decidí
continuar.
—Que
te jodan.
Sintió
mi mano agarrar su cintura y la maldición salió de inmediato.
—¿Vas
a hacerlo de nuevo?
—Si
te acuestas, lo haré otra vez.
—No
seas gracioso, ¿quién eres ahora?
—Mayor.
—Hola,
boca abajo. Te das cuenta de que eso es lo primero que un hombre no quiere
escuchar, ¿verdad?
—Que
te jodan.
Ha-eon
se movió, intentando empujarme en el estómago con el pie. Pero estaba demasiado
débil para hacer mucho. Agarre con fuerza su cintura, agarré su tobillo que
luchaba con la otra mano y hablé en voz baja. Fue una súplica, pero mi voz sonó
más baja de lo que esperaba y debió sonar como una amenaza para cualquiera que me
escuchara.
—Kwak
Ha-eon, acuéstate.
Ha-eon
se estremeció ante mis palabras. Use su tobillo y cintura para darle la vuelta.
La fricción en su pene fue increíble. Casi pierdo la mente al girarlo. El también
gimió —haaah— cuando lo voltee, pero fue amortiguado cuando su rostro quedó
enterrado en la sábana. Pude ver su recta columna y la parte posterior de su
cabeza. Extendí mi mano derecha y agarré toda la parte posterior de su cabeza
para levantarlo.
—Ja,
bastardo.
—Parece
que estás pasando por un momento difícil, mayor.
—Es
difícil, es difícil, ¿qué diablos estás tratando de hacer?
—Mayor,
es algo bueno. Ahora, agárrate a mí.
Deslicé
la almohada extra debajo del pecho de Ha-eon, poniéndola para que sostuviera el
pecho y el cuello de Ha-eon. Ha-eon tenía la cabeza inclinada de modo que la
punta de la barbilla sobresalía del borde de la almohada. Cuando quite la mano,
su cabeza volvió a bajar. Me incliné, esta vez quería besarle la nuca, pero mi
polla estaba demasiado dentro de él para moverse. En su lugar, bese su espalda
entre los huesos de sus alas, y a media cintura. Pude sentirlo estremecerse.
—¿Se
trata de la T6?
—Maldita
sea…. Uf…
Cuando
dije en broma el número de vértebras, las maldiciones volvieron sin ninguna
respuesta. Moví la cadera, preguntándome si quería decir que dejara de
coquetear y me pusiera a trabajar, y él gimió en respuesta, probablemente
quería decir que sí. Descendí lentamente, besando cada vértebra ahuecada entre
los huesos de las alas, hasta que me di cuenta de los límites de mi
flexibilidad y me rendí. En lugar de eso, pasé mi dedo índice desde su nuca
hasta sus nalgas empapadas y mojadas.
—¡Puaj!
Él
gimió y mordió el extremo de la almohada. Con suaves movimientos de mi cintura,
volví a agarrar su barbilla con mi mano derecha y lo levanté. Ha-eon mordía con
fuerza la almohada al principio, luego se rindió y la escupió mientras
levantaba lentamente la cabeza.
—Perderás
peso si comes eso.
—Ja
ja...
Me
alegré de que no dijera malas palabras. Entonces surgió mi curiosidad. En lugar
de mi mano derecha, sostuve la barbilla de Ha-eon con mi mano izquierda y metí los
dedos índice y medio en la boca de Ha-eon. Al principio, los mordió con fuerza,
y cuando gimió 'ah' a propósito, simplemente me dejó jugar con su lengua con los
dedos.
Pero,
era inevitable que los gemidos siguieran saliendo de la boca de Ha-eon. Fue
divertido jugar un poco con su lengua, especialmente la forma en que esquivó
mis dedos y después se enroscó alrededor de estos cuando los moví. Pero pensé
que debería jugar ese juego más tarde. Las quejas de mi pene han empeorado. Se
sentía como si estuviera a punto de explotar.
—Mayor,
lo haré dentro.
—Ja
ja...
Ha-eon
no dijo nada. Estaba gimiendo al mismo tiempo que lo embestía y me di cuenta de
que su polla estaba tocando el otro extremo de la almohada que había estado
mordiendo antes. Detuve las embestidas y solté su lengua, con la que había
estado jugando. Mis dedos terminaron llenos de saliva, pero fue divertido.
Agarré
su cintura con ambas manos y lo obligué a moverse, lo que estimuló tanto mi
polla como la suya, que se frotaba contra la almohada.
—Ja...
Lee Seon... perro…
El
problema era que Ha-eon estaba maldiciendo otra vez, pero cuando dijo mi nombre
con voz húmeda, mi pene y mi espalda se estremecieron. Agarré la cintura de Ha-eon
y la sacudí más rápido, la sensación de su agujero aferrándose a mi polla,
apretándola y apretándola, se volvió más intensa.
—Ja.
—Ah
ah... ¡Aaang!
Dejé
escapar un breve jadeo, pero fue después de que mi polla ya había liberado una
gran cantidad de líquido dentro del condón. Además, mi jadeo ya había sido
ahogado por los apasionados gemidos de Ha-eon, y los pequeños temblores de mi
pene casi fueron ahogados por los intensos espasmos de su agujero.
Lentamente,
saqué mi pene del cuerpo de Ha-eon. La muesca disminuyó, lo cual era mejor que
cuando lo metí. Ha-eon cayó de rodillas y contuvo el aliento. Me quité el
condón, até el extremo y miré el trasero de Ha-eon. Sentí una punzada en el
estómago nuevamente cuando vi al agujero estremecerse, tal vez porque todavía tenía
algunos sentimientos persistentes, pero me contuve porque Ha-eon miró hacia
atrás, me miraba furiosamente.
Pero
pronto Ha-eon intento levantarse de la cama como si estuviera luchando, pero perdió
las fuerzas y volvió a caer en la cama. Luego, cerró los ojos y lentamente puse
las manos en sus caderas y escuché su voz húmeda.
—Maldita
sea, Lee Sunjae, si no quieres que te corte la polla, detente.
Ha-eon
habló tan rápido que me detuve.
Como
era una habitación de lujo, la bañera también era espaciosa. Después de llenar
la bañera con suficiente agua tibia, cargue a Ha-eon, que estaba agotado en la
cama, y lo
llevé a la bañera. Sumergió a
Ha-eon en el agua tibia, similar a antes, pero con una expresión un poco más
relajada.
Se
relajó así sin hacer nada, así que me sostuve de sus hombros y entré sentándome
detrás de él, y él se apoyó contra mí pecho nuevamente sin ninguna resistencia.
—Mayor.
—¿que?
—Tengo
curiosidad por algo.
—¿Qué
es?
—De
verdad... ¿maldices tanto cuando lo haces?
Las
orejas de Ha-eon, que tenían su cabello mojado pegado, enrojecieron ante mi
pregunta. Sentí que su espalda se enderezaba ligeramente después de haber estado
relajada hasta hace un momento. Luego, avergonzado, golpeó el agua con la mano.
—Es
un hábito.
—No
adquiriste ese hábito juagando con otro, ¿verdad?
Recordé
su rostro con el labio herido que había visto ya dos veces antes.
—¡No
tengo ningún pasatiempo SM!
—Entonces,
¿por qué dices tantas malas palabras?
—Eso
es... Es una razón un poco infantil...
Se
pasó su mano mojada por la cara como si se limpiara suavemente. Lo he visto
muchas veces con el cabello desordenado o arreglado, pero con el flequillo mojado
hacia abajo, parecía más joven. Él no respondió, así que le di un golpe en la
mejilla desde atrás. —Ah—, y me echó agua por encima del hombro. No fue un
golpe directo, pero estuvo cerca.
—Estaba
tratando de parecer duro, pero se convirtió en un hábito.
—¿Para
parecer fuerte?
—En
primer lugar, es inevitable parecer débil debido a mi postura.
Estoy
de acuerdo con eso. Aunque es una simple postura, es bastante fácil saber quién
manda. Me pregunte si en el pasado habría prohibido que lo montaran. Porque el
que está debajo siendo aplastado es el débil.
—Es
un hábito, por lo que no puedo cambiar fácilmente.
—Me
preguntaba si el mayor realmente podría matarme.
—Oh,
tienes razón, si lo hubieras hecho una vez más, te habría cortado la arteria
subclavia de verdad.
Pensé
mientras cepillaba suavemente el cabello mojado de Ha-eon. Lo hicimos cuatro
veces más, después del baño. Después de ese día, Ha-eon se negó por completo a
hacerlo entre semana. Me daba una palmada en el dorso de la mano si siquiera
metía la mano dentro de su ropa, pero acepto dejar que lo besara y lo
acariciara si prometía contenerme.
