El ayudante de la princesa
Celeste, la única princesa del Imperio Cremielle, jamás había dormido con un hombre, pero un día, sus pechos comenzaron a hincharse, su vientre también se hinchó y al final dio a luz a un bebe con intensos dolores de parto.
Más tarde, cuando
recuperó la consciencia, gimió de dolor, porque no podía soportar la terrible
hinchazón de sus pechos y la leche que brotaba de ellos a borbotones… En ese
momento, un hombre apareció y se ofreció a ayudarla, y amamantó sus enormes
pechos.
Mientras
succionaba sus pechos, que parecían a punto de reventar, la princesa se sintió
extraña mientras los vaciaba, aliviada con creces de su dolor… Una vez que
terminaba de succionar sus enormes pechos y los vaciaba, el dolor en su cuerpo
se calmaba, pero sus pechos volvían a llenarse de nuevo con más intensidad.
Así que cada una o dos horas, el hombre tenía que ayudar succionando
la leche de ambos pechos de la princesa. Y cada vez que lo hacía, su grueso
miembro se ponía duro. La princesa, como recompensa por succionar su leche,
dejó que la llenara con su enorme miembro mientras amamantaba sus pechos
dejándolos secos, incapaz de contener el jugo de amor que fluía de ese lugar...
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