La doncella del quinto príncipe.
—Ja, príncipe... Yo, yo... Ah, todavía no... Yo, yo, un hombre...
N, n, n, nunca... me ha penetrado... Jajaja...
Gabriela, una criada, recibe la
extraña orden de la emperatriz a la que sirve.
Que mientras su hijo, el Quinto
Príncipe, duerme, debe lograr que tenga una erección y eyacule dentro de ella.
Aterrorizada, la inocente y
virgen Gabriela, que nunca ha visto el pene de un hombre, teme a las
consecuencias y se cuela en la habitación del Príncipe...
—Eh... Voy a correrme dentro de
ti pronto, solo un poco más...
—Eh... E-ese punto... Ja, ja...
¡El príncipe, que debería haber
estado dormido por la poción, despertó!
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