No
creo que lo odiara, pero definitivamente le paso factura a su cuerpo. Lo
alimento y cuido bien, pero él era así. Al menos intentaba aguantar hasta el fin
de semana besando sus hoyuelos de vez en cuando. Después de que Ha-eon consiguió
un trabajo, a medida que nuestros horarios en la mañana se volvieron similares,
la vida diaria con Ha-eon se volvió cada vez más normal.
Me
despierta por la mañana y me hace preparar café y, después del trabajo, me hace
conducir para llevarlo a comer algo delicioso o, a veces, vemos un programa. Por
la noche tomábamos una cerveza en casa, una para mí y otra para él, pero de
alguna manera él se tomaba tres o cuatro, pero cuando se emborracha un poco, suele
sonreír mostrando sus hoyuelos y abrazarme, y yo no lo detenía nos quedábamos
dormidos juntos.
Cuando
él no salía los fines de semana, íbamos de compras juntos y yo cocinaba.
Después de organizarnos así, todavía me siento susceptible a sus caprichos,
pero normalmente mandaba un mensaje, pero hoy recibí una llamada telefónica,
así que respondí.
[Seon-jae, hoy tengo una cena de
empresa, así que iré a casa después de cenar]
Era
la primera vez desde que vivimos juntos que no cenábamos juntos. El otro día
había comprado algunas costillas que él quería comer cuando hacíamos las compras,
pero apenas llegaron ayer, así que planeaba hacerlas esta noche.
[Entonces, ¿por qué no sales a cenar
tú también?]
[Mayor, por favor soy médico.]
[Esta bien, estaré allí pronto.
No te preocupes si llego tarde, duerme primero.]
Entonces
Ha-eon colgó el teléfono. Pero mis nervios se concentraron en la voz de una
mujer que se escuchó en el fondo. Me preocuparía si fuera la voz de un hombre
en vez de una mujer. Como dijo es gay, y me pregunto si era más peligroso escuchar
la voz de un hombre. Ha-eon hablaba a veces de la clínica de obesidad donde
trabajaba.
La
mayor parte del tiempo escucho cosas inimaginables que hacen las personas que
ingresan a la clínica para conseguir algo de comer, pero me sentiría vacío
esperándolo en casa, así que busqué a alguien con quien cenar en el teléfono. Tae-ho
fue el primero en responder. Los demás aceptaron venir cuando tuvieran tiempo.
Sin
embargo, llegué tarde a la cena que había organizado debido a una cirugía de
neuralgia del trigémino programada para la tarde. Fui a supervisar, pero me
retrasé primero porque la esterilización de la cirugía anterior terminó tarde,
luego porque Reggie estaba perforando un agujero detrás de su oreja, lo cual
gruñí, y luego porque se movía demasiado lento cuando debería haberlo hecho
rápido y con cuidado.
Levante
la arteria bajo el microscopio para alejarlo un poco, y luego llegué tarde por
tercera vez. Tae-ho frunció el ceño cuando llegue tarde a la cita.
—Vienes
del departamento de neurocirugía 3D de nuestro hospital.
—Lo
siento.
Los
únicos que se reunieron fueron algunos de mis compañeros de clase del mismo
hospital. Incluyendo a Tae-ho, había colegas de obstetricia y ginecología,
oftalmología y pediatría. Al principio hablamos de trabajo. El oftalmólogo nos
dijo que tuviéramos cuidado con nuestros ojos y nos insistió para que
acudiéramos al médico si creíamos que veíamos algo al parpadear.
Dijo
que su padre, médico también, descuidó sus síntomas y él se sintió extraño al
verlo usar una bata quirúrgica el día de su cirugía debido a un desprendimiento
de vítreo. Dijo que está bien ahora. Pero su hijo era oftalmólogo y por eso
estaba enojado porque era una enfermedad ocular.
Tae-ho,
irritado, contó la historia de cómo uno de los internos anunció estúpidamente
un código azul y luego la sala de urgencias dio un vuelco y se puso muy
ocupada. Mientras tanto, el pediatra sin querer dijo que su departamento estaba
bien. El obstetra y el ginecólogo se quedaron callados y luego hablaron en voz
alta.
—Estamos
agradecidos por otra infección hospitalaria.
Ningún
accidente podría haber sido tan poderoso como ese. Bien podría haber dejado la
cirugía para la noche. Cuando llegó la auditoría, todo tipo de personas ajenas
al hospital estaban revisando los documentos. Mi espalda se puso rígida por la
irritación al imaginar la situación de tener que revisar todo ese papeleo, a
pesar de que estaba computarizado, pero aun así era mucho papeleo.
—Eres
tan patético, eres el más patético.
Como
los tres ya habíamos terminado toda la carne y apagado el fuego, pedimos fideos
zaechi, arroz gonggil y estofado de miso para llenarnos. Yo también asentí,
estando de acuerdo con eso.
—La
siguiente cosa lamentable es Kwak.
—¿El
Mayor Kwak Ha-eon? ¿Cómo le va después de salir de la sala VIP?
—Sí,
¿cómo está?
Tae-ho
habló primero, luego dirigió su atención hacia mí, que estaba comiendo arroz en
silencio mientras el obstetra preguntaba. Entonces el pediatra, el oftalmólogo
y el obstetra se miraron y los tres tuvieron una reacción similar.
—De
ninguna manera.
—De
ninguna manera.
—Tae-ho,
eso fue solo un rumor.
La
reacción de todos fue: —Eso no puede ser posible—.Tae-ho me miró mientras
apoyaba su barbilla. Solo lo dije con calma.
—Salgo
con el mayor Ha-eon.
—¿Por
qué?
—El
mayor, ¿necesita dinero?
—¿Lo
amenazaste?
El
Oftalmólogo, pediatría y ginecólogo, preguntaron en ese orden.
—¿Amnesia?
—No,
probablemente sea una emergencia.
—¿Le
mordiste el cuello?
Seguía
siendo el mismo orden. ¿Es realmente tan
sorprendente que Ha-eon y yo estemos saliendo? Pero las siguientes palabras
aclararon mis dudas.
—¿Cómo
puede un mayor de último año tan agradable salir con un chico aparentemente
normal como tú?
—No
sé.
Parecían
estar de acuerdo los demás compañeros ante las palabras del pediatra. Estaba a
punto de empezar con los fideos, pero se me había ido un poco el apetito. Pero
todavía tenía hambre, así que me comí los fideos.
—Estuviste
de guardia cuando cumpliste 100 días y ese día tu novia destrozó tu teléfono en
la sala de urgencias, eres ese tipo de persona.
Creo
que el oftalmólogo quedó bastante sorprendido en ese momento. Estuve bastante
ocupado durante mi segundo año de residencia. Estaba de guardia y olvidé que cumplía
los 100 días. En ese momento ni siquiera tenía tiempo para prestarle atención a
mi celular porque estaba atendiendo a un paciente en urgencias.
Pero
mi novia en ese momento entró en la sala de urgencias y gritó: —¿Por qué no
puedo comunicarme contigo?— fue cuando saqué el teléfono y mire las llamadas
perdidas, ella lo agarró y lo tiró al suelo y se fue. No había hecho una copia
de seguridad de mis contactos, así que no pude comunicarme con ella por lo que
rompimos.
—Yo
fui quien los presento y me sentí muy avergonzado. Cada vez que veo a mi amiga,
me siento tan mal que me vuelvo loco.
Además,
conocí a mi exnovia porque me la presentaron, y la persona que organizó la cita
fue el obstetra. Bebí un trago de mi sopa de fideos evitando el contacto
visual.
—Lee
Seon jae, incluso rompiste porque tuviste que operar el mismo día en que tenías
previsto irte de viaje y luego lo cancelaste.
Tae-ho
sacó a relucir otra historia sin sentido. Eso fue en el tercer año de
residencia. Por primera vez en mi vida estaba a punto de operar un
hemangioblastoma y no podía faltar. Pensé que podríamos hacer otro viaje, pero mi amante de aquel
entonces pensaba diferente.
—Yo
arreglé esa cita. ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué tuve que perder a mis pocos
amigos de la escuela secundaria cuando publique una foto tuya en Facebook?
Fue
la queja del oftalmólogo. Pero salí con ella durante seis meses. Rompimos
después de 6 meses por no irnos de viaje.
—Al
menos la cita a ciegas que organicé terminó en solo una cita. Nos reunimos y
fuimos a la casa de Seonjiguk.
Tae
Ho tuvo la última palabra. Era hermana de un conocido de Tae-ho. En ese momento,
estaba demasiado cansado después de una cirugía para ir muy lejos. Pero ella
dijo que estaba bien, así que fui a verla. Entré al restaurante frente a mí
casa. Pensando que lo único que tenía que hacer era llenar mi estómago, y la
rompí en el acto.
—¿Por
qué hablaste siquiera de ‘policitemia causada por un tumor’ mientras comían carne?
En
ese momento, después de una larga cirugía, solo decía lo que se me ocurría. Realmente
no hubo ninguna intención. Además, primero me había preguntado: —¿Cómo es tu
vida como médico?
Pero
tenía una ventaja. En neurocirugía, donde un error puede crear un riesgo
enorme, no repito mis errores.
—Así
que ahora me mantengo en contacto, no rompo mis promesas y le doy comida
deliciosa.
—Por
alguna razón, quiero decirle a Kwak que huya. Dijiste que no le agradabas.
Estuvo mal por mi parte creer lo que dijo Lee Seon-jae.
—Debería
haberlo seguido y detenido, diciendo que era un tipo malo.
—Podría
prepararte ese almuerzo también.
Dijo
Tae-ho, y el pediatra estuvo de acuerdo. ¿Realmente Ha-eon se hizo cargo de
todos mis compañeros, excluyéndome a mí? ¿Por qué todos reaccionan con simpatía
por Ha-eon?
—Ah,
me duele el corazón al pensar en el sufrimiento del mayor Ha-eon.
—Yo
también estoy muy amargado. Era un buen estudiante de último año que hacía
mucho trabajo voluntario.
—Aquí
una botella de soju.
Ante
los suspiros del ginecólogo y el pediatra, Tae-ho rápidamente pidió una bebida.
—Por
eso te dije que me lo dijeras tan pronto como empezaran a salir.
Tae-ho
dijo mientras abría el soju. En ese momento mi bolsillo vibró. Cuando saqué mi
teléfono del bolsillo, los cuatro me miraron como si vieran algo que no podían creer.
El oftalmólogo incluso me señaló. Era Ha-eon. Fue un poco siniestro que me
llamara mientras hablábamos de él. Cuando intenté levantarme, Tae-ho me agarró
del brazo y me obligó a sentarme.
—Lee
Seon-jae, ahora estás contestando tu teléfono.
—Déjame
contestar el teléfono.
—Responde
aquí.
Ni
siquiera el obstetra y el ginecólogo parecían tener intención de dejarme ir.
Presioné la pantalla.
—Mayor.
[Seon-jae.]
Su
tono de voz era ligeramente diferente. Sonaba como él, pero con un ligero toque
irónico. Los cuatro se inclinaron pesadamente hacia mí, intentando escuchar la
llamada. El volumen ya está al máximo para que puedan escuchar todo.
[Ya termino la cena.]
—Mayor,
¿estás borracho?
[¡Sí!]
Respondió
con voz aguda, lo que me puso aún más ansioso. Nunca antes había ido a beber
con un grupo de personas. Me preocupé más cuando el oftalmólogo le murmuró al
pediatra: —Era tan lindo cuando bebía. ¿No
era lindo bebiendo solo conmigo? No pude hablar con el oftalmólogo porque
estaba hablando por teléfono.
[Voy a tomar el autobús a casa
ahora]
—Llega
con cuidado.
—¡Cercanamente!
¡No le des tu corazón a Lee Seon-jae!
Tae-ho
de repente gritó en el teléfono. Rápidamente lo quite, pero fue inútil. La
expresión de Tae-ho era tan triunfante que quise darle una paliza.
[Le entregué mi cuerpo y mi
alma.]
El
problema fue que escucharon la respuesta de Ha-eon a través del teléfono. El
rostro sonriente de Tae-ho se endureció. El pediatra dejó caer la cuchara que
sostenía.
[¡Dr Kwak, pasemos a la segunda
ronda!]
Se
escuchó nuevamente la voz de una mujer en el receptor, seguida de otras voces
que se reían.
[Seon-jae, voy a la segunda
ronda. Duerme primero. Adiós.]
Entonces
Ha-eon colgó el teléfono. Pensé mientras miraba el teléfono. Sabía que era una
situación inevitable, pero me picaba la frente mientras me preguntaba por qué tuvo
que llamarme y colgar así.
—Seon-jae,
deja de fruncir las cejas. Vas a matar a alguien ahora mismo.
Volví
a fruncir el ceño ante lo que dijo el obstetra. Está muy arrugado. Pensé que
había dejado este hábito. Era algo que había escuchado antes cuando no tenía
palabras.
—Eh,
claro. Entonces, ¿es Beta u Omega el mayor?
Preguntó
de repente el pediatra, y Tae-ho rápidamente trató de corregirlo con: —Oye, eso
no es todo.
—beta.
Cuando
respondió, el pediatra sonrió y brindó por Tae-ho.
—Cien
mil wones.
El
pediatra sonrió y extendió la mano. Valió la pena ver la expresión de Tae-ho volverse
amarga. Pero todavía me molestaban las palabras a las que no había prestado
atención porque estaba hablando por teléfono, así que le pregunté al
oftalmólogo.
—¿Crees
que es lindo cuando bebe?
—Sí,
es realmente lindo. Por lo general, es lindo cuando sonríe, pero su sonrisa es
aún más brillante.
—A
Seon-jae nunca le ha comprado comida ni alcohol.
—¿En
realidad? ¿Por qué?
Preguntó
el pediatra, como si no entendiera la declaración de Tae-ho.
—Nos
cuidó durante casi un semestre entero.
El
obstetra y el ginecólogo dijeron como para enojarme. Es cierto, el Dr Kwak
Ha-en realmente se hizo cargo de todos mis compañeros de clase excepto de mí.
—Me
pago un taxi cuando era pasante, pobrecito.
El
oftalmólogo empezó a contar otra hermosa historia. De hecho, estaba claro que
Ha-eon trato bien a todos menos a mí. Además de eso, me molestó la risa aguda
que había escuchado antes en el teléfono. ¿Estás sonriendo alegremente? Le
envié un mensaje a Ha-eon para preguntarle dónde estaba. Tae-ho llenó mi vaso,
pero no tenía intención de beber. Porque tenía que conducir.
—Estoy
feliz de que Seon-jae finalmente tenga una relación romántica, pero ¿por qué
tiene que ser con un médico, y además uno muy cercano?
—¡El
segundo tipo más agradable después del fundador!
—Oh,
rabia gradiente.
Tae-ho
hizo una mala imitación de su hermano y de repente se enojó, así que pensé que
estaba borracho porque agitó su mano frente a mi cara. No intente morderle la
mano por que no estaba borracho. El oftalmólogo hizo un gran trabajo con Tae-ho.
Estaba mirando mi teléfono y me levanté tan pronto como Ha-eon envió un mensaje
de texto.
「Cerca
del hospital XX」
—Tae-ho,
paga la cuenta y envíame más tarde un mensaje de texto. Me voy.
El
ginecólogo me miró con curiosidad y luego se volvió hacia el oftalmólogo.
—Al
menos estás saliendo correctamente esta vez.
Busqué
el bar cerca de la clínica de obesidad donde trabajaba Ha-eon y lo encontré,
pero no era un bar cerrado. Me preocupaba un poco que pudiera deberse a que
algunos de los médicos estaban jugando sucio. Si la proporción de mujeres es
alta, no juegan tan sucio, pero hay algunas que hacen cosas raras en grupos
secundarios o separados.
Sin
embargo, me sorprendí un poco cuando vi que Ha-eon era el único hombre entre
las personas sentadas en la mesa redonda. No sé si debía sentirme afortunado de
que no haya ningún hombre. Ha-eon estaba sonriendo alegremente, tal como dijo
el oftalmólogo. Los hoyuelos se marcaban hermosamente. Cuando me vio, sus ojos
se abrieron aún más y su rostro se iluminó. No pude evitar devolverle la
sonrisa. Además, no tenía ninguna excusa para que un hombre adulto no bebiera
alcohol.
—¡Seon-jae!
Ha-eon
corrió hacia mí, sonriendo tan alegre que no pude ver sus ojos, estando cerca
se arrojó a mis brazos. Mi estado de ánimo, que antes había estado algo
enojado, se calmó. De hecho, me sentí a gusto, como si nunca hubiera estado
enojado. Sentí el reflujo estomacal como si hubiera tomado un antiácido.
—Ah,
este es Seon-jae Lee, mi novio, quien según ustedes no podía serlo y no me
creyeron.
Ha-eon
se dio la vuelta y me presentó a las mujeres de la mesa. Algunas se tapaban la
boca y me miraban sorprendidas. Algunas sonrieron y dijeron torpemente: —Encantada
de conocerte.
—Mayor,
estás muy borracho.
Las
orejas y el cuello de Ha-eon estaban de color rojo brillante. Me gustaba su
cuello blanco, pero así también se veía fresco y bien. Cuando recordé lo que le
hice en casa, mi cara se puso ligeramente roja.
—Lo
siento, pero nos iremos primero.
—Vamos,
Seon-jae. Quiero tomar otro trago.
Ha-eon
me agarró del brazo e hizo un puchero. Sacudí la cabeza con firmeza. Pase lo
que pase, no puedo dejar que siga siendo tan lindo delante de otros. Me
disculpé del resto del grupo y me llevé a Ha-eon conmigo. Cuando puse a Ha-eon
en el asiento del pasajero, Ha-eon todavía estaba haciendo pucheros.
—Quiero
tomar otro trago.
—Vamos
a casa.
—Entonces
beberé en casa.
—Bueno.
Mientras
le abrochaba el cinturón de seguridad y le entregaba una botella de agua, Ha-eon
golpeó ligeramente con el pie y se rio. Pude ver sus hoyuelos apareciendo, así
que acaricié su mejilla ligeramente con el pulgar. Pude ver los ojos de Ha-eon
cerrarse lentamente. Lo bese ligeramente en los labios. Sabían fuertemente a
alcohol. Quería seguir besándolo, pero
me preocupaba que me hicieran una prueba de alcoholemia. Me dirigí
apresuradamente a casa. Ayudé a Ha-eon, que estaba tambaleándose, y entramos en
casa. Tan pronto como Ha-eon llegó a casa, se acostó en uno de los ahora dos
sillones reclinables. Dejo su cama sin hacer y siempre lucirá así.
—Mayor,
báñate y métete en la cama.
—Es
molesto.
—Mayor.
—molesto.
Mientras
tanto, me quité la ropa y Ha-eon se quedó callado. Como estaba tan callado, le
di un golpe en la mejilla y Ha-eon dijo: —Hola—, como si recordara algo
gracioso, estiró la boca y sonrió lo más que pudo, sentí curiosidad y vi que
Ha-eon levantó los dedos índices de ambas manos y se tocó ambas mejillas.
Esta
fue la pose que mostro frente a los niños durante el trabajo voluntario en el
pasado. Era tan lindo que quise tomarle una foto, pero no podía apartar la
mirada para tomar mi teléfono. Sus dedos índices se movieron como si estuviera
empujando sus mejillas dentro de su boca, luego giraron hacia arriba y hacia
afuera en un círculo.
Así
que una vez más puso sus dedos índices en sus mejillas y los giro con un
movimiento circular. Luego sonrió con un brillo en los ojos y ejecutó su
movimiento especial.
—¡Gira
mis hoyuelos!
Mis
manos se congelaron en medio de desabrocharle los pantalones a Ha-eon. Todo
este tiempo había estado pensando en pinchar sus hoyuelos. Ha-eon ya había pinchado
sus hoyuelos con los dedos antes. Ahora iba a usar sus propios dedos para
torcer sus hoyuelos y apretar mi corazón. De otra manera no había manera de que
pudiera ser tan lindo y afectuoso. Pregunté, tratando de ser razonable.
—¿También
haces eso delante de otras personas?
—¡No,
nueva técnica! ¡Esta vez!
Luego
volvió a girar el dedo índice, esta vez apuntando hacia abajo, luego hacia el
exterior de la cara y luego nuevamente hacia arriba, hacia el interior. Ha-eon
volvió a sonreír y dijo.
—¡Gira
los hoyuelos en la dirección opuesta!
Arrastraba
las palabras por el alcohol, pero en el momento en que aparecieron los hoyuelos,
perdí la razón. Con los pantalones desabrochados, levanto a Ha-eon. Ha-eon de
repente se aferró a él sorprendido. Probablemente arrugo mi camisa, pero no me
importo. Rápidamente fui al dormitorio principal.
Esto
era algo que no se podía resolver en el sillón reclinable de la sala. Lo acosté
en la cama y rápidamente le quité los pantalones y el resto de la ropa.
Continuó besándolo ligeramente en la frente y alrededor de los ojos. Me rodeó
con sus brazos, por el repentino frio que sintió al desvestirlo, y se inclinó
con las piernas cruzadas, Ha-eon se enojara por hacerlo en un día laborable,
pero ahora no era el momento de considerar eso. Aun así continuó besando a Ha-eon
más allá de sus labios y baje por su cuello comprobando cómo se sentía.
—Seon-jae,
hace frío.
—Mayor,
usa tus vacaciones anuales mañana y…
Esta
vez, presioné el dedo índice en la mejilla de Ha-eon. Y tal como lo hizo
Ha-eon, gire mi dedo en su mejilla. Era tan lindo en mis manos, pero estaba
claro que estaba tratando de matarme. ¿De
qué otra manera podría demostrar una técnica nueva tan linda con sus propias
manos?
—No
muestres tus hoyuelos delante de otras personas.
—¿Por
qué?
—Es
tan lindo.
—¿Por
qué?
—Oh,
soy tu novio, así que solo hazlo conmigo.
—¡Sí!
Aun
si acepto, no obtuve permiso para hacer esto. Tomé el gel que estaba debajo de
la cama. Luego lo apreté sobre mis dedos. Odiaba que la gente lo tocara con las
manos desnudas, pero aproveché su borrachera para preguntar.
—Mayor,
¿puedo hacerlo hoy?
—¿Entonces
no lo harás?
Ha-eon
rodeó mi cuello con sus brazos. Hace apenas un momento, estaba hablando mal,
pero de repente respondió con calma. Además, rodeó mi cuello con sus brazos con
los mismos brazos que usaba para seducirme cada vez. En lugar de sonreír como
antes, me miró directamente a los ojos. Sonreí tranquilamente y aparecieron sus
hoyuelos.
Aunque
no podía tocarlo con mi mano porque estaba llena de gel, usé la otra para tirar
del cuello a Ha-eon. Su cuello enrojecido estaba aún más rojizo por el alcohol.
Lo bese y con valentía metí la lengua. Ha-eon obedientemente abrió la boca y
aceptó mi lengua. Todavía sabía a alcohol. Y mi boca estaba algo pegajosa por
lo que comí.
Rocé
el costado de la lengua de Ha-eon que se movía lentamente y la empujé contra el
paladar. Deslicé mi lengua en el espacio de debajo y toqué ligeramente la parte
inferior de su lengua. Su aliento tocó mi mejilla y luego desapareció. Sus
brazos se aflojaron alrededor de mi cuello mientras lo recostaba suavemente en
la cama, rozando el interior de sus dientes inferiores con la lengua.
Lo
solté y velozmente me quité la ropa. Apreté más gel en mi mano, probablemente
manché mi ropa, pero como es soluble en agua, no debería ser un problema en
lavarla. Al quitarme la camisa, la tiré al suelo y luego empujé los dedos cubiertos
con gel entre las nalgas de Ha-eon.
—Seon-jae.
—Mayor.
—No
me gustan las manos desnudas.
—¿Por
qué?
—Porque
es muy vívido.
Me
sorprendió la facilidad con la que respondió. Durante el sexo, no respondía muy
bien a las preguntas. Cuando respondía, normalmente era maldiciendo o
simplemente diciéndome que no lo hiciera. Lo besé en los labios nuevamente y le
hice abrir la boca para provocar su lengua. Cada vez que movía los dedos, sus
piernas se cerraban, así que agarré su rodilla con la otra mano y las separé.
Levanté
una de sus piernas y me metí entre ellas para que no las juntara. El ano de Ha-eon
que dilataba con los dedos todavía estaba estrecho. Intenté aflojar el área
alrededor con gel, pero todavía no podía meter dos dedos. Forzar con el gel era
algo que no había hecho desde la primera vez, porque lo odiaba mucho. El gel
que corría por su muslo era demasiado irritante.
Pasé
mi mano por su costado y toqué su pene. Estaba medio erguido, pero jugando con
él con la mano se endureció. Mi polla estaba rozando la parte interna de su
muslo. Pensé que podría hacerlo así, simplemente frotaría mi pene entre sus
muslos. Porque Ha-eon ya estaba excitado y parece emocionado. Ha-eon sospechaba
que yo podría ser aburrido, pero era todo lo contrario. Esta escena es tan erótica
que apenas puedo contenerme.
—¿Quieres
que te haga una mamada?
Deslice
mi dedo dentro de Ha-eon al mismo tiempo que su sugerencia. Los párpados de
Ha-eon temblaron. Sólo hasta ahora supe cuál era la sensación vívida de la que
hablaba Ha-eon. La sensación de las paredes internas de Ha-eon apretando mi dedo
fue fuerte. Podía sentir la sensación ligeramente aceitosa de las paredes
internas aferrándose fuertemente y los músculos contrayéndose. Además, las
palabras de Ha-eon fueron tan poderosas que, naturalmente, tragué saliva. Pero
negué con la cabeza.
—Y
luego te parto los labios
—Si
me lastimas, puedes ponerme un ungüento, ¿vale?
Luego
extendió la mano y agarro mi pene. La mano de Ha-eon de repente perdió fuerza y
—gruño— como si sintiera dolor. Sin embargo, debido a que Ha-eon también sostenía
mi pene tampoco podía moverme. Al principio, Ha-eon movió la mano ligeramente
sobre la muesca, pero pronto la rodeó con su mano y lo apretó, haciéndome
difícil moverme.
Cuando
sentí que la sangre corría hacia mi pene pensé que era peligroso, sentí como su
cuerpo se alejaba de mí como si estuviera tratando de escapar. Así que ágilmente
agarré su cintura y lo jale. Mis dedos perforaron profundamente en su cuerpo.
—Ahhaa…
Ha-eon
gimió y me miró. Me preocupo que recuperara la sobriedad. Pensé que podría
estar enojado por toda la situación, pero simplemente soltó mi pene como si
estuviera un poco malhumorado. Luego se acostó. Volví a agarrar su pene con mi
mano. Ha-eon sostuvo ambos lados de la almohada con las manos y enterró su cabeza.
A juzgar por la forma en que se mordía ligeramente el labio inferior, no
parecía estar de mal humor.
Moví
ambas manos al mismo tiempo. La dirección era opuesta. Cuando mi mano derecha
subía, mi mano izquierda profundizaba y cuando mi mano derecha bajaba, mi mano
izquierda retrocedía ligeramente. Tan pronto como la punta del pene de Ha-eon
comenzó a derramar pre semen, el sonido blando se hizo más fuerte en su mano
izquierda. Extendí mis dedos a dos. Ha-eon levantó la cabeza de la almohada y
me miró.
—Seon-jae.
—Sí,
mayor.
—¿Solo
quieres hacerlo?
Esta
vez, Ha-eon me hizo una oferta que no pude rechazar. Claramente fueron mis
oídos los que escucharon, pero mi sangre corrió hacia abajo. Parecía que podía
llegar al clímax con sus palabras. Ante su comentario, apresuradamente puse un
dedo más. Lo sentía cada vez más
apretado, así que miré hacia abajo pero pude ver que era sólo una pequeña
contracción. Por suerte, no estaba herido.
—Mayor,
yo...
Apretaba
muy fuerte sus dedos, pero ¿qué pasa si simplemente lo hace? Puede que le duela
un poco en el momento en que lo meta. A
pesar de pensar que debía negarme, mi deseo era fuerte. Con su mano, ya estaba
agarrando los muslos de Ha-eon y separándolos.
—Está
bien
—¿Estás
seguro de que estarás bien?
Después
de decir eso, vi a Ha-eon tragar saliva. Su úvula se movió lentamente arriba y
abajo por su garganta, y luego me miró, con los ojos rojos en los bordes, ya
sea por la embriaguez o la excitación. Lentamente saqué mis dedos. Agarré sus
muslos con ambas manos y abrí sus piernas. Mi polla ya estaba lista.
Estaba
preocupado por la muesca, pero lentamente lo empujé allí. Vi cómo Ha-eon
agarraba la almohada con ambas manos mientras entraba en él. Podía sentirlo
tratando de relajarse. Esto se debe a que ejerció menos fuerza en las caderas y
las piernas.
—Seon-jae.
Ha-eon
me llamó cuando llegué a la muesca. Me incliné y lo besé en la frente, el
puente de la nariz y la boca. Y sentí que la parte inferior de su cuerpo estaba
particularmente suelta hoy, así que me volví más codicioso.
—¿Puedo
morderte el cuello?
Desde
que Ha-eon se enojó y me provocó a preguntar, todavía no he podido morderlo. Ha-eon
me miró con los ojos entreabiertos, luego levantó un poco la parte superior de
su cuerpo y acercó sus labios a los míos. Fue un beso muy ligero, pero el
significado era claro.
—Hazlo.
Esa
palabra salió como un suspiro de entre sus labios. Acerqué mi boca a su nuca
enrojecida. Al principio, sólo lo mordí ligeramente con los labios. Por
supuesto, no salió ninguna feromona omega. Pero el olor de su sudor ya era
bastante letal, y cuando pasé mi lengua ligeramente por su cuello, se
estremeció. Al parecer, su cuello también era una zona erógena.
Mientras
empujaba mi pene hasta el fondo, lentamente lo mordí con los dientes. Suavemente,
pero con seguridad, mordí su cuello, sintiendo los músculos debajo de la fina
piel. Al mismo tiempo, su pene fue succionado por el agujero de Ha-eon,
golpeando ligeramente sus nalgas. También sentí como penetraba ligeramente mis
dientes en su piel, por lo que apresuradamente quite mi boca.
Podía
ver claramente la marca de la mordedura, aunque no sangraba, y sentí una mezcla
de culpa y placer. No sólo debajo, sino también lo marque con mis dientes en su
cuello. No puedo evitarlo, soy un cabrón Alfa.
—¿Te
duele?
Acaricié
las marcas en su cuello con la mano y su mano se acercó a la mía. Había
lágrimas en las comisuras de los ojos de Ha-eon e inmediatamente sentí
arrepentimiento. No podía creer que lastimé a Ha-eon sólo por curiosidad e
impulso, solo por eso.
—Seon-jae.
—Lo
siento, mayor. ¿Te dolió mucho?
Besé
los parpados de Ha-eon. Ha-eon volvió su mirada hacia mí y me miró directamente
a los ojos. En sus ojos verdes, me vi mirando a Ha-eon, consumido por la
emoción. Su pene enterrado dentro de él disfrutaba del interior sin ninguna
perturbación. Quería moverme, pero no podía moverme porque estaba atrapado en sus
ojos.
—Soy
el único al que puedes morder.
—Sí.
—¿Está
bien?
—Sí.
—Puedes
morderme porque soy beta.
—No.
—¿No?
—Es
porque eres Kwak Ha-eon.
Con
esas palabras, desaparecí de los ojos de Ha-eon. Esto se debió a que Ha-eon sonreía
rasgando sus ojos. Dejo de agarrar mi mano y en su lugar agarró mi brazo. Yo
deje de agarrar su cuello y lo agarré por la cintura. Lenta pero profundamente,
me moví dentro de él. Aunque parecía que quería salir algo de su boca, se
mordía el labio inferior como evitando decir malas palabras. Por eso a menudo lleve
mi mano a su boca para abrir sus labios.
Bese
el cuello y la clavícula de Ha-eon para calmarlo. Quería marcarlo, pero podía
ver las marcas de mis dientes que aún no habían desaparecido, y no quería
lastimarlo más. Cada vez que su pene tocaba el área estimulante de Ha-eon,
Ha-eon se estremecía. Se le escapó un suspiro húmedo y dejé escapar un suspiro
superficial en respuesta a su suspiro húmedo.
Me
moví más lentamente para no abrumarlo y porque deseaba tanto este momento,
pero, por desgracia, había llegado al clímax. En el momento en que retrocedí
para terminar, Ha-eon, que estaba acostado, se levantó y me rodeó el cuello con
sus brazos.
—Hazlo.
Ante
esa palabra, mis ojos se abrieron de golpe y sentí como si estuviera viendo
estrellas blancas. Mi amigo oftalmólogo me había dicho que fuera al médico si veía
destellos cuando parpadeaba los ojos, pero estaba seguro de que me metería en
problemas si iba al médico por esto. Además, podía ver la cara roja de Ha-eon
detrás del destello.
Sus
hoyuelos aparecieron levemente, pero sus labios definitivamente estaban sonriendo.
Aunque era un fenómeno muy serio, no quería contarle a nadie sobre este placer
tan poco común.
—Hola,
Seon-jae.
Definitivamente
pensé que anoche hubo un acuerdo. Él sonrió, coqueteó conmigo y, lo que es más
importante, comunicó claramente sus intenciones. Mi único delito fue bañar a
Ha-eon porque lo encontró molesto, ponerle el pijama, taparlo con una manta y
dormir con él apretado en mis brazos por miedo, por si seguía borracho. No
pensé que fuera una situación digna para que me agarrara del cuello a las 4 am.
—No
pretendas que estas dormido.
Entonces
cerré los ojos con fuerza. Incluso hice un sonido deliberado de 'hmmm', pero no
pude evitar sentirme arrepentido por la voz quebrada de Ha-eon:
—Tráeme
un poco de agua.
Inmediatamente
me levanté, fui a la cocina y serví agua en un vaso y se la traje. Ha-eon recostado
miró fijamente el vaso de agua. Lentamente me arrodillé, esperando que
arrodillarme en ese punto lo hiciera sentir un poco mejor.
—Tráeme
una pajita.
—Sí.
Después
de enjuagar con agua una pajita que me habían regalado recientemente cerré con
cuidado la llave y metí la pajita en el vaso de agua. Luego regresé al dormitorio principal y extendí
la taza a la altura a la que yacía Ha-eon. Tomó un sorbo de agua del extremo de
la pajita y giró la cabeza. Dejé la taza en la mesa junto a él y caminé
lentamente hacia su lado, pero él me miró, dobló la rodilla y me dio una patada
que me detuvo en seco. Ha-eon levantó la vista de su estado.
—Mayor,
¿necesitas algo más?
—¿Por
qué me duele la espalda?
Desvié
la mirada. Silenciosamente volví al lado de Ha-eon. Como le dolía la espalda
extendí la mano, pensando que sería bueno darle un masaje, pero Ha-eon golpeó
el dorso de mi mano con fuerza.
—¿También
me duele el trasero?
—Lo
siento.
—¡Te
dije que no lo hicieras entre semana!
El
flemático Ha-eon volvió a agarrarme la mejilla, me acaba de pillar. No me
defendí. Tenía suficiente sentido común para saber que quedarme quieto era la
salida más rápida.
—Y...
¿te viniste dentro?
Me
quedé en silencio. No asentí ni negué con la cabeza. Ha-eon me miró fijamente y
luego me soltó con un gruñido.
—Oye,
bastardo.
—Fue
un incidente involuntario que ocurrió porque eras demasiado lindo anoche.
—Lee
Seon-jae, ¿confié en ti bastardo alfa, y acepte vivir juntos, pero luego engañas
a un hombre borracho, lo hiciste y te corriste dentro?
Puse
excusas sin ningún motivo. No me había insultado últimamente, pero las palabras
de Ha-eon volvieron a ser duras.
—Hice
lo mejor que pude te bañe con agua tibia cerca de la temperatura ideal...
—¡Piensa
en el tamaño de tu pene! ¿Es lo suficientemente grande para lavarlo?
—Gracias
por el cumplido.
—Realmente
debería cortarte la polla.
Pude
verlo apretar los dientes y gruñir. Levanté la mano y toqué suavemente la barbilla
de Ha-eon.
—Si
aprietas las muelas, te sentirás mal...
—¿Cómo
puedes decir eso en un momento como este?
—Lo
siento.
—Ja,
realmente escúchame con atención. Si algo como esto vuelve a suceder, te
cortaré la polla 5 cm.
—Entonces
podremos hacerlo más de cien veces.
Calcule
con base en evidencia médica que es posible si media 5 cm menos.
—Eso
mata.
Dijo
Ha-eon. Aun así, su broma seguía siendo divertida, así que me tapé los ojos con
la mano, pero pude ver al payaso levantarse. Sonreía lindamente. Al final, no
pude contenerme y exhale un suspiro 'Ahahaha' y me reí, así que me quedé cerca
de él. Me quedé junto a él sin ningún motivo, pero luego me echo de la cama y
me dijo: '¡Te felicito por que lo hiciste bien!'
Al
final, ese día, Ha-eon mintió y dijo que tenía resaca y se tomó un día de sus vacaciones
anuales, y yo me quedé en casa y le preparé la comida desde las 4 a.m.
Lo
dejé en el trabajo y tomé una pequeña siesta para recuperar fuerzas. Después,
me pregunté si fue sólo porque era una cena de empresa por lo que bebió mucho o
si había una razón por la que Ha-eon bebió mucho. Lo que Ha-eon le dijo a la
gente tan pronto como llegué fue: él es mi novio, quien todos ustedes no
creyeron que existía. ¿Así se veía?, ¿parecía que Ha-eon era soltero?
—Doctor,
¿estás preocupado?
Preguntó
el Jefe al pasar. Aunque estaba ocupado estudiando para un examen de
especialidad, respondí a su pregunta con otra.
—¿Cómo
la gente puede saber que tienes novia?, le pregunté y él respondió claramente.
—Por
lo general con un anillo.
De
esa manera busqué anillos. Lo que he aprendido hasta ahora es que siempre debía
optar por algo sencillo pero elegante. Si elegía algo con adornos, a los ojos
de los demás no se veía nada bonito, y la única forma en que podía darle la
vuelta era decir algo como es —vintage— o —vanguardista— o —es una
representación de ¿un cerebro?
Tae-ho
vino al departamento de neurocirugía después del turno de la mañana. Debe haber
bebido mucho anoche.
—¿Cuánto
fue?
—Está
bien. Liquide con la apuesta de los 100.000 wones.
—De
ninguna manera. Necesito aceptar los dos rígidos billetes de 50.000 wones que
me debes.
—¿Qué
estás haciendo?
Tae-ho
miró mi teléfono de manera inapropiada. Miró las imágenes de anillos en mi
teléfono y luego me miró confundido.
—¿Acabas
de buscar 'anillos' en google? Tengo muchas ganas de decirle que huya.
Entonces
Tae-ho tomó mi teléfono celular e ingresó la marca.
—Pero
realmente quieres comprar un anillo, ¿verdad?
—Si.
—¿Sabe
él? ¿Todo esto?
Junté
el pulgar y el índice y dibujé un círculo del tamaño de un dedo. Tae-ho me miró
con recelo.
—¿Me
estás tomando el pelo?
—Soy
neurocirujano. Puedo moverme en incrementos de 0,1 mm.
—¡Estás
mirando un microscopio! ¿Realmente vas a hacer eso?
—¿Por
qué?
Cuando
elegí la imagen de un anillo, Tae-ho parecía estupefacto. Me pregunto si habría
tenido la misma reacción si se lo hubiera mostrado a Ha-eon.
—¿Encogerás
tus nudillos?
La
decoración era un poco marcada, pero lo elegí porque creí que tenía
personalidad. Después de todo, uno no debería ser terco con cosas inútiles. A
partir de ahora seguiré eligiendo el diseño básico más sencillo. Elegí un
anillo de platino con finas líneas que suben y bajan. Tae-ho asintió con
indiferencia.
—Aun
así, Lee Seon-jae has crecido mucho. Escoger un anillo para celebrar su
cumpleaños.
Miraba
el teléfono buscando una tienda cercana, ¿porque
no realizan envíos en línea?, solo entregan en la tienda. De repente tuve
una duda cuando lo escuché. Ahora que lo pienso, no sabía cuándo era el cumpleaños
de Ha-eon.
—¿Cumpleaños?
¿Cuándo es su cumpleaños?
—¿Por
qué me preguntas eso... no lo sabes? Son 100.000 wones por decirte.
Tae-ho
siempre decía tonterías de inmediato, así que abrí Facebook, que no uso. Dado
que el apellido de Ha-eon era único, fu fácil encontrarlo. Cuando estaba en la
facultad de medicina, un profesor me hizo inscribirme en una tarea en equipo, ocultando
el propósito de que era para que hiciera más amigos.
Quizás
fue durante el curso que Ha-eon subió una foto de sí mismo sonriendo y haciendo
una señal de V en el laboratorio, pero ha estado inactivo desde que publico la
foto en su perfil. Pero la información incluía la escuela y su cumpleaños. Era mañana.
—Oye,
puede que Seon-jae no sea bueno para las citas, pero tienes una bonita
cabellera.
—Me
gusta mi cabello.
Luego,
presioné la foto publicada por Ha-eon y guardé la imagen. También me gustaba Ha-eon
con la nariz roja, así que no podía decidir entre las dos, así que simplemente
cambié el fondo de pantalla. Dejé en la pantalla de bloqueo a Ha-eon con la nariz
roja, atrapé a una de las pasantes, le mostré una foto de un anillo y le
pregunté si le gustaba.
Ella
dijo que sí, así que busque la ubicación de una tienda cercana. Tae-ho miró la
pantalla y preguntó, confundido.
—Pero
no es plata, titanio u oro blanco, es platino… ¿Notaste que el precio de este,
es el de estos 3 juntos? Uh... ¿realmente le vas a dar esto como regalo de
cumpleaños?
—Sí.
Tae-ho
permaneció en silencio, me miró con lástima, suspiró y me dio unas palmaditas
en el hombro.
—Ahora
estás tratando de presionar, amigo mío.
Me
pregunté a qué se refería, pero se acercaba una cirugía, así que lo ignoré y
fui a prepararme para ello. Tae-ho sacudió la cabeza y salió de la oficina. De
camino a casa, pasé por la tienda, le mostré las fotografías y escogí un
anillo. Dibujé nuevamente un círculo en el aire para preguntar el tamaño y la
expresión del empleado se volvió un poco rígida.
Luego
me trajo un montón de anillos para medir. Cuando le pregunté más tarde, me dijo
que se llamaba calibre anular. Encontré el tamaño apropiado tocándolo con la
mano. Me pregunto cuando pedí uno.
—¿Para
quién?
—Mi
novio.
—¿Es
un anillo de pareja?
La
pregunta planteó un problema en el que no había pensado. En una relación
anterior me habían regalado un reloj, pero me lo quité y lo perdí en alguna de
las cirugías de emergencia que realice. Esa no fue la causa directa, sino la
acumulación de acontecimientos lo que llevaron a la ruptura. Sólo podía pensar
en ponerle un anillo en el dedo a Ha-eon. Lo imagine sería como si le estuviera
poniendo un grillete.
—Es
difícil para mí usar un anillo debido a mi trabajo.
—¿Qué
tal esto entonces: con una simple cadena puede usar el anillo como collar?
El
vendedor fue ingenioso, así que compré dos de mi talla. Mientras jugueteaba con
el calibre anular para encontrar mi talla, el vendedor parecía confundido y
dijo: —Puedes probártelos tú mismo—.
Pero
cuando me puse el que escogí, era del mismo tamaño, así que el dependiente se
quedó perplejo y me preguntó.
—¿Es
usted joyero?
—No,
soy cirujano.
Le
entregué todas las cirugías de emergencia a Reggie. Tenía sentido que Reggie realizara
las cirugías de todos modos debido a su experiencia clínica, y ya lo había
ayudado con muchas de ellas. Yo compartía la carga, pero un día me declaré en huelga
ante una cirugía de emergencia, por lo que Reggie se volvió loco. Ja, desearía
haber reaccionado de esa manera cuando llegó el monstruo. El de primer año
lloró y dijo: —Ojalá hubiera hecho esto cuando llegó el Monstruo.
—Hoy
es el día que más me esforcé.
Pero
salí del trabajo con los ojos bien cerrados, no había ninguna cirugía ni nada
realmente complicado o urgente que requiriera mi participación. Llegué a casa
antes que Ha-eon, porque Tae-ho me aconsejó que no hiciera nada raro porque el
regalo era demasiado de todos modos, así que solo compré un pastel.
Ha-eon
entró cuando estaba colocando las velas en el pastel, y cuando estaba a punto
de desplomarse en el sillón reclinable sin cambiarse de ropa, sus ojos se
iluminaron cuando lo vio. Debido a su horario él llegaba más tarde y se iba
antes que yo, yo preparo el desayuno antes de que se vaya y él siempre
desayunaba. Hoy me fui a trabajar después de hacer sopa de algas, la puse en un
termo y le deje un mensaje diciendo que se lo llevara. Ha-eon no dejo ningún
mensaje en particular más que un —sí—.
¿Por qué hice esto? Pero
no me importó al ver los profundos hoyuelos. Valió la pena comprar un pastel de
crema batida decente en la panadería que el Jefe llamó la panadería de su vida.
Nos sentamos uno frente al otro, pusimos las velas y las encendimos. El rostro
de Ha-eon estaba iluminado por la suave luz de las velas y me costó mucho
resistir el impulso de extender la mano y tocar sus mejillas. En la boca de
Ha-eon se formó una amplia sonrisa.
—¡Cántame
feliz cumpleaños!
Entonces,
aunque fue incómodo, canté mientras aplaudía.
—Feliz
cumpleaños, mi querido mayor Ha-eon.
—Tienes
muy buena voz, pero tu canto es terrible.
Él
se rio y luego apagó las velas. Mientras me levantaba para encender la luz,
vislumbré su costado en la tenue luz que entraba por la ventana. De repente,
recordé un viejo recuerdo. En aquel entonces, era muy difícil para mis ojos
adaptados a la oscuridad saber lo que estaba mirando. Eso no significa que esté
bien ahora y no sé por qué hoy es jueves.
—¿No
vas a encender las luces?
Dejé
la caja del anillo frente a Ha-eon, me levanté y encendí las luces de la sala
de estar y la cocina. Cuando me di vuelta, vi que sus ojos estaban puestos en
la caja. Ha-eon sonrió y tomó el estuche. Luego mantuvo su mirada en mí hasta
que volví a sentarme.
—Es
demasiado pequeño para ser un alfiler de corbata, así que debe ser un
brazalete.
Sonrió y abrió el estuche, y las comisuras de
su boca se relajaron lentamente. Cuando los hoyuelos desaparecieron, fue difícil
leer su expresión. Tenía la boca ligeramente abierta, sus ojos nunca
abandonaron el anillo y sus manos permanecieron quietas. Parpadeó lentamente y
luego dejó el anillo.
Después
de que Tae-ho maldijera, pensé en varios escenarios. El primero fue el más
positivo, donde Ha-eon en broma le pide que le ponga el anillo en el dedo. El
segundo es donde él lo acepta casualmente mientras se queja diciendo como pudo
comprar algo como esto.
El
tercero es que no sabe el precio y dice gracias, el cuarto es que sí conoce el
precio pero dice que puede permitírselo
con su salario de especialista. El quinto era pedir un reembolso porque era una
carga. De hecho, en respuesta a los escenarios negativos, estaba pensando en
responder diciendo: —Te he dado un regalo para un año—. Sin embargo, no pensé
que simplemente se quedaría congelado y no diría nada.
—¿No
te gusta?
Ante
eso, Ha-eon finalmente apartó su mirada del anillo y me miró. Él solo me miró
con sus ojos redondos parpadeando y no dijo nada, así que impacientemente le
mostré el anillo que llevaba en el cuello.
—Elegí
uno con un diseño simple y pensé que sería difícil que lo usara por las cirugías.
—Lee
Seon-jae.
—Sí,
mayor.
Entonces
los ojos de Ha-eon se humedecieron, hizo un puchero y comenzaron a caer
lágrimas de sus ojos. Entre en pánico, rápidamente saqué un pañuelo y se lo
tendí. Se secó las lágrimas, pero siguió sin hablar y mi mente se quedó en
blanco en cuanto a qué hacer. No entiendo por qué llora. No sé qué es, pero sé
que realmente no debería hacer esto, pero justo antes de que dijera: —Me
equivoqué—, Ha-eon habló.
—¿Por
qué eres tan amable conmigo?
—Mayor.
—Porque
te jodo y...
Fue
un shock para mí darme cuenta de que él era consciente de que simplemente me
trataba con dureza. Pensé que usaba una máscara para todos los demás y solo me
mostraba su verdadera naturaleza a mí.
—Amenace…
El
segundo shock fue darme cuenta de que me amenazo. Fue una vez hace tiempo cundo
él se golpeó en la cara mientras me amenazaba y lloro fisiológicamente por el
dolor. Sus lágrimas eran similares a las de ahora, pero su expresión era muy
diferente. Ahora miraba al suelo, mientras que antes me miraba con un claro
deseo de algo.
—Unilateralmente
te dije que no nos volviéramos a ver…
En
ese momento, cuando me dijo que no nos volviéramos a ver, pensé que se refería
a que necesitaba un tiempo a solas. No lo fue. Exactamente dijo lo mismo cuando
nos volvimos a ver y dijo: —Vete de aquí—. Esta vez me quedé sin palabras por
la sorpresa.
—Estoy
viviendo en tu casa...
Eso
es porque le pedí que viviéramos juntos. No podía dejarlo solo, así que tomé la
decisión. No pensé que a Ha-eon le importaría.
—Te
hago hacer todas las tareas del hogar...
No
esperaba que el mayor hiciera nada. Sabía que no era de los que cocinan en casa
cuando vi el frigorífico vacío en su antiguo apartamento. Y de hecho, ni
siquiera se molesta cuando llega a casa. Era difícil moverlo los fines de
semana porque lo molestaba y además, en general soy bastante bueno con las
manos, así que puedo cocinar y limpiar bastante rápido, pero no necesariamente
comida gourmet.
—Además,
soy beta...
No
sé por qué a Ha-eon le importa tanto ser beta. Incluso si él fuera un Omega, si
Ha-eon fuera tan lindo e hiciera que no pudiera quitarle los ojos de encima,
habría sido obvio que habría estado a su lado mientras tomaba sus inhibidores. De
todos modos, aunque me gusta Ha-eon, siento que no estoy en mi sano juicio.
—¿Por
qué diablos estás siendo tan amable conmigo?
—Lo
sé, verdad.
Y
esa locura se reveló en esta situación. Sus hombros temblaron ante mis palabras
y luego se detuvieron. Se secó las lágrimas de los ojos y me miró con cara
seria. Sabía que la situación era mucho mejor que antes cuando Ha-eon miraba al
suelo y lloraba. Y me di cuenta de que no debería haber sido tan honesto. De
todos modos, no soy bueno embelleciendo las palabras, así que decidí ser lo más
directo posible.
—Al
principio, tenía una buena razón, porque no importa lo que dijeras, yo dije
algo imprudentemente, y cuando me amenazaste, tu reputación era tan buena que
no pensé que la gente me creería incluso si me amenazabas. Cuando despareciste pensaba
en ti todo el tiempo excepto cuando estaba operando, y me preguntaba si eso me
estaba llevando al delirio. Cuando ocurrió el incidente, te traje a mi lado
porque pensé que te culparías si te dejaba solo, y yo hago las tareas del hogar
porque... Realmente no esperaba nada de ti excepto lo que hicimos anoche.
—¿Es
esto una clase de broma?
—Lo
digo en serio.
Dejó
escapar un breve suspiro como si estuviera estupefacto, luego juntó los
pañuelos con los que acababa de secarse las lágrimas y me los arrojó. Me
golpearon en el pecho y cayeron al suelo. Ciertamente parecía que se estaba
arrepintiendo de todo lo que me acababa de decir.
—En
algún momento no hubo motivo. Solo si eres Kwak Ha-eon, eso es todo.
—Si
no me pones el anillo, realmente te matare.
Los
ojos y la nariz de Ha-eon se pusieron rojas y extendió su mano izquierda con
una sonrisa. Era obvio que se trataba de su propia broma. Saqué el anillo del
estuche, sostuve su mano izquierda y deslicé el anillo en su dedo anular. Como
era de esperar, encajo perfectamente.
—¿De
verdad duermes mientras yo duermo?
—Cada vez—, dije, —pensé que serían unos pocos
milímetros.
Ha-eon
sonrió y miró el anillo. Cuando lo vi sonreír de nuevo, apareciendo sus
hoyuelos, fue el momento justo. Aparté el pastel, me levanté y me incliné hacia
Ha-eon. Con una mano sobre la mesa, extendí la otra y agarre su mejilla. Ha-eon
cerró lentamente los ojos y se inclinó para besarme. Lo hemos hecho muchas
veces, pero esta sería la primera vez que lo haríamos después de decirnos todo.
Por supuesto, era la primera vez además de cuando decía mi nombre en la cama.
Su
boca se sentía particularmente caliente, al igual que su cara, la temperatura
de su cuerpo era naturalmente alta. Mi lengua se movió pasivamente y luego
agresivamente. Su mano subió a mi hombro y me empujó ligeramente. Me aparté y
lo besé ligeramente en los labios. Me miró con los ojos húmedos por haber
llorado antes.
—Es
tu cumpleaños, ¿hay algo más que quieras?
—Sí.
Me
incliné hacia adelante, esperando que los brazos de Ha-eon rodearan mi cuello.
Pero en lugar de eso, mantuvo su mano sobre mi esternón. La comisura de su boca
se levantó juguetonamente y me susurró al oído.
—Voy
a esperar hasta mañana.
Me
estaba pidiendo que esperara hasta mañana. Me alejé lentamente de él. Cuando
vio mi expresión decepcionada, se rio alegremente como si fuera divertido.
Luego extendió su mano, miró el anillo y volvió a sonreír. Decidí conformarme
con verlo sonreír.
—Voy
a calentar un poco de sopa de algas.
Puse
la mesa para la cena.
En
su trivial vida cotidiana, cada uno de ellos tenía su propio hobby. Tae-ho
salió a trabajar como fotógrafo semi profesional, pero se rompió la muñeca por
lo que no podía usar la cámara por un tiempo. Intentó venderme su vieja cámara
y me dijo: —Esta es la cámara con la que solía tomar fotografías.
Sentí
que estaba tratando de estafarme, pero dijo que si compraba la cámara, me daría
algunas fotos de Ha-eon que tomo durante su trabajo de voluntario, así que la
compré. Tal vez sea porque no tomó muchas fotografías de él pensé que no se
veía tan lindo como en la foto con la nariz de esponja roja. Tal vez sea porque
no hay ningún niño frente a él que Ha-eon no parece tan dulce.
Ha-eon
empezó a escribir una columna sobre salud. Maldijo a los medios, llamándolos
basura, y cuando su primera columna se llenó de marcas de edición rojas, se
deprimió y dijo que había perdido su lengua materna. Me regaño mucho por tomar
una foto de su expresión. Pasó el tiempo, medio año, luego un año. Cuando salimos
de viaje para celebrar nuestro primer aniversario, Ha-eon tuvo una duda extraña
y me preguntó.
—Por
cierto, ¿cuándo dejaras de llamarme mayor?
—¿Qué?
—Soy
mayor que tú, así que puedes llamarme hermano mayor.
—No
me gusta.
—Oye,
has sido muy arrogante últimamente.
Sentí
que Ha-eon quería decirme algo, así que le tomé una serie de fotografías con mi
cámara. Me sentí quejoso, así que intenté deliberadamente ahogar su voz con el
sonido del flash, así que tomé una serie de fotografías de su nariz poniéndose
roja brillante y sus mejillas inflándose, lo cual fue divertido, lindo y
adorable. Era una pena simplemente mirar a través de la lente, así que bajé la
cámara.
—Estaba
tan ocupado tomándote fotografías que no te escuché.
—¡Eres
tan arrogante que no me escuchas!
—No
te escuché.
Luego
me acosté a su lado. Estábamos esperando ver la aurora boreal. Me volví hacia
él en el tablero del suelo. Lo besé ligeramente y envolví mis brazos alrededor
de su cintura, acercándolo. Me alegré de que el guía local estuviera ausente.
—¿Cuándo
me vas a llamar hermano mayor?
—¿De
verdad quieres oírme llamarte hermano mayor?
—Por
alguna razón, cuando me llamas mayor, se siente como si simplemente me
estuvieras llamando por mi nombre, no como si realmente pensaras en mí como tu
mayor.
Por
supuesto, como el lucia tan joven, para empezar no me sentía como si fuera mi mayor
desde el principio, pero lo atraje suavemente hacia mis brazos. Parecía como si
mi pecho se moviera hacia arriba y hacia abajo junto con la respiración de Ha-eon,
así que cuando una generosa cantidad de aire caliente salió expulsada hacia él,
Ha-eon se retorció ligeramente. El grueso acolchado crujió con fuerza.
—No
hagas nada más.
—¿Qué
quieres decir solo estoy acostado aquí contigo?
—No
te hagas el gracioso.
—Lo
digo en serio.
—Estábamos
hablando de títulos.
—Sí,
mayor.
—Entonces,
¿cuánto dejaras de llamarme mayor?
Con
esas palabras, agarró la barbilla de Ha-eon y la levantó para besarlo. A pesar
del frío, su temperatura corporal seguía siendo alta. Al principio, lo bese
ligeramente para evitar que hablara, pero luego mordisqueé lentamente sus
labios y metí la lengua en el espacio ligeramente abierto entre sus labios.
Lo
sentí levantar lentamente sus brazos y envolverlos alrededor de mi cuello.
Después de besarnos lenta y pausadamente, nos miramos a los ojos y sonreímos.
Veía ha Ha-eon riéndose junto con él. Pensé que sus hoyuelos eran lindos, así
que lo besé en la mejilla.
—En
realidad, eso te gusta.
—¿Qué?
—Llamarme
mayor, para luego llamarme por mi nombre.
Ante
esas palabras, Ha-eon golpeó deliberadamente mi barbilla con su cabeza, pero no
lo negué ya que pronto hundí el rostro en su cuello. Apoyé el rostro contra su
suave cabello castaño y disfruté de la paz. El cielo nocturno todavía estaba
negro, las estrellas brillaban, la aurora boreal no estaba a la vista, pero
había un mañana. Y estaría siempre Ha-eon a su lado.
